Difícilmente encontramos en la historia un periodo de tanta pobreza material y espiritual como el que ahora vivimos. Pero por qué el gobierno no cae, por qué no ocurre la mayor rebelión de la historia. Para encontrar respuesta debemos indagar un poco en la teoría.
Dicen los clásicos que la “existencia determina la conciencia”, y de allí algunos mecanicistas deducen que las condiciones de existencia de extrema pobreza automáticamente determinan la rebeldía de las masas, por lo tanto, se extrañan que aquí la masa se mantenga congelada a pesar de las penurias materiales. ¿Qué es lo que falta? Falta la conciencia, el factor subjetivo. Veamos.
Las condiciones objetivas, lo material está presente, pero la “más objetiva de las de condiciones, la conciencia”, está ausente. La idea no ha encarnado en las masas. No hay una vanguardia que enamore a las masas, no hay partido que las conduzca. Esa es la causa de la permanencia del gobierno.
Podemos clasificar a los adversarios del gobierno en dos grandes agrupaciones: una la capitalista imperialista, son los guaidoses, plantean un capitalismo dependiente del imperialismo gringo, en esto se diferencian del gobierno que plantea una dependencia del imperialismo chino, ruso; aquellos proponen regresar a los primeros años de la cuarta república, estos a un nuevo tipo de dependencia capitalista, los dos son capitalistas, los dos imperialistas, sus diferencias son reflejo de las pugnas geopolíticas mundiales, en manos de cualquiera de ellos la nación es carne de cañón de una guerra que no nos pertenece.
La otra agrupación son los chavistas auténticos, éstos plantean volver a Chávez, al Plan de la Patria, al camino al Socialismo. Han sido objeto de una campaña de neutralización que ha conseguido éxitos, mando para la retaguardia a un grueso de sus dirigentes, a otros los desprestigió a tal punto de volverlos innombrables. Este grupo no supo convertir el duelo en batalla, cuando vinieron a despertar del sopor ya el daño estaba hecho, habían perdido su puesto de vanguardia.
Los chavistas auténticos no supieron enfrentar a lumpen sindical que crecía dentro del chavismo, ingenuos fueron relegados, cándidos no supieron identificar al enemigo que tenían enfrente, y así, los derrotaron. Es así, suena duro, pero el chavismo auténtico sufrió una inmensa derrota. Es desde allí, de reconocer la derrota, con una profunda autocritica que se puede levantar la posibilidad perdida.
Tenemos aquí tres factores que explican porque el gobierno no cae: uno, no hay vanguardia que emocione a las masas, faltan las condiciones subjetivas, la conciencia, la idea encarnada en vanguardia y pueblo. Dos, los gringos como buenos capitalistas sacan cuentas, una solución militar les saldría muy cara y ellos pueden obtener lo mismo esperando que el mango bajito de maduro caiga en manos de los guaidos, por eso presionan, desgastan y con paciencia esperan. Tres, el madurismo supo neutralizar a los líderes chavistas auténticos, tal es así que el hermano mayor que podía ser una referencia, está en la Habana escribiendo pendejadas, evadiendo la responsabilidad que le toca, mientras el hermoso legado que construyó el Comandante es despedazado por el madurismo.
La tarea del chavismo auténtico, el Socialista, es añadir a las condiciones objetivas, la idea, la conciencia de la posibilidad de derrotar al capitalismo, a imperialismo, de que es posible volver y concretar el sueño de Chávez. El momento es estelar, propicio para construir una situación revolucionaria: Está la teoría, el Plan de la Patria, existen las condiciones objetivas, todas las posiciones políticas están al descubierto, no hay engaño, y los líderes chavistas despertaron del sueño, vienen por la revancha, no se rinden. Existe un partido, si bien por ahora está neutralizado, golpeado (parte del desmontaje del chavismo) todavía conserva la raza del chavismo auténtico, es cuestión de rescatarlo de esa dirección castradora…
VIVA CHÁVEZ