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Boletín Petrolero
19 de marzo de 2020

El precio de la cesta de la OPEP de trece crudos se situó al cierre del 18 de marzo de 2020 en 30,63 dólares por barril, frente a los 34,14 dólares del viernes anterior, continuando en su caída vertiginosa en relación al día previo a la ultima reunión de la OPEP de 51,75 dólares el barril según el reporte de la Secretaría de la OPEP.

Los precios bajaron por tercer día consecutivo situando al barril WTI ha operado a 20,81 dólares, perdiendo un – 22% con su punto máximo en 27,12 dólares, y un mínimo de 20,81 dólares. El barril Brent ha operado a 24,49 dólares, con una reducción de– 12% dólares, en su punto máximo de 28,28 dólares, y un mínimo de 24,49 US dólares en el cierre del martes.

El desplome de los precios del petróleo se produce luego del fracaso de la reunión de la OPEP en alcanzar un acuerdo para sacar del mercado al menos 2 millones de barriles día, ante la caída de la demanda y la desaceleración de la economía mundial por la pandemia del CODVID-19. Por otra parte la disputa entre Arabia Saudita y Rusia y el anuncio del Reino Saudita de incrementar al máximo su producción petrolera, prefigura un escenario de “guerra de precios” que podría hacer que el mismo cayera hasta los 20 dólares por barril, un precio similar al visto en 1991, durante la crisis económica de los “tigres asiáticos”.

Por su parte el presidente financiero de Saudi Aramco, Khalid al-Dabbagh, dijo el lunes que la empresa estaba muy cómoda con el barril de petróleo a 30 dólares, y que podría cumplir con sus compromisos a este nivel de precios, a la vez que el Reino Saudí anunció el ajuste de su presupuesto a este nivel de precios. Rusia anuncio el aumento de los turnos a los trabajadores del sector de energía ubicados en el Ártico, para proteger la industria del Coronavirus y evitar la reducción de su producción.

Precios de la Cesta OPEP

Fuente OPEC Basket Price

Según el reporte de Reuters, esta tercera caída consecutiva dse esta semana lleva los precios futuros del petróleo Estados Unidos a su punto mas bajo en 17 años.

Los precios del crudo caen abruptamente ante la caída de la economía mundial por efectos del COVID-19, y la disminución de la demanda petrolera, desde 960 MBD antes de la reunión de la OPEP, hasta solo 60 MBD estimada ahora por la misma OPEP. Esta caída en la demanda se agrava por las severas restricciones y prohibiciones de trafico aéreo , tomadas a nivel mundial y que están afectando severamente el consumo de combustibles.

En el reporte semanal de la IEA se indica que los inventarios de petróleo en Estados Unidos aumentaron a un total de 453,7 millones de barriles, ante una mayor producción en refinerías, mientras que los inventarios de gasolina se redujeron 6,2 millones de barriles hacía un total de 240,8 millones de barriles y destilados bajaron en 2,9 millones de barriles, hacía un total de 125,1 millones de barriles. Estados Unidos anunció que pretende aumentar sus reservas estratégicas,  mientras que otras naciones y compañías están tomando medidas parecidas tomando ventaja de la caída sostenida de los precios.

En el Comunicado de prensa de la OPEP de 17 de marzo, el Director Ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Dr. Fatih Birol, y el Secretario General de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), expresaron que la pandemia del CODVID-19 ya constituye una grave crisis sanitaria mundial sin precedentes, evaluaron el impacto del virus y la reciente y amplia volatilidad de los mercados financieros y petroleros en la economía mundial. Examinaron el impacto en los países en desarrollo vulnerables y señalaron que si las condiciones actuales continúan, los ingresos procedentes del petróleo y el gas en estos países caerán entre un 50% y un 85% en 2020, alcanzando los niveles más bajos en más de dos décadas. Es probable que esto tenga importantes consecuencias sociales y económicas.

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Venezuela.

El precio de la cesta de crudos venezolanos se sitúa en 23 dólares por barril con una caída de 243% en relación al precio promedio de enero 2020 de 56 dólares barril reportado por la OPEP. Mientras La actividad de venta de petróleo en el país sigue afectada por la falta de capacidad de PDVSA en comercializar su petróleo y las sanciones impuestas por EEUU en contra del país.

El petróleo venezolano esta siendo comercializado por empresas privadas y operadores especulativos que lo están ofreciendo en el mercado con descuentos que oscilan entre 16 y 18 dólares por barril, lo cual ante los precios actuales del mercado petrolero  además de los masivos descuentos, situación que ha sido denunciada por trabajadores y gerentes de la Industria que han sido detenidos por el gobierno acusados de espiar en favor de los EEUU.

La producción de petróleo sigue en descenso cerrando en febrero en 760 MBD, una caída de 2.240.000 barriles respecto a la producción al cierre del 2013. En 6 años la caída de la producción petrolera ha sido de 74,6%

Fuente: Reporte Mensual de la OPEP tabla de Producción de países OPEP (fuentes secundarias)

Los efectos de la dramática caída de la producción y la ciada de los precios, se produce en momentos de una severa debilidad operacional de la Industria petrolera, donde la producción sigue cayendo de manera sostenida desde el 2014 y el sistema de refinación nacional opera solo al 10% de su capacidad, ocasionando un desabastecimiento masivo de combustibles, gasolina, diésel y gas en el país.

Por otra parte, esta crisis, se produce en momentos en que el gobierno anuncia una nueva “intervención” de PDVSA luego de un caótica gestión gubernamental de seis años donde se han nombrado sucesivas juntas directivas, se han encarcelamiento mas de cien altos gerentes y trabajadores petroleros y la empresa se encuentra militarizada.

Igualmente el colapso del mercado petrolero coincide con un proceso de privatización velada de la empresa, en violación de lo establecido en la Ley Orgánica de Hidrocarburos y la Constitución, lo cual coloca a los socios privados en el peligro de producir y exportar petróleo venezolano en condiciones de ilegalidad, de cara al marco legal vigente y de las sanciones norteamericanas.

Finalmente el día de ayer martes 18 de marzo,  el Fondo Monetario Internacional desestimo la solicitud de crédito de 5.000 millones del Fondo de Emergencia del Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR) hecha por el gobierno venezolano para fortalecer el sistema de salud ante la expansión del CODVID-19 por considerar que no hay claridad entre los miembros de ese organismo sobre el reconocimiento internacional al gobierno de Maduro.

El gobierno sigue confrontando problemas de legitimidad y reconocimiento internacional, así como  signos de debilidad política producto del manejo caótico de la economía y del sector petrolero, proveedor del 96% del ingreso en divisas del país, a lo que se suma la llegada del CODVID-19 al país.

¿La última advertencia?

La humanidad entera se paralizó por la pandemia del coronavirus, el planeta se congeló en el miedo, las ciudades callaron, las fábricas cesaron, los carros no circularon más. Fue, es un espectáculo inédito, del que debemos sacar enseñanzas. Reflexionemos.

Son impresionantes las noticias que hablan del cambio del clima en medio de esta cuarentena mundial: ¡la ausencia del humano le devolvió espacio a la vida!. Las aguas de Venecia se aclararon, los satélites reportan desaparición de las nubes de contaminación, las ciudades respiran mejor, los pájaros las sobrevuelan con alegría, el cielo asombra por su azul de joya. La ausencia del humano le devolvió espacio a la vida, sobre esa frase debemos reflexionar. Veamos.

El virus nos dio la oportunidad de pensar en un planeta sin nosotros, y esa imagen es terrible, no le hacemos falta a la vida, al contrario somos enemigos de la vida… Podríamos pensar, y con razón, que la naturaleza con esos virus se defiende de una especie forajida, perjudicial, un cuerpo extraño en la biosfera. Las pregunta que surge son ¿Estamos condenados, somos genéticamente malos, estamos en una guerra entre la naturaleza y nosotros en la que no tenemos futuro, o nos destruye o la destruimos y con ella a nosotros? La respuesta es tan sencilla como difícil y peligrosa es proclamarla.

Antes de seguir, debemos precisar que la conducta, la conciencia humana tiene relación directa con su existencia social, con las relaciones económicas. Las relaciones económicas determinan el sistema y determinan la conciencia. A una relación económica esclavista, por ejemplo, corresponde una conciencia, una conducta, una espiritualidad esclavista, que justifica esa relación, la defiende, crea las bases psíquicas para que se perpetúe. Lo mismo pasa con una relación económica capitalista de propiedad privada de los medios de producción.

En resumen la existencia determina la conciencia, como dijo el clásico. Siendo así, este humano destructor de la vida es un producto del capitalismo, de milenios de sistemas basados en el egoísmo. Y ya hemos descubierto al criminal perseguido por la naturaleza, al que ha establecido un combate a muerte con ella: Es el Hombre del Capitalismo.

El remedio, la salvación está en sustituir al capitalismo, se dice fácil, pero el cementerio, las cárceles, las fosas clandestinas están llenas de los que se atrevieron a decir y luchar por esta sustitución. La maldad tiene diez mil formas de defenderse, toda la cultura milenaria está a su servicio, a la disposición de construir una mentira que le permita ocultar la verdad. Y llegamos al primer ingrediente del remedio: saber la verdad, difundirla.

La verdad primigenia es que los sistemas de explotación del hombre por el hombre han labrado a través de milenios una conciencia egoísta, dónde el bien de una élite sustituye el bien de todos, aplasta la conciencia de humanidad, y hace posible que la especie humana deprede a la naturaleza para el provecho de esa élite y deprede al resto de la sociedad, esa es la esencia de todos los sistemas sociales hasta el capitalismo, con excepción de los sistemas más primitivos dónde el trabajo común, la propiedad común prevalecían.

Se trata de regresar a un sistema en el que como dijo el Apóstol Martí “con todos por el bien de todos”, o como sentenció dos mil años antes Cristo: “Amaos los unos a los otros”. Solo un sistema así, con esa conciencia podrá cambiar al hombre y salvarlo, para eso, ya lo dijimos arriba es necesario construir una relación económica que la sustente, basada en la propiedad social de los medios de producción, que sustituya a la propiedad privada de esos medios que los transforma en medios de explotación, instrumentos de apropiación del trabajo social.

A ese sistema le podemos poner un nombre, puede ser Cristianismo, puede ser Bolivarianismo, quizá podamos usar el desgastado ya de Socialismo, no importa, lo crucial, lo fundamental es que el hombre arrebate el timón de su destino a los capitalistas y devolvérselo a toda la humanidad…

¿Conseguirá el hombre reinventarse, oirá la última advertencia?…

La Peste

Una ciudad afectada por una epidemia de peste bubónica es perturbada  a su vez por las medidas restrictivas de cuarentenas, por la especulación y el tráfico de insumos de gente despiadada y por la paranoia colectiva ¿Quién se apesta primero? Están aquellos que dedican su tiempo en colaborar con salvar a los enfermos de manera efectiva: el médico. Los que salvan las almas y culpan al pecado: el sacerdote. Los picaros aprovechadores: el comerciante. Más allá el escéptico, el hombre de poca fe, los paranoicos, los espías y delatores etc. Luego aquellos que tienen un proyecto de vida truncado, el novelista y el enamorado.

En nuestra propia «peste» tenemos nuestros equivalentes. Dependiendo de cómo nuestros “personajes” desarrollen sus vidas, esta historia tendrá un final feliz o trágico. Nuestros correlativos de Cottard y de Rieux son en realidad los dos grandes antagonistas de esta historia, aparte de la ciudad en su conjunto, con su gente que se infecta y se cura, o se muere (se calcula un 1% de la población total, entre infectados o no, de muertes, según los ingleses, esto sumaría en Venezuela un total de 300.000, casi como regresar a la población de hace 20 o más años atrás).

Cottard representa el carácter de aquel que saca provecho de la situación para beneficio propio. Digamos que cada uno de los políticos y comerciantes de este país tiene un Cottard en su corazón (digamos que representa al capitalismo). Y Rieux representa a los médicos cubanos y venezolanos que de manera desinteresada quieren encontrar una cura a la peste, un remedio definitivo para librarnos de ella, es el otro extremo. En Venezuela hay muchos que llevan un Rieux en su corazón (mi amiga Yelitza, por ejemplo. Representa al espíritu socialista). Otros, que creemos en el socialismo pero más allá creemos en el arte, como Grand, nos dedicamos a esto, a escribir, buscamos en esto nuestra propia salvación, así sea en vano.

La peste es una epidemia real que infecta nuestros cuerpos pero que a la vez infecta nuestras almas y nuestro espíritu (Wilhelm Reich llama “peste emocional” al fascismo, por ejemplo). El miedo a la muerte es un detonante muy efectivo de aquello de lo que estamos hechos. Nos proyecta lo mejor de nosotros pero nos puede disparar lo más feo. Por miedo podemos perder la piedad y llegar hasta matar; por miedo a morir, matamos al otro. Por miedo a morir podemos morir. Pero sin miedo a morir, frente a la muerte, de cara a ella, podemos salvar vidas, tanto físicamente como en su espíritu menguado.

Algunos científicos insisten en que el miedo baja nuestras defensas frente a las enfermedades infecciosas, y eso debe ser cierto (yo creo en eso), lo que significa que todas esas personas histéricas y exaltadas por defenderse solo ellas y sus familias del resto de sus vecinos o conciudadanos, ¡paranoicas!, son propensas a que se les haga realidad la enfermedad e incluso la muerte, cuando pierden el juicio. Pero los que salen a la calle a ayudar a sus hermanos, ya, de hecho, están vivos y viviendo la aventura de sus vidas (para ser enfático).

La vida sin sentido no tiene mucho valor humano, es una manera natural de existir sin propósitos, a veces sin el más elemental para un ser vivo: el de la procreación o perpetuación de la especie. Vivir por vivir, es un desperdicio, además de ser muy aburrido.

Este debería ser un momento para cambiar nuestro afán de éxitos vanos, de acumular lujos y vanidades, porque ¡ya sabes que en cualquier momento la muerte toca a tu puerta!, sin que necesariamente estés precavido… Como solíamos hacer antes de esta pandemia, que solo pensábamos en la parca,  cuando nos diagnosticaban un cáncer o sida o un enfisema pulmonar.

Ahora la vida cobra más sentido, no se puede perder el tiempo, debemos amar y mostrar que amamos a alguien o algo, tomar las cosas con más calma, porque ya nos percatamos, ya sabemos que somos finitos, mortales, se siente en el silencio de la calle. Y no, al contrario, desenfrenarnos como Cottrad y llenar el saco de monedas, atarugarnos de comida, y saciarnos en nuestros vicios y desenfrenos, como si un alma sin propósitos humanos pudiera llenar en pocos días (ni siquiera en toda una vida) un abismo de insatisfacciones, en su mayoría pueriles.

La vida es la vida de todos, como especie, como humanidad o no es de nadie. Hay que trabajar por ella, para ella. Sólos, egoístas y mezquinos, moriremos sin pena ni gloria.  Ante la muerte de toda una ciudad no se puede actuar tan pragmático, nunca se sabe quién va a morir, si la enfermera o el presidente de la república. Los números dicen que van a morir 300.000 almas en Venezuela, pero nadie sabe cuáles. Probablemente ancianos y enfermos crónicos, pero también cobardes, miedosos crónicos, paranoicos, ambiciosos, pícaros; eso es justicia poética real.

El pragmatismo deja de tener sentido ante la muerte, no se puede salvar de forma exclusiva nada ni nadie, ella se infiltra a través del miedo – como los perros y los tigres, lo huelen –. Ante la muerte del espíritu no hay fórmula fácil, hay que pensar y actuar con método, con compromiso, con un propósito claro… si no, luego de perecer la cuota de los 300 mil, el resto seremos candidatos a morir de mengua, esclavos hasta el último día de nuestra existencia del miedo, y desapareceremos como pueblo, nación, y mucho más, como especie.

¿Qué pasó en la reunión de la OPEP el 05 y 06 de Marzo?

 

La reunión concluyó sin acuerdo entre las partes, lo cual desató una guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia.

Maduro, Diosdado y Padrino metidos a brujos congelan al país

Debemos pensar en la Venezuela después del virus y las consecuencias de las medidas tomadas por el trio y sus cómplices metidos a brujos. ¿Cuáles serán las secuelas éticas, psicológicas y cuál la situación económica luego del virus? Reflexionemos.

Es evidente que un virus no se enfrenta como se combate una invasión, con medidas militares, está claro que a la cúpula que nos gobierna le falta humildad para declararse ignorante en asuntos epidemiológicos y le falta la valentía, la honradez de convocar a una junta de expertos que los asesore. Comenten el mismo error con el que enterraron a pdvsa, se metieron a brujos sin conocer la hierba.

En esta situación la prioridad además de lidiar con el virus tal como lo recomienden los expertos, debe ser la salud mental de la población, una sociedad no se puede congelar llevada por el miedo sin  producir consecuencias mentales profunda. ¿Cuantos días pasarán hasta que comiencen a aparecer los síntomas psicológicos de una ciudad sitiada sin, información, sin explicación, sin consciencia de sociedad, conducida sólo por un miedo insensato? La situación es de alto riesgo psíquico. Los psiquiatras deben estar asustados. Veamos.

El gobierno, pragmático como es, se aprovecha de cualquier acontecimiento para alimentar su propósito central, permanecer, y es claro que con el virus obtiene una gran  ventaja, pero a costa de un alto precio. Es verdad que Consiguió arrinconar a guaidó, dejarlo sin política, no sabe qué hacer. Ahora maduro tiene una buena excusa para todos los problemas, resolvió lo carencia de gasolina, la falta de medicina es culpa del fondo monetario que no ayuda, un país congelado no come, no gasta, no protesta, por ese lado pueden dormir tranquilos en miraflores… pero ¿Por cuánto tiempo?

El inconveniente es que un país no se puede congelar y cuando le apetezca al gobierno sacarlo de la nevera; paralizar a un país tiene profundas consecuencias psíquicas. Se transita en los límites del pánico. El otro problema es que la cuarentena deja el país en manos de los militares, en este momento el presidente es padrino, los demás son monigotes sin capacidad de ejecución, el asunto es como recogen de nuevo a los militares, ya lo dijimos en otro artículo, el golpe de facto es una realidad.

La psiquis de la cuarentena ya se está manifestando, y van sólo tres días, hay conatos de peleas en los mercados, acusaciones de transmisores del virus, miedos a los humanos, distanciamientos entre los individuos, miedo al roce, miedo al prójimo. Y el humano es un animal social, ya lo dijo el griego, y eso no es cualquier cosa, el hombre aislado se enferma de la mente, enloquece. No tarda en aparecer un culpable que sea objetivo del miedo, culpable de la transmisión; ya asoman las acusaciones, algunos dicen que es un arma gringa, otros acusan a quienes no tiene mascarilla. Después que aparezca este culpable del miedo, vendrán las acciones contra ese objetivo y allí la sociedad estará caotizada. En una sociedad caotizada prospera la crueldad, la ley de la selva de concreto. El orden social sólo se podrá restituir con una gran represión.

Es necesario impedir la situación arriba descrita, para eso deben salir del gobierno cuanto antes los incapaces que nos conducen al caos. Se debe formar un gobierno creíble, respetado, que devuelva la tranquilidad a la población, que la dote de razones sagradas para resistir. Este nuevo gobierno debe convocar a una junta asesora, científica que devuelva el sosiego a la población, que explique. Esta solución no debe tardarse, no se puede esperar que la situación se agrave, no se puede dejar la solución en manos de la cruel represión, que sería inevitable…

Venezuela, el hambre y las cuarentenas irracionales

El asunto se plantea de esta manera: o controlas el tránsito de la gente, el comercio, la distribución de alimentos, y de esto obtienes algunas ventajas. Puedes evitar que se expanda el virus, lo cual supone un gasto en programas de asistencia social. Puedes cerrar las fronteras indeseables y controlar la migración. Puedes controlar concentraciones humanas y evitar elecciones indeseables, manifestaciones públicas y otros tipos de conspiraciones (donde las haya) mediante toques de queda. O simplemente, dejas pasar la epidemia o pandemia, asumiendo el riesgo que esta acarreará en infectados, aprovechando los avances de estudios hechos por los chinos. Este es el caso de los ingleses, leamos  “Los británicos siguen la idea profiláctica, drásticas medidas higiénico-sanitarias, pero se niegan a ser víctimas de la histeria y cierran el país, porque una vez que la economía haya caído como el  corpus social, las consecuencias será más dramáticas y mortales que  la pandemia. De qué sirve cerrar todo para deshacerse del virus, y luego llevar a la banca rota a la economía y quedarse sin dinero o salarios y morir de pánico inducido en una sociedad que se está destruyendo y entrando en la anarquía.”

Venezuela opta por la cuarentena nacional. Si nos ceñimos al significado de los cuarenta días, se trata de casi mes y medio sin poder salir a la calle a trabajar, a comprar alimentos, a buscar dinero, sea este la miseria que nos emiten los bancos o remezas del afuera, encerrados en nuestras casas esperando consumir la comida que hasta entonces hayamos almacenado.

Se trata de una población sitiada, no puedes moverte en el país. Quizá esto reporte algún beneficio para el gobierno de Maduro. El puede postergar las elecciones, controlar conspiraciones y conspiradores, y más o menos en esa línea, controlarlo todo. Sin embargo es difícil mantener cuarenta días a una población pasando hambre, sin que inevitablemente salga a la calle a reclamar comida; no libertad de expresión y democracia o que eliminen las sanciones, sino comida, y así veríamos qué poco le importa a la gente el contagio de un virus por encima del hambre y de otras enfermedades más prometedoras de dolor y muerte (un virus que se sabe solo mata al 5% de los infectados “Según virólogo López-Goñi …en un 80 % de los casos, el virus provoca síntomas leves o ningún síntoma, en un 14 % puede provocar neumonía severa y solo un 5 % de los infectados puede ser fatal”)

La Guerra Civil española nos da un buen ejemplo de lo que es sitiar una ciudad: la gente se muere de hambre, así de sencillo; las ciudades quiebran, la economía desaparece. En el caso de Venezuela, que cuenta con la economía más precaria del mundo, hacer eso es cometer, como diría Carlo Andrés Pérez, “autosuicidio”, un harakiri frente al mundo.

No sabemos qué tan cierto sea la tesis de Oscar Hoeck de la profilaxis social, de pobres, ancianos y “no-consumidores”, en esa asociación de ideas que va desde el Grupo de Boston, pasando por Maduro hasta Trump; o la versión  italiana de la “lotería de Babilonia”, apostando por quién es el próximo que se va morir. Pero por no ser imposible, es decir, por ser probable, resulta verdadera: los gobiernos y los gobernantes son capaces de hacer estas cosas, con o sin intención. Ya los nazis  lo hicieron con poblaciones enteras polacos y judíos, mediante  gas letal, que ahora hagan profilaxis de forma disimulada, matando de hambre para evitar  la propagación de un virus que no mata a casi nadie, es bastante verosímil.

No obstante el capitalismo sigue su marcha, la guerra por la vacuna aparece en escena, “Hace poco, el diario alemán Welt am Sonntag informó que el presidente de los Estados Unidos Donald Trump, había ofrecido fondos para atraer a CureVac (laboratorio que desarrolla la vacuna) a los Estados Unidos, y que el gobierno alemán estaba haciendo contraofertas para tentarlo a quedarse.” Así funciona el capitalismo. Ya Maduro acaba de solicitar un préstamo al FMI, adelantándosele a Guaidó, con la excusa del virus. Perfecto, falta que entregue todo lo que tiene en el bolsillo.

Mientras tanto, mientras siguen los acontecimientos en pleno desarrollo,  “A partir de mañana 17 de marzo no se podrá viajar de un estado a otro, informó padrino López”. Resulta ridículo que el canciller Arreaza se indigne por el cierre de la frontera con Colombia y a su vez maduro prohíbe la circulación de la gente de un estado a otro; este es un gobierno de locos… Y en algunas “Ciudades de Estados Unidos imponen toque de queda, cierre de escuelas y restaurantes ente avance del coronavirus”,  y además ha aumentado considerablemente la venta de armas. Eso no puede ser un buen ejemplo para nosotros, que estamos aplastados en nuestra economía, en nuestra salud, mucho más allá de coronavirus, y que contamos con una de las poblaciones más histéricas del planeta.

Yo que Maduro evitara un estallido social, permitiendo la producción y el comercio de alimentos y medicinas  sin cuarentenas, mucho menos esperando seis meses, como lo deja ver Trump. Bien puede  establecer normas higiénicas básicas, produciendo los medicamentes en laboratorios nacionales. Si hay algo qué controlar son los laboratorios farmacéuticos y las tiendas de medicinas, la economía en general, ¡no a la gente! Producir productos de limpieza, cloro y desinfectantes, tapabocas, ¡producir alimentos! (¿qué va a pasar con los Clap?); protegiendo las fuentes de aguas potable, de electricidad, pagando sueldos, ayudando a los jubilados y pensionados de verdad; la informalidad de nuestra economía es un hecho incuestionable, hay que dejar que la gente pueda vivir de lo que pueda vender, comprar e intercambiar, dejando que el país funcione lo más normal que sea posible. Si maduro no quiere que este país se vaya al infierno debe convocar al concierto social y no controlar de forma irracional la circulación de las personas. La gente debe alimentarse y trabajar, muerta de hambre no vale nada. El gobierno debe ponderar los efectos del virus, hacer otros cálculos, proteger a los más vulnerables y nada más.

Es momento de hacer cambios en un sistema altamente vulnerable a emergencias como estas: imaginen una ciudad como Caracas sitiada. Si la economía del planeta se paralizar en cuarenta días desaparecen todos los pobres, ancianos y “no consumidores” de lujos del planeta.

En Directo con Rafael Ramírez: Lo que pasó en la OPEP y el CORONAVIRUS

Aunada a la terrible crisis política, económica y social que viene Venezuela, se suman dos escenarios, nada favorecedores: por un lado la caída de los precios del petróleo y por el otro la propagación del COVID-19

El petróleo, única fuente de ingresos del país, vive un momento crítico en el mercado internacional, susceptible a los intereses geopolíticos de los países productores

El denominado Coronavirus llega a Venezuela en uno de los peores momentos para el sistema de salud de la nación, en medio de una crisis económica que estrangula a los ciudadanos, quienes encerrados en casa no pueden generar los ingresos suficientes para sostener las necesidades básicas

Lo que pasó en la OPEP y el CORONAVIRUS

Los días 5 y 6 de marzo se realizó la reunión de la OPEP con los países No-OPEP, que concluyó con un estruendoso fracaso, sin acuerdo entre los mismos, con el anuncio de una guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia y el consecuente desplome del precio del petróleo desde los 51$/barril hasta 31$/barril en apenas tres días.

La OPEP vive un muy mal momento, tal vez asistimos al fin mismo de la organización, con respecto a como fue concebida en su creación. Ahora, es una organización muy disminuida políticamente y con menos capacidad de actuación e influencia en el mercado petrolero internacional, en relación con lo que era en 2014.

Hoy día, la OPEP obedece más a los intereses políticos y comerciales de Arabia Saudita y de las monarquías del Golfo Pérsico, que a los del resto de la organización, debido fundamentalmente al debilitamiento de los países que solían hacerle “contra-peso” al Golfo, y a la salida de Catar, que garantizaban la coherencia y el balance de intereses en sus decisiones.

Países como Irak, Irán, Libia, Argelia y Venezuela, actualmente están muy debilitados. La guerra e intervenciones militares en Irak y Libia, las sanciones norteamericanas en contra de Irán, la inestabilidad política en Argelia y la debilidad política y colapso de la producción petrolera en Venezuela, le ha restado peso específico como productores de petróleo y sus posiciones son desestimadas o no tienen influencia dentro de la Organización.

Así, el pasado 5 de marzo, los países miembros de la OPEP acordaron un recorte de producción de 1,5 millones de barriles día, decisión que resultaba adecuada para defender el precio del petróleo ante la disminución de la demanda petrolera ya percibida desde el mes de febrero, a raíz de la aparición del Coronavirus en China, precisamente, el principal importador de petróleo del mundo, y la segunda economía del planeta.

Sin embargo, Arabia Saudita puso como condición para acatar este acuerdo, que los países No-OPEP, bajo el liderazgo indiscutible de Rusia, aceptaran recortar, por su parte, 30% de este volumen, es decir, 500 mil barriles día de petróleo. El día 6 de marzo, Rusia informó que no estaba dispuesta a hacer ningún recorte de producción, por lo que Arabia Saudita manifestó que, no solo la OPEP no haría recorte alguno, sino que ellos aumentarían su producción de petróleo hasta su máxima capacidad.

La reunión de la OPEP terminó en un fracaso que ya provocó una caída del 38% del precio del petróleo y una virtual “guerra de precios” entre rusos y sauditas, que coincide justamente con la expansión exponencial del coronavirus y el desplome de la economía a nivel mundial.

Nadie de la OPEP dijo nada, nadie comentó, nadie alertó. Toda la Organización tuvo que subordinarse a la decisión de Arabia Saudita y al resto de los países del Golfo que permanecen en ella: Kuwait y Emiratos Árabes. Por su parte, Irak está fuera del sistema de cuotas desde la última guerra; Irán está sujeto a severas sanciones y ha dicho que no asumirá ningún recorte hasta no recuperar sus niveles normales de producción ante las mismas; Argelia sufre problemas políticos internos y Venezuela ha dejado de tener influencia alguna en la OPEP, no solo porque ha perdido el 76% de su producción en 6 años y no es capaz de manejar sus exportaciones, sino porque el ministro quevedo no tiene nada que decir, la delegación venezolana pasa “agachada” en la Organización.  

Es decir, la OPEP perdió su peso político y su capacidad de incidir en el mercado petrolero. Ahora, todo se resume a la posibilidad de acuerdo entre Rusia y Arabia Saudita, dos de los tres grandes productores de petróleo en el mundo, el segundo y el tercero respectivamente, los cuales, siempre sobreponen sus propios intereses geopolíticos, militares y económicos (cosa que además resulta lógica para ellos) a los intereses del resto de la Organización.

Aquí no se trata, como señala maduro, que haya que esperar “acuerdos”, ni hacer llamados para “volver a una situación de equilibrio que impacte al sector bancario y económico del mundo”. Este llamado puede estar en boca de Piñeira o de Duque, y no va a pasar nada ¡a nadie le importa! Estamos hablando de decisiones de países capitalistas, que junto a los EEUU se disputan la preeminencia estratégica en el mercado petrolero internacional.

Esta situación la vivimos por primera vez en el año 2014, cuando luego de un esfuerzo que hicimos nosotros en el seno de la OPEP, todavía producíamos 3 millones de barriles día y teníamos el prestigio político de haber sorteado con éxito las peores crisis en 12 años al frente de la política petrolera. Junto al Presidente Chávez, intentamos, sin éxito, un acuerdo de recorte de producción donde nos acompañara Rusia. En aquella reunión, que solo fue posible porque era Venezuela la convocante (que nadie incluso pensaba que se iba a poder producir, pues ya ello constituía un gran avance), en la cual participaron México, Rusia, Arabia Saudita y Venezuela. 

En esa oportunidad, hubo un choque tremendo entre la Delegación Rusa y la de Arabia Saudita (los detalles de este encuentro, los estoy reflejando en el libro que estoy escribiendo), pero para mi fue evidente que las diferencias geopolíticas se estaban expresando en el sector petrolero. Yo sabía lo que eso significaba en términos de la caída del precio y así fui a Venezuela, y se lo manifesté a nicolás maduro, ya entonces presidente. Este no hizo nada. Subestimó el escenario. No tomó ninguna de las medidas que le propusimos desde la Vicepresidencia Económica, con base a un escenario de caída del precio del petróleo. maduro tenía otros “asesores”, actuó irresponsablemente y la crisis se nos vino encima. Es decir, era “la crónica de una crisis anunciada”.

Hoy la situación es peor que en 2014: producto del desastre en la gestión económica del gobierno, padecemos una HIPERINFLACIÓN, una caída acumulada de 62 % del PIB, SIN RESERVAS INTERNACIONALES, una megadevaluación que ha hecho desaparecer al bolívar y un derrumbe ABISMAL del ingreso de los venezolanos (un salario mínimo de $3 mensual), que ha sumido a más del 85% de la población en la pobreza.

Por otra parte, en 6 años de gestión madurista, PDVSA está destrozada, nosotros exiliados, cientos de gerentes y trabajadores presos, acabadas sus capacidades productivas (solo se generan 700 mil barriles/petróleo), las refinerías paradas y sin capacidad de gerencia y de dirección para manejarse en un ambiente hostil, tanto por el mercado petrolero, como por las sanciones.

PDVSA no vende el poco petróleo que produce, la Vicepresidencia de Comercio y Suministro fue desmantelada y ahora es el centro de la disputa entre las distintas facciones del madurismo. Nuestra flota de buques que, durante nuestra gestión nos permitían manejar 80% de nuestras exportaciones, fue dejada al abandono, en manos de acreedores privados.  El petróleo venezolano lo venden, empresarios privados del madurismo, así como las empresas transnacionales. Lo hacen con grandes descuentos, que han llegado a 25 dólares el barril  (por eso desmantelaron y cerraron la Oficina de Fiscalización en Viena); los préstamos tomados con Rusia y China se pagan con petróleo y, al caer el precio, se requerirán mayores volúmenes. Por otra parte, ¿quién va a querer arriesgarse a comprar petróleo venezolano, comercializado por estos actores en operaciones llenas de irregularidades, si pueden obtener abundante petróleo de cualquier otro destino a 31 dólares el barril?

Es una situación de absoluta debilidad a la que nos ha llevado maduro y su gobierno irresponsable e incapaz. Hace falta una dirección patriota y revolucionaria: ¡El problema está en Miraflores!

EL CORONAVIRUS

La propagación del Coronavirus y sus efectos en la población ha estado impactando a los grandes países desarrollados; China y países europeos, desde el mes de febrero. No soy médico, ni pretendo serlo, pero lo que he vivido aquí en mi exilio, y, por cierto, no en un palacio como dice el miserable de maduro, es una situación compleja, grave, que no debe ser subestimada.  Sin embargo, quisiera comentar algunos asuntos.

Lo primero, es que esta crisis del coronavirus NO DEBE SER POLITIZADA. Aquí de lo que se trata es de SALVAR LAS VIDAS de toda la población que esté expuesta a este virus, y, en particular, aquella que resulta la más vulnerable, como son los ancianos y los adultos con enfermedades crónicas, como la diabetes y afecciones coronarias. En este sentido, son muy importantes las medidas de prevención y cuidados que debe tomar cada uno en sus familias y puestos de trabajo. Todo lo que hay que hacer al respecto, está suficientemente difundido en las redes sociales, sin embargo, les recomiendo seguir las cuentas y medidas de la OMS. Hay que evitar la “charlatanería” y el pánico.

Lo grave de esta situación en el país, la cual era previsible que sucediera, era cuestión de tiempo y para la cual ya deberíamos estar preparados, es el virtual desmantelamiento del Sistema de Salud Venezolano, producto de la incapacidad del gobierno de maduro. Por otra parte, la política de OCULTAMIENTO DE CIFRAS, la NO EMISIÓN DEL BOLETÍN EPIDEMIOLÓGICO EN EL PAÍS, así como la carencia de medicamentos e insumos médicos, tanto en los hospitales, como de venta al público, agravan más la situación.  

Si a esto le sumamos la falta de servicios públicos como agua, gas, electricidad, combustible, así como la escasez de  insumos de higiene personal y productos químicos y antibacteriológicos para la desinfección de espacios y hogares, más el hecho cierto que de acuerdo al último Informe de la FAO que refleja que 7 millones de venezolanos necesitan asistencia alimentaria, colocan a nuestra población en una situación mucho más vulnerable, de los países que han sido afectados por el coronavirus. El gobierno no garantiza la salud de la población.

El gobierno DEBE SER TRANSPARENTE, decir la verdad, actuar responsablemente. La población requiere información veraz, orientaciones concretas.

En la Comisión nombrada para enfrentar esta crisis NO HAY NI UN MÉDICO, sólo políticos que creen que con medidas efectistas y altisonantes, empezando por los anuncios del mismo maduro, vamos a poder  hacerle frente a esta crisis. En todos los países sacudidos por esta pandemia, los que están al frente de las operaciones y decisiones son CIENTÍFICOS, especialistas, en China, en Italia, en Reino Unido y hasta Trump, tan dado al protagonismo, ha cedido el espacio a especialistas en este sector.  

Nuestro país, a pesar del éxodo de 4,7 millones de personas, la profunda crisis económica, la precariedad de nuestros hospitales y el colapso de nuestro sistema de salud público, cuenta con miles de médicos, enfermeras y personal sanitario de alto nivel, profesionales capacitados, conscientes de su capacidad y seguramente prestos a participar para enfrentar esta crisis. Debe convocarse a los expertos, jubilados, como hicimos cuando la derrota del Sabotaje Petrolero, debe llamarse a las universidades, a los Institutos de Estudios de Investigación, a todos, más allá de las distintas posturas políticas y de sus simpatías por el gobierno.  Esto no es un asunto ni de políticos, ni de militares.

Hay que estructurar un vasto programa, obviamente con asistencia extranjera, de China o Europa, para el suministro de todos los insumos (ya debería tener el gobierno un estimado preciso de las carencias), para atender a la población: mascarillas, alcohol desinfectante, guantes, antibacterial, etc. Igualmente, estimar con precisión para los hospitales y en especial, para las salas de cuidados intensivos: respiradores, insumos descartables, productos químicos y los “kits” para las pruebas, plantas eléctricas, tanques y potabilizadores de agua.

No se puede permitir que los insumos médicos, medicamentos y accesorios sean manejados por los mismos circuitos que están manejando los alimentos, por que entonces se conseguirán solo en los bodegones. Tiene que dirigirse al frente de batalla bajo el control del personal médico en los hospitales y centros de atención.

Si el gobierno va a anunciar cuarentenas masivas a niveles regionales y en todo el país, como ha dicho maduro, entonces debe garantizar el suministro oportuno de alimentos y servicios públicos para tales poblaciones. Que a nadie se le ocurra pensar que esto consiste en el suministro de “Cajas Clap”, donde no hay nada de proteínas, ni que satisfaga las necesidades de una familia en cuarentena. Países tan poderosos y desarrollados, como China e Italia, han tenido que hacer esfuerzos extraordinarios para garantizar la producción y la cadena de suministros y abastecimiento de alimentos para la población en cuarentena.  

Finalmente, es el momento de la solidaridad, de la unidad de los venezolanos, dejar atrás las salidas individuales, el “sálvese quien pueda”, el egoísmo, los políticos “a bajarle dos al odio”, el gobierno a liberar presos políticos, trabajadores petroleros y militares secuestrados, hacer un alto en la destrucción del país, y pensar que podríamos estar en una situación peor aún de las que nos ha tocado vivir en estos últimos años.

Lo que mas quisiera es estar entre ustedes, el exilio, la intolerancia y la persecución me mantienen alejado de la patria, quisiera contribuir, como lo queremos los millones que estamos fuera, a que nuestro país no termine devastado.  Los venezolanos somos mucho más que esto, ya es hora de participar, de llevar un poco de esperanza a nuestro pueblo. Ustedes siempre cuentan conmigo. Venceremos.

Señor indestructible ¿Dónde están las pruebas?

Parecemos y nos sentimos idiotas al dirigir este escrito a Diosdado. Él no nos va a leer, pero peor aún, si nos leyera, aun así, no entendería nada. No por que Diosdado sea bruto, sino porque está disociado. Diosdado está convencido de su inocencia, de que es revolucionario, de que lo que hace lo hace porque es una persona buena y justa; que no hay nada que provenga de él que pueda ser malicioso. Esto es lo que llamamos estar convencido de  sus propias mentiras.

Las convicciones son un medio (son siempre provisionales) que sirve para alcanzar la verdad, no son un fin, ellas mismas – si fuera así estaríamos resolviendo el problema de la hiperinflación todavía sacrificando “pingües bueyes” frente al templo de Demeter –. Sin embargo el “revolucionario” Diosdado cree que está moralmente concluido, no admite más críticas o consejos, ni modificaciones en su conducta y carácter; es un hombre de “convicciones” y todo lo que viene de él es limpio, cristalino como el agua que cae de la montaña.

Toda convicción se debe someter a la crítica, hay que hacerse siempre preguntas, el que no las hace, o se las hace, se estrella de frente contra la realidad; realidad, vida y verdad son elementos que cambian y nos cambian, y nos pueden hacer seres humanos más perfectos, respecto a la pervivencia de nuestra especie, o más choretos poniendo en peligro a nuestra especie.

Por esa misma petulancia de creerse “indestructible” es como maduro se da duro contra la pared de sus errores, de sus metidas de pata, por eso sale desnudo a la calle y es terco como un tiovivo, porque está convencido de que tiene la verdad en la mano, por ejemplo, porque cree realmente que ha creado un “nuevo modelo económico” que él llama el “socialismo en lo social” mezclado  con capitalismo en lo económico. Y contra eso se da, y se da, y se da duro, en la frente. Igual es Diosdado con lo de la lealtad y el ser revolucionario de tarimas (la verdad que en el capitalismo, con poder y billete, se puede ser lo que uno quiera).

A él, a Diosdado, no se lo puede acusar de corrupto porque no hay pruebas, pero tampoco muestran las pruebas para acusar a Ramírez de ladrón, como lo grita ofuscado Maduro cada vez que lo ataca la incontinencia. ¿Qué les da derecho a Maduro y a Diosdado de acusar a Ramírez de ladrón sin pruebas en la mano?, a saber: sus jactancias por el efecto del poder, es decir, que se revuelcan en sus mentiras y se las creen, borrachos de poder y rodeados de aduladores.

Si hay algo de lo que adolece el gobierno de maduro es de nobleza, todos sus componentes insultan y maltratan a los enemigos, aun siendo débiles y poco efectivos frente a ellos. Llaman pendejo a Guaidó pero no lo pueden tocar, ni siquiera con una pajita, porque le temen a Trump. Llaman ladrón a Ramírez pero no dejan que venga al país y se defienda, con garantías, en igualdad de condiciones, con la misma cancha que Diosdado tiene para defenderse de sus acusadores gringos y europeos; le tienen miedo a Ramírez, a la verdad, a la confrontación. Solo ellos se pueden defender de sus acusadores en libertad y sin testigos, y  si éstos están en el país los ponen presos. Los gerentes de PDVSA denuncian a “los Quevedos” y los encarcelan acusados de “traidores”, con ruindad, falta de gallardía; todo lo hacen bajo la sombra, como seres libertinos, les molesta la luz de la verdad.

Cuando decimos que Diosdado no es muy inteligente es porque un pequeño acto de nobleza de su parte, o del gobierno,  haría que la revolución de Chávez se pusiera en marcha de nuevo. Pero eso sería mucho pedir al lumpen marginal, cargado de convicciones, o al petulante que se cree “indestructible”. ¡Ahí no hay inteligencia!, por lo menos, asociada a la grandeza, a la nobleza, a la amplitud de visión que tienen los grandes capitanes y las águilas. Su mezquindad, la envidia y la venganza los hace miserables, y con eso se conforman: he ahí donde están las raíces que sostienen sus “convicciones”.

Más allá de cualquier convicción está la vida, la humanidad y su pervivencia; frente a la mentira está la honestidad: atender a la vida, atender a la realidad y mantenerse cerca de esa verdad, sin mentir o mentirse jamás. Por culpa de estos creídos, como cerdos encantados, vamos directos al matadero de la disolución de nuestra sociedad, por culpa de seres crapulosos que se creen “indestructibles”, curdos de poder. Sin darse cuenta que el poder es solo una  oportunidad, un medio para engrandecer la humanidad, que es lo único que puede llegar a ser realmente indestructible sobre la tierra… ¡Señores “indestructibles”, por sus obras lo conocerán!

El socialismo necesita un líder y el planeta una esperanza

Los prejuicios y el virus del pragmatismo infectaron a Díaz Canel; hace Falta Fidel en el mundo. La postura política del presidente de Cuba frente a los ingenieros encarcelados por Tark el Aissami, “el gran inquisidor”, es un síntoma de pragmatismo; no se detiene a considerar el caso, no lo investiga, no ahonda, pero emite un juicio automático en favor de esas detenciones por conveniencias políticas, o comerciales, no se ve muy claro dónde están las diferencias. Eso es muy malo, viniendo de Cuba socialista. El pragmatismo está uniformando a los reformistas y revolucionarios cansados. Hace falta un líder socialista que estimule de nuevo la fuerza revolucionaria; hace falta Chávez o Fidel para contener esta blandura de carácter, esta falta altura en la visión.

El mundo está en una situación muy precaria. Una guerra en Siria y medio oriente por el agua y el petróleo. La desaparición, ante la vista indolente de todos, de la nación palestina, por voluntad de Trump y el sionismo. El corona virus 19, hecho en laboratorios, infectando al planeta, dentro de una guerra comercial con china y una aventura para capturar mercados y colonizar de nuevo al mundo. Los medios de información exaltados confundiendo a una población débil mental, exacerbando el miedo y las emociones. El capitalismo mundial arrasando con el planeta, como si nos peleáramos por el último bollo de pan en la tierra, como si se pelearan por el último bidón de gasolina. Hay que frenar este verdadero sacrificio planetario por nada, por la nada.

La crisis de Venezuela es la misma en todo el continente latinoamericano, en Guatemala no viven mejor que en Venezuela, o en Colombia. La salvación de unos pocos no es indicador de que Mayami sea un buen sitio para que crezcan nuestros hijos; la mayoría de los migrantes se sumarán a la multitud de tontos de la Tierra, inocentes del destino que les depara a sus hijos y a los hijos de sus hijo – si es que nacen. Sin embargo la gente emigra con la fuerza de la esperanza, una esperanza vana, pero esperanza al fin.

La esperanza debe ser esperanza para toda la humanidad, para el planeta, no para la familia Rodríguez o Díaz o González, debe ser para todos. Y debe ser fundada en la acción humana, en una lucha por cambiar el orden de la cosas, sacudirse las lagañas de las necesidades primarias y comenzar a ver y pensar en un mundo mejor y más digno; en la vida y su sentido, en el trabajo y su sentido, en la herencia y la noble tradición y proyectar con ellas el futuro de la humanidad. Un empresario insaciable, enfermo de gota o diabetes, un diletante ignorante,  no puede ser el objetivo de la vida humana. La humanidad merece permanecer en la tierra siguiendo el ejemplo de modelos humanos superiores, que mueran en batallas, no codiciosos que mueren en sus camas de un infarto, o hemipléjicos, o dispépticos.

Chávez fue una esperanza verdadera de cambios, una esperanza fundada en la acción humana, en su lucha, no la promesa de salvación después de la vida – después de la vida está la muerte, lo único que nos sobre vive lo hace como especie, como cultura; valores, obras, modelos pulcros; la grandeza de la humanidad que transciende en el tiempo y deja su obra: un hombre y una mujer evolucionados, más fuertes, más conscientes, más pacientes y sosegados, pisando firme –. Chávez es el ejemplo de que sí se puede cambiar el orden del mundo; de que el socialismo es el camino. Chávez fue socialismo, visto como esperanza, no con la simpleza de aquellos que esperaron de él (y de cualquier otro)  que eliminara todos sus males los de forma milagrosa o mágica, de los que se arrechan porque Chávez no los hizo ricos, no les subió el sueldo o les tapó los huecos de la calle. Chávez fue la esperanza de hacer una revolución socialista y criar a un hombre nuevo; fue un modelo que hubo que leerlo bien, desde lo alto, no desde el estómago y la desesperación por tenerlo lleno.

Lo mismo fue Fidel para los cubanos, una esperanza. Pero cuando eso no se entiende bien, no se lee correctamente; cuando se confunde la fuerza del trabajo con el milagro,  no se es exigente con el trabajo revolucionario, el líder se afloja, se deja vencer por las viejas mañas de rogarle a Dios y a la virgen, y echarse a invernar como un oso.

Todos los días es una oportunidad de hacer algo por cambiar el mundo, darle sentido a nuestras vidas más allá del vicio y del éxito momentáneo, más allá de resolver el diario. Claro, siempre y cuando sepamos que hay que cambiarlo. Saber es el presupuesto para la acción, y la acción lo es todo.