Luego de haber acusado a Maduro de ser un gobernante ilegítimo y dictador, Estados Unidos no puede permitir una tiranía franca en Venezuela; viene para instaurar (o restablecer) una dictadura velada, un sistema democrático burgués clásico, que le facilite restaurar el control sobre nuestro petróleo, nuestros recursos minerales y el agua potable: los yanquis vienen por todo, con el consentimiento de sus criados, los politiquillos mercenarios y los mercaderes miserables de la sociedad decente venezolana: la “lumpen burguesía venezolana”, que no alcanza a ser otra cosa.
Lo que ofrece Trump y su equipo al mundo y a esa sociedad de delincuentes codiciosos que llaman empresarios, es la democracia tiránica de los monigotes, controlada bajo sus reglas, tal y como lo han hecho donde quiera que han arrasado en el mundo, desde Vietnam hasta Irak, pasando – no se sabe cuántas veces – por Centroamérica, el caribe y Suramérica. Por lo que pinta, a la hora de formar un gobierno de transición, Maduro y su gente, los militares y el pueblo, no cuentan. ¡Quizás el gobierno esté negociando la posibilidad de participar en unas elecciones presidenciales futuras, donde los escojan como beligerantes legítimos, los consideren candidatos válidos, visto de la manera más pulcra!
Sin embargo, para llegar a este punto los gringos calculan que se deben ensuciar las manos con sangre, pisar muchos cadáveres, y lo harán. El asunto es imaginar de qué lado serán estos cadáveres y esa sangre. Una parte de nuestra población y muchos de nuestros militares no se van dejar imponer tan fácilmente un gobierno de transición desde afuera, no van a querer negociar la soberanía así como así, van a luchar. Esos serán los cadáveres, el costo de la “vuelta a la democracia”. Lo que propone Trump y su equipo para Venezuela es que les permitan aniquilar al chavismo. El método sería el de siempre, el terror y la delación, la persecución; secuestros, desapariciones y masacres, todos cuadrados dentro de una política de limpieza política y de restauración colonial.
¿Qué hará el gobierno de Maduro mientras esto llega? No sabemos. Solo desearíamos que no estén negociando la entrega del chavismo por un cupo en unas eventuales elecciones presidenciales adelantadas; sería inmoral. Guaidó o María Corina Machado o Ledezma, o cualquiera que sea el gobierno que venga de la derecha, no será bien recibido por ese pedazo de la población, la cual hasta el día de hoy se ha sacrificado, ha conteniendo la violencia (manifestaciones, saqueos etc.), a nombre de la “patria difusa” de Maduro, ¡gracias a los encantamientos y chantajes de Maduro y su comparsa!
Lo cierto es que, en una posible negociación del gobierno con la derecha y Estados Unidos no estará incluida la posibilidad de que se conserve la Venezuela chavista – su constitución, sus leyes emblemáticas (las que todavía no se han “liberalizado”), los CDI, el sistema de Misiones, Barrio Adentro, Misión Ribas y Sucre, la UBV, empresas socialistas (si es que quedan)…, nada de eso; ¡eso se va! –, solo se negociaría la remota participación del madurismo y Maduro en unas próximas elecciones presidenciales.
Viendo hacia ese futuro, el madurismo parece no estar dispuesto a que emerja de dentro del país, la solución a nuestro dilema, una opción de gente verdaderamente patriótica, socialista o simples nacionalistas, distinta a restaurar la democracia que impondrá el mundo democrático capitalista – Trump la UE, ONU, OEA –: alternabilidad de bichos, un “quítate tú pa ponerme yo” entre representantes de los importadores y manufactureros, mercachifles, las petroleras, banqueros, etc., el gobierno de los ricos, por los ricos y para los ricos. En esta situación apremiante el madurismo buscará salvar su pellejo.
No es para escandalizarse que el gobierno quiera optar por salvar su pellejo. De hecho todos los avances sociales alcanzados con Chávez se han ido desapareciendo o desnaturalizando en los seis años de mandato de Nicolás Maduro. Ya buscarán una excusa para eliminarlos de forma definitiva, sin mucho disimulo; ya aparecerá una “fuerza maligna”, fuera de su control, que les impida conservarlos, y “cerrar y privatizar todo lo que deba se privatizado”, como lo sabe hacer Castro Soteldo muy bien, “filosóficamente fundamentado”.
Insistimos en que la única salida digna del gobierno y digna para nuestro país es que se aparte y se abra hacia el lado revolucionario y comenzar a actuar en contra de la lógica capitalista, la cual se encuentra desnuda, no ofrece soluciones justas en el mundo, solo sacrificio para los más pobres, muerte, hambre y represión para la inmensa masa de pobres en el planeta. Con maduro o Guaidó al mando, Venezuela no será la excepción. Tenemos la voluntad y la inteligencia necesaria para resistirnos al consenso de la derecha mundial, al fatalismo capitalista. Aún queda Chávez en la memoria, podemos dar el ejemplo. Esta es la oportunidad de oro para que rectifiquemos el rumbo, muchos líderes podrían seguir el ejemplo de nuestros héroes y pasar dignamente a la historia junto a ellos, es tiempo de heroísmo… Triste es morirse en una cama sin ni siquiera haberlo intentado.