El pasado miércoles 17 de mayo, obtuvimos una resonante victoria en las Naciones Unidas al derrotar la maniobra del Gobierno Norteamericano de introducir como tema de la agenda del Consejo de Seguridad la situación interna de Venezuela. Quiso el Imperialismo, por esa vía tan peligrosa, estrechar el asedio contra nuestro país, querían emboscarnos y fallaron, pero la intención o mala intención de la potencia más agresiva y poderosa del mundo debe poner en guardia a todos los venezolanos.
El Consejo de Seguridad es uno de los órganos más importantes de las Naciones Unidas, su principal característica es que tiene el monopolio del uso de la fuerza en el sistema multilateral. La Carta de las Naciones Unidas establece que el Consejo de Seguridad puede actuar sobre cualquier situación o país que sea una amenaza a la seguridad y paz mundial.
El Consejo puede invocar el Capítulo VII de la Carta para actuar de varias maneras coercitivas sobre una situación que sea tal amenaza, por la imposición de sanciones, bloqueos, etc, hasta el uso de la fuerza militar. El Consejo tiene quince miembros, cinco permanentes: EEUU, Rusia, Reino Unido, Francia y China, quienes tienen la prerrogativa del veto a las decisiones y manejan de manera conjunta los procedimientos del Consejo de Seguridad y de las Naciones Unidas; y diez miembros no permanentes, electos por dos años por la Asamblea General de las Naciones Unidas, sin derecho al veto. Los miembros permanentes tienen el control del Consejo de Seguridad.
El grupo llamado P3: EEUU, Reino Unido y Francia, generalmente actúa como bloque y usa el Consejo de Seguridad para desarrollar sus propias políticas nacionales. Por otra parte, el P3, ha venido creando un andamiaje de tutelaje e intervención desde el Consejo de Seguridad sobre países y situaciones a su conveniencia.
Por una causa u otra, cerca del 70% de los Comités de Sanciones afectan a países africanos, el Consejo de Seguridad ha sido el instrumento para actuar militarmente en Libia, asediar y sostener la guerra en Siria, Yemen, Irak y mantener en el tiempo la ocupación ilegal de Palestina por parte de Israel y del Sahara Occidental por parte de Marruecos, por solo mencionar algunas.
Acá en la ONU, si un país entra a la agenda del Consejo de Seguridad, no se sabe cuándo saldrá, queda como un país tutoreado por las grandes potencias, en manos de un club selecto de países, con una estructura y funcionamiento absolutamente antidemocrático, que contrasta con uno de los principios de la Carta de las Naciones Unidas: la igualdad soberana de los Estados.
La última vez que estuvimos presentes en el Consejo de Seguridad como miembro no permanente, electos en la Asamblea General por una votación abrumadoramente mayoritaria de los países, fue para el periodo que acaba de culminar:2015-2016.
Me correspondió la honrosa labor de representar a nuestro país en este organismo tan importante y llevar la voz de nuestro pueblo, de la Revolución Bolivariana y defender el legado del Comandante Chávez en este estrado, el más alto de la Política Internacional.
Allí levantamos dignamente nuestra voz en apoyo a las causas justas de los Pueblos, en defensa del principio de no intervención, el respeto a la soberanía, en contra de la guerra y participamos activamente en proteger y defender a los países en desarrollo de todas las maniobras e injerencias que se cuecen en el Consejo de Seguridad.
Debemos decirlo con claridad, afortunadamente contamos en el Consejo de Seguridad con la presencia de dos miembros permanentes: Rusia y China, con los cuales tenemos una relación estratégica que nos permite trabajar en conjunto en defensa de los principios de nuestra política e intereses nacionales y el de los países en desarrollo.
Por otra parte, el trabajo constante de apoyo, consulta y vocería de países hermanos que están bajo medidas u acciones coercitivas del Consejo de Seguridad, situaciones que los amenazan, así como países hermanos que sufren la guerra, la agresión extranjera, el flagelo de la ocupación militar o el terrorismo, nos ha permitido fortalecer la posición internacional de nuestro país y demostrar al mundo la seriedad y profundidad de nuestros principios y acciones lo cual nos ha ganado gran apoyo y respeto en el seno de las Naciones Unidas.
Así, lo puedo decir con toda propiedad, haber derrotado el intento de EEUU de llevarnos al Consejo de Seguridad, solicitando su intervención en nuestros asuntos internos, ha sido una gran victoria para nuestro país. La potencia agresora quedo aislada en sus pretensiones, por ilegales, injustificadas y nuestro país no entro, no tiene por qué entrar, en la agenda del Consejo de Seguridad.
No seremos jamás un país vulnerado en su soberanía, ni tutoreado por ningún país u organismo internacional. Somos los hijos de Bolívar y Chávez. Lo que no puedo entender, lo que no tiene ninguna justificación y lo que me indigna como venezolano, es que existan personas, medios de comunicación y partidos o dirigentes de la oposición que siendo venezolanos, apoyen y pidan, de la manera más vergonzosa, una intervención extranjera en nuestro país.
Estos señores están cometiendo el delito de traición a la patria, son unos irresponsables al instigar y coaligarse con la extrema derecha de Florida y del continente para pedir y casi que exigir una intervención de fuerzas extranjeras en el país. ¿Hasta dónde pueden llegar sus apetencias personales? ¿No tienen límite alguno? ¿No tienen ningún sentido de patriotismo, de dignidad? ¿Cómo se puede andar recorriendo las sedes de organismos internacionales, países con gobiernos de derecha o el gobierno que sea, grandes y peligrosas potencias, que quieren apropiarse de nuestros recursos, de nuestro petróleo, que no les importaría descargar sus arsenales militares o desplegar su odio contra nuestro pueblo, ocupar nuestra tierra? ¿Cómo se puede hacer esto y luego pretender dirigir nuestro país? No conocen al pueblo, ni a nuestras Fuerzas Armadas Bolivarianas, ni a nuestros obreros.
No lo vamos a permitir, bajo ninguna circunstancia. Yo siempre agradeceré al Comandante Chávez y al Pueblo Bolivariano la posibilidad de trabajar y luchar por nuestro país, por nuestro petróleo, por nuestra soberanía, nuestro desarrollo social, por el socialismo. Me honra servir a mi país, y así lo he hecho en cualquier circunstancia, con nuestra Revolución Bolivariana. Por una razón u otra, luego de las altas responsabilidades desempeñadas en el Estado Venezolano y en la Dirección de la Revolución Bolivariana, estoy acá, lejos de mi patria.
Soy consciente de mi tarea y por ello tengo dos años preparándome y trabajando para este momento, el de defender a todo nuestro Pueblo, la integridad del país desde estos espacios, en momentos definitivos para nuestro futuro, lo he hecho con honestidad y lealtad y lo seguiré haciendo con firmeza, sin cálculos egoístas como me enseñó mi padre a conducirme desde muy joven y como nos enseñó el Comandante Chávez, en la Revolución Bolivariana.
El asedio contra nuestro país es muy grave, es una estrategia articulada desde el exterior con los agentes y operadores políticos de la desestabilización. Han creado una situación de violencia en las calles a raíz de una actuación ilegal de la OEA, tomando como excusa errores de algunas instituciones.
Sus acciones y su narrativa están perfectamente articuladas con los factores e intereses extranjeros que nos asedian. Cuando se estimula la violencia desenfrenada y sin sentido en las calles, sin objetivos, sin liderazgo, sin conducción sin control, lo que se buscan son muertos, aumentar una cuenta sangrienta para dar argumentos a la acción internacional.
No les importa quien muere, ni en cual circunstancia, lo que hacen es cabalgar sobre la tragedia y transformar estos sentimientos dolorosos en odio y combustible para una violencia extendida, a través del uso de las redes sociales en lo que la CIA llama una operación de «enjambre». No es nuevo, ya lo han hecho en otras situaciones como Libia, Siria y Ucrania.
En base a estas situaciones desgarradoras de violencia y muerte que condenamos y son repudiables vengan de donde vengan, se estimula y articula una acción fascista de asedio y violencia contra dirigentes y el pueblo Chavista.
Son comunes ahora las golpizas e intentos de linchamiento contra cualquiera que ellos sospechen Chavista o Bolivariano, como si eso fuese un delito. Parecen las hordas del partido nazi alemán o las falanges franquistas. Artistas y gente de los medios de comunicación utilizando irresponsablemente las redes sociales para incitar el delito y la violencia, deben ser llevados a la justicia, son instigadores al crimen.
Ahora se ha desarrollado una operación de asedio, persecución y violencia contra ciudadanos venezolanos en el exterior, incluso niños, acusados de Chavistas o funcionarios del gobierno, nuevamente, como si esto fuese un delito.
Acá en la Misión de nuestro país en la ONU tuvimos un incidente de agresión, repelido como corresponde por un funcionario nuestro en defensa de una joven trabajadora, y activamos a los cuerpos de seguridad de este país, es correspondencia con la Convención de Viena y de sus propias leyes.
El agresor está preso y hemos llevado ante la justicia a otros agresores, que suponen que aquí están en Baruta o Chacao. Cuando por otra parte los dirigentes de la oposición y algunos medios irresponsables hablan de «crisis Humanitaria en Venezuela», ellos están alineados con el libreto que han preparado para una actuación extranjera.
El término «crisis humanitaria» en las Naciones Unidas es una categoría de situación bien definida, que de existir reclama la actuación de sus distintos organismos. Pero «crisis humanitaria» presupone una situación como la de Siria, donde hay doce millones de desplazados, cientos de miles de civiles asediados y cerca de 300.000 muertos; o la de Irak donde hay diez millones de desplazados y no existen instituciones del Estado que puedan contener el avance y desmanes de los grupos terroristas o los asesinatos entre distintos grupos étnicos; la de Yemen sometida al bloqueo y bombardeo sistemático de su pueblo y toda su infraestructura de salud, donde las victimas principales son niños; o conflictos como los de Darfur, Sudan del Sur o Somalia, donde hay cientos de miles de muertos por hambre, no existen instituciones que los atiendan y hay una violencia, una guerra sin ningún tipo de control o regulación.
Cuando se usa este término para describir la situación de nuestro país, se está buscando la intervención internacional. Ésto no niega, nunca lo he hecho y creo que es un error hacerlo, que no estemos ante una situación económica-social muy compleja.
Es una situación que está erosionando el apoyo popular a la revolución, al socialismo y que está llevando a algunos sectores de la sociedad a la confusión, lo que los hace caer bajo la manipulación y las operaciones políticas o de desinformación de la extrema derecha venezolana e internacional.
No podemos cometer errores, ni fallas en la apreciación de la situación económica, política y social del país, es muy compleja, los enemigos nos asedian y acechan a la caza de una circunstancia que favorezca sus planes. La dirección política de la revolución y las fuerzas progresistas, deben declararse en emergencia para abordar permanentemente esta situación.
En el momento en el que me correspondió desempeñarme como Vicepresidente del área económica y estaba al frente de PDVSA, propuse una serie de medidas y curso de acción, previniendo una situación como esta, incluso la expuse en el Congreso de PSUV.
No hubo la discusión necesaria, suficiente comprensión o conciencia de la situación que se avecinaba. Nosotros tenemos razones sagradas para la lucha, tenemos un pensamiento y un legado que defender en beneficio de nuestro pueblo, tenemos un Plan y un futuro para nuestro país. Tenemos un Pueblo noble, tenemos cómo vencer. Tenemos a Chávez. ¡Venceremos!