El país se hunde en manos del madurismo, el desastre está a la vista. Entramos en tiempos de definiciones, la crisis corre hacia su desenlace, y todo anuncia a la barbarie, al fascismo, que ya asoma, el madurato, con su ineptitud para lo bueno, le abre la puerta.
En estas circunstancias difíciles, ¿cuál es el papel de la lealtad chavista, su compromiso?
La lealtad chavista estuvo mucho tiempo dormida, primero confundida con las patrañas del madurismo que simula ser chavista cuando en realidad es su contrario, de esta manera neutralizaba la lealtad chavista, la dirigía hacia objetivos perversos. Ahora, está claro, allí está la realidad acusando al madurismo de traición al legado del Comandante Chávez, al Socialismo. Demostrando que el capitalismo en cualquiera de sus formas es una calamidad que conduce a la miseria. Hoy es claro que el madurismo no es chavismo.
Cada día el madurismo se aparta más de Chávez y conduce al país a los bordes del abismo definitivo. Hoy, la Patria corre peligro de una inédita barbarie, el madurismo en su afán de permanecer y dada su incapacidad manifiesta, destruye los pilares de la cohesión social. El éxodo dramático de millones de venezolanos, en un tiempo corto, es señal inequívoca de disolución, la falta de leyes, el quiebre de las instituciones puestas con descaro al servicio de la claque dominante, la horrorosa situación económica. Son señales claras de que el madurismo ha creado terreno propicio a la barbarie.
Frente la amenaza clara de fascismo, de extinción de la Patria, no caben medias tintas, ambigüedades, conciliación, ilusión del cumplimiento madurista de los compromisos. La barbarie sólo se detiene frente a las posiciones fuertes, claras, decididas, ante la ambigüedad, la flojedad, avanza y lo arrasa todo.
La lealtad chavista es la única fuerza capaz de hacerle frente a la barbarie. Es hora de que despierte, se organice y pase a la ofensiva. Es su deber responder al reto de los tiempos. Sólo el chavismo organizado podrá conducir al país por el camino que extraviamos con el asesinato del Comandante, recuperar los niveles de felicidad, de organización social, de conciencia del deber social alcanzados, tomar de nuevo el camino de fundación de un mundo nuevo, alterno al capitalismo.
El tiempo se agota, el país avanza hacia territorios de inhumanidad. Y la respuesta, la defensa ante el flagelo, es nula, la dirigencia formal quedó atrapada en el opio de las elecciones, que no entusiasman, la masa al garete se desilusiona, espera escéptica, de esta manera es terreno fértil al fascismo, a caer en la tentación de drenar su drama con la crueldad.
El madurismo agotado es sumamente peligroso, por permanecer es capaz de cualquier locura, ya comienza a construir un escenario bélico con Guyana, va calentando el ambiente. Petro le quitó la excusa colombiana, y ahora el madurismo levanta otro enemigo. No se sabe qué nueva tropelía inventarán mañana, el desespero es mal consejero, ya se abre de los acuerdos de Barbados.
El madurismo debe dejar el gobierno ahora, se acaba en tiempo para salvar a la Patria de grandes tormentos. Salir del madurismo es el compromiso chavista.
¡VOLVER A CHÁVEZ!