Se ha reunido en Caracas, el Foro de Sào Paulo (instancia de discusión política de los movimientos progresistas y de izquierda fundada en 1990). Hoy concluyen las deliberaciones en su XXV Encuentro, por lo que, queremos saludar su presencia en nuestro país, en circunstancias muy difíciles para nuestra región y en particular, para nuestro pueblo.
Me dirijo a ustedes desde el exilio, perseguido por el gobierno de maduro. Ésto ocurre luego de ocupar durante 14 años consecutivos las más altas responsabilidades en el Estado y la Revolución Bolivariana al lado del Presidente Chávez: Ministro de Petróleo, presidente de PDVSA, vicepresidente territorial, responsable de innumerables tareas en el ámbito político e internacional; y, de sus más preciados proyectos y Misiones. Miembro de la Dirección Nacional del PSUV y del equipo político que lo acompañamos hasta el día de su muerte.
En el gobierno de maduro, salí del Ministerio de Petróleo y de PDVSA, por la intención que siempre tuvo el madurismo de controlar este sector estratégico para el país, y por las evidentes diferencias que teníamos en la conducción de la economía, donde advertí la tormenta que se nos venía encima, sin embargo, en aras de la “unidad y disciplina”, acepté ser Canciller y Embajador ante la ONU y miembro del Consejo de Seguridad.
No me percaté que lo que estaba ocurriendo era un viraje a la derecha del gobierno y ésto pasaba por hacer a un lado a los exministros de Chávez, sobre todo, los del área económica, además de un sistemático alejamiento del camino trazado por el Comandante, de los objetivos históricos del Plan de la Patria. Una traición a Chávez.
A partir de 2017, comencé a hacer públicas mis opiniones y diferencias con maduro, en ejercicio de mis derechos y responsabilidades históricas: los revolucionarios no podemos guardar silencio, tenemos que advertir, alertar, señalar, orientar, no podemos presenciar impávidos la destrucción de los sueños y las conquistas de todo un pueblo.
El 4 de diciembre de 2017, habiendo previamente rechazado la propuesta de irme como embajador ante ONU en Ginebra, renuncié como Embajador ante la ONU y a cualquier vinculación con el gobierno. Lo hice, sin aprovechar mi posición como embajador para declarar o prestarme a cualquier maniobra en contra del país desde el seno de tan importante organismo. Lo hice desde el campo de la revolución. Sin embargo, inmediatamente se desató en mi contra, una feroz campaña de persecución política, dirigida por el mismo maduro y ejecutada por su fiscal. No pude volver al país, oficiales chavistas de nuestra Fuerza Armada Bolivariana me advirtieron, preocupados por mi integridad física, que maduro había dado la orden de capturarme y sepultarme en sus calabozos.
Esta persecución iniciada por intencional y concordada omisión de acciones incluso antes de mi renuncia, no sólo ha sido acompañada de todo tipo de acusaciones e injurias con el propósito de destrozar mi nombre y quebrar mi moral, para propiciar cualquier agresión en mi contra; también han pretendido, de manera absurda, desvincularme, borrarme inútilmente, de la historia política y petrolera del país, y del corazón y afecto del chavismo y de los militantes del PSUV; en paralelo, han arremetido en contra de PDVSA y sus trabajadores, con el encarcelamiento de trabajadores a quienes acusan de “ramiristas” y la destrucción de este otrora baluarte de nuestra soberanía y economía. Nos han utilizado de “chivos expiatorios” de sus propios errores y desaciertos en la conducción del país.
En la persecución en mi contra y la destrucción de PDVSA coinciden los intereses y la acción del madurismo y la extrema derecha del país, pues no sólo se trata de mí como persona, se trata de vilipendiar la obra de Chávez, y lo que el sector petrolero significó para nuestra Revolución. El madurismo ha cometido un grave error estratégico al arremeter contra el propio chavismo.
Dos países, dos realidades.
La última reunión del Foro de Sào Paulo en nuestro país, tuvo lugar en julio de 2012 y todavía contábamos con la presencia del Presidente Chávez. Estábamos en campaña para las elecciones de ese mismo año, sin embargo, ya había aparecido el cáncer que finalmente lo conduciría al sepulcro.
Ustedes compañer@s pueden ver y comparar dos realidades absolutamente distintas: el país bajo la conducción del Presidente Chávez, donde la economía, la soberanía, el vivir bien del pueblo, su entusiasmo, participación, los avances políticos y sociales, eran una esperanza para el mundo; y, el país caótico bajo la conducción de maduro, donde la destrucción de la economía, el retroceso social, las carencias de todo tipo, la injusticia, la desmovilización del pueblo, la ausencia de libertades y el miedo que se ha instalado en la sociedad, deben dejarles la sensación de que se ha producido un retroceso en toda la línea.
Ustedes, políticos de experiencia, pensadores, revolucionarios, críticos por naturaleza y formación, honestos, si pudiesen ver un poco mas allá de “la feria” y el cerco protocolar, si se fueran al seno del pueblo, si tuviesen mas acceso a la información, a la realidad, no les costaría mucho esfuerzo llegar a la misma conclusión de lo que hemos venido denunciando, y que es una realidad inocultable: éste no es un gobierno Chavista y mucho menos socialista. maduro ha traicionado el legado político del Presidente Chávez y la destrucción de su obra nos ha conducido al abismo, donde nuestro pueblo ha visto, a escasos 7 años de aquella reunión de ustedes en nuestro país, truncado los avances conquistados con el Comandante Chávez.
Esta realidad, además de ser un tema para reflexionar y tomar conciencia del papel de los revolucionarios ante ella, también pesa como una inmensa carga de profundidad para los movimientos progresistas, de izquierda, sobre todo, en América Latina y el Caribe, donde evidentemente hay un retroceso político, un viraje a la derecha.
La ausencia de Lula, Dilma, Cristina y Correa, su desplazamiento del poder y la persecución de la que son objeto; la muerte del Comandante Fidel Castro y del Presidente Hugo Chávez, son factores concretos que han marcado el reflujo del movimiento popular y revolucionario en la región.
Sin embargo, la tragedia venezolana, luego de la muerte del Comandante Chávez y el ascenso al poder del madurismo, ha sido un elemento determinante en el retroceso de la izquierda en la región; no sólo porque han extinguido la luz de la Revolución Bolivariana, el faro que irradiaba conciencia y ejemplo, sino porque la derrota del Chavismo, la destrucción de la obra del Presidente Chávez, ha convertido a Venezuela en el anti-ejemplo para nuestros pueblos.
El mal gobierno de maduro ha dado, como nunca antes, argumentos a la derecha para arremeter contra el Chavismo y el Socialismo, como opciones o experiencias exitosas, alternativas al desastre del capitalismo en el mundo.
Los gobiernos y partidos de derecha en la región, cabalgan, sobre las terribles consecuencias que ha tenido para nuestro pueblo y nuestra patria el gobierno de maduro y el desmantelamiento de la obra revolucionaria del Presidente Chávez.
Todos los errores, desaciertos e inconsistencias de este gobierno, se lo adjudican al Presidente Chávez y maduro guarda silencio. Ni siquiera tienen la responsabilidad u honestidad de asumir que el problema es su gobierno, son sus decisiones, sus errores, en 7 años de poder absoluto, como nunca antes en el país. No le hablan con la verdad al pueblo, no son capaces de aceptar una crítica, siempre buscan una excusa, un culpable.
Ésto ni es revolución, ni es chavismo y mucho menos, socialismo.
Resulta difícil definir qué cosa es exactamente el madurismo, en que ha trastocado todo ésto: un gobierno autoritario, violento, con un programa económico de derecha, muy incapaz y entreguista, que sin embargo, usa una retórica de izquierda y manipula el sentimiento chavista, abusando del nombre y la imagen del Comandante Chávez, a conveniencia, como si fuese una franquicia.
Para mantenerse en el poder, además de la violencia y represión, necesita algún tipo de sustento emocional entre el pueblo, y de allí la manipulación que hacen de sentimientos profundamente arraigados en el corazón de los humildes: la figura del Comandante Chávez y su épica. Claro, es una historia editada por ellos, cortada y segmentada a conveniencia, truncada con artificios pirotécnicos para fabricar otra historia. La realidad es que, cual Herodes, han traicionado y arrasado la Revolución Bolivariana. Veamos sólo algunos aspectos.
La economía está destrozada.
El gobierno ha impulsado un paquetazo económico que en términos de sus objetivos y resultados, no son más que un programa de derecha, pero con una fuerte dosis de improvisación e ineficacia, producto de sus mismas contradicciones internas: un proceso hiperinflacionario que ha alcanzado niveles mayores a 1.000.000 % de inflación anual; una mega devaluación de nuestro signo monetario donde en 2014 1$=6,3 bolívares y hoy en 2019 1$=11.866 bolívares, que si le agregamos los 8 ceros que le han quitado artificialmente, significa que 1$=1.186.600.000.000 bolívares, un fracaso que ha expropiado el salario y el trabajo; un salario mínimo de 5,6 dólares al mes, el mas bajo de toda nuestra región; una escasez crónica de alimentos y medicamentos; un saqueo a nuestras reservas de oro, se han vendido en secreto toneladas de oro monetario extraídas de las bóvedas del BCV; una caída del PIB acumulada de -64%, es decir la paralización y destrucción de nuestro aparato productivo, del trabajo como valor de la sociedad.
El gobierno ha destrozado PDVSA, entregado el petróleo y el gas de la patria.
El madurismo arremetió contra PDVSA, quería controlarla y extirpar de su seno a los trabajadores y cuadros técnico-políticos que me acompañaron en la conducción del sector durante el gobierno de Chávez. La acusó y vilipendió, impuso en terror y el miedo, han salido mas de 30 mil trabajadores de la empresa y del país.
La producción de petróleo cayó desde los 3,010 millones de barriles día en que la dejamos en 2013, hasta los escasos 600 mil barriles día que produce actualmente; el sistema de Refinación que en 2013 tenía una capacidad de 1,2 millones de barriles día en el circuito nacional y que abastecía al mercado interno y nos permitía exportar, hoy día está operando a sólo un 30% de su capacidad, sus mejores gerentes están presos y no se consigue ni gasolina, ni combustibles en buena parte del país; el gas de la Patria, que hasta 2013 abastecía a todo el país, al sector eléctrico y doméstico y cuyos desarrollos costa afuera nos permitiría su uso petroquímico y exportación, hoy día fue entregado a las antiguas transnacionales como la Shell y a las nuevas transnacionales rusas y europeas, para que lo saquen del país, no hay gas para el consumo doméstico, ni para el sector eléctrico, ni hay fertilizantes, ni para su industrialización.
La destrucción de PDVSA abrió paso a su privatización. Se han firmado Decretos y la ANC ha aprobado leyes, inconstitucionales, con las que se está privatizando a la empresa. Con los llamados “Contratos de Servicio” se han revertido al sector privado afecto al madurismo, los campos petroleros que eran operados por PDVSA y que fueron recuperados por la Revolución; se han entregado a empresas rusas y chinas áreas y operaciones en la Faja Petrolífera del Orinoco, que fueron nacionalizadas por el Presidente Chávez en 2007. Se entregan los terminales, taladros, buques, instalaciones, operaciones. Se cede la soberanía, se entrega el petróleo y el gas.
La profundización del modelo minero extractivo
Con El Arco Minero se ha consumado un crimen contra el ambiente y contra nuestros pueblos originarios, a quienes se ha desplazado de sus tierras ancestrales, al permitir la extracción descontrolada y masiva de nuestros minerales estratégicos: oro y coltán. Se han instalado mafias y grupos paramilitares de todo signo, que arrasan con nuestras riquezas y han llevado la violencia a toda la región. Hoy día los factores económicos del madurismo, se han convertido en los grandes traficantes de oro venezolano en el mundo.
El Arco Minero y otras áreas abiertas a la actividad minera en todo el país, nos retrogradan al país de las transnacionales del siglo XX, la vuelta al modelo minero extractivo, profundamente dependiente.
El país del hambre, la pobreza, la desigualdad.
El último Informe de la FAO señala que en nuestro país, 6,8 millones de personas padecen hambre. El informe confirma de manera científica, lo que se observa en la calle: niños buscando entre la basura, un pueblo flaco, desnutrido, cuyo salario mínimo no alcanza ni para adquirir los alimentos de la canasta básica, ni comer más de dos veces al día.
El gobierno ha desmantelado la Misión Alimentación y ha cedido sus activos al sector privado vinculado al madurismo para que instalen los “Bodegones”, donde se expenden productos en dólares. Se ha colocado al pueblo pobre venezolano a correr detrás de una caja “clap”, con productos importados por la burguesía madurista, de mala calidad.
Con el hambre del pueblo se han establecido mecanismos de control social y grandes negocios de importación de alimentos. El país, no es capaz de producir alimentos.
Los índices de pobreza se han disparado a niveles peores que antes de la Revolución Bolivariana. La pobreza y la pobreza crítica, abatidas por el gobierno de Chávez, hoy son una dura realidad que alcanza al 80% de los venezolanos y que el madurismo trata de ocultar. La hiperinflación, la mega devaluación, la escasez, han devastado al pueblo venezolano, su salario, su ahorro, su seguridad social.
Algunos estudios hechos por universidades nacionales utilizando el Coeficiente de Gini, revelan que nuestro país, pasó de ser uno de los más igualitarios, sólo superado por Uruguay en 2012, a ser en 2018 el país más desigual de la región, más incluso que Haití; nuestro pueblo hermano asolado por la injusticia y calamidades de todo tipo.
Allí contrasta la inmensa mayoría pobre con una minoría, la boliburguesía, los sectores que apoyan al madurismo, los que se han apoderado de los activos y de la economía nacional.
El Éxodo.
El último informe de la ACNUR registra que más de 4 millones de venezolanos han salido del país, a partir de 2014. No se trata de una salida de la burguesía, ni de un sector involucrado en un conflicto armado. Se trata de todo el pueblo, los jóvenes, profesionales, médicos, ingenieros, músicos, trabajadores, los jóvenes de hoy que ayer eran los niños protegidos por el sistema educativo de la Revolución Bolivariana.
La “Generación de Oro” de la que hablaba el Presidente Chávez, hoy sale desesperada, como puede del país. Algunos cruzan a pie Los Andes, cual ejército derrotado, otros mueren ahogados en las aguas del Caribe, la mayoría sufre el desprecio y escarnio de las oligarquías de la región, que le echan en cara su apoyo a Chávez, los maltratan.
Es triste y preocupante cuando la Juventud trata de abandonar su propio país, sus afectos, su patria. El gobierno, no sólo lo niega, sino que los ofende, denigra de ellos, los ignora.
Para mí es un claro signo de que la situación del país está al borde de un colapso, y que este gobierno y el madurismo, no tienen razones, ni épica propia, no emociona a nadie, no hay pasión, no hay razones para hacer el sacrificio que una dirigencia obesa no hace, no hay esperanza.
La violación de los Derechos Humanos, la tortura y la violencia contra el pueblo.
El Informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, la ex Presidenta Michelle Bachelet, mujer de posiciones progresistas, respetada, desenmascara la naturaleza violenta, autoritaria e intolerante de este gobierno.
El mismo, con base en entrevistas e información bien documentada, nuevamente expone lo que es una terrible realidad en nuestro país: la violación de los Derechos Humanos, incluyendo, los derechos económicos y sociales, los cuales son una responsabilidad ineludible del Estado, independientemente de la situación política o económica que exista.
El informe constata el uso de la violencia y la represión como una política de Estado, donde están involucrados de manera sistemática, el Ejecutivo, por intermedio del mismo presidente, la fiscalía y el poder judicial.
Se ha instalado en el país, la judicialización de la política como mecanismo para acallar la disidencia política; se revelan como prácticas habituales los secuestros, detenciones arbitrarias, los prisioneros sin juicio, ni presentaciones, ni derecho a la defensa; se denuncia la existencia de la tortura y castigos de todo tipo al preso y los familiares, así como, se han documentado crímenes políticos, tanto por represión en las calles, como por , “suicidios”, voladuras, así como, la muerte de prisioneros en custodia.
La represión alcanza a todo el espectro político, desde opositores de derecha, pasando por Chavistas opuestos a maduro, hasta la represión contra los trabajadores o personas que sencillamente expresan puntos de vista o criterios contrarios o que disgusten al gobierno.
Con el agravante de que, el madurismo y su círculo íntimo tienen la capacidad de utilizar a los cuerpos de seguridad o policiales para cumplir sus propias revanchas políticas; o, incluso, disputas de negocios.
La represión contra los Chavistas se realiza con especial ensañamiento, el Informe así lo menciona, y se ha podido documentar la lista de trabajadores de PDVSA secuestrados por el gobierno, así como, oficiales militares, trabajadores y dirigentes populares presos por el gobierno, el cual parece tener terror al Chavismo.
El informe revela y documenta la violencia en contra de los sectores populares, un elemento fundamental del “control social” que se ejerce sobre sectores otrora combativos, la base tradicional al Chavismo.
La actuación del FAES, un grupo parapolicial, creado por maduro, policías enmascarados que hacen “razzias” en los barrios y sectores populares, prefiguran una conducta fascista y criminal. El informa reporta, basado en testimonios de las familias de las víctimas y las propias cifras oficiales, la muerte de más de 5.800 ciudadanos por “oponerse a la autoridad” de los cuerpos policiales. Es decir, se ha instalado en el país, una pena de muerte ejecutada por los cuerpos policiales que actúan con total impunidad, y son estimulados en su accionar por el mismo maduro.
No hay nada que pueda justificar la tortura y las ejecuciones extrajudiciales. El respeto a la vida, a la dignidad humana deben ser elementos fundamentales, límites que no puede traspasar un movimiento revolucionario. No puede justificarse la tortura, ni los tratos crueles, denigrantes, ni los secuestros, ni retaliaciones contra familiares de perseguidos políticos, mucho menos, la voladura de un grupo armado rendido, ni dejar morir a un enfermo en prisión, ni torturar hasta matar a un ser humano.
Los que justifican, aplauden o alimentan este tipo de conductas, están abriendo las puertas al fascismo, y no se han percatado que ya traspasaron el límite ético y moral de un revolucionario.
El deber de un revolucionario.
Decía el Comandante Fidel Castro desde el campamento militar Columbia en 1959, que “Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario. Engañar al pueblo, despertarle engañosas ilusiones siempre traería las peores consecuencias, y estimo que al pueblo hay que alertarlo contra el exceso de optimismo”.
Me permito agregar, que debe hacerlo a riesgo de lo que sea, sacrificándolo todo, incluso su tranquilidad o seguridad.
Estas reflexiones son formuladas, desde una perspectiva Chavista, revolucionaria, de un compromiso de vida con el socialismo y la necesidad de producir las transformaciones políticas, económicas y sociales, fundamentales para garantizar la armonía de nuestra sociedad, satisfacer las necesidades espirituales y materiales del ser humano, con justicia social, soberanía, independencia y el derecho de vivir en paz.
Estimo que el Foro de Sào Paulo debe ser una plataforma para debatir de forma crítica, constructiva, la realidad y la verdadera naturaleza de la situación en Venezuela. En este escenario, no se deberían imponer consideraciones de “Estado”, “conveniencias diplomáticas”, o limitaciones propias de intereses particulares o de grupos de poder, no debería existir el temor al debate, ni el chantaje, ni el silencio.
Los partidos y movimientos revolucionarios, deberían ser el reservorio de la conciencia, la vanguardia que esté por encima de cualquier otro interés, que no sea el de preservar y mantener vigentes los principios e ideales del socialismo, siempre expuestos a distorsiones y desviaciones producto de la propia dinámica política, más aún en un mundo globalizado con una clara hegemonía del capitalismo.
El partido revolucionario, cuya práctica, conducta y valores deberían prefigurar la sociedad que se quiere construir, debería ser capaz de atajar o combatir las desviaciones o vicios propios del poder, más aún cuando se tratan de procesos pacíficos que van a contracorriente de poderosos intereses que son capaces de mimetizarse en el proceso.
El partido debe ser el centro de la crítica y el debate por excelencia, una revolución se nutre y fortalece de la crítica y autocrítica, de la confrontación de la teoría con la práctica. Sólo así, anteponiendo los intereses supremos por encima de los particulares, puede mantenerse el pulso y el impulso revolucionario, las transformaciones permanentes de la sociedad, el avance del ser humano.
Cuando un partido renuncia a su papel, como ha sido el caso de la dirección del PSUV, que han impuesto la consigna de “lo que maduro diga”, claudican en su papel de vanguardia, matan, esterilizan, su carácter revolucionario, crítico y transformador. Tanto arengó Chávez al PSUV para que lo que hoy sucede no pasara nunca: el partido subordinado al gobierno, a intereses particulares, a intereses de grupos.
Éste ha sido un dilema de todas las revoluciones, como impedir que la otrora vanguardia, no se transformara en el nuevo factor de dominación, no sucumbiera a los mecanismos restauradores del sistema que se quiere superar. En “La Rebelión en la Granja” y “1984” George Orwell, plasmó de manera magistral este fenómeno.
El Foro no puede, o no debe, guardar silencio ante lo que sucede en nuestro país; o, por lo menos, no, los partidos y movimientos que lo conforman, porque lejos de que su silencio pueda contribuir al socialismo, lo están destruyendo.
La posición que asuma cada país, gobierno, partido o movimiento con respecto a lo que sucede en Venezuela, será definitivo para su propia lucha y para mantener su perfil y papel como partidos o movimientos revolucionarios. Lo que sucede en Venezuela afectará las posibilidades revolucionarias o transformadoras en América Latina y el Caribe. El debate de las ideas, amplio, constructivo, democrático, pero descarnado, crítico y autocrítico es una necesidad imperiosa, impostergable, para que este Foro siga teniendo vigencia.
El falso dilema.
Hay una actitud extendida en algunos sectores de izquierda, por lo menos en nuestro país, donde las críticas que se hacen al gobierno o a la conducción del país, son acalladas con el chantaje de que “se le hace el juego al enemigo”, se impone el silencio y se acepta hasta lo inimaginable con el chantaje de no favorecer a la extrema derecha. O peor aún, a quien se le ocurra decir algo distinto a “lo que diga maduro”, se le acusa de inmediato, de “traidor”, de “hacer el juego al imperialismo”, o de apoyar una “intervención militar”.
Colocan así al campo revolucionario o chavista en el falso dilema de sostener este desastre o perder la revolución, cuando la realidad es que ésto ya no es una revolución, y lo que queda de patria se perderá en manos de maduro. maduro le entrega el país a la extrema derecha, abre las puertas del fascismo.
Aclaro (por si acaso), que nosotros no queremos que la oposición de extrema derecha llegue al poder en el país, ni creo que los chavistas debemos buscar en ella la solidaridad o receptividad que no conseguimos en el madurismo. Mucho menos soy partidario, ni apoyaría, al contrario, combatiría con todas mis fuerzas, cualquier agresión militar extranjera contra nuestra patria.
En toda mi trayectoria política mi posición ha sido muy clara a este respecto, desde que era militante del PRV-Ruptura y luego en mi desempeño al frente de las altísimas responsabilidades en el gobierno Bolivariano y en el sector petrolero, en la primera línea de batalla, siempre al lado del Presidente Chávez y los intereses del pueblo.
Pero como ahora, el madurismo insiste en truncar la historia y con sus habilidades tecnológicas compradas en botica stalinista, es capaz de borrar fotos, discursos, videos, todo, y tienen un ministro con una batería de palangristas y especialistas en “ollas” y falsos positivos; entonces, están mis escritos y entrevistas publicados, a pesar de todos los inconvenientes y obstáculos, la censura y las agresiones, para dejar sentada una posición clara en la coyuntura actual.
Este falso dilema se utiliza o actúa, al menos, en tres esferas: los que lo esgrimen o utilizan para chantajear con el interés de silenciar cualquier crítica, que es lo que obviamente hace el gobierno y la cúpula del madurismo; los dirigentes o países que hacen una reducción simplista del problema, meten la cabeza debajo de la tierra, se auto convencen sobre el efecto de las sanciones, superadas con éxito por el Presidente Chávez o el supuestamente inédito bajo precio del petróleo, se repiten una y otra vez el argumento, para quedar tranquilos con el silencio que guardan con respecto a lo que está pasando, miran hacia otro lado, por cualquier tipo de “conveniencia táctica” o cálculo político; y, por supuesto, está el pueblo militante, el ciudadano de a pie, frente al que azuzan estos riesgos, reales por cierto, para que el miedo los paralice y no los deje pensar.
Los que acuden a este falso dilema para “callar y dejar pasar” lo que hace el madurismo, sea por cálculo político, interés táctico o porque así lo crean, están cometiendo un grave error.
Es precisamente el madurismo, el desmantelamiento de la Revolución Bolivariana, de las instituciones del Estado, de la soberanía, de la económica y la desmovilización del pueblo, lo que ha colocado a nuestra patria en un nivel de vulnerabilidad y deterioro tal que tendrá graves consecuencias, ya no sólo para el chavismo como movimiento político, el cual está en riesgo de desaparecer o atomizarse, sino para todo el pueblo, al dejar el camino abierto para que la extrema derecha asuma el poder en el país.
maduro ha cultivado tanto la intolerancia, la violencia, sumado a su incapacidad para gobernar y su absoluto desprecio por la Constitución y las leyes, que ha generado una ola de resentimiento, odio y hastío de la mayoría del país, de su población, de cualquier nivel social, tal como en “El huevo de la serpiente”, que en cualquier momento, habrá un desenlace cruento, donde cualquier cosa puede pasar.
Es la debilidad, incoherencia o actitud genuflexa de maduro ante los intereses de sus grupos económicos y los grandes poderes mundiales, los que provocarán, no sólo que las grandes potencias decidan nuestro futuro de acuerdo con sus propios intereses, sino que por tal vulnerabilidad abrirá la posibilidad de una agresión externa. Ya hoy día, la Exxon Mobil anuncia que producirá petróleo en aguas del territorio Esequibo, en las propias narices de maduro y con una especie de acuerdo tácito de dejar pasar esta violación flagrante a nuestra soberanía. maduro entrega todo lo que puede, negocia, para salvarse él y salvar a los suyos.
Lo que se impone, tal como quedó en la historia el gesto de Cuauhtémoc en el México Azteca, rendida la élite ante el cruel conquistador, es desenmascarar la debilidad y contradicciones de la dirección del país, de los que han secuestrado la soberanía popular y están dispuestos a entregar la Patria.
Una Junta Patriótica de Gobierno, es la última posibilidad, no sólo del Chavismo, sino de los sectores nacionalistas, patrióticos y honestos del país, de salir de esta trampa, este abismo, con nuestros propios piés, retomar la esperanza, los objetivos históricos de nuestro Plan de la Patria, las banderas de redención y justicia que movilizaron a nuestro pueblo.
Volver a Chávez.
Hoy celebro el natalicio del Presidente Hugo Chávez Frías. Vaya todo mi afecto y respeto a la memoria del Presidente Comandante, hombre de bien, de justicia, al Jefe, al amigo. Mis respetos y recuerdos afectuosos al Maestro Reyes, a Doña Elena, a Adán, María Gabriela, Rosa y Huguito, a todos los familiares del Comandante. A todos los hombres y mujeres que estuvimos a su lado, en ese esfuerzo hermoso, colectivo, con los pobres de la tierra.
No puedo estar en mi patria Comandante, no puedo estar allí en el Cuartel de la Montaña, pero te reitero el juramento que te hice en vida de trabajar con honestidad y sin descanso por alcanzar el país posible, el sueño colectivo, culminar tu obra, trabajar siempre por los derechos y anhelos de todo un pueblo, que esperanzado te siguió y te acompañó en todas las batallas detrás de las banderas del sueño de Bolívar.