“Es la economía, estúpido” (primero)

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Bajo este título, tomado de la ya famosa frase acuñada por James Carville, estratega de la campaña presidencial de Bill Clinton de 1992 que lo convertiría en presidente, vamos a iniciar una serie de escritos sobre el tema económico. Los voy a publicar semanalmente, todos corresponden a un extenso trabajo sobre lo que sucede en el ámbito económico, para luego poder abordar propuestas. 

Estos artículos serán acompañados de revelaciones, de hechos que ocurrieron y que no se conocen; y, de elementos que han conformado una situación que considero importante entender. Este trabajo y estas informaciones no pueden estar exentos de autocríticas y precisiones, necesarias, sobre todo, de cara al futuro del país. El tema económico lo abordaremos siempre acompañado de  reflexiones políticas puesto que, la economía, es el resultado de un pensamiento o una posición política determinada; no se puede entender la una sin la otra.

Tenemos que hablar de economía, abrir una gran discusión sobre qué ha sucedido en estos años de desastre madurista, entender cómo llegamos a esta situación de deterioro y destrucción; y, tal vez, lo más importante, cómo vamos a salir de este abismo en el que se encuentra el país. No permitamos que los factores políticos hegemónicos, desvíen la discusión con su propaganda e intolerancia, con el insulto o la provocación. 

Creo firmemente que todo el pueblo venezolano y sus distintas organizaciones políticas o sociales, debemos abrir un espacio para el debate del tema económico, conocer y entender qué fuerzas y factores están actuando, qué  tipo de economía tenemos y a qué modelo corresponde. Ésto ayudará a definir correctamente los elementos políticos en pugna y las posibilidades reales que tenemos de recuperar la conducción de la economía, preservar la soberanía, volver a la normalidad, tener un horizonte claro hacia el futuro. 

La economía, siendo una ciencia, con  reglas y características específicas, actúa en la dirección que le impriman los factores que la dirigen. Caso contrario, ella actuará de acuerdo con las fuerzas políticas o intereses que sean hegemónicos en la sociedad, en este caso, el sistema capitalista. Cuando el Estado renuncia o cede a la conducción o regulación de la economía, ésta queda bajo la dirección del mercado, que, aunque ha existido desde siempre, es a su vez manipulado por agentes y factores que se lucran de sus relaciones. Todo ello conforma un sistema interconectado con el mundo, que crea sus propias relaciones y mecanismos, y que actúa de manera precisa y brutal. 

En el capitalismo globalizado, las economías más desarrolladas y las grandes corporaciones multinacionales, son capaces de expropiar las riquezas de toda una Nación, sus recursos naturales, el trabajo de sus habitantes, y sumirla en la más absoluta pobreza. Sin control del Estado, sin conducción, ni nada que le haga contrapeso, la economía de mercado, convertida en una especie de vórtice, es capaz de llevar a países enteros al abismo y luego, una vez extraídas sus riquezas, desecharlos, dejándolos inmersos en el caos de la disfuncionalidad y la inestabilidad permanente, como ha sucedido a lo largo de la historia reciente del orden internacional, donde existen países del primer, segundo, tercero y hasta del cuarto mundo.

Por supuesto que la clase política, los gobiernos y las élites, tienen una altísima responsabilidad en el desarrollo económico de su propio país. Unos asumen el papel de convertir a sus países en un anexo o satélite de otra economía, abriendo la puerta al saqueo y al despojo, recibiendo a cambio prebendas y apoyo político; mientras otros se plantean seriamente conquistar un camino propio, independiente, soberano, de desarrollo y bienestar para sus pueblos, al costo de lo que sea.  

Siendo nuestra economía eminentemente petrolera, siendo el nuestro, un país productor de petróleo por más de cien años, con todas las deformaciones y mutaciones estructurales producto del modelo minero extractivo impuesto por las transnacionales desde principios del siglo pasado, el petróleo será eje central de este trabajo. El modelo petrolero, con sus ventajas y desventajas, tiene características y condiciones especiales, distintas, con derivaciones e impactos en las relaciones de trabajo y propiedad que, por supuesto, tienen sus expresiones económicas, sociales, espirituales, únicas, propias de nuestro país, y que ha marcado nuestra historia contemporánea, que será crucial para nuestro futuro. 

“…por mas que te tongonees se te vé el bojote”

Creo que una de las cosas en la que todos los venezolanos estamos de acuerdo, es en el colapso de la economía bajo el gobierno de maduro. Lo mal que está todo. Es evidente que estamos ante una crisis económica de dimensiones de tragedia. Para un país como el nuestro, un país “ocho cilindros”, este conjunto de privaciones y dificultades económicas, son únicas en nuestros cien años como Estado petróleo. De un solo golpe, en apenas cinco años del peor gobierno de nuestra historia republicana, retrocedimos a la situación de desamparo, pobreza, debilidad y desesperanza de los terribles años gomecistas, de inicios del siglo XX. 

Otro consenso que existe en el seno del pueblo, a lo largo de todo el país, es que el responsable de esta situación catastrófica que vivimos es nicolás maduro, sin mayúsculas. Un sentimiento de rechazo, indignación, frustración y desengaño hacia maduro, recorre todo el país. Estos sentimientos se transforman en repudio, no sólo porque todo el país lo identifica como culpable, sino por su falta de humildad; y, por la recurrente mentira, indolencia e incapacidad con la que “gobierna”. 

Este sentimiento de rechazo extendido se agrava por un rasgo o conducta, extraño a nuestra idiosincrasia, que maduro ha impuesto en su gobierno: la maldad y la violencia con la que habitualmente actúa o reacciona ante cualquiera que le contradiga o denuncie su desastre. Una persona que concentra todo el poder en el país, que actúa al margen de la ley, sin controles, sin rendir cuentas a nadie y que ordena directamente a sus esbirros y a su fiscal, actuar con violencia, enterrar y destrozar la vida de sus opositores, perseguir y matar las críticas o a quien las haga, es un dictador.

A maduro, encerrado en Miraflores, sin atreverse a ir al seno del pueblo, nacional o internacional (la ONU) sólo lo defienden las armas de la élite militar, los tres o cuatro socios internacionales que tienen grandes negocios o intereses en el país, los escombros del psuv y ese conjunto variopinto de personajes oportunistas o antiguos chavistas que se benefician de un puesto, un negocio o que tienen dólares y que se reparten los pedazos de país: eso que llaman el madurismo. No hay elementos de convicción, principios, razones sagradas, ni pasión, nada heroico en lo que hace maduro, nada por lo que merezca contar con el apoyo de ningún chavista, bolivariano o miembro de los sectores populares. Los que así lo hacen, se han transformado en otra cosa, muchas veces, sin ellos mismos darse cuenta.

A maduro, la ausencia de moral y ética en el ejercicio del poder, le impiden decir la verdad, siempre miente. No sólo tiene que ver con su práctica política de  andar permanentemente medrando entre pactos y negociaciones politiqueras, ni por el hecho de que quienes conforman su círculo más cercano saben que no tienen opciones fuera del poder, sino porque, además, su hegemonía comunicacional le ha permitido especializar los mecanismos de manipulación, para convertir la mentira en una práctica oficial. 

La versión madurista de Goebbels​​, conocedor de los mecanismos de manipulación y de las carencias, inseguridades y complejos de maduro y su círculo más cercano, ha sistematizado la mentira y el cinismo como una política de Estado. Así, el gobierno nunca ha asumido las consecuencias de sus actos o errores, siempre se la achacan a otro u otros factores: la “conspiración”, la “guerra económica”, la “corrupción”, la “traición” y ahora el llamado “bloqueo” o las sanciones. Mienten, confunden, enredan, todo es un show, un montaje para el tuiter, levantan el pecho como los palominos para alardear. 

Todo ésto sería una anécdota jocosa, si no fuera porque esta forma de actuación del gobierno, ha traído tan graves consecuencias para el país, y mantiene cierta capacidad de manipulación sobre algunos sectores, sobre todo, internacionales. 

maduro ganó las elecciones de 2013 con la sotana de Chávez, más bien, diríamos, con el “roquete” o “sotanilla” que usan los monaguillos. Nosotros votamos por Chávez, nó por maduro. Creo que así lo hizo el pueblo que le dio aquella estrecha victoria en las elecciones de 2013. El resultado mostró de manera contundente que una cosa era Chávez y otra maduro. A pesar de toda la campaña que hicimos para garantizar la victoria de maduro, y con ello, mantener la continuidad de la Revolución Bolivariana como había indicado el Comandante, la propia actuación de maduro, en esa corta campaña, nos hizo perder casi un millón de votos. Se ganó con un estrecho margen.

El pueblo es sabio, su instinto le indicaba que maduro no era la persona que podría continuar la obra de Chávez. Nosotros, en aquel momento, pensábamos de manera honesta que podría serlo, pero siempre con el acompañamiento del propio presidente Chávez y de su equipo de trabajo. Hablo por mí y el grueso de la dirigencia y el gobierno de Chávez, no pensamos, no sabíamos, que Chávez moriría.  Sin embargo, esa no era la situación del madurismo que se aprestaba para asaltar el poder. La información privilegiada en torno a la situación real de la salud del presidente, se manejó aparte. 

Desde que murió el presidente Chávez y maduro gana las elecciones montado sobre los hombros del chavismo, no se quita la “sotanilla” de monaguillo, hace con ella lo que le da la gana. Se ha proclamado “hijo de Chávez”, “leal a su legado”, cuando realmente ha acabado con su obra y destruido al país. 

Volviendo al origen del refrán popular que titula este segmento del artículo, podríamos decirle a nicolás, como, según el merengue del refrán, le dijo aquel cura de la iglesia de San Juan de Dios de Maracaibo a su monaguillo, cuando se percató de que se llevaba bajo la sotanilla el dinero de la misa: «el cura de San Juan de Dios, le dijo a su monigote, por más que te tongonees, siempre se te ve el bojote”. 

Este refrán popular le gustaba usarlo siempre al presidente Chávez, para desenmascarar las verdaderas intenciones de la derecha venezolana, cuando utilizaba cualquier tipo de patrañas para enmascarar sus verdaderos propósitos. Nosotros tenemos el deber de desenmascarar las  del madurismo, las verdaderas intenciones de lo que hace. Sólo entendiendo las causas, origen y dimensiones reales del problema que confrontamos, seremos capaces de enfrentarlo y resolverlo. Veamos.

El caos

El método de gobernar de maduro, tiene como epicentro el caos. Es en el medio del caos que el madurismo avanza entre el malandraje, la acción del pranato de la política, de escándalo en escándalo, va avanzando, en la pulverización del chavismo y su obra, reprimiendo y arrasando la patria, para, sobre sus ruinas, edificar su versión de país; algo parecido al período de Yeltsin en la Rusia post soviética, donde la nomenclatura del partido acabó con ese proyecto para repartirse ese país, su territorio, sus empresas, sus recursos naturales. Así se restableció en Rusia un capitalismo salvaje, depredador, donde la élite política de entonces, se convirtió en la nueva élite económica, la nueva burguesía que se repartió lo que quedó de la Unión Soviética.  Claro, allá fueron más honestos que maduro, no dijeron que lo que hacían era en nombre Lenin. Era el caos de Yeltsin.

Este es el caos de maduro. Le ha hecho el trabajo a la derecha y su programa. Le ha dado a la derecha venezolana y de la región, los argumentos que nunca tuvieron para arremeter contra el chavismo, el socialismo y contra la izquierda en general. Lo más grave es que, al llevar al país al extremo de la inoperancia y el colapso del Estado y la economía, ha instalado en el inconsciente colectivo la “inevitabilidad”, es más, “la necesidad”, de privatizar y entregar todo lo alcanzado en cuanto a soberanía económica en revolución: en PDVSA, Corpoelec, las Empresas Básicas, todo. maduro ha creado las condiciones para que el pueblo se “trague” el “plan país” de la derecha. Plan inviable e insostenible como el gobierno de maduro.  

Hago estas consideraciones políticas, porque de allí debe nacer la orientación del esfuerzo económico que tenemos por delante para salir de la tragedia. No se trata de un tema meramente técnico. Hay personas y grupos que se han aproximado para apoyar a maduro en el tema económico, a la vez que lo hacen mediáticamente prestando su nombre y espacios para que maduro diga lo que quiera. La mayoría ha salido o saldrán con las tablas en la cabeza, porque no van a la raíz del problema: la existencia del madurismo como expresión política de la “derecha endógena” o del “chavismo sin Chávez”, que trata de desarrollar un modelo económico regresivo, expoliador del trabajo de los venezolanos y las riquezas del país. 

La etapa del deslinde, los “palos de ciego” y el arrase de la economía.

Al inicio del gobierno, desde la Vicepresidencia Económica, octubre 2013-agosto 2014, en un esfuerzo importante que me tocó liderar, junto al equipo económico que acompañó exitosamente al Presidente Chávez durante su gobierno, hicimos a maduro un conjunto de propuestas de medidas y decisiones económicas impostergables, urgentes, cuando todavía estábamos a tiempo, siempre en el marco de la Constitución y de una línea de acción en el marco del Plan de la Patria, chavista, para hacer frente a las dificultades económicas que preveíamos, tanto por factores externos del mercado petrolero, como por nuestros propios problemas estructurales y decisiones económicas postergadas. 

Actuamos con responsabilidad y esperanza, hicimos lo que le juramos a Chávez y lo que era lo indicado en esos momentos de tanta confusión: apoyar al gobierno y ayudar a resolver los problemas que veíamos, trabajar por la unidad del país y evitar entrar en un periodo de desestabilización. Entregamos y discutimos con él directamente una agenda de trabajo conformada por más de 18 documentos que, junto con el equipo del BCV, habíamos logrado consensuar  sobre las medidas urgentes a tomar. Sin embargo, maduro no decidía nada, ni comentaba, ni siquiera leía las propuestas. Lo mismo había ocurrido con los informes, evaluaciones y propuestas que había hecho el ministro Giordani: maduro ni las leyó, se las devolvió sin ningún comentario, ninguna discusión.

Al final, maduro no nos escuchó en  la Vicepresidencia Económica, no entendió nuestras propuestas, las subestimó o, sencillamente, no les convenían. En toda la actuación de maduro hay un aspecto emocional extraño, lleno de complejos e inseguridades: le molestaba el hecho de que nosotros abordáramos el tema económico con el rigor que correspondía, que le habláramos al país, a los sectores económicos, incluso cuando nuestras propuestas comenzaron a  ganar credibilidad entre ellos. Una cosa extraña. Ha habido un celo permanente, que no es nuevo, lo viene arrastrando desde que él era canciller y veía siempre a PDVSA con recelo. Aunque yo me percataba de ello, sin embargo, jamás pensé que alguien, con tan altísima responsabilidad entre sus manos, fuese capaz de anteponer sus propios problemas psicológicos, o personales, a los intereses del país.

Consciente como estaba de que había que llevar la discusión económica al debate político, agarré mis medidas y propuestas y las llevé ante el Congreso del psuv, donde fueron aplaudidas y bien recibidas. A pesar de que arreaza, entonces vicepresidente, intentó detener mi exposición, los delegados del partido se levantaron masivamente pidiendo que se me permitiera continuar con la misma. Esa aceptación en el Congreso del psuv término de molestar al madurismo y precipitó mi salida.

Al final de una interminable campaña de descrédito en redes sociales y usando a los palangristas de siempre, entre chismes, pequeñeces y miserias, maduro nos hizo a un lado. Luego, supimos que el grupo encabezado por el mismo arreaza, al que maduro llamaba despectivamente los “teletubbies”, se posicionaron en Miraflores, medrando en la burocracia y en la rebatiña que había entre el madurismo por el poder. maduro escuchaba a “otros”, él tenía sus propios intereses grupales. Se deslindó del Plan de la Patria y los chavistas salimos de la conducción de PDVSA; y, uno a uno, de la dirección de la economía. Debo confesar que ese ha sido el periodo más desagradable en mi trabajo al servicio del Estado.

maduro se rodeó de los “suyos”, su grupo de intereses, les pagaba la cuenta. El chavismo sin Chávez, el madurismo en el poder, se apresuraba a capturar posiciones. Con sus “asesores” españoles, franceses, comenzó a fraguarse la idea de una alianza con nuevos factores de la burguesía venezolana: los “bolichicos”, los factores económicos de la oposición, la burguesía tradicional, los intereses transnacionales, todos aquellos que suspiraron de alivio cuando Chávez murió y maduro asumió. Sabían que era su momento de alcanzar el poder, tomar ventaja del apoyo a maduro para comenzar a hacer exigencias económicas y políticas. maduro era “el jefe”, haría lo que ellos querían.

Corría el tiempo y la economía se deterioraba aceleradamente a partir de nuestra salida de PDVSA y de la vicepresidencia Económica, era agosto de 2014, se aceleró el deterioro de la economía, se complicaba el panorama político y social, la violencia sacudía las calles. En vez de hablar de cara al país, de discutir los problemas en el seno de la sociedad, vino el silencio, se impuso la mentira como política. En lo económico, no se dieron más cifras, ni del BCV, ni de PDVSA, ni del resto del aparato productivo; como tampoco se publicaron más  estadísticas sobre los aspectos sociales: pobreza, mortalidad infantil, escolaridad, nada. 

Sin embargo, todavía en aquel momento, algunos creían ingenuamente que se trataba de hacer propuestas: economistas con buenas intenciones, pero sin experiencia, que no duraron nada. La UNASUR y la CEPAL hicieron propuestas que nunca fueron escuchadas; acuden economistas de experiencia, con un pensamiento progresista, pero probablemente, creyendo que se trata de un problema técnico, de falta de comprensión; nada, tampoco los escuchan, más bien se desprestigian. 

No hubo pensamiento crítico, ni discusión, no se permitió. El gobierno sólo le da tribuna y espacio en sus medios de comunicación a algunos economistas que prestan su nombre para justificar cualquiera de las barbaridades de maduro; u otros, que son como el perro tratando de morderse la cola, le dan y dan vueltas al asunto, sin atreverse a ir al fondo, ni criticar a maduro, únicamente,  lo excusan. Se ven patéticos. 

Todos esos esfuerzos son inútiles. El problema de la economía está en Miraflores. maduro, responsable de la Hacienda Pública según la Constitución, desperdició un tiempo precioso, dejó que se desmoronara cualquier expectativa positiva. Su actuación errática e inconsistente, terminó de alejar cualquier esperanza positiva con respecto a la economía del país. 

Permitió que avanzaran los demonios de la economía, optó por la violencia y la maniobra política y, en muy poco tiempo, fue capaz de dilapidar todo el capital político del chavismo, todos los recursos dispuestos en los distintos fondos y mecanismos, todas las capacidades productivas de la economía, del aparato estatal, todo lo que habíamos construido con el gobierno de Chávez. Se comieron los recursos, los ahorros, las reservas, los Fondos, malgastaron y se apropiaron del Tesoro Nacional. 

Los suyos, un grupo de personas ávidas de poder y dinero, salidos de la cancillería, de su  entorno más íntimo, sin capacidad, ni escrúpulos, se convirtieron en los operadores económicos del desastre. Los grupos económicos que apostaron a maduro se posicionaron detrás de la silla de Miraflores, cada quien, con su respectivo “padrino” de la élite madurista. Se dedicaron a asaltar y controlar todas las instancias económicas del país: PDVSA, el Ministerio de Finanzas, el BCV, la Banca, las empresas públicas, las importaciones, todo. Derrumbaron las posibilidades del Estado de conducir la economía, se entregaron al mercado.

En el próximo artículo hablaremos del gran error de maduro: destruir PDVSA y acabar con la única fuente de ingresos del país, te explicaré cómo, y con números, te mostraré el daño que han hecho a la Patria.