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Bachelet y el fin de la impunidad

Ante todo quisiéramos agradecer a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la ex presidenta Michelle Bachelet, su visita al país y haber recibido las denuncias de violación de los Derechos Humanos: casos de persecución, exilio, detención, secuestro y tortura por razones políticas, los casos de muertes producto de la violencia política, y, muy particularmente, le agradecemos el haber recibido y escuchado a las esposas y familiares de los trabajadores de PDVSA y militares secuestrados por el gobierno.

Es la primera vez en 20 años, que se requiere la intervención del sistema de las Naciones Unidas en materia de Derechos Humanos en el país; y, por primera vez, con su visita se visibiliza y reconoce un hecho que ha estado silenciado producto de la intolerancia política: el gobierno de maduro persigue, exilia, encarcela, secuestra, maltrata y tortura, con especial saña, a los chavistas que estamos en contra de su gobierno, sean éstos políticos, trabajadores, militares o ex ministros.

La visita de Bachelet descubre una gran verdad oculta en nuestro país; y es que este gobierno, que no tiene nada de chavista y mucho menos de revolucionario, ha impuesto el miedo y la represión hacia el campo chavista para mantener desmovilizadas y paralizadas por el miedo a lo que se supone debía ser la vanguardia y conciencia de la revolución: el psuv, los trabajadores, el movimiento popular y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, la única fuerza capaz de removerlo del poder.

El madurismo sabe que solo el chavismo será capaz de ponerle punto final a este desastre. A eso le teme más que a nada y por ello actúa con especial violencia, reprimiendo a nuestros dirigentes, trabajadores y militantes  para mantenerlos callados y desmovilizados.

Al madurismo se le acabó el tiempo, la situación es insostenible, política, económica y socialmente. Las sociedades no se suicidan. La caída o salida del poder de maduro y del madurismo es cuestión de tiempo. Lamentablemente, y en la misma medida en que el madurismo ha cerrado todas las opciones constitucionales y políticas, parece que será por una acción violenta, cruenta, que puede tener signo de izquierda o derecha.

Más temprano que tarde, cuando menos lo imagine el madurismo, irrumpirá una fuerza o conmoción política que pondrá fin a su gobierno tiránico.

Ojalá que la salida del poder del madurismo suceda por la acción del chavismo y del campo bolivariano, bajo la conducción de una Junta Patriótica de Gobierno, inclusiva; porque de lo contrario, su salida será por un golpe de mano de la extrema derecha, haciéndose del poder para dar rienda suelta a la intolerancia y el odio, entregar lo que queda al capital transnacional, abdicando abierta y definitivamente de  nuestra soberanía. Bajo este escenario nuestro país entrará, irremediablemente, a un largo periodo de ingobernabilidad, con el chavismo en la calle y la imposibilidad de lograr la unidad necesaria para reconstruir el país.

Pareciera que la única manera de que el desenlace sea pacífico, será si los factores internacionales en pugna obliguen a un entendimiento entre las partes. Washington y Moscú están llegando a acuerdos respecto a Venezuela y ello ha permitido que avance la facilitación internacional en esa dirección, como lo evidencian  los esfuerzos diplomáticos adelantados por Noruega, en Oslo, y por el grupo de amigos liderados por Suecia, Italia, Uruguay, México entre otros. Todas estas opciones están andando, lamentablemente, de espaldas al país.

La más peligrosa de ellas es la salida violenta o intervención extranjera estimulada y promovida por la extrema derecha, cuyos dirigentes  están convencidos, y así lo han prometido a sus financistas, que tomarán el poder. No cesan en su empeño y están dispuestos a lo que sea. De allí mi llamado reiterado a las fuerzas patriotas y chavistas, sobre todo a los militares, a no actuar de manera desesperada, acompañando a la extrema derecha en cuanta aventura se le ocurra.

No se trata de sacar a maduro para entregar el poder a la rancia oligarquía, enemigos de lo que se ha construyó con tanto esfuerzo y que está consagrado en nuestra Constitución y los objetivos históricos del Plan de la Patria.

Se trata de instalar una Junta Patriótica de Gobierno para restablecer la soberanía popular. Una Junta que incluya a los sectores nacionales y patriotas que estén comprometidos con la Constitución, donde esté la Fuerza Armada Bolivariana como garante, para conducir al país, por un período no mayor de dos años, en un proceso de restablecimiento de la legitimidad de todos los poderes del Estado, atención a la crisis humanitaria, económica y social, restablecimiento de las garantías políticas y plenas libertades. Se trata de un esfuerzo colectivo, incorporar a todos, a los millones que han salido de la patria; consultar al pueblo a través del voto universal y secreto, en referéndum y elecciones para todos los órganos de elección popular y, de esta manera, comenzar a recuperar la gobernabilidad y normalidad del país.

La visita de Bachelet ha sido un logro de los familiares, organizaciones y sectores que nos hemos movilizado para denunciar la violación de los Derechos Humanos en el país y debe enmarcarse en un proceso que ya está en marcha, y que promete un cambio de la situación política.

Sin que la opinión pública lo pueda percibir, el madurismo está haciendo concesiones y cumpliendo exigencias de los mismos factores internacionales que hasta ahora lo han sostenido, pero que, viendo que sus propios intereses están al borde del abismo, se han distanciado o están llegando a acuerdos por encima de maduro.

El gobierno está dividido y se impone el grupo, encabezado por el propio maduro, que está cediendo, hace concesiones porque tiene el agua al cuello, porque, a pesar de que está parado sobre los hombros del pueblo venezolano, sabe que su posición es insostenible. Este grupo ahora trata de lavar su cara, en el ámbito económico y político, cede el Esequibo a la Exxon Mobil, publica tardíamente, y a la carrera, cifras del BCV, firma concesiones petroleras, gasíferas, de oro y entrega todos los activos del Estado, de la República, que pueda, mientras negocian una salida. El otro grupo, que será objeto de la negociación, sigue dando saltos grotescos de guerra.

El gobierno trata de manipular y capitalizar la visita de Bachelet. Se ha comprometido con la Alta Comisionada, de acuerdo a lo indicado por ella, a “llevar a cabo una evaluación de la Comisión Nacional para la Prevención de la Tortura y para determinar los principales obstáculos en el acceso a la justicia en el país”. Igualmente se compromete a que el equipo de la ONU tenga “acceso a los centros de detención y hablar confidencialmente con los privados de libertad”, entre otras promesas.

En aras de ayudar al reducido equipo de la Alta Comisionada que fue autorizado a permanecer en el país, podríamos indicar las siguientes acciones para que el gobierno comience a cumplir sus promesas y cese la impunidad que lo caracteriza:

  • Fé de vida y levantamiento de información de todos los secuestrados en centros de detención, incluyendo a los trabajadores de PDVSA y los efectivos de la FANB. Precisar su ubicación.
  • Certificación por el equipo de la Alta Comisionada de la lista de presos políticos, civiles y militares, trabajadores de PDVSA, efectivos de la FANB.
  • Fé de vida del Mayor General Rodríguez Torres y del General Raúl Baduel.
  • Reconocer el carácter de presos políticos de los secuestrados por maduro por razones políticas y razzias en instituciones y empresas públicas, como PDVSA, Corpoelec y Ferrominera entre otras.
  • Exigir que se incluyan dentro de los censos y consideraciones aquí expuestas, a todos los presos de las mencionadas cárceles, evitando que, bajo el calificativo de “presos comunes”, acusaciones de “corrupción” o “traición” , se desvirtúe el carácter político de su reclusión. Éste es el caso de los trabajadores de PDVSA y de los militares.
  • Inspección a los centros de detención del Sebin, Dgcim, La Tumba, Fuerte Tiuna, El Helicoide. Entrevistas a los detenidos-secuestrados.  
  • Exigir un censo de cárceles y centros de reclusión de todo el país, con el número y la identificación, así como, el status de sus juicios y procedimientos penales, de presos y secuestrados por razones políticas y comunes así como, el estado físico de los mismos.
  • Identificar uno a uno el status de los procedimientos penales de cada uno de los imputados y privados de libertad en las cárceles antes indicada.
  • Debe exigirse que se proceda a otorgar las audiencias correspondientes a los imputados que han sido privados de libertad. (En este sentido, debe exigirse el cumplimiento de la Constitución y el Código Orgánico Procesal Penal cuyos artículos 9 y 229 son muy claros al señalar que la privación de libertad de un imputado es de carácter EXCEPCIONAL. Es decir, no es regla que un imputado sea privado de su libertad, todo lo contrario. Si no fuera así, no existiría el derecho a la presunción de inocencia.  La detención preventiva es excepcional, y la norma que la permite es de interpretación restrictiva. En consecuencia, según el artículo 132 ejusdem, a las 12 horas de la aprehensión de una persona, debe notificarse al Juez; a las 24 horas (art. 232) más 48 (art. 233), debe producirse la audiencia y la decisión del Juez, de lo contrario, el imputado ha de quedar automáticamente en libertad).
  • Debe garantizarse que ningún imputado se mantenga, tal como lo establece el artículo 230 del Código Orgánico Procesal Penal, más de dos años en custodia. Lo contrario, constituye un HECHO NOTORIO de violación por parte del gobierno, de los Derechos Humanos.
  • Debe garantizarse, tal como lo señala el artículo 231 ejusdem, que ningún imputado mayor de 70 años, sea detenido (privado de libertad) siquiera preventivamente.
  • Debe garantizarse que las actuaciones policiales cumplan las reglas establecidas en la ley para su intervención, durante la aprehensión y participación en todo el proceso penal (art. 119 ejusdem), so pena de incurrir en responsabilidades penales.
  • Debe garantizarse que se generen responsabilidades a los funcionarios que violen los Derechos Humanos de los imputados, tal como lo establece el artículo 123 ejusdem.
  • Debe garantizarse el respeto a la dignidad, debido proceso, defensa, contradictorio, presunción de inocencia, protección de la Constitución, Cosa Juzgada, de los imputados (artículos 10 y siguientes ejusdem).
  • Debe, sobre todo, garantizarse que la acción penal esté en manos del Estado a través del Ministerio Público debidamente restituido, y no de un órgano distinto, menos aún del presidente de la República ( art. 11 ejusdem).
  • Garantizar que cesen las torturas, secuestros, exilios, confiscaciones de bienes, tanto de los imputados, como de sus familiares.
  • Liberación inmediata de todos los detenidos y secuestrados, incluyendo a los trabajadores de PDVSA y efectivos de la FANB.
  • Facilidades al equipo de la Alta Comisionada para que se puedan recibir familiares y víctimas de violación de los DDHH en las oficinas de la ONU en Caracas y, dados los severos problemas de transporte existentes, abrir centros de atención en el oriente y occidente del país para el mismo propósito.
  • Crear una Comisión internacional de Juristas que revisen los juicios y procedimientos aplicados a los imputados por el Ministerio Público o bajo medidas judiciales.
  • Que se restablezcan el derecho a la dignidad, la reputación, la defensa, la presunción de la inocencia.
  •  Eliminar el uso de la justicia como instrumento de persecución política.
  •  Que el gobierno y una misión política de la ONU garantice los derechos y plena libertad de los exiliados políticos para que podamos retornar al país.
  •  Intervenir o disolver la “Comisión de la Verdad”. Crear un organismo de Juristas internacionales, con el apoyo de la ONU, que investigue todos los crímenes y hechos de violencia política ocurrida en el país, entre 2013-2019, incluyendo la muerte en custodia del ex ministro Nelson Martínez.
  • Solicitar la Intervención del Ministerio Público y que una comisión independiente de juristas pueda efectuar una revisión de todos los casos e imputaciones que ha formulado dicho organismo. Es Fiscal General debe renunciar.
  • Abrir un proceso acelerado y transparente para resolver y revisar los casos judiciales que estén en curso, sin sentencia firme.
  • Solicitar la intervención y desactivación del FAES. Investigar los crímenes y violaciones a los DDHH de este organismo.
  • Solicitar la intervención del SEBIN. Investigar los crímenes y violaciones a los DDHH de este organismo. Recibir e investigar las denuncias formuladas por el Mayor General Cristopher Figuera
  • Investigar los crímenes y violaciones a los DDHH cometidos por el Dgcim.
  • Anular las Órdenes de extradición y captura emitidas por el TSJ en fecha 17 de agosto de 2018.
  •  Permitir el acceso del equipo de la Alta Comisionada a los penales para presos comunes del país.
  •  Investigar los casos de muertes y matanzas en dichos penales, así como abrir una investigación sobre la muerte de más de 67 presos comunes quemados vivos en calabozos de la policía de Carabobo, el día 29 de marzo de 2018.
  • Exigir al gobierno, los ministerios respectivos y al Instituto Nacional de Estadística, la publicación de todas las estadísticas en relación a la salud, mortalidad infantil, educación y todos los indicadores de desarrollo social en el país.
  • Solicitar apoyo a la OPS, OMS, la UNICEF, la ACNUR, la FAO, la CEPAL, entre otros organismos de las Naciones Unidas, para restablecer el levantamiento y las estadísticas de los indicadores económicos y sociales en el país.
  • Hacer un levantamiento nacional, con el apoyo de la Cruz Roja, la OMS, OPS y otras organizaciones internacionales de las necesidades de medicamentos y tratamientos especiales para enfermedades crónicas y de alto riesgo, así como el estado de la infraestructura de salud en el país.
  • Hacer un levantamiento nacional, con apoyo de la FAO, UNICEF y otros organismos de la ONU, de las necesidades de alimentación y los niveles de desnutrición en el país, sobre todo en niños, mujeres embarazadas y ancianos.

Verdaderamente, la oficina de la Alta Comisionada y demás organismos de las Naciones Unidas tendrían mucho que hacer en el país; todos los sectores nacionales tenemos que sumar esfuerzos y voluntades para prestar todo el apoyo a esta encomiable labor, así como para desenmascarar esta absurda e intolerable situación de violación de los DDHH que sufre nuestro pueblo.

Reconocer y entender que los DDHH deben tratarse sin politización, ni discriminación, son universales y para todos. Que no se puede tolerar ninguna muerte, ningún atropello, ningún gobierno, y menos uno que se proclama, al menos, progresista, puede sustentarse sobre el sufrimiento y la crueldad.

Reconocer a la otra mitad del país, que los Chavistas presos, torturados y perseguidos por el madurismo, somos ciudadanos, seres humanos que tenemos, por tanto, derechos y haremos que se respeten. Seamos todos, como una sola voz, los que exigimos el cese a la impunidad del gobierno, el respeto a los Derechos Humanos y la plena vigencia de nuestra Constitución.

Declaración de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Michelle Bachelet al final de su visita a Venezuela

Caracas, 21 de junio de 2019

Buenas tardes y gracias por estar aquí,

Esta ha sido una corta pero crucial visita para mí. Es, además, la primera visita oficial de un Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos a Venezuela. Me iré de Caracas esta noche, pero se quedará una presencia de mi Oficina en el país por primera vez. Hemos alcanzado un acuerdo con el Gobierno para que un pequeño equipo de dos oficiales de derechos humanos permanezca aquí, con el mandato de proveer asistencia y asesoría técnica y, muy importante, continuar monitoreando la situación de derechos humanos en Venezuela.

Agradezco al Gobierno su invitación, su cooperación y su compromiso con mi Oficina, incluyendo al equipo técnico que visitó el país en marzo.

Previo a mi visita, solicitamos al Gobierno varios compromisos, y hemos podido alcanzar varios acuerdos, además de la ya citada presencia de los oficiales de derechos humanos. Tenemos el compromiso expreso del Gobierno para llevar a cabo una evaluación de la Comisión Nacional para la Prevención de la Tortura y para determinar los principales obstáculos en el acceso a la justicia en el país. Fue profundamente doloroso escuchar el anhelo de las víctimas y sus familiares por obtener justicia ante las graves violaciones de derechos humanos. Espero sinceramente que nuestra evaluación, nuestra cooperación y nuestra asistencia ayude a reforzar la prevención de la tortura y el acceso a la justicia en Venezuela. El Gobierno también ha aceptado que mi equipo tenga acceso pleno a los centros de detención para poder monitorear las condiciones de detención y hablar confidencialmente con los privados de libertad. El Ejecutivo también se ha comprometido a trabajar para permitir un acceso más amplio a los distintos mecanismos de derechos humanos, incluidos los expertos independientes de Naciones Unidas, conocidos como relatores especiales.

Celebro la liberación del parlamentario opositor Gilber Caro, que se encontraba en custodia del servicio de inteligencia SEBIN. Asimismo, recibo con beneplácito de la liberación de Melvin Farías y Junio Rojas, aunque hago un llamado a las autoridades a liberar a todas las personas que están detenidas o privadas de libertad por ejercer sus derechos civiles y políticos de forma pacífica.

El propósito de mi visita fue abrir un espacio que permita mantener una relación más cercana y fluida con las autoridades e instituciones del Estado, la sociedad civil y las víctimas de derechos humanos. Mi deseo era venir y escuchar a todos los actores para poder trabajar con ellos hacia el respeto, la promoción y la protección de todos los derechos humanos de todos los venezolanos.

Durante mi visita me reuní con el presidente, Nicolás Maduro Moros, y con varios ministros de Gobierno y otros altos cargos, incluyendo el Canciller, el Ministro de Defensa y el del Interior, y aquellos a cargo de las carteras relacionadas con los derechos civiles, políticos económicos, sociales y culturales. También mantuve reuniones con al Presidente del Tribunal Supremo, el Fiscal General y el Defensor del Pueblo. De igual manera, sostuve una reunión con el Presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, y otros parlamentarios de distintos partidos políticos, así como con el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente.

También conocí a víctimas de abusos y violaciones de derechos humanos y a sus familias. Escuché el testimonio de un hombre que me explicó cómo su hermano fue torturado, humillado y asesinado por oficiales encapuchados de las FAES que allanaron su casa, así como muchas otras familias destrozadas porque sus seres queridos tuvieron el mismo destino. Un padre me mostró orgulloso el trofeo y las medallas que su hijo había ganado jugando al baloncesto antes de ser asesinado mientras participaba en una protesta en 2017. Una madre me relató el asesinato de su hijo de 14 años durante las manifestaciones del 30 de abril de este año. Escuché los testimonios de algunas personas que fueron privadas de libertad y sufrieron terribles torturas, como también cientos de violaciones contra partidarios del Gobierno. Conocí el testimonio de una madre de un joven que fue quemado vivo durante las protestas de 2017 y que pasó 15 días agonizando en el hospital antes de fallecer. Una joven me narró cómo su padre fue asesinado por defender el derecho a la tierra de los campesinos. Sus historias son desgarradoras y muestran la desconfianza que tienen en las autoridades estatales. Todos demandan justicia. Un sacerdote de la Iglesia para los Pobres nos compartió apasionadamente acerca de cómo los pobres y los grupos más vulnerables son los que más están sufriendo. No se trata de política, dijo, sino del sufrimiento de la gente.

Me he comprometido a continuar transmitiendo estas demandas y abogar por la justicia y la reparación para ellos, sean quienes sean los perpetradores. Soy consciente de que hay miles de otras víctimas y sus familias con las cuales no tuve la posibilidad de encontrarme, pero déjenme decirles algo: Su lucha por la justicia es importante, no solo por lo que ustedes han sufrido, sino por lo que significa para todos los venezolanos. No están solos.

He escuchado las voces de los manifestantes que luchan por la protección de sus derechos, y las de aquellos que buscan reparación por el daño que han sufrido. He encontrado a representantes de la sociedad civil, sindicalistas, líderes religiosos, empresarios, y académicos de todo el espectro socio-económico y político. Me he entrevistado con representantes de la comunidad internacional y con las agencias de las Naciones Unidas en Venezuela.

Todos me han transmitido como la situación humanitaria en Venezuela se ha deteriorado de forma extraordinaria, incluyendo el derecho a la alimentación, el agua, la salud, la educación y otros derechos económicos y sociales. El Gobierno ha lanzado proyectos en un esfuerzo de asegurar acceso universal a programas sociales, para lo que ha dedicado el 75 por ciento del presupuesto nacional. Sin embargo, hemos oído el testimonio de venezolanos, que a pesar de tener un empleo – muchos en el sector público enfrentan dificultades para adquirir medicinas o comida.

La situación sanitaria sigue siendo extremadamente crítica a causa de múltiples factores, la escasez de medicinas y equipamientos, el éxodo de los profesionales de salud, el deterioro de la calidad del agua y del saneamiento, y los apagones eléctricos. El costo y la falta de anticonceptivos en las farmacias ha contribuido a un aumento de los embarazos adolescentes, y de la mortalidad materno-infantil. Los trabajadores de la salud me han descrito como equipamientos médicos, como las máquinas de rayos X, escasean o no están en funcionamiento; y las personas que viven con enfermedades crónicas me han alertado sobre la falta de medicamentos esenciales para su supervivencia. He hecho un llamado al Gobierno para que proporcione los datos relacionados con la situación sanitaria y otros derechos socio-económicos que permita evaluar la situación y apoyar de forma adecuada.

Las causas de esta inmensa crisis económica -la cual se ha exacerbado dramáticamente desde 2013- son diversas, y he hablado con el Estado sobre la necesidad de resolverlas urgentemente con el apoyo de las agencias de las Naciones Unidas que recientemente han podido reforzar su presencia en Venezuela. Me preocupa que las sanciones impuestas este año por Estados Unidos sobre las exportaciones de petróleo y el comercio de oro están exacerbando y agravando la preexistente crisis económica.

Nuestro informe sobre la situación de derechos humanos en Venezuela mandatado por el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, que se presentará el 5 de julio de 2019, contendrá mucha más información basada en evidencias, así como análisis objetivo relativo a todos los aspectos de derechos humanos que acabo de destacar, además de recomendaciones constructivas sobre cómo avanzar.

En este tiempo de grave crisis económica, social y política, he hecho un llamamiento a líderes de todo el espectro político para que intenten encontrar una manera de confrontar los desafíos y el sufrimiento del pueblo de Venezuela. Para ello, todas las voces deberían ser incluidas. Las crisis solo pueden ser resueltas a través de la participación significativa, franca e inclusiva de diversos actores de la sociedad.

He apelado a todos los líderes políticos a que participen constructivamente con el diálogo facilitado por Noruega y con cualquier otro esfuerzo para intentar enfrentar la actual situación política en Venezuela. El destino de más de 30 millones de venezolanos reside en la voluntad y la habilidad de sus líderes para colocar los derechos humanos de la gente por encima de cualquier ambición personal, política o ideológica. Entiendo el escepticismo de algunos en Venezuela acerca de la posibilidad de que cualquier de estas negociaciones prosperen, pero la grave situación en el país debe instar a los líderes a intentarlo. Mantener posiciones arraigadas en cualquiera de los dos lados solo agravará la crisis, y los venezolanos no pueden permitirse que se deteriore aún más la situación en el país.

Hago un llamado a dar pasos audaces hacia un compromiso para dejar a un lado las ganancias cortoplacistas y enfocarse en logros a medio y largo plazo para todo el país. Las negociaciones pueden dar frutos solo si son inclusivas y si las partes involucradas dan una respuesta a la urgencia real de la situación.

Nuestra Oficina está lista para dar asistencia y asegurar que los derechos humanos de todos los venezolanos sean plenamente protegidos. Nuestra presencia aquí posibilitará trabajar con las instituciones estatales, la sociedad civil y el sistema de Naciones Unidas.

FIN

Michelle Bachelet recibió de las esposas de detenidos de PDVSA información de los vicios procesales y violaciones a los DDHH

*La Alta Comisionada les aseguró que está al tanto de los casos y que está muy pendiente de ellos. Los familiares detallan en el comunicado entregado a Bachelet que exigen la inmediata liberación de todos los trabajadores y que les sean respetados los DDHH

Caracas, 21 de junio de 2019.- El país sigue movilizado por la visita de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los DDHH, Michelle Bachelet. Las denuncias y protestas no se han dejado esperar y su estadía abarrotada de solicitudes de múltiples ONGs y diversos organismos para ser oídos por la Comisionada, han marcado su apretada agenda.

Sin embargo, las esposas y familiares de los trabajadores de PDVSA privados ilegítimamente de libertad lograron entregarle, en horas de la noche de este jueves, un comunicado donde detallan a la Alta Comisionada las violaciones a los derechos humanos y procesales de los más de 100 familiares apresados.

Onervy Graterol de Barreto, esposa de uno de los detenidos y Carol Piña de Torres esposa y abogada de otro privado de libertad, fueron las encargadas de hacer llegar a Bachelet el Comunicado que exige, además, “la inmediata liberación de todos los trabajadores, para lo cual debe seguirse el debido proceso y realizarse las audiencias preliminares, a fin de demostrar que no cometieron los supuestos delitos por los que se les acusa”, reza el documento.

Graterol aseguró que durante el encuentro, al cual asistieron varias esposas y familiares de los detenidos, la Alta Comisionada para los DDHH mostró conocimiento de los casos de PDVSA y le precisó que está al tanto de todos ellos.

El comunicado denuncia además que un gran número de trabajadores petroleros encarcelados han sido sometidos a condiciones infrahumanas de reclusión, torturas físicas y psicológicas, así como la vulneración de sus derechos básicos como la alimentación, la atención médica, las visitas de sus hijos y otros familiares.

El documento también reseña que varios detenidos, debido a las deplorables condiciones de detención y torturas psicológicas, han cedido a presiones, y se han declarado culpables sin serlo, solo para lograr sentencias y medidas favorables.

Las esposas agradecen la visita y deferencia de la Alta Comisionada. Están seguras de que desde ahora se abrirá un nuevo capítulo para los derechos humanos del país, ya que a pesar del cerco del gobierno, ha sido imposible invisibilizar a los ojos de Bachelet, la ruda realidad del país en todo orden.

Michelle Bachelet, ha sido cauta y ha evitado dar declaraciones, las cuales reservó para su despedida una vez finalizada su amplia agenda de reuniones con todos los factores del país. Se espera que para este próximo 5 de julio la ONU haga entrega de los resultados de  la estadía.

También, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, consideró necesario dejar una misión permanente del organismo en Venezuela para mantener el seguimiento a la evolución de la situación del respeto a los derechos humanos y la crisis humanitaria.

El encuentro con la Alta Comisionada marca un hito muy importante en el país, porque es la primera vez que se reconoce una verdad fundamental: que los trabajadores de PDVSA son presos políticos y que el gobierno de Maduro se ensaña en contra de los Chavistas que le hacen frente a su gobierno y denuncian la entrega de la industria petrolera y la violación de la Constitución.

Las esposas y familiares de los trabajadores de PDVSA, además de agradecer la presencia e interés de la Alta Comisionada por sus casos, esperan que el equipo de trabajo que queda en el país, tenga la oportunidad de conocer los más de cien casos de trabajadores de PDVSA y pueda constatar cómo se violan permanentemente los derechos políticos, jurídicos, económicos y sociales del pueblo venezolano.

Lea aquí el comunicado completo

Pese al cerco gubernamental Michelle Bachelet se dará cuenta de las violaciones a los DDHH en el país

 

En entrevista con Sumarium, Rafael Ramírez asegura que la ONU no se parcializará por nadie y tiene la esperanza de que la Alta Comisionada se lleve suficiente data para que denuncie lo que pasa en Venezuela. Reitera que en su reunión con ella en enero en Ginebra entregó documentos que demuestran la política de terror y miedo que aplica el gobierno de Maduro.

Bienvenida presidenta Bachelet

Hoy la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, presidenta Michelle Bachelet, llega nuestra maltrecha patria, la patria de Bolívar, de Andrés Bello, de Chávez, donde tantos latinoamericanos consiguieron refugio de la violencia de las dictaduras o del horror económico, donde antes reinaba la solidaridad, prosperidad y el buen vivir.

La sobrevivencia del pueblo y la violación masiva de sus derechos fundamentales es una muestra clara de que el gobierno de Maduro es incapaz de proteger a la población. Mi denuncia sobre la situación de indefensión en la que se encuentran los trabajadores de Pdvsa, los oficiales de la Fuerza Armada Bolivariana presos-secuestrados por el madurismo y los derechos humanos de los venezolanos, me ha valido persecución, exilio y una feroz campaña de desprestigio en mi contra por parte del madurismo. Estos fueron algunos de los temas que expuse el pasado mes de marzo en mi reunión con la Alta Comisionada, denuncia que amplié nuevamente hace tres semanas en Ginebra.

En esta lista, están los nombres de hombres y mujeres, padres y madres, a los que se les ha destrozado la vida y las de sus familias. En el día de ayer, las esposas de los trabajadores de Pdvsa emitieron un comunicado en el que solicitan la intervención de la Alta Comisionada de la ONU, para que sean respetados los Derechos Humanos de sus familiares. Son valientes mujeres que vencen el miedo y dificultades.

 

Presidenta Bachelet:
Hoy nuestro pueblo necesita de su voz, su valor. Hay mucha esperanza en el corazón de un pueblo noble y justo, debemos detener urgentemente el naufragio de los pobres de mi tierra.

COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA

Esposas, familiares y abogados de los detenidos de PDVSA denunciamos vicios procesales y pedimos la urgente intervención de Michelle Bachelet

Caracas, 18 de junio de 2019.- Transcurridos casi dos años desde la detención de los cerca de 100 trabajadores de Petróleos de Venezuela y hasta 5 años en algunos casos, acusados injustamente de presunta corrupción y otros delitos graves, ha sido imposible ejercer la defensa a la que tienen derecho, tras diferirse, incluso hasta  en 16 oportunidades, las audiencias preliminares que deben dar paso al proceso judicial establecido, contemplado en la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, el ordenamiento Jurídico y la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU.

Las esposas, familiares y abogados de los trabajadores de PDVSA privados de libertad, exigimos la inmediata liberación de todos los trabajadores para lo cual debe seguirse el debido proceso y realizarse las audiencias preliminares, a fin de demostrar que no cometieron los supuestos delitos por los que se les acusa.

Denunciamos, además, que un gran número de los trabajadores petroleros encarcelados han sido sometidos a condiciones infrahumanas de reclusión, torturas físicas y psicológicas, así como la vulneración de sus derechos básicos como la alimentación, la atención médica, las visitas de sus hijos y otros familiares, entre una diversa trama de violaciones a la condición humana, de la cual somos también objeto todos los involucrados.

Por otra parte, a muchos de nuestros familiares privados de libertad se les han negado medidas humanitarias que han sido solicitadas por razones de salud. Los tribunales las niegan o no se pronuncian al respecto, dejando al privado de libertad vulnerable ante su condición médica.

Los abogados defensores de los obreros, operadores, analistas y gerentes con más de 25 años promedio de experiencia comprobada en la industria e intachables hojas de vida, nos indican que todos los casos están enmarcados en un mismo patrón donde todos los imputados por la Fiscalía son acusados por el mismo delito sin individualizar los casos, una práctica violatoria de cualquier principio de justicia y garantías constitucionales ya que los delitos penales son personalísimos.

Esta es, entonces, otra violación al Código Procesal Penal que señala expresamente que los delitos deben individualizarse y responder al cómo, por qué y dónde se cometieron los hechos, cosa que no sucede en las acusaciones de la Fiscalía.

Esta es la razón fundamental por la que no se realizan las audiencias preliminares, toda vez que por la falta de pruebas con las que la Fiscalía enfrentaría las audiencias, obligaría a los jueces, de actuar conforme a derecho, a declarar una absolutoria por la inexistencia de los delitos imputados o a otorgarles alguna medida sustitutiva de libertad a los imputados.

También debemos denunciar que día a día enfrentamos la corrupción del sistema judicial, donde funcionarios cobran para realizar traslados y agilizar procesos que, finalmente, no avanzan.

Denunciamos además que tras la desesperación que ha significado la violación de los DDHH y procesales, varios de los detenidos han aceptado bajo presión reconocer delitos que no han cometido para lograr sentencias y medidas favorables, entre ellas regímenes de presentación.

Sin duda, nuestros familiares son presos políticos, porque han pretendido utilizarlos como chivos expiatorios de la crisis productiva y gerencial que padece la industria petrolera, en lugar de reconocer errores y malas políticas administrativas y financieras que se han cometido en los últimos siete años.

Vale señalar que, pese a esta necesidad de buscar culpables de la crisis de PDVSA, la producción de crudo sigue descendiendo y la destrucción de la industria no se detiene.

Se trata de una gestión del gobierno que desmanteló todos los cuadros técnico-políticos de PDVSA que tuvieron un rol fundamental en el rescate de la industria durante el sabotaje petrolero del 2002-2003, y que se sustituyeron por personal sin experiencia y experticia.

Así mismo señalamos, que cuando se declara públicamente que los casos avanzan y que el Estado cumple y respeta los procesos contemplados en el Código Procesal Penal, reiteramos que no se ha dado inicio a ninguno de los casos de nuestros familiares, pues no se han efectuado las audiencias preliminares correspondientes.

Finalmente, ante todo lo expuesto, pedimos a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, señora Michelle Bachelet Jeria, que interceda con sus buenos oficios para que a nuestros familiares se les respeten sus derechos humanos y entre ellos el debido proceso tras las detenciones ilegales y viciadas desde el primer día.

En Caracas a los 20 días del mes de junio de 2019, las esposas y familiares de los privados de libertad presentes en esta ciudad.

La tragedia de los balseros venezolanos

La tragedia de los balseros venezolanos

El Mar Caribe se ha convertido en la tumba de los venezolanos más pobres en su intento desesperado de huir de un país que se desintegra. La indolencia con la que el gobierno ha abordado este drama, más preocupado en negarlo e invisibilizarlo que en atenderlo, lo convierte en una verdadera tragedia.

Lo que está sucediendo en el Mar Caribe es análogo a lo que sucede en el Mar Mediterráneo , donde mueren y desaparecen miles de hijos e hijas de toda África que huyen desesperados de las dramáticas condiciones de vida de esos países azotados por el hambre, la pobreza y la guerra . El Caribe y el Mediterráneo se convierten así en la vergüenza de gobiernos y sistemas políticos y económicos, absolutamente injustos y violentos. Ésto que sucede es una bofetada a la conciencia del mundo.

La próxima visita de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la ex presidenta Michelle Bachelet , es una excelente oportunidad para que pueda constatar esta tragedia de los balseros venezolanos, que no es sino otra expresión del estado de violación permanente de los Derechos Humanos y Socioeconómicos en el país.

Esto aunado a la total inexistencia de separación de poderes y el debido proceso; la “judicialización de la política” como práctica sistemática del gobierno y la conducta intolerante y violenta de ambos grupos políticos que se disputan el poder por encima de los intereses del país.

Ojalá la Alta Comisionada, con la experiencia como Jefa de Estado, su agudeza política y profunda humanidad, pueda ver más allá del cerco que le montará el gobierno, el “maquillaje” de la realidad, los “falsos positivos” y los traslados apresurados de presos para ocultar su situación.

Te invito a leer mi artículo, El Naufragio de los Pobres

¡Con Chávez Siempre, Venceremos!

The shipwreck of the poor

The Caribbean Sea has turned into the graveyard of the poorest Venezuelans, those that try to desperately flee the tragedy going on in the Homeland. Gone are the days of the heroic people that crossed the sea, over 200 years ago, between Haiti, the Keys, Cartagena, Jamaica, Chacachacare, and the coasts of the Homeland in their fight for independence. Those days are over. Now, it is the poorest, those that have no other option than throw themselves to the Caribbean Sea to reach safe, friendly lands that allows them to live and, above all, safeguard their families and children from the disaster caused by the madurismo.

They are part of those 4 million Venezuelans that, according to the most recent joint report of the Office of the United Nations High Commissioner for Refugees (UNHCR) and the International Organization for Migration (IOM), have fled the country since the end of 2015; those that government insist on denying, even announcing that two of its most eminent representatives will go to the United Nations to “refute” the most serious and renowned organization in the world in this matter, perhaps considering that they will be able to “stir” or patotear, using the words of President Néstor Kirchner, the rest of the countries, or that they will go to an interview of VTV or Globovisión where they can say whatever they want without any sort of opposition.

The Venezuelan diaspora, a phenomenon that we have warned (“do not go”) and denounced (“the passage of the Andes”), is a sad reality that tears apart and divides families, emptying our homeland from the joy and strength of the youth; millions of sorrowful stories and deplorable situations that, in many cases, happen in silence, as part of the anonymity of the tragedy of the poor, neglected by the elites and the government.

One of those tragedies, of the most gruesome and ignored out there, is that of the Venezuelans, men, women, and children, that drown in the waters of the Caribbean Sea in their attempt to flee the country. Venezuelans, especially young people, often with their children, that drown in their attempt to cross the Caribbean Sea, mainly to Aruba, Curaçao, Trinidad and Tobago, among other destinations.

Very few of these stories are known; sometimes, the information given by a survivor or the unfortunate bodies found ashore, or even the remains of the wrecked ship that has been dragged to the beach by the water, are clear evidence of the tragedy. Some others are known as a result of the desperate search of the families: mothers, husbands, wives, all those who bid farewells or were waiting for their loved ones after a journey which they did not survive. There are many cases in which entire groups of Venezuelans have lost their lives, their bodies lost in the depths of our Caribbean Sea, graveyard of the shipwrecked dreams and lives of the poorest.

The case of the young mother Maroly Bastardo Gil, eight months pregnant, who, last August left her hometown of El Tigre and embarked with her two sons the boat “Ana María”, along with 31 other people from Güiria to Trinidad, where her husband Kennier Berra was waiting for her, a destination they never reached, probably shipwrecking in the strait “Boca de Dragón” located between both coastal lines. The captain of the boat was rescued from the sea the next day and taken to the island of Grenada but nobody knows the whereabouts of the unfortunate passengers.

Another example is the case of 32 Venezuelans, most of them women, aboard the vessel “Jhonnaly José”, also leaving from Güiria to Trinidad, which capsized on the way, as reported by the UNHCR itself from Geneva. Fishermen in the area only managed to rescue nine men, the rest of them are still missing in the Caribbean Sea.

Moreover, the cases of boats that shipwrecked on their way to Aruba and Curaçao have plunged the populations of La Vela and other towns of the Falcon state into mourning, like many other incidents of young people who board boats, braving the turbulent waters of our Sea, to reach the islands. There have been serious and sad incidents in which groups of about 20 and 32 passengers capsize and die, and even cases of young Venezuelans whose bodies are washed ashore to the beaches of the islands, their dreams drowned, their lives cut short, a disheartening testimony of this tragedy.

Of course, no government authority informs, reports or investigates what is happening with these human beings, how many are they? Why do they die? How does it happen? Why do they throw themselves to the Sea to leave the country? How to help them? The government does not do so because it has the cruel policy of denying this reality and, also, because of their indolence regarding the terrible social consequences of the crisis they themselves have created with the imposition of their economic package. What it is rather shocking is that the left, and what is left of the PSUV, remain silent.

What is happening in the Caribbean Sea resembles the situation in the Mediterranean Sea where thousands of sons and daughters of Africa die and disappear, desperate fleeing the dramatic living conditions of those countries ravaged by hunger, poverty, and war. The Caribbean and the Mediterranean have thus become the shame of the absolutely unfair and violent political and economic governments and systems. The situation is a slap in the face of the conscience of the world.

Although the government insists on denying the humanitarian and migrating crisis that is currently affecting the country, one of the most serious in the world, the United Nations system is compelled to take action so that the Venezuelan government respects the international law and acts accordingly to protect and guarantee the human rights of all citizens.

As was my tenet during my work at the United Nations, human rights are comprehensive; these comprise the economic, social, cultural, political, and legal factors of the people. Our position in the discussions held at the Security Council concerning the issue of the African migrants that desperately crossed the Mediterranean Sea was that, instead of addressing the issue from a military perspective, it was necessary to acknowledge the responsibility of nations and governments that caused the situations of instability and misery in the countries of origin, so in this way address the underlying causes or “root causes”, as they are known in the diplomatic jargon, of the diaspora.

Our position cannot be any different in this case, more so when it comes to our fellow nationals. Maduro’s government is responsible for the gruesome economic and social situation that affects our people, and, consequently, is the only one to answer about the fleeing of about 4,000,000 Venezuelans, including the fate of those that die in a journey by foot or those who disappear and drown trying to cross the Caribbean Sea.

This is a government that not only systematically violates the human rights of its citizens through repression, persecution, and imprisonment-kidnapping for political reasons, but it also violates the fundamental rights of the entire population, including those economic and social; therefore, the people are willing to take all sorts of risks and suffer every kind of deprivations and mistreatments to find outside the country what the State has failed to guarantee them.

The upcoming visit of the United Nations High Commissioner for Human Rights, former president Michelle Bachelet, constitutes an excellent opportunity for her to verify the state of permanent violation of Human Rights in the country.

This opportunity can also serve her to corroborate the continuous violation of the Rule of Law in the country carried out by maduro and the different bodies of the government, as well as by the general prosecutor’s office and the judicial power. All of this combined with the total absence of separation of powers and due process, the “judicialization of politics” as a systematic practice of government and the intolerant and violent behavior of both political groups that vie for power over the interests of the country.

I hope that the High Commissioner, with her experience as Head of State, her political acumen and profound humanity, can see beyond the walls built up by the government, the “embellishment” of reality, the “false positives”, and the hasty transfers of prisoners to hide their situation.

I hope she has the opportunity to listen and interview the families and the victims of human rights violations carried out by the government and that she is able to overcome the intolerance of the extreme right and recognize that the Chavistas that oppose maduro also have human rights. I hope she enforces the universally accepted criterion that human rights must be practiced with impartiality, non-selectivity, and without politicizing them.

I hope she is able to receive and listen to the wives of the more than one hundred kidnapped PDVSA workers and Chavista military officers, get to know the cases of former ministers Nelson Martínez, Major General Rodríguez Torres and General Raúl Baduel, as well as the cases of yet so many prisoners-kidnapped by direct orders of maduro, or anyone from his power circle, who violated their rights, mistreating them and taking them to the brink of death.

I hope the High Commissioner has the possibility to access La Tumba, the Helicoide, the SEBIN, DIGECIM, and other detention centers, and talk with those kidnapped, many of whom, such as the cases of Gladys Parada and Diagnaly Muñoz, have been there for over five years, without knowing what they are accused of, without ever having had the possibility of attending a single judicial hearing. This, in addition to the occupation, or better said, confiscation of their homes.

I hope the High Commissioner can ask the attorney general for the violation of due process, the right to defense and the presumption of innocence of the hundreds of persecuted, exiled, and imprisoned by direct instructions of maduro, or his inner circle, and their own unbridled action, in which he has used the Public Prosecutor’s Office to satisfy his own interests, grudges, revenges and persecute those who face this disastrous government.

I hope she asks the Prosecutor General about the assassination of Óscar Pérez and his companions, the death in custody of former minister Nelson Martínez, and how councilman Albán was thrown out the tenth floor of SEBIN.

I hope she can determine the state of permanent terror of the population, whose phones and emails are tapped, who live in insecurity over the peaceful enjoyment of their goods, with their reservations in work meetings and even between relatives and friends, at work, on the roads and highways of the country, as well as the dismissals and persecution of workers of the public administration that express their dissent, claims or simply refuse to support the government’s outrages.

I hope she becomes aware of the ongoing violence that reigns throughout the entire country, particularly in the working-class areas, of how people take refuge at early times in their houses, leaving the city silent and empty, for fear of insecurity. I hope that she learns about the raids and killings of FAES and other paramilitary groups in the working-class neighborhoods.

Hopefully, the High Commissioner has the chance to investigate and learn about the infrahuman conditions in which thousands of ordinary prisoners live, buried in the penitentiary hell where they die in the hands of the pranes (gangsters), masters and lords of those prisons; or burned alive, such as the case of the 70 prisoners who were scorched to dead in the prison of Puerto Cabello, for having kept the doors closed during a fire.

Certainly, the High Commissioner and her team, representatives of the United Nations, the most serious and professional institution in matters of human rights, will overcome the attacks of the intolerance and the pressure of the government, to realize that Caracas is a mirage, that the rest of the country is subject to a permanent shortage of food, medicine, jobs, electricity, transportation, gasoline; that Venezuela today is a country in ruins, ruled by injustices of all kind, a poor country out of which young people flee as they can, crossing the moorlands by foot, towards Colombia, Ecuador, Peru, even to Argentina and Chile, or crossing the jungle to get to Brazil and die in the Caribbean Sea trying to reach a place to live.

President Bachelet, High Commissioner, welcome to our battered homeland, the homeland of Bolívar, Andrés Bello, Chávez, where so many Latin Americans got refuge from the violence of dictatorships or economic horrors, where solidarity and prosperity, the good living, used to reign. Today our people need your voice, your courage. The hearts of our noble and just people are filled with hope, and thus we need to urgently stop the shipwreck of the poor of my land.

El naufragio de los pobres

El Mar Caribe se ha convertido en la tumba de los venezolanos más pobres, que tratan de salir desesperados de la tragedia de la Patria. Ya no es aquel pueblo heroico que lo surcaba hace más de doscientos años, entre Haití, Los Cayos, Cartagena, Jamaica, Chacachacare y las costas de la Patria en la lucha por su independencia. No. Ahora, son los más pobres, los que no tienen otra opción que lanzarse al mismo Mar Caribe para alcanzar una tierra segura, amiga, que les permita vivir; y, sobre todo, poner a resguardo a sus familias e hijos del desastre del madurismo.

Son parte de los 4 millones de venezolanos que , según el último reporte de la Agencia para Refugiados de las Naciones Unidas, la UNHCR y la OIM, la Organización Internacional para la Migración, han abandonado el país desde finales del 2015 y que el gobierno insiste en negar e incluso anuncia que dos de sus más conspicuos representantes irán a la ONU a “refutar” a la organización más seria y reconocida por el mundo en esta materia, pensando tal vez que podrán “patotear”, como decía el presidente Néstor Kirchner, al resto de los países, o que van a una entrevista de VTV o Globovisión, donde pueden decir lo que quieran, sin contestación.

La diáspora de venezolanos, fenómeno que hemos alertado (“no te vayas”) y denunciado (“el paso de los Andes”), es una triste realidad que desgarra y separa a las familias y que ha vaciado de la alegría, y fuerza de sus jóvenes a nuestra Patria; tiene millones de historias tristes y situaciones lamentables que, muchas veces, ocurren en silencio, en el anonimato de la tragedia del pobre, que no le importa ni a las élites, ni al gobierno.

Una de estas tragedias, de las más crueles y más invisibilizadas o desconocidas, es la de los venezolanos, hombres, mujeres y niños, que mueren ahogados en aguas del Mar Caribe, tratando de salir del país. Venezolanos, sobre todo jóvenes, muchas veces con sus hijos, que mueren ahogados en el intento de cruzar el Caribe, principalmente, hacia Aruba, Curazao, Trinidad y Tobago, entre otros destinos.

Pocas de estas historias se conocen, a veces la información de algún sobreviviente o la aparición de cuerpos de infortunados, o restos de la embarcación que naufragó y que son arrastrados por la corriente hacia alguna playa, evidencian la tragedia. Otras, se conoce de algún caso por la búsqueda desesperada de los familiares, madres, esposos, esposas, que despidieron o esperaban a los suyos de una travesía de la cual no sobrevivieron. Existen muchos casos de grupos enteros de venezolanos, cuyos cuerpos se pierden en las profundidades de nuestro Mar Caribe, donde están naufragando los sueños y las vidas de los más pobres.

El caso de la joven madre Maroly Bastardo Gil, embarazada de ocho meses, quien, el pasado mes de agosto, salió de  El Tigre y se embarcó, junto a sus dos hijos en el peñero “Ana María”, junto a otras 31 personas, saliendo desde Güiria con destino a Trinidad, donde la esperaba su esposo Kennier Berra y a donde nunca llegaron, presumiendo su naufragio en el estrecho “Boca de Dragón” entre ambas líneas costeras. Quien fuera el piloto de la embarcación fue rescatado del mar al día siguiente, y trasladado a la isla de Granada. De los infortunados pasajeros, no se sabe nada.

El caso de 32 venezolanos, la mayoría mujeres, que salieron en el peñero “Jhonnaly José”, también desde Güiria hacia Trinidad, naufragando en el trayecto, como lo reporta la misma ACNUR desde Ginebra. Los pescadores solo lograron rescatar 9 hombres, el resto, se encuentran desaparecidos en el Mar Caribe.

Los casos de naufragios de peñeros hacia Aruba y Curazao, ha enlutado a las poblaciones de La Vela y otros pueblos del estado Falcón. Sucesivos incidentes de jóvenes que se lanzan en peñeros a las turbulentas aguas de  nuestro mar, tratando de llegar a las Islas. Se han producido graves y tristes incidentes donde naufragan y mueren grupos de 32 y 20 pasajeros por embarcación, o de cuerpos de jóvenes venezolanos que aparecen en las playas de las islas, ahogados sus sueños y truncado su futuro, como triste testimonio de esta tragedia.

Por supuesto que ninguna autoridad del gobierno informa, reporta o investiga qué está pasando con estos seres humanos, ¿cuántos son?, ¿por qué mueren?, ¿cómo sucede?, ¿por qué se lanzan al mar para salir del país?, ¿cómo ayudarlos? El gobierno no lo hace porque tiene la política cruel de negar también esta realidad; y, además, por la indolencia con respecto a las terribles consecuencias sociales de la crisis que ellos mismos han generado con la imposición de su paquetazo económico. Lo increíble es que la izquierda y lo que queda de PSUV guardan silencio.

Lo que está sucediendo en el Mar Caribe es análogo a lo que sucede en el Mar Mediterráneo, donde mueren y desaparecen miles de hijos e hijas de toda África que huyen desesperados de las dramáticas condiciones de vida de esos países azotados por el hambre, la pobreza y la guerra.  El Caribe y el Mediterráneo se convierten así en la vergüenza de gobiernos y sistemas políticos y económicos, absolutamente injustos y violentos. Ésto que sucede es una bofetada a la conciencia del mundo.

Aunque el gobierno insista en negar la crisis migratoria y humanitaria que afecta al país, una de las más graves del mundo, el sistema de las Naciones Unidas está obligado a actuar para que el gobierno venezolano respete el Derecho Internacional y actúe para proteger y garantizar los Derechos Humanos de todos sus ciudadanos.

Como fue nuestra doctrina, durante nuestro desempeño en las Naciones Unidas, los Derechos Humanos son integrales: incluyen los factores económicos, sociales, culturales, políticos y jurídicos de las personas. Nuestra posición durante las discusiones en el Consejo de Seguridad, cuando se abordaba el tema de los migrantes africanos que cruzaban desesperados el Mediterráneo era que, en vez de abordar el problema desde una perspectiva militar, debía reconocerse la responsabilidad que han tenido las naciones y gobiernos causantes de las situaciones de inestabilidad y miseria en los países de origen, para atender las causas de base, “raigales” en el argot diplomático, de la diáspora.

Nuestra postura no puede ser distinta en este caso, más aún cuando se trata de nuestros nacionales. El gobierno de maduro es responsable de la terrible situación económica y social que aqueja a nuestro pueblo; y, en consecuencia, es el único que ha de responder por la salida del país de cerca de 4.000.000 millones de venezolanos, incluyendo la suerte de los que mueren en trayecto a pie, y los que desaparecen o se ahogan tratando de cruzar el Mar Caribe.

Éste es un gobierno que no solo viola sistemáticamente los Derechos Humanos de sus ciudadanos a través de la represión, la persecución y el encarcelamiento-secuestro por razones políticas, sino que viola los Derechos Fundamentales de toda la población, incluyendo los económicos y sociales, razón por la cual están dispuestos a correr todos los riesgos y sufrir todas las privaciones y maltratos para obtener fuera del país, lo que el Estado no es capaz de garantizarles.  

La próxima visita de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la ex presidenta Michelle Bachelet, es una excelente oportunidad para que pueda constatar el estado de violación permanente de los Derechos Humanos en el país.

Lo es igualmente, para que pueda corroborar la violación continua del Estado de Derecho en el país practicado por maduro y los distintos órganos del gobierno, así como por la fiscalía general y el poder judicial. Todo aunado a la total inexistencia de separación de poderes y el debido proceso; la “judicialización de la política” como práctica sistemática del gobierno y la conducta intolerante y violenta de ambos grupos políticos que se disputan el poder por encima de los intereses del país.

Ojalá la Alta Comisionada, con la experiencia como Jefa de Estado, su agudeza política y profunda humanidad, pueda ver más allá del cerco que le montará el gobierno, el “maquillaje” de la realidad, los “falsos positivos” y los traslados apresurados de presos para ocultar su situación.

Ojalá tenga la posibilidad de escuchar y entrevistar a los familiares y víctimas de la violación de los Derechos Humanos por parte del Gobierno; pueda sobreponerse a la intolerancia de la extrema derecha y reconocer que los Chavistas que nos oponemos a maduro, tenemos también Derechos Humanos. Que haga valer el criterio universalmente aceptado de que los Derechos Humanos deben practicarse con imparcialidad, no selectividad y sin politización de los mismos.

Ojalá que pueda recibir y escuchar a las esposas de los más de cien trabajadores de PDVSA y de los oficiales militares Chavistas secuestrados; conocer los casos de los ex ministros Nelson Martínez, Mayor General  Rodríguez Torres y General Raúl Baduel, así como los casos de tantos presos-secuestrados por órdenes directas de maduro, y cualquiera de su círculo de poder, a los cuales se les han violado todos sus derechos, se les maltrata y se llevan al borde de la muerte.

Ojalá la Alta Comisionada pudiese acceder a “La Tumba”, el “Helicoide”, el Sebin, Digecim y otros centros de detención, y hablar con los secuestrados, muchos de ellos, como los casos de Gladys Parada y Diagnaly Muñoz,  que llevan allí más de cinco años, sin saber siquiera de qué se les acusa, sin haber tenido nunca posibilidad de asistir siquiera a una sola audiencia judicial. Ésto aunado a la ocupación o mejor, confiscación de sus respectivas viviendas.

Ojalá la Alta Comisionada pueda preguntar al fiscal general por la violación al debido proceso, el derecho a la defensa y la presunción de inocencia de los cientos de perseguidos, exiliados y encarcelados por instrucciones directas de maduro, o su círculo íntimo, y por su propia acción desenfrenada, donde ha utilizado al Ministerio Público para satisfacer sus propios intereses, rencores, “pases de factura” y perseguir a los que le hacemos frente a este desastre de gobierno.

Ojalá le pregunte al fiscal general sobre el asesinato de Óscar Pérez y sus acompañantes, la muerte en custodia del ex ministro Nelson Martínez y cómo fue que lanzaron del décimo piso del Sebin al concejal Albán.

Que pueda determinar el estado de terror permanente de la población, con sus teléfonos y correos electrónicos intervenidos, con inseguridad sobre el goce pacífico de sus bienes, la reserva en sus reuniones de trabajo e incluso entre amigos y familiares, en sus puestos de trabajo, en las carreteras y vías del país. Los despidos y persecución a los trabajadores y empleados de la administración pública que expresen sus reclamos, disconformidad o sencillamente no estén dispuestos a secundar los desafueros del gobierno.

Que se de cuenta de la violencia que reina en todo el país, en especial en las zonas populares, de cómo las personas se guardan muy temprano en su casa, dejando silente a la ciudad, por miedo a la inseguridad. Que sepa de las razias y asesinatos del FAES y otros grupos paramilitares en las barriadas populares.

Ojalá la Alta Comisionada, también pueda indagar y conocer de la situación infrahumana en la que están miles de presos comunes, sepultados en el infierno penitenciario donde mueren bajo la acción de los “pranes”, amos y señores de esos penales; o quemados vivos, como el caso de los 70 presos calcinados en la cárcel de Puerto Cabello, por haberles mantenido cerradas las puertas durante un incendio.

Seguramente la Alta Comisionada y su equipo, representantes de la ONU, la institución más seria y profesional en materia de Derechos Humanos, se sobrepondrá a los ataques de la intolerancia y la presión del gobierno, para darse cuenta de que Caracas es un espejismo, que el resto del país está sometido a una escasez permanente de comida, medicinas, trabajo, electricidad, transporte, gasolina. Que Venezuela hoy es un país en ruinas, regido por injusticias de todo tipo, pobre, del que sus jóvenes huyen como pueden, cruzan los páramos a pie, hacia Colombia, Ecuador, Perú; han llegado hasta Argentina y Chile; atraviesan la selva para llegar al Brasil y mueren en el Mar Caribe para tratar de alcanzar un sitio donde vivir.

Presidenta Bachelet, Alta Comisionada, bienvenida a nuestra maltrecha patria, la Patria de Bolívar, de Andrés Bello, de Chávez, donde tantos latinoamericanos consiguieron refugio de la violencia de las dictaduras o del horror económico, donde antes reinaba la solidaridad y prosperidad, el Buen Vivir. Hoy nuestro pueblo necesita de su voz, su valor. Hay mucha esperanza en el corazón de un pueblo noble y justo, hay que detener urgentemente el naufragio de los pobres de mi tierra.