Hago referencia al título del libro escrito por el guerrillero, político, escritor y poeta, ya fallecido, Diego Salazar Luongo, extraordinario ser humano y dirigente revolucionario que, sufrió tortura, prisión y persecución desde la Dictadura de Pérez Jiménez a manos de la Seguridad Nacional, y luego en los sucesivos gobiernos de la IV República, en las tenebrosas casas de tortura del SIFA, en los «Tigritos» del DIM, fue preso político durante siete años en el Cuartel San Carlos. Posteriormente, se incorporará a la Dirección Nacional del Movimiento V República; fue Constituyentista en 1999 y luego de su fallecimiento, sus restos fueron honrados en el hemiciclo de la AN con la presencia del Comandante Chávez, quien tuvo palabras de elogio y afecto a su memoria.
En este libro, por el cual le impusieron una sentencia de 30 años por Rebelión Militar, Diego Salazar relataba, ya desde la prisión, los pormenores de una de las operaciones político-militares más espectaculares del mundo: la Fuga del Cuartel San Carlos, el 18 de enero de 1975, así mismo, narraba sus vivencias como preso político y de cómo le hacían frente los presos a las privaciones, torturas, aislamiento y abusos de todo tipo, incluyendo el maltrato y la persecución a los familiares.
Nosotros, desde la calle, teníamos como tarea fundamental, distribuir el libro, que, por supuesto fue prohibido y recogido por el gobierno, además de denunciar la situación a la que eran sometidos los presos políticos y en general, la represión que se vivía en el país y que eran silenciadas por los medios de comunicación, comprometidos como estaban con la «auto censura». Sólo algunas voces, excepcionales y valientes, denunciaban lo que sucedía, por ello mi reconocimiento a José Vicente Rangel.
Aunque ya habían pasado los años de represión salvaje de Betancourt y Leoni, había cesado la actividad de la mayoría de los Frentes Guerrilleros (sólo quedaba el «Américo Silva» en Oriente) y el período de mayor violencia en el país había cesado, a partir del gobierno de Caldera y la «pacificación», la represión pasó a concentrarse en los partidos y dirigentes políticos que insistían en el intento revolucionario.
Así, mantener una postura y un accionar revolucionario continuaba implicando un alto riesgo, en aquellos años de reflujo del movimiento popular y hegemonía de los partidos de la IV República, donde existían cuerpos para-policiales y organismos de seguridad, que actuaban con toda impunidad. Los gobiernos de turno hicieron del abuso del poder una práctica extendida a todos los niveles del Estado, incluyendo un Poder Judicial que era el instrumento para cometer y amparar todo tipo de fechorías e injusticias.
Nosotros, militantes revolucionarios, en «Ruptura», muy jóvenes aún, desde el Liceo Aplicación en Caracas, el Frente Cultural del Pedagógico, La Vega y todo el Oeste de la Ciudad, desde El Paraíso, San Martín, Catia, Antímano hasta Caricuao, teníamos una actividad política intensa, en la calle.
Sin embargo, las circunstancias eran muy adversas, se venía de un movimiento guerrillero derrotado y los dirigentes presos o perseguidos, buena parte de la izquierda negociando y asimilándose al sistema, el país en plena bonanza petrolera, la hegemonía y control de todo por parte de AD-Copei, «los extravíos del poder», como escribió Héctor Malavé Mata, la corrupción, la degradación de las élites políticas y económicas, era el Clímax de la IV República.
Pasarían 14 años durante los cuales se entregó nuestra industria petrolera, se aplicó un paquete económico neoliberal. Era el colapso de la IV República. En 1989 sobrevino el «Caracazo», como un acto desesperado del pueblo y la respuesta del gobierno fue brutal.
Luego, vendría la rebelión militar Bolivariana del 4 de febrero de 1992; el «por ahora» del Comandante Chávez, que estremeció la conciencia de nuestro Pueblo, quien; con posterioridad de la prisión, conquistó su extraordinaria victoria electoral; el proceso Constituyente de 1999 que puso fin a la IV República, así avanzamos en este intento de «Refundar la Patria»: la Revolución Bolivariana. Luego de la partida del Comandante hace ya largos cinco años, caímos en esta trampa, de donde saldremos como salieron los combatientes guerrilleros, por aquel túnel del San Carlos a las calles, a retomar el camino de Chávez.
En aquellos años difíciles de la IV República, la fuga del San Carlos, fue un hecho político extraordinario, de una audacia tremenda, que sólo la inspiración, conciencia y voluntad de lucha de sus protagonistas, pudieron lograr. Fue un túnel construido desde la prisión, de 44 metros de largo, la tierra fue colocada en el techo del cuartel, con los riesgos que se corrían por ser la prisión militar más custodiada del país.
El hecho denotaba la unidad de los revolucionarios, el temple, valor y, sobre todo, la voluntad de seguir combatiendo. Fue una operación militar compleja, con la toma de las viviendas aledañas, donde se estimaba que saldría el túnel, listos para atacar el cuartel en caso de ser descubiertos. En la Calle, la fuga nos moralizó, aquellos combatientes del PRV-FALN y BR, que alcanzaron la libertad, volvieron para seguir luchando por sus ideales, a organizar el movimiento popular.
Diego Salazar, capturado después de la fuga de sus compañeros, fue torturado con saña por los organismos de seguridad, quienes en él concentraron su odio y molestia por la humillación que había sufrido el gobierno, tras el éxito de la operación.
Luego pasó al San Carlos, donde ya como preso político, nunca perdió su alegría y su voluntad de lucha, hasta que fue liberado y se sumergió en el seno del movimiento popular, gozando del respeto y admiración de los que nunca se quebraron, ni traicionaron. Es un referente para todos nosotros.
Escribiendo estas líneas, vuelvo al presente al ver una nota de agencias especializadas, donde PDVSA vende cargamentos de crudos en una subasta, es decir, no los vende de acuerdo con contratos de largo plazo que es lo más transparente y seguro. Es lo que hacíamos anteriormente, utilizando fórmulas de Precio, que, por cierto, era lo que establecía la Oficina del Ministerio en Viena. Ahora PDVSA, sin un precio mínimo de referencia, hace una «subasta», donde se liquida nuestro petróleo al «mejor postor», volviendo a las prácticas de la Apertura Petrolera, donde se daban descuentos masivos, de hasta un 40%, estimulando la corrupción y el fraude al Fisco.
Igualmente, se ha cedido a empresas petroleras extranjeras, participación de PDVSA en operaciones de producción de petróleo en el país, en una privatización de la industria, que es inconstitucional. Se anuncia la creación de Empresas Mixtas en la Faja, con capitales vinculados al Partido Popular de España, sin acuerdo entre gobiernos que lo amparen, o procesos de competencia, sin bonos de entrada, sin que se conozcan los términos y condiciones de esos contratos, que son de interés público y sin que la contraparte de PDVSA, tenga las capacidades técnicas o financieras, para desarrollar los complejos proyectos de nuestra Faja Petrolífera del Orinoco.
Se crean Empresas Mixtas, en plena producción, donde los socios son familiares de connotados dirigentes de la oposición, los mismos que anuncian y prometen el derrocamiento del gobierno.
Las grandes empresas de servicio y de perforación, se ván del país, no por la guerra económica, sino porque no les pagan, pero se otorgan contratos de perforación y servicios, a empresas sin ningún tipo de experiencia o respaldo, mientras se desmantela nuestra propia empresa de servicios petroleros, sus taladros se dejan inoperativos, sin servicios, los trabajadores sin la debida atención.
Se crean empresas públicas para que produzcan petróleo, pero se convierten en intermediarias, que lo que hacen es sub contratar operaciones o sencillamente, no producen petróleo, porque no tienen la capacidad, ni la experiencia.
Los que han ocupado la Vicepresidencia de Finanzas de la empresa, no sólo no están dedicados a tiempo completo a su trabajo, sino que tienen muchos otros en el gobierno y desconocen la complejidad del negocio petrolero; no tienen experiencia, no lo conocen, entonces, no entienden de las prioridades en los pagos. Así, al no tener sentido de las magnitudes y no saber qué hacer, postergan planes de mantenimiento o grandes inversiones o pagos a proveedores cruciales de químicos, lodos de perforación, piezas, repuestos y servicios, todo lo cual, exige puntualidad y disciplina en su cumplimiento.
Se hacen operaciones de endeudamiento y auxilios financieros, comprometiendo activos de la empresa o volúmenes de producción, sin tener una visión estratégica, ni priorizar las operaciones.
En las grandes refinerías del país, comenzaron a detener operadores, por grupos enteros, acusados públicamente de estar «involucrados» en el contrabando de gasolina, sin pruebas y otra vez sin conocer las operaciones de la empresa. Se pusieron a ensayar con esquemas de gestión, donde los diferentes grupos políticos decidían quién debía dirigir la instalación, como si se tratara de una operación de baja complejidad. Nó, la Refinación de petróleo es un asunto delicado. Operar por ejemplo el CRP, la refinería más grande del mundo, implica actividades muy complejas donde se requieren ingenieros de procesos o ingenieros químicos con muchos años de experiencia operativa, no en una planta, en todas las plantas, que pueda interactuar con producción, con Comercio y Suministro, que tenga herramientas de gerencia, de administración.
Existe una desbandada de trabajadores, profesionales y técnicos, en las funciones claves de la empresa: Automatización y Control «AIT» (el cerebro de la empresa), Exploración, Estudios de Yacimientos, Perforación, Producción, Refinación, Finanzas, la empresa se queda sin capacidades técnicas, sin conocimiento, se va quedando sólo con personal administrativo o de otras funciones que no son medulares. Los obreros no tienen elecciones, ni discusión del Contrato Colectivo, tampoco un salario adecuado, ni protección de la empresa.
Los trabajadores, gerentes, profesionales, no están dispuestos a vivir bajo sospecha, a seguir maltratados: al miedo, a la persecución, a los bajos salarios, al escarnio público. Se han cometido graves errores en el trato a los trabajadores, se fracturó la unidad y autoestima de los trabajadores petroleros, otrora orgullosos de portar sus colores Rojos Rojitos y trabajar para beneficio del país.
Se ha «ordenado» que se incremente la producción en un millón de barriles en el primer semestre del año. Esto resulta muy difícil, no porque exista una «conspiración» desde el exterior para «tumbar» la producción como se ha dicho de manera irresponsable, sino porque se siguen cometiendo errores en la conducción de la empresa, en la debida atención a las operaciones medulares, se les ha hecho mucho daño a las capacidades propias.
Adicionalmente, la Empresa es dirigida por personal que no conoce o no sabe nada del negocio, ni de la operación. Están allí cumpliendo encomiendas políticas o reportando a operadores políticos, pero sin un Plan para rescatar a la Empresa del deterioro que se le ha causado, desde el 2014 hasta el presente.
Un respetado y estimado amigo me pregunta qué cosa tengo que decir sobre la situación de PDVSA, donde existe una aparente traición de los altos directivos, me pregunta por haber sido Presidente de PDVSA.
Sólo puedo decir que, luego de diez años al frente de PDVSA, bajo el Gobierno del Presidente Chávez, y haber sorteado con éxito dificultades políticas extraordinarias, como el Sabotaje Petrolero, la eliminación de los Convenios Operativos, su migración a las Empresas Mixtas, el proceso de Nacionalización, la toma con éxito y continuidad operacional de todos los campos de producción, instalaciones de producción y procesamiento que habían sido privatizadas, la certificación de las reservas de petróleo más grandes del mundo, la confrontación con las transnacionales, los Juicios internacionales, la activa participación de la empresa en todas las tareas políticas y revolucionarias, necesarias para consolidar y sostener nuestro proceso de profundas transformaciones político-sociales.
Le entregamos al Presidente Maduro, una PDVSA, Roja Rojita, con todas sus capacidades operacionales restablecidas, solida, una empresa políticamente consciente, donde «se respiraba patria» en palabras del propio Comandante.
Una poderosa empresa con 231.120 millones de dólares en activos y 84.486 millones de dólares en patrimonio, con un superávit (ganancia) de 12.907 millones de dólares en 2013. Reservas certificadas de petróleo de 298.353 mil MM de barriles.
Una empresa del Estado que aportó entre 2001-2013, 207.913 millones de dólares para el desarrollo social, financiando 33 Misiones Sociales, FONDEN y FONDESPA. En ese mismo período logramos captar 487.000 millones de dólares para el Estado y el Pueblo.
Entreguamos una empresa, la más importante del país y la quinta más importante del mundo, en aquel momento, con una producción de petróleo de 3.01 millones de barriles por día; con una exportación de 2.425 millones de barriles día y 590 millones de barriles día al mercado Interno.
Nuestras refinerías nacionales con una capacidad operativa de procesar y producir 1.127 millones de barriles día de productos, abasteciendo completamente al mercado interno; 301 taladros activos; 76 buques operando. ¿Cómo pudo dilapidarse este baluarte de nuestra economía?
El equipo que me acompañó durante doce años tanto en el Ministerio de Petróleo, como en PDVSA, era un equipo capaz, Chavista y comprometido con la Patria. Un grupo humano trabajador, probado en la derrota del Sabotaje, con experiencia técnica y política en el manejo de una empresa como la nuestra: siempre en combate, asediada por las transnacionales, con múltiples obligaciones, con proyección internacional y eje central de la economía nacional. Entregamos PDVSA con todos sus números en positivo en agosto de 2014.
A principios de 2014 me comprometí con el Presidente Maduro a aportar 43.000 millones de dólares al país, y; al final, fueron 45.000 millones de dólares, en un esfuerzo extraordinario para que pudiese hacer frente a la tormenta económica que ya se asomaba en el 2014. Le advertí que el precio del petróleo caería, nó por la producción del petróleo de esquistos en los Estado Unidos, como han hecho creer los enemigos de la OPEP, sino por la confrontación política y militar abierta entre grandes productores del Golfo, USA, Irán y Rusia, enfrentamiento donde más de 300 mil Sirios han perdido la vida.
Esos recursos extraordinarios, de 45.000 millones de dólares, se malgastaron: se entregaron ese año 8.000 millones de dólares a los viajeros, un alto dirigente del gobierno me decía que eso «era socialismo», se entregaron esos recursos, para que CENCOEX pagara las «deudas»; se hicieron pagos a transnacionales por recomendaciones al Presidente, recomendaciones de su círculo íntimo.
Al mismo tiempo, ya como Vicepresidente Económico, advertí al Presidente, quien es constitucionalmente el responsable de la Hacienda Pública, que lo complejo de la situación, hacía necesario la toma de decisiones económicas: había que hacerlo con tiempo. No fuimos escuchados.
Con algunas medidas que tomamos en el sistema cambiario y con una comunicación adecuada con el sector económico del país, tuvimos resultados en pocas semanas: ¡Habíamos logrado bajar el paralelo de 95 bolívares por dólar a 53 bolívares por dólar!
Tenía que modificarse el sistema cambiario, no funcionaba, no funciona, porque encarece enormemente los costos de PDVSA, que tenía que vender todos los dólares que captaba al BCV, a una tasa de 6 bolívares por dólar, pero, pagar todos su compromisos y deudas en el país, al costo del paralelo. Así, cuando la tasa llegó a 10 bolívares por dólar, PDVSA tenía que pagar sus costos a 200.000 bolívares por dólar.
No funciona, porque se convirtió al dólar en la mercancía más barata, quien obtenía dólares preferenciales, primero a través de CADIVI y luego del CENCOEX, hacía grandes fortunas o bien por sobrecostos o bien, por sólo usar una porción de los dólares preferenciales para importar y la gran mayoría, para manipular el mercado negro. Se han hecho grandes fortunas de esta manera.
Le dimos al Presidente un estudio, hecho en PDVSA, con información obtenida en CADIVI, donde estaban todas las empresas, caracterizadas por actividad y por montos, que habían recibido y reciben dólares preferenciales. No pasó nada.
Advertimos del problema del desacato de los precios regulados; el de seguir imprimiendo dinero inorgánico; el de la liquidez; la afectación al aparato productivo interno por lo barato que resultaba inundar el mercado con productos importados, sobre todo por el propio gobierno; demostramos que la banca no pagaba impuestos; había que hacer una reforma fiscal; que había que establecer impuestos a la riqueza ( como en la mayoría de los países europeos); que había que estimular la producción interna, las exportaciones no petroleras, reactivar la exportación de las empresas básicas, subsidiar a la agricultura y a la producción de alimentos, lo cual resultaba mucho más conveniente que importar en divisas los mismos alimentos, que podían producirse en el país.
Con el pago de la Deuda, al cambiar las condiciones macroeconómicas del país, ha debido trabajarse con tiempo, como comenzamos a hacer desde el 2014 con un reconocido grupo internacional, un proceso de renegociación para cambiar los plazos de vencimiento de los bonos.
Hablamos de la necesidad de impulsar una política monetaria para proteger nuestra moneda, unificando todos los fondos bajo la cuenta de Reservas del BCV, tanto para darle inmunidad soberana a estos recursos, como para restablecer un monto adecuado de nuestras reservas líquidas.
Propusimos que se auditara la deuda con los proveedores del país, los cuales utilizaban tasas distintas, de acuerdo con sus intereses para reclamar montos exorbitantes al Estado, que se priorizaran los pagos, propusimos, y habíamos avanzado, en un proceso de venta de CITGO, manteniendo los contratos de largo plazo de suministro de crudo, a efectos de no perder el mercado, pero, desprendiéndonos de unos activos, que sólo ocasionalmente nos dieron dividendos y que, por estar en territorio norteamericano, y bajo sus leyes, siempre han estado propensos a sanciones y a confiscaciones, como lamentablemente ha sucedido. Nada de ésto se hizo.
No sé a ciencia cierta qué intereses o grupos pudieron más que los del país, lo que sí sé, es que provocaron mi salida, ¿quién o por qué el Presidente se decidió a no hacer nada? ¿Qué criterios privaron?. Yo le advertí que el daño al país sería muy grande, y que yo no estaría más al frente de una Vicepresidencia donde todos los grupos, metían la mano, intervenían, sospechaban, y querían tener el control de todo.
Por eso, se inventaron «El Sacudón», así se llamó la maniobra, cuyo único propósito era cambiarme para después desmantelar a todo el equipo al frente de la industria petrolera. El Presidente tenía su candidato desde el inicio de su gobierno para tomar el control de PDVSA, hoy está detenido. En aquel momento, le dije que PDVSA no era cualquier empresa, era el pilar de la economía, que vendrían tiempos difíciles. Que esperara, no había apuro, no cambiara de caballo en medio del río. Lo hizo y se equivocó.
Le comenté al compañero que fue a mi oficina a transmitirme la decisión del Presidente de «refrescar» la empresa, de que eso era un riesgo, pero era una decisión tomada, yo lo sabía, había sido antecedida de una campaña de desprestigio, una guerra sucia de los palangristas del circuito nacional.
Uno de los vicepresidentes de PDVSA fue nombrado Ministro de Petróleo y sólo duro un año. El otro Vicepresidente, responsable de la producción, fue nombrado Presidente de la empresa, aunque no tenía ni el peso, ni la visión estratégica para moverse en las aguas turbulentas de la situación interna del país. No fue capaz de hacer valer sus criterios, hoy día está detenido.
Desde mi posición como Embajador Representante Permanente de Venezuela ante la ONU, decidí concentrarme en mi trabajo, tener un rol activo en el Consejo de Seguridad y en los distintos Organismos de la ONU. Así me mantuve.
Desde Caracas era permanentemente hostigado por los grupos que llegaron al poder. Sucedió algo que no me esperaba, no me esperaba en revolución, ni en un gobierno Chavista, que me alertó de que algo malo pasaría: comenzó una purga y persecución feroz en contra de todos los cuadros técnico-político que me acompañaron, que acompañaron al Comandante Chávez durante doce años al frente del Ministerio de Petróleo y diez al frente de PDVSA.
Fueron removidos uno a uno, despedidos, colocados en «flotavén», jubilados, o les levantaron expedientes o acusaciones por cualquier cosa, a los cuadros fundamentales de la Empresa. ¡Del Ministerio de Petróleo sacaron 200 personas y trajeron 200 nuevas de una Alcaldía! Los de PDVSA, héroes en la derrota del Sabotaje Petrolero, tuvieron que salir del país, o fueron detenidos por agentes del Sebin, acusados de cualquier cosa. Se impuso el miedo.
No es sólo que se removieron cientos de cuadros, al mejor estilo de la IV República que tanto criticamos, sino que fueron sustituidos por personas sin capacidad, comprometidos con los nuevos «Jefes». Ya no era Chávez el Jefe y Ramírez su Ministro y hombre de confianza en la industria, sino que ahora había muchos «Jefes», pugnando por el control de la Empresa. Se dividió a los trabajadores, se fracturó su unidad monolítica en torno a Chávez, ahora se les acusaba de «ramiristas».
Los Directivos de CITGO, Presidentes de PDVSA y Ministros de Petróleo que han sido acusados de corrupción y señalados como conspiradores, que están encarcelados, fueron colocados en esas responsabilidades por el propio Presidente Maduro, luego de mi salida. Ya han pasado cuatro años desde que no tengo injerencia alguna en PDVSA o en el Ministerio de Petróleo, ni en los múltiples cambios de Junta Directiva o altos cargos de Dirección. Creo que es el propio Presidente quien debe evaluar sus decisiones y los resultados obtenidos.
Creo que estos son los elementos fundamentales de la crisis actual en PDVSA, no hay tal conspiración mi estimado amigo, hay mucha improvisación, subestimación, desconocimiento e irresponsabilidad, en el manejo de una empresa tan importante y estratégica, como nuestra querida y hoy maltrecha PDVSA.
Siempre he sido un hombre sereno, aplomado. Me he mantenido leal a Chávez y a mis principios y así será para siempre.
En la ONU, comencé a recibir señales y alertas de que las cosas van mal, muy mal en el país. Al observar el deterioro de PDVSA, por sus números, informaciones, noticias, y sabiendo que, lamentablemente, por no haberse tomado ninguna de las decisiones económicas recomendadas, entramos a una de las peores crisis económicas y sociales del país; al observar las imágenes de violencia en las calles, el descontento social, la mega inflación desatada, desabastecimiento de todo tipo, la caída durante tres años consecutivos del PIB; una situación económica caótica, capitalismo salvaje, un paquetazo de ajuste neo liberal, pero sin ningún objetivo de estabilización; cuando comencé a ver a la cantidad de jóvenes venezolanos, saliendo por cualquier medio del país, Chavistas o nó, son jóvenes del futuro de la Patria, me dí cuenta que los líderes históricos del Chavismo, teníamos que decir y hacer algo con respecto a este desastre.
Cuando veo a nuestro pueblo, el más pobre, desesperado, haciendo colas, comiendo basura, manipulado; cuando veo a los profesionales, ancianos, niños, amas de casa, trabajadores, soldados, pasando todo tipo de necesidades y privaciones, en un estado colectivo de tristeza, desencanto y desesperanza. Cuando veo los indicadores sociales por el piso, a nuestra economía y nuestra empresa destrozada, el país muy mal, entonces concluyo en que es imperativo un cambio, es urgente hacer algo. Pero hacerlo desde el campo de la revolución, no permitir que caigamos en manos de la extrema derecha, que demos un salto al vacío.
He pensado mucho en el ejemplo de mi padre, en los compañeros de lucha, en los viejos guerrilleros, los hombres y mujeres héroes y heroínas que han luchado entregando su vida por las banderas de la Revolución que Chávez enarboló y que reivindicó a nuestro Pueblo, nuestra Patria, acumulando un extraordinario capital político que hoy día se ha dilapidado, de manera irresponsable.
Pensé en los combatientes que lograron salir de aquel túnel, su valor, su conciencia, su determinación a vencer todas las adversidades, para lograr una salida a su prisión, para volver al seno del pueblo y al combate por la vida.
Creo que los Chavistas estamos en ese túnel, el país todo está en ese túnel. La derecha se agrupa en un Frente para la toma del poder, apoyados por factores externos. Mientras, en el Chavismo se imponen candidaturas a dedo, bajo coacción, el Presidente crea otro partido y persigue cualquier opinión disidente.
El Chavismo debe reagruparse, para conducir la reconstrucción del país. Los líderes históricos, los obreros, el movimiento popular, el PSUV, debemos avanzar unidos, con la urgencia y audacia del excavador del túnel, vamos a insistir, tenemos cómo hacerlo, sabemos hacerlo, nos corresponde a todos luchar por el futuro de la Patria, que nada de ésto haya sido en vano. Dejar el miedo atrás, avanzar con Chávez siempre ¡Venceremos!