El nuevo presidente de Argentina, no hay dudas, es un caso que merece estudio. Asombra cómo algo así pudo llegar a la Presidencia de este país. Tenemos el privilegio de estar aquí desde antes del arribo de milei a la Casa Rosada, y hemos sentido los vapores de su ascenso y los primeros días del desarrollo de su plan.
Asombra, lo hemos visto de primera mano, como un pueblo puede elegir a su verdugo, luego celebrar su triunfo y a las pocas horas tomar la calle para protestar que el presidente verdugo haga lo que anunció que haría. Es un caso claro de la manipulación de las mayorías, que pone en cuestionamiento el valor de lo que los manipuladores llaman democracia, o libertad. Que en realidad es la libertad de depredación de la sociedad y de manipularla que tienen los dueños del capital, de los medios de explotación y de deformación de la realidad.
Milei es como aquellos boxeadores noqueadores, se sube al ring sin afeites, sin bailecitos, sin mariposeo, va directo al hueso, descarnado, suelta sus mejores golpes de una vez, y que pase lo que tenga que pasar. Igual, este presidente verdugo plantea el capitalismo de los libros, sin tomar en cuenta las circunstancias. Diría un argentino bebiendo fernet con cola en «corriente tres cuatro ocho, segundo piso ascensor»: ¡es una barbaridad!.
Milei nos presenta un capitalismo directo: el Estado reducido a su papel de gendarme de los capitalistas, los poseedores sin mesura van a la guerra de todos contra todos, y que sobreviva el más apto, en un darwinismo ramplón. Los desposeídos, que fueron manipulados, pagarán el experimento, mientras dure y aparezca otra versión del capitalismo para sustituir al verdugo, y dar la apariencia de cambio, cuando no cambió nada más que la coreografía, el tango es la misma melodía.
Milei es un producto de la pequeña política, eso que los capitalistas llaman democracia, que es la lucha simulada entre fracciones capitalistas que se van desgastando en la falsa puja, al no haber verdadera exigencia, todo en el fondo es lo mismo, al todo quedar en subterfugios publicitarios, maniobras en las redes, se van degradando hasta llegar a una versión inoperante.
Y así, el mundo en manos de la falsa política camina a su extinción y los países se sumergen en los malos gobierno, se conforman con pañitos calientes, con bolsas clap, con guerras de Las Malvinas, o del Esequibo, de vez en cuando aparece un folklórico milei, y sigue el chapoteo en el mismo pantano.
Es necesario, el mundo, los países lo necesitan, es de vida o muerte, volver a la política grande, en la que se enfrentan dos ideologías, dos maneras de ver al mundo: el capitalismo enfrentado al Socialismo. Este enfrentamiento verdadero viene desde el fondo de la historia, con este antagonismo genuino la humanidad da pasos, se mueve, avanza y retrocede, toma conciencia, surgen los grandes hombres, los estadistas, sólo de un enfrentamiento con esta altura podrán abrirse los caminos de la salvación de la humanidad.