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De Bachelet a Barbados

El Informe sobre la situación de los DDHH en Venezuela emitido por la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, que dirige Michelle Bachelet, es un documento de clara importancia política para el país.

Su elaboración y publicación, a solicitud de la Resolución 39/1 del Consejo de los Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, del que Venezuela es miembro, ha sido demoledor para el gobierno de maduro, quien tendrá que hacerle frente por los hechos que en él se reflejan. 

El Informe es elaborado con base en las potestades concedidas por la ONU a la Oficina de la Alta Comisionada, en función de los tratados y acuerdos internacionales de los que Venezuela es parte, en virtud de lo que puede recabar pruebas y sustanciar expedientes referentes a la violación de los Derechos Humanos, lo cual es expresamente tipificado como delito. Es decir, el Informe tiene carga y efecto jurídicos y queda asentado en el seno de las Naciones Unidas, la cual se activa en todos sus mecanismos de protección de las víctimas y rendición de cuentas de los responsables. A partir de su emisión, los delitos del madurismo han quedado documentados ante la ONU, la historia  y el mundo.

Luego de su discusión ante el Consejo de los Derechos Humanos en Ginebra, el indicado instrumento se discutirá en la Tercera Comisión de la Asamblea General para el venidero período de sesiones y de allí, probablemente se eleve a la consideración de  la Plenaria de la Asamblea General de la ONU.  

En la Plenaria de la Asamblea General de la ONU, si así lo solicitaran otros países, se abrirá un debate sobre la situación de los DDHH en el país. En esta discusión,  se pueden rechazar o condenar las violaciones denunciados en el Informe, incluso se puede aprobar cualquier resolución, condenando los hechos y solicitando medidas de vigilancia sobre estos delitos, además de exigir al gobierno que cumpla con sus responsabilidades y obligaciones de acuerdo con el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. 

Ésto no significa que nuestro país vaya a ser invadido por las Naciones Unidas, como aseguran los voceros del madurismo y lamenta la extrema derecha Venezolana. No. Los informes o temas de Derechos Humanos son competencias y temáticas de la Asamblea General, por lo que, no se someten a la consideración del Consejo de Seguridad, único órgano con posibilidades de invocar el Capítulo 7 de la Carta de las Naciones Unidas, es decir, el uso de la fuerza contra cualquier país. Los casos de Irak y Libia, esgrimidos por los voceros del madurismo para atemorizar y chantajear a nuestro pueblo, fueron invasiones e intervenciones llevadas a cabo por los Estados Unidos y la OTAN respectivamente, no fue un mandato de las Naciones Unidas. 

Es curioso y triste a la vez ver las reacciones de los dos extremos intolerantes, donde ambos coinciden en rechazar el Informe de Bachelet. La extrema derecha, se lamenta de que no nos invadan, por tanto, para ellos, el Informe no sirve para nada. Por su parte, el madurismo trata de descalificar al informe e invoca el miedo a la inminente “invasión”, que éste supuestamente propicia, tanto para arreciar la represión interna, como para evadir los graves señalamientos de la ONU.

El gobierno de inmediato rechazó el informe, cosa que no extraña a nadie, pues es la típica actitud de los gobiernos autoritarios y violadores de los Derechos Humanos. Incluso, han llegado al extremo de descalificar a la Alta Comisionada y a las Naciones Unidas. 

El gobierno envió a Ginebra a uno de sus perseguidores estrella, para hablar, en sustitución del Embajador Valero (uno de los pocos diplomáticos de carrera que quedan en Cancillería). Allí, éste arremetió contra el Informe, lo tildó de “parcializado y carente de rigor científico”, entre otros descalificativos. En cuanto a los voceros del madurismo, los tradicionales y los oportunistas, en un alarde de desconocimiento del funcionamiento de la ONU, hablan de la inminente invasión contra el país; y, además, exigen los nombres, ¡quieren los nombres de las víctimas y denunciantes!,  en un país donde todo el mundo sabe, hasta ellos mismos, que el que habla en contra del gobierno, de inmediato sufre represalias o termina preso. Evidentemente desconocen el hecho de que en este tipo de informes, los nombres de las víctimas y denunciantes se mantienen en reserva, justo para evitar las represalias de los victimarios.  

Lo insólito es que, al momento de escribir estas líneas, a 8 días de su muerte, el mismo gobierno que acusa de “parcializado” el Informe  Bachelet, no entrega aún a sus familiares el cuerpo del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo. 

Pues le guste o no al gobierno, el Informe y la situación de los DDHH en el país, serán debatidos en la Máxima Instancia del multilateralismo mundial. Allí se escucharán uno a uno, los elementos del Informe, se abrirá una discusión sobre la situación. El gobierno quedará expuesto ante el mundo como lo que es, un desastre que ha llevado a nuestro país al abismo, y que lo ha colocado en una situación de vulnerabilidad tal que cualquier cosa puede pasar. Venezuela, que hace tan sólo 6 años era una esperanza y referencia para los pueblos del mundo, ahora está convertida en un infierno, del que sus hijos salen por millones.

El gobierno de maduro no tiene nada que mostrar, nada que aportar, ningún avance, ninguna épica, nada heroico, solo el ejemplo de cómo se puede conducir a todo un pueblo, hasta hace tan poco, orgulloso de lo construido; próspero y alegre, a la desesperación y a la miseria, sometido por la fuerza a una situación vergonzosa. También vergüenza deben sentir los países que están hasta el cuello involucrados en el apoyo a maduro, otrora defensores de causas justas y sueños, hoy degradados en un pragmatismo incomprensible. Qué lejos quedaron Chávez y Fidel.

La verdad es que todos tenemos que agradecer el trabajo de la Oficina de la Alta Comisionada; y, en especial, a su titular, la ex Presidenta Michelle Bachelet. Supo ella sobreponerse, tanto a la presión de la extrema derecha y los factores de poder que la apoyan, como a las manipulaciones del gobierno. 

Los primeros que, en su intolerancia, exigían que Bachelet apareciera con una bandera de Venezuela al revés; y, al no hacerlo, pensaban que ella iba a mostrarse aplaudiendo a maduro. Los segundos, creían que, al ser Bachelet una mujer progresista y abanderada del socialismo en Chile, guardaría el silencio cómplice que tantos que se proclaman de “izquierda” mantienen  en torno a la tragedia venezolana.

El hecho de que las dos veces Presidenta de Chile, connotada y respetada líder política de la región, ampliamente conocida y conocedora del sistema de la Naciones Unidas, coordinara la elaboración del referido Informe, es, en sí mismo, una garantía de objetividad, responsabilidad y equilibrio. 

Pero tratándose además,  de una líder política socialista, que ha sufrido en carne propia la violencia del fascismo, le quita al madurismo la bandera de la victimización ante la izquierda, que no quiere darse cuenta de que estamos ante un gobierno autoritario y criminal, que no tiene nada de revolucionario.

En adición a las credenciales políticas y humanas de Bachelet, el Informe es elaborado por un equipo de trabajo, profesional, que se ciñe estrictamente a la metodología de las Naciones Unidas y  que cuenta, además, con el apoyo de otras agencias del organismo multilateral. 

Durante las dos oportunidades que he asistido a la Oficina de la Alta Comisionada en Ginebra, tanto para denunciar la persecución política y agresiones de todo tipo de la que soy víctima por mis posiciones críticas, así como, para denunciar la persecución y secuestro de trabajadores de PDVSA y oficiales de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana, aporté documentos, pruebas, videos, fotos, hechos públicos y notorios, irrefutables, así como, largas entrevistas testimoniales. En el caso de los trabajadores de PDVSA, hice entrega de cartas de los propios familiares, abogados, con sus respectivos números telefónicos y correos para ser contactados, y posteriormente entrevistados por el equipo de la Alta Comisionada. No es un trabajo ni fácil, ni ligero. Todo debió ser corroborado.

Por tanto, nadie puede acusar al Informe de falta de rigurosidad, profundidad y detalle; sencillamente, porque no atiende a sus intereses o prioridades políticas. Al contrario, no sólo es un documento hecho con la rigurosidad metodológica del sistema de las Naciones Unidas, coordinado por la ex Presidenta Bachelet, una persona honorable y seria, que no se presta para manipulaciones de ningún tipo, sino que cuenta con testimonios y documentación contundente sobre una situación que, en vez de poner a los factores políticos a la defensiva, debería abrir una gran discusión nacional sobre la violencia política en el país, la intolerancia y la violación de los Derechos Humanos como un todo. 

Esa es la discusión que debería preocuparnos a todos, independientemente de lo que las élites decidan; hay una realidad que, no sólo debe ser subsanada y erradicada del país, sino que los responsables tienen que rendir cuenta ante la justicia, y las víctimas deben ser reparadas en su daño, si es que se puede de alguna manera. Se tiene que acabar la impunidad con la que actúa el gobierno y restablecerse el marco legal y constitucional en el país, las garantías y los plenos derechos de sus ciudadanos.  

No hay nada que justifique el nivel de degradación a la que ha llegado el gobierno, ni nada que excuse a los responsables de estos crímenes y atrocidades, que nos retrogradan más allá de los tristes episodios de violencia del Estado en los años 60-70. 

Pero aunque la táctica distraccionista del madurismo y su maquinaria de propaganda, tiende a borrar una tragedia con cualquier hecho noticioso o escandaloso, como ahora los supuestos “acuerdos” de Barbados, a los cuales nos referiremos luego, considero que debemos precisar algunos aspectos de este documento que resulta de importancia capital, no sólo en las Naciones Unidas, sino; y, sobre todo, en el país. Son elementos para la batalla de ideas y para saber mejor que estamos parados sobre un nido de serpientes. 

Primero, la violencia.

El Informe de Bachelet desenmascara de una manera contundente, clara y precisa, el carácter autoritario, represor y criminal del gobierno; documenta crímenes y violaciones a los Derechos de los Venezolanos, que implican delitos que no prescriben, pero que además, exponen su clara orientación de derecha. Es decir, son violentos y represivos, no porque sean locos o sólamente criminales, nó, son violentos porque están imponiendo un paquetazo de derecha, con efectos devastadores, al pueblo pobre y trabajador.

Segundo, los derechos económicos y sociales.

Tal vez tan importante como lo anterior, el Informe denuncia violaciones a los Derechos Económicos y Sociales del pueblo. Es decir, trabajo, remuneración, alimentación, salud y a la vida. Y señala, que tales derechos vulnerados “son resultado del incumplimiento del Gobierno de sus obligaciones fundamentales, las cuales son irrenunciables, aún por motivos económicos” .

Es decir, el gobierno no puede argumentar la “guerra económica”, ni ningún bloqueo, para evadir sus responsabilidades con los Derechos Económicos y Sociales del pueblo. 

Que el salario mínimo ni siquiera sea un “salario de subsistencia”, que no alcance sino para adquirir 4 días de alimentos; que el “El Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura reportó que 3.7 millones de venezolanos/as se encuentran en estado de desnutrición”, el que las familias hagan sólo dos o a veces una sola comida al día; el que no se consigan entre el 60-100% de los medicamentos esenciales en las cuatros ciudades más importantes del país, incluyendo Caracas; y, que “entre noviembre 2018 y febrero 2019, 1,557 personas murieron debido a la falta de insumos en hospitales”, y reportes que “40 pacientes murieron como resultado del apagón de marzo de 2019”, entre otras barbaridades, es sólo y exclusivamente responsabilidad del gobierno de maduro.

El madurismo insiste en culpar a otros por este desastre, pero no puede evadir sus obligaciones, son obligaciones de Estado. Pongamos el caso de Cuba, país verdaderamente agredido y bloqueado por más de 40 años, sin embargo, a pesar de la pobreza, garantiza la salud, la alimentación, el trabajo y la vida de sus habitantes. Es un problema de orientación política, de capacidad de trabajo.

El gobierno tiende a utilizar la excusa de las sanciones norteamericanas contra el país, como responsables de la situación económica, y sin negar que afectan, sobre todo, por la incapacidad de Quevedo en la conducción de PDVSA, el Informe señala que “Las cifras publicadas por el Banco Central de Venezuela el 28 de mayo de 2019 muestran que los indicadores económicos fundamentales empezaron a degradarse drásticamente mucho antes de agosto de 2017”. 

Es decir, tal como lo hemos señalado desde 2014, la intervención de PDVSA y el objetivo deliberado del madurismo de controlar a la industria, persiguiendo y encarcelando trabajadores, con la consecuente pérdida de capacidades de producción, además de la conducción errática de la economía por parte de maduro, ocasionaron esta crisis de dimensiones de tragedia, mucho antes de las sanciones norteamericanas contra el país.

Tercero, El fascismo.

El Informe desenmascara el carácter profundamente antipopular y la actuación fascista de los grupos armados, que maduro ha creado para someter al pueblo y lograr el control social.

La revelación, con cifras aportadas por el propio gobierno, de que en las razias del FAES en los barrios pobres, entre 2018-2019, han ocurrido 6.856 muertes por “resistencia a la autoridad”, según la propia versión oficial, da una idea del terror impuesto entre los pobres.

El “modus operandi” del FAES descrito por testigos y familiares de las víctimas es indignante: “Las familias de las víctimas describieron cómo las FAES irrumpieron en sus hogares, se apoderaron de sus pertenencias y ejercieron violencia de género contra las mujeres y las niñas, incluyendo la desnudez forzada. Las FAES separarían a los hombres jóvenes de otros miembros de la familia antes de dispararles. Según sus familiares, casi todas las víctimas habían recibido uno o más disparos en el tórax”.

Estos grupos criminales, enmascarados, armados hasta los dientes, que azotan con máscaras a los barrios pobres, son obra de maduro y su círculo más íntimo, su grupo de confianza. Crueles, violentos, que desprecian la vida, que han decretado la pena de muerte de facto, administrada por los jefes policiales, manteniendo a los barrios “a raya” con el crimen y la violencia. Esa es su creación, su inspiración, su obra criminal. 

Cuarto, represión selectiva y persecución por motivos políticos de dirigentes Chavistas y trabajadores.

El Informe, por primera vez, visibiliza la situación de represión y persecución contra los Chavistas, incluidos trabajadores del Estado y dirigentes sindicales, que estamos en contra de maduro. 

El informe señala que: “Las autoridades han atacado especialmente a determinadas personas y grupos, entre ellos a miembros de la oposición política y a quienes se considera que constituyen amenazas para el Gobierno por su capacidad para articular posiciones críticas y movilizar a otras personas”.“También se atacó a disidentes chavistas, a militares disidentes y a funcionarios/as públicos/as y empleados/as de empresas estatales a los/as que se considera opositores/as. En 2018-2019, se despidió y detuvo arbitrariamente a varios dirigentes sindicales y a muchos/as trabajadores/as que habían protestado en demanda de salarios y condiciones de trabajo decentes”.

Quinto, Las detenciones arbitrarias y la tortura.

Señala el Informe que “el Gobierno ha utilizado las detenciones arbitrarias como uno de los principales instrumentos para intimidar y reprimir a la oposición política y cualquier expresión de disensión, real o presunta, al menos desde 2014”.

“En la mayoría de los casos las detenciones se llevaron a cabo en respuesta a que las personas estaban ejerciendo sus derechos humanos, en particular la libertad de opinión, expresión, asociación y reunión pacífica. A menudo, las detenciones carecían de fundamento legal. El ACNUDH también encontró graves y repetidas violaciones de la garantía del juicio justo en cada uno de estos casos”.

También se hace referencia a las acciones de retaliación contra la víctima al detener arbitrariamente a sus familiares como medida de presión a cualquier solicitado o perseguido político, incluso, como una medida de castigo adicional al secuestradoçprivado de libertad.

La tortura se ha restablecido en el país como una práctica extendida de los cuerpos policiales y de seguridad del Estado. Denuncia el informe “En la mayoría de estos casos, se sometió a las mujeres y los hombres detenidos a una o más formas de tortura o trato o pena cruel, inhumana o degradante, como la aplicación de corriente eléctrica, asfixia con bolsas de plástico, simulacros de ahogamiento, palizas, violencias sexuales, privación de agua y comida, posturas forzadas y exposición a temperaturas extremas. Las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia, especialmente el SEBIN y la DGCIM, recurrieron de manera habitual a esas medidas para extraer información y confesiones, intimidar y sancionar a las personas detenidas. Las autoridades no han investigado con prontitud, efectividad, exhaustividad, independencia, imparcialidad y transparencia las denuncias creíbles de torturas y malos tratos, incluyendo casos de violencia sexual y de género”. 

La tortura constituye un acto deplorable e injustificable bajo cualquier circunstancia. 

Sexto, control social, violencia y manipulación del hambre.

El control social que ejerce el gobierno, sobre todo en las zonas populares, es una combinación de la violencia directa y la manipulación de la miseria que ellos mismos han creado. 

El informe señala “al FAES como responsables de numerosas ejecuciones extrajudiciales en operaciones de seguridad, al igual que el CICPC” (6.856 muertes por “resistencia a la autoridad”). Mientras que, “Los servicios de inteligencia (el SEBIN y la DGCIM) han sido responsables de detenciones arbitrarias, maltratos y tortura de opositores/as políticos/as y de sus familiares. Los colectivos armados contribuyen a este sistema ejerciendo control social en las comunidades locales, y apoyando a las fuerzas de seguridad en la represión de manifestaciones y de la disidencia”.

El Informe indica, basado en entrevistas en zonas populares, que, “conforme se agudizaba la crisis económica, las autoridades empezaron a utilizar los programas sociales, (cajas “Clap” y “Carnet de la Patria”), de forma discriminatoria, por motivos políticos, y como instrumento de control social”.

Ésto por supuesto, sin mencionar los mecanismos de control y vigilancia que se ejercen sobre los trabajadores y empleados de la administración pública y empresas del Estado, milicia y Fuerza Armada, en las que se exige y se vigila el apoyo y aplauso al “constructor de victorias”, so pena de despido o prisión.

Séptimo, sectores vulnerables, indígenas, mujeres, migrantes.

El Informe menciona y documenta la violación de los Derechos Humanos a nuestros pueblos originarios, sector que antes era protegido con especial atención por el presidente Chávez y al que fue destinado expresamente  y por vez primera todo un capitulado de nuestra Constitución. Ahora son víctimas de la miseria, hambre y violencia, sobre todo en los estados del Arco Minero, donde han sufrido el desplazamiento de sus tierras ancestrales, tanto por efectivos militares, como por grupos paramilitares dedicados a las actividades de extracción de oro y otros minerales. Se mencionan los crímenes de pueblos Pemones y Warao en distintos episodios, así como, el problema de la trata de personas, incluyendo la prostitución de mujeres y niñas en las zonas mineras.

Hace el Informe una mención especial a la vulnerabilidad de las mujeres, los abusos sexuales y humillaciones de todo tipo, incluyendo a niñas, a las que son sometidas durante los operativos y razias del FAES, en las zonas indígenas, en los mecanismos de asignación de cajas “Clap”, en las que están sometidas a detenciones arbitrarias, detenidas por ser familiares de algún perseguido político y los abusos de las que son víctimas las mujeres migrantes en el duro trayecto a su destino o el país de acogida. Esta situación resulta indignante y dolorosa, aunque alguna “magistrada” del madurismo publicó un twitter al respecto, donde afirma que, si una mujer, por cualquier circunstancia, se prostituye, es “porque es puta”.

El Informe hace mención a la situación de vulnerabilidad de la mayoría de los 4 millones de venezolanos que han salido del país, pese a que el madurismo insiste en negar de manera estúpida y obcecada, es una cifra aportada por organismos de las propias Naciones Unidas, como la ACNUR en su último Informe sobre venezuela. 

El Informe señala que “Las situaciones de vulnerabilidad que son generadas en Venezuela se ven agravadas por los problemas que las personas migrantes afrontan en los países de tránsito y de destino, como la carencia de condición de migrantes regulares, condiciones de vida indignas, explotación laboral, discriminación y xenofobia. Estos factores de vulnerabilidad, conjugados con estereotipos hipersexualizados, aumentan la exposición de las mujeres, adolescentes y niñas migrantes a la trata, la explotación sexual y otras formas de violencia de género durante el viaje y en el lugar de destino”.

Además, hace mención a una práctica instaurada por el gobierno de extorsión a quien quiere migrar legalmente del país, al cobrar en dólares y garantizar todos los trámites para obtener y legalizar documentos, abriendo espacio para la matraca y corrupción tan extendida en este gobierno. El informe reza: “Las personas venezolanas tropiezan con obstáculos para obtener o legalizar documentación, lo cual vulnera su derecho a salir del propio país y su derecho a tener una identidad

Octavo, la represión como política de Estado, el papel del Ministerio Público.

Normalmente en las violaciones a los Derechos Humanos se trata de identificar si las mismas responden a hechos aislados, cuyos responsables son llevados ante la justicia; o, si por el contrario, como en el caso de Venezuela, es una política de Estado, donde participan el Ejecutivo, el Judicial, el Ministerio Público. 

Al respecto, el informe señala que “Las instituciones responsables de la protección de los derechos humanos, tales como la Fiscalía General, los/as jueces/juezas y la Defensoría del Pueblo, generalmente no llevan a cabo investigaciones prontas, efectivas, exhaustivas, independientes, imparciales y transparentes sobre violaciones de derechos humanos y otros crímenes cometidos por actores estatales, no llevan a las personas responsables ante la justicia, ni protegen a personas víctimas y testigos. Dicha inacción contribuye a la impunidad y a la repetición de las violaciones”.

Además, indica que a menudo, “las autoridades judiciales han invertido la carga de la prueba”, lo que significa que es la víctima quien tiene que demostrar que es inocente de lo que se le acusa, lo que constituye una violación al Derecho de Presunción de Inocencia. Es decir, la víctima es inocente hasta que se demuestre lo contrario.

Señala igualmente lo que es un cáncer en la administración de justicia: “La falta de independencia y la corrupción en el poder judicial son también obstáculos importantes a los que se enfrentan las víctimas en su búsqueda de justicia y reparación”.

El Informe destaca el papel deplorable del fiscal y del defensor del pueblo, “El Ministerio Público ha incumplido con regularidad su obligación de investigar y llevar a juicio a las personas responsables de los hechos y el Defensor del Pueblo ha guardado silencio ante las violaciones de los derechos humanos. Ninguna de esas instituciones, así como tampoco el Gobierno o la policía dan protección a las víctimas y testigos de violaciones a los derechos humanos.”

Señala con claridad el rol protagónico del fiscal en la violación de los Derechos Humanos,el Fiscal General ha participado de una retórica pública de estigmatización y desacreditación de la oposición y de quienes critican al Gobierno, violando así el principio de presunción de inocencia”.

Noveno, Lo advertimos y nadie escuchó.

Llevamos más de cinco años advirtiendo y denunciando en todos los espacios e instancias el “golpe de timón” del madurismo hacia la derecha. Ésto me ha costado persecución, todo tipo de agresiones, ostracismo y exilio. El Informe de Bachelet corrobora, de la mano de las Naciones Unidas, lo que con tanto sacrificio personal hemos denunciado a la conciencia del país.

La violencia aquí denunciada, nos retrograda a las peores prácticas de la IV República, puesto que es la expresión de un gobierno de derecha. El desmontaje que ha hecho el madurismo de la obra y legado del presidente Chávez en lo económico, político y social, tiene graves consecuencias para el pueblo, por  lo que sólo han podido ser impuestas usándose la violencia y el hambre. 

El madurismo, y maduro, en particular, se han convertido en los sepultureros del chavismo y de la Revolución Bolivariana, triste realidad que sólo ha sido posible por medio de la violencia y represión instaurada como política del Estado; un Estado burgués, atrasado, incapaz, que, de la mano del madurismo, se restablece en sus peores conceptos y prácticas, y se impone con violencia por sobre los restos del  Estado Bolivariano. 

Este Informe, crudo y revelador de la naturaleza de este gobierno, a la vez de resultar triste por el dolor de las víctimas de prisión, es un llamado a la conciencia de todo el pueblo, de toda la sociedad. Sus revelaciones son una bofetada a la indiferencia, un reclamo a nuestra Fuerza Armada Bolivariana, al psuv, a las fuerzas progresistas y populares que todavía apoyan a maduro. ¿Hasta cuándo tanta violencia y represión?, ¿por qué?, ¿qué defienden?

Nada justifica lo que está sucediendo en el país. No fue por ésto que el Comandante Chávez sacrificó su vida y se inmoló. Ésto no es una revolución. Este Informe evidencia el germen de una conducta fascista, que se llevará por el medio a todo el país, y nos conducirá a una tragedia aún mayor.

Décimo, Barbados.

La noticia y especulaciones sobre las negociaciones en Barbados buscan distraer, ocultar el dolor de las víctimas, del Capitán asesinado en las torturas, del joven ciego por un tiro en la cara, del Informe Bachelet.

Lo que sucede en Oslo, Washington, Barbados o cualquier sitio fuera del país, no es más que una negociación entre élites, de espaldas al país. 

Nadie sabe lo que están negociando, qué están pactando, qué  entregan. El diálogo político es correcto en la medida que el pueblo participe. ¿A cuenta de qué voluntad popular y el madurismo van a decidir el futuro del país? ¿A quiénes representan?¿Por qué tiene que haber una negociación secreta si tenemos una Constitución y leyes? ¿Por qué no se convoca a la soberanía popular?

Ellos no lo van a hacer, ellos siguen decidiendo por todos nosotros, peor aún, los países cuyos intereses representan, son los dueños del circo. ¿A cuántos del país representan maduro y voluntad popular?

No puede haber diálogo de espaldas al país. Es necesario que sea el pueblo quien decida su propio futuro.

Se ofrecen elecciones como la solución. El país no está en condiciones de ir a elecciones. Ellas son necesarias, pero primero, deben cambiar las Instituciones. ¿Elecciones con mikel moreno y su poder judicial, que inhabilita y encarcela? ¿Elecciones con tarek willians saab, que persigue, acusa y condena? ¿Elecciones con maduro y su Sebin, Dgcim, Faes? ¿Elecciones con un CNE donde jorge rodríguez y diosdado ingresan a la sala de totalizaciones y les dicen qué resultado deben poner?

¿Y cómo votan los 4 millones que han salido del país, si el gobierno ni siquiera reconoce que existen?¿Y mientras se preparan las elecciones, qué pasa con el hambre, los medicamentos, la violencia? ¿Quién conduce este barco a la deriva? ¿maduro, guaidó? ¿con qué legitimidad?

Y si se realizan elecciones mañana ¿van a reconocer los resultados? ¿cómo se gobierna este desastre?¿cómo se gana gobernabilidad?

Lo hemos dicho, una Junta Patriótica de Gobierno tiene más legitimidad que cualquier pacto secreto entre élites, de espaldas al pueblo. La podemos convocar por el Referéndum que algunos sectores piden, puede asumirla la Unión Cívico-Militar, y consultar al pueblo, para restablecer la Constitución, la soberanía del país, un gobierno de transición para restablecer la institucionalidad, los derechos de todos los venezolanos y sólo entonces, en un período que no puede ser mayor al período que resta para un Referendo Revocatorio, entonces, convocar a elecciones, disolver la Junta Patriótica y legitimar todos los poderes. Sólo entonces, podremos reiniciar la reconstrucción del país. Es el momento de la política con “P” mayúscula.

Que cada quien revise su papel en la historia. Yo he asumido el mío, puedo ver los ojos del Comandante Chávez en cualquier rostro de un humilde, al momento de rendir cuentas a la historia. He jurado hacer todo lo que esté a mi alcance para acabar con esta tragedia, salir de este desastre, acompañar al pueblo en su lucha por el rescate de la justicia,  la vida y la paz.

Diálogo interactivo sobre la situación de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela

 

41º sesión del Consejo de Derechos Humanos
Declaración de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Michelle Bachelet

Señor presidente,
Miembros del Consejo de Derechos Humanos,
Excelencias,

Según lo solicitado por la resolución 39/1 del Consejo, la Oficina ha presentado un informe sobre la crisis de derechos humanos en Venezuela.

En marzo, mi personal realizó una visita técnica al país. Los oficiales de derechos humanos también realizaron nueve visitas para entrevistar a refugiados y migrantes venezolanos en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y España.

Además, pude visitar Caracas hace dos semanas —la primera misión oficial de un Alto Comisionado para los Derechos Humanos—. Me reuní con el Presidente Nicolás Maduro y varios ministros y funcionarios del gobierno. También me reuní con el Presidente de la Corte Suprema, el Fiscal General y el Defensor del Pueblo. Mantuve conversaciones con el Presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, con los miembros del Parlamento y con el Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente.

También sostuve reuniones con representantes de la Iglesia Católica, el sector empresarial, la academia, los sindicatos, las organizaciones de derechos humanos, la comunidad diplomática, el equipo de las Naciones Unidas en el país y aproximadamente 200 víctimas.

Permítanme comenzar esta actualización con los aspectos positivos. Tengo la esperanza de que el acceso que se me otorgó, —junto con la posterior aceptación por parte de las autoridades de la presencia continua de dos oficiales de derechos humanos para llevar a cabo el monitoreo, y comenzar a brindar asistencia técnica y asesoramiento—, significa el comienzo de un compromiso positivo en las diversas situaciones de derechos humanos del país.

Sin embargo, como aclara nuestro informe, las instituciones esenciales y el estado de derecho en Venezuela se han visto profundamente erosionados. El ejercicio de la libertad de opinión, expresión, asociación y reunión, y el derecho a participar en la vida pública, conllevan un riesgo de represalias y represión. Nuestro informe señala los ataques contra reales o aparentes opositores y defensores de derechos humanos, que van desde amenazas y campañas de desprestigio hasta detenciones arbitrarias, torturas y malos tratos, violencia sexual, asesinatos y desapariciones forzadas.

La fuerza excesiva y letal se ha utilizado repetidamente contra los manifestantes. Mi Oficina también ha documentado el uso excesivo de la fuerza en el contexto de las operaciones de seguridad por parte de las Fuerzas de Acción Especial, con múltiples asesinatos, principalmente de hombres jóvenes. Muchos pueden constituir ejecuciones extrajudiciales, y deben investigarse a fondo, con la rendición de cuenta de los autores y las garantías de no repetición.

La muerte bajo custodia hace seis días de un capitán de la Marina retirado —supuestamente después de la tortura— es profundamente lamentable. Tomo nota de la apertura de una investigación y el arresto de dos oficiales militares de contrainteligencia en este contexto. Sin embargo, hay un patrón de informes de tortura en Venezuela en el contexto de la detención arbitraria. Las autoridades deben garantizar una investigación completa de acuerdo con las normas internacionales, así como la rendición de cuentas y, cuando sea relevante, la reparación para todos los casos de presuntas torturas.

Señor Presidente,

El pueblo venezolano está sufriendo una crisis económica. Desde el 2013, la contracción acumulada del PIB ha sido de 44.3%, y la inflación acumulada desde el 2013 alcanzó un dramático 2.866.670% a fines de enero de 2019 —2.8 millones por ciento—. En los últimos dos años, los ingresos públicos se han reducido con la drástica reducción de las exportaciones de petróleo. Las cifras publicadas por el Banco Central de Venezuela el 28 de mayo de 2019 muestran que los indicadores económicos clave comenzaron a disminuir mucho antes de agosto de 2017. En cualquier caso, las sanciones económicas más recientes están exacerbando aún más esta situación, dado que la mayoría de los ingresos de divisas del país se derivan de las exportaciones de petróleo, muchas de las cuales están vinculadas al mercado estadounidense. Además, los efectos de estas sanciones parecen estar afectando la capacidad del Estado para proporcionar servicios básicos de salud a la población.

El Gobierno ha aceptado gradualmente la asistencia humanitaria de las Naciones Unidas y otros agentes. Sin embargo, la escala de la crisis es tal que es difícil responder completamente a las necesidades de las personas.

La situación ha tenido un impacto negativo en las condiciones de vida de las personas y, de hecho, en su esperanza de vida, especialmente en las personas más vulnerables. En el curso de mi visita, conocí a muchas personas que están sufriendo. El salario mínimo, que se estima en alrededor de US$ 7 por mes, no puede cubrir ni el 5% de la canasta básica de alimentos para una familia de cinco personas. Se han informado muertes por malnutrición, aunque no se han publicado datos sobre este y muchos otros temas.

Venezuela es un país con muchos recursos valiosos, que incluyen formidables reservas de petróleo y oro, una población joven y vibrante, ubicación y sistemas clave que durante muchos años brindaron atención médica universal gratuita, educación y otros servicios públicos. La crisis actual y dramática tiene un impacto profundo en los derechos económicos, sociales y culturales, así como en los derechos políticos y civiles.

Muchos servicios públicos han colapsado, incluido el transporte, la electricidad y el agua. El sector sanitario se encuentra en estado crítico. La no disponibilidad de medicamentos y equipos básicos está causando muertes evitables, mientras que la falta de disponibilidad de anticonceptivos obliga a muchas mujeres a dar a luz hijos que no podrán cuidar adecuadamente. Una evaluación de las necesidades humanitarias realizada por OCHA en marzo encontró que aproximadamente siete millones de personas en Venezuela necesitan asistencia humanitaria: una cuarta parte de la población.

El hambre y las privaciones han llevado a muchos a convertirse en migrantes o refugiados. Muchos se ven obligados a irse por motivos de salud, sin recursos económicos de ningún tipo, y su protección de los derechos humanos debe considerarse una cuestión de urgencia.

También me preocupa la situación de los pueblos indígenas en Venezuela. En particular, observo la pérdida de control sobre sus tierras, territorios y recursos tradicionales; militarización; violencia; falta de acceso a alimentos y agua adecuados; y los efectos de la minería.

Según los informes, los miembros de las comunidades indígenas están siendo explotados en condiciones de esclavitud para la extracción ilegal de oro. Ha habido violencia contra algunas autoridades y líderes indígenas, y se han informado declaraciones de varios funcionarios que sugieren la intención de eliminar a los miembros de la comunidad de Pemón que se oponen al gobierno.

Tal como dije en Caracas, a todos los líderes políticos, la única forma de salir de esta crisis es unirnos, dialogando. Aliento al Gobierno a que considere a la oposición y a los defensores de los derechos humanos como socios en la causa común de los derechos humanos y la justicia, y que plante las semillas para un acuerdo político duradero que conduzca a la reconciliación.

Entre otros puntos, el gobierno ha acordado permitirnos llevar a cabo una evaluación de la Comisión Nacional para la Prevención de la Tortura, incluido el compromiso de acceso completo a todos los centros de detención. Espero que se cumpla este y otros compromisos.

También realizaremos una evaluación de los principales obstáculos para acceder a la justicia. Además, las autoridades han declarado que participarán de manera más sustancial con los organismos internacionales de derechos humanos. En particular, acordaron aceptar diez visitas de los Expertos de los Procedimientos Especiales del Consejo durante los próximos dos años.

También hemos estado abogando constantemente por la liberación de todos los que actualmente están detenidos por actos de disidencia no violenta. Antes de mi visita, tres detenidos fueron liberados. Posteriormente, 59 ciudadanos colombianos, incluida una mujer, que habían sido detenidos arbitrariamente desde 2016 también fueron puestos en libertad. Y ayer mismo, también fueron liberados 22 detenidos. Celebramos estas liberaciones y alentamos a las autoridades a liberar a otras personas detenidas por el ejercicio de sus derechos humanos.

Sobre todo, como expresé en mis reuniones con las víctimas y sus familias, todos los venezolanos tienen derechos humanos fundamentales. Merecen disfrutar de esos derechos. Espero sinceramente que la Oficina pueda ayudar a mejorar la situación de los derechos humanos en Venezuela.

La situación es compleja, pero el informe contiene recomendaciones claras y concretas para el futuro. Espero sinceramente que las autoridades tomen estas recomendaciones con el espíritu constructivo en que se hacen.

Como señalé en Caracas, el destino de más de 30 millones de venezolanos se basa en la disposición y la capacidad del liderazgo para poner los derechos humanos de las personas por encima de cualquier ambición personal, ideológica o política. Corresponde a este Consejo y a la comunidad internacional apoyarlos en este esfuerzo compartido. Todos deberíamos estar de acuerdo en que todos los venezolanos merecen una vida mejor, sin temor, y con acceso a alimentos, agua, atención médica, vivienda y otras necesidades humanas básicas adecuadas. Por mi parte, estoy dispuesta a acompañar al pueblo de Venezuela.

Gracias señor presidente.

Fuente: ACNUDH
Traducción: ACNUDH-América del Sur

El informe Bachelet abre las puertas para que la Asamblea General de la ONU actúe

*El informe de la Alta Comisionada para los DDHH de la ONU, Michelle Bachelet, deja a  Maduro desnudo ante el mundo y ya no puede seguir negando la crisis del país y las violaciones a los Derechos Humanos.

**La profunda investigación del equipo de Bachelet visibiliza señala que tanto el Chavismo como la oposición sufren persecución, exilio y detenciones ilegales.

***La ONU reconoce el hambre, la fallas en los servicios fundamentales, la mala calidad de la salud y la educación, el desastre económico, la impunidad, los excesos de los cuerpos de seguridad del Estado, la violencia y el asfixiante control social como las razones fundamentales de la masiva migración que alcanza ya los 4 millones de venezolanos.

Caracas, 5 de julio de 2019.- El informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, expuso de manera clara y precisa los mecanismos de represión, crimen, violencia  y control social que ha utilizado maduro para mantenerse en el poder. 

El documento, que impactó por su nivel de detalle, identifica las violaciones a los Derechos Humanos a los ciudadanos, así como a la Fiscalía General y el Poder Judicial como organismos que han incumplido con su tarea de velar por el respeto de dichos Derechos. 

A criterio del ex embajador de Venezuela ante la ONU, Rafael Ramírez, con este informe la Asamblea General del organismo multilateral deberá abrir un debate en su seno sobre la situación del país y conminar al gobierno tanto a detener estas violaciones, como iniciar un proceso de rendición de cuentas ante la justicia de los responsables, así como mantener un monitoreo más estrecho de la situación del país. 

El documento de la ONU, producto de una larga y exhaustiva investigación, es una confirmación de las denuncias hechas por Ramírez, en sus escritos y visitas a la oficina de Alta Comisionada, así como por los familiares de las víctimas y demás organizaciones defensoras de los DDHH. 

Por otra parte, el informe identifica con claridad las violaciones a los Derechos económicos y sociales, las violaciones de género y a los pueblos indígenas. 

Ramírez considera que dicho informe proviniendo de una persona tan seria como Bachelet y una organización tan profesional como la ONU, deberá ser objeto de una profunda revisión y discusión en el país y desenmascara el verdadero talante violento y criminal de este gobierno. 

Los hechos señalados en el informe, así como la actuación de los poderes del Estado como  responsables de los mismos allana el camino para iniciar un proceso que culmine, una vez que maduro salga del poder, con un proceso de justicia y reparación a las víctimas, así como de rendición de cuentas ante la justicia de los responsables. 

Cada vez resulta más difícil para el gobierno sostener sus mentiras y manipulaciones, así como ética y políticamente inaceptable el apoyo al gobierno madurista, especialmente inaceptable para los sectores progresistas y los efectivos y oficiales de la FANB, que siguen respaldando a un gobierno que hoy es reconocido en él por la más alta instancia de la ONU como un gobierno violador de los Derechos Humanos.

Para el ex embajador de Venezuela ante la ONU, Rafael Ramírez el resultado del informe presentado por la ONU aunque no es sorpresivo, toda vez que él personalmente entregó a la Alta Comisionada pruebas irrefutables de la grave situación del país, no deja de Indignar conocer el detalle de acciones criminales contra las mujeres, incluyendo niñas, agresiones sexuales y vejaciones de todo tipo, así como la acción criminal del FAES contra los más pobres, donde se contabilizan más de 5000 muertos, muchos de los cuales resultan ejecuciones extrajudiciales. 

Entre las múltiples denuncias del informe, Ramírez rescata que Bachelet reconoce los ataques a “disidentes chavistas, a militares disidentes y a funcionarios/as públicos/as y empleados/as de empresas estatales a los/as que se considera opositores/as”.

Para Ramírez, este es un acto de justicia importante a un grupo de víctimas que había sido ignorado por completo, producto de la intolerancia de los factores de oposición. 

Ahora queda claro que maduro, no solo no tiene nada de Chavista ni revolucionario, sino que actúa con especial violencia y saña contra estos sectores que nos le oponemos.

¿Y qué encontró Bachelet?

Los hallazgos del equipo de la ONU dejaron a maduro desnudo ante el mundo. No solo reconocen la sistemática violación de los derechos humanos, sino de los derechos económicos y sociales del pueblo: el hambre, la mala alimentación, salarios por debajo del nivel de subsistencia, la desesperación de los migrantes, el maltrato y abusos de todo tipo al que son sometidos, el miedo a la denuncia, la poca transparencia en las cifras, la responsabilidad en la emergencia humanitaria compleja, manipulación y discriminación en los pocos programas sociales, desvío de recursos y corrupción, reaparición de enfermedades y proliferación de otras, mortalidad infantil y de mujeres.

Sobre los derechos civiles y políticos, el documento de la ONU deja clara la violación a la libertad de expresión, las detenciones arbitrarias, la erosión del estado de derecho, la criminalización a la disidencia. Reconoce además la vulneración del derecho al trabajo y a la protesta, así como el ataque al chavismo crítico.

Especial atención se llevó el tema del uso excesivo e ilegal de la fuerza por parte de los cuerpos represivos del Estado que Ramírez ha denunciado reiteradamente. Bachelet no solo se sorprende por la existencia de múltiples cuerpos represivos (GNB, PNB, FAES, CICPC, SEBIN y DGCIM), sino que también por la proliferación de cuerpos paramilitares de civiles armados que actúan bajo la mirada complaciente del Gobierno para desalentar por medio de la violencia las manifestaciones y toda clase de protesta.

Sobre el FAES se dirigió con especial interés, pues lo considera un estamento que ejerce control social a través del miedo, y entre las recomendaciones pide su eliminación. Ve además con preocupación la aplicación de la tortura y malos tratos, la violencia sexual a mujeres y niñas detenidas.

El informe Bachelet critica con extrema preocupación el inexistente acceso a la justicia y los procesos judiciales amañados, y a la libre interpretación de la justica, la inversión de la carga de la prueba, la ausencia de la presunción de la inocencia, así como el discurso intolerante y agresivo de las altas autoridades del gobierno, el fiscal general y de los programas como el “Mazo Dando” que se han convertido en tribunales inquisitoriales en el país.

Las violaciones a los derechos humanos de las comunidades indígenas y las carencias que acusan, se llevaron un aparte especial en el relato de la ONU, por la vulnerabilidad y desprotección en las que se encuentran esas comunidades. Señala además, la expoliación a los recursos naturales que afectan a esas comunidades y al país.

Lo que queda claro…

El Gobierno ya no puede seguir negando la crisis que hace años se le escapó de las manos y le explotó en la cara. Ahora el mundo lo sabe. No adoptó las medidas adecuadas y oportunas a tiempo y se le acabó el tiempo.

El informe de la comisionada Bachelet deja claro que el gobierno de Maduro es insensible y responsable del sufrimiento de la población; es discriminatorio y aplica un nuevo tipo de exclusión de las mayorías, un neo apartheid; que viola sistemáticamente los derechos humanos y es un gobierno marcado por la corrupción y la impunidad.

Es el responsable del éxodo de más de 4 millones de venezolanos, y de la descapitalización del recurso humano preparado, así como de un enorme contingente de compatriotas de escasos recursos que se enrumban a aventuras de tragedias personales. El país se queda sin jóvenes, y la migración amenaza con sumar un millón más en 2020.

El resultado de la visita de la Alta Comisionada es muy importante para seguir sensibilizando al país y al mundo, de que la única salida al peor gobierno de nuestra historia republicana es el llamado al restablecimiento de la Constitución y las leyes con una Junta Patriótica de Gobierno que asuma la conducción del país para restablecer la soberanía popular. 

Finalmente, Ramírez agradeció a la Alta Comisionada Michelle Bachelet y su equipo de trabajo por el alto nivel de profesionalismo e imparcialidad, así como los alertas que hace al mundo sobre la tragedia del pueblo venezolano. Su voz, valiente y consciente, se ha sobrepuesto a las mentiras y manipulaciones del gobierno y sus aliados, hablando al mundo con la verdad.

¡Independencia es derechos humanos!

Hoy se cumplen 188 años de la Firma del Acta de nuestra Independencia, un proceso político-militar que costó la vida a casi la mitad de la población de Venezuela. Este nuevo aniversario de nuestro día nacional, encuentra a la Patria en el peor momento de su historia republicana: con una mafia que secuestra el poder del Estado, la protesta social creciendo día a día, degradación del salario, hiperinflación, precarización de las condiciones de vida, falta de medicinas, y paradójicamente todas estas demandas son atendidas por el gobierno con crecientes niveles de violencia y represión.

El shock económico neoliberal ha contraído la economía a menos de la mitad desde que maduro asumió el poder, mientras tanto, el éxodo migratorio ya sobrepasa los 4 millones de compatriotas y el proceso de privatización de los activos del Estado, entre los amigos de la mafia gobernante, especialmente de PDVSA, sumada a la depredación de nuestros recursos naturales -como ocurre con el Arco Minero-, aleja cada vez más las posibilidades de una recuperación económica y un desarrollo soberano.

Con la publicación del informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, las violaciones contra los derechos humanos de la República Bolivariana de Venezuela y sus ciudadanos se evidencian mucho más dimensionados ante un mundo que, anonadado, presencia como en un país, que hace unos años era ejemplo para el mundo, hoy regresa a la tortura y a la violencia policial. Regresa a un gobierno que destruye a sus ciudadanos, y que a pesar de la represión, no se amilanan en el reclamo de sus derechos y se mantiene diariamente en las calles protestando.

Hoy, como hace 188 años, está en marcha un proceso de recuperación de la Independencia, del rescate de la Patria. Y para lograrlo, sin violencia y de manera institucional, proponemos, que sea direccionado por una Junta Patriótica de Gobierno basada en la unidad de los venezolanos chavistas, progresistas y patriotas.

Estoy atento siempre a tus comentarios.

Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela

*Este informe, que se presenta en cumplimiento de la resolución 39/1 del Consejo de Derechos Humanos, ofrece una visión general de la situación de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela de enero de 2018 a mayo de 2019.

I. Introducción

  1. En su resolución 39/1, el Consejo de Derechos Humanos solicitó a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos que preparara “un informe exhaustivo por escrito sobre la situación de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela” (Venezuela) y se lo presentara en su 41º período de sesiones[1].
  2. Este informe se centra en la situación de los derechos humanos en Venezuela desde 2018, analizando también desarrollos pertinentes que tuvieron lugar con anterioridad. Destaca patrones de violaciones que afectan directa e indirectamente a todos los derechos humanos: civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. El informe incluye un enfoque de género, poniendo de relieve las experiencias específicas de las mujeres y las niñas.
  3. El informe se basa en la información recopilada y analizada por la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (el ACNUDH), inclusive durante misiones. El ACNUDH efectuó una visita a Venezuela del 11 al 22 de marzo de 2019, durante la cual se reunió con una amplia variedad de partes interesadas, incluyendo actores estatales, en Caracas, Barquisimeto, Valencia y Ciudad Guayana. Además, entre septiembre de 2018 y abril de 2019, el ACNUDH llevó a cabo nueve visitas para entrevistar a personas refugiadas y migrantes venezolanos en la Argentina, el Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, México y Perú. El ACNUDH agradece a los respectivos Gobiernos el haber facilitado esas visitas.
  4. La Alta Comisionada visitó Venezuela del 19 al 21 de junio de 2019. Se reunió con muchas contrapartes, incluido el Presidente Nicolás Maduro, el Vicepresidente, el Ministro de Relaciones Exteriores, altos cargos de 17 ministerios[2], el Presidente de la Asamblea Nacional y diputados/as de la oposición. Asimismo, se reunió con el Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, el Fiscal General, el Presidente del Tribunal Supremo de Justicia y el Defensor del Pueblo. Sostuvo reuniones con representantes de la Iglesia Católica, el sector empresarial, universidades, estudiantes, sindicatos, organizaciones de derechos humanos, aproximadamente 200 víctimas, la comunidad diplomática y el equipo de la Organización de las Naciones Unidas en el país.
  5. Además de aceptar una presencia del ACNUDH, el Gobierno realizó varios compromisos e identifico áreas de cooperación. El ACNUDH apoyara la evaluación de los principales obstáculos respecto al acceso a la justicia y de la Comisión Nacional de Prevención de la Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes. El Gobierno también aceptó otorgar al ACNUDH acceso pleno a los centros de detención para monitorear las condiciones de detención y hablar con las personas detenidas. El Gobierno adoptará un calendario de diez visitas de los Procedimientos Especiales en los próximos dos años. En seis meses, el ACNUDH y el Gobierno evaluarán la posibilidad de aumentar la presencia del ACNUDH y establecer una oficina de país.
  6. El ACNUDH mantuvo 558 entrevistas con personas víctimas, testigos y otras fuentes, incluyendo abogados y abogadas, profesionales de la salud y de los medios de comunicación, defensores y defensoras de los derechos humanos, y ex militares y oficiales de seguridad[3]. Además, celebró 159 reuniones con una amplia variedad de partes interesadas, incluyendo actores estatales[4]. Según su metodología, el ACNUDH solicitó el consentimiento informado de las fuentes entrevistadas para emplear las informaciones facilitadas y, cuando procedía, les garantizó confidencialidad. Adoptó todas las precauciones posibles para proteger las identidades de las fuentes, y observa que muchas de estas manifestaron su temor a represalias.
  7. El informe también refleja el análisis de numerosos documentos que el ACNUDH reunió y examinó, incluyendo documentos oficiales del Gobierno, informes de fuentes abiertas, legislación y documentación jurídica, informes médicos y forenses, contenidos de medios de comunicación (incluyendo de las redes sociales), videos, y fotografías. El ACNUDH remite a la información y a los datos oficiales siempre que es posible, pero nota que el acceso a dicho material es limitado, ya que las publicaciones oficiales, incluso estadísticas, han sido escasas e inexistentes en algunos ámbitos, por lo menos desde 2015.
  8. En consonancia con su metodología para el monitoreo de los derechos humanos, el ACNUDH actuó con la debida diligencia para evaluar la credibilidad y la fiabilidad de todas las fuentes y contrastó la información recopilada para confirmar su validez. El ACNUDH consiguió reunir, analizar y verificar un volumen considerable de informaciones que aportan motivos razonables para creer que los patrones que se describen en el informe constituyen violaciones de los derechos humanos.
  9. El ACNUDH evaluó la información recopilada a la luz de la legislación internacional en materia de derechos humanos aplicable en Venezuela y de las leyes nacionales pertinentes. Además, el ACNUDH tuvo presentes instrumentos normativos relevantes reconocidos como complementarios de las normas internacionales.

II. Los derechos económicos y sociales

  1. La crisis económica y social se agudizó considerablemente entre 2018 y 2019. A medida que la economía seguía contrayéndose, la inflación se disparó y los ingresos públicos disminuyeron a raíz de una drástica reducción en las exportaciones de petróleo. La población venezolana está afrontando muy diversas e interrelacionadas violaciones de sus derechos económicos y sociales.
  2. A pesar de que el Gobierno ha decretado varios aumentos en el salario mínimo, su poder adquisitivo ha disminuido hasta el punto de que ya no se lo puede considerar como un salario de subsistencia. En abril de 2019, el salario mínimo, que ascendía al equivalente de unos siete dólares estadounidenses al mes, cubría únicamente el 4,7 por ciento de la canasta básica de alimentos[5]. Pese a algunos subsidios generales del Gobierno, las personas entrevistadas por el ACNUDH manifestaron su preocupación respecto de que los ingresos mensuales de sus familias eran insuficientes para cubrir sus necesidades básicas y que solo daban para adquirir aproximadamente cuatro días de comida por mes.
  3. El desvío de recursos, la corrupción y la falta de mantenimiento en la infraestructura pública, así como la subinversión, han tenido como resultado violaciones al derecho a un nivel adecuado de vida, entre otros, debido al deterioro de servicios básicos como el transporte público y el acceso a electricidad, agua y gas natural. A partir de septiembre de 2018, miembros del Gobierno empezaron a hablar de las consecuencias de la crisis económica y a reconocer ciertos aspectos de la situación humanitaria, principalmente respecto de la escasez de la alimentación y de los medicamentos[6]. El Gobierno afirmó que destina 75 por ciento de presupuesto anual a la inversión en el área social.

A. El derecho a la alimentación

  1. Información verificada por el ACNUDH confirma violaciones al derecho a la alimentación, incluida la obligación del Estado para garantizar que la población no padezca hambre. El principal programa de asistencia alimentaria, conocido como “cajas CLAP”, no cubre las necesidades nutricionales que son elementales para la gente. El Gobierno no ha demostrado que ha utilizado todos los recursos disponibles para garantizar la realización progresiva del derecho a la alimentación, ni tampoco que hubiere buscado, sin éxito, asistencia internacional para abordar dichas deficiencias. En los últimos meses, el Gobierno ha solicitado y aceptado ayuda, aunque ha sido insuficiente para cubrir las necesidades de la población.
  2. Las personas entrevistadas constantemente refirieron una falta de acceso a alimentos, debido tanto a la escasez como a los precios inasequibles. La disponibilidad de suficiente comida de calidad es deficiente, y los entrevistados dijeron que comían una vez, o como mucho dos veces, al día y que consumían pocas proteínas o vitaminas. La falta de acceso a alimentos tiene un impacto especialmente adverso en las mujeres que son las principales encargadas y/o las jefas de familia, quienes se ven obligadas a dedicar un promedio de 10 horas al día a hacer filas para obtener comida. Fuentes locales reportaron algunos casos de mujeres que se vieron forzadas a intercambiar comida por sexo.
  3. Además de la hiperinflación y la contracción de la economía, las políticas económicas y sociales adoptadas durante la última década han debilitado los sistemas de producción y distribución de alimentos, aumentando la cantidad de personas que dependen de programas de asistencia alimentaria. El Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura reportó que 3.7 millones de venezolanos/as se encuentran en estado de desnutrición y la ONG Caritas confirmó particularmente altos niveles de desnutrición entre niños/as y mujeres embarazadas[7].

B. El derecho a la salud

  1. En cuanto al derecho a la salud en Venezuela, la situación es grave. Las personas entrevistadas describieron consistentemente una infraestructura de la atención a la salud que lleva años deteriorándose y que se caracteriza por el éxodo de doctores/as y personal de enfermería, así como por graves carencias en la atención médica básica y de medicamentos. Las familias de los/as pacientes tienen que suministrar todos los productos de primera necesidad, entre otros, agua, guantes y jeringuillas. Se ha informado de carencias del 60 al 100 por ciento de fármacos esenciales en cuatro de las principales ciudades de Venezuela, incluyendo Caracas[8].
  2. Asimismo, enfermedades que anteriormente estaban controladas y habían sido erradicadas, entre ellas enfermedades evitables con vacunas como sarampión y difteria, han reaparecido. En el último año, con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud, las autoridades han implementado una serie de estrategias de vacunación con el fin de parar la propagación del sarampión[9]. Las autoridades informaron de que durante junio de 2019 no hubo nuevos casos de sarampión.
  3. Hay falta de acceso a todos los tipos de anticonceptivos, con algunas ciudades enfrentando una escasez del 100 por ciento[10]. Ello aumenta el riesgo de contraer el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, así como la tasa de embarazos no deseados y de embarazos en adolescentes. La tasa de embarazos en adolescentes ha incrementado en un 65 por ciento desde 2015[11]. Esto impacta el derecho de las niñas a la educación, ya que los embarazos son el motivo principal de la deserción escolar entre las adolescentes. Ante una legislación restrictiva en materia de aborto, a menudo las mujeres recurren a abortos inseguros. Ello ha contribuido a un aumento en la mortalidad materna evitable, con un estimado 20 por ciento de los fallecimientos maternos aparentemente relacionados con abortos realizados en condiciones no seguras[12]. Otras causas principales de mortalidad materna son la falta de personal cualificado para atender el parto, la falta de suministros médicos y las condiciones en los hospitales, lo cual ha llevado a muchas mujeres a salir del país para dar a luz.
  4. La Encuesta Nacional de Hospitales (2019) constató que, entre noviembre 2018 y febrero 2019, 1,557 personas murieron debido a la falta de insumos en hospitales[13]. Los apagones han causado daños irreparables, como se revela en reportes que indican que 40 pacientes murieron como resultado del apagón de marzo de 2019[14]. Durante la visita de la Alta Comisionada, profesionales de la salud y padres y madres de niños/as enfermos/as mencionaron el impacto de las sanciones económicas en el sector de la salud, particularmente las posibilidades de recibir tratamiento médico urgente fuera del país, incluyendo trasplantes.
  5. Violaciones al derecho a la salud son resultado del incumplimiento del Gobierno de sus obligaciones fundamentales, las cuales son irrenunciables, aún por motivos económicos. Las violaciones de las obligaciones fundamentales estuvieron vinculadas a una falta generalizada de disponibilidad de y acceso a fármacos y tratamientos esenciales, al deterioro de las condiciones en hospitales, clínicas y maternidades, a la falta de factores subyacentes determinantes de la salud, incluyendo agua y nutrición adecuada, al deterioro en la inmunización y salud preventiva y a las restricciones en el acceso a la salud sexual y reproductiva. También se producen violaciones al derecho a la salud por el hecho de que el Gobierno no publique datos sobre la salud pública, que son esenciales para la concepción y puesta en práctica de una respuesta adecuada a la actual crisis sanitaria que padece el país.

C. Programas y políticas sociales

  1. Durante dos décadas, el Gobierno promovió políticas sociales a través de las “Misiones Bolivarianas”, las cuales eran programas destinados a luchar contra la pobreza y la exclusión social, así como a reducir la brecha de desigualdad de género. Hoy en día, las y los venezolanos/as dependen cada vez más de los programas sociales para acceder a niveles mínimos de ingresos y alimentos.
  2. El 13 de mayo de 2016, el Gobierno declaró un “estado de excepción y emergencia económica”[15] y creó los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) como parte de la estructura local de los Consejos Comunales[16]. Estas estructuras, junto con las fuerzas militares y de seguridad, tienen el mandato de distribuir asistencia alimentaria, conocida como cajas CLAP, las cuales, según el Gobierno, llegan a 6 millones de hogares. El ACNUDH recibió información de personas quienes, a pesar de no contar con acceso suficiente a alimentos, no fueron incluidas en las listas de distribución de las cajas CLAP porque no eran partidarias del Gobierno.
  3. Adicionalmente, a finales de 2016, el Presidente anunció la creación del “Carnet de la Patria” (“carnet”), una tarjeta mediante la cual todos los programas serían a partir de ahora entregados, incluyendo el nuevo sistema de transferencias directas de dinero a las familias. La lista de personas beneficiarias de estos programas es manejada por las estructuras locales del partido oficial, en vez de por las instituciones gubernamentales. Las personas entrevistadas reportaron que las/los integrantes de estas estructuras locales monitorean la actividad política de las personas beneficiarias.
  4. Las mujeres, quienes en su mayoría cargan con el cuidado de la casa y de la familia, son el principal grupo beneficiado por los programas de salud, vivienda y alimentación. Ellas también constituyen el 72 por ciento de la membresía de los Consejos Comunales[17]. No obstante, la discriminación con base en motivos políticos y el control social mediante los carnets tiene un impacto diferenciado en la habilidad de las mujeres para hacer valer sus derechos. En 2018 y 2019, las mujeres lideraron muchas de las protestas locales y pacíficas, exigiendo acceso a bienes y servicios básicos. Asimismo, participaron en marchas anti-gubernamentales. El ACNUDH recabó testimonios de mujeres, incluyendo de lideresas locales, quienes han sido señaladas por su activismo, amenazadas por otros líderes y lideresas comunitarios/as y por grupos armados civiles pro-gubernamentales (los llamados “colectivos armados”), y excluidas de los programas sociales. Las mujeres reportaron que en ocasiones preferían no exigir sus derechos, incluido el derecho a pronunciarse en contra del Gobierno, por miedo a represalias.

D. Medidas coercitivas unilaterales

  1. La gran mayoría de las sanciones que han sido impuestas a la fecha por varios Estados y una organización regional son de naturaleza selectiva y consisten en prohibiciones de viaje y congelación de activos dirigidas a unas 150 personas, incluyendo a altos funcionarios de Gobierno, o embargos de armas[18]. Hasta la fecha un país ha impuesto sanciones sectoriales más amplias a partir del 29 de agosto de 2017[19]. El 28 de enero de 2019, sanciones fueron impuestas a la empresa petrolera de propiedad estatal, PDVSA, también bloqueando bienes y participación en bienes de sus subsidiarias dentro de la jurisdicción estadounidense[20].
  2. El Gobierno ha atribuido la culpa de la crisis económica a las sanciones impuestas a Venezuela, argumentando que, debido al “over-compliance”, las transacciones bancarias han sido retrasadas o rechazadas y los activos congelados, lo cual dificulta la habilidad del Estado para importar alimentos y medicinas.
  3. La economía venezolana, especialmente su industria petrolera y los sistemas de producción de alimentos, ya estaban en crisis antes de que se impusiera cualquier sanción sectorial. Las cifras publicadas por el Banco Central de Venezuela el 28 de mayo de 2019 muestran que los indicadores económicos fundamentales empezaron a degradarse drásticamente mucho antes de agosto de 2017[21]. Sin embargo, las últimas sanciones económicas están agravando aún más los efectos de la crisis económica, y por tanto la situación humanitaria, dado que la mayoría de los ingresos en divisas procede de las exportaciones de petróleo, muchas de las cuales están vinculadas al mercado estadounidense. El Gobierno ha aceptado autorizar gradualmente asistencia humanitaria de las Naciones Unidas y de otros actores. Sin embargo, el nivel de asistencia es mínimo en relación a la magnitud de la crisis y hay una necesidad urgente de adoptar reformas económicas estructurales.

III.    Violaciones de los derechos civiles y políticos

A. Libertad de opinión y expresión

  1. En los últimos años el Gobierno ha tratado de imponer una hegemonía comunicacional imponiendo su propia versión de los hechos y creando un ambiente que restringe los medios de comunicación independientes. Esta situación ha continuado empeorando en 2018-2019. Han tenido que cerrar docenas de medios impresos y el Gobierno clausuró emisoras de radio e hizo que dejaran de emitir canales de televisión. Aumentaron las detenciones de periodistas, incluyendo de periodistas extranjeros quienes fueron expulsados o dejaron el país inmediatamente después de su liberación. Actualmente hay centenares de periodistas venezolanos/as exiliados/as. Internet y las redes sociales se han convertido en los principales medios de comunicación e información de la población, limitando aún más el acceso a la información independiente de las personas que no tienen acceso a internet. La velocidad de la internet está disminuyendo paulatinamente, incluyendo por la falta de inversión en infraestructura. Asimismo, en los años recientes, el Gobierno ha bloqueado sitios web de noticias independientes y ha bloqueado regularmente las principales redes sociales.
  2. El ACNUDH documentó varios casos de detenciones arbitrarias de personas por expresar opiniones en redes sociales. En los últimos diez años, la ONG Espacio Público ha registrado detenciones arbitrarias y cargos penales contra 55 personas por publicaciones en medios sociales – 24 de ellos en 2018[22].

B. Represión selectiva y persecución por motivos políticos

  1. Durante al menos una década, el Gobierno, así como las instituciones controladas por el Gobierno han aplicado leyes y políticas que han acelerado la erosión del estado de derecho y el desmantelamiento de las instituciones democráticas, incluyendo la Asamblea Nacional[23]. Estas medidas tienen como objetivo neutralizar, reprimir y criminalizar a opositores/as políticas y críticas al Gobierno. Esta tendencia se ha aumentado desde 2016, después de que la oposición ganara la mayoría de los escaños de la Asamblea Nacional, lo cual llevó a un incremento de la represión selectiva de la oposición política y a una restricción incesante del de por sí limitado espacio democrático.

1. Instituciones y medidas de seguridad

  1. El 13 de mayo de 2016, el Presidente de la República declaró el “estado de excepción”, que desde entonces ha sido renovado cada 60 días[24]. El decreto otorga amplias facultades, vagas y discrecionales, al poder Ejecutivo con el propósito declarado de, entre otras cosas, preservar el orden interno. En 2017, el Presidente activó el Plan Zamora, un plan de seguridad estratégico cívico-militar para la operación conjunta de las fuerzas armadas, milicias y civiles. Estas políticas implican un aumento de la militarización de las instituciones del Estado. Asimismo, extienden la utilización de la población en tareas de inteligencia y defensa, por medio de estructuras locales tales como los Consejos Comunales, las Unidades de Batalla Bolívar y Chávez (UBChs), los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y las Redes de Articulación y Acción Sociopolítica (RAAS).
  2. El aparato de seguridad incluye a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB)[25], a la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y a sus Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y a la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM). La GNB y la PNB han sido responsables del uso excesivo de la fuerza en manifestaciones al menos desde 2014. Las FAES, una unidad de respuesta rápida creada en 2017 para combatir el crimen organizado, han sido presuntamente responsables de numerosas ejecuciones extrajudiciales en operaciones de seguridad, al igual que el CICPC. Los servicios de inteligencia (el SEBIN y la DGCIM) han sido responsables de detenciones arbitrarias, maltratos y tortura de opositores/as políticos/as y de sus familiares. Los colectivos armados contribuyen a este sistema ejerciendo control social en las comunidades locales, y apoyando a las fuerzas de seguridad en la represión de manifestaciones y de la disidencia.
  3. Las instituciones responsables de la protección de los derechos humanos, tales como la Fiscalía General, los/as jueces/juezas y la Defensoría del Pueblo, generalmente no llevan a cabo investigaciones prontas, efectivas, exhaustivas, independientes, imparciales y transparentes sobre violaciones de derechos humanos y otros crímenes cometidos por actores estatales, no llevan a las personas responsables ante la justicia, ni protegen a personas víctimas y testigos. Dicha inacción contribuye a la impunidad y a la repetición de las violaciones.

2. Ataques contra miembros de la oposición y personas críticas al Gobierno

  1. Estas políticas van acompañadas de una retórica pública, utilizada también por autoridades de alto rango, que desacredita y ataca de manera constante a quienes critican al Gobierno o se oponen a él. La oposición política, los/as activistas de derechos humanos y los/as periodistas, entre otros/as, son con frecuencia blanco de discursos que los tildan de “traidores” y “agentes desestabilizadores”. Los medios de comunicación progubernamentales difunden ampliamente esta retórica, por ejemplo, a través del programa televisivo semanal “Con el mazo dando,” presentado por el Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC)[26].
  2. Sucesivas leyes y reformas legislativas han facilitado la criminalización de la oposición y de cualquier persona crítica al Gobierno mediante disposiciones vagas, aumentos de sanciones por hechos que están garantizados por el derecho a la libertad de reunión pacífica, el uso de la jurisdicción militar para personas civiles, y restricciones a ONGs para representar a víctimas de violaciones de los derechos humanos[27].
  3. En 2018-2019, se despidió y detuvo arbitrariamente a varios dirigentes sindicales y a muchos/as trabajadores/as que habían protestado en demanda de salarios y condiciones de trabajo decentes. Decenas de profesionales de la salud que protestaron por el estado en que se encontraba la atención de salud en el país fueron despedidos/as y/o amenazados/as por sus superiores y algunos/as fueron detenidos/as arbitrariamente. Al personal universitario crítico al Gobierno se le amenazó con el impago de los salarios, se le impidió el acceso a sus centros de trabajo y viajar al extranjero y fue detenido arbitrariamente. Los/as defensores/as de los derechos humanos fueron víctimas de campañas de difamación en los medios de comunicación progubernamentales, y sometidos/as a vigilancia, intimidación, hostigamiento, amenazas y detención arbitraria. También se atacó a disidentes chavistas, a militares disidentes y a funcionarios/as públicos/as y empleados/as de empresas estatales a los/as que se considera opositores/as. Muchas de las víctimas de dichos actos han reducido sus actividades, se han escondido o han tomado el camino del exilio. Asimismo, las mujeres, en particular las defensoras de derechos humanos, enfermeras, profesoras y funcionarias públicas, han sufrido ataques en función de su género mediante comentarios sexistas, violencia de género en línea y humillaciones públicas. La represión selectiva contra miembros de la oposición y líderes sociales infunde miedo al mostrar las consecuencias que puede acarrear el oponerse o meramente criticar al Gobierno o el expresar disentimiento.
  4. A junio de 2019, la Corte Suprema de Justicia ha levantado la inmunidad parlamentaria a 22 diputados de la Asamblea Nacional, entre ellos el Presidente de la Asamblea Nacional. Muchos de ellos han sido acusados de traición, conspiración, instigación a la insurrección, rebelión civil y asociación, entre otros cargos, tras el 4 de agosto de 2018, cuando una tentativa de asesinato reportada en contra del Presidente de la República falló, y el 30 de abril de 2019, cuando el Presidente de la Asamblea Nacional llamó a las fuerzas armadas a desertar y a desafiar al Gobierno. Dos diputados se encuentran en detención preventiva[28] y 16 han buscado protección en Embajadas extranjeras, han abandonado el país o se han escondido.
  5. Los ataques contra familiares de opositores/as políticos/as son parte de la represión selectiva. El ACNUDH documentó un número creciente de detenciones arbitrarias de familiares, particularmente de mujeres, de presuntos opositores políticos. Sin tener acceso a abogados/as, son interrogadas sobre el paradero de sus familiares y, en algunos casos, son maltratadas y torturadas. Estas detenciones son llevadas a cabo como instrumento para ejercer presión sobre los supuestos fugitivos, pero también como un castigo. Familiares también son víctimas de amenazas de muerte, daños adicionales a sus familias, vigilancia, intimidación y hostigamiento. Además, las mujeres son sometidas a violencia sexual y de género y humillación en sus visitas a centros de detención, durante operaciones de seguridad y allanamientos de domicilios.

3. Uso excesivo de la fuerza y muertes en el contexto de las manifestaciones contra el Gobierno

  1. A medida que la crisis política, social y económica se fue agudizando, las manifestaciones contra el Gobierno aumentaron en número e intensidad a partir de 2014[29]. Según el Gobierno, en 2017 ocurrieron 12,913 manifestaciones, 7,563 en 2018 y 3,251 entre el 1 de enero y el 12 de mayo de 2019[30]. Sin embargo, según la ONG Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social (OVCS), se produjeron 9,787 manifestaciones en 2017, 12,715 en 2018 y 9,715 entre el 1 de enero y 31 de mayo de 2019. En 2019, las fuerzas de seguridad no hicieron un uso excesivo de la fuerza en todas las manifestaciones. Sin embargo, en el contexto de ciertas protestas políticas, la GNB, la PNB, las FAES y algunas policías estatales y municipales presuntamente hicieron un uso excesivo de la fuerza de manera deliberada, con la finalidad de infundir miedo y desalentar futuras manifestaciones. Colectivos armados también recurrieron a la violencia contra manifestantes, a menudo en coordinación con las fuerzas de seguridad. En muchos casos, estas acciones produjeron muertes y heridas graves.
  2. Según el Gobierno, no hubo muertes durante las manifestaciones en 2018. Reportaron que 29 personas fueron muertas entre enero y mayo de 2019[31]. Sin embargo, OVCS registró 14 muertes en el contexto de manifestaciones en 2018[32] y el ACNUDH registró 66 muertes entre enero y mayo 2019. Muchas personas manifestantes fueron detenidas arbitrariamente, así como maltratadas o torturadas. Las fuerzas de seguridad llevaron a cabo allanamientos ilegales de domicilios en contra de manifestantes.

4. Detenciones arbitrarias, torturas y malos tratos

  1. Según la ONG Foro Penal Venezolano, por lo menos 15.045 personas fueron detenidas por motivos políticos entre enero de 2014 y mayo de 2019[33]. De ellas, 527 fueron detenidas en 2018 y 2.091 entre enero y mayo de 2019. La mayoría de ellas fueron detenidas en el contexto de las manifestaciones. Al 31 de mayo de 2019, 793 personas seguían privadas arbitrariamente de libertad, 1,437 personas habían sido liberadas incondicionalmente, y 8,598 personas habían sido liberadas condicionalmente y afrontaban aún prolongadas actuaciones penales[34]. El resto fueron liberadas sin haber sido llevadas ante un/a juez/a. El temor a volver a ser detenidas ha llevado a varias de ellas a dejar el país. El ACNUDH considera que el Gobierno ha utilizado las detenciones arbitrarias como uno de los principales instrumentos para intimidar y reprimir a la oposición política y cualquier expresión de disensión, real o presunta, al menos desde 2014.
  2. El ACNUDH pudo documentar información detallada de 135 casos de personas (23 mujeres y 112 hombres) privadas arbitrariamente de la libertad entre 2014 y 2019. De ellas, 23 fueron detenidas en 2018 y 8 en 2019. Algunos de esos casos fueron desapariciones forzadas hasta que las autoridades revelaron el paradero de las personas detenidas, días o semanas después de sus detenciones. En la mayoría de los casos las detenciones se llevaron a cabo en respuesta a que las personas estaban ejerciendo sus derechos humanos, en particular la libertad de opinión, expresión, asociación y reunión pacífica. A menudo, las detenciones carecían de fundamento legal. El ACNUDH también encontró graves y repetidas violaciones de la garantía del juicio justo en cada uno de estos casos. Ninguna de las víctimas entrevistadas que fueron liberadas ha sido indemnizada por la violación de sus derechos por haber sido detenidas arbitrariamente.
  3. En la mayoría de estos casos, se sometió a las mujeres y los hombres detenidos a una o más formas de tortura o trato o pena cruel, inhumana o degradante, como la aplicación de corriente eléctrica, asfixia con bolsas de plástico, simulacros de ahogamiento, palizas, violencias sexuales, privación de agua y comida, posturas forzadas y exposición a temperaturas extremas. Las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia, especialmente el SEBIN y la DGCIM, recurrieron de manera habitual a esas medidas para extraer información y confesiones, intimidar y sancionar a las personas detenidas. Las autoridades no han investigado con prontitud, efectividad, exhaustividad, independencia, imparcialidad y transparencia las denuncias creíbles de torturas y malos tratos, incluyendo casos de violencia sexual y de género, no han puesto a los presuntos responsables a disposición de la justicia, ni han proporcionado reparaciones a las víctimas. En particular, a menudo las autoridades judiciales han invertido la carga de la prueba al rechazar abrir investigaciones a menos que las víctimas identificaran a los responsables. Según el Ministerio Público, se han registrado 72 denuncias por supuesta tortura y otros malos tratos respecto de 174 personas detenidas en el contexto de protestas entre 2017 y 2019. No se proporcionó información respecto del estado de las investigaciones.
  4. El ACNUDH documentó casos de violencia sexual y de género contra mujeres y niñas durante su detención, en particular por efectivos del SEBIN y de la DGCIM así como por oficiales de la GNB. Las mujeres entrevistadas dieron cuenta de agresiones físicas tales como arrastrarlas por el pelo y tocamientos inapropiados, amenazas de violación, desnudez forzada e insultos sexistas y de género, con la finalidad de humillarlas y castigarlas, así como para extraerles confesiones.
  5. Asimismo, información analizada por el ACNUDH muestra que las condiciones de las detenciones de un número significativo de personas privadas de libertad no cumplen las reglas internacionales mínimas sobre tratamiento humano de los/as reclusos/as y constituyen a menudo malos tratos. En general, los centros de detención, especialmente centros de detención preventiva, están a menudo superpoblados y son insalubres. Las personas detenidas tienen acceso limitado a la alimentación, agua, saneamiento, luz solar e instalaciones de recreación. Su acceso a la asistencia sanitaria básica es restringida e incluso denegada[35]. Estas condiciones fueron reconocidas por las autoridades durante la visita de la Alta Comisionada.
  6. El centro de detención en la sede del SEBIN Helicoide, no está adaptado para cumplir los estándares específicos de género. El ACNUDH entrevistó a varias mujeres que estuvieron detenidas en el Helicoide quienes indicaron que solo hay una celda asignada a mujeres. Esta celda estaba superpoblada y vigilada principalmente por hombres, a pesar de haber guardias mujeres trabajando en las instalaciones. Los guardias, así como otros reclusos ejercían presión sobre las mujeres para que intercambien sexo por “privilegios” y/o protección. Varias mujeres también dijeron no tener acceso a asistencia médica especializada y que, a diferencia de los hombres, no siempre se les permitía salir al patio o al gimnasio. A las mujeres detenidas por motivos políticos a menudo les denegaron las visitas.

C. Uso excesivo de la fuerza y muertes causadas en el contexto de operaciones de seguridad

  1. Según el Gobierno, la implementación de operaciones de seguridad ciudadana ha llevado a un descenso constante de la delincuencia en el país, especialmente del delito de homicidio. Sin embargo, en el contexto de estas operaciones de seguridad[36], el ACNUDH documentó casos de ejecuciones extrajudiciales perpetradas por fuerzas de seguridad llevadas a cabo en vecindarios pobres. Desde principios de 2018, las operaciones de seguridad de las FAES, creadas para combatir el narcotráfico y las organizaciones criminales, reemplazaron a las operaciones de seguridad denominadas “Operaciones de Liberación del Pueblo” implementadas de 2015 a 2017[37]. Las personas entrevistadas se refirieron de manera constante a las FAES como un “escuadrón de la muerte” o un “grupo de exterminio”. Según informes de ONGs, las FAES son responsables de centenares de muertes violentas[38].
  2. El ACNUDH entrevistó a los familiares de 20 hombres jóvenes muertos por las FAES de junio de 2018 a abril de 2019. Todos/as describieron un modus operandi similar. Las FAES llegarían en camionetas negras sin placas de matrícula y bloquearían los puntos de acceso en la zona. Vestían de negro, sin ninguna identificación personal, con pasamontañas cubriendo sus rostros. También llevarían armas largas. Las familias de las víctimas describieron cómo las FAES irrumpieron en sus hogares, se apoderaron de sus pertenencias y ejercieron violencia de género contra las mujeres y las niñas, incluyendo la desnudez forzada. Las FAES separarían a los hombres jóvenes de otros miembros de la familia antes de dispararles. Según sus familiares, casi todas las víctimas habían recibido uno o más disparos en el tórax.
  3. En cada caso, las personas testigos reportaron cómo las FAES manipularon la escena del crimen y las pruebas. Habrían plantado armas y drogas y habrían disparado sus armas contra las paredes o en el aire para insinuar un enfrentamiento y demostrar que la víctima se habría «resistido a la autoridad». En muchos casos, las FAES llevaron a las víctimas al hospital, aunque éstas ya estaban muertas, aparentemente con el propósito de manipular los cuerpos y modificar la escena del crimen. En algunos casos, las autoridades declararon que las víctimas eran delincuentes antes de que hubiese concluido la correspondiente investigación oficial.
  4. Las autoridades clasifican las muertes violentas resultantes de las operaciones de seguridad como “resistencia a la autoridad”. El número de estas muertes es inusualmente alto. En 2018, el Gobierno registró 5.287 muertes violentas en esa categoría[39], en tanto que la ONG Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV) notificó por lo menos 7.523 muertes violentas de esa categoría[40]. Entre el 1 de enero y el 19 de mayo de 2019, el Gobierno notificó 1.569 muertes violentas por «resistencia a la autoridad”[41]. El OVV informó de al menos 2.124 de esas muertes entre enero y mayo de 2019[42]. La información analizada por el ACNUDH indica que muchas de esas muertes violentas pueden constituir ejecuciones extrajudiciales.
  5. Habida cuenta del perfil de las víctimas, el modus operandi de las operaciones de seguridad y el hecho de que con frecuencia las FAES mantienen una presencia en las comunidades después de concluida la operación, al ACNUDH le preocupa que las autoridades puedan estar utilizando a las FAES y a otras fuerzas de seguridad como instrumento para infundir miedo a la población y mantener el control social.
  6. Además, el ACNUDH documentó los casos de seis hombres jóvenes ejecutados por las FAES en represalia por su papel en las protestas antigubernamentales en 2019. Estas ejecuciones extrajudiciales tuvieron lugar durante allanamientos ilegales de domicilios después de las manifestaciones y siguieron el mismo modus operandi descrito anteriormente.

IV. Acceso efectivo a la justicia y a una reparación adecuada para las víctimas

  1. El Gobierno ha reconocido que existe un problema de acceso a la justicia para todas las personas y ha pedido al ACNUDH que les ayude a resolver esta cuestión. De acuerdo con el Gobierno, para junio de 2019, 44 personas estaban detenidas y 33 órdenes de arresto habían sido dictadas contra otras personas por su presunta responsabilidad por las muertes ocurridas durante las manifestaciones de 2017 y 2019. Cinco miembros de las FAES han sido condenados por homicidio frustrado, uso indebido de arma orgánica y simulación de hecho punible, por hechos ocurridos en 2018. Además, 388 miembros de las FAES están siendo investigados por los delitos de homicidio, trato cruel y violación de domicilio cometidos entre 2017 y 2019.
  2. La mayoría de las víctimas de las violaciones de los derechos humanos señaladas en el presente informe no han tenido un acceso efectivo a la justicia y a una reparación adecuada. Según las y los entrevistadas/os, pocas personas presentan denuncias por miedo a represalias y por falta de confianza en el sistema de justicia. Cuando lo hacen, las autoridades no investigan o no llevan a cabo investigaciones prontas, efectivas, exhaustivas, independientes, imparciales y transparentes.
  3. Por ejemplo, las familias de las personas que murieron durante las protestas masivas de 2017 siguen enfrentando obstáculos generalizados a sus derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación, sin que se haya avanzado en la mayoría de las investigaciones. Además, las familias, principalmente las mujeres, han sido amenazadas y acosadas por los servicios de inteligencia y por la policía, y algunas se han visto obligadas a abandonar el país. Las familias de los hombres matados durante las operaciones de las FAES tampoco han recibido justicia. Ellas se han enfrentado a múltiples obstáculos, entre ellos la renuencia de los/las fiscales a recibir sus denuncias, y la denegación del acceso a la información y a medidas de protección y apoyo psicosocial.
  4. Siguen existiendo factores de impunidad identificados en 2018, entre ellos la falta de cooperación de las fuerzas de seguridad y de las fuerzas armadas con las investigaciones, la manipulación de la escena del crimen y de las pruebas por parte de las fuerzas de seguridad, las demoras indebidas en las actuaciones judiciales, la elevada rotación de los/as fiscales y los/as jueces/juezas, así como la inmunidad de facto de oficiales superiores[43]. La falta de independencia y la corrupción en el poder judicial son también obstáculos importantes a los que se enfrentan las víctimas en su búsqueda de justicia y reparación.
  5. El Ministerio Público ha incumplido con regularidad su obligación de investigar y llevar a juicio a las personas responsables de los hechos y el Defensor del Pueblo ha guardado silencio ante las violaciones de los derechos humanos. Ninguna de esas instituciones, así como tampoco el Gobierno o la policía dan protección a las víctimas y testigos de violaciones a los derechos humanos. Además, el Fiscal General ha participado de una retórica pública de estigmatización y desacreditación de la oposición y de quienes critican al Gobierno, violando así el principio de presunción de inocencia.
  6. Las mujeres suelen estar en primera línea de la lucha por la verdad, la justicia y la reparación. Dan seguimiento a las actuaciones e investigaciones penales, y participan en ellas, a menudo en un entorno hostil. Manifestaron haber sido amenazadas, maltratadas e insultadas por funcionarios/as públicos y judiciales. Estas mujeres se enfrentan a la exclusión social debido a la vergüenza pública y a la estigmatización. Además de buscar justicia, estas mujeres a menudo se convierten en las principales proveedoras de cuidados, asumen más personas a su cargo y/o se convierten en el sostén de la familia.
  7. Casi dos años después de su creación, la Comisión para la Verdad, la Justicia, la Paz y la Tranquilidad Pública no ha publicado su informe sobre la violencia política que tuvo lugar entre 1999 y 2017[44]. La Comisión ha concedido indemnizaciones monetarias y ha proporcionado asistencia jurídica, psicológica, médica y medidas de protección social a 107 familiares de 50 víctimas que murieron durante las protestas de 2017. Sin embargo, en ausencia de un proceso imparcial de búsqueda de la verdad, justicia y reparación, las familias entrevistadas por el ACNUDH consideran el apoyo financiero como un intento de comprar su silencio. De acuerdo con el Gobierno, al 29 de mayo de 2019, 193 personas detenidas por su participación en protestas habían sido puestas en libertad condicional sobre la base de las recomendaciones de la Comisión[45].

V. Grupos en situación de riesgo

A. Pueblos Indígenas

  1. Los pueblos indígenas constituyen el 2,5 por ciento de la población de Venezuela y hay más de 50 grupos indígenas[46]. Individualmente, enfrentan los mismos desafíos a sus derechos humanos que la población en general, a menudo de manera desproporcionada y/o diferenciada. También enfrentan desafíos a sus derechos colectivos como pueblos indígenas.
  2. La situación humanitaria ha perjudicado desproporcionadamente los derechos económicos y sociales de muchos pueblos indígenas, especialmente sus derechos a un nivel de vida digno, incluido el derecho a la alimentación, y su derecho a la salud. El cierre de las fronteras de Venezuela[47] tuvo consecuencias graves en los grupos indígenas cuyos territorios tradicionales se extienden a ambos lados de la frontera, como los wayuu.
  3. Hay violaciones de los derechos colectivos de los pueblos indígenas a sus tierras, territorios y recursos tradicionales. Han perdido el control de sus tierras, incluso debido a la militarización por parte de los agentes del Estado. Su presencia ha provocado violencia e inseguridad en sus territorios en los últimos años, a lo que se suma la presencia de bandas criminales organizadas y grupos armados.
  4. La extracción de minerales, especialmente en los estados Amazonas y Bolívar, incluyendo la región del Arco Minero del Orinoco, ha dado lugar a violaciones de diversos derechos colectivos, entre otros los derechos a mantener costumbres, modos de vida tradicionales y una relación espiritual con su tierra. La minería también provoca graves daños ambientales y en la salud, como el aumento del paludismo y la contaminación de las vías fluviales. Tiene un efecto diferenciado en las mujeres y niñas indígenas, que corren mayor riesgo de ser objeto de trata de personas. El hecho de no consultar a los pueblos indígenas sobre estas actividades constituye una violación de su derecho a la consulta.
  5. El ACNUDH documentó siete muertes de pueblos indígenas en circunstancias violentas en 2019. Las autoridades y los/as dirigentes indígenas, comprendidas las mujeres, son objeto con frecuencia de amenazas y ataques por parte de agentes estatales, lo que repercute en su derecho a la libre determinación. En el estado Bolívar, las comunidades Pemón que se oponen al Gobierno, en particular las autoridades y los/as dirigentes indígenas, se enfrentan a una represión selectiva por parte de los agentes del Estado.
  6. En febrero de 2019, se produjeron incidentes violentos en el territorio pemón en el contexto de la posible entrada de ayuda desde el cercano Brasil. Sin embargo, no se produjeron de forma aislada, sino en medio de la tensión entre el Gobierno y la comunidad pemón, la cual denuncia una creciente inseguridad, de la que son muestra las muertes causadas el año pasado.
  7. El 22 febrero, unos soldados abrieron fuego contra miembros de la comunidad pemón de Kumaracapay, a tres de los cuales mataron y a 12 hirieron. Durante estos eventos, cuatro soldados fueron retenidos por los/as pemones, y reportaron haber sufrido malos tratos. El 23 de febrero, en la ciudad de Santa Elena y en torno a ella, la GNB hizo un uso excesivo de fuerza contra personas, tanto indígenas como no indígenas, entre ellos personas que se dirigían a la frontera para recibir ayuda. Las personas testigos describieron ataques y caos que duraron todo el día y parte de la noche, en los que la GNB disparó indiscriminadamente desde tanquetas a corta distancia y se lanzaron ataques contra el hospital. Ante la falta de medicamentos y suministros, las personas heridas fueron trasladadas a un hospital brasileño a 200 kilómetros de distancia, en el que se practicaron operaciones quirúrgicas a muchas de ellas, quienes tienen por delante meses de rehabilitación. El ACNUDH confirmó que siete personas murieron (cuatro indígenas y tres no indígenas) y 26 resultaron heridas por disparos de las fuerzas militares. Al menos 63 personas (indígenas y no indígenas) fueron detenidas. Las personas detenidas fueron objeto de malos tratos. Al ACNUDH le preocupan las declaraciones de personas testigos de las que cabe deducir que puede que fueran matadas muchas más personas. También le preocupan los informes sobre una posible fosa común, lo que amerita una investigación más a fondo. El Estado aún no ha emprendido una investigación independiente e imparcial de los incidentes.
  8. Durante esos hechos, fuerzas militares tomaron el control del aeropuerto de la comunidad pemón de Maurak, que hasta entonces estaba bajo control indígena. Maurak y otras dos comunidades siguen militarizadas en el momento de redactar el presente informe.
  9. Estos hechos obligaron a por lo menos 966 pemones a huir al Brasil[48], y la mayoría de las personas entrevistadas dijeron que no regresarían por miedo a ser perseguidas. Los hechos y el posterior desplazamiento han causado un daño irreparable a los/as pemones, quienes han sufrido violaciones de sus derechos individuales y colectivos, que atañen a sus costumbres, su territorio y la libre determinación.

B. Personas migrantes y refugiadas

  1. El número de personas que se han visto obligadas a dejar Venezuela ha aumentado dramáticamente desde 2018, alcanzando más de 4 millones para el 6 de junio de 2019[49]. Colombia acoge la mayor cantidad de personas, seguida por Perú, Chile, la Argentina, Ecuador y el Brasil.
  2. Violaciones de los derechos a la alimentación y la salud son los factores principales. Muchas personas buscan protección de su derecho a vivir con dignidad. Otros factores son la violencia y la inseguridad, el colapso de los servicios básicos y el deterioro del sistema de educación. En el caso de las mujeres, se añaden la falta de acceso a atención de salud prenatal y postnatal y la insuficiencia de mecanismos de protección frente a la violencia doméstica. La persecución por motivos políticos también está obligando a muchos/as venezolanos/as a solicitar asilo[50]. Los/as niños/as y las personas adultas mayores son quienes a menudo se quedan en el país, siendo las abuelas quienes asumen la carga de cuidados.
  3. Las violaciones de los derechos económicos y sociales que impulsan la migración también afectan a las condiciones en que las personas dejan el país, la manera como se desplazan y las situaciones de vulnerabilidad que afrontan durante la migración. Las personas migrantes pueden encontrarse ya en un estado de salud precario, el cual empeora cuando tienen dificultades para acceder a la salud en los países receptores. Además, independientemente de su condición socioeconómica previa, las personas migrantes se marchan con poquísimo o ningún ahorro. Algunas personas carecen de recursos para viajar en autobús y no les queda más remedio que hacer largas distancias a pie. Estas personas “caminantes” recorren trayectos físicamente extenuantes, en el curso de los cuales se ven expuestas a condiciones climáticas hostiles, falta de refugios en buenas condiciones, alimentos, agua potable y saneamiento. Estas personas también son objeto de robos a mano armada y de otros abusos. Muchas de ellas están bajo presión para enviar alimentos, medicamentos y dinero a casa.
  4. Las situaciones de vulnerabilidad que son generadas en Venezuela se ven agravadas por los problemas que las personas migrantes afrontan en los países de tránsito y de destino, como la carencia de condición de migrantes regulares, condiciones de vida indignas, explotación laboral, discriminación y xenofobia. Estos factores de vulnerabilidad, conjugados con estereotipos hipersexualizados, aumentan la exposición de las mujeres, adolescentes y niñas migrantes a la trata, la explotación sexual y otras formas de violencia de género durante el viaje y en el lugar de destino.
  5. Las personas venezolanas tropiezan con obstáculos para obtener o legalizar documentación, lo cual vulnera su derecho a salir del propio país y su derecho a tener una identidad. Estos obstáculos también tienen un impacto negativo en el derecho a adquirir una nacionalidad y en el derecho a vivir en familia e impide la reunificación familiar, la entrada y la residencia regulares, así como la habilidad para acceder a educación, servicios de salud y a un trabajo decente. Las personas migrantes que dejan el territorio venezolano o que vuelven a él son muchas veces víctimas de extorsión y requisas, especialmente a manos de la GNB. Además, los cierres de las fronteras y requisitos adicionales para para viajar a los países de tránsito y destino obligan a las personas migrantes a utilizar puntos de cruce no oficiales y aumentan, por ende, el riesgo de que sean víctimas de abusos. Según información del Gobierno, entre 2017 y 2019, el Ministerio Público ha registrado 85 denuncias contra funcionarios del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería; 196 funcionarios están siendo investigados, 87 fueron acusados y 34 condenados, todos por corrupción.
  6. De conformidad con información proporcionada por el Gobierno, desde 2018, 14,070 venezolanos y venezolanas han regresado al país como parte del plan “Vuelve a la Patria”[51]. Las violaciones de los derechos humanos, incluido el derecho a la alimentación y salud, generan necesidades de protección basadas en leyes y estándares internacionales de derechos humanos, incluidas las obligaciones relacionadas con el no retorno. Además, estas violaciones crean situaciones de vulnerabilidad que caracterizan el proceso migratorio en todas sus etapas y que exigen la protección de los derechos humanos.

IX. Conclusiones

  1. El ACNUDH considera que existen motivos razonables para creer que se han cometido graves violaciones de los derechos económicos y sociales, incluidos los derechos a la alimentación y la salud, en Venezuela. El Gobierno se negó a reconocer la magnitud de la crisis hasta hace poco y no adoptó las medidas apropiadas. Conforme se agudizaba la crisis económica, las autoridades empezaron a utilizar los programas sociales de forma discriminatoria, por motivos políticos, y como instrumento de control social. Las recientes sanciones económicas están agravando la crisis económica, lo que en último término aumentará el impacto negativo en el disfrute por la población de los derechos económicos y sociales.
  2. Durante más de un decenio, Venezuela ha adoptado e implementado una serie de leyes, políticas y prácticas que han restringido el espacio democrático, debilitado las instituciones públicas y menoscabado la independencia del poder judicial. Aunque estas medidas se han adoptado con la finalidad declarada de preservar el orden público y la seguridad nacional contra presuntas amenazas internas y externas, han aumentado la militarización de las instituciones del Estado y el empleo de la población civil en tareas de inteligencia y defensa.
  3. Todo ello ha permitido al Gobierno cometer numerosas violaciones de los derechos humanos. Las autoridades han atacado especialmente a determinadas personas y grupos, entre ellos a miembros de la oposición política y a quienes se considera que constituyen amenazas para el Gobierno por su capacidad para articular posiciones críticas y movilizar a otras personas. Esta represión selectiva se manifiesta en una multitud de violaciones de los derechos humanos, que pueden constituir persecución por motivos políticos. Estas violaciones requieren más investigación para determinar la pertinente responsabilidad del Estado y la responsabilidad penal individual.
  4. Miles de personas, principalmente hombres jóvenes, han sido matadas en supuestos enfrentamientos con fuerzas estatales en los últimos años. Existen motivos razonables para creer que muchas de esas muertes constituyen ejecuciones extrajudiciales perpetradas por las fuerzas de seguridad, en particular las FAES. Al ACNUDH le preocupa que las autoridades puedan estar utilizando a las FAES, y posiblemente a otras fuerzas de seguridad, como parte de una política de control social. Estas muertes violentas requieren una investigación inmediata para asegurar la responsabilidad de los perpetradores y las garantías de no repetición.
  5. Los pueblos indígenas venezolanos son objeto de graves violaciones de sus derechos individuales y colectivos. Al ACNUDH le preocupan especialmente los informes de amenazas y actos de violencia contra autoridades y dirigentes indígenas y la represión selectiva de los/as pemones que se oponen al Gobierno. Se necesita más investigación sobre los derechos de los pueblos indígenas, con especial atención a la represión de los pueblos indígenas y las violaciones a sus derechos colectivos a la tierra, los territorios y los recursos.
  6. El Estado ha denegado sistemáticamente los derechos de las víctimas de violaciones de los derechos humanos a la verdad, la justicia y la reparación. La impunidad ha permitido que se repitan las violaciones de los derechos humanos, ha envalentonado a los autores, y ha dejado de lado a las víctimas. Al ACNUDH le preocupa que, de no mejorar la situación, siga aumentando el éxodo sin precedentes de personas migrantes y refugiadas venezolanas y que las condiciones de las personas que permanecen en el país empeoren.

VII. Recomendaciones

  1. El ACNUDH hace un llamamiento al Gobierno de Venezuela para que de manera inmediata:

(a)     Adopte todas las medidas necesarias para garantizar la disponibilidad y la accesibilidad de alimentos, agua, medicamentos esenciales y servicios de atención de la salud, incluidos programas amplios de atención de la salud preventiva, prestando especial atención a los servicios maternos e infantiles, incluida la atención de la salud sexual y reproductiva;

(b)     Adopte de inmediato medidas para cesar, subsanar y prevenir las violaciones de los derechos humanos, en particular las violaciones graves, como la tortura y las ejecuciones extrajudiciales.

(c)      Lleve a cabo investigaciones prontas, efectivas, exhaustivas, independientes, imparciales y transparentes de las violaciones de los derechos humanos, incluidas las muertes de indígenas, y lleve a los responsables ante la justicia;

(d)     Ponga en libertad a todas las personas privadas arbitrariamente de su libertad;

(e)      Detenga, condene públicamente, castigue y prevenga todos los actos de persecución y represión selectiva por motivos políticos, incluidas la retórica estigmatizadora y las campañas de desprestigio;

(f)      Adopte medidas efectivas para proteger a las personas defensoras de los derechos humanos y a las personas profesionales de los medios de comunicación;

(g)      Cese toda intimidación y ataques contra los pueblos indígenas, incluidos/as sus líderes y lideresas, y garantice su protección y adopte todas las medidas necesarias para proteger sus derechos individuales y colectivos, incluido su derecho a la tierra;

(h)     Detenga y prevenga el uso excesivo de la fuerza durante las manifestaciones;

(i)       Disuelva las FAES y establezca un mecanismo nacional imparcial e independiente, con apoyo de la comunidad internacional, para investigar las ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo en el curso de operaciones de seguridad, asegurar que sus responsables rindan cuentas, así como que las víctimas sean reparadas;

(j)      Adopte medidas efectivas para restablecer la independencia del sistema judicial y garantizar la imparcialidad de la Fiscalía General y del Defensor del Pueblo;

(k)     Garantice el derecho de las víctimas a interponer recursos y obtener reparaciones con un enfoque sensible al género, así como su protección contra la intimidación y las represalias;

(l)       Garantice el derecho a la identidad y la documentación a todas las personas, incluyendo a niños/as;

(m)    Acepte y facilite el establecimiento de una oficina permanente del ACNUDH en el país.

  1. Además, el ACNUDH hace un llamamiento al Gobierno para que:

(a)     Publique regularmente datos exhaustivos sobre salud y nutrición, desglosados por sexo, edad, pertenencia étnica y lugar de residencia, que puedan utilizarse, entre otros fines, para concebir y aplicar una respuesta humanitaria integral a la crisis;

(b)     Asigne la máxima cantidad posible de recursos disponibles a la realización gradual de los derechos económicos y sociales de una manera transparente y responsable que permita evaluar los gastos;

(c)      Autorice el libre acceso a la información de interés público;

(d)     Garantice que todos los programas sociales se implementen de manera transparente, no politizada y no discriminatoria, con la aplicación de medidas eficaces de supervisión y rendición de cuentas;

(e)      Aumente la cobertura de la vacunación contra enfermedades evitables y adopte medidas adecuadas para controlar los brotes de enfermedades transmisibles;

(f)      Dé prioridad a las medidas para disminuir los embarazos precoces y cuide que todos los planes relativos a los derechos sexuales y reproductivos contengan indicadores mensurables y un mecanismo de seguimiento;

(g)      Revoque las clausuras de medios de comunicación y ponga fin a otras medidas de censura contra los medios de comunicación; garantice el acceso a Internet y a las redes sociales, incluidos los sitios web de noticias, y la imparcialidad de los órganos oficiales en la asignación de las frecuencias del espectro radioeléctrico;

(h)     Desarme y desmantele a los grupos armados civiles progubernamentales (los llamados “colectivos armados”) y garantice la investigación de sus delitos;

(i)       Proteja a las personas, incluidas las que están migrando, frente a abusos, corrupción y extorsiones por parte de agentes del Estado;

(j)      Ratifique el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes y la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas.

  1. El Consejo de Derechos Humanos podría:

Solicitar al ACNUDH que se centre en garantizar la rendición de cuentas por las violaciones de los derechos humanos y los abusos en Venezuela, en particular mediante el aumento de la vigilancia, la documentación, el análisis y la presentación de informes públicos sobre la situación de los derechos humanos.

                     [1]   A/HRC/RES/39/1.

                     [2]   Incluidos los ministerios para Relaciones Interiores, Defensa, Salud, Economía, y Educación.

                     [3]   460 entrevistas fueron realizadas en la Argentina, el Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, México, y Perú, y 98 de manera remota.

                     [4]   En la Argentina, el Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, México, Perú, Suiza, y Venezuela.

                     [5]   Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores, http://cenda.org.ve/default.asp.

                     [6]   Información proporcionada por el Gobierno.

                     [7]   FAO, “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe”, 2018; Caritas Venezuela, “Monitoreo de la Situacion Nutricional en Niños Menores de 5 años”, Boletines de Abril-Julio 2018, Julio-Septiembre 2018 y Octubre-Diciembre 2018.

                     [8]   Red Venezolana de Gente Positiva, www.mavidcarabobo.org.ve; Federación Farmacéutica Venezolana, http://fefarven.org.ve/portal/; CONVITE X La Salud, “Monitoreo del Acceso a la Salud en Venezuela”, Boletín Nº20, marzo de 2019.

                     [9]   OPS, “Venezuela intensifica su campaña de vacunación contra el sarampión y la difteria”, 10 de marzo de 2019, www.paho.org.

                    [10]   Magdymar León Torrealba, “Índice de escasez de métodos anticonceptivos en farmacias de cinco ciudades de Venezuela”, diciembre 2018; ver: CONVITE X La Salud, “Monitoreo del Acceso a la Salud en Venezuela”, Boletín Nº20, marzo de 2019.

                    [11]   Información proporcionada por UNFPA; ver: www.unfpa.org/maternal-health

                    [12]   www.unfpa.org/maternal-health. Ver también: AVESA et al., “Salud sexual y reproductiva de mujeres, adolescentes y niñas en Venezuela”, 2018, página 34.

                    [13]   Médicos por la Salud, “Encuesta Nacional de Hospitales 2019”, www.encuestanacionaldehospitales.com.

                    [14]   Entrevista con fuente realizada el 10 de mayo de 2019; CONVITE X La Salud, “Monitoreo del Acceso a la Salud en Venezuela”, Boletín N°20, marzo de 2019.

                    [15]   Decreto presidencial No.2323.

                    [16]   Los Consejos Comunales fueron creados en 2006 para que el pueblo pudiera gestionar directamente políticas públicas y proyectos sociales.

                    [17]   Información proporcionada por el Gobierno.

                    [18]   Canadá, Colombia, Estados Unidos de América, México, Panamá, Suiza, y la Unión Europea.

                    [19]   Orden ejecutiva 13808. Se impusieron nuevas sanciones sectoriales el 19 de marzo de 2018, (Orden ejecutiva 13827), el 1 de noviembre de 2018 (Orden ejecutiva 13850), y el 21 de mayo de 2018 (Orden ejecutiva 13835).

                    [20]   Orden ejecutiva 13857.

                    [21]   www.bcv.org.ve

                    [22]   Espacio Público, “Detenciones en línea. Presos por usar las redes sociales”, 2 de mayo de 2019, http://espaciopublico.ong/detenciones-en-linea-presos-por-usar-las-redes-sociales/#.XPBMhY9S_cs.

                    [23]   La Lista Tascón fue uno de los primeros indicadores de la discriminación y persecución por motivos políticos. La lista, una base de datos de más de tres millones de personas venezolanas que en 2003-2004 apoyaron la organización un referéndum para revocar el mandato del entonces Presidente Hugo Chávez, fue utilizada para despedir masivamente a funcionarios/as públicos/as.

                    [24]   Decreto presidencial Nº2323.

                    [25]   Parte de las fuerzas armadas.

                    [26]   Establecida en agosto de 2017 tras un proceso electoral carente de inclusión política y viciado de irregularidades. La ANC asumió de facto las responsabilidades constitucionales de la Asamblea Nacional.

                    [27]   “Ley Constitucional contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia”, aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente el 8 de noviembre de 2017, la “Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo”, de 31 de enero de 2012, y la reforma del Código Orgánico Procesal Penal adoptada por decreto ministerial el 15 de junio de 2012.

                    [28]   El Vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, está detenido desde el 8 de mayo de 2019 y el diputado Juan Requesens está detenido desde el 7 de agosto de 2018.

                    [29]   Información proporcionada por el Gobierno.

                    [30]   Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social,

http://www.observatoriodeconflictos.org.ve/.

                    [31]   El ACNUDH recibió información contradictoria del Gobierno respecto al número de muertes.

                    [32]   Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social,

http://www.observatoriodeconflictos.org.ve/.

                    [33]   Información proporcionada por el Foro Penal Venezolano.

                    [34]   Ídem.

                    [35]   Según la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones, en el primer trimestre de 2019, 37 personas reclusas murieron por motivos relacionados con la salud (tuberculosis, desnutrición, hepatitis, salmonela, neumonía, VIH/SIDA). Ver: www.oveprisiones.com/desnutricion-enfermedades-y-violencia-mataron-a-46-presos-en-el-1er-trimestre-2019/.

                    [36]   El Gobierno registró 17,407 homicidios en 2016, 14,665 en 2017, y 10,598 en 2018.

                    [37]   De julio de 2015 a marzo de 2017, el Ministerio Público registró las muertes violentas de 505 personas en Operaciones de Liberación del Pueblo. “Actuaciones del Ministerio Público relacionadas con las OLP en Venezuela (julio 2015 – marzo 2017)”, https://lortegadiaz.com/wp-content/uploads/2017/10/Folleto-OLP-2017.pdf).

                    [38]   La ONG PROVEA informó de 275 asesinatos en el primer trimestre de 2019. La ONG Monitor de Víctimas reportó 256 asesinatos sólo en Caracas en 2018. La ONG COFAVIC informó de 3.684 asesinatos en 2017-2018, de los cuales el 28% podrían atribuirse a FAES/PNB.

                    [39]   Información proporcionada por el Gobierno.

                    [40]   Observatorio Venezolano de la Violencia, “Informe anual de violencia 2018”, https://observatoriodeviolencia.org.ve/ovv-lacso-informe-anual-de-violencia-2018/.

                    [41]   Información proporcionada por el Gobierno.

                    [42]   Información proporcionada por el Observatorio Venezolano de la Violencia.

                    [43]   ACNUDH, “Violaciones de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela: una espiral descendente que no parece tener fin”, 22 de junio de 2018.

                    [44]   La ANC creó el 8 de agosto de 2017 la Comisión para la Verdad, la Justicia, la Paz y la Tranquilidad Pública, encargada de examinar e informar sobre la «violencia política» de 1999 a 2017, incluidas las violaciones de los derechos humanos relacionadas con ella. Como observó el ACNUDH, la Comisión no cumple los estándares internacionales relativos a las comisiones de la verdad.

                    [45]   Información proporcionada por el Gobierno.

                    [46]   Instituto Nacional de Estadística, “Censo Nacional de Población y Vivienda 2011”, http://www.ine.gob.ve/index.php?option=com_content&view=category&id=95&Itemid=9#.

                    [47]   Las fronteras de Venezuela fueron cerradas el 22 de febrero de 2019. Las fronteras con Aruba y Brasil se reabrieron el 10 de mayo de 2019 y la frontera colombiana se reabrió parcialmente el 10 de junio de 2019.

                    [48]   Información proporcionada por el Foro Penal Venezolano.

                    [49]   https://r4v.info/en/situations/platform

                    [50]   ACNUR, “Nota de orientación sobre consideraciones de protección internacional para los venezolanos – Actualización I”, mayo de 2019.

                    [51]   Información proporcionada por el Gobierno.

https://www.ohchr.org/sites/default/files/HRBodies/HRC/RegularSessions/Session41/Documents/A_HRC_41_18_SP.docx

Declaración del Mayor General Clíver Alcalá Cordones, ante la tortura de militares en Venezuela

La tortura es un acto repugnante que practica el estado contra las personas sin distinción de su condición civil o militar. Se trata de la aplicación del sufrimientos físicos o mentales, de tormentos que quiebren al cuerpo y el alma del torturado.

Nuestra Constitución establece en su artículo 43:

El derecho a la vida es inviolable. Ninguna ley podrá establecer la pena de muerte, ni autoridad alguna aplicarla. El Estado protegerá la vida de las personas que se encuentren privadas de su libertad, prestando el servicio militar o civil, o sometidas a su autoridad en cualquier otra forma

Se puede decir categóricamente que es responsabilidad de funcionarios, desde los ejecutores inmediatos, los que dictan las órdenes, los que planifican el patrón de conducta de tortura, hasta el Presidente de la República, responsables de una muerte sobrevenida por el suplicio ejecutado.

En este sentido, la Convención para prevenir y sancionar la tortura, dispone:

Serán responsables del delito de tortura:
A. Los empleados o funcionarios públicos que actuando en ese carácter ordenen, instiguen, induzcan a su comisión, lo cometan directamente o que pudiendo impedirlo, no lo hagan.
B. Las personas que a instigación de los funcionarios o empleados públicos…lo cometan directamente o sean cómplices

Sobre esta base, no hay duda de que el Sr. Maduro y el séquito que lo acompaña, son auspiciadores de tratos crueles, inhumanos y degradantes, y tortura contra los presos civiles y militares.

No tengo el menor resquicio de duda, de la culpabilidad del Sr. Maduro en la tragedia que está viviendo la familia del Capitán de Corbeta Acosta Arévalo. Él fue sometido a suplicios y tormentos escalofriantes que lo llevaron a la muerte.

La sociedad venezolana y la comunidad internacional no estarán satisfechas con la Presentación de dos o tres infelices a quienes le endilguen la muerte de nuestro compañero de armas. Hoy podríamos decir que todos estamos expuestos a padecer el mismo destino que el Capitán de Corbeta Acosta Arévalo, sin embargo, tengo la confianza de que su muerte se convertirá en indignación y acción para que estos hechos no se repitan, y soplen vientos de otra primavera en nuestra República.

Declaración de prensa ante la represión madurista

La tortura y el crimen político no pueden ser tolerados bajo ninguna circunstancia

*La tortura en Venezuela es una política de Estado impuesta por maduro para perpetuarse en el poder, y es secundado por el Ejecutivo, el ministerio público y el poder judicial.

**Los Chavistas repudiamos la nueva arremetida represiva que dejó ciego a un adolescente que protestaba por falta de gas doméstico en el Táchira. Este hecho y el asesinato del capitán deben ser investigados hasta las últimas consecuencias.

Caracas, 2 de julio de 2019.- El prontuario de violación de derechos humanos de nicolás maduro se ensancha día a día. Rufo Antonio Chacón Parada, de 16 años, quedó ciego de por vida tras haber recibido 52 impactos de perdigones de goma a quemarropa en el rostro. Su delito, protestar por la falta de gas en Táriba, estado Táchira.

Esta nueva evidencia del exceso con el que actúan los cuerpos policiales y militares del gobierno, da fe de que la tortura y la represión son claramente una política de Estado implementada por maduro y su grupo. No están dispuestos a dejar el poder y actúan en consecuencia.

El caso del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo, muerto en custodia por funcionarios del DGCIM, este 28 de junio, tras ser brutalmente torturado, se suma a la extraña muerte del concejal Fernando Albán, quien estando preso en la Sede del Sebin, cayó de un piso 10, en octubre de 2018.

La muerte en custodia del expresidente de Pdvsa, Nelson Martínez, es también otra evidencia de la sistemática violación de DDHH del madurismo. A Martínez, desde su detención en diciembre de 2017, se le negó reiteradamente atención médica, pese a su delicado cuadro de salud y los ruegos de su familia.

El asesinato del inspector del Cicpc, Oscar Pérez y su grupo, en enero de 2018, es otro caso donde se violó la condición humana y los códigos de honor. Pese a haberse rendido públicamente y solicitado la presencia de la fiscalía, está nunca se presentó y las fuerzas policiales que lo asediaban los volaron con un cohete acabando con la vida de todo el grupo.

Es importante recordar además, que hay más de un centenar de extrabajadores de Pdvsa en los sitios de detención del madurismo, así como cerca de 154 oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, secuestrados políticos y algunos cuya suerte se desconoce si que el gobierno informe de su condición.

En ambos casos, tanto a los trabajadores como a los militares se les viola el Derecho al debido proceso, la presunción de la inocencia, el derecho a la defensa, la mayoría ni siquiera, han tenido la primera audiencia, ni saben de que se les acusa formalmente. 

El madurismo no oculta sus intenciones represivas, y prueba de ello son las razzias policiales llamada cínicamente “Operaciones de Liberación del Pueblo”  (OLPs), creadas en 2015 sin un decreto ni marco legal conocido. Sus actividades delictivas y su política criminal, consisten en realizar ejecuciones extrajudiciales y ajusticiamientos en zonas populares. Tales prácticas superan con creces las terribles razzias con las que la antigua policía metropolitana azotaban las zonas populares de Caracas.

Tal y como lo señala el ex ministro, Rafael Ramírez, “el madurismo ha constituido un Estado policíaco, violento, intolerante. Que busca imponer por la fuerza un modelo atrasado, capitalista dependiente, inviable, y que hará lo que sea para mantenerse en el poder” 

El gobierno viola los Derechos Humanos de forma integral, la situación es insoportable 

A pesar de la violencia del gobierno y el miedo extendido en todo el país, la situación del pueblo se hace insostenible. 

La violación sistemática de los DDHH no incluye sólo la violencia política directa de los cuerpos de seguridad, policiales y fiscalía, sino que tiene que ver con la deplorable situación económica y social del pueblo venezolano. 

Los escandalosos índices de mortalidad infantil, la escasez de medicamentos, de tratamiento para enfermedades de alto riesgo condenan a una muerte cruel y silente a miles de venezolanos. 

Por otra parte la escasez de alimentos, la falta de servicios públicos fundamentales como el agua, gasolina, gas, transporte  y electricidad mantienen a la mayoría de los ciudadanos en niveles de vida de desesperanza y permanente zozobra, que ha llevado a cuatro millones de venezolanos, sobre todo jóvenes, a abandonar la Patria.

Este gobierno, en tan solo seis años de mala gestión, ha acabado con las conquistas económicas y sociales obtenidas con el presidente Chávez. Hoy día nuestro pueblo padece las desastrosas consecuencias sociales del paquetazo de derecha de maduro.

Urge investigar el caso del Capitán de Corbeta Acosta Arévalo

A pesar de que el gobierno pretenda evadir su responsabilidad en el caso y hasta le niegue al Capitán sus grados militares, la verdad es que su muerte reviste un hecho muy grave que evidencia la violencia del gobierno desatada ahora en contra del sector militar, por lo que este hecho debe ser investigado hasta develar la estructura terror montada por el madurismo con apoyo extranjero. 

Pero esa investigación no puede ser conducida por el fiscal general, pues este, no solo carece de la independencia requerida, sino que es un agente más de la represión desatada por el gobierno. 

Es claro que la fiscalía, carece de la más absoluta credibilidad en el país y en el resto del mundo, para realizar una investigación imparcial. Por tanto, urge que se abran las puertas a una investigación dirigida por una comisión internacional seria e imparcial

Es por ello que aplaudimos la petición de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, de solicitar una investigación exhaustiva, rápida, independiente e imparcial del asesinato por tortura del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo, mientras se encontraba detenido por la DGCIM.

Existen sin embargo, dudas razonables de que la demanda de Bachelet, quien recientemente visitó el país y había logrado acuerdos con el gobierno de maduro para mantener una misión permanente en Venezuela y tener acceso a secuestrados políticos que son sistemáticamente maltratados y torturados, sea efectivamente cumplida.

De hecho, circula ya la denuncia de que fue bloqueada la entrada a los enviados de Bachelet a los sótanos donde se practican las torturas y toda clase de violaciones a la condición humana. Tras esta negativa, resulta evidente que el gobierno de maduro tiene mucho que ocultar y explicar, sin embargo le llegará el momento de rendir cuentas ante la justicia. 

La Alta Comisionada ha sido clara en sus exigencias y declaraciones repudiando el asesinato del capitán, al recordar a las autoridades venezolanas que son responsables de la vida, y de la integridad física y psicológica de todas las personas privadas de libertad.

Por otra parte, Ramírez indica que a la oficialidad patriota y chavista de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana le corresponde actuar para preservar la Constitución y las leyes, porque este asesinato muestra el nivel de descomposición de las fuerzas de seguridad y de la institución castrense en el país.

El ex ministro insiste en su denuncia del especial encono represivo que padecen los dirigentes chavistas que se enfrentan al madurato. Y es que la cúpula que respalda a maduro teme a los revolucionarios de verdad, porque representan la genuina reserva política y moral de la revolución. Debemos rescatar con urgencia las líneas maestras del pensamiento del presidente Chávez.

Maduro sabe que en los barrios, pueblos, caseríos, urbanizaciones de Venezuela hay un enorme rechazo, y los cuarteles no son la excepción. 

La feroz represión contra oficiales y efectivos de la Fuerza Armada Nacional es evidencia de temor, porque los cuarteles son hervideros políticos. La conciencia prevalecerá, también, en los cuarteles.

La Junta Patriótica de Gobierno para restablecer la Constitución 

Es urgente que los sectores progresistas, chavistas y patriotas, nos sigamos organizando en todo el país para enfrentar al madurismo y la extrema derecha, es necesaria una alternativa del campo Bolivariano. 

Es preciso lograr, a través de una amplia movilización popular o la convocatoria a un Referéndum la conformación de una Junta Patriótica Cívico-Militar de Gobierno, que nos permita el restablecimiento del hilo constitucional y la soberanía del pueblo.

Los venezolanos no podemos seguir sumando muertes por la tortura, la represión, el hambre, la falta de asistencia sanitaria, la migración desesperada, entre otras calamidades que hoy padece la República. Debemos entender que la unidad cívico-militar es la clave para salir del peor gobierno de nuestra historia republicana.

The death of the captain

While writing my weekly article, I heard the news about the death of the Navy Captain Rafael Acosta Arévalo, an appalling, despicable and very serious event that continues to plunge the Venezuelan families into mourning. I wish to express my deepest condolences to his widow, children, relatives, and friends.

Although I did not know the Captain, it was evident, based on his rank and photograph, that he was a young man with a positive attitude, typical of an officer of the Bolivarian National Armed Forces. A Venezuelan, whose human rights were infringed, violated, right from the moment of his arrest, as his wife denounced on June 22 through social networks.

His arrest took place the same day the UN High Commissioner for Human Rights, Michelle Bachelet, finished her visit to the country, after declaring that she had received the government’s commitment to “allow carrying out an evaluation of the National Commission on Torture Prevention and the access to UN special rapporteurs to the country.

His death took place after being exposed and condemned last June 27, by the minister of disinformation and maduro’s hate shows, for his involvement in the most recent “conspiracy” unveiled by the government in the customary political raids. This “super minister” of the madurismo will go down in history as the announcer of death; such are the strange twists and turns of life.

Nine hours after the captain death was made public, maduro and his government, including his attorney general, announced “an investigation” of the case. Cynicism has become part of the nature of the madurismo. Who is going to investigate? The same ones that “investigate” the brutal murder of Oscar Pérez and group? Or those that investigate the death in custody of former minister Nelson Martínez? Or maybe those that investigate the throwing of councilor Albán from the tenth floor of Sebin? They cannot investigate themselves.

José Vicente Rangel and Prosecutor Luisa Ortega Díaz, or other voices, must have to document and write other chapters of their respective «Black File» and «Final Report of the Violation of Human Rights in the country between 1958 and 1998» which document the violence during the fourth Republic, to now include the violence of the madurismo. It is the same pattern, the same methods. There is NO such thing as good tortured and bad tortured, mainly if the idea was to develop a revolution, not only political, economic, and social, but, and very especially, spiritual.

What we know as madurismo has nothing revolutionary or Chavista in its nature. It is cruel, violent; it does not excite anyone. It is the second death of Commander Chávez. He did not lose his life for this; this is not what we fought so hard to accomplish, the reason behind the mobilization of the Venezuelan people rallying behind the flags and speech of the Bolivarian Revolution.

This is nothing but a violent, intolerant police State which seeks to impose by force an outdated, capitalist dependent, unfeasible model; and it will do anything it takes to remain in power.

The Captain’s death and the circumstances, still unclear, that surrounded this tragedy: his appearance before the Court Martial in a wheelchair because he was unable to stand; his call for help in a low voice; his urgent transfer to the hospital and subsequent death in the early morning, clearly demonstrate the brutality of the repressive apparatus of the government and the high level of commitment and responsibility of the senior hierarchy of the madurismo in these human rights violations.

Similar events happened in the Fourth Republic, when the political prisoners died victims of torture, beatings, kicks, in the hands of their captors.

Just as tragic were the circumstances of the execution of Oscar Pérez and his group, which he transmitted himself through social media, including his call for a public prosecutor who never showed up; the decision to kill them was already made.

The same thing happened in the fourth Republic, the Digepol or Dim arrived at a place and surrounded the guerrilla or group of guerrillas, not with the intention of apprehending them, but of killing them, executing them, as they did in so many cases.

The circumstances of the death of former minister Nelson Martínez were tragic and cruel, as it was denounced by his wife and children in an open letter that should shake the consciousness of the entire country.

So many officers and revolutionary leaders died in this way, back then in the violent sixties. It is worth remembering the case of Captain Manuel Ponte Rodríguez, who died in 1963 while held captive in the San Carlos Barracks, after his captors repeatedly deny him, despite the requests of wife and the defense, vital medical assistance to save his life.

We have systematically denounced it over and over again: the human rights violations in the country cannot be attributed to an “excess” of one or another officer who is then brought to justice. No, it is increasingly clear that human rights violations in the country are part of a state policy imposed by Nicolás maduro, where all powers are involved: the Executive, the public prosecutor, the judiciary.

A policy rooted in the government, directed and decided from the presidency by maduro himself, along with the group of five that has all the power of the country, the open and brutal repression against any opposing political factor whether they are part of the traditional opposition or the Chavismo.

What the madurismo has decided to do is to impose itself by violent means of those that are wrong: containing the discontent and deterioration, imposing fear, breaking the law, persecuting, imprisoning, and killing. It has done so systematically, by sectors, with different degrees of intensity. It has used lies, manipulation, the indifference imposed by fear, and those that bury their heads on the ground.

It was first the oil workers, then the protesters on the Street, the opposition political leaders, the Chavismo, and now, in a particularly cruel way, the military.

I have published and handed the Office of the High Commissioner for Human Rights a list with over one hundred PDVSA workers who are imprisoned or political kidnapped in the Dgcim, Sebin, and El Helicoide. I have asked for respect for their most basic human rights, as well as my own, such as the right to defense, to due process.

I have delivered the letters of the relatives of the kidnapped workers to the Office of the High Commissioner, where they describe, for themselves, the conditions of mistreatment and violence to which they are subjected. Cases of those who have been imprisoned for more than five years without even an appearance before court, without knowing what are the charges against them, those who have tried to commit suicide, those who are among ordinary prisoners, those who are in military camps, those who are sick; the cases that show the cruelty with which these Venezuelans have been mistreated.

But it turns out that, since they are Chavista workers since we are Chavistas persecuted by the government, we do not matter for the other side of the intolerance.

I have denounced the case of former minister General Rodríguez Torres, former Minister Raúl Isaías Baduel, of Rocío Ramírez, where are they? I have also denounced the cases of more than 154 officers detained, political hostages, such as the cases of the Lieutenant Colonel Igbert Marín Chaparro, Colonel Ovidio Carrasco, General Balza Liota, Major General Alejandro Pérez Gámez, among others. They are torturing our officers, those of the Bolivarian National Armed Forces.

But, once again, it turns out that since these military officers are part of the Bolivarian sphere, with key participation alongside the people and the Constitution, Chavista men and young people that have confronted the madurismo; thus, they matter even less for the other side of intolerance. They use them, they want them supporting their adventures regardless of their fate.

Since 2014 and 2017 about 200 Venezuelans lost their lives on the streets, as a result of the political violence: oppositionists, Chavistas, police officers, and many innocent people. But nothing happened. Those deaths were negotiated between the government and the opposition.

The Commission of “Truth, Justice, and Peace” was created by the experts of cynicism so that nothing happened, to hide everything, to manipulate the victims. I can clearly recall my conversation with a humble man, father of a hard-working boy, beheaded by the «guayas»(steel cables) that the fascism installed in the streets of Caracas against motorcyclists. I remember his impotence in the face of the negotiations of the government and the opposition. Nothing happened. They deceived the relatives of the victims. Impunity was imposed as a rule of the «victor builder».

What is incredible about this situation is that, for the staunchest defenders of the madurismo, including TV hosts and some PSUV leaders, violence against those that oppose maduro, whether oppositionists or Chavistas, is justified. There is always a reason, an excuse, an unveiled conspiracy, an imminent danger. They do not realize what has happened to them; they have lost every revolutionary, Bolivarian trait. At some point, even Commander Chávez will appear to be involved in one of these conspiracies of the madurismo.

In any normal country, the prosecutor and those responsible for the security agencies would be removed and brought to justice, some ministers would resign on ethical grounds, and the people would take the streets demanding maduro’s resignation. But nothing happens. Such is the life in maduro’s Venezuela, the country of fear.

The thing is that the ordinary citizen, the laborer, the worker, the youth, the professional, the student, the popular leader, the housewife, the PSUV militant, the peasant, the retiree, the elder, has his head buried on the ground, where, of course, it is impossible to breathe, to speak, to see, much less to think. Such asphyxiation keeps the citizen, the victim, in a permanent state of fear and anguish.

But it is now time to overcome this climate of fear and apathy. There is enough compelling evidence to say that this is a tyrannical, despotic, government, outside the law, behind the backs of its people. It is Herod against the work of president Chávez.

It is now time for our citizens to understand that this government has not only hijacked the dreams of the entire country, the sovereignty of the people over their own affairs, but it is willing to sacrifice an entire nation, its institutions, its men and women, its military youth, our workers and captains, to remain in power and maintain its privileges.

It is now time that they understand, particularly our military, that despite the asphyxiation, indignation, and anguish, it is not behind the coup adventures of the sellout, antinational extreme right that we will get rid of maduro. On the contrary, the extreme right is the perfect excuse for maduro to remain in power.

It is only alongside the people, returning to our Bolivarian, revolutionary nature, to our Constitution and our laws, returning to Chávez, to the participatory and protagonist democracy, and with the help of Patriotic Junta, that the civil-military unity, just like that April 13, 2002, will be able to restore the Constitution and put an end to the violence of both intolerant groups contending for powers against the interests of the whole country.

Our country needs, our people deserve, a demonstration of greatness, raise their gaze, overcome fear and blackmail. We need the efforts of our best citizens, men and women who, in the midst of sadness and despair, can remember “I am the master of my destiny; I am the captain of my soul«.

Bachelet conmocionada y preocupada por la muerte en custodia del capitán Acosta Arévalo en Venezuela

La Alta Comisionada para los Derechos Humanos recuerda a las autoridades del país que son responsables de la vida, y de la integridad física y psicológica de todas las personas privadas de libertad. También pide que se lleve ante la justicia a los responsables de su muerte.

Michelle Bachelet dijo el lunes que está profundamente preocupada por la muerte bajo custodia en Venezuela del capitán de marina retirado Rafael Acosta Arévalo tras ser supuestamente torturado. Destacó que es imperativo que las autoridades venezolanas lleven a cabo una investigación rápida, exhaustiva, eficaz, independiente, imparcial y transparente de su muerte.

El capitán Rafael Acosta Arévalo fue detenido el 21 de junio por hombres armados sin identificar y estuvo en paradero desconocido durante siete días. Dado que su familia y sus abogados no fueron informados de su paradero a pesar de repetidas solicitudes, su caso también puede constituir una desaparición forzada, prohibida bajo la ley internacional.

Se deben adoptar urgentemente medidas para prevenir la reincidencia de la tortura y otros malos tratos de personas bajo custodia del Estado.

El 28 de junio, fue llevado ante un tribunal militar por miembros de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) junto a otros cuatro militares y dos exfuncionarios de seguridad acusados de confabularse para asesinar al presidente, Nicolás Maduro Moros.

Según su abogado, el capitán Acosta Arévalo fue presentado ante el juez en silla de ruedas, fue incapaz de hablar y mostraba claros signos de haber sido torturado.

El juez lo mandó a un hospital militar, donde murió en la madrugada del 29 de junio. A pesar de numerosos requerimientos, ni su abogado ni sus familiares han tenido aún acceso a su cuerpo.

Investigación independiente y transparente

“Estoy conmocionada por la presunta tortura del capitán Acosta Arévalo, y porque el trato al que fue sometido mientras estaba en custodia puede haber sido la causa de su muerte. Recuerdo a las autoridades venezolanas que son responsables de la vida, y de la integridad física y psicológica de todas las personas privadas de libertad. Urjo a las autoridades a llevar a cabo una profunda investigación, -que incluya una autopsia que siga los estándares internacionales- que sea independiente y transparente. Esto es esencial para arrojar luz no solo sobre lo que ocurrió con él, sino también para facilitar que se lleve ante a la justicia a los responsables de su muerte”, dijo la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Si bien la Alta Comisionada aplaudió la rápida acción de la Oficina del Fiscal General de abrir una investigación sobre la muerte del capitán Acosta Arévalo, y señaló que dos miembros de la DGCIM han sido procesados por asesinato en primer grado, lamentó que las alegaciones de tortura no hayan sido aparentemente incluidas en los cargos.

“También llamo a las autoridades venezolanas para que permitan a los otros seis militares y ex oficiales de seguridad detenidos junto al capitán Acosta Arévalo recibir visitas de sus abogados y familiares, que se aseguren que sean tratados con humanidad y dignidad, y que eviten que sufran torturas y otras formas de maltrato”, afirmó Bachelet. “Se deben adoptar urgentemente medidas para prevenir la reincidencia de la tortura y otros malos tratos de personas bajo custodia del Estado”.