La Nueva Pdvsa se caracteriza por su fuerte contenido popular, su compromiso con la Política de Plena Soberanía Petrolera, su subordi-nación al Estado y servicio al país.
Probablemente, Pdvsa y Nuestras Fuerzas Armadas fueron las únicas instituciones que se transformaron radicalmente producto de la derrota de dos complejas y violentas acciones de desestabilización adelantadas por los factores de oposición en contra del Presidente Chávez: El Golpe de Estado y el Sabotaje Petrolero.
De esas batallas, profundamente vinculadas entre sí, emergieron victoriosas la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y la Nueva Pdvsa Roja Rojita.
No es casual que estas dos instituciones hayan sido y sean objeto de agresión contra el país, ambas están vinculadas al ejercicio pleno de nuestra soberanía. Así, la Política de Plena Soberanía Petrolera y la Doctrina Militar Bolivariana se pudieron desarrollar como un legado del Presidente Chávez. Por otra parte, estas dos nuevas instituciones permitieron estabilizar y desarrollar el programa de profundas transformaciones políticas, económicas y sociales de la Revolución Bolivariana.
Para los que tengan corta memoria o a las nuevas generaciones, probablemente le resulte difícil imaginar cómo eran estas instituciones antes del Presidente Chávez, habría que extenderse más en este tema para poder valorar en su justa dimensión estratégica la transformación de las mismas.
Me corresponde hablar de la Nueva Pdvsa, pues tuve el honor de ser Ministro de Petróleo durante doce años y su Presidente por diez años. Hay que decirlo con claridad, nuestra Nueva Pdvsa, fue inspirada por el Presidente Chávez. La derrota del Sabotaje Petrolero fue una batalla popular, donde nuestros trabajadores, técnicos y gerentes patriotas, restablecieron las operaciones con el apoyo y acompañamiento de las instituciones del Estado, Fuerzas Armadas, voluntarios, jubilados y del pueblo que se volcó a nuestras instalaciones a defenderlas.
El Presidente Chávez dirigió personalmente esta batalla, desde su puesto de comando en Miraflores, donde nos instalamos junto al resto del grupo “Colina”. El Presidente hablaba personalmente con los trabajadores que estaban al frente de la batalla, con los Ministros, coordinando la respuesta del gobierno. Luego, nuestro despliegue a las distintas áreas operacionales, el grupo “Colina” al frente de las operaciones, recuperando las instalaciones una a una, con un estrecho acompañamiento de los factores de la revolución y del pueblo, en una gesta verdaderamente heroica, donde el Presidente Chávez reconoció el patriotismo de nuestros trabajadores y militares en cada una de las instalaciones que se iban liberando, a la vez que desplegó una intensa campaña política y comunicacional para explicarle al país todo el proceso de normalización y las causas y motivaciones del Sabotaje, un acto tan lesivo a los intereses nacionales.
Fue una batalla sin mezquindades, sin protagonismos, unitaria. En las peores condiciones económicas, solo producíamos 23 mil barriles diarios de petróleo, suspendidas las exportaciones, sin dinero, sin gasolina, sin gas, con el paro de Fedecamaras y la constante incitación a la violencia de los medios de comunicación y los factores de la oposición, los mismos que hoy nos agreden, el pueblo estaba resteado con Chávez. Se impuso la pasión revolucionaria, las razones sagradas para luchar y la determinación de vencer.
Fue una extraordinaria lección política la que dio el Comandante Chávez y nuestro Pueblo a la extrema derecha y al imperialismo.
La vieja Pdvsa, heredera de la conducta y visión de las transnacionales petroleras, profundamente antipopular y antinacional, dirigida por una élite que impulsó la entrega de nuestro petróleo con la apertura petrolera, de espaldas al Estado Venezolano, quedaba hecha añicos por su propia mano; ellos destrozaron la Empresa, provocaron daños directos por más de 17 mil millones de dólares, además de entregar los Convenios Operativos, la Faja Petrolífera, los taladros, actividades de inyección, transporte, cerebro informático, muelles, terminales, en fin, era la desaparición de nuestra empresa nacional.
El valor más importante de la Nueva Pdvsa, son sus trabajadores, signados por el ejemplo de Chávez, fogueados en la batalla, con conciencia revolucionaria, motivación, honestidad y trabajo constante, custodios del activo más importante de la República.
La Nueva Pdvsa se caracteriza por su fuerte contenido popular, su compromiso con la Política de Plena Soberanía Petrolera, su subordinación al Estado y servicio al país.
La batalla por la derrota del sabotaje petrolero, unificó a los patriotas y revolucionarios dentro de la empresa, imponiendo una nueva relación de trabajo revolucionaria y directa, pero con la necesaria rigurosidad, conocimiento y disciplina que se impone para operar una empresa como Pdvsa y un negocio tan complejo como el petrolero. Los compañeros que asumieron la conducción de la empresa tenían, por un lado un firme compromiso con la patria y por el otro una dilatada experiencia y capacidad técnica.
La Nueva Pdvsa se convirtió en un instrumento técnico-político poderoso para establecer nuestra Plena Soberanía Petrolera. El Estado, a través del Ministerio de Energía y Minas tuvo un aliado para hacer frente a las transnacionales, para restablecer su autoridad, nuestras leyes y políticas.
Sin la Nueva Pdvsa, no hubiese sido posible derrotar la apertura petrolera e implantar nuestra propia política, hubiese sido imposible nacionalizar la Faja Petrolífera del Orinoco, los Convenios Operativos y subordinar las transnacionales al poder del Estado.
La Nueva Pdvsa asumió, con éxito, todas las operaciones que habían sido entregadas durante la apertura, recuperó para el país: campos de producción, mejoradores, terminales, taladros, comercialización, instalaciones de inyección, nuestro cerebro informático, etc.
La Nueva Pdvsa se involucró hasta las últimas consecuencias, en la batalla contra la pobreza, por la inclusión social, por el socialismo. Sin cálculos egoístas, atendimos al llamado del Comandante Chávez.
Por primera vez, el ingreso del Petróleo se invirtió en el pueblo, en la lucha contra la pobreza, en las Misiones, en la batalla por la igualdad social, en desarrollo humano.
Lo verdaderamente revolucionario, fue el involucramiento de todos los trabajadores, de toda la empresa al trabajo político y social en el seno del pueblo, esa era la prédica del Comandante Chávez: no ser indiferentes a nuestro entorno, a nuestra realidad, no podía seguir fluyendo el Petróleo, atravesando campos y ciudades signados por la pobreza, sin que hiciéramos nada para cambiar esta realidad. No podía ser una empresa de privilegios y conductas que al final nos hubiese convertido en una nueva “élite meritocrática”.
Había que transformarlo todo y mantener a nuestra empresa comprometida y movilizada con Chávez y el pueblo. Ese tipo de trabajo, voluntario, fuera de la oficina, con los humildes es la única forma de mantener una conducta nacional y revolucionaria, un antídoto para no reproducir la “vieja Pdvsa”.
Pdvsa asumió responsabilidades adicionales asignadas directamente por el Presidente Chávez en su empeño de transformar el país. Había que asumir esas tareas para salir del abismo y saldar la terrible deuda social con el pueblo.
Se crearon los Distritos Sociales de Pdvsa y a partir de allí se hicieron escuelas, liceos, universidades, hospitales, fábricas, todo tipo de infraestructura social, se entregaron y acondicionaron para las nuevas universidades nuestras instalaciones en todas las áreas: la Universidad Bolivariana, la Unefa, Aldeas Universitarias.
Se creó Pdvsa La Estancia con su extraordinaria acción social y cultural. Nos hicimos cargo de la Misión Ribas, de la Gran Misión Vivienda Venezuela, apoyamos todas las Misiones (Robinson, Sucre, Barrio Adentro, etc.) en su despliegue y desarrollo de infraestructura en el territorio nacional, derrotamos el desabastecimiento con la creación de PDVAL.
Iniciamos y dimos forma concreta al desarrollo de la Faja Petrolífera del Orinoco, el proyecto estructurante más importante del país. Iniciamos los polos de desarrollo en base a la explotación del gas costa afuera tanto en el Estado Sucre como en el Golfo de Venezuela.
Cuando se presentó la crisis eléctrica, atendimos el llamado de emergencia y construimos centrales termoeléctricas de las más modernas del mundo. Asumimos una cantidad importante de tareas de apoyo y ejecución de obras y proyectos asignados directamente por el Presidente Chávez. Le dimos forma y funcionamiento a Petrocaribe y apoyamos todos los acuerdos de cooperación con Latinoamérica, China y Rusia, para construir nuestra nueva geopolítica.
Toda esta actividad está perfectamente documentada y respaldada y está allí, en todo el territorio nacional, en beneficio del pueblo. Así debe ser reconocido, sin egoísmos ni pequeñeces, el gran aporte de la Nueva PDVSA al desarrollo nacional.
A partir del año 2009, cuando colapsaron los precios del petróleo de 130 $/Barril a 35 $/Barril y Estados Unidos impuso sanciones a Pdvsa, cuestionando las relaciones de nuestro país con Irán, presentamos al Presidente Chávez un plan estratégico de Soberanía Económica para hacer frente a esta coyuntura. Se trataba de garantizar la construcción en el país de l os suministros de bienes y servicios esenciales o costosos para el funcionamiento de la Industria y reducir la dependencia tecnológica.
En el marco de esta política se crearon las filiales No petroleras: PDVSA Industrial, fábricas de Tubos, de válvulas, de estructuras metálicas; PDVSA Servicios Petroleros; Pdvsa Gas Comunal; Pdvsa Agrícola; Pdvsa Naval; Pdvsa Mantenimiento; la ENT, entre otras. También se buscaba impulsar la industrialización del país, se establecieron alianzas con sectores nacionales. Como resultado de esto, se ahorraron divisas y se activó el empleo, se construyeron tuberías para los gasoductos y oleoductos, válvulas, la Plataforma 4 de febrero, aditivos de perforación, se ensamblaron taladros, se distribuyó la gasolina, el gas y llevamos al mundo nuestro petróleo con barcos propios o en alianzas internacionales.
La Nueva PDVSA, se convirtió en Roja Rojita, al calor de la participación política de nuestros trabajadores en defensa del proyecto Bolivariano y del Comandante Chávez. Los obreros, gerentes y técnicos, agrupados en las distintas organizaciones de los trabajadores, se movilizaron permanentemente y dieron la cara a la oligarquía, en defensa de nuestras conquistas. Se convirtió en una vanguardia, con gran capacidad de movilización, uno de los motores de la revolución. Un reservorio de conciencia y pasión patria, un baluarte y pilar de la revolución Bolivariana, como constantemente lo reconocía el Comandante Chávez, aún en las circunstancias más difíciles, frente al compromiso y entrega de nuestros trabajadores: “… aquí lo que se respira es Patria!”.
Así, la Nueva Pdvsa Roja Rojita tiene, además de todas sus capacidades y fortalezas técnicas, su papel estratégico para nuestro país y el ejercicio de nuestra soberanía, un profundo y poderoso referente político del Comandante Chávez, fue su creación, su inspiración. Por eso nos atacan sin tregua, tratan de confundir, su objetivo final es acabar con su obra, con la Revolución Bolivariana. ¡Venceremos!