Este 10 de enero se consumará un acto más en el camino de la deslegitimación de nuestro sistema político, y la entrega de las riquezas fundamentales de nuestro país.
Luego de estos seis años de retroceso sin precedentes, la Patria está exhausta, debilitada, desmoralizada, desmovilizada. Sus fuerzas morales callan, el miedo es la norma, las otrora fuerzas progresistas se escabullen, esbozan una mueca de sonrisa y aplauden, desde su pequeña parcela de confort, cualquier astucia de su nuevo «jefe».
Como están las cosas y después de la devastación de este período de gobierno infame, al ciudadano de a pie poco le importa la política en el país, como se reflejó claramente en los altísimos niveles de abstención de la última parodia electoral.
Nuestro pueblo volvió, derrotado y decepcionado, a sus «ghettos», a sobrevivir en sus barrios, en los campos abandonados, en la selva violentada, cruzan Los Andes desterrados por el hambre y la violencia. Vuelve al silencio que impone la nueva oligarquía al mando en el país.
Atrás, muy atrás, quedó sepultado el sueño de la posibilidad de una revolución bolivariana, chavista, que fuese capaz de transformar el destino de nuestra atribulada patria.
De este período, el madurismo solo puede mostrar algo concreto: cual Herodes, ha liquidado el proceso bolivariano y retrogradado el país a niveles de pobreza, exclusión, desigualdad y dependencia impensables hace tan solo seis años, los peores de nuestra historia republicana.
Decía el profesor Giordani en su último escrito, que hemos retrocedido a niveles de 1830. Le creo, y es un elemento más por los que tendrá que responder la dirección de este gobierno, ante el tribunal del pueblo y de la historia.
En el camino han quedado, sacrificados en el altar de la nueva élite que se erige como dueña del país, la propia Constitución de 1999, sus conceptos de Democracia Participativa y Protagónica; la Plena Soberanía Petrolera, los Artículos 302 y 303 que la consagran; los objetivos históricos del Plan de la Patria; los objetivos de justicia social; desarrollo social, político y económico del país; las Misiones Sociales; la defensa de nuestra soberanía económica, territorial, jurisdiccional; en fin, ha quedado en el camino el sueño y el futuro de todo un pueblo.
Las caras de Judas son varias, la traición tiene diversos rostros, de los que han ejercido el poder o incidido en la acción del gobierno. Los que han actuado directamente, saben lo que hacen, han actuado con alevosía, con saña, con hambre vieja, con rencores y complejos. Han desmantelado, de la manera más brutal y artera, todo el legado que nos dejara el Comandante Chávez, el proyecto que movilizó y emocionó a todo el país.
Se aprovecharon de la tragedia de su muerte para , utilizando su nombre, usurparon el poder originario del pueblo y descargaron contra nuestro país lo peor de sí mismos: la ética del pranato se ha impuesto como conducta política y con ella, el atropello, la violación de los derechos humanos, de los derechos fundamentales del ciudadano, la pérdida del Estado de Derecho y de cualquier atisbo de decencia y escrúpulos, en el manejo de los asuntos del Estado.
En lo personal, ya no me importa cómo catalogar a este gobierno, ni tratar de seguir convenciendo a los insensatos que apoyan o excusan este estado de cosas. Ellos, tal como Mephisto, tendrán que salir de su propio infierno, donde están condenados por haber abdicado en su responsabilidad de defender los intereses del pueblo por encima de cualquier cosa.
Suficientes elementos existen para demostrar que Maduro es el responsable de este desastre. La realidad es apabullante, solo alguien que haya perdido los escrúpulos puede seguir diciendo al pueblo que esta situación es producto de una «guerra económica» y pedirle que siga aguantando, mientras es evidente que y que imponen el paquetazo más antipopular y antinacional de nuestra historia.
El madurismo cuenta con un coro de aduladores, oportunistas y personajes de lo más bajo de la política: un aparato proto fascista, con la estructura mental del pranato, que se encarga de perseguir, señalar, atacar, desprestigiar y hasta cambiar la historia y los hechos, con tal de extinguir, apagar, perseguir cualquier posición de cuestionamiento al desastre actual; sobre todo, si el mismo proviene o se hace desde el campo bolivariano. Esto y el uso de la violencia y la persecución es lo único que explica el silencio de tantos patriotas honestos, que estan entrampados en este mar de contradicciones.
El madurismo cuenta con el silencio y complacencia de intelectuales, periodistas, otrora voces combativas, defensores valientes de los derechos humanos, de fina pluma que hablaban de revolución y socialismo, y hoy callan con una indiferencia que espanta y que le hace un daño tremendo a los ideales que alguna vez defendieron, al pueblo que está aturdido y busca orientación en sus referentes de siempre.
Nuestro pueblo no puede seguir condenado a la tragedia de Sísifo, sólo porque los dirigentes no están a la altura de su nobleza, de su historia heroica.
Por eso le hablo al pueblo, a todos los ciudadanos, al que apoyó a Chávez y al que apoyó a la oposición, al humilde, trabajador, profesional, estudiante, ama de casa, campesino, soldado, ex combatiente guerrillero, Misionero, al de la Comuna, al de la Asociación de Vecinos, al profesor, maestro, jubilado, productor del campo, industrial, funcionario de la Administración Pública, le hablo a esos millones de muchachos que no encuentran explicación al estado de calamidad que se vive en el país, a la situación deplorable en la que se encuentra la Patria, a los que han tenido que abandonar a sus seres queridos, los que han perdido algún familiar o amigo en medio de la violencia social, la violencia política o por no conseguir el medicamento a tiempo. Te hablo a ti.
La clase política, la nueva y la vieja, la que ha pactado o no, carece de credibilidad, ha perdido toda capacidad de movilizar a sus bases sociales y políticas. No hay argumentos, no hay diferencias sustanciales. Todos estamos cansados de su corta visión política, que no va más allá de sus propios intereses personales o grupales.
Existe en el país un grave problema de liderazgo y credibilidad. El país está exhausto, harto de tanta vagabundería, trampa, incapacidad, de los pactos y componendas. La clase política solo promueve el odio, la intolerancia, es más de lo mismo. Es la cloaca de la política y el fascismo, la que se ha instalado como forma de actuación política en el país.
Se ha impuesto el escenario de la aniquilación del contrario, solo que es una disputa entre factores o, más bien, facciones del mismo capitalismo atrasado, dependiente, expropiador del trabajo y de las riquezas de la Patria.
Unos pujan por seguir con este desastre, en un nuevo pacto con factores de la oposición tradicional, en cuanto que, los más violentos, no aceptan pacto con la élite del madurismo, sino que propugnan una intervención extranjera.
Ambos grupos en pugna, saben que únicamente los Chavistas-Chavistas, los Chavistas-Bolivarianos, seremos capaces de rescatar a nuestro país de este abismo, que somos los que tenemos la posibilidad y fuerza moral para reunificar a nuestro pueblo y conducirlo para pasar esta tormenta.
Por eso nos persiguen, nos exilian, nos encarcelan, es algo en lo que se han puesto todos de acuerdo: extirpar al Chavismo del ideario popular, por eso la saña con la que han actuado en contra nuestra, en contra de los trabajadores de PDVSA, de los militares Patriotas, en contra de los programas, Misiones e instituciones creadas durante el gobierno Revolucionario del Presidente Chávez.
Nuestra Patria está exhausta, no puede más. Nos encontramos en un momento de debilidad tan peligroso que podemos estar al borde de una guerra, bien sea por una agresión externa o por una confrontación militar con Colombia, provocada por el gobierno en busca de una válvula de escape-muerte a la crisis creada por ellos mismos.
Pero la debilidad de la Patria, su colapso institucional, político, económico y militar, también nos hace presa fácil de los intereses transnacionales, sean del país que sea. No hay transnacionales ni imperialismos buenos o malos.
Ellos siempre tendrán el interés de expropiarnos nuestras riquezas, nuestros recursos naturales. No les importa nuestro desarrollo, más que no sea el de un modelo dependiente, periférico, que facilite su trabajo de expropiación de nuestras riquezas.
De ésto ya tuvimos más de setenta años de experiencia transnacional cuando saquearon nuestro petróleo durante todo el siglo XX y nos dejaron instalado el modelo rentista petrolero, con una economía atrofiada y la inmensa pobreza y exclusión de nuestro pueblo.
Lo he advertido con los medios de los que dispongo, mi conocimiento, palabra y escritos. Están entregando al país, están entregando nuestra riqueza fundamental: el petróleo y el gas, las únicas que podrán sacarnos de esta crisis.
Han tratado de descalificar mis advertencias, mis alertas. Me han acusado, ofendido, vilipendiado, me persiguen. Han tratado de sepultar mi palabra en una andanada de mentiras, sin éxito. A pesar de este linchamiento, tengo mi moral y mis fuerzas intactas, no les temo ¡prepárense los enemigos de la patria, que no me callarán!
Todas las mañanas me levanto, muy temprano, lavo mi rostro, veo mis cicatrices de batalla, reviso mi alma, organizo mis pensamientos, sonrío, me mueve mi compromiso con el país, con el pueblo, con mis principios, estoy vivo para cumplir con mi deber: continuar luchando.
He ocupado las más altas responsabilidades en la conducción del Estado Venezolano, en el Gobierno del Presidente Chávez, de su política petrolera, he participado de tantas batallas junto al pueblo, los trabajadores, con un equipo de patriotas, hombres y mujeres comprometidos en la conquista de nuestra Plena Soberanía Petrolera, para derrotar la exclusión social, la injusticia, para defender los intereses de la Patria y nuestras conquistas políticas, económicas y sociales, que no podemos rendirnos.
Conozco tanto al país y sus fuerzas activas, transformadoras, tenemos un equipo con ideas claras de cómo salir de este desastre, qué hacer, cómo hacerlo, con quién hacerlo, un equipo de experiencia en la conducción exitosa del sector petrolero, el factor clave en la recuperación del país, que no podemos cansarnos, nadie puede rendirse.
En comunicación permanente con el país, recibo cientos de mensajes por todas las vías, reviso los medios especializados y constato con indignación que todo lo que he advertido se ha venido cumpliendo. Entre la indolencia y el caos creado por el madurismo, entregan la Patria y nuestra posibilidad de recuperarla. Entregan el futuro.
Hoy nuestra soberanía está siendo violada de hecho por las transnacionales petroleras que operan a sus anchas en las aguas territoriales del Esequibo en disputa con Guyana.
Entregaron el Gas de la Patria que recuperamos para nuestro país, que logramos explorar, perforar, probar sus inmensos volúmenes, hicimos grandes inversiones y construimos cientos de kilómetros de tuberías y costosas infraestructuras marinas. Ahora se entregó a las transnacionales. No habrá gas para el país.
Entregaron el manejo de todo el gas del Oriente del país a las transnacionales. Entregan nuestra infraestructura de procesamiento, manejo y despacho de petróleo. Maduro invita a las transnacionales a que «vengan a salvar el país». Se llevaron presos a los muchachos de PDVSA en oriente, para que ahora vengan las transnacionales.
Advertí que entregaban la Faja Petrolífera del Orinoco. Ello ha sucedido sin que nadie diga o haga algo. Para ello utilizaron la Sentencia 153 del TSJ y a la ANC. El petróleo que tanto sacrificio nos costó recuperar, años de juicios internacionales con la Exxon Mobil y con la Conoco Phillips, juicios que ganamos después de años de trabajo. Entregaron las «joyas de la corona» a las transnacionales petroleras Chinas y Rusas. Nada de ésto era necesario, sólo conveniente para sus propios y mezquinos intereses.
Advertí que el Decreto 3.368 era ilegal y sería utilizado para violentar la Ley Orgánica de Hidrocarburos. Han entregado los mejores campos petroleros, otrora operados por PDVSA, a contratistas privados de «servicios petroleros». Son las empresas del madurismo, de los mismos que les manejan todos los negocios a la nueva élite. Se han firmado, que se sepa, al menos 14 «contratos de servicios», en una mala copia de la apertura petrolera.
Ahora nos sorprendemos con otra noticia más, la de una agencia de prensa internacional que publica la nota de prensa de una nueva empresa: «EREPLA Services», nueva socia de PDVSA, empresa desconocida a la que Quevedo le ha entregado, de forma privada, nada más y nada menos que por 25 años, renovables por 15 años más, los campos Rosa Mediano y Tía Juana, que eran operados directamente por PDVSA.
Esta nueva empresa, creada únicamente para este «negocio», registrada en Delaware, EEUU, de capital nigeriano y norteamericano, donde entre sus socios está Sargeant Marine, empresa transnacional que tenía el monopolio del manejo de nuestro asfalto con la vieja PDVSA, habla con toda la autoridad del que lo han hecho sentir jefe o dueño del país.
El acuerdo otorga a EREPLA Service «la administración diaria de la producción, comercialización y explotación del petróleo producido bajo este acuerdo»… PDVSA mantiene el control sobre el «Plan» de la transnacional y «supervisa» a la misma. Qué eufemismo!
Según el despacho de prensa, «EREPLA Service» no sólo se atreve a calificar los contratos petroleros del período Chavista, léase de nuestra Plena Soberanía Petrolera, como un modelo «corrupto» (lo cual no hace sino repetir el discurso de maduro), sino que indica que la sociedad cumple con las leyes norteamericanas y solicitará la autorización a las agencias de ese país para su contrato (obsérvese que no solicita la autorización de ninguna autoridad del Estado venezolano).
Por otra parte, asegura que dichos contratos están hechos «de acuerdo a los estándares de los contratos norteamericanos de petróleo» (pareciera que el gobierno renunció completamente a su soberanía), indican que las regalías del 33.33% serán canceladas por PDVSA y que sus operaciones están exentas de cumplir con las leyes laborales y de contenido nacional venezolano. Es decir, que ni siquiera pagarán las regalías, que es lo mínimo que se les exige en su propio país.
Otro contrato suscrito por Quevedo con otra empresa del mismo grupo, llamada «EREPLA Trading», garantiza que ellos comercializarán la producción de petróleo (en clara violación de la Ley Orgánica de Hidrocarburos que establece que solo PDVSA puede vender nuestro petróleo) por 25 años, nuevamente prorrogables por 15 años más, y que, además, ellos garantizan el manejo de los ingresos de esa venta de «manera transparente», sin injerencias del Estado venezolano, cumpliendo con los términos de las sanciones impuestas al país.
La nefasta Apertura Petrolera quedó en pañales, ésta es la peor entrega en la historia petrolera de nuestro país, Maduro y Quevedo tendrán que rendir cuentas por entregar activos de todos los venezolanos y ceder nuestra soberanía sobre el manejo de nuestro petróleo, en violación de nuestra Ley Orgánica de Hidrocarburos y de la Constitución en sus artículos 302 y 303. ¿Qué dirá ahora la ANC, tan sensible a lo que se denuncie de Quevedo?
Del madurismo se puede esperar cualquier cosa, pero sinceramente, no entiendo cómo, un oficial de nuestra Fuerza Armada Bolivariana puede incurrir en tal acto de violación a nuestra soberanía y nuestras leyes, de traición a la Patria. Ésto habla por sí mismo, de la descomposición de nuestra institución, antes baluarte del pensamiento bolivariano.
Pero es bueno que sepan todos los que están comprometiendo la Patria y los que se aprovechan de estas «gangas» del madurismo, que éstos son contratos NULOS DE TODA NULIDAD, están VICIADOS DE NULIDAD ABSOLUTA, por lo que, ningún tribunal nacional o extranjero podrá nunca considerar que produzcan efecto alguno.
Un acto, un contrato nulo no es convalidable, no es corregible, no es solucionable. No tendrá nunca efectos ni hacia el pasado, ni hacia el futuro. Así lo establece no solo nuestra Constitución, sino el Derecho todo, el de cualquier país, también el de esas empresas. Además cuando tengamos un gobierno decente, estos contratos se cancelarán y se resarcirán los daños causados a la Patria.
En mi artículo la gallina degollada, hacía referencia a un hecho que hoy está claro: para derogar nuestra política de Plena Soberanía Petrolera y entregar el petróleo, maduro necesitaba destruir a PDVSA, extirpar de su seno el pensamiento Chavista, los dirigentes petroleros y cualquier vestigio de nuestra política revolucionaria en el manejo soberano de nuestros recursos.
Cayó PDVSA y la política petrolera del Comandante Chávez sin que nadie hiciese nada por defenderla. He allí la razón de la debacle económica del país. No me vengan ahora con la pendejada de la «guerra económica».
Por eso es que a maduro no le importa tener secuestrados a más de cien gerentes y trabajadores petroleros, ni le importa que se mueran, porque cuando ellos o los que estamos exiliados, podamos hablar al país, se podrá saber la verdad del crimen y la entrega de Maduro.
Se persigue y encarcela a los trabajadores de PDVSA, secuestrados políticos, acusados de cualquier cosa que se le ocurra al fiscal, con el propósito deliberado de descabezar a los cuadros técnico-políticos que condujimos la empresa durante el gobierno del Presidente Chávez.
Los trabajadores petroleros secuestrados y encerrados en prisiones militares y para presos comunes, son maltratados, vejados y vilipendiados. El fallecimiento de Nelson Martínez, estando en cautiverio, es exclusiva responsabilidad de las altas autoridades del gobierno, como lo denunciaron sus propios familiares.
Pero es que a Maduro no le importa que los muchachos mueran en la cárcel, ni que tengan un juicio, porque el día que ellos puedan hablar, le dirán a todo el país, cómo destruyó PDVSA, qué cosas les obligaron a hacer, para favorecer a sus grupos de poder, a sus grupos económicos.
Ésto entre muchas más cosas que Maduro no quiere, no le interesa, que salgan a la luz pública. La supuesta lucha de Maduro y su fiscal pantallero contra la «corrupción», es una farsa, un Falso Positivo que solo creen los sectores interesados en tomar PDVSA y sus medios de comunicación. La descalificación y el linchamiento moral contra los trabajadores petroleros ha sido una manera cruel, la única que podían utilizar para descabezar a PDVSA, la otrora «Roja Rojita» y ahora entregarla a sus socios privados. PDVSA, la empresa que alguna vez fue del pueblo, está siendo rematada.
Este contrato firmado en secreto con «EREPLA Services» y «EREPLA Trading», no es más que la punta del iceberg de lo que está sucediendo con nuestra política Petrolera y nuestra empresa nacional PDVSA. La destrucción de PDVSA es responsabilidad directa de Maduro, el problema de PDVSA está en Miraflores porque lo que siempre ha estado en disputa en el país es la «cuestión petrolera»
Existen mil razones sagradas para luchar contra este gobierno infame. Hoy el madurismo ríe y «no pierde ninguna oportunidad» de aprovecharse del poder que han usurpado al Pueblo. Pero resulta que no es más que una mueca, un accidente, el peor gobierno de nuestra historia, una desgracia para el país, que sabremos superar.
Este gobierno, que pretende perpetuarse en el poder, no solo debe renunciar, sino que deberá rendir cuentas por el terrible daño que ha provocado, algunos irreversibles, al pueblo, al patrimonio e integridad de la Patria.
Solo el Pueblo salva al Pueblo, el 10 debe ser el inicio de la unidad de los patriotas, en la calle y con una movilización cívico-militar para frenar la entrega y la destrucción del país. ¡Venceremos!