El capitalismo, viejo de mil mañas, se mantiene unánime en el planeta gracias a sus trampas caza bobos, capaces de manipular la mente de las masas subordinadas y ponerla al servicio del sistema que las esclaviza, las condena a la miseria.
Ejemplos abundan en la historia, limitemonos a pensar en cuantas Revoluciones han sido capturadas desde las catacumbas del inconsciente colectivo. Cuando se creían sólidas, establecidas, emerge desde sus mismas entrañas el capitalismo y las engulle como el tiburón al pez pequeño. Hoy Venezuela es un buen laboratorio para estudiar cómo el capitalismo derrota a una Revolución con ayuda de ella misma. Detengámonos en la última etapa de la operación, el inicio lo conocemos, magnicidio, traición. Pero cómo se estabiliza el capitalismo.
En las primeras etapas de la transición, enfila sus armas contra la dirigencia de la Revolución; a unos los neutraliza físicamente, a otros le fractura sus soportes morales, y estos se encargan de la pelea contra la fracción que permanece fiel al legado revolucionario. Capturada la fracción floja flojita de la dirección, pasa a cambios en las relaciones económicas; atacan la propiedad social, de esta manera despojan de base material a la conciencia del deber social. Culminadas con éxito estas etapas, van a la más importantes fases de la operación, la distracción, el ocultamiento de los objetivos estratégicos contrarrevolucionarios. El olvido del ensayo liberador.
A los dirigentes obreros los confinan a la pelea por el salario, por mejores condiciones de trabajo, nada que ver con la defensa de la construcción del Socialismo, su reivindicación histórica. A los militares los distraen con algún conflicto fronterizo, por ejemplo el Esequibo. Y el grueso de la población sufre los embates de la droga electoral, las elecciones burguesas son la trampa caza pendejos, maravillosa del capitalismo para neutralizar las luchas sociales.
Aquí, en Venezuela, hoy, tenemos un ejemplo: ya la trampa está montada, el clima electoral cogió calor, tomó cuenta del pensamiento social. La gente habla de mariacorina, y de las futuras elecciones del 2024. Es similar a una telenovela de éxito, todos pendientes del próximo capítulo, ¿seguirá mariacorina inhabilitada? ¿Conseguirá su galán, los gringos, liberarla, podrá ser presidenta? ¿Cuál será la suerte del villano, maduro, podrá diosdi defenderlo?
No hay dudas, el capitalismo ha tenido éxito, consiguió derrotar al Socialismo en lo material, revirtió la propiedad social, hasta pdvsa fue herida de propiedad privada; consiguió en lo político volver a una suerte de cuarta república; y en la idealidad social consiguió distraer a la masa, para decir lo menos. La telenovela veló los problemas esenciales. Los candidatos no son vistos como lo que son, personificaciones, de los intereses sociales, sino como personajes de la novela, como individuos, no se ve lo que representan, lo que tiene detrás. Así, mariacorina no se percibe como representante del capitalismo más salvaje, del imperialismo gringo, se ve como una carita bonita, en oposición al villano maduro, quien en realidad representa a un capitalismo sindico-marginal, capaz de entregar a la nación al mejor postor.
En estas circunstancias, el capitalismo tiene vía libre, no hay resistencia, sólo farándula. Es necesario, insistimos, que entre en escena la opción chavista, que se le explique a la gente la realidad de la confrontación de hoy, el futuro que espera al país con cualquiera de las dos opciones en liza, que le devuelva a la masa la esperanza en un futuro mejor, le dé razones sagradas por las cuales luchar, le dé sentido a la vida. Sólo así este pueblo será dueño de su destino.
¡CHÁVEZ, PUEBLO DUEÑO DE SU DESTINO!