LA OPEP+ SIN ACUERDO
La emisión del Boletín, correspondiente al mes de junio, la retrasamos esperando los resultados de la reunión de ministros de la OPEP+ pautada para el día primero de julio, por la importancia que la misma reviste para el mercado petrolero internacional.
Sin embargo el pasado 05 de julio, la Secretaría General de la OPEP informó la decisión de cancelar[1] la 18ª Reunión de Ministros de la OPEP+, luego de posponerse en dos oportunidades y no llegar a un acuerdo, ante la negativa de Emiratos Árabes Unidos de apoyar la extensión del acuerdo más allá del abril de 2022 y mantener la actual base de producción, sobre la cual se han calculado las cuotas de recortes de cada paîs.
La decisión de cancelar la reunión es una respuesta del presidente de la OPEP+, el ministro de energía de Arabia Saudita, al ministro de energía e industrias de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), ante los intentos de este último de aprovechar la expectativa del mercado y la necesidad de consenso en el seno de la organización, para presionar y obtener una mayor cuota de producción de petróleo como condición para seguir apoyando los acuerdos.
Los EAU presionan a lo interno de la OPEP y la OPEP+, tal como lo hicieron en diciembre de 2020 –donde incluso insinuaron su intención de abandonar la OPEP– para dar curso a la política volumétrica que se ha impuesto en el país, como consecuencia lógica del proceso de privatización del sector petrolero adelantada por el gobierno.
Tal como sucedió en la OPEP en los años ‘90, cuando en Venezuela se desarrollaba el proceso de privatización de la industria petrolera –conocida como “Apertura Petrolera”–, ahora los EAU con la privatización de la Abu Dhabi National Oil Corporation (ADNOC) y la inclusión de los intereses de los actores privados en sus posturas, impulsa una política volumétrica, en detrimento de la política de defensa del precio, la cual pasa por administrar la producción y oferta del petróleo en el seno de los acuerdos de la OPEP u OPEP+.
Los EAU, busca redefinir el cuadro de cuotas de producción de la OPEP antes que Irán alcance un acuerdo nuclear con los EE.UU. y se levanten las sanciones en contra del sector petrolero de la nación Persa, lo cual podría colocar la producción de ese país en 3 millones de barriles de petróleo para finales de este mismo año.
La consecuencia directa de la cancelación de la reunión de la OPEP+, además del daño político que sufre la iniciativa al mostrar sus fisuras y conflictos de intereses, es que el grupo no aumentará su producción en agosto, manteniendo la cuota y la base de producción que corresponde al mes de julio.
Existía la expectativa del mercado y el consenso en el seno de la OPEP+, de incrementar la producción de petróleo en 2 millones de barriles día entre agosto y diciembre, a una rata de 400 MBD intermensual, previendo que el aumento de la demanda, estimada para este año en 5,95 MMBD, se produzca a partir de la segunda mitad del año y extender los acuerdos de recortes de producción desde abril del 2022 –como estaba previsto originalmente– hasta diciembre de 2022.
Por su parte, los grandes productores del grupo, Rusia y Arabia Saudita, no están dispuestos a seguir perdiendo mercados frente a los productores norteamericanos, por lo que son partidarios de incrementar la producción a partir de agosto para mantener el precio a niveles que impidan el incremento de la producción de “Shale Oil” de los EE.UU. y de lo crudos no convencionales canadienses.
Los operadores del mercado, luego del nerviosismo inicial, han reaccionado con cautela, tratando de evaluar escenarios planteados ante una demanda que, a pesar de los problemas del COVID-19, sigue en recuperación, y un precio que sigue escalando cada vez más cerca del umbral de los 80 dólares el barril, por lo que grandes consumidores como EE.UU., a través de la Casa Blanca, han expresado su preocupación por el hecho de que la OPEP+ no alcance acuerdo para incrementar su oferta de petróleo y mantener un precio a niveles que contribuya a la recuperación de la economía mundial.
Para los países productores de petróleo el peor escenario es que el desacuerdo entre las monarquías del Golfo desemboque en una serie de represalias y desacato de los acuerdos de cuotas de producción, para no perder mercado, ante un aumento de la producción de esquisto de EE.UU. que pueda cubrir la oferta de petróleo dejada por la OPEP+, estimulados por los precios más altos, lo cual puede generar otra “guerra de precios” –como sucedió en marzo del 2020– que provoque, nuevamente, la desestabilización del mercado y la caída de los precios del petróleo.
Indicadores del mercado petrolero: Precios, demanda y producción.
Precios
Al cierre del 8 de julio, el Brent se cotizó en 74,12 dólares el barril, mientras que el WTI en 73,2 dólares el barril. Los precios del petroleo han recuperado más del 50% de su valor este año, un claro indicativo del éxito de la política de masivos recortes de la OPEP+ en vigencia desde mayo de 2020, lo cual confirma la validez de uno de los principios fundacionales de la OPEP, el derecho de los países productores de administrar la producción de petroleo, la oferta, interviniendo el mercado para preservar y obtener un justo valor del recurso natural.
COMPORTAMIENTO DEL PRECIO
(septiembre 2018 – 08 julio 2021)
Demanda
De acuerdo al MOMR de junio de 2021, el crecimiento de la demanda mundial de petróleo para este año se mantiene en 6,0 MMBD, para una demanda total de petróleo de 96,6 MMBD, soportada por un crecimiento económico mundial de 5,5% para 2021.
Sin embargo, tanto la OPEP, como las agencias (EIA y AIE) prevén que la mayor demanda de petróleo se produzca el segundo semestre de 2021, debido a la complejidad y asimetrías del proceso de vacunación de la población mundial, asi como la aparición de variantes de la COVID-19.
Producción
De acuerdo al Reporte de Monitoreo del Mercado (MOMR) de la OPEP, correspondiente al 10 de junio, la producción de petroleo, condensados, LGN y líquidos no convencionales en el mundo se ubicó en 93,67 millones de barriles día (MMBD), de los cuales, 80,87 MMBD corresponden a petróleo. De esa producción de petroleo, 38,73 MMBD corresponden a la oferta de la OPEP+, el 47,9% de la producción mundial.
El recorte de producción de la OPEP+ para mayo fue de 6,768 MMBD, un cumplimiento de 103,33% sobre el acuerdo de 6,55 MMBD. Si a esto agregamos el recorte voluntario de Arabia Saudita, entonces el recorte total del grupo de países OPEP+ fue de 7,518 MMBD, lo cual eleva el cumplimiento a 114,78%.
Los rezagados
De los países de la OPEP exentos de los recortes de producción (Irán, Libia y Venezuela), solo Libia e Irán parecen estar en posibilidades de aumentar y estabilizar su producción.
La producción petrolera de Libia se ha colocado por encima del millón de barriles día, luego de la firma de los acuerdos de paz de octubre[12] pasado que permitió el levantamiento del bloqueo a las áreas de producción de petroleo por parte de las fuerzas del Ejército Nacional Libio del Parlamento del Este (Tobruk). A partir de allí, la producción petrolera libia subió desde 150 MBD en septiembre de 2020 a 1,2 MMBD en diciembre del mismo año, volumen en torno al cual se ha mantenido fluctuando.
Por su parte, la producción petrolera de Irán, ha aumentado en 430 MBD desde principios de este año, lo cual refleja una recuperación del 23,6% de su producción respecto al promedio de 2020. De llegarse a un acuerdo nuclear entre EE.UU e Irán, que permita levantar las sanciones sobre el sector petrolero persa, se estima que la producción puede incrementarse en 500 MBD adicionales para finales del año, llevando la producción irani a 3 MMBD, lo que volvería a convertir al país un actor importante en el mercado petrolero internacional y, seguramente, abrirá fisuras en el seno de la OPEP, cuando las monarquías del Golfo Pérsico exijan que Irán vuelva a los acuerdos de recortes de producción, con una redistribución de las cuotas de producción entre los países miembros.
VENEZUELA
Las promesas incumplidas del Ministro: siguen las colas por la gasolina.
El pasado 21 de junio, en una entrevista[61] del ministro de Petróleo y presidente de la Comisión ARA, Tareck el Aissami, a la agencia internacional Bloomberg, el ministro aseguró que la aguda escasez de gasolina y otros combustibles que ha afectado al país desde el año 2018, terminaría a finales del mes de junio, debido a que el sistema de refinación nacional sería capaz de abastecer el mercado interno venezolano. El ministro de petróleo afirmó textualmente que “a finales de junio las colas desaparecerán”.
Ya entramos al mes de julio y las colas siguen, la escasez continúa, instalada ya como un problema crónico del país, el gobierno mintió una vez más. Esta realidad de la escasez de gasolina, diesel y gas la percibe todo el país, sobre todo fuera de la capital, a pesar de la fuerte campaña del gobierno en redes sociales para tratar de ocultarla y del hecho de que ningún medio de comunicación se atreve a constatar y reflejar la situación de escasez de combustibles en el país, por temor a la censura y represalias del gobierno.
Es paradójico que el gobierno designa a sus más altos funcionarios para conceder entrevistas a las agencias internacionales y transmitir mensajes de “confianza y tranquilidad” al sector financiero internacional –intentando atraerlos a sus planes de privatización del sector– pero el funcionario, en este caso el ministro de petróleo, hace afirmaciones vagas y promesas de resultados que no tienen fundamento técnico-económico alguno y que, ni siquiera, forman parte de un plan de recuperación de la Industria petrolera en el país. El efecto que provocan las promesas incumplidas del ministro son devastadoras y contrarias a su intencionalidad política.
El problema de PDVSA no es técnico, es un problema político, que no tiene nada que ver, por cierto, con la Ley Orgánica de Hidrocarburos[62] –que el gobierno está empeñado en cambiar–, sino que tiene que ver con Miraflores, con las políticas del gobierno hacia el sector petrolero nacional, el cual ha sido víctima desde el 2015 de un sistemático proceso de persecución de sus trabajadores y cuadros técnicos-gerenciales, para luego militarizar el sector, provocando un desmantelamiento de sus instalaciones y capacidades productivas que ahora están siendo rematadas al amparo del secreto de la llamada “ley anti bloqueo”.
La escasez de combustibles es consecuencia del colapso de nuestro sistema refinador nacional (2015-2021).
Nuestro sistema de refinación nacional, las refinerías del país, excluyendo CITGO, Cienfuegos, Petrojam y Refidomsa, SIEMPRE fue capaz de abastecer nuestro mercado interno de combustibles.
Solo durante el sabotaje petrolero, entre diciembre de 2002 y marzo de 2003, cuando la denominada Gente del Petróleo, saboteo nuestra producción y nuestras refinerías, logrando la paralización de Amuay, Cardón, Bajo Grande y El Palito, el país fue sometido a una severa escasez de combustible y gas. Sin embargo, en aquellos años del gobierno de presidente Chavez, desde el Ministerio de Petróleo y PDVSA estructuramos un Plan de recuperación de PDVSA y tomamos las medidas para restablecer, tanto la producción de petróleo –que había caído en enero de 2003 a solo 23 mil barriles día– como la operatividad de nuestras refinerías, objetivos que alcanzamos para entre el mes de marzo y abril de ese mismo año.
Luego de superado el Sabotaje Petrolero, nuestro país mantuvo, entre 2004-2013, un promedio de producción de petróleo de 3 millones de barriles día y un promedio de refinación de crudo de un millón de barriles día en el circuito nacional.
Para el cierre del año 2014[63], según consta en el Informe de Gestión Anual de PDVSA, nuestro circuito de refinación nacional procesó 1,15 MMBD y produjo 1,042 MMBD de combustibles, de los cuales 638 MBD se destinaron al mercado interno y 404 MBD se destinaron a la exportación.
La composición y cantidad de productos refinados entre 2001-2014 fue la siguiente:
Sin embargo, a partir del 2015, PDVSA fue sucesivamente intervenida por el gobierno, desviando los recursos presupuestados para inversiones, mantenimiento y operaciones de la industria, incluyendo los requeridos por el sistema refinador.
La vicepresidencia de Finanzas, ocupada sucesivamente por funcionarios de confianza del gobierno se dedicaron de manera sistemática a desviar los recursos de la empresa para atender las prioridades del gobierno –entre ellas el pago de deuda externa– y suspendieron los procesos de contrataciones de insumos y servicios para las operaciones de la empresa.
Aunado a esta desviación de recursos y suspensión de contrataciones, el gobierno, se dedicó a perseguir y purgar a los directivos, gerentes, supervisores y trabajadores que estuvieron al frente de PDVSA y del sector refinación nacional durante el gobierno del presidente Chávez, los mismos que lograron recuperar la empresa de los efectos del sabotaje petrolero del 2002-2003, y que hoy están fuera del país o están presos, abandonados a su suerte como si fuesen criminales.
Los efectos de esta falta de recursos y el desmantelamiento de la plana gerencial del sistema de refinación nacional, instalaciones especialmente sensibles al mantenimiento oportuno y de alta complejidad en sus operaciones fueron catastróficos.
A partir del 2017, con la militarización de la empresa, el gobierno entregó la conducción de las refinerías a grupos afectos a los distintos intereses y sectores políticos representados en la Junta Directiva de PDVSA, la mayoría de las veces sin conocimiento o la capacidad para conducir tan complejas instalaciones.
A partir de ese momento, se comenzaron a suspender o postergar los programas de mantenimiento programado, las paradas de planta y la sustitución de equipos, partes y repuestos, además se extendió la práctica de “canibalizar” equipos, es decir, extraer equipos, partes o repuestos de una refinería o planta para utilizarlos en otra, obviando la incompatibilidad de los mismos y el hecho de que nuestro sistema de refinación nacional –construido por las distintas transnacionales que operaban en el país durante el período concesionario– tiene antigüedades, tecnologías, sistemas y filosofías de operación completamente distintos.
Para el año 2020 la situación del sistema refinador nacional era de absoluto colapso, en esas condiciones la dejo el anterior presidente de PDVSA (2017-2020) general Manuel Quevedo –quien luego fue postulado a diputado por el gobierno– con la Refinería Puerto La Cruz y Bajo Grande completamente paralizadas, mientras Amuay, Cardón y el Palito a mínima carga, no solo por inoperatividad sino por falta de crudo.
La Comisión ARA[64], con sus nuevas autoridades, han fracasado en sus intentos de reactivar las refinerías a 100% de su capacidad, el sistema de refinacion venezolano, con una capacidad instalada de 1,2 millones de barriles día, en su conjunto opera a no más del 10% de su capacidad. Sucesivos intentos de reactivación y muchos accidentes –atribuidos por el mismo ministro, como producto de ataques “terroristas”, utilizando “misiles”– han marcado todo el periodo con intentos fallidos o incapacidad para reactivar las refinerías.
El pasado 5 de julio Trabajadores del Complejo Refinador Paraguaná informaron[67], que a planta catalítica de la Refinería Cardón, tuvo que ser paralizada, debido a múltiples fallas en sus operaciones por lo que se estima esté fuera de servicio al menos por 8 semanas, lo que agravaría el mermado suministro de combustible en varias regiones del país.
El gobierno y su aparato de propaganda argumenta reiteradamente que la escasez de gasolina, diesel, GLP y lubricantes, entre otros combustibles requeridos por el mercado interno, es producto de las sanciones norteamericanas a PDVSA, obviando el hecho de que estas se impusieron[65] a inicios de 2019, cuando ya el sistema refinador estaba básicamente paralizado por problemas de gestión y desviación de recursos. El gobierno que ha privatizado parcialmente el sector y liberado los precios del combustible a los precios del mercado internacional[66], ha recurrido a la importación de combustibles desde Irán, país que, paradójicamente, sí está sometido a un fuerte bloqueo por parte de los EE.UU., para garantizar parcialmente el disminuido mercado interno que, luego de una caída de 72% del PIB acumulado desde el 2014, alcanza escasamente los 120 MBD.
A pesar de las declaraciones del ministro y de la propaganda gubernamental, siguen las largas colas de los ciudadanos para abastecer gasolina y sigue la aguda escasez de combustibles en el país.
La producción de petróleo sigue estancada a los niveles de 1930.
De acuerdo al último Reporte de Monitoreo del Mercado (MOMR por sus siglas en inglés) de la OPEP, emitido este mes, la producción petrolera en Venezuela para el mes de mayo se ubicó en 531 mil barriles dia de petróleo, el mismo nivel de producción del año 1930, una caída de 2.484 MMBD, el 82.39%, respecto a la producción promedio del país de 3,015 millones de barriles día al 2013.
PRODUCCIÓN DE PETRÓLEO DE LOS PAÍSES OPEP
(mayo 2021)
La producción petrolera del país se mantiene estancada desde el 2020 y se ubica 37,19% por debajo del promedio del 2019, cuando inició sus gestiones la Comisión ARA. El nivel de producción de petróleo coloca a Venezuela en el décimo lugar en el ranking de los productores de petróleo de la OPEP, 5 puestos por debajo del quinto lugar que el país ocupaba en el seno de la organización en 2008, cuando la producción promedio del país para ese año era 3,260 millones de barriles dia de petróleo.
RANKING DE LOS PAÍSES PRODUCTORES DE PETRÓLEO DE LA OPEP
(mayo 2021)
La caída de Venezuela en el ranking de países productores de petróleo en el seno de la OPEP, a un nivel solo por encima de los pequeños productores de África, le han restado al país cualquier influencia en el seno de la Organización y en el mercado petrolero internacional.
Las intervenciones de Venezuela en el seno de las reuniones de la OPEP, no tienen relevancia, ni son noticia, puesto que todo el sector sabe que la posición del país no influirá para nada en el curso político o en las decisiones de la Organización. Esa pérdida de importancia de Venezuela en el seno de la OPEP le siguen restando fuerza en su capacidad de incidir en la política Petrolera internacional, lo que la relega a un segundo o tercer plano, luego de haber ocupado posiciones estelares, como generador de política petrolera en el ámbito internacional.
En la misma entrevista que hicimos referencia más arriba, el ministro de petróleo, Tareck el Aissami, además de la promesa incumplida de acabar con la escasez de combustibles para finales del mes de junio, también aseguró que la producción de petróleo del país, se incrementará, a finales de año, desde los 531 MBD del mes de mayo a 1,5 MMBD, es decir un 300% adicional en los 7 meses que restan del año.
Nuevamente, el ministro hace promesas que no tienen ningún fundamento. Ni la Comisión ARA, ni el Ministerio de Petróleo, ni PDVSA han mostrado ninguna estrategia para recuperar la menguada producción petrolera del país, distinto a sus reiterados llamados a la privatización de la empresa, tal como el Plan de Privatización[68] de la Comisión ARA del pasado 1ero de mayo del 2020 y la oferta de venta de activos de PDVSA y del país en sus sucesivas “Rondas de oportunidades”, en claro desacato de las reservas constitucionales y de lo establecido en la Ley Orgánica de Hidrocarburos vigente.
La industria petrolera en Venezuela está en una situación de colapso, pues los recursos para mantener sus operaciones y las necesarias labores de mantenimiento, servicios, inversiones, suministro de insumos, tecnología, reemplazos de maquinarias y equipos, equipos, mantenimiento y adecuación de la infraestructura han sido desviados, provocando desde el mismo 2015 una paralización progresiva de los procesos productivos y operacionales –que deben ser continuos e ininterrumpidos– que se han reflejado en el colapso de la producción de petróleo y de la capacidad de procesamiento para la producción de combustibles en el país.
En nuestro caso, tenemos el agravante, que nuestros yacimientos de crudos medianos y pesados, en muchas áreas son yacimientos maduros, algunos centenarios, que requieren trabajos permanentes de recuperación secundaria e inyección de agua o gas para mantener su energía. En otros, como el norte de Monagas es fundamental la inyección de gas para mantener su producción y en los yacimientos de la Faja se requiere diluentes para su producción.
En todas las áreas de producción son indispensables la actividad de taladros –hoy dia los taladros de nuestra filial PDVSA Servicio fueron abandonados o entregados a privados o sencillamente desmantelados y descuartizados para vender el acero– y servicio a pozos, la actividad de subsuelo y nuevas perforaciones para contrarrestar la declinación natural de nuestros yacimientos de crudos medianos y pesados. El ministro no tiene ni idea de lo complicado que es mantener o incrementar la producción de petróleo en el país.
El deterioro continuado de las operaciones en la industria petrolera obedece a la falta de voluntad política para trabajar en la recuperación del sector estratégico del país, lo que resulta la excusa perfecta para avanzar en los planes de privatización y entrega del principal recurso de los venezolanos, PDVSA y el petróleo .
La versión completa del Boletín Petrolero, la puedes tener en el sitio www.rafaelramirez.net
Referencias Bibliográficas
- [1] Comunicado de prensa, “18th OPEC, non-OPEC Ministerial Meeting called off”, OPEP, 05 julio 2021.
- [12] Nota de prensa, “Libia: La ONU aplaude el acuerdo de alto el fuego y llama a alcanzar una solución política para un futuro de paz y seguridad”, Noticias ONU, 23 octubre 2020.
- [61] Erick Shatzker, Alex Vásquez y Patricia Laya, “Venezuela Oil Czar Says Output to Skyrocket, Sanctions Be Damned”, Bloomberg, 21 junio 2021.
- [[63] Dirección Ejecutiva de Presupuesto y Control y la Gerencia Corporativa de Asuntos Públicos, “Informe de Gestión Anual 2014”, PDVSA, enero 2015.
- [64] Mayela Armas, “Maduro crea comisión para reestructurar petrolera venezolana PDVSA”, Reuters, 19 febrero 2020.
- [[67] Magalys Hassan, “Paralizada planta catalítica de la refinería El Cardón”, La Mañana, 05 julio 2021.
- [68] Rafael Ramírez, “Denuncio el plan del gobierno para la entrega de PDVSA”, Rafael Ramírez, 30 abril 2020.