Si alguien tenía dudas de que el Chavismo constituye un bloque histórico del que no se puede prescindir, allí están los resultados de las elecciones regionales. Si alguien tenía la peregrina idea de hacer un lado a Chávez y su legado escuchando las muy desafortunadas consejas de que era el momento de un liderazgo propio, distinto, “sin nadie que le hiciese sombra”, allí están los resultados del pasado domingo para recordar que el Comandante Chávez nos sigue dando una mano.
La victoria del campo Revolucionario, del Chavismo, en las pasadas elecciones regionales fue categórica y oportuna. Una alta participación, de más del 61% es un claro mensaje de rechazo a las acciones violentas de la oposición, la victoria de la Revolución en 18 estados del país es notable, dadas las difíciles circunstancias políticas y económicas, ¡obtuvimos más del 54% de los votos! Aunque la oposición se hizo de 5 gobernaciones.
La derecha internacional no sabe qué decir, no tienen argumentos, la dirección de la MUD se desapareció, nadie asume responsabilidades. Algunas voces disonantes: solo los pronunciamientos destemplados de Almagro y una que otra declaración injerencista de los países de siempre. Estoy muy orgulloso de nuestro Pueblo, ha derrotado políticamente a la violencia, en el marco de nuestra Constitución. En el momento que se anunciaba un tsunami contra nuestro país, resulta que no hubo terremoto alguno que lo originara.
Los resultados electorales dejan lecciones y mensajes. Lo que resulta claro y es uno de mis argumentos permanentes en las discusiones en estos espacios multilaterales, es que la oposición y sus aliados internacionales tienen que reconocer, darse cuenta, entender, que el Chavismo, además de sus postulados teóricos, posiciones políticas, es, sobre todo, un sentimiento arraigado en el corazón y la conciencia del Pueblo. Contra esta realidad se estrellan los análisis de las agencias de inteligencia, los opinadores de oficio y las elites venezolanas, pues su determinismo, sus manuales, su propia naturaleza, su soberbia, siempre prescinde, subestima y hasta se burla del mismo. No logran derrotar dicho sentimiento por no poder entenderlo.
Resulta difícil que las élites lo puedan hacer en el caso de una Revolución, donde prende en el alma y la conciencia de los humildes la posibilidad de redención. Por ello, la contrarrevolución recurre al odio y la violencia, por eso Pinochet, el paramilitarismo, la guarimba, los llamados desesperados a una intervención militar extranjera. En otros casos, la derecha más avanzada, logra capturar importantes espacios en el mismo proceso de dirección de la Revolución, para desnaturalizarla, desfigurarla, despojarla de sus principios y comenzar a transitar el camino de la brasa que se va extinguiendo, poco a poco, hasta convertirse en cenizas. Este proceder, por cierto, ha sido históricamente, el más peligroso y efectivo contra una Revolución, porque sucede, imperceptiblemente, en un estado permanente de confusión, errores, pactos y justificaciones tácticas.
El resultado del pasado domingo es una mano que nos sigue dando Chávez. No vaya nadie a creer que no tiene que ver con el Comandante. Que nadie cometa el error o la irresponsabilidad de decir que es su propio liderazgo o su nuevo mensaje. No, compañeros, acá no se pueden construir nuevas “teorías” al respecto, en este país se sigue expresando el Comandante con fuerza en el seno del Pueblo. Ahora lo hace a través de su obra, su legado, sus valores, su ejemplo, sus posiciones políticas y el país posible que su discurso radical y constante dejó para la conciencia del país. El Pueblo se apropió del pensamiento, la palabra, la acción del Comandante y luchará por él, por mantenerlo vivo, vigente, posible.
A pesar de la matriz de que la Revolución de Chávez se mantenía gracias a un barril a cien, les recuerdo a todos que los momentos de las mayores y más estratégicas victorias se obtuvieron entre el 2002-2004, cuando no sólo el precio no llegaba a 22 dólares el barril, sino que, durante el sabotaje, soló producíamos 23 mil barriles de petróleo al día. Ahora hay una tendencia que insiste en quitar méritos al esfuerzo y la épica revolucionaria de Chávez. No solo es injusto y desleal. Es falso.
El gran reconocimiento debe hacerse al Pueblo organizado y articulado en defensa de la Revolución. El PSUV, los partidos del Polo Patriótico, el Poder Popular y todas las organizaciones sociales, hicieron su trabajo. Se movilizó la maquinaria, a pesar de los problemas, se impuso la unidad, la cohesión de las fuerzas de la Revolución, bajo la consigna de mantener y conquistar nuevos espacios políticos. Es una ventaja estratégica respecto a la oposición: el partido y las organizaciones sociales, son capaces de expresarse y movilizarse a favor de la Revolución.
En el ámbito de la oposición, ésta ha sufrido una importante derrota política. Han perdido la iniciativa, no saben qué hacer, qué decir. No dicen nada, porque no tienen nada que decir. Sus intereses de grupos económicos, personales, no les han permitido articular ninguna estrategia coherente. Primero, dilapidaron sus avances obtenidos en la Asamblea Nacional, donde cabalgaron sobre la crisis económica del país.
Al verse, según ellos, a las puertas de Miraflores, se fueron de bruces. Utilizaron la Asamblea con un propósito desestabilizador, ofendieron la imagen del Comandante Chávez, utilizaron sus atribuciones para tratar de destruir moralmente a los cuadros de la Revolución y su obra, en mi caso, fui víctima de un intento de linchamiento a mi honor y reputación, dirigido por tres inmorales y connotados representantes de lo peor de nuestra fauna política de la oposición: corrupta, extorsionadora, violenta e irresponsable. Ese episodio tan desagradable, lo tengo siempre presente para cuando llegue el momento de poner las cosas en su sitio. Trataron de horadar, así impunemente, sólo con una tímida respuesta del gobierno, mi nombre y el de Chávez. Veremos.
Desde la Asamblea, llamaron a derrocar al Gobierno Constitucional. Así, porque les dio la gana. Me recuerdan siempre la prepotencia de los señores feudales, de los dueños de emporios: “se acabó”, “no me gusta”, “te vas”, etc. Como si se dirigieran a quienes consideran inferiores. No, señores de la extrema derecha, con la Revolución, con Chávez, eso se acabó en este país, para siempre. Al no poder cumplir con sus planes o aspiraciones, se lanzaron, nuevamente a la violencia. Vinieron las guarimbas y los más tristes episodios de intolerancia, los más despreciables de nuestra historia política: la quema de seres humanos vivos, los linchamientos, el fascismo, las muertes. Por cierto, eso está allí, solo que esta derrotado políticamente, pero los instigadores y perpetradores están como si nada. Pregunto: ¿Va a volver a imperar la impunidad? ¿Y las familias de las víctimas? Se ha prometido que no la habrá, ojalá no quede en una promesa. No se trata de revancha, se trata de justicia para que haya paz.
La derecha violenta -realmente no sé si existe otra- quedó derrotada, dividida, desmovilizada. Si me lo permiten, un consejo le daría a los opositores: búsquense otra dirección, salgan de los grupos de chantaje, los que usan las redes sociales para instigar al odio y causar muertos y violencia, son cuatro locos, irresponsables, frustrados porque no pueden realizar ellos mismos sus fantasías criminales, sus “vendettas” particulares.
La base social que sigue a la oposición, debería pensar mejor, dónde y quién lo embarca. Deberían abrirle paso a otro liderazgo que esté dispuesto a ocupar los espacios que puedan conquistar en el marco de nuestra Constitución, para hacer política, no para la aventura golpista. Deberían comenzar por reconocer que el Chavismo existe, es mayoría y sacar de su corazón esos sentimientos de odio, intolerancia y violencia, que los llevan de frustración en frustración, desestabilizando su propia psiquis y espiritualidad. Respirar profundo y pensar mejor, éste es un país que cambió para siempre y en el que todos tenemos un espacio, una posibilidad para aportar a la solución de nuestros problemas, como sociedad.
Quiero expresar por esta vía, ya lo hice por el “twitter”, mis felicitaciones a todos los candidatos de la Revolución, que salieron victoriosos. A la mayoría los conozco, a unos más que otros, y sé que son de Chávez y la Revolución. Mientras tengamos espacios de gobierno, tendremos la responsabilidad y posibilidad de defender a la Revolución, a Chávez, al Socialismo. La posibilidad de ayudar en la gestión del gobierno, fortalecer el Poder Popular, seguir transfiriendo poder al Pueblo, apoyar los programas de la Revolución y trabajar para resolver los problemas que estamos confrontando. Liberar espacios, no hacer concesiones en los principios, no hacer pactos de ningún tipo, no defraudar la esperanza del humilde, fortalecer al PSUV y mantener al Pueblo movilizado para seguir avanzando en medio de esta tormenta. Sólo nos salvará la conciencia del Pueblo y ésta se construye todos los días, dando el ejemplo, asumiendo responsabilidades, haciendo Revolución. No desviarse del camino de Chávez.
A los candidatos de la Revolución que no pudieron obtener la victoria, también los conozco, hombres de Chávez y del Pueblo, toda mi solidaridad, siempre un abrazo de compañero, en las buenas y en las malas. Seguro tendrán que aportar mucho a la discusión de los problemas que impidieron la victoria. No se puede dejar así, como si nada. Debe intervenirse a profundidad en la evaluación de las razones. La batalla es continua y sostenida en el tiempo.
Me preocupan los estados que perdimos, importantes todos desde distintas visiones y perspectivas. No podemos dejar a su pueblo en manos de gestiones contrarrevolucionarias, revanchistas o desestabilizadoras, no podemos permitir que desde allí se obstruya o frene la Revolución. El PSUV y el Poder Popular tendrán que dar una batalla política, para defender sus derechos y reconquistar esos espacios.
En el Zulia y Anzoátegui, me preocupa PDVSA. No solo por la movilización y participación política, sino porque son áreas de producción, con una cantidad importante de infraestructura estratégica y en el caso de Anzoátegui, las áreas a desarrollar para el Proyecto Socialista Faja del Orinoco. No se trata de la cantidad de sus votos, alguien podría decir que no modifican resultados, aunque sólo entre los dos estados son casi 85 mil trabajadores. Eso sería simplista. En estos estados la presencia de PDVSA en la sociedad y en el seno del Pueblo, es abrumadora, su influencia es determinante: en el ámbito económico, social y político.
Lo vuelvo a decir, aunque después se me responda utilizando palangristas, hay que revisar lo que está pasando en PDVSA, en sus empresas mixtas, no sólo se trata de la producción, que como he dicho ha caído un millón de barriles desde el 2014 hasta ahora, sino del profundo proceso de desmovilización y despolitización en su seno. En esta empresa, por sus características de actividad especializada y la nueva orientación de no vincularse al trabajo político-social y solo concentrarse en sus operaciones, se está produciendo un acelerado proceso de restablecimiento de los valores y conceptos que dieron pie a la “meritocracia” del petróleo. Este proceso no se ataja colocando a líderes de la FUTPV en fotos y comisiones, eso está bien, pero no es suficiente. Existe desmoralización y desmovilización porque se le ha descalificado como en su totalidad por la ausencia de liderazgo y desconexión con las tareas que el Comandante Chávez y la Revolución le asignó a la empresa en tiempos de ofensiva revolucionaria. Lo dejo para la debida reflexión.
Se ha dado una dura batalla política y se ha obtenido la victoria. Bravo por eso. Hay que dar las lecturas adecuadas, la primera de ellas es que nuestro querido Comandante Chávez sigue dándonos una mano, desde el corazón del Pueblo. La segunda es que el programa revolucionario y el legado de Chávez siguen pendientes en la conciencia del Pueblo y es por ello que se movilizan, para alcanzarlo plenamente, que no se pierda, no se puede poner de lado y mucho menos negociar. La tercera, es que el partido tiene un rol estelar que jugar, debe fortalecerse como el instrumento, la vanguardia.
El amor del Pueblo a Chávez está allí, noble, puro, a pesar de los problemas y desajustes de todo tipo, sigue confiando en su Revolución. Es lo más hermoso que tenemos, no dejemos que se pierda, ha costado mucho. Dijo un compañero: “no es un cheque en blanco”. Estoy de acuerdo, lo vengo diciendo desde estos espacios, desde esta posición de defensa de la Patria ¿Qué hacemos? ¡Siempre con Chávez! ¡Venceremos!