El 19 de abril del 2013 muere Chávez envenenado y Nicolás Maduro se juramentó como presidente de la República Bolivariana de Venezuela tras haber sido proclamado vencedor de las elecciones celebradas el 14 de abril por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela. Fue un año de protestas de la derecha y conspiraciones empresariales, las cuales señaló Maduro de “guerra económica”. Sin embargo, lejos de enfrentar los embates de los capitalistas con su propia “guerra económica”, es decir con más socialismo, la primera reacción de Maduro en aquél momento como presidente, fue acercarse a los empresarios, concederles espacios y dinero, quizás creyendo que así se calmarían las cosas. Pero la barracuda capitalista lo mordió: se robaron el dinero, paralizaron la producción, financiaron con ese mismo dinero las guarimbas y etc. Lo hecho y deshecho por el madurismo en ese primer año sería el comienzo de la restauración del capitalismo y del juego democrático burgués, convocando Maduro al chavismo a la “paz” de los bobos.
Luego de la muerte de Chávez en el 2013 –duro golpe para el pueblo chavista – lo que correspondía entonces era investigar las causas políticas y físicas de una muerte tan salvaje, la cual fue vista por el chavismo en su conjunto como un asesinato. Sin embargo no se hizo. Pero lo que sí se hizo fue falsificar el Plan de la Patria, el mismo que redactó y explicó Hugo Chávez en su presentación en el CNE en noviembre del 2012.
En los primeros meses de ese año 2013 apareció encartada en el diario Ciudad Caracas (dirigido por Jorge Rodríguez) una versión del Plan de Chávez editada en un panfletico rojo, una versión mutilada de su “presentación” (redactada por Chávez) y adulterada, con claras sustituciones del texto original en partes muy convenientes (introducción, ambiente y economía) a favor de la explotación privada, de la empresa privada, con fórmulas liberales, redactadas en forma de ley, es decir, con el estilo demandante de una ley. …Estas distorsiones y cambios sería lo que luego llamaría Sanguino (presidente del BCV), pillado en falta, “actualizaciones”, sin embargo cuando se publicaron al principio del 2013 no había transcurrido un año de la publicación del Plan original. Más adelante, el 4 de septiembre de ese mismo año se convierte – lo que fue redactado en principio como un programa de gobierno, un “plan de acción política” a cumplirse en 6 años – en “Ley del Plan de la Patria”. No obstante, ni siquiera así la “Ley del Plan de la Patria” podía llegar a ser una “actualización” del plan original, por el tiempo transcurrido entre uno y otro (¿actualización de qué, de un plan que nunca se llevó a cabo?, ¡felonías!). Está claro que el falso Plan de la Patria fue concebido tiempo antes de la muerte de Chávez, que la conspiración madurista avanzaba en paralelo a la conspiración gringa y de la derecha escuálida…, “muerto Chávez, y el vivo al bollo”.
Gobernar para la clase media.
Para entender la derrota madurista del 2015 en las elecciones parlamentarias hay que saber cuál fue la causa psicológica y espiritual que la provocó: el 2014 fue un ensayo de gobernar para “todos”, pobres y ricos, y comenzó asociándose con los empresarios y mareando a los trabajadores con el cuento de que en Venezuela todos cabemos, ricos y pobres, explotados y explotadores.
Pero antes de hablar de esto hay que decir que justo cuando muere Chávez, éste está decidido radicalizar la revolución, dar un “golpe de timón” en el gobierno socialista, y su programa de gobierno, el Plan de la Patria, fue concebido con ese propósito, el de alcanzar el “punto de no retorno” al capitalismo. Luego de la campaña del 2012 que terminó de matar al candidato, el chavismo estaba dispuesto a todo, lo unía una voluntad de cambio, quería ser sorprendido cada semana por alguna decisión de gobierno valiente, radical, para aleccionar a los conspiradores; una confiscación, un cambio en el manejo de las empresas del Estado, en el gabinete de ministros medrosos o tramposos, todos queríamos ver a Chávez explicando y develando trampas de sus ministros en las reuniones de gabinete televisadas (el caso de Loyo, de Jesse Chacón, de Nóbrega, son algunos ejemplos). Chávez empezó a conminar a sus ministros para que dijeran “dónde está socialismo” en cada una de sus propuestas, solicitudes y decisiones (¡dónde está el socialismo en eso Jaua!). Antes de morir Chávez el chavismo experimentaba un proceso de ebullición y eso lo sabía el imperio y lo supieron los conspiradores internos, había que deshacerse de Chávez. Pero muere el comandante y no se investiga su muerte… Más bien se falsificó su “plan de acción política”, legado al gobierno venidero.
Fue así como Maduro, después de su muerte quiso frenar ese entusiasmo despertando el espíritu “clase media” de un pueblo perplejo por el dolor, y comenzó a estimular a todos, desde los más “pelabolas” hasta los menos, a consumir, a subrayar la importancia para el pueblo de “ascender” en la pirámide social, poseer “sus cositas”, su televisorcito, su casita, sus carritos chinos e iraníes, “línea blanca” en Dakka (¡Dakkazo!), a raspar las tarjetas de créditos con lo dólares preferenciales, a “aspirar” de forma individual y egoísta a una vida “mejor”, por encima de la conciencia social, del entusiasmo del deber social que había forjado a duras penas Chávez esos últimos y dramáticos años de su vida. Se empezó a olvidar la revolución pero al mismo tiempo a pensar cómo prolongar el gobierno de los conspiradores maduristas (ese es otro cuento, el 2016 y la constituyente).
El año 2014 combina una serie de decisiones económicas liberales; liberación de precios, llamada de forma eufemística “sinceración de los precios”, estímulos a las inversiones privadas, estímulo a los llamados emprendimientos, a través de los “11 motores para el desarrollo productivo”, donde se repartieron muchos dólares a empresarios de maletín, testaferros, a Lorenzo Mendoza, y a burócratas por carambolas. Este modelo de los motores (ya son 18) ha servido, hasta hoy, de excusas para redirigir la renta petrolera hacia la empresa privada y hacia el bolsillo de los más ricos y aventajados del gobierno, olvidando la inversión social y para la sociedad; los planes chavistas.
Lejos de contener el avance de las conspiraciones el “nuevo modelo” madurista aceleró el acecho. Con un pueblo disperso buscando el provecho propio, y un gobierno sin fuerza y sin espíritu, sin poder ofrecer ningún tipo de contrapeso político y económico los empresarios, comenzaron a “desaparecer” los productos, los “empresarios” a abandonar sus galpones y empresas e irse a invertir fuera el dinero que se robaron dentro, que les dio Maduro (el mismo “capital” que luego Farías los emplazó a que fuera “repatriado” ¡como capitales legítimos!) y a financiar las conspiraciones.
Ya para el 2015, maduro, a través de una ley habilitante, intenta formalizar o hacer cada vez más “legal” su política neoliberal con el decreto “ley de regionalización integral para el desarrollo socio productivo de la patria”, donde se prefigura (se redacta) la posterior Ley Orgánica de Zonal Económicas Especiales del 2022, o sea, la ley de las “maquilas” del madurismo, las cuales, desde entonces, siguen siendo inconstitucionales por permitir la violación de leyes chavistas fundamentales, como la ley del trabajo, de hidrocarburos, del ambiente, y todas las leyes y normas impositivas, de aduanas, el ISR, …¡cargando el peso impositivo en los trabajadores mediante el IVA, o impuesto al valor agregado!
También el 2015 fue el año de las “ollas vacías”. La escasez promovida por la misma empresa privada que recibía dólares; las guarimbas y conspiraciones financiadas con los mismo dólares otorgados por Maduro; el desastre de haber reculado frente a la llamada “guerra económica” – en vez de avanzar con más fuerza socialista, de combatir estimulando a la masa chavista con ejemplos de valentía revolucionaria, de coraje, de trabajo con las empresas socialistas, apoyando la producción socialista, dándole poder y orientación a los trabajadores y al pueblo chavista para mejorar la producción, educando, entusiasmando al pueblo trabajador; había que decirle al chavismo que toda revolución socialista supone una “guerra económica”, y que el capitalismo es en sí mismo una “guerra económica” que libran los propietarios en contra de los trabajadores expropiados. Pero no se hizo –…. Al contrario, se le dio más ventajas y más dólares a través de los “motores productivos” y en toda suerte de eventos publicitados como progreso económico, ferias, exposiciones, etc. que sirvieron de excusa para repartir la renta otra vez entre los empresarios parásitos y los burócratas nuevoricos.
En esta situación, en este bajón moral y espiritual, el chavismo desengañado, el 7 de diciembre del 2015 no fue a votar y los que votaron lo hicieron por los contrarios o mal. No quiso saber más de Maduro y su política de promesas fatuas, de mentiras; votó en contra del abandono de la revolución y del pueblo. El chavismo madurista “se enfrentó a un escenario inédito: perdió y lo hizo incluso en el 23 de Enero, en Caracas, donde reposan los restos de Hugo”, dice una noticia de entonces. La conmoción dentro del gobierno fue tal que hubo dentro de él quien acusaría (¿Pedro Carreño, Jesús Farías?) al mismo chavismo de “pueblo traidor”.
Y todo esto sucedió mucho antes de las famosas sanciones y del bloqueo. Las primeras sanciones no sirven de excusas al mal gobierno de maduro desde ese año del 2015 hasta hoy, puesto que fueron sanciones personales impuestas ese mismo año, contra siete funcionarios, acusándolos de violar derechos humanos y cometer actos de corrupción, “Estamos comprometidos por hacer avanzar el respeto por los derechos humanos, al proteger las instituciones democráticas y el sistema financiero de EEUU de los flujos financieros ilícitos de la corrupción pública en Venezuela», dice una nota de prensa del gobierno de EU. Estas fueron las primeras sanciones hechas por Obama, en el 2015, sin embargo, ya en el 2015 Maduro había abandonado a Chávez y a la Revolución, apostando por la empresa privada y el capitalismo, por el Shock neoliberal que los llevó a la derrota y hoy nos lleva a todos al matadero..
¡CHÁVEZ ES HISTORIA, Y LA HISTORIA LO ABSOLVERÁ! ¡PAGARÁN LOS TRAIDORES, NO HAY EXCUSAS!