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Ya no hay quién de la cara

La verdad es que ya no hay quién dé la cara por este país. La magia del 4 de febrero estuvo en un puñado de jóvenes con el coraje de dar la cara, pensar en colectivo y correr riesgos por el bien de todos. Aquél «por ahora» asombró a unos venezolanos acostumbrados a la falsedad, a la mentira, a lo trivial, resignados a ser gobernados por pillos. En esas condiciones trágicas, dar la cara cambió nuestro mundo.

Ahora las condiciones materiales y espirituales son peores, la vida está difícil como nunca: nos robaron el presente y el futuro, y al pasado lo deformaron hasta hacerlo un olvido. No obstante nadie responde. El éxodo de las masas es terrible, millones pasan las fronteras caminando, nadando, mueren en los páramos y en los mares, abandonan la esperanza. No hay dirigentes políticos nacionales; unos, los del gobierno, se agotaron, sólo atinan a simular que gobiernan, representan un papel de gobernantes pero no gobiernan, por doquier surgen territorios que escapan a la tutoría estatal, tienen sus propias reglas y hasta sus propias fuerzas militares; la oposición da pena ajena, se lanzó en brazos de los gringos, el gobierno paralelo sólo tiene cancillería, embajadores, pero para adentro no tiene nada, sólo se preocupa del exterior, de que otros tumben el gobierno y los nombren guachimanes.

Más impresión de gobierno se tiene en los programas de televisión, allí se condenan a prisión a ingenieros que denuncian fallas que después se cumplen, para los locutores estultos la falla no puede ser del gobierno, tiene que ser del que alerta. Se decretan medidas curiosas, risibles en caso de invasión, se usurpan las competencias de las FANB, se dice que si invaden no enviarán más petróleo a los gringos, se olvidan que los que producían petróleo están presos o en el exilio, ahora los sabihondos del madurismo no producen ni para los gastos de la casa.

Y así va el país, como perro sin dueño que corre por la vida sin dolientes y sin rumbo; a merced de los buitres del capital, sin oposición y sin gobierno, vendiendo las entrañas, las joyas de la abuela y viviendo al día. Hasta cuándo un país así podrá aguantar, hasta dónde esto se puede llamar país, cuánto falta para que estalle todo.

Es necesario, urgente, se trata de salvar la Patria, un reagrupamiento de los humanistas, de los que coloquen el humano por sobre el dinero, a los que consideren que la mayor riqueza del hombre es lo espiritual y no lo material, los que consideren la fraternidad, el amor, el principal elemento relacionador de una sociedad.

No es tarea fácil cumplir con el precepto fundamental del pensamiento del Comandante Chávez: ir contra la lógica del capital. Pero es imprescindible para tener un país, salvarlo de la disolución que hoy lo amenaza por la indolencia de sus hijos.

Despojo de CITGO es negligencia de Maduro y complicidad dolosa de Guaidó

Rafael Ramírez señala que CITGO siempre fue un rehén de la “apertura petrolera” y un pésimo negocio para el país

Ramírez recuerda que la situación actual con la filial de PDVSA en Estados Unidos fue advertida por él en 2014, pero maduro no tomó la decisión oportuna para salvar esos recursos, y el «chavismo sin Chávez» dentro de la industria se opuso a la venta del holding refinador pese a las pérdidas que le ha ocasional al país y a estar ubicada en territorio extranjero, con un gobierno hostil.

Caracas, 5 de agosto de 2019.- Para el exministro de Petróleo y ex presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, CITGO siempre fue un rehén de la apertura petrolera, además de un mal negocio para Venezuela, del cual el país debió salir en 2014, cuando se tuvieron ofertas de hasta 15.000 millones de dólares. No se hizo nada y ahora, por la negligencia del gobierno de maduro y las redes de intereses antinacionales que rodean a guaidó, estos activos, en territorio extranjero, se pueden perder definitivamente en un despojo ilegal del cual son responsables ambos sectores políticos.

“Lo que pasa hoy día es, lamentablemente, la confirmación de los escenarios que le advertimos a maduro en 2014: un gobierno extranjero, actuando por motivaciones políticas, nos confisca activos del Estado venezolano. Activos y recursos que, maduro, como jefe de Estado no supo defender por negligencia y falta de coraje en defensa de los intereses del país”.

Sobre la actuación de guaidó respecto a CITGO sostiene que se trata de una acción ilegal y opaca. Afirma que “independientemente de lo que se diga, o de la posición que se tenga respecto a maduro, no se puede participar de la confiscación que hace un gobierno foráneo de los activos del Estado venezolano. Mucho menos se puede designar una junta directiva que administre bienes del Estado, de todos los venezolanos, sin ningún tipo de sustento legal, ni rendición de cuentas, ni control de los organismos establecidos por las leyes venezolanas”

En opinión de Ramírez lo que ocurre con CITGO es una pérdida para el país, que pudo evitarse. Justamente, en sus antiguas funciones como vicepresidente del área económica, en 2014,  planteó a maduro la venta de la totalidad de los activos de la refinería como una forma de captar recursos que permitieran fondear en parte a la República para enfrentar la crisis que ya se avecinaba.

Hoy, la Plena Soberanía Petrolera del país está amenazada por los intereses transnacionales que vuelven al control del sector de manos del gobierno de maduro y que cuentan con la promesa de la oposición de entregarles nuestros sectores estratégicos. CITGO es un activo más que la voracidad de esos intereses quiere controlar.

Ramírez insiste en que es indispensable la movilización del pueblo, de los sectores civiles y militares progresistas para asegurar una transición política que preserve la integridad económica y territorial, así como la independencia política del país.

“Solo con una Junta Patriótica Cívico-Militar de Gobierno, conformada por sectores nacionalistas, progresistas, en función de los más altos intereses del país, podremos detener este desastre, del cual el despojo de CITGO es solo un episodio desgraciado más”, señala Ramírez.

EL TIEMPO NOS DIO LA RAZÓN

Ramírez, en su más reciente artículo titulado “CITGO, un desastre anunciado”, recuerda la historia oscura del circuito refinador, un conjunto de activos en Estados Unidos que no eran necesarios para que Venezuela colocará su petróleo. Pero la adquisición de CITGO perseguía sacar fuera del control del Estado los activos de PDVSA. Era “el eslabón más acabado de la concepción antinacional de lo que fue la ´apertura petrolera´”, señala.

El dirigente político chavista insiste en que la adquisición de CITGO requirió inversiones de miles de millones de dólares en el exterior, además de descuentos en el precio de venta de nuestro petróleo para hacer viables el negocio. Todo esto sucedió cuando ya el país sufría las consecuencias de la crisis económica del “viernes negro”.

CITGO nunca le dio dividendos a Venezuela que justificaran esa inversión, prácticamente no refinaba crudo venezolano y, por el contrario, significaba costos onerosos por la compra de petróleo y productos extranjeros para abastecer sus refinerías.

Ramírez indica que los perjuicios de CITGO eran uno de los secretos de la “caja negra” de la vieja PDVSA. Pero después de la derrota del Sabotaje Petrolero, esto comenzó a cambiar.

“Ya con la Nueva PDVSA,  con acceso y control de las operaciones, pudimos determinar con exactitud varios de los verdaderos propósitos de la adquisición de CITGO: primero ocultar y transferir costos corporativos a Venezuela para NO pagar impuestos en el país, donde eran más altos; segundo, tener activos de PDVSA fuera del control y jurisdicción del Estado y leyes venezolanas; tercero, CITGO era un rehén de la “apertura petrolera”, porque, al adquirir activos en los EEUU, PDVSA garantizaba a los inversionistas que de surgir cualquier disputa con el Estado venezolano, siempre podrían “cobrar”, o “recuperar” su inversión con los activos de CITGO”, apunta.

Pese a que el Comandante Chávez tenía clara y apoyaba la estrategia de desmontaje de la nefasta “apertura petrolera”, siempre hubo resistencias para vender CITGO, tanto desde la Cancillería como desde los sectores de la vicepresidencia de refinación, comercio y suministro de PDVSA, así como de la propia CITGO, que esgrimían una supuesta “conveniencia estratégica” de mantener a esa empresa como presencia en Estados Unidos, además del propio interés de acceder al control de una empresa fuera del territorio nacional.

A pesar de la fuerte oposición interna de estos sectores logramos vender el circuito refinador de Ruhr Oel en Alemania y tres refinerías de CITGO, además de desprendernos de terminales y refinerías. Esto nos permitió retornar esos recursos al Estado Venezolano y reducir los costos de compra de petróleo y productos en el exterior. Aun así, quedaron tres refinerías (Lake Charles, Lemont y Corpus Christi) que son el grueso de los activos afectados por la confiscación de CITGO en los EEUU, 100% propiedad de Pdvsa.

Teníamos prioridades, alega Ramírez:

A partir de 2004, Ramírez, ya como ministro y presidente de PDVSA, conformó un equipo de amplia experiencia y calificación política y profesional para desmontar la estrategia antinacional: la “apertura petrolera” y conquistar la “Plena Soberanía Petrolera”

En nuestra ofensiva, dice, teníamos un orden de prioridades: “garantizar los aportes fiscales y petroleros al Estado; defender el precio con la OPEP; restablecer la producción hasta 3,3 millones de barriles día de petróleo, controlar las operaciones, exportaciones y mercado interno: gasolina, diésel y gas; migrar los Convenios Operativos a Empresas Mixtas. Además, restablecimos los valores de Regalías y otros impuestos petroleros; controlamos los precios de venta y fiscalización de petróleo, eliminamos los descuentos; nos incorporamos a la batalla contra la pobreza y la exclusión, el impulso a las Misiones Sociales; nacionalizamos la Faja Petrolífera del Orinoco y certificamos reservas de 316.000 millones de barriles de petróleo, las más altas del mundo. Asumimos el control del gas costa afuera; hicimos frente a los arbitrajes internacionales y comenzamos a revertir la política de internacionalización”, recuerda el funcionario en un resumen sucinto de tan compleja tarea.

CITGO: A disaster foretold

The CITGO refining circuit was the jewel of the crown of the anti-national vision of the “oil opening” developed between the mid-eighties and the late nineties, which today, in a sort of paradox of politics and history, returns to the country with the privatization of PDVSA and the surrendering of the oil.

CITGO, a circuit that initially consisted of eight refineries, terminals, and oil pipelines, in addition to thousands of service stations, was purchased by old PDVSA, as part of the “internationalization policy” of the sector, which really meant “take the control out of Venezuela” because there is nothing more international by nature than the oil business.

That is how, in 1986, in the midst of the economic crisis in the country unleashed since the so-called 1983 “Black Friday”, the old PDVSA removed assets of the national oil industry from the control of the Venezuelan State, namely, our jurisdictional sovereignty, our control, and far from the needs of the national government, regardless of what that may be.

Its acquisition required an investment of billions of dollars from Venezuela in the United States. Although at the time the country was already affected by the serious economic crisis, the self-proclaimed oil “meritocracy”, those who controlled the decisions concerning oil policies and PDVSA, moved forward with their own plan, their own vision. In addition to the direct investment, and to make the deal “attractive” and sustain it economically, PDVSA (assuming competences granted by the Ministry of Oil at the time) gave massive discounts to the oil sold to CITGO.

In such a way, the “oil opening” and its “internationalization” led us to the absurd situation of a poor, underdeveloped country with serious economic and social issues, and to suffer a tremendous capital flight; one in which its very own oil company invested billions of dollars abroad but it also sold its oil with discounts of up to 40%, as we later determined in the “Commissioner’s Report” published in 2000.

The argument of oil “meritocracy” for this nonsense was that CITGO would give us greater relevance and presence in the US market and we would “keep our Canadian competitors at bay”. Both arguments were false. The “internationalization” began with the acquisition of the Ruh Oel refining circuit in Germany. The idea of purchasing refineries to place our oil is, at least, as outlandish as that to buy supermarkets just to place a product. In fact, the other major oil suppliers of the US market: Mexico, Saudi Arabia, and Canada, did not acquire refineries to place their oil. Additionally, the refining system in the Mexican Gulf is precisely designed to process crude oil such as the Venezuelan ones.

On the other hand, it is rather preposterous the argument of “keeping the Canadians at bay” by acquiring their oil. Once again, this is as if in order to avoid the competition to place its product in the supermarket, then one ends up buying precisely that “same” product. This was what CITGO did, it bought low volumes of Venezuelan oil, only a fraction of the existing capacity, and spent billions of dollars buying oil and products from our competitors. CITGO acted at its discretion, which was different from its alleged raison d’etre.

That was always the case, but it was just one of the secrets of “PDVSA’s black box”. Later on, with the new PDVSA that had access and control of the operations, we were able to accurately determine some of the true purposes of the acquisition of CITGO: first, to hide and transfer corporate costs to Venezuela so to avoid paying taxes in the country, where they were higher; second, to have PDVSA assets out of the control and jurisdiction of the State and the Venezuelan laws; third, CITGO was a hostage of the “oil opening” because, by acquiring assets in the US, PDVSA ensured investors that should any dispute arise with the Venezuelan State, they would always be able to “cash” or “recover” their investment with CITGO assets.

Once we had PDVSA’s audited financial statements, we managed to determine the dimensions of these operations. For example, in 2005, PDVSA spent 32 billion dollars in oil and by-product purchases from our US competitors to supply CITGO refineries and gas stations. At the same time, we ascertained that these refineries abroad never paid dividends to justify neither the amounts invested nor the discounts on oil prices.

It was only after defeating the Oil Sabotage, when we finally managed to take control of PDVSA to begin to execute our Full Oil Sovereignty offensive and to dismantle the nefarious “oil opening”, which included the so-called “internationalization” of PDVSA, as well as to sell Ruhr Oel and CITGO to refund those resources back to the country and for PDVSA to assume the tasks and responsibilities of a national oil company, subordinated to the Venezuelan State and at the service of the people, sole owner of the oil.

I was appointed Minister of Energy and Mines by President Chávez on July 17, 2002, right after the coup d’Etat. In my role as minister and member of the “Colina group”, I was at the front line of the battle for the defeat of the Oil Sabotage and the recovery of PDVSA. But it was not until my appointment as Minister of Oil and Chairman of PDVSA, on October 10, 2004, that we were able to move forward in the dismantling of the “oil opening” and to develop our own oil policy, the Full Oil Sovereignty.

President Chávez, in the heat of the defeat of the sabotage, identified, thanks to his sharp political instinct, internal resistance to the elimination of some elements of the “oil opening”, including the “internationalization”, among the very patriotic managers.

Since the end of 2004, with the full support of President Chávez, and now in my position as Minister of Oil and Chairman of PDVSA, I formed a political team of experts on the oil question, including first-class lawyers and technicians who joined me in the battle for the Full Oil Sovereignty.

Of course, we had priorities: ensuring fiscal and oil contributions to the State; defending prices before OPEC; reestablishing the production to 3.3 millions of barrels of oil per day; controlling operations, exports, and domestic market of gasoline, diesel and gas; migrating the Operating Agreements to Joint Ventures; we reestablished the value of royalties and other oil taxes; regulated the sale and control prices of oil; eliminated discounts; joined the fight against poverty and exclusion and boosted the Social Missions; nationalized the Orinoco Oil Belt and certified the reserves of 316,000 millions of barrels of oil, the highest in the world. We took control of the offshore gas, faced the international arbitrations, and began to reverse the internationalization policy.

In the development of this decision, we managed to sell the Ruhr Oel refining circuit in Germany, and we delivered that money to the Executive as an extraordinary contribution. We also managed to sell three CITGO refineries, terminals, and pipelines: Lyondell, Paulsboro and Savannah, and at the same time, we reduced the number of service stations on the US East Coast. In this way, we managed to substantially reduce the purchases of crude oil and products, corporate costs, pay more taxes and return those resources to the Venezuelan government.

The idea of selling CITGO was always surrounded by a great deal of controversy and obstacles, both legal and political. Within PDVSA and CITGO itself, there were interest groups, gathered around the Vice-presidency of Refining and that of Commerce and Supply that always opposed the sale of these assets. Despite being an order given by President Chávez and myself as a minister, they always looked for ways to attack the operations and hinder the due proceedings to comply with the law. There were, and there are, many interests concentrated in that vice-presidency: the oil trade, the handling of fuels in the domestic market, smuggling, discounts on oil sales, the purchase of naphtha, the storage abroad, the refineries, the management of CITGO, Curacao, Bahamas. We did not realize that we had a group that «dragged their feet», as it was the oil expression of Chavismo without Chávez within PDVSA, today natural allies of madurismo.

Likewise, from the Foreign Ministry, there was a strong lobby in favor of maintaining CITGO; they argued that it would always be strategic to be “inside” the United States and, based on this presence, “influence the decisions of the US administration”. That never happened.

To us, from the Ministry of Oil, the reasons were clearer and more logical. First, CITGO represented a very poor business deal for PDVSA and the country. A deal that required vast resources of the Venezuelan State, massive discounts of oil prices that generated very high costs for the purchase of oil and foreign products. On the other hand, we are an oil-producing country, that was our core, and if we wanted to make progress in the field of refining, it should be in the national territory, along with the petrochemicals and oil upgraders. But, it was not convenient at all to have such important assets outside our national jurisdiction; conversely, it was a risk that made us vulnerable.

This was far more evident after the nationalization of the Orinoco Oil Belt, when companies such as Exxon Mobil and Conoco-Phillips, the only ones out of the 33 transnational companies, including Chevron, that did not accept our laws, resorting to international arbitration before the ICSID and the ICC, as it was stipulated in the agreements of the “oil opening” and the different “investment protection” treaties signed by the Venezuelan State.

It was clear that the transnationals wanted to obtain exorbitant compensations they pretended with the arbitrations, taking CITGO and any other asset we had abroad. However, with us, they always failed in their contentions.

During our tenure at the head of the Ministry of Oil and PDVSA, we faced arbitrations and all kinds of legal schemes by, no less than Exxon Mobil and Conoco Phillips, which we knew how to defeat. Our team, today persecuted disbanded, knew how to face these pretensions in international courts and successfully defend the most sacred interests of the country.

Once in maduro’s government, while I still was the minister of oil, president of PDVSA, and vice-president for the economic area, among the more than eighteen documents made for maduro with proposals to face the economic crisis, that was already taking worrying dimensions, there was a proposal to urgently sell CITGO.

The reasoning behind it was simple: we needed money; we needed to establish a fund to deal with macroeconomic imbalances, to bring those resources to the country. It was clear that the relationship with the US would be increasingly tense and that we were vulnerable to any action against our interests.

On the other hand, we had advanced a process of consultation with potential buyers with the assistance of a recognized European company, obtaining then, offers for 15 billion dollars with the condition of maintaining long-term contracts for supply of Venezuelan oil with the scope of not affecting in in any way our position in the market but, on the contrary, improve it.

At the time, CITGO still had three refineries: Lake Charles, Lemont y Corpus Christi, terminals, pipelines and service stations.

Maduro decided not to do anything. Despite the evidence that all political and economic factors aimed at seizing CITGO, the interests and lobbying from CITGO as well as the vice-presidency of PDVSA, who always torpedoed the process, had more power.

Moreover, maduro himself has always been convinced that in the spirit of the “Boston Group”, regardless of what he does, he will always be able to reach an agreement with the US administration. But he was wrong; he dismissed the recommendations of a team that worked with every single one of these issues with president Chávez for twelve years. A strategic error.

What is happening today is, unfortunately, the confirmation of the scenarios we warned maduro about: a foreign government, moved by political motivations, confiscates assets that belong to the Venezuelan State. Assets and resources that, maduro, in his capacity as Head of State, did not know how to protect, due to his negligence and lack of courage to defend the interests of the country.

As for what guaidó is doing with CITGO, it is not only illegal but absolutely dull. Regardless of what is said or the position one has concerning maduro, no one can take part in the confiscation of assets of the Venezuelan State by a foreign government. Much less can an executive board been appointed to administer the assets of the State, of all Venezuelans, without any kind of legal basis, accountability or control of the bodies established by the Venezuelan laws. Everything that is been done there is illegal since its inception. If the right of the burundanga has been unable to manage even the resources of a concert in Colombia, let us just imagine what it is going to happen with the “administration” of CITGO.

The “prosecutor” appointed by guaidó effectively acted as a witness in the arbitration in favor of Crystallex against the Republic, so it has been the case of another one of the great “jurists”  of the most rancid right in the country in the arbitration of Exxon Mobil and Conoco Phillips against PDVSA and the Republic. It is a reprehensible behavior that reflects the deeply anti-national sentiment of the right-wing elites in Venezuela, the same that inspires the so-called “country plan” that intends to give the final blow to our battered oil industry, privatize PDVSA, and surrender the oil.

The disaster of CITGO is a clear example of how two minority sectors are willing to act against the most sacred interests of the country in order to favor their particular selfish interests and their lust for power. They weaken the homeland, leading it to the doors where their institutions disappear, their resources are surrendered, and their assets are liquidated. What it was once guaranteed of a possible future for the Venezuelan people, it is today auctioned off among crooks and incompetents, taking advantage of the demobilization and bewilderment of an oppressed people.

No supieron defender al país

CITGO-un-desastre-anunciado

Lo de CITGO es un desastre anunciado. Advertimos que sus activos eran rehenes de la apertura petrolera. No supieron defender los intereses del país. Chávez dio la instrucción temprana de vender los activos de CITGO ante la evidencia que apuntaba que, tarde o temprano, serían confiscado por los EEUU, hostiles a nuestra revolución. Así se lo planteamos a maduro en el marco de los planes de recuperación económica que le propusimos pero que por negligencia y bajo presiones de los intereses que ocultaba la Vicepresidencia de Refinación, Comercialización y Suministro, no actuó.

Lo que hace Guaidó, por su parte, además de ser completamente ilegal e independientemente de la posición que se tenga respecto a maduro, no se puede participar de la confiscación que hace un gobierno extranjero de los activos del Estado venezolano, que pertenecen a todo nuestro pueblo.

Te invito a leer mi artículo sobre CITGO y Venezuela.

Con Chávez siempre ¡Venceremos!

Rafael Ramírez Carreño

CITGO, un desastre anunciado

El circuito refinador CITGO fue el eslabón más acabado de la concepción antinacional de la “apertura petrolera” desarrollada entre mediados de los ochenta y finales de los noventa y que hoy, paradojas de la historia y de la política, vuelve por sus fueros al país con la privatización de PDVSA y la entrega del petróleo.

CITGO, un circuito que inicialmente contaba con 8 refinerías, terminales y oleoductos, además de  miles de estaciones de gasolina, fue adquirida por la vieja PDVSA, en desarrollo de la “política de internacionalización” del sector, lo cual quería decir realmente, “sacar del control de Venezuela”, puesto que no hay nada más internacional, por su naturaleza, que el negocio petrolero. 

Así, en 1986, en plena crisis económica del país, desatada desde el llamado “viernes negro” de 1983, la vieja PDVSA sacaba del control del Estado venezolano activos de la industria petrolera nacional, adquiriéndolos en el exterior, es decir, fuera de nuestra soberanía jurisdiccional, de nuestro control y lejos de las necesidades del gobierno nacional, cualquiera que este fuese.

Su adquisición requirió la inversión de miles de millones de dólares de Venezuela en los EEUU. Aunque en aquellos años ya el país se estremecía por la grave crisis económica, la autoproclamada “meritocracia” petrolera, quienes controlaban las decisiones de política petrolera y PDVSA, avanzaban en su propio plan, su propia visión. Además de las inversiones directas, y para hacer “atractivo” el negocio y sostenerlo económicamente, PDVSA (asumiendo competencias cedidas por el ministerio de Petróleo de entonces) daba descuentos masivos al petróleo que vendía a CITGO.

De esta manera, la “apertura petrolera” y su “internacionalización” nos llevaron a la situación absurda de un país pobre, subdesarrollado, con severos problemas económicos y sociales, sufriendo de una gigantesca fuga de capitales, donde, sin embargo, su propia empresa petrolera, hacia inversiones mil millonarias en el exterior, pero que además vendía su petróleo con descuentos de hasta 40%, como después lo pudimos determinar en el “Informe del Comisario” del año 2000.

El argumento de la “meritocracia” petrolera para éste sin sentido, era que con CITGO tendríamos mayor presencia en el mercado norteamericano y “contendríamos a nuestros competidores canadienses”. Ambos eran argumentos falaces. La “internacionalización” comenzó con las adquisiciones del circuito de refinerías de la Ruhr Oel en Alemania. La idea de adquirir refinerías para colocar nuestro petróleo es, al menos, tan descabellada como comprar supermercados para colocar un producto. De hecho, los otros grandes suplidores de petróleo al mercado norteamericano: México, Arabia Saudita y Canadá, no adquirieron refinerías para colocar su petróleo. Además, el sistema de refinación de la costa del Golfo de México, está diseñado justamente para procesar crudos como los venezolanos. 

Por otra parte resulta absurdo el argumento de “contener” a los canadienses adquiriendo su petróleo. Nuevamente, esto es como si para evitar que la competencia llegue con su producto al supermercado, entonces uno termine comprando precisamente “ese” producto. Esto fue lo que terminó haciendo CITGO, compraban volúmenes bajos de petróleo venezolano, solo una fracción de su capacidad instalada y gastaba miles de millones dólares comprando petróleo y productos de nuestros competidores. CITGO actuaba con un criterio comercial propio, distinto a la estrategia que supuestamente era su razón de ser.

Siempre fue así, solo que era uno de los secretos de la “caja negra de PDVSA”. Luego, ya con la Nueva PDVSA con acceso y control de las operaciones, pudimos determinar con exactitud varios de los verdaderos propósitos de la adquisición de CITGO: primero ocultar y transferir costos corporativos a Venezuela para NO pagar impuestos en el país, donde eran más altos; segundo, tener activos de PDVSA fuera del control y jurisdicción del Estado y leyes venezolanas; tercero, CITGO era un rehén de la “apertura petrolera”, porque, al adquirir activos en los EEUU, PDVSA garantizaba a los inversionistas que de surgir cualquier disputa con el Estado venezolano, siempre podrían “cobrar”, o “recuperar” su inversión con los activos de CITGO. 

Ya con los estados financieros auditados de PDVSA, logramos precisar las dimensiones de estas operaciones. Por ejemplo, en el año 2005, PDVSA gastó 32.000 millones de dólares en comprar petróleo y productos de nuestros competidores en los EEUU para abastecer las refinerías y estaciones de servicio de CITGO. Igualmente determinamos que estas refinerías en el exterior nunca dieron dividendos que justificaran ni los montos de inversiones, ni los descuentos en el precio del petróleo.    

Fue solo luego de la derrota del Sabotaje Petrolero, cuando logramos tener el control de PDVSA, que pudimos iniciar nuestra ofensiva de Plena Soberanía Petrolera y el desmontaje de la nefasta “apertura petrolera”, lo cual incluía la llamada “internacionalización” de PDVSA: vender Ruhr Oel y CITGO para revertir esos recursos al país y que PDVSA asumiera las tareas y responsabilidades de una empresa petrolera nacional, subordinada al Estado venezolano y al servicio del pueblo, único dueño del petróleo.

Fui designado ministro de Energía y Minas por el presidente Chávez el 17 de Julio del año 2002, después del golpe de Estado. Como ministro y miembro del “grupo Colina” estuve en la primera línea de combate en la derrota del Sabotaje Petrolero y la recuperación de PDVSA. Pero no fue sino a partir de mi designación como ministro de Petróleo y presidente de PDVSA, el 10 de octubre de 2004, que pudimos avanzar en el desmontaje de la “apertura petrolera” y desarrollar nuestra propia política petrolera: la Plena Soberanía Petrolera. 

El presidente Chávez, en el fragor de la derrota al sabotaje, identificó, gracias a su agudo instinto político, resistencias internas en PDVSA, entre los mismos gerentes patriotas, al desmontaje de algunos elementos de la “apertura petrolera”, entre ellos la “internacionalización”. 

A partir de finales del 2004, con el pleno apoyo del presidente Chávez y ahora como ministro de Petróleo y presidente de PDVSA, conformamos un equipo político de expertos en la cuestión petrolera, con juristas y técnicos de primera línea con los que fuimos a la batalla por la Plena Soberanía Petrolera. 

Claro, teníamos prioridades: garantizar los aportes fiscales y petroleros al Estado; defender el precio con la OPEP; restablecer la producción hasta 3,3 millones de barriles día de petróleo, controlar las operaciones, exportaciones y mercado interno: gasolina, diésel y gas; migrar los Convenios Operativos a Empresas Mixtas; restablecimos los valores de Regalías y otros impuestos petroleros; controlamos los precios de venta y fiscalización de petróleo, eliminamos los descuentos; nos incorporamos a la batalla contra la pobreza y la exclusión, el impulso a las Misiones Sociales; nacionalizamos la Faja Petrolífera del Orinoco y certificamos reservas de 316.000 millones de barriles de petróleo, las más altas del mundo. Asumimos el control del gas costa afuera; hicimos frente a los arbitrajes internacionales y comenzamos a revertir la política de internacionalización.

En el desarrollo de esta decisión, logramos vender el circuito refinador de Ruhr Oel en Alemania, y entregamos ese dinero al Ejecutivo como un aporte extraordinario. Igualmente logramos vender tres refinerías de CITGO: Lyondell, Paulsboro y Savannah, terminales y oleoductos, y al mismo tiempo, redujimos la cantidad de estaciones de servicio en la Costa Este de EEUU. De esta manera logramos disminuir sustancialmente las compras de crudo y productos, los costos corporativos, pagar más impuestos y retornar esos recursos al gobierno venezolano. 

Vender CITGO siempre estuvo rodeada de mucha controversia y obstáculos, tanto legales como políticos. Dentro de PDVSA y en la misma CITGO había grupos de interés, agrupados en torno a la vicepresidencia de Refinación y Comercio y Suministro que siempre se opusieron a la venta de estos activos. A pesar de ser una instrucción del presidente Chávez y mía como ministro, siempre buscaban la forma de torpedear las operaciones y entorpecer las diligencias debidas para cumplir con los extremos de ley. Eran, y son, muchos los intereses concentrados en esa vicepresidencia: el comercio de petróleo, el manejo de los combustibles en el mercado interno, el contrabando, los descuentos en las ventas de petróleo, la compra de nafta, el almacenamiento en el exterior, las refinerías, el manejo de CITGO, Curazao, Bahamas. No nos dimos cuenta que teníamos un grupo que “arrastraba los pies”: era la expresión petrolera del chavismo sin Chávez dentro de PDVSA, hoy aliados naturales del madurismo. 

Igualmente desde Cancillería se ejercía un lobby fuerte a favor de mantener CITGO, argumentaban que siempre sería estratégico estar “dentro” de EEUU y, en base a esta presencia, “influir en las decisiones de la administración norteamericana”. Eso nunca sucedió. 

Para nosotros desde el ministerio de Petróleo las razones  eran más claras y lógicas. Primero, CITGO era un mal negocio para PDVSA y para el país. Un negocio que requirió ingentes recursos del Estado venezolano, de masivos descuentos del precio de petróleo que generaba altísimos costos por compra de petróleo y productos extranjeros. Por otra parte, somos un país productor de petróleo, y ese era nuestro centro, y si queríamos avanzar en refinación, debía ser en el territorio nacional, junto a la petroquímica y los mejoradores de crudo. Pero, por otro lado, no resultaba nada conveniente tener activos tan importantes fuera de nuestra jurisdicción nacional, al contrario, era sumamente vulnerable. 

Esto resultó más evidente aún, luego de la nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco, cuando las empresas Exxon Mobil y Conoco-Phillips, las únicas de 33 empresas trasnacionales, incluyendo a Chevron, que no aceptaron nuestras leyes, recurrieron al arbitraje internacional ante el CIADI y el CCI, como estaba contemplado en los acuerdos de la “apertura petrolera” y los distintos tratados de “protección de inversiones” suscritos por el Estado venezolano. 

Era evidente que las transnacionales en los juicios arbitrales apuntaban a obtener la compensación exorbitante que ellos pretendían, tomando la propiedad de CITGO y cualquier activo que tuviésemos fuera del país. Sin embargo, con nosotros, siempre fracasaron en sus pretensiones. 

Durante nuestra gestión al frente del ministerio de Petróleo y PDVSA, enfrentamos juicios arbitrales y maniobras judiciales de todo tipo por parte, nada más y nada menos, que de la Exxon Mobil y la Conoco Phillips, que siempre supimos derrotar. Nuestro equipo, hoy perseguido y en desbandada, supo enfrentar estas pretensiones en tribunales internacionales y defender con éxito los más sagrados intereses del país.

Ya en el gobierno de maduro y siendo aún ministro de petróleo, presidente de PDVSA y vicepresidente para el área económica, entre los más de 18 documentos con propuestas a maduro que hicimos para hacer frente a la crisis económica, que ya tomaba dimensiones preocupantes, fue la de urgentemente vender CITGO. 

El razonamiento era sencillo: necesitábamos el dinero, establecer un fondo para hacer frente a los desajustes macroeconómicos, traer esos recursos al país. Era evidente que la relación con los EEUU sería cada vez más tensa y que éramos vulnerables a cualquier acción en contra de nuestros intereses. 

Por otra parte, habíamos adelantado un proceso de consultas con potenciales compradores con la ayuda de una reconocida empresa europea, obteniendo, todavía entonces, ofertas por 15.000 millones de dólares con la condición de mantener contratos de suministro de petróleo venezolano de largo plazo a efectos de no afectar de ninguna manera nuestra posición de mercado, al contrario, mejorarla.

Para ese momento, todavía CITGO tenía tres refinerías: Lake Charles, Lemont y Corpus Christi, terminales, oleoductos y estaciones de servicio. 

maduro decidió no hacer nada. A pesar de las evidencias de que todos los factores políticos y económicos apuntaban a confiscarnos CITGO, pudieron más los intereses y el lobby tanto del propio CITGO, como de la vicepresidencia de PDVSA, quienes siempre torpedearon el proceso. Por otra parte, maduro mismo ha estado siempre convencido de que, en el espíritu del “grupo de Boston”, a pesar de lo que haga, siempre podrá llegar a un acuerdo con la administración norteamericana. Pero se equivocó, desestimó las recomendaciones que le hicimos desde el equipo que trabajó todos estos temas durante doce años con el presidente Chávez. Un error estratégico. 

Lo que pasa hoy día es, lamentablemente, la confirmación de los escenarios que le advertimos a maduro: un gobierno extranjero, actuando por motivaciones políticas, nos confisca activos del Estado venezolano. Activos y recursos que, maduro, como jefe de Estado no supo defender por negligencia y falta de coraje en defensa de los intereses del país.

Por su parte lo que hace guaidó con CITGO no solo es ilegal, sino absolutamente opaco. Independientemente de lo que se diga, o de la posición que se tenga respecto a maduro, no se puede participar de la confiscación que hace un gobierno extranjero de los activos del Estado venezolano. Mucho menos se puede designar una junta directiva que administre bienes del Estado, de todos los venezolanos, sin ningún tipo de sustento legal, ni rendición de cuentas, ni control de los organismos establecidos por las leyes venezolanas. Todo lo que hacen allí es un ilícito desde su origen. Si la derecha de la burundanga no ha sido capaz de administrar ni siquiera los recursos de un concierto en Colombia, imaginemos qué pasará con la “administración” de CITGO. 

El “procurador” designado por guaidó, efectivamente actuó como testigo en el juicio arbitral a favor de Crystallex, en contra de la República. Igual lo han hecho otros de los grandes “juristas” de la derecha más rancia del país en los juicios arbitrales de la Exxon Mobil y Conoco Phillips en contra de PDVSA y la República. Es una conducta reprochable y que refleja el sentimiento profundamente antinacional de las élites de derecha en Venezuela, el mismo que inspira el llamado “plan país” que pretende terminar de dar el golpe de gracia a nuestra maltrecha industria petrolera, privatizar PDVSA y entregar el petróleo.

El desastre de CITGO es un claro ejemplo de cómo dos sectores minoritarios están dispuestos a actuar en contra de los intereses más sagrados del país para favorecer sus propios intereses mezquinos y sus ansias de poder. Debilitan a la patria y la llevan a las puertas de la desaparición de sus instituciones, la entrega de sus recursos y el remate de sus activos. Lo que alguna vez constituyó garantía de un futuro posible para el pueblo venezolano, hoy se remata entre pillos e incapaces, aprovechándose de la desmovilización y desconcierto de un pueblo oprimido.

¡No se engañen!

No había terminado de publicar mi artículo del pasado domingo, dirigido al Foro de São Paulo, donde alertaba que el gobierno madurista no es Chavista, ni popular, ni de izquierda, sino más bien un gobierno autoritario con políticas de derecha que traicionó el legado de Chávez, cuando el movimiento popular campesino denunciaban una nueva masacre en el estado Barinas. Matanza que quedará en la impunidad, ya que los nuevos dueños del campo venezolano, cómplices del madurismo, son muy poderosos y cuentan con el silencio cómplice de la “Justicia”. El Fiscal no dirá nada, porque el solo hace “lo que maduro diga”, dejando a su suerte el campesinado venezolano, al igual que a los trabajadores petroleros, a los militares patriotas y demás casos violatorios de los Derechos Humanos ampliamente documentados por la Alta Comisionada Michelle Bachelet en su Informe sobre Venezuela.

Vale la pena repasar ante los asistentes del Foro de São Paulo los 9 puntos claves que contiene el Informe Bachelet que desenmascaran al gobierno de Maduro; al igual que el último Informe de la FAO que denuncia los casi 7 millones de venezolanos que sufren hambre y alerta sobre la crisis alimenticia en Venezuela. ¡Qué retroceso tan dramático si lo comparamos con el triunfo de Chávez contra el hambre en Venezuela!

“Ustedes compañer@s pueden ver y comparar dos realidades absolutamente distintas: el país bajo la conducción del Presidente Chávez, donde la economía, la soberanía, el vivir bien del pueblo, su entusiasmo, participación, los avances políticos y sociales, eran una esperanza para el mundo; y el país caótico bajo la conducción de maduro, donde la destrucción de la economía, el retroceso social, las carencias de todo tipo, la injusticia, la desmovilización del pueblo, la ausencia de libertades y el miedo que se ha instalado en la sociedad, deben dejarles la sensación de que se ha producido un retroceso en toda la línea”

Pero, como se lo juré a Chávez cuando estaba a su lado y lo reitero en ocasión de sus 65 cumpleaños, nosotros, pase lo que pase y digan lo que digan, seguiremos trabajando incansablemente por retomar su legado y reconstruir la patria para tener algún día el país posible, el sueño colectivo de un pueblo noble y trabajador que merece un mejor destino. ¡Hay que salir de este desastre y retomar el camino de Chávez!

Rafael Ramírez Carreño

Una Junta Patriótica de Gobierno es legítima y constitucional

 

La Constitución Bolivariana de Venezuela de 1999, en sus artículos 5 y 333, sustenta la creación de una Junta Patriótica de Gobierno.

El madurismo es la más grave traición al chavismo y el socialismo internacional

Caracas, 29 de julio de 2019.- El ex ministro de petróleo y presidente de Pdvsa durante el período de gobierno del presidente Hugo Chávez, Rafael Ramírez, alertó a los delegados de los partidos y organizaciones progresistas que asistieron al XXV Encuentro del Foro de Sao Paulo sobre el grave daño que el gobierno de Nicolás maduro ha causado a los movimientos progresistas en América Latina y el mundo, por su desviación ideológica y política a las estrategias más rancias de la derecha.

Ramírez, con datos concretos, advierte a los dirigentes socialistas de la región sobre la grave traición que significa el madurismo, no solo al chavismo como proyecto político, sino a toda la izquierda latinoamericana e internacional, porque ahora los partidos de derecha toman el desastre madurista en Venezuela como herramienta de convicción para derrotar a los liderazgos populares.

De hecho, en su artículo de este domingo titulado “Al foro de Sao Paulo”, el dirigente político recuerda que la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, conocida progresista y defensora de los procesos socialistas, suscribió el pasado 5 de julio un informe que asombró a la colectividad mundial. En él, la expresidenta de Chile “desenmascara la naturaleza violenta, autoritaria e intolerante del gobierno de maduro”.

La radiografía plasmada en el documento, advierte Ramírez, da fe de la innumerable lista de violaciones a los DDHH y las políticas de miedo y terror que aplica maduro en contra de cualquiera que lo adverse.

Las catastróficas cifras de la FAO, son otra prueba más del desastre que vive Venezuela. Las banderas de lucha del socialismo que buscan erradicar la desigualdad, el hambre, la exclusión, la inseguridad, la hiperinflación y acceso a los más elementales servicios básicos de vida han sido barridos por maduro.

El dirigente chavista en el exilio señala que el movimiento popular en la región ha sido duramente golpeado por los fallecimientos de líderes, como los comandantes Hugo Chávez y Fidel Castro, así como las salidas del poder de figuras como Rafael Correa, en Ecuador; Cristina Fernández de Kirchner en Argentina; Dilma Russeff y Lula Da Silva en Brasil; pero sin duda el mayor descalabro ha sido el desastre gubernamental de maduro en Venezuela.

“Ustedes compañer@s pueden ver y comparar dos realidades absolutamente distintas: el país bajo la conducción del Presidente Chávez, donde la economía, la soberanía, el vivir bien del pueblo, su entusiasmo, participación, los avances políticos y sociales, eran una esperanza para el mundo; y el país caótico bajo la conducción de maduro, donde la destrucción de la economía, el retroceso social, las carencias de todo tipo, la injusticia, la desmovilización del pueblo, la ausencia de libertades y el miedo que se ha instalado en la sociedad, deben dejarles la sensación de que se ha producido un retroceso en toda la línea”, apunta Ramírez.

El ex ministro y ex embajador ante las Naciones Unidas recuerda que su oposición es absolutamente chavista y su compromiso revolucionario lo induce a decir la verdad y desmontar el chantaje falso según el cual criticar a un gobierno que se dice revolucionario es darle municiones al enemigo, cuando, en el caso venezolano, esas municiones vienen desde el madurismo, con su atroz gestión gubernamental y su represión contra todos los sectores, la persecución política y el intento de destruir al chavismo verdadero, al que ataca e intenta destruir con especial saña.

“Todos los errores, desaciertos e inconsistencias de este gobierno, se lo adjudican al Presidente Chávez y maduro guarda silencio. Ni siquiera tienen la responsabilidad u honestidad de asumir que el problema es su gobierno, son sus decisiones, sus errores, en 7 años de poder absoluto, como nunca antes en el país. No le hablan con la verdad al pueblo, no son capaces de aceptar una crítica, siempre buscan una excusa, un culpable. Esto ni es revolución, ni es chavismo y mucho menos, socialismo”, insiste el dirigente.

Para Ramírez, todos los partidos progresistas, socialistas y organizaciones revolucionarias a escala internacional deben entender que maduro no dirige un gobierno revolucionario, sino un régimen de derecha tradicional, que está entregando los recursos de Venezuela a capitales foráneos y está, al mismo tiempo, destruyendo arteramente la obra de gobierno de Chávez y el impulso que la revolución bolivariana dio al socialismo en la región.

“Resulta difícil definir qué cosa es exactamente el madurismo, en que ha trastocado todo esto: un gobierno autoritario, violento, con un programa económico de derecha, muy incapaz y entreguista, que sin embargo, usa una retórica de izquierda y manipula el sentimiento chavista, abusando del nombre y la imagen del Comandante Chávez, a conveniencia, como si fuese una franquicia. Para mantenerse en el poder, además de la violencia y represión, necesita algún tipo de sustento emocional entre el pueblo, y de allí la manipulación que hacen de sentimientos profundamente arraigados en el corazón de los humildes: la figura del Comandante Chávez y su épica”.

LA LEALTAD COMO VALOR FUNDAMENTAL

Por otra parte, el ex ministro Rafael Ramírez, uno de los hombres que mayor confianza mereció de parte del Comandante Hugo Chávez, sobre todo en los momentos más difíciles, como la tarea de recuperar a Pdvsa después del sabotaje petrolero, o enfrentar las múltiples agresiones y conspiraciones de las que el Presidente Chávez salió victorioso, recordó el natalicio del Comandante, este 28 de julio.

“No puedo estar en mi patria Comandante, no puedo estar allí en el Cuartel de la Montaña, pero te reitero el juramento que te hice en vida de trabajar con honestidad y sin descanso por alcanzar el país posible, el sueño colectivo, culminar tu obra, trabajar siempre por los derechos y anhelos de todo un pueblo, que esperanzado te siguió y te acompañó en todas las batallas detrás de las banderas del sueño de Bolívar”.

To the Sao Paulo Forum

The Sao Paulo Forum (conference of political discussion of progressive and leftist movements, founded in 1990) has met in Caracas. The deliberations at its XXV Meeting conclude today, thus, I would like to welcome its presence in our country, in a context of very difficult circumstances for our region and, in particular, for our people.

I address you from the exile, as I am being persecuted by maduro’s government. This is happening after holding for 14 consecutive years, the highest responsibilities in the State and the Bolivarian Revolution, alongside President Chávez: minister of Oil; president of PDVSA; territorial vice-president, responsible for countless tasks in the political and international sphere; and, of his most beloved projects and Missions. I was also a member of the National Directorate of PSUV and the political team that accompanied him until the day he died.

During maduro’s government, I left the Ministry of Oil and PDVSA, because of the intentions of the madurismo of controlling this strategic sector of the country, as well as the clear differences we had concerning the conduct of the economy, where I warned about fast coming storm; however, for the sake of “unity and discipline”, I accepted to be Foreign Minister and Ambassador to the UN, and member of the Security Council.

I did not notice that what was happening was that the government was taking a sharp turn to the right, and this happened as a consequence of sidelining Chávez’ former ministers, especially those of the economic area, in addition to a systematic detachment from the path set by the Commander and the historical objectives of the Homeland Plan. A betrayal to Chávez.

As of 2017, I began to publish my views and differences with maduro, exercising my rights and historic responsibilities; we, the revolutionaries, cannot remain silent, we need to warn, alert, point, orient; we cannot witness idly the destruction of the dreams and conquests of an entire people.

On December 4, 2017, after having previously rejected the proposal of becoming UN Ambassador in Geneva, I resigned as Ambassador to the UN and severed all the ties with the government. I did so without taking advantage of my position as0020ambassador to making statements or taking part in any scheme against the country from within such an important organization. I did it instead from within the revolution. However, a fierce campaign of political persecution, directed by maduro himself and enforced by his prosecutor, was immediately unleashed against me. I could not return to the country, I was warned by Chavista officers of the Bolivarian Armed Forces, who were concerned about my physical integrity, that maduro had ordered to capture and bury me in their prisons.

This persecution, initiated by intentional and agreed omission of actions even before my resignation, has not only been accompanied by all sorts of accusations and insults with the purpose of tarnishing my name and breaking my spirit, so to facilitate any sort of  attack against me; but they have also tried, in absurd way, to disassociate me, to no avail erase me from the political and oil history of the country, from the heart of the Chavismo and the militants of PSUV, while, at the same time, charging against PDVSA and its workers, by imprisoning those workers they consider “ramiristas” and destroying this once stronghold of our sovereignty and economy. They have used us as «scapegoats» for their own mistakes and blunders in leading the country.

The interests and actions of the madurismo and the country’s extreme right coincide in the persecution against me and the destruction of PDVSA, but it is not me as a person, it is about vilifying the work of Chávez and what the oil sector meant for our Revolution. The madurismo has made a grave strategic mistake by lashing out against the Chavismo itself.

Two countries, two realities.

The last meeting of the Sao Paulo Forum in our country was held in July 2012, and at the time we still had the presence of President Chávez. We were campaigning for that year’s election; however, the cancer that finally led him to the tomb had already made its appearance.

You, fellow comrades, are able to see and compare two absolutely different realities: the country under the leadership of President Chávez, in which the economy, sovereignty, living well of the people, their enthusiasm, participation, and the political and social progress were a beacon of hope for the world; and the chaotic country under the rule of maduro, in which the destruction of the economy, the social regression, all types of deprivations, the injustice, the demobilization of the people, the absence of freedoms, and the fear that has taken root in the society, must leave them with an aftertaste that a complete recession has taken place in the nation.

You, experienced politicians, thinkers, revolutionaries, critics by nature and training, honest, if you could see just a little beyond the “fair” and the protocol fencing, if you went to the core of our people, if you had more access to information, to reality, it would not take you long to reach the same conclusion that we have been denouncing and that it is an undeniable truth: this is not a Chavista government and much less a socialist one; maduro has betrayed the political legacy of President Chávez and the destruction of his work has led us to the abyss, where our people have seen how, just short seven years after that meeting you held in the country, all the progress achieved with Commander Chávez have been curtailed.

This reality, besides being a subject to ponder and become aware of the role of revolutionaries in it, it also weighs an immense burden for progressive, leftist movements, particularly in Latin America and the Caribbean where there is a clear political regression, a shift towards the right.

The absence of Lula, Dilma, Cristina, and Correa, their removal from power and the persecution to which they are subject; the death of Commander Fidel Castro and President Hugo Chávez are concrete factors that have marked the reflux of the popular and revolutionary movement in the region.

However, the Venezuelan tragedy after the death of Commander Chávez and the rise to power of the madurismo has been a decisive factor in the set back of the left in the region, not only because it has extinguished the light of the Bolivarian Revolution, the beacon of consciousness and role model, but because the defeat of the Chavismo and the destruction of the work of President Chávez have turned Venezuela into a bad example for our peoples.

Maduro’s bad government has given the right arguments, like never before, to lash out against the Chavismo and socialism as options or successful experiences, an alternative to the disaster of capitalism in the world.

The governments and right-wing parties in the region take advantage of the terrible consequences maduro’s government and the dismantling of President Chávez revolutionary work have had on our people and homeland.

Every error, mistake, and inconsistency of this government is attributed to President Chávez, and maduro remains silent. He does not even have the sense of responsibility or honesty to assume that the problem is his government, his decisions, his mistakes, throughout these seven years of absolute power, unprecedented in the country. He does not tell the truth to the people, he is incapable of accepting criticism, always looking for an excuse, a culprit.

This is not a revolution, neither it is chavismo and much less socialism

It is hard to define what exactly the madurismo is, how this has been subverted: it is an authoritarian, violent government, with a rightist economic agenda, incompetent and sellout that nonetheless uses rhetoric from the left and manipulates the Chavista feelings, abusing at their convenience the name and image of Commander Chávez, as if it were a franchise.

To stay in power, in addition to resorting to violence and repression, they need some sort of emotional support from the people, hence the manipulation of feelings deeply rooted in the heart of the humble: the name of Commander Chávez and his epic. Of course, it is a story they edited themselves, one cut and segmented for convenience, truncated with pyrotechnic devices to make another story. The reality is that, like Herod, they have betrayed and razed the Bolivarian Revolution. Let us take a look at only some aspects.

The economy is in shambles

The government has promoted an economic package that, in terms of its goals and results, is nothing but a right-wing project with a strong dose of improvisation and inefficiency, resulting from its own internal contradictions: a hyperinflationary process that has reached levels beyond 1,000,000% of annual inflation; a mega devaluation of our monetary currency, which in 2014 was $1=6.3 Bolivars, and today, in 2019, $1=11,866 Bolivars; and, if we add the eight zeroes that have been artificially removed, it means that $1=1,186,600,000,000, a failure that has expropriated the wages and work. A minimum salary of 5.6 dollars a month, the lowest in our entire region; a chronic shortage of food and medicine; a looting of our gold reserves, tons of monetary gold extracted from the BCV vaults have been secretly sold; a cumulative fall in GDP of -64%, that is, the paralysis and destruction of our productive apparatus, of labor as a value of society.

The government has destroyed PDVSA, handing over the homeland’s oil and gas

The madurismo lashed out against PDVSA, it wanted to control it and eradicating from its core the workers and the technical and political cadres that accompanied me in leading the sector during Chávez’ administration. It accused it and defamed it, imposing fear and terror; over 30 thousand workers have left the company and the country.

The oil production fell from 3.010 millions of barrels of oil per day as it was in 2013, to the scarce 600 thousand barrels of oil per day that it currently produces. The refining system that in 2013 had a capacity of 1.2 million barrels of oil per day in the national circuit, which supplied the domestic market and allowed us to export, is now operating at only 30% of its capacity, its best managers are imprisoned and there is no gasoline or fuels in most of the country; the homeland gas that until 2013 supplied the entire country, the electric and domestic sector, and whose developments offshore allowed its petrochemical use and exportation, has currently been handed over to former transnational companies such as Shell and to new Russian and European transnationals, so these can extract it from the country. There is no gas for domestic consumption nor for electricity, and no fertilizers not even for their industrialization.

The destruction of PDVSA paved the path towards its privatization. Several decrees have been signed and the NCA has passed unconstitutional laws used to privatize the company. Through the so-called “Service Contracts”, the oil fields that were operated by PDVSA, which were recovered by the Revolution, have been reversed to the private sector with ties with the madurismo. Areas and operations in the Orinoco Oil Belt, which were nationalized by President Chávez in 2007, have been given to Russian and Chinese companies. The terminals, drills, vessels, facilities, operations have been handed over. Our sovereignty has been ceded, and oil and gas have been given away.

The deepening of the extractive mining model

The Mining Arc has been led to the commission of a crime against the environment and our indigenous people, who have been displaced from their ancestral lands, by allowing the uncontrolled and massive extraction of our strategic minerals: gold and coltan. Mafias and paramilitary groups of all kind have settled in the area, destroying our wealth and bringing violence to the region. Nowadays, the economic factors of the madurismo have become the major traffickers of Venezuelan gold in the world.

The Mining Arc and other areas open to mining activity throughout the country backtrack us to the country of the transnationals of the twentieth century, to the return to the extractive, deeply dependent mining model.

The country of hunger, poverty, and inequality

The most recent report by FAO indicates that 6.8 million people suffer from hunger in our country. The report scientifically confirms what we see on the streets: children digging in the garbage, a thin, malnourished people, whose minimum salary is not enough not even to buy food from the basic basket or to eat more than twice a day.

The government has dismantled the Misión Alimentación (Food Mission) and has given its assets to the private sector linked to the madurismo so to open the “Bodegones”, where products are sold in dollars. The poor Venezuelan people have been forced to run behind a “Clap” box with poor quality products imported by the madurista bourgeoisie

The hunger of the people has been used to establish mechanisms of social control and major food importing businesses. The country is not capable of producing food.

Poverty rates have skyrocketed to levels worse than those before the Bolivarian Revolution. Poverty and extreme poverty, ended by the government of Chávez, are today a harsh reality that reaches 80% of Venezuelans, one that the madurismo tries to conceal. Hyperinflation, mega devaluation, shortages have devastated the Venezuelan people, their salary, their savings, their social security.

Some studies done by national universities using the Gini Coefficient reveal that our country went from being one of the most equal in the world, only surpassed by Uruguay in 2012, to be the most unequal country in the region in 2018, even more than Haiti, our brotherly nation ravaged by injustice and calamities of all kinds.

That shows a stark contrast between the immense impoverished majority and a minority, the Bolibourgeoisie, the sectors that support the madurismo, those that have taken over the assets and national economy.

The Exodus

The latest report by UNHCR indicates that more than 4 million Venezuelans have fled the country since 2014. It is not the bourgeoisie leaving or a sector involved in armed conflict. It is an entire people, the youth, the professionals, doctors, engineers, musicians, workers, the youth of today that were the same children protected by the educational system of the Bolivarian Revolution.

The “Gold Generation” that President Chávez talked about, is now desperately fleeing the country, in any way it can. Some cross the Andes by foot, as a sort of defeated army, some others die drowned in the waters of the Caribbean; most of them suffer the disdain and scorn of the oligarchies of the region, reprimanding them for supporting Chávez, abusing them.

It is rather sad and concerning when the youth tries to abandon their own country, their loved ones, their homeland. The government does not only denies this but it offends them, it belittles them, ignores them.

To me it is clear evidence that the situation in the country is on verge of collapse and that this government, and the madurismo, has no reasons or epic, it does not excite anyone, it lacks passion, there are no reasons to make sacrifices that an obese leadership does not make, there is no hope.

Human Rights Violations, Torture, and Violence against the People

The report of the UN High Commissioner for Human Rights, former President Michelle Bachelet, a woman of progressive views, well respected, unveils the violent, authoritarian, and intolerant nature of this government.

Said report, based on interviews and well-documented information, demonstrates once again the terrible reality in our country: the violation of human rights, including the social and economic rights, which are an ineluctable responsibility of the State, regardless of the existing political or economic situation.

The report notes the use of violence and repression as a policy of the State, where the Executive, through the president himself, the prosecutor, and the judiciary are systematically involved.

The judicialization of politics as a mechanism to silence political dissent has been established in the country; kidnappings, arbitrary detentions, prisoners without trial, presentations, or right to defense are revealed as usual practices; the existence of torture and punishments of all kinds to the prisoner and family members are denounced, and political crimes have been documented, both for repression in the streets, and for death due to torture, “suicides”, blasting, as well as, death of prisoners while in custody.

The repression reaches the entire political spectrum, from right-wing opponents to Chavistas opposing maduro, to repression against workers or people who simply express views or criteria that are contrary or upset the government.

With the aggravating fact that the madurismo and its intimate circle have the ability to use the security or police forces to fulfill their own political revenge or even business disputes.

The repression against Chavistas is carried out with special cruelty, as is stated in the report; the list of PDVSA workers kidnapped by the government, as well as the military officers, workers and grass-root leaders imprisoned by the government, which seems to be terrified of the Chavismo, has been duly documented.

The report reveals and documents the violence against popular sectors, a fundamental element of “social control” exerted on sectors that used to be militant, the traditional basis of the Chavismo.

The activities carried out by FAES, a vigilante parapolice created by maduro, masked policemen that execute raids in the slums and popular sectors, foreshadow a fascist and criminal behavior. The report indicates, based on testimonies given by the families of the victims and the official figures, that over 5,800 citizens have died for “opposing the authority” of police forces. In other words, a death penalty executed by police forces which act with total impunity, and are being encouraged by maduro himself, has been established in the country.

Nothing can justify torture and extrajudicial executions. The respect for life and human dignity must be fundamental elements, boundaries that cannot be crossed by a revolutionary movement. Torture and cruel, denigrating treatment cannot be justified, much less the kidnappings, the retaliations against families of political persecuted, the blasting of a surrendered armed group, and of course not letting a sick person die in prison or torture a human being to death.

Those who justify, celebrate or feed these kinds of behavior are opening the doors to fascism and have not noticed that they have crossed the ethical and moral boundaries of a revolutionary.

The duty of a revolutionary

Commander Fidel Castro said, from the Columbia military camp in 1959, that “Telling the truth is the first duty of all revolutionaries. Deceiving the people, raising false hopes, always brings the worst consequences, and I feel it’s necessary to warn everyone against over-optimism.”

Allow me to add that, it must be done at the risk of anything, sacrificing it all, even one’s own tranquility or safety.

Such reflections are formulated from a Chavista, revolutionary perspective, of a life commitment with socialism and the need to bring forth political, economic, and social transformations, essential to guarantee harmony in our society, the satisfaction of spiritual and material needs of human beings with social justice, sovereignty, independence, and the right to live in peace.

I believe that the Sao Paulo Forum must be a platform to critically and constructively debate reality and the true nature of the situation in Venezuela. Considerations of “State” “diplomatic conveniences” or limitations related to interests of particulars or power groups, should not be imposed in this stage, or the fear to debate nor blackmailing or silence.

The revolutionary parties and movements must be the reservoir of consciousness, the vanguard that is above any other interest than to preserve and keep in force the principles and ideas of socialism, always so exposed to distortions and deviations resulting from the very political dynamics, more so in a globalized world with an evident hegemony of capitalism.

The revolutionary party, whose practice, behavior and values must be the role model of the society that is to be developed, should be capable of stopping or fighting the deviations or vices of power, especially when these are peaceful process that goes against powerful interests that are able to conceal themselves as part of the process.

The party must be at the center of the criticism and debate par excellence; a revolution is nourished and strengthened with criticism and self-criticism, with the confrontation of the theory and the practice. Only in this way, putting the supreme interests above the particular ones, can the pulse and revolutionary impulse, the permanent transformations of the society, and the progress of the human being persist.

When a party renounces its role, as it is the case of the PSUV leadership that has imposed the logo “whatever maduro says”, it gives in its leading role, killing, sterilizing its revolutionary, critical, and transformative nature. Chávez insisted and rallied the PSUV so much to avoid what is happening today from ever happening: the party subordinated to the government, to particular and group interests.

This has been a dilemma of all revolutions, how to prevent the once leadership from becoming the new dominating factor, from succumbing to the restorative mechanisms of the system which seeks to overcome. In “Animal Farm” and “1984”, George Orwell masterfully depicted this phenomenon.

The Forum must not, or should not, remain silent before what is happening in our country, or at least not the parties and movements that comprise it because far from contributing to socialism with their silence, they are destroying it.

The stance taken by each country, government, party or movement regarding the situation in Venezuela will be definite for its own struggle and to maintain its profile and role as revolutionary parties or movement. What is happening in Venezuela will affect the revolutionary or transformative possibilities in Latin America and the Caribbean. A broad, constructive, democratic but stark, critical, and self-critical debate of ideas is an imperative, imperious need for this Forum to continue to have validity.

False dilemma

There is an attitude that has been extended in certain left sectors, at least in our country, where the criticism to the government or the conduction of the country are silenced with allegations of “doing the enemy’s dirty work”, so silence is imposed and the unthinkable is accepted by blackmailing not to favor the extreme right. Or even worse, whoever says something different to “whatever maduro says” is immediately accused of “treason” of “playing the imperialism game” or of supporting a “military intervention”.

Thus, they make the revolutionary or Chavista followers fall prey of the false dilemma of supporting this disaster or losing the revolution, when the reality is that this is no longer a revolution and what is left of the homeland will be lost in the hands of maduro. maduro surrenders the country to the extreme right, opening the doors of fascism.

Allow me to clarify (just in case), that we do not want the extreme-right opposition to rising to power in the country, and I do not believe that us, Chavistas, should seek with them the solidarity or receptivity that we did not find in the madurismo. Much less I am a supporter, nor would I support, any sort of foreign military aggression against our homeland, on the contrary, I would fight it with all my strength.  Throughout my political life, my stance has been very clear in this regard, since I was a militant of PRV-Ruptura and then during my tenure at the front of the high responsibilities in the Bolivarian Government and the oil sector, in the front line of battle, always alongside President Chávez and the interests of the people.

But, since now the madurismo insists on changing history, with its technological skills bought in a Stalinist store, capable of deleting photos, statements, videos, everything, with the help of a minister who has a battery of paid informants and specialists in false positives, I then have all my articles and interviews published, despite the inconveniences and obstacles, the censorship and attacks, to make clear a position in the current juncture.

This false dilemma is used or acts, at least, in three different spheres: those who use it to blackmail with the purpose of silencing any sort of criticism, which is obviously what the government and the high command of the madurismo do; then, the leadership or countries that make a simplistic reduction of the problem, burying their heads on the ground, convincing themselves of the impact of sanctions, although successfully overcome by President Chávez, or the alleged unparalleled oil prices, while repeating over and over again the arguments to make peace with the silence they keep regarding the situation, looking the other way for whatever kind of “tactical convenience” or political calculations; and, of course, there is the militant people, the ordinary citizen for which these risks, real by the way, are fueled, so fear paralyzes them and prevents them from thinking.

Those who follow this false dilemma to “conceal and forego” the actions of the madurismo, whether for political calculations, tactical interests or because they believe in it, are committing a serious mistake.

It is precisely the madurismo, the dismantling of the Bolivarian Revolution, the State institutions, the sovereignty, the economy, and the demobilization of the people what has rendered our homeland in such a state of vulnerability and deterioration that will have grave consequences not only for the Chavismo as a political movement in risk of  disappearing or being reduced to ashes, but to all the people, by leaving a paved road for the extreme right to take over power in the country.

Maduro has cultivated both intolerance and violence, in addition to his incompetence to govern and his absolute disregard for the Constitution and the laws, which has led to a wave of resentment, hatred, and disgust of the majority of the country, its population, of any social level, just like in “the serpent’s egg” In which in any given moment, there will be a grueling ending, where anything can happen.

It is maduro’s weakness, incoherence or servile attitude regarding the interests of his economic groups and the major world powers which will cause not only that the great powers decide our future according to their own interests, but also that such vulnerability will provide an opportunity for foreign aggression. Already today, Exxon Mobil announced that it will produce oil in waters of the Essequibo, right under maduro’s nose and with a sort of a tacit agreement of letting this flagrant violation of our sovereignty go. Maduro hands over everything he can, he negotiates to save himself and save his people.

What it is then imposed, just as Cuauhtémoc’s gesture went down in history in Aztec Mexico, once the elite surrendered before the cruel conquistador, is to unmask the weakness and contradictions of the country’s leadership, of those who have sequestered the popular sovereignty and are willing to give away the homeland.

A Patriotic Government Junta is the last chance, not only of the Chavismo, but of the nationalist, patriotic, and honest sectors of the country to find a way out of this trap, this abyss, with our own feet, regaining hope and the historic goals of our Homeland Plan, and the flags of redemption and justice that mobilized our people.

Return to Chávez.

I celebrate today the birth of President Hugo Chávez Frías. All my affection and respect goes out to the memory of the President Commander, a good man, a man of justice, the Boss, the friend. My appreciation and fond memories reach out to the teacher Reyes, to Mrs. Elena, to Adán, María Gabriela, Rosa, and Huguito, to all the relatives of the Commander. To all men and women who like me were at his side, in that beautiful, collective endeavor with the poor of the land.

I cannot be in my homeland, Commander, I cannot be there in the Cuartel de la Montaña, but I reiterate to you the oath I made to you in life of working honestly and without rest to reach the possible country, the collective dream, to complete your work, to always work for the rights and hopes of an entire people who filled with hope decided to follow you and join you in all the fights behind the flags of Bolívar’s dream.

Al Foro de Sào Paulo

Se ha reunido en Caracas, el Foro de Sào Paulo (instancia de discusión política de los movimientos progresistas y de izquierda fundada en 1990). Hoy concluyen las deliberaciones en su XXV Encuentro, por lo que, queremos saludar su presencia en nuestro país, en circunstancias muy difíciles para nuestra región y en particular, para nuestro pueblo.

Me dirijo a ustedes desde el exilio, perseguido por el gobierno de maduro. Ésto ocurre luego de ocupar durante 14 años consecutivos las más altas responsabilidades en el Estado y la Revolución Bolivariana al lado del Presidente Chávez: Ministro de Petróleo, presidente de PDVSA, vicepresidente territorial, responsable de innumerables tareas en el ámbito político e internacional; y, de sus más preciados proyectos y Misiones. Miembro de la Dirección Nacional del PSUV y del equipo político que lo acompañamos hasta el día de su muerte. 

En el gobierno de maduro, salí del Ministerio de Petróleo y de PDVSA, por la intención que siempre tuvo el madurismo de controlar este sector estratégico para el país, y por las evidentes diferencias que teníamos en la conducción de la economía, donde advertí la tormenta que se nos venía encima, sin embargo, en aras de la “unidad y disciplina”, acepté ser Canciller y Embajador ante la ONU y miembro del Consejo de Seguridad.  

No me percaté que lo que estaba ocurriendo era un viraje a la derecha del gobierno y ésto pasaba por hacer a un lado a los exministros de Chávez, sobre todo, los del área económica, además de un sistemático alejamiento del camino trazado por el Comandante, de los objetivos históricos del Plan de la Patria. Una traición a Chávez. 

A partir de 2017, comencé a hacer públicas mis opiniones y diferencias con maduro, en ejercicio de mis derechos y responsabilidades históricas: los revolucionarios no podemos guardar silencio, tenemos que advertir, alertar, señalar, orientar, no podemos presenciar impávidos la destrucción de los sueños y las conquistas de todo un pueblo. 

El 4 de diciembre de 2017, habiendo previamente rechazado la propuesta de irme como embajador ante ONU en Ginebra, renuncié como Embajador ante la ONU y a cualquier vinculación con el gobierno. Lo hice, sin aprovechar mi posición como embajador para declarar o prestarme a cualquier maniobra en contra del país desde el seno de tan importante organismo. Lo hice desde el campo de la revolución. Sin embargo, inmediatamente se desató en mi contra, una feroz campaña de persecución política, dirigida por el mismo maduro y ejecutada por su fiscal. No pude volver al país, oficiales chavistas de nuestra Fuerza Armada Bolivariana me advirtieron, preocupados por mi integridad física, que maduro había dado la orden de capturarme y sepultarme en sus calabozos. 

Esta persecución iniciada por intencional y concordada omisión de acciones incluso antes de mi renuncia, no sólo ha sido acompañada de todo tipo de acusaciones e injurias con el propósito de destrozar mi nombre y quebrar mi moral, para propiciar cualquier agresión en mi contra; también han pretendido, de manera absurda, desvincularme, borrarme inútilmente, de la historia política y petrolera del país, y del corazón y afecto del chavismo y de los militantes del PSUV; en paralelo, han arremetido  en contra de PDVSA y sus trabajadores, con el encarcelamiento de trabajadores a quienes acusan de “ramiristas” y la destrucción de este otrora baluarte de nuestra soberanía y economía. Nos han utilizado de “chivos expiatorios” de sus propios errores y desaciertos en la conducción del país.

En la persecución en mi contra y la destrucción de PDVSA coinciden los intereses y la acción del madurismo y la extrema derecha del país, pues no sólo se trata de mí como persona, se trata de vilipendiar la obra de Chávez, y lo que el sector petrolero significó para nuestra Revolución. El madurismo ha cometido un grave error estratégico al arremeter contra el propio chavismo.

Dos países, dos realidades.

La última reunión del Foro de Sào Paulo en nuestro país, tuvo lugar en julio de 2012 y todavía contábamos con la presencia del Presidente Chávez. Estábamos en campaña para las elecciones de ese mismo año, sin embargo, ya había aparecido el cáncer que finalmente lo conduciría al sepulcro. 

Ustedes compañer@s pueden ver y comparar dos realidades absolutamente distintas: el país bajo la conducción del Presidente Chávez, donde la economía, la soberanía, el vivir bien del pueblo, su entusiasmo, participación, los avances políticos y sociales, eran una esperanza para el mundo; y, el país caótico bajo la conducción de maduro, donde la destrucción de la economía, el retroceso social, las carencias de todo tipo, la injusticia, la desmovilización del pueblo, la ausencia de libertades y el miedo que se ha instalado en la sociedad, deben dejarles la sensación de que se ha producido un retroceso en toda la línea.

Ustedes, políticos de experiencia, pensadores, revolucionarios, críticos por naturaleza y formación, honestos, si pudiesen ver un poco mas allá de “la feria” y el cerco protocolar, si se fueran al seno del pueblo, si tuviesen mas acceso a la información, a la realidad, no les costaría mucho esfuerzo llegar a la misma conclusión de lo que hemos venido denunciando, y que es una realidad inocultable: éste no es un gobierno Chavista y mucho menos socialista. maduro ha traicionado el legado político del Presidente Chávez y la destrucción de su obra nos ha conducido al abismo, donde nuestro pueblo ha visto, a escasos 7 años de aquella reunión de ustedes en nuestro país, truncado los avances conquistados con el Comandante Chávez. 

Esta realidad, además de ser un tema para reflexionar y tomar conciencia del papel de los revolucionarios ante ella, también pesa como una inmensa carga de profundidad para los movimientos progresistas, de izquierda, sobre todo, en América Latina y el Caribe, donde evidentemente hay un retroceso político, un viraje a la derecha. 

La ausencia de Lula, Dilma, Cristina y Correa, su desplazamiento del poder y la persecución de la que son objeto; la muerte del Comandante Fidel Castro y del Presidente Hugo Chávez, son factores concretos que han marcado el reflujo del movimiento popular y revolucionario en la región. 

Sin embargo, la tragedia venezolana, luego de la muerte del Comandante Chávez y el ascenso al poder del madurismo, ha sido un elemento determinante en el retroceso de la izquierda en la región; no sólo porque han extinguido la luz de la Revolución Bolivariana, el faro que irradiaba conciencia y ejemplo, sino porque la derrota del Chavismo, la destrucción de la obra del Presidente Chávez, ha convertido a Venezuela en el anti-ejemplo para nuestros pueblos. 

El mal gobierno de maduro ha dado, como nunca antes, argumentos a la derecha para arremeter contra el Chavismo y el Socialismo, como opciones o experiencias exitosas, alternativas al desastre del capitalismo en el mundo. 

Los gobiernos y partidos de derecha en la región, cabalgan, sobre las terribles consecuencias que ha tenido para nuestro pueblo y nuestra patria el gobierno de maduro y el desmantelamiento de la obra revolucionaria del Presidente Chávez. 

Todos los errores, desaciertos e inconsistencias de este gobierno, se lo adjudican al Presidente Chávez y maduro guarda silencio. Ni siquiera tienen la responsabilidad u honestidad de asumir que el problema es su gobierno, son sus decisiones, sus errores, en 7 años de poder absoluto, como nunca antes en el país. No le hablan con la verdad al pueblo, no son capaces de aceptar una crítica, siempre buscan una excusa, un culpable.

Ésto ni es revolución, ni es chavismo y mucho menos, socialismo.

Resulta difícil definir qué cosa es exactamente el madurismo, en que ha trastocado todo ésto: un gobierno autoritario, violento, con un programa económico de derecha, muy incapaz y entreguista, que sin embargo, usa una retórica de izquierda y manipula el sentimiento chavista, abusando del nombre y la imagen del Comandante Chávez, a conveniencia, como si fuese una franquicia.

Para mantenerse en el poder, además de la violencia y represión, necesita algún tipo de sustento emocional entre el pueblo, y de allí la manipulación que hacen de sentimientos profundamente arraigados en el corazón de los humildes: la figura del Comandante Chávez y su épica. Claro, es una historia editada por ellos, cortada y segmentada a conveniencia, truncada con artificios pirotécnicos para fabricar otra historia. La realidad es que, cual Herodes, han traicionado y arrasado la Revolución Bolivariana. Veamos sólo algunos aspectos.

La economía está destrozada.

El gobierno ha impulsado un paquetazo económico que en términos de sus objetivos y resultados, no son más que un programa de derecha, pero con una fuerte dosis de improvisación e ineficacia, producto de sus mismas contradicciones internas: un proceso hiperinflacionario que ha alcanzado niveles mayores a 1.000.000 % de inflación anual; una mega devaluación de nuestro signo monetario donde en 2014 1$=6,3 bolívares y hoy en 2019 1$=11.866 bolívares, que si le agregamos los 8 ceros que le han quitado artificialmente, significa que 1$=1.186.600.000.000 bolívares, un fracaso que ha expropiado el salario y el trabajo; un salario mínimo de 5,6 dólares al mes, el mas bajo de toda nuestra región; una escasez crónica de alimentos y medicamentos; un saqueo a nuestras reservas de oro, se han vendido en secreto toneladas de oro monetario extraídas de las bóvedas del BCV; una caída del PIB acumulada de -64%, es decir la paralización y destrucción de nuestro aparato productivo, del trabajo como valor de la sociedad.  

El gobierno ha destrozado PDVSA, entregado el petróleo y el gas de la patria.

El madurismo arremetió contra PDVSA, quería controlarla y extirpar de su seno a los trabajadores y cuadros  técnico-políticos que me acompañaron en la conducción del sector durante el gobierno de Chávez. La acusó y vilipendió, impuso en terror y el miedo, han salido mas de 30 mil trabajadores de la empresa y del país. 

La producción de petróleo cayó desde los 3,010 millones de barriles día en que la dejamos en 2013, hasta los escasos 600 mil barriles día que produce actualmente; el sistema de Refinación que en 2013 tenía una capacidad de 1,2 millones de barriles día en el circuito nacional y que abastecía al mercado interno y nos permitía exportar, hoy día está operando a sólo un 30% de su capacidad, sus mejores gerentes están presos y no se consigue ni gasolina, ni combustibles en buena parte del país; el gas de la Patria, que hasta 2013 abastecía a todo el país, al sector eléctrico y doméstico y cuyos desarrollos costa afuera nos permitiría su uso petroquímico y exportación, hoy día fue entregado a las antiguas transnacionales como la Shell y a las nuevas transnacionales rusas y europeas, para que lo saquen del país, no hay gas para el consumo doméstico, ni para el sector eléctrico, ni hay fertilizantes, ni para su industrialización.  

La destrucción de PDVSA abrió paso a su privatización. Se han firmado Decretos y la ANC ha aprobado leyes, inconstitucionales, con las que se está privatizando a la empresa. Con los llamados “Contratos de Servicio” se han revertido al sector privado afecto al madurismo, los campos petroleros que eran operados por PDVSA y que fueron recuperados por la Revolución; se han entregado a empresas rusas y chinas áreas y operaciones en la Faja Petrolífera del Orinoco, que fueron nacionalizadas por el Presidente Chávez en 2007. Se entregan los terminales, taladros, buques, instalaciones, operaciones. Se cede la soberanía, se entrega el petróleo y el gas. 

La profundización del modelo minero extractivo

Con El Arco Minero se ha consumado un crimen contra el ambiente y contra nuestros pueblos originarios, a quienes se ha desplazado de sus tierras ancestrales, al permitir la extracción descontrolada y masiva de nuestros minerales estratégicos: oro y coltán. Se han instalado mafias y grupos paramilitares de todo signo, que arrasan con nuestras riquezas y han llevado la violencia a toda la región. Hoy día los factores económicos del madurismo, se han convertido en los grandes traficantes de oro venezolano en el mundo. 

El Arco Minero y otras áreas abiertas a la actividad minera en todo el país, nos retrogradan al país de las transnacionales del siglo XX, la vuelta al modelo minero extractivo, profundamente dependiente.

El país del hambre, la pobreza, la desigualdad.

El último Informe de la FAO señala que en nuestro país, 6,8 millones de personas padecen hambre. El informe confirma de manera científica, lo que se observa en la calle: niños buscando entre la basura, un pueblo flaco, desnutrido, cuyo salario mínimo no alcanza ni para adquirir los alimentos de la canasta básica, ni comer más de dos veces al día. 

El gobierno ha desmantelado la Misión Alimentación y ha cedido sus activos al sector privado vinculado al madurismo para que instalen los “Bodegones”, donde se expenden productos en dólares. Se ha colocado al pueblo pobre venezolano a correr detrás de una caja “clap”, con productos importados por la burguesía madurista, de mala calidad. 

Con el hambre del pueblo se han establecido mecanismos de control social y grandes negocios de importación de alimentos. El país, no es capaz de producir alimentos.

Los índices de pobreza se han disparado a niveles peores que antes de la Revolución Bolivariana. La pobreza y la pobreza crítica, abatidas por el gobierno de Chávez, hoy son una dura realidad que alcanza al 80% de los venezolanos y que el madurismo trata de ocultar. La hiperinflación, la mega devaluación, la escasez, han devastado al pueblo venezolano, su salario, su ahorro, su seguridad social.

Algunos estudios hechos por universidades nacionales utilizando el Coeficiente de Gini, revelan que nuestro país, pasó de ser uno de los más igualitarios, sólo superado por Uruguay en 2012, a ser en 2018 el país más desigual de la región, más incluso que Haití; nuestro pueblo hermano asolado por la injusticia y calamidades de todo tipo. 

Allí contrasta la inmensa mayoría pobre con una minoría, la boliburguesía, los sectores que apoyan al madurismo, los que se han apoderado de los activos y de la economía nacional. 

El Éxodo.

El último informe de la ACNUR registra que más de 4 millones de venezolanos han salido del país, a partir de 2014. No se trata de una salida de la burguesía, ni de un sector involucrado en un conflicto armado. Se trata de todo el pueblo, los jóvenes, profesionales, médicos, ingenieros, músicos, trabajadores, los jóvenes de hoy que ayer eran los niños protegidos por el sistema educativo de la Revolución Bolivariana. 

La “Generación de Oro” de la que hablaba el Presidente Chávez, hoy sale desesperada, como puede del país. Algunos cruzan a pie Los Andes, cual ejército derrotado, otros mueren ahogados en las aguas del Caribe, la mayoría sufre el desprecio y escarnio de las oligarquías de la región, que le echan en cara su apoyo a Chávez, los maltratan.

Es triste y preocupante cuando la Juventud trata de abandonar su propio país, sus afectos, su patria. El gobierno, no sólo lo niega, sino que los ofende, denigra de ellos, los ignora. 

Para mí es un claro signo de que la situación del país está al borde de un colapso, y que este gobierno y el madurismo, no tienen razones, ni épica propia, no emociona a nadie, no hay pasión, no hay razones para hacer el sacrificio que una dirigencia obesa no hace, no hay esperanza.

La violación de los Derechos Humanos, la tortura y la violencia contra el pueblo.

El Informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, la ex Presidenta Michelle Bachelet, mujer de posiciones progresistas, respetada, desenmascara la naturaleza violenta, autoritaria e intolerante de este gobierno. 

El mismo, con base en entrevistas e información bien documentada, nuevamente expone lo que es una terrible realidad en nuestro país: la violación de los Derechos Humanos, incluyendo, los derechos económicos y sociales, los cuales son una responsabilidad ineludible del Estado, independientemente de la situación política o económica que exista. 

El informe constata el uso de la violencia y la represión como una política de Estado, donde están involucrados de manera sistemática, el Ejecutivo, por intermedio del mismo presidente, la fiscalía y el poder judicial. 

Se ha instalado en el país, la judicialización de la política como mecanismo para acallar la disidencia política; se revelan como prácticas habituales los secuestros, detenciones arbitrarias, los prisioneros sin juicio, ni presentaciones, ni derecho a la defensa; se denuncia la existencia de la tortura y castigos de todo tipo al preso y los familiares, así como, se han documentado crímenes políticos, tanto por represión en las calles, como por , “suicidios”, voladuras, así como, la muerte de prisioneros en custodia

La represión alcanza a todo el espectro político, desde opositores de derecha, pasando por Chavistas opuestos a maduro, hasta la represión contra los trabajadores o personas que sencillamente expresan puntos de vista o criterios contrarios o que disgusten al gobierno. 

Con el agravante de que, el madurismo y su círculo íntimo tienen la capacidad de utilizar a los cuerpos de seguridad o policiales para cumplir sus propias revanchas políticas; o, incluso, disputas de negocios.

La represión contra los Chavistas se realiza con especial ensañamiento, el Informe así lo menciona, y se ha podido documentar la lista de trabajadores de PDVSA secuestrados por el gobierno, así como, oficiales militares, trabajadores y dirigentes populares presos por el gobierno, el cual parece tener terror al Chavismo. 

El informe revela y documenta la violencia en contra de los sectores populares, un elemento fundamental del “control social” que se ejerce sobre sectores otrora combativos, la base tradicional al Chavismo.

La actuación del FAES, un grupo parapolicial, creado por maduro, policías enmascarados que hacen “razzias” en los barrios y sectores populares, prefiguran una conducta fascista y criminal. El informa reporta, basado en testimonios de las familias de las víctimas y las propias cifras oficiales, la muerte de más de 5.800 ciudadanos por “oponerse a la autoridad” de los cuerpos policiales. Es decir, se ha instalado en el país, una pena de muerte ejecutada por los cuerpos policiales que actúan con total impunidad, y son estimulados en su accionar por el mismo maduro.

No hay nada que pueda justificar la tortura y las ejecuciones extrajudiciales. El respeto a la vida, a la dignidad humana deben ser elementos fundamentales, límites que no puede traspasar un movimiento revolucionario. No puede justificarse la tortura, ni los tratos crueles, denigrantes, ni los secuestros, ni retaliaciones contra familiares de perseguidos políticos, mucho menos, la voladura de un grupo armado rendido, ni dejar morir a un enfermo en prisión, ni torturar hasta matar a un ser humano. 

Los que justifican, aplauden o alimentan este tipo de conductas, están abriendo las puertas al fascismo, y no se han percatado que ya traspasaron el límite ético y moral de un revolucionario.  

El deber de un revolucionario.

Decía el Comandante Fidel Castro desde el campamento militar Columbia en 1959, que “Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario. Engañar al pueblo, despertarle engañosas ilusiones siempre traería las peores consecuencias, y estimo que al pueblo hay que alertarlo contra el exceso de optimismo”. 

Me permito agregar, que debe hacerlo a riesgo de lo que sea, sacrificándolo todo, incluso su tranquilidad o seguridad.

Estas reflexiones son formuladas, desde una perspectiva Chavista, revolucionaria, de un compromiso de vida con el socialismo y la necesidad de producir las transformaciones políticas, económicas y sociales, fundamentales para garantizar la armonía de nuestra sociedad, satisfacer las necesidades espirituales y materiales del ser humano, con justicia social, soberanía, independencia y el derecho de vivir en paz. 

Estimo que el Foro de Sào Paulo debe ser una plataforma para debatir de forma crítica, constructiva, la realidad y la verdadera naturaleza de la situación en Venezuela. En este escenario, no se deberían imponer consideraciones de “Estado”, “conveniencias diplomáticas”, o limitaciones propias de intereses particulares o de grupos de poder, no debería existir el temor al debate, ni el chantaje, ni el silencio.

Los partidos y movimientos revolucionarios, deberían ser el reservorio de la conciencia, la vanguardia que esté por encima de cualquier otro interés, que no sea el de preservar y mantener vigentes los principios e ideales del socialismo, siempre expuestos a distorsiones y desviaciones producto de la propia dinámica política, más aún en un mundo globalizado con una clara hegemonía del capitalismo. 

El partido revolucionario, cuya práctica, conducta y valores deberían prefigurar la sociedad que se quiere construir, debería ser capaz de atajar o combatir las desviaciones o vicios propios del poder, más aún cuando se tratan de procesos pacíficos que van a contracorriente de poderosos intereses que son capaces de mimetizarse en el proceso.

El partido debe ser el centro de la crítica y el debate por excelencia, una revolución se nutre y fortalece de la crítica y autocrítica, de la confrontación de la teoría con la práctica. Sólo así, anteponiendo los intereses supremos por encima de los particulares, puede mantenerse el pulso y el impulso revolucionario, las transformaciones permanentes de la sociedad, el avance del ser humano. 

Cuando un partido renuncia a su papel, como ha sido el caso de la dirección del PSUV, que han impuesto la consigna de “lo que maduro diga”, claudican en su papel de vanguardia, matan, esterilizan, su carácter revolucionario, crítico y transformador. Tanto arengó Chávez al PSUV para que lo que hoy sucede no pasara nunca: el partido subordinado al gobierno, a intereses particulares, a intereses de grupos. 

Éste ha sido un dilema de todas las revoluciones, como impedir que la otrora vanguardia, no se transformara en el nuevo factor de dominación, no sucumbiera a los mecanismos restauradores del sistema que se quiere superar. En “La Rebelión en la Granja” y “1984” George Orwell, plasmó de manera magistral este fenómeno. 

El Foro no puede, o no debe, guardar silencio ante lo que sucede en nuestro país; o, por lo menos, no, los partidos y movimientos que lo conforman, porque lejos de que su silencio pueda contribuir al socialismo, lo están destruyendo. 

La posición que asuma cada país, gobierno, partido o movimiento con respecto a lo que sucede en Venezuela, será definitivo para su propia lucha y para mantener su perfil y papel como partidos o movimientos revolucionarios. Lo que sucede en Venezuela afectará las posibilidades revolucionarias o transformadoras en América Latina y el Caribe. El debate de las ideas, amplio, constructivo, democrático, pero descarnado, crítico y autocrítico es una necesidad imperiosa, impostergable, para que este Foro siga teniendo vigencia. 

El falso dilema.

Hay una actitud extendida en algunos sectores de izquierda, por lo menos en nuestro país, donde las críticas que se hacen al gobierno o a la conducción del país, son acalladas con el chantaje de que “se le hace el juego al enemigo”, se impone el silencio y se acepta hasta lo inimaginable con el chantaje de no favorecer a la extrema derecha. O peor aún, a quien se le ocurra decir algo distinto a “lo que diga maduro”, se le acusa de inmediato, de “traidor”, de “hacer el juego al imperialismo”, o de apoyar una “intervención militar”. 

Colocan así al campo revolucionario o chavista en el falso dilema de sostener este desastre o perder la revolución, cuando la realidad es que ésto ya no es una revolución, y lo que queda de patria se perderá en manos de maduro. maduro le entrega el país a la extrema derecha, abre las puertas del fascismo. 

Aclaro (por si acaso), que nosotros no queremos que la oposición de extrema derecha llegue al poder en el país, ni creo que los chavistas debemos buscar en ella la solidaridad o receptividad que no conseguimos en el madurismo. Mucho menos soy partidario, ni apoyaría, al contrario, combatiría con todas mis fuerzas, cualquier agresión militar extranjera contra nuestra patria. 

En toda mi trayectoria política mi posición ha sido muy clara a este respecto, desde que era militante del PRV-Ruptura y luego en mi desempeño al frente de las altísimas responsabilidades en el gobierno Bolivariano y en el sector petrolero, en la primera línea de batalla, siempre al lado del Presidente Chávez y los intereses del pueblo. 

Pero como ahora, el madurismo insiste en truncar la historia y con sus habilidades tecnológicas compradas en botica stalinista, es capaz de borrar fotos, discursos, videos, todo, y tienen un ministro con una batería de palangristas y especialistas en “ollas” y falsos positivos; entonces, están mis escritos y entrevistas publicados, a pesar de todos los inconvenientes y obstáculos, la censura y las agresiones, para dejar sentada una posición clara en la coyuntura actual.  

Este falso dilema se utiliza o actúa, al menos, en tres esferas: los que lo esgrimen o utilizan para chantajear con el interés de silenciar cualquier crítica, que es lo que obviamente hace el gobierno y la cúpula del madurismo; los dirigentes o países que hacen una reducción simplista del problema, meten la cabeza debajo de la tierra, se auto convencen sobre el efecto de las sanciones, superadas con éxito por el Presidente Chávez o el supuestamente inédito bajo precio del petróleo, se repiten una y otra vez el argumento, para quedar tranquilos con el silencio que guardan con respecto a lo que está pasando, miran hacia otro lado, por cualquier tipo de “conveniencia táctica” o cálculo político; y, por supuesto, está el pueblo militante, el ciudadano de a pie, frente al que azuzan estos riesgos, reales por cierto, para que el miedo los paralice y no los deje pensar.

Los que acuden a este falso dilema para “callar y dejar pasar” lo que hace el madurismo, sea por cálculo político, interés táctico o porque así lo crean, están cometiendo un grave error. 

Es precisamente el madurismo, el desmantelamiento de la Revolución Bolivariana, de las instituciones del Estado, de la soberanía, de la económica y la desmovilización del pueblo, lo que ha colocado a nuestra patria en un nivel de vulnerabilidad y deterioro tal que tendrá graves consecuencias, ya no sólo para el chavismo como movimiento político, el cual está en riesgo de desaparecer o atomizarse, sino para todo el pueblo, al dejar el camino abierto para que la extrema derecha asuma el poder en el país. 

maduro ha cultivado tanto la intolerancia, la violencia, sumado a su incapacidad para gobernar y su absoluto desprecio por la Constitución y las leyes, que ha generado una ola de resentimiento, odio y hastío de la mayoría del país, de su población, de cualquier nivel social, tal como en El huevo de la serpiente, que en cualquier momento, habrá un desenlace cruento, donde cualquier cosa puede pasar.

Es la debilidad, incoherencia o actitud genuflexa de maduro ante los intereses de sus grupos económicos y los grandes poderes mundiales, los que provocarán, no sólo que las grandes potencias decidan nuestro futuro de acuerdo con sus propios intereses, sino que por tal vulnerabilidad abrirá la posibilidad de una agresión externa. Ya hoy día, la Exxon Mobil anuncia que producirá petróleo en aguas del territorio Esequibo, en las propias narices de maduro y con una especie de acuerdo tácito de dejar pasar esta violación flagrante a nuestra soberanía. maduro entrega todo lo que puede, negocia, para salvarse él y salvar a los suyos. 

Lo que se impone, tal como quedó en la historia el gesto de Cuauhtémoc en el México Azteca, rendida la élite ante el cruel conquistador, es desenmascarar la debilidad y contradicciones de la dirección del país, de los que han secuestrado la soberanía popular y están dispuestos a entregar la Patria. 

Una Junta Patriótica de Gobierno, es la última posibilidad, no sólo del Chavismo, sino de los sectores nacionalistas, patrióticos y honestos del país, de salir de esta trampa, este abismo, con nuestros propios piés, retomar la esperanza, los objetivos históricos de nuestro Plan de la Patria, las banderas de redención y justicia que movilizaron a nuestro pueblo. 

Volver a Chávez.

Hoy celebro el natalicio del Presidente Hugo Chávez Frías. Vaya todo mi afecto y respeto a la memoria del Presidente Comandante, hombre de bien, de justicia, al Jefe, al amigo. Mis respetos y recuerdos afectuosos al Maestro Reyes, a Doña Elena, a Adán, María Gabriela, Rosa y Huguito, a todos los familiares del Comandante. A todos los hombres y mujeres que estuvimos a su lado, en ese esfuerzo hermoso, colectivo, con los pobres de la tierra. 

No puedo estar en mi patria Comandante, no puedo estar allí en el Cuartel de la Montaña, pero te reitero el juramento que te hice en vida de trabajar con honestidad y sin descanso por alcanzar el país posible, el sueño colectivo, culminar tu obra, trabajar siempre por los derechos y anhelos de todo un pueblo, que esperanzado te siguió y te acompañó en todas las batallas detrás de las banderas del sueño de Bolívar.