La situación en Venezuela está tan mal y existe tanta degradación en el ámbito político, que la visita de un alto representante del gobierno norteamericano crea ansiedad, revuelo y una conmoción entre las élites que detentan el poder que refleja una especie de amor prohibido, que se puede resumir en la cara de sumiso regocijo del grandilocuente presidente de la Asamblea Nacional, ante el encuentro de Richard Grenell con nicolás maduro.
Sin que nadie sepa exactamente cuál es el propósito del enviado de Donald Trump, más allá del evidente resultado de la liberación de 6 rehenes norteamericanos y el compromiso del gobierno de ir a buscar en aviones venezolanos —y a su propio costo— a los miles de connacionales que serán deportados del territorio de los Estados Unidos, la maquinaria de propaganda del madurismo, rápidamente, desplegó una campaña triunfalista en torno a la misma, donde aflora un cipayismo vergonzoso, con el objetivo de imponer una consigna: “nosotros ganamos”.
El clímax del cipayismo, o para decirlo en palabras más nuestras, del entreguismo, se alcanza cuando se celebra que se renovó automáticamente la licencia 41 de la OFAC, que determina la manera y condiciones de como la Chevron se sigue llevando nuestro petróleo.
Por su parte, la oposición no dice ni pío, presa —como está— de sus propias contradicciones.
Uno de los errores que se ha cometido en Venezuela, estimulado por el gobierno en su afán de desmantelar el sentido crítico del pueblo, es que se han abandonado la discusión política y la batalla de ideas, para dejarlas en manos de la maquinaria de los bots de twitter e influencers de todo tipo que, junto a los palangristas e instigadores de odio de siempre, imponen consignas que ocultan y distorsionan la realidad de lo que ocurre.
En torno a todo ésto, habría que señalar varias cosas, que pueden servir de reflexión para la conciencia política en nuestro país:
- La legitimidad de un gobierno, no la otorga la presencia de un enviado de una potencia extranjera, sino, como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el voto popular, que consagra el principio de que “la soberanía reside en el pueblo”. De tal manera, la situación sigue siendo la misma: estamos ante un gobierno inconstitucional, que se ha impuesto en el poder con la violencia, luego del fraude electoral del 28 de julio de 2024. Entonces, la visita de mister Grenell, no cambia nada; este gobierno carece de legitimidad, el país está en una nueva situación desde la juramentación del gobierno el 10 de enero pasado.
- El madurismo se regocija por la presencia de mister Grenell, adjudicándose un “triunfo”; sin embargo, hay una lectura más sencilla y distinta: la visita, es un triunfo de Trump, pues apenas su enviado pisó tierra venezolana, obtuvo lo que quería. El madurismo estaba ansioso de que “el catire” le pidiera algo. Por eso, su silencio —el de Trump— ante lo que está sucediendo en América Latina y, sobre todo, la demonización de nuestros inmigrantes venezolanos en los Estados Unidos que, todos sabemos, tuvieron que abandonar la patria en ruinas.
¿Qué habrá exigido mister Grenell a maduro?, y peor aún, ¿qué más habrá entregado maduro? Eso sólo lo sabremos, lamentablemente, con el transcurso del tiempo. Son decisiones de gobierno que afectan a todo el país y se mantienen en absoluto secreto, bajo la consigna aquella de lo que queda del PSUV, de que “aquí se hace lo que maduro diga”. Pero la situación no pinta bien, porque el gobierno de maduro ha demostrado que es capaz de entregar la patria, para satisfacer sus intereses grupales. Todo queda abierto a la especulación, pero es evidente que el gobierno ha entregado PDVSA, el petróleo, el gas, El Esequibo y el Arco Minero, solo para mencionar lo más evidente.
- La renovación automática de la licencia 41 de la OFAC, a favor de la Chevron, no se puede colocar en términos de “ganar”, para ningún venezolano. Con ella, perdemos todos. Porque como lo he explicado en varios de mis artículos, es la primera vez en nuestra historia, que una agencia extranjera, en este caso, la OFAC, impone los términos y condiciones bajo los cuales se explota nuestro petróleo en el país. Cuando el gobierno acepta la Licencia de la OFAC, viola la Reserva Constitucional sobre el petróleo, consagrada en los artículos 302 y 303 de la Constitución, así como, todo lo establecido en la Ley Orgánica de Hidrocarburos. Bajo los términos de la licencia, la Chevron tiene el control, opera y exporta el petróleo de todos los venezolanos, sin pagar regalías, ni impuestos petroleros, retrogradándonos a la época de Juan Vicente Gómez. Es verdad, que le paga impuestos al Seniat (en bolívares), pero ello es una porción ínfima, irrisoria, de lo que corresponde al país y nadie sabe, en el gobierno del secreto, a dónde van a parar esos recursos.
- La liberación de los rehenes norteamericanos, confirma una práctica establecida por el gobierno, que utiliza, a su antojo, el sistema de justicia y en particular, el Ministerio Público (Fiscalía General), como instrumento de sus objetivos políticos. La realidad es que existen miles de presos y secuestrados políticos en el país, a quienes se les violan permanentemente sus Derechos Humanos y que deberían recibir el mismo trato de los presos norteamericanos y ser liberados; pero como no hay Trump que los defienda, tiene que hacerlo el pueblo. Incluso, si queda algo de racionalidad política en este gobierno, todos ellos deberían ser liberados, sin que venga ninguna potencia extranjera a imponerlo.
- En el marco de toda esta situación y en un intento desesperado de pasar la página, el flamante presidente del CNE, Elvis Amoroso, llama ahora a elecciones regionales y de la Asamblea Nacional para el próximo 27 de abril, lanzando alguna suela de zapato para que los alacranes mastiquen; e incluso, para aliviar tensiones en el profundo descontento en el seno del PSUV, estimulan el electoralismo y la posibilidad de acceder a una de las migajas del poder. Creen que el pueblo es pendejo.
Pero el mundo, no obstante, gira, y las situaciones geopolíticas se complican. En nuestra región, sólo se alza la voz valiente de la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo; el resto, son silencios y retrocesos.
El tribunal del CIADI ha decidido en contra de Venezuela, en el caso Conoco, luego de que el gobierno y el llamado “gobierno interino”, abandonaran la defensa de los intereses de nuestro país en el exterior, carentes de estrategia e interés patrio. El CIADI impone un monto a pagar de 7 mil millones de dólares, por cierto, la tercera parte de lo que Tareck El Aissami desfalcó en PDVSA entre 2020-2022. La Conoco se cobrará con Citgo, en lo que hemos denunciado como una tragedia anunciada por la negativa de maduro de vender estos activos en 2014, como se lo propusimos, cuando todavía estábamos a tiempo de liberar ese rehén de la apertura petrolera.
En estos momentos ignominiosos para el país, ante el cipayismo, la ausencia de liderazgo y la destrucción del campo Bolivariano, siempre vale la pena recordar las palabras de Simón Bolívar, el Padre de la Patria, el hombre de las dificultades, en la Junta Patriótica de Caracas el 4 de julio de 1811, cuando le salía al frente a las voces de resignación y entreguismo de la naciente República: “qué nos importa que España venda a Fernando VII a los franceses, o que el emperador de los franceses lo venda a España? Si estamos decididos a ser libres, lo seremos”.