La mano de maduro

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La intensa campaña de propaganda del gobierno para atraer votos y ganar legitimidad con las próximas elecciones del 6D, permite al país conocer rasgos sustanciales de la degradación en la dirección política del madurismo como movimiento que, desesperados, recurren a cualquier tipo de mecanismo de presión y manipulación para llevar al pueblo a votar pero, a la vez, tienen que lidiar con la incontinencia y arranques de maduro, el peor candidato para cualquier cosa.

El día de ayer, maduro, en su empeño de lucir equilibrado y tratar de convencer de que las elecciones son transparentes y ecuánimes, realizó una presentación en VTV y allí, frente a una pantalla donde se muestra una imagen del tarjetón electoral, hace propaganda abierta por el PSUV. Esto no extraña a nadie, ni es el objeto de este artículo.

Lo que quiero señalar en estas breves líneas es que maduro no solo no mencionó al PCV y su tarjeta, a pesar de que se tomó el trabajo de mencionar a todos los partidos de la “oposición permitida” que participan en el proceso, sino que CON SU MANO, durante toda la transmisión, TAPÓ LA TARJETA DEL PCV.

Es increíble, resultaría hasta cómico si no fuera por el hecho de que este detallazo refleja exactamente la actitud intolerante y violenta de maduro hacia cualquiera que no siga sus deseos o no comparta sus posturas o decisiones políticas.

Una persona que maneja a su antojo todo el poder del Estado y que no tolera, ni acepta que nadie le lleve la contraria, y si alguien se atreve y lo hace, como hemos hecho varios ex ministros de Chávez, entonces se nos viene encima toda la violencia del pranato, la descalificación, el ostracismo, el exilio o la prisión.

El PCV y un conjunto de organizaciones y dirigentes populares excluidos de sus propios partidos intervenidos, como el PPT y Tupamaros, han decidido presentar opciones distintas al PSUV para estas elecciones. Hicieron bien, puesto que los candidatos del PSUV no sólo no representan al pueblo Chavista, mucho menos están dispuestos a defender, como ya lo han demostrado, el legado del Comandante Chávez y su propuesta programática, expresada en el Plan de la Patria de 2012, donde se incluye el socialismo, es decir el Plan de la Patria original.

Yo he dicho que no tiene sentido participar en estas elecciones arregladas de maduro porque  desmovilizan y desvían la atención del pueblo sobre lo que está sucediendo pero, en todo caso, quien esté en el país y decida participar desde el campo revolucionario en estas condiciones, tiene una opción en la tarjeta del PCV.

A estas organizaciones y dirigentes, que decidieron presentar una alternativa revolucionaria frente al desastre del madurismo, se les vino encima la furia y la violencia de los 6 que controlan el país. Pinto, secretario general de Tupamaros, está preso; Uzcátegui, secretario general nacional del PPT, acusado de “burdelero” como dijo el propio maduro; otros dirigentes populares también están presos y los partidos PPT y Tupamaros fueron intervenidos. 

Creo que, hasta ahora, al PCV y a sus dirigentes los ha protegido el prestigio y trayectoria del partido y el hecho de que ninguno de ellos formó parte del gobierno del Presidente Chávez, lo cual les hubiese valido de inmediato la acusación de corruptos y estarían presos o perseguidos.

Que un presidente de la República se dedique a hacer el esfuerzo de mantener la mano sobre la tarjeta del PCV para que no se vea en la transmisión y ni siquiera mencione a una organización de izquierda que participa en sus elecciones, es un reflejo de cómo piensa y actúa nicolás maduro, desesperado, disminuido, tramposo, iracundo.

Nada que ver con la grandeza de Chávez o de otros dirigentes de la revolución venezolana. maduro y los suyos (Jorge Rodríguez, Diosdado, Delcy, Iris Valera, Tareck El Aissami y un largo etc), con sus triquiñuelas baratas, se parecen cada vez más al “caudillo” Alfaro Ucero y al partido adeco contra el que insurgió el comandante Chávez.

Esta actuación inútil y absurda contra el PCV, forma parte de todo lo que ha venido haciendo el madurismo, las lamentables amenazas de Diosdado contra los que tienen hambre, los ataques y ofensas de maduro en mi contra, aderezados con los insultos de Iris Valera y Cilia Flores. Detrás de todo ello está la misma mano de maduro.

Pero la estrategia del madurismo es incitar al odio, al fascismo en posturas destempladas y teatreras del mismo maduro, tratando de embaucar incautos. 

Por un lado jura, en lo que llaman los especialistas de marketing crear “intriga”, que dejará el poder si “la oposición vuelve a controlar la Asamblea Nacional”, sabiendo que eso no es posible, no sólo porque la oposición no participa, sino porque el madurismo modificó la Ley Electoral, contraviniendo lo establecido en la Constitución sobre la representación uninominal. De esta manera se garantiza que al incrementar la cantidad de candidatos por lista, más nunca la oposición controle la Asamblea, mientras Jorge y Diosdado controlan la totalización de los votos en un sistema electoral intervenido por ellos.

Por otro lado, en su acostumbrada faceta de incitación al odio, arremete contra Leopoldo López jurando mil pendejadas, mientras todavía nadie le explica al país como fue posible que el dirigente opositor, el más vigilado de todos, pudo salir de la residencia del embajador de España, un sitio custodiado y rodeado por todas las fuerzas de seguridad del Estado y atravesar un país sin tránsito y lleno de alcabalas, para luego salir del territorio aparentemente (nadie sabe nada, capaz y salió por avión) atravesando una frontera militarizada. 

Es el eterno doble discurso de maduro, negocia de espaldas al país, hace pactos y trampas, mientras afinca su crueldad infinita en contra del Chavismo civil y militar, nos persigue, nos exilia y a los que logra capturar los entierra en vida para que se pudran en sus cárceles y tumbas.

La mano de maduro se extiende a todo lo que sucede en el país. Gobierna a sus anchas, violando la Constitución y sus leyes, sin instituciones, sin un movimiento popular que le ponga un parao, con un PSUV disminuido a su expresión de feria, sin contrapesos de ningún tipo.

Mientras sigue la frenética campaña electoral del madurismo, el país se cae a pedazos, un ministro de petróleo que no sabe nada de petróleo, asegura que PDVSA produce toda la gasolina que necesita el país, mientras los ciudadanos en el interior pasan días en una cola o se resignaron a que no habrá ni gasolina, ni gas. Pero tampoco hay electricidad, agua, transporte, internet, ni alimentos, ni medicinas. 

Un país con una economía por el suelo, dolarizada, con una clase trabajadora expropiada de su trabajo, con un salario mínimo mensual por debajo de 1 dólar  al mes, con un tipo de cambio que ya pasó del millón  bolívares por dólar, con una  hiperinflación que golpea todos los días al pueblo, a pesar de que la flamante ministra de finanzas asegure, impávidamente, que “no hay inflación”, frente a un pueblo empobrecido, desesperado, desesperanzado.

Advertimos que para el madurismo las elecciones parlamentarias son un trámite, un objetivo controlado por ellos, pero la distracción electoral les sirve para seguir encarcelando a los trabajadores, como el caso de Eudis Girot, directivo de la FUTPV, para poder seguir entregando el país en secreto con su llamada “Ley Antibloqueo”.

Ya corren las informaciones de que el gobierno entrega a sus socios y agentes privados los activos del Estado, sin consulta, violando las leyes Constitucionales: PDVSA, Agropatria, Lácteos Los Andes, la Red de Abastos Bicentenario, entre otros.

Luego de destruirlas y saquearlas durante ya 7 largos años de pesadilla, dirá a sus seguidores que entregan estas empresa “por culpa de Chávez”, “del socialismo”, “por culpa del Bloqueo” o cualquiera de sus excusas preferidas.

Hay mucho por hacer en Venezuela, tenemos muchas razones para la lucha: por el rescate de nuestro pueblo empobrecido, por sus derechos, para salir de este abismo en que hemos caído, debemos movilizarnos todos con una Junta Patriótica de Gobierno capaz de reconstruir el país, debemos rescatar la Esperanza y la posibilidad de conquistar los sueños colectivos de todo un pueblo.