fbpx
Sample Page

Guyana

El anuncio de «Exxon Mobil» sobre el descubrimiento de grandes cantidades de petróleo «costa afuera» en el Atlántico y el inicio de su producción para el año 2020 en el Bloque «Stabroek», no tendría ningún inconveniente para el país, si no fuera por el pequeño detalle que, estos hallazgos se han hecho justamente frente al territorio Esequibo, es decir, en nuestra zona de disputa territorial con Guyana, en territorio que reclamamos como parte de nuestro país.

Así, la transnacional norteamericana anuncia desde Irving-Texas, que «tras los trabajos acelerados a partir de 2015 y luego de recibir las respectivas autorizaciones por parte de Guyana en 2017, se iniciará la producción en el año 2020, que podría llegar hasta 500 mil barriles días de petróleo», petróleo que podría ser venezolano.

¿Cómo ha pasado ésto? ¿Cómo un hecho tan grave pasa inadvertido en la opinión pública, para el estamento político, para las fuerzas patriotas? ¿Por qué los organismos e instituciones con competencia en la materia guardan silencio, y ni siquiera se toma acción en el ámbito diplomático o cualquier otro, en resguardo de nuestra soberanía?

Para desmarcarnos de inmediato de las posiciones nacionalistas de extrema derecha que se han apropiado del tema cuando éste se discute en el país, y para salvar la amistad que nos une al pueblo de Guyana, habría que decir, que se trata de una operación de extracción por parte de un tercero, de recursos naturales que se encuentran en un área en disputa entre dos países soberanos y amigos, pero, donde la transnacional mas emblemática del sector petrolero, ha logrado posicionarse políticamente en Guyana y se llevará, por cierto, con un pago irrisorio, importantes cantidades de petróleo del territorio.

Para todos está claro que la razón y el Derecho nos asiste, nuestra reclamación está bien fundamentada, hemos sido víctimas de un despojo territorial heredado de la actuación del Reino Unido como potencia colonialista; hemos optado, correctamente, por un proceso de negociación política entre las partes en el marco del Acuerdo de Ginebra, bajo la figura de los buenos oficios del Secretario General de las Naciones Unidas. Ésta ha sido una posición consistente de todos los gobiernos venezolanos.

Por otra parte, ya con una visión Bolivariana, la política de acercamiento con Guyana, su incorporación a Petrocaribe y el relacionamiento del Presidente Chávez con las fuerzas progresistas de ese país, encabezadas por el Presidente Jagdeo, allanaba el camino para una solución amistosa entre las partes, que incluso permitiera la explotación conjunta de los recursos naturales para beneficio de ambos pueblos.

Se desecha de esta manera, la visión de la derecha y las élites de la oligarquía venezolana tan propensas a la violencia cuando se trata de relacionarse con países pequeños, como los de nuestra fachada caribeña. Durante el período Bolivariano quedó desechada cualquier hipótesis de confrontación o agresión hacia Guyana, lo cual es la posición correcta.

Esta orientación, junto a una visión geopolítica integral de acercamiento al Caribe a través de nuestras iniciativas políticas, económicas y diplomáticas, fortalecieron nuestra posición estratégica en un área de influencia vital para nuestro país. Ésta, sigue siendo de mucha importancia, y ha contribuido enormemente a contrarrestar la injerencia y agresiones externas, sobre todo, en el ámbito de la OEA y en el de las Naciones Unidas. Tal era la orientación de nuestra política exterior, conducida por el Presidente Chávez.

Sin embargo, el problema estaba allí, y las transnacionales también. Ya en el año 2001 desde el Ministerio de Energía y Minas, junto a nuestro siempre recordado amigo Bernardo Álvarez, Viceministro de Hidrocarburos de entonces, impulsamos una reclamación ante la «Exxon Mobil», pues la misma ya aspiraba a explorar en unas áreas que Guyana había otorgado en 1999, en aguas del Esequibo.

Tuvimos éxito y logramos ganar un poco de tiempo. Desde el Ministerio de Petróleo, ya siendo Ministro de Petróleo, y a pesar de los fuertes problemas a los que tuvimos que hacer frente, prestamos mucha atención al tema fronterizo, sobre todo, en nuestro mar territorial, a sabiendas que el desarrollo de nuestros recursos naturales, del petróleo y del gas, era una reafirmación de nuestra soberanía sobre el territorio.

En el gobierno del Presidente Chávez, nuestro trabajo era intenso, y los problemas muy complejos, sin embargo, nunca desatendimos nuestras tareas estratégicas, por lo que, a la par de la derrota del sabotaje petrolero, la recuperación de PDVSA y la creación de la Nueva PDVSA, la batalla por la estabilidad y consolidación del gobierno bolivariano, su economía, el despliegue de la política de la Plena Soberanía Petrolera y tantas y disímiles tareas que cumplimos para el Estado, nunca abandonamos, ni postergamos, nuestro despliegue en el territorio nacional en identificar, preservar y explotar de manera racional nuestras riquezas, nuestro recurso natural.

Por eso menciono que ganamos tiempo con el tema de Guyana, un tiempo que aprovechamos, no sólo para fortalecer a nuestro sector, sino para desplegarnos por primera vez en cien años de producción petrolera, en nuestro mar territorial.

Lo primero que hicimos fue extendernos en nuestra fachada Atlántica. Avanzamos en el proceso de selección de socios para el desarrollo de los bloques de gas en la Plataforma Deltana. La idea era posicionarnos en el territorio, tener actividad, presencia y despliegue del Estado. Luego iniciamos, con base en los resultados de este proceso de selección de empresas, desde el Ministerio, el primer «proceso de unificación de yacimientos» con Trinidad y Tobago, en una clara reafirmación de nuestra soberanía.

Fue el primer y único Acuerdo de este tipo en el hemisferio occidental, un proceso conducido por nuestros equipos legales y técnicos desde el Viceministerio de Hidrocarburos. Nos tomó cerca de diez años, pero finalmente logramos determinar que el 70% del yacimiento de gas «Lorean-Manati» compartido con Trinidad, era propiedad de Venezuela; y, con base en esta determinación, acordamos la forma de explotación de acuerdo con los intereses de cada país. Este trabajo nos permitió reafirmar nuestra soberanía a lo largo de la frontera con Trinidad y Tobago; y, por ende, desechar cualquier pretensión de bloquear nuestra salida al Atlántico.

Cuando la «Conoco-Phillips» abandonó el proyecto «Corocoro», allá en el Golfo de Paria, se fueron y se llevaron toda la información relativa al proyecto. La Plataforma, cuya construcción en Venezuela la impusimos a través de la política impulsada desde el Ministerio de Petróleo de «contenido nacional», la dejaron a medio hacer en los talleres de Vicoha, en Puerto Ordaz. Era la reacción de la transnacional norteamericana al ejercicio de nuestra soberanía durante el despliegue de la Plena Soberanía Petrolera; no quisieron adaptarse a nuestras leyes y decisiones.

Comprendimos el reto político y la ubicación estratégica del proyecto, por lo que con la inestimable contribución de la empresa Vicoha y su personal de ingeniería, decidimos seguir adelante con la plataforma, y luego la bautizamos como la Plataforma 4 de febrero, iniciando sus operaciones y reafirmando nuestra fuerza y determinación a alcanzar nuestros objetivos estratégicos. Vaya mi saludo a todos los trabajadores de PDVSA que operan costa afuera.

Luego avanzamos en las actividades de perforación al norte de Carúpano, en el desarrollo del proyecto Antonio José de Sucre, el antiguo «Cristóbal Colón», que estaba plagado de acuerdos lesivos al interés nacional. Del lado de Trinidad, a escaso un kilómetro de nuestra frontera marítima, se observan a simple vista las plataformas de extracción de gas de la «British Gas», transnacional inglesa que maneja casi toda la producción de gas del hermano país caribeño; teníamos que asegurarnos que no estuviesen «drenando» nuestro gas. Para despejar dudas y reafirmar nuestra soberanía, comenzamos a perforar en el extremo norte de nuestra frontera con Trinidad. Nos desplegamos con mucha dificultad, no sólo porque sería la primera vez en cien años que nuestra industria petrolera operaba «costa afuera», sino también por las dificultades derivadas del abandono en que se encontraba nuestro querido Estado Sucre, cuna de nuestro Mariscal de Ayacucho.

Muchas veces no se conoce del esfuerzo humano, logístico y de inversiones que tuvimos que hacer en PDVSA, para contribuir a fortalecer y expandir la presencia del Estado venezolano en los rincones más alejados de nuestra patria. Sólo nos encontrábamos por allá junto a nuestro noble pueblo y nuestra Fuerza Armada Bolivariana, con sus componentes de la Armada, ocupando y protegiendo aquellos espacios de la patria, abandonados por cien años por parte del modelo rentista petrolero.

En la fachada caribeña, donde comenzamos tareas de exploración «costa afuera», tuvimos que hacer frente a una demanda en los Estados Unidos, donde una empresa petrolera europea pretendía iniciar operaciones de perforación en zonas no delimitadas aún entre Venezuela y Grenada. Les ganamos. La idea era no dejar fisura ni duda alguna ante las transnacionales, de nuestra determinación a resguardar nuestros recursos naturales.

El otro proyecto emblemático para completar lo que luego llamaríamos el «Cinturón Gasífero del Caribe» fue el Proyecto Rafael Urdaneta en el Golfo de Venezuela. Dada la disputa territorial con Colombia y el argumento de que ese espacio no era vital para nuestro país, como argumenta lo más rancio de la oligarquía colombiana, decidimos avanzar con un proyecto muy importante, de asignación de bloques de exploración y producción en toda el área territorial vital para nuestro país.

El proyecto fue un éxito y permitió, no sólo reafirmar nuestra soberanía sobre el territorio, sino el descubrimiento del yacimiento «Perla 3X», con 15 Trillones de piés cúbicos de gas, lo cual no sólo nos permitiría garantizar el suministro de gas para el polo industrial y petroquímico del Centro de Refinación de Paraguaná y en el Tablazo, proveer gas para el sector eléctrico y de producción de petróleo en el Zulia, sino además exportar gas hacia Colombia, a través del gasoducto Antonio Ricaurte que atraviesa la Guajira hasta dicho país.

Esta visión coherente del país y de nuestra actividad de exploración y producción de hidrocarburos, como un elemento de reafirmación de nuestra soberanía, se ha perdido, se ha diluido, abandonado, en medio de la improvisación, descuido y por una posición deliberada de buscar algún tipo de «entendimiento» con los sectores transnacionales, así sea a costa de nuestra soberanía.

Por eso, en este período de gobierno madurista, el manejo del litigio con Guyana ha sido no sólo errático, sino inconsistente, e impregnado de una visión y una actitud, por decir lo menos, negligente. Por ello la «Exxon Mobil» ha avanzado tanto en nuestras propias narices.

En mi paso como Canciller, donde apenas pude estar por un período de seis meses, pude constatar una institución con severos problemas de organización, funcionamiento, controlada por un grupo muy cerrado, de espaldas a voces muy calificadas de nuestro Servicio Exterior, en una condición de falta de recursos que dificulta la atención a problemas estratégicos de nuestro país, que me sorprendió en gran medida. Luego de más de doce años de gestión Bolivariana, todavía la institución estaba fuertemente fracturada por consideraciones de orden sectario y grupales, que impedía la atención apropiada a problemas complejos, entre éstos, el relativo a Guyana.

Debo reconocer y saludar el profesionalismo de muchos diplomáticos en la institución, como luego lo pude constatar en la ONU, sin embargo, las sucesivas Direcciones de la institución, no han acompañado ese compromiso con el país.

En el caso de Guyana, se dejaron de lado importantes consideraciones y aportes jurídicos, de especialistas en el caso, por consideraciones sectarias; por otra parte, existía un aislamiento deliberado de los responsables del tema de fronteras provenientes de nuestros componentes militares, en particular, del área de la Armada. En fin, el tema de Guyana estuvo inmerso durante todo este tiempo en la inercia de la desatención, el descuido.

Cuando en mayo del 2015 asume el gobierno de Guyana el actual presidente Granger, un ex militar apoyado por los intereses transnacionales del país, se produjo un cambio radical en la postura de Guyana, que apuntaba claramente a renunciar a los buenos oficios del Secretario General de la ONU, y dar luz verde a la «Exxon Mobil» para avanzar en la producción de petróleo en aguas del territorio Esequibo.

La Cancillería y la dirección del madurismo, no se anticipó, ni asumió con seriedad la nueva situación. Fui testigo desde la ONU de cómo, este tema, cuyo epicentro diplomático estaba precisamente en la gestión ante el organismo multilateral, no sólo se quedó en Carmelitas, sino que nos negaron cualquier participación en la Misión de Venezuela en la ONU, que no fuera meramente procedimental. El tema fue secuestrado por el equipo de confianza (que eran muy pocos, por cierto) de la institución en Caracas.

Se perdió un tiempo precioso en la escogencia de un Buen Oficiante del Secretario General de la ONU. Todos los candidatos eran rechazados en razón de sospechas, conspiraciones, agentes de inteligencia, etc. Se perdió más de un año, hasta que culminó el período de Ban Ki-moon.

Mientras, la agresividad del presidente de Guyana y su Canciller utilizaban cualquier espacio para golpear a nuestro país y asentar su posición, la «Exxon Mobil» aceleró sus trabajos e inversiones en ese período.

Desde la ONU logramos, por nuestra cuenta, neutralizar cualquier iniciativa diplomática o política de Guyana, por lo que, no pudieron avanzar ni posicionar el tema para debate de otras instancias u organismos del Ente Multilateral.

Me sorprendió e indignó enterarme, por intermedio de las propias empresas petroleras, que ministros del gobierno intentaron una propuesta de arreglo con la «Exxon Mobil», fueron en secreto a la transnacional a proponer una explotación conjunta del petróleo del área Esequibo. La transnacional rechazó la propuesta, pidiendo no hablar más del caso.

Era el mismo momento cuando salió la decisión del Tribunal Arbitral del CIADI, favorable a nuestro país, cuyo desarrollo manejó exitosamente nuestro equipo político jurídico, lo cual completaba una derrota de la «Exxon Mobil» en todas las instancias internacionales, donde intentaron demandas exorbitantes contra PDVSA y contra la República, por nuestros actos de Plena Soberanía Petrolera. Recuerdo que el comunicado del gobierno, más que tibio era timorato sobre el tema, luego recibí una llamada de un ministro desde Venezuela para pedirme que no declarara nada al respecto, que pasamos «agachados» en este éxito, pues el gobierno estaba negociando con la «Exxon».

Yo tengo fresco en mi conciencia y en mis sentimientos, los momentos extraordinarios de reafirmación soberana, de aquel 1 de mayo de 2007, cuando nacionalizamos la Faja Petrolífera del Orinoco; los recuerdos, el esfuerzo, los rostros de aquellos miles de trabajadores de la Nueva PDVSA que acudieron al llamado del Comandante Chávez; recordé y revisé su discurso, las fotos junto a los trabajadores, los soldados y el pueblo; recuerdo el paso rasante de los «Sukoys» por sobre la concentración, y no puedo más que reconocer, otro gobierno, otra conciencia, otra pasión patria, otra garra, muy distinta a la imagen de dos ministros entrando por la puerta trasera de la «Exxon Mobil».

Finalmente, logramos que el nuevo Secretario General Guterres asumiera el compromiso de continuar con los Buenos Oficios, pero el mismo se fijó un plazo de un año para observar avances sustanciales. Era lo esperado por Guyana. En ese tiempo, se produjeron pocas reuniones con el Buen Oficiante, hasta que el Secretario General, tal como había advertido, culminó con su esfuerzo de mediación.

Mientras, nuestro país está en una especie de parálisis y un limbo legal en el tema. Guyana ha recurrido a la Corte Internacional de Justicia, las transnacionales del oro siguen operando y produciendo en el área en reclamación y la «Exxon Mobil» anunció, con «bombos y platillos», el inicio de producción de petróleo en el área «costa afuera» en reclamación.

Lo de Guyana no es un hecho aislado, es sólo una muestra de sucesos muy graves que están ocurriendo, que determinarán en gran medida, nuestro futuro inmediato, y nuestras posibilidades de recomponer las fuerzas de la patria y de reconstruir el país.

El gobierno, reelecto de la forma en que lo hizo; el país sumido en una profunda crisis económica, política, social, espiritual; una dirigencia cada vez mas sectaria y autoritaria; un gobierno que sigue haciendo «diagnósticos» como si acabara de llegar, un equipo ministerial reciclado, donde casi no quedan Chavistas, donde se argumenta ahora que se trata de un problema «generacional», un modelo autoritario, las instituciones no son capaces de defender los derechos fundamentales de sus ciudadanos; un país donde existen presos y perseguidos «por instrucciones de arriba», que tienen sus derechos conculcados, sepultados en una «tumba», con presos que salen por la «gracia» del madurismo, luego de estar secuestrados, sin el debido proceso.

Un país muy débil, disfuncional, de donde sus jóvenes salen por cientos de miles, donde todo se devalúa, se desvanece, se entrega, con el solo objetivo de mantener en el poder a un grupo muy ambicioso y cruel, que ni siquiera puede definirse claramente qué cosa es, pero que cada vez parece más a un gobierno autoritario de derecha.

No sé si estos temas tendrán eco en la opinión pública, si se seguirá evadiendo, escondiendo la realidad, si se mantendrá el chantaje y el silencio. Es mi responsabilidad alertar sobre ello. Tocará al pueblo y a las fuerzas patriotas, a todos los sectores progresistas, a los que les duela nuestra patria, asumir la conducción de su propio destino, que la realidad nos siga golpeando en la cara y las conciencias hasta que actuemos para rescatar la Patria.

Ojalá pueda volver a mi Patria, hablarle al Pueblo, a todos los sectores del país, asumir junto a los sectores más comprometidos y capaces, el impostergable proceso de rescate y reconstrucción de la Patria, todavía estamos a tiempo antes de que estos acontecimientos, la realidad de lo que está pasando, desencadenan una conmoción político-social de consecuencias insospechadas, que nos sorprenda en su violencia. Con Chávez siempre, ¡Venceremos!

El congreso del PSUV

Muy oportuna será la realización del Congreso del partido, anunciada para el 28 de julio. Es momento para dar una discusión franca, democrática sobre la situación actual del país; las dimensiones de la crisis que padece; reafirmar los principios; y, por, sobre todo, retomar el camino, corrigiendo los graves errores que se han cometido en la conducción del gobierno, durante todo el período posterior al fallecimiento del Comandante Chávez.

El partido debe hacer una evaluación profunda de cuál ha sido su papel en este tiempo de turbulencias; y asumir su rol de vanguardia de la revolución venezolana. Todo ésto pasa por una profunda autocrítica con respecto a su funcionamiento; su silencio ante las evidentes desviaciones del gobierno; y, las pretensiones del madurismo de desplazar de todos los niveles de dirección a los factores revolucionarios, como ya lo han hecho en gran medida. El partido tiene que reafirmarse en su papel de ser el cuerpo conductor de una revolución socialista en Venezuela; no permitir que se siga imponiendo un régimen de gobierno revisionista de derecha que, poco a poco, ha ido despojando a nuestro proceso, de todos los elementos que lo prefiguraban como una revolución.

El partido debe ser el factor garante de la unidad de los revolucionarios, lo cual necesariamente pasa por permitir y estimular en su seno la discusión política, así como, la crítica al gobierno y su actuación, si los mismos contravienen los principios que le dieron nacimiento a nuestra organización. El papel del partido, si es un partido revolucionario, es fundamental en la conducción de una revolución, y en evitar que el gobierno sea el que la asuma. Ahora mismo, los caballos van detrás de la carreta. Es el partido el que se subordina al gobierno, al madurismo. Hasta ahora, el partido sólo aplaude, no conduce, no orienta: el partido debe reasumir su rol histórico.

Desde los quince años de edad, he militado en partidos de la revolución; creo firmemente en la necesidad de su existencia, prefigurando en su seno, la sociedad y los valores, la conciencia que luego ha de irradiarse a toda la sociedad, a través de la acción política. Iniciamos nuestra formación, en el ya legendario «PRV-RUPTURA», por muchos años, duros, pero de gran aprendizaje, estudio, trabajo político en la calle, hasta que la dirección política de entonces se extravió en Cabure, y optó por la disolución de nuestra organización. Luego, insistimos en el intento con la Esperanza Patriótica, desde las montañas de Mérida, pero ya la dispersión era la regla en el campo revolucionario, y la crisis era extendida en el país, hasta que el pueblo se fue solo, espontáneamente a la calle, sin una vanguardia, y lo masacraron en su grito desesperado durante «El Caracazo».

Fue sólo el Comandante Chávez con su acción valiente, a contra corriente de la mayoría de la izquierda y sus partidos ya adaptados al sistema, quien supo interpretar y darle cauce a las legítimas aspiraciones de cambio del pueblo con su acción del 4 de febrero, rasgando por un momento, las tinieblas de la IV República; y el control absoluto, la asfixia, que habían impuesto a un país inmerso en una terrible crisis estructural del capitalismo atrasado, dependiente, mono productor, periférico, que se instaló con el advenimiento del petróleo.

La historia nos enseña, que cuando un partido, o su dirección, se agotan, extravían o éstos son capturados por el sistema que quieren superar, sencillamente se despojan de su carácter revolucionario, se diluyen en el gobierno, sucumben al poder y al final, pierden su esencia crítica y capacidad de conducir los procesos revolucionarios. Se ha hablado bastante del papel del partido, hay mucha teoría. El PSUV, debe discutir cuál ha sido su papel en este período y revisar si ha luchado o nó suficientemente para preservar el legado del Comandante Chávez; si su forma de funcionamiento, ha respetado sus estatutos, la democracia interna, y si es él quien conduce la gestión del gobierno o es al revés.

Como miembro fundador del PSUV, he formado parte de su dirección política, he sido Vicepresidente para el Oriente del país, donde obtuvimos importantes victorias, sobre todo cuando recuperamos el Estado Sucre para la revolución; luego Vicepresidente en el Occidente (Zulia-Los Andes), donde logramos una sorprendente y resonante victoria en Mérida.

Desde la «Batalla de Santa Inés», en 2004 hasta la última contienda electoral del Comandante Chávez en 2012, fuí el jefe de movilización y logística de nuestro movimiento. Conozco al partido; a sus dirigentes nacionales, medios, a las bases, organizaciones populares; respeto mucho a toda la militancia, porque me consta que han acompañado al esfuerzo revolucionario, transformador, con lealtad; siempre han luchado para mantener la voz de Chávez en el corazón del pueblo.

Sabe el partido que he sido objeto de una feroz persecución interna, un linchamiento moral, y que han tratado de cambiar la historia; mintiendo y horadando mi nombre y reputación, porque he mantenido desde siempre una voz crítica ante lo que ha venido sucediendo en el país, y ante los graves errores que nos han llevado a esta situación. Yo he asumido mi responsabilidad y he pagado un alto costo. No se me ha dado derecho a la defensa: a exponer mis argumentos, se me ha sacrificado en un proceso inquisitorio impensable hace tan solo pocos años, a la par que se ha destruido una de las obras fundamentales del Comandante Chávez y de nuestra Revolución, como era PDVSA y nuestra Política Petrolera.

No ha habido sensatez, se ha hecho una política desde las «tripas». Mientras estuve ocupando mi posición en las Naciones Unidas, las pocas veces que pude viajar al país, conversé con varios miembros de la Dirección Política del Partido; de la Dirección Militar del País; manifestando mis preocupaciones, de todo tipo, y advirtiendo que se me estaba acorralando y preparando en mi contra una «operación de aislamiento», e incluso de entrega al enemigo. Siempre se me aconsejó «calma», «paciencia». Perdimos la oportunidad de atajar ésto a tiempo, el chavismo entrega su revolución sin disparar un tiro.

Debo decir, que, para sorpresa mía, el presidente sí ha convertido estas diferencias políticas en un tema personal, con mucho resentimiento, y ha utilizado todo el poder que tiene como Jefe de Estado para hacerme daño en lo personal: resulta insólito, que un jefe de gobierno utilice sus poderes para perseguir y dañar a un ciudadano y más aún, a quien estuvo junto al Comandante durante tanto tiempo, hasta los últimos momentos de su vida, ocupando altas responsabilidades en el Estado y la Revolución.

De mi parte, siempre he defendido mis posiciones políticas de izquierda, no las oculto, no las tranzo; mi visión del tema petrolero, económico: siempre hago un ejercicio efectivo y a tiempo de la crítica y autocritica revolucionaria. Es preocupante que el presidente insista en este abuso de poder, así, en su última alocución en PDVSA, ya asoma nuevas falacias, campañas, ahora, en lo personal. Cosa extraña que debe poner en alerta a todo el país, porque demuestra falta de equilibrio en el tratamiento de los asuntos de Estado. En mi pueblo, por allá en Trujillo, la palabra tiene mucho peso y el honor de los hombres también.

Durante el último congreso del partido en el que pude participar, año 2014, expuse a la Plenaria de los delegados, en el Teatro Teresa Carreño, la situación económica del país; las perspectivas de caída del precio del petróleo (siempre andaba con mi reporte de precios en la mano, mostrando con preocupación la tendencia de caída en todas las instancias), lo que debíamos hacer. Recuerdo que quien conducía el debate me indicó, luego de recibir una llamada, «que se me había terminado el tiempo», e incluso practicó con cierto entusiasmo un «mini cacerolazo» de copita y cucharita, a lo que el Congreso reaccionó con indignación: de pié exigieron que continuara la exposición.

Los que estaban allí presentes, seguro recuerdan ese episodio y la presentación. Yo la conservo. Por eso, el presidente miente cuando afirma que «nuestros expertos petroleros no previeron la caída del precio del petróleo». No sólo es falso, sino que conservo copia de los informes que le preparé como Ministro de Petróleo y como Vicepresidente Económico, advirtiendo innumerables veces sobre la caída del precio del petróleo, las consecuencias que habría para el país, y las medidas económicas que habrían de ser tomadas antes de que ésto se produjera y, por supuesto, para prevenir los efectos que hoy, lamentablemente, estamos viendo.

Pero el presidente desestimó estas advertencias, así como, nunca leyó los documentos de Giordani, ni los de Merentes. Es otro el problema, es un problema de comprensión y responsabilidad en la conducción del país. Tal vez tenía ya para ese entonces, otros «asesores», escuchaba otras voces que no eran las del Chavismo.

En el penúltimo Congreso, a principios de 2015, los delegados me eligieron como parte de la Dirección Política del PSUV, pero jamás fui convocado. Una sola vez pude viajar y aparecer de repente, para sorpresa de varios de los presentes. No había la intención de que pudiese ejercer las responsabilidades que me confirieron los delegados. Luego me enteré que la Dirección realmente no funcionaba, se instaló un «equipo político», que desde entonces ha secuestrado las decisiones del partido y la conducción del país.

Volviendo al Congreso del Partido, quiero por esta vía, pedir un derecho de palabra en el Congreso, que se me permita hablar, para exponer mis puntos de vista, explicar lo que haya que explicar y hacer mis planteamientos y ofrecer mi experiencia de trabajo, para contribuir a salir de esta severa crisis en todos los órdenes que sufre el país. Este Congreso puede ser una oportunidad para poner las cosas en su sitio, superar el odio y la mentira, recomponer las filas del Chavismo; que podamos volver los que estamos exiliados, que sean escuchados los que están presos, que podamos reencontrarnos con Chávez, su esencia y su palabra.

Varios temas debería abordar el partido en sus discusiones:

El primero de todos, es revisar si seguirá siendo un partido socialista. Debe analizar la vigencia del Socialismo del Siglo XXI y del Plan de la Patria como documento programático de nuestra revolución. Yo creo que sí, y que necesita ser reafirmado por el Partido. Una pregunta motora para esta cuestión, sería una muy sencilla, que siempre hacía el Comandante Chávez: Dónde está el Socialismo? , si el partido se reafirma como socialista y el Plan de la Patria es nuestro Plan, entonces estamos hablando del partido de Chávez.

Podríamos comenzar por allí: ¿Dónde está el socialismo en este gobierno? ¿Dónde está en la economía? ¿Dónde están los programas sociales, las Misiones, la democratización de la sociedad, los niveles de escolaridad, la salud, la alimentación, la pobreza, la equidad? ¿Dónde está el socialismo en las empresas del Estado, en la creación de trabajo, en los valores y la ética del gobierno? ¿Dónde está el Socialismo en el Arco Minero, en PDVSA, en las Empresas Básicas? ¿Dónde está el Socialismo en el Petro, en las cajas Clap?

No sé si recuerdan que, durante el gobierno del Presidente Chávez, éste hizo muchos esfuerzos para explicar al pueblo el carácter socialista del mismo, y de manera insistente preguntaba en todos los espacios, dónde estaba el socialismo. Sobre todo, insistía en el hecho de que el socialismo debía ser «humanamente gratificante»; un principio: el «vivir bien» como un concepto espiritual, que abarcara mas que únicamente las necesidades materiales; que, por supuesto, el socialismo debía estar en capacidad de atender.

Este gobierno no es socialista. Usa el término y lo que ha logrado es un extendido y profundo rechazo a la sola idea, porque el pueblo la asocia a la crisis que estamos viviendo. La primera tarea del partido entonces será, retomar el socialismo; no en la consigna, en el título, nó. En su esencia liberadora, creadora, de trabajo, de justicia social, de alternativa para la humanidad.

Hoy día lo que campea en la economía y las relaciones sociales, espirituales, es un capitalismo brutal; expropiador del valor del trabajo, de nuestros recursos naturales, empobrecedor del pueblo, donde prevalecen las salidas individuales, donde no hay Estado que defienda ni intervenga a favor del ciudadano, donde impera la ética del despojo, del malandraje, y se diluyen los conceptos de solidaridad, soberanía, integridad, patria.

El Congreso debe pedir cuentas al gobierno, ¿por qué se han deteriorado tanto las condiciones de vida del pueblo?, la disfuncionalidad del país es tal que no hay transporte público, el pueblo va en camiones para transporte de animales, no funcionan las telecomunicaciones, no hay medicinas, no hay alimentos, no hay salario que pueda comprar, aunque sean los alimentos mínimos, no hay producción de insumos, ni de petróleo, no hay internet, estamos desconectados por vía aérea, no hay luz, no hay agua, no hay gas, hay hiperinflación, los venezolanos huyen del país como pueden.

Entonces ¿Qué pasa con el gobierno? Todo tiene una excusa, nadie asume ni hace su trabajo, no se sirve al pueblo, el pueblo no participa, no tiene cómo. Entonces allí está fallando el partido. Es una falla grave no acompañar al pueblo en sus necesidades, en sus aspiraciones. Se está dejando el campo abierto a otros actores políticos, pareciera que no existe la suficiente conciencia del partido ante el sufrimiento del pueblo.

La economía debe ser otro gran tema. Primero, hay que prohibir las excusas en la discusión. Hay que asignarle a las sanciones y la llamada guerra económica, un peso, un porcentaje, pero ya. No todo es guerra económica, ni sanciones. Es mentira, es parte de la manipulación mediática del gobierno, que tiene todos los medios para desinformar. Ya no hay excusa para no hablar de la economía. Les ofrezco retomar las medidas propuestas por nosotros al presidente, cuando estábamos en la Vicepresidencia Económica y comenzar por allí: por el último Congreso, la discusión en el Teresa Carreño. Muchas cosas hay que revisar y actualizar, porque en economía, si no se toman decisiones a tiempo o no se toman de ninguna forma (que fue lo que pasó), los problemas se agravan exponencialmente. La confianza es básica en economía y ella se obtiene cuando se toman decisiones, que sean correctas, que atiendan a un Plan.

Los problemas siguen vigentes: la política cambiaria, la hiperinflación, el desabastecimiento, el contrabando, el mercado paralelo, el «bachaqueo», el trabajo, la producción, la especulación financiera, las cuentas fiscales, la deuda.

El gobierno debe explicar al Congreso cuál es su Plan para el rescate de la economía, explicar al partido quiénes son sus «asesores», cómo es esa alianza con la derecha especuladora con el tema del Petro, que pasó con el Arco Minero, qué pasa en PDVSA, cuál es la Política Petrolera que seguirá el Gobierno, dejar de lado las fantasías de las conspiraciones contra la producción dirigida desde afuera. ¿Vamos acaso a abandonar la Política Petrolera del Comandante Chávez, la Plena Soberanía Petrolera? ¿Por qué se entrega PDVSA a las transnacionales, a empresas de maletín? ¿Por qué se está privatizando PDVSA, qué va a hacer la Junta Directiva? ¿Cuál es la situación de todo el parque industrial del Estado, de las Empresas Básicas, las cementeras, los insumos de alimentos? ¿Cómo está la producción agrícola, las tierras recuperadas, están produciendo?, ¿los insumos para la producción, fertilizantes, semillas?

Otro tema a discutir seriamente es el de la corrupción. Primero, hay que dejar de lado la mentira y su utilización como arma de persecución política para desaparecer a los contrincantes. No se puede aceptar que la corrupción sea un fenómeno inherente al Chavismo y menos, a PDVSA. NO es verdad. Se le ha hecho un profundo daño al Chavismo con este tema. No ha imperado ni la objetividad ni la sensatez. Los que creían que era un excelente argumento para perseguir y destruir PDVSA, son unos insensatos que han acabado con la empresa mas importante del país y el instrumento mas efectivo del Estado, en términos de recursos y apoyo para la democratización de la sociedad; la batalla contra la pobreza y la exclusión; y, sobre todo, para preservar la soberanía económica.

Si hay hechos de corrupción, hay que abordarlos como el que aborda una enfermedad. Ver todo el panorama, revisar todo el cuerpo del Estado. Entender que justamente en un país petrolero como el nuestro, con un capitalismo «vivito y coleando» donde ingresaban mas de 120 mil millones de dólares al año al torrente de la economía, sin capacidades productivas de absorción de esta renta y sin mecanismos de ahorro de los excedentes, la apropiación de la renta es un peligro permanente, un factor que, aunado a los mecanismos intactos de especulación o erradas políticas monetarias (como mantener el control cambiario), potencian la posibilidad de corrupción y la extienden a todos los niveles de la sociedad. La corrompe hasta los huesos.

No es un fenómeno único de una institución, el que crea eso, es un pendejo. La corrupción está en PDVSA, en la Fiscalía, en el Poder Judicial, en los cuerpos policiales, en el sistema penitenciario, en la Tesorería de la Nación, en Miraflores, en el círculo íntimo del madurismo, en Cencoex, en Cadivi, en los Puertos, en el ámbito militar, en la Banca, en el Petro, en el Arco Minero, en el SENIAT, en las Empresas Básicas, en el BCV, Ministerios de Infraestructura, Transporte y Comunicaciones, Alimentación, Cancillería, en los Sindicatos, Gobernaciones, Alcaldías, en los partidos de la oposición, en las empresas importadoras, en los privados, en las contratistas, constructores y un largo etc.

No es verdad que las transnacionales están a salvo de este fenómeno, ni el sector privado, ni la derecha. No es verdad, como torpemente lo ha difundido el madurismo, que el Chavismo es corrupto. No es verdad que existen empresarios buenos y malos, que los empresarios que hoy día merodean a los líderes del madurismo, les mantienen sus gastos, estilo de vida, sus viajes, sus adquisiones, su poder, que esos empresarios, que habría que hacer una lista larga, sean buenos, mientras que otros son los malos. Por cada corrupto de la Administración Pública hay por lo menos cinco agentes del sector privado. Ésto sin hablar de los «grandes señores y apellidos», que tienen una especie de «patente de corso» para hacer en este país lo que les venga en gana.

No se pueden hacer esas torpes distinciones, hay connotados personajes que, es público y notorio, se han involucrado en corrupción, por las fortunas y bienes que detentan en el exterior, que las exhiben, que nadie se atreve a mencionar o bien porque son los «panas», amigos del grupo de alguien que se mantiene en el poder, o porque hacen lo que el madurismo quiere que haga. NÓ, la realidad es que, para mantenerse al margen de la corrupción en un país como el nuestro petrolero, con un capitalismo especulativo intacto, hay que tener mucha integridad moral, ética, compromiso y conciencia. Y esa es la discusión que hay que dar, la moral y ética que acompañan a la revolución, al socialismo y los mecanismos de prevención y combate a este flagelo, el cual todo revolucionario y hombre honesto debe rechazar.

Pero ésto no puede abordarse haciendo «razzias», como han hecho SÓLO en PDVSA, destruyéndola, desprestigiándola, se ha hecho un show político del madurismo, una «vendetta» del Fiscal con las detenciones sensacionalistas, sin el debido proceso, sin el derecho a la defensa, parece que alguno de esos «asesores» del madurismo; los mismos del partido «ni fu ni fa»; los que dejaron a Chávez estampado en una camiseta estilo hindú, hubiesen recomendado hacer, de la PDVSA Roja Rojita, pasto del malandraje y tumba del sentimiento y moral Chavista. Eso sí es corrupción. Sería muy interesante que los cerca de 100 trabajadores de PDVSA presos hablaran, pudiesen defenderse, dar sus argumentos, explicar. Que los empresarios contra los que ha habido un ensañamiento personal del presidente que los ha llevado hasta la cárcel llamada la «tumba», los militares, los Chavistas presos por razones políticas, acusados de cualquier cosa, tuviesen un debido proceso, derecho a la defensa, un trato legal, tipo Banesco, tipo Chevron o tipo preso de la oposición.

Otro tema que el Congreso debe abordar, es el respeto a los derechos humanos, el fin al Estado policíaco de terror e intimidación en que se ha convertido el gobierno. El abuso que se ha hecho del poder del Estado, de los cuerpos de inteligencia, la violación sistemática de los Derechos Humanos, las detenciones arbitrarias, secuestros, sin derecho a la defensa, al debido proceso, es un acto grave, que ya no se le puede achacar a una actuación aislada, puntual, de un funcionario. Nó, ha sido una política sistemática de esta Administración, reivindicada por el madurismo que nos retrotrae a los peores tiempos de la IV República y con ello se viola la Constitución y la ética de una Revolución, donde se supone que el ser humano es el centro de todas las preocupaciones.

El Fiscal debe renunciar o ser removido, porque ha permitido, ha sido protagonista y partícipe de la violación a los derechos humanos. Una ausencia del debido proceso, la instigación al odio, el silencio cómplice ante crímenes de todo tipo, el haberse convertido en un agente de un grupo de poder que utiliza la majestad del Estado para violentar los Derechos Humanos.

¿Dónde están las voces de los defensores históricos de los de Derechos Humanos en el país?, ¿al partido no le da vergüenza que, en nombre de Chávez y del socialismo, se tengan presos políticos incomunicados, sin juicio, secuestrados, en condiciones deplorables?, ¿no se supone que una revolución chavista, debe diferenciarse de los métodos y códigos de regímenes autoritarios de derecha? ¿No se parecen mucho los jefes policiales y sus métodos, a los utilizados por los jefes policiales de la dictadura y de la IV República?, ¿en verdad les parece normal meterle un cohete a un grupo rodeado por soldados y policías?, ¿no debería el partido hacer una revisión de qué está pasando en «la tumba», y otras prisiones del país, preguntarse cómo es que mueren quemados vivos mas de 67 presos comunes en Carabobo y que nadie dé la cara?, definitivamente, este es un gobierno autoritario y necesita que alguien lo controle y le ponga coto a esta actuación. Esa es parte de la discusión en el Congreso, el partido no puede guardar silencio cómplice ante esta actuación represiva, ésto desvirtúa la naturaleza del socialismo.

Finalmente, el Congreso debe revisar en perspectiva cuál es la política hacia el resto de los sectores del país, de los partidos políticos y cómo restablecer el Estado de Derecho, el ejercicio de la política con «P» mayúscula. Todos los números indican que el PSUV es, afortunadamente, la principal fuerza política del país, esos ensayos financiados y promovidos por el madurismo como el partido «ni fu, ni fa», no tuvieron éxito ni arraigo en los sectores populares. Aunque ésto es cierto, también lo es, como lo indica el último proceso electoral, que la mayoría del país no se expresó políticamente. Hay que saber interpretar el comportamiento de esos amplios sectores de la sociedad.

Dejar atrás el sectarismo, rescatar la unidad y cohesión del Chavismo en torno a las banderas programáticas del PSUV, el socialismo, el Plan de la Patria, restablecer la democracia interna, cesar la persecución de los cuadros revolucionarios, acabar con el «pranato» político, asumir el rol de conductor de la revolución, preparar un programa de discusión abierta, democrática para abordar la solución de la terrible crisis del país, restablecer la moral y ética chavista, revolucionaria, la verdad y el trabajo, impedir que el madurismo siga asfixiando a nuestra organización, detener la entrega del petróleo y luchar por defender nuestra soberanía e integridad territorial, defender nuestras conquistas políticas y sociales, son algunos de los retos de este Congreso.

He asomado sólo algunos temas de discusión, ojalá se profundice un proceso necesario de debate y discusión política. Reitero mi solicitud de participar en el Congreso, que se me garantice la posibilidad de asistir y discutir, aportar, se deje de lado la amenaza, la persecución, la utilización de todo el poder del Estado contra un ciudadano, se restablezcan mis derechos políticos.

Siempre con el corazón en la patria, vaya mi saludo fraterno y revolucionario a todos los patriotas, hombres y mujeres de bien y de trabajo, a los jóvenes, estudiantes, obreros, campesinos y soldados, allá en el barrio, allá en la Faja o en el Lago. A todos los Bolivarianos, militantes del PSUV que aman a nuestro país. Con Chávez Siempre ¡Venceremos!

Hombre en llamas

Sin lugar a dudas que el enrarecido ambiente político nacional, junto a los angustiantes problemas económicos que padece el venezolano a diario, no dejan espacio a la discusión de los grandes temas nacionales.

Probablemente, a la vocería política no le interesa priorizarlos porque son precisamente estos temas, por la forma en que se aborden, los que definen la visión de país que prevalecerá al final de este laberinto.

Sobre ésto, dice mucho el hecho de que ya sea normal la expresión de «la anterior Administración», en boca de los mas connotados voceros del madurismo, para referirse en términos negativos o peyorativos al gobierno revolucionario del Presidente Chávez.

Así, ante el silencio inexplicable de los lideres históricos del Chavismo, el período del Presidente Chávez, ha quedado estigmatizado como la «anterior gestión», donde «se era permisivo con el narcotráfico», «campeaba la corrupción», «se hacían menos casas, pero mas caras» y resultaba mas fácil gobernar porque era «una revolución a cien dólares el barril».

Todas son afirmaciones inciertas, injustas y cobardes, porque el Comandante no está vivo para defenderse y poner las cosas en su sitio; son lamentables en la medida que buscan justificar los desaciertos del madurismo en la conducción del país; y terminan siendo tristes, porque son hechas por un gobierno que aún usufructúa de la figura del Comandante para obtener el apoyo del pueblo.

Al final, Chávez tiene pocos que lo defiendan. Yo lo seguiré haciendo, lo defenderé a él y a su obra, a cualquier costo, pase lo que pase en lo político o en lo personal. No quiero que quede olvidado y solo en el Cuartel de la Montaña, como le sucedió al Presidente Medina Angarita, sepultado en el ostracismo de la miseria adeco-copeyana.

La «cuestión petrolera» como titulara una de sus obras (de obligatoria lectura), nuestro amigo y respetado Dr. Bernard Mommer, es uno de estos temas nacionales, del que no se discute, pero que sin embrago, el gobierno se ha dedicado a desmontar y vulnerar en silencio, a escondidas, de manera sistemática, en medio del caos generalizado en el país. Ya lo he denunciado y he advertido sobre lo que sucedería, con sus lógicas consecuencias para el país.

La situación de PDVSA, el desmantelamiento del que ha sido objeto y su consecuente colapso en la producción de petróleo, es una condición «sine qua non», necesaria, para entregar el manejo de nuestros recursos naturales, petróleo y gas, al sector transnacional.

Debilitar o desmantelar a nuestra empresa nacional, PDVSA, deja al país en manos de las transnacionales. Sería para nuestra defensa integral, el equivalente a desmantelar al Ejército Nacional. Si, por razones de intereses de grupos o «lealtades al madurismo», se persiguiera a los oficiales Chavistas, patriotas; se les encarcelara y se cambiaran los mandos naturales de la Fuerza Armada Bolivariana, probados en todas las batallas en defensa del proceso Bolivariano y la Constitución; y, en su lugar, se entregasen los comandos de tropas o unidades de combate a civiles: abogados, especialistas en redes sociales, etc., o las unidades misilísticas y los «sukoys» se entregaran al «control de los soldados», en un claro acto de desconfianza hacia la oficialidad; tendríamos en poco tiempo el colapso operacional y el desmoronamiento en la unidad de mando de los componentes militares, debilitando la defensa del país y dejándolo vulnerable a cualquier agresión.

Decía un buen amigo, que «los ejemplos, son la claudicación de la inteligencia», pero a veces, un axioma matemático o un tema aparentemente incomprensible, necesita ser demostrado a través del absurdo, luego de lo cual el mismo resulta obvio o fácil de entender. Esa situación hipotética en la Fuerza Armada, descartada por carente de sentido (ojalá a nadie se le ocurra hacer algo así), es un extraordinario ejemplo para demostrar lo que ha pasado en PDVSA.

Luego que el madurismo persiguió y encarceló a mas de cien cuadros operacionales de la industria, que ha estigmatizado como «corruptos» a nuestros trabajadores: los que enfrentaron y derrotaron el sabotaje petrolero; que ha defenestrado y desmantelado a nuestra Nueva PDVSA Roja Rojita, la de la «anterior Administración»; luego que colocaron al frente de las operaciones y comandos de la empresa, a personas sin ningún tipo de conocimiento, ascendente o liderazgo entre los trabajadores: administradores de edificios, abogados, especialistas en redes sociales, etc. Luego de esa «razzia» en la industria, PDVSA ha colapsado, la producción ha caído como nunca en nuestra historia, las refinerías operan a mínima capacidad; sus trabajadores, técnicos, especialistas, jóvenes, abandonan por miles la empresa, en desbandada. Un desastre.

Ahora PDVSA, no es capaz de operar, de extraer suficiente petróleo, ni de procesar y refinar ni siquiera para abastecer el mercado interno; tampoco, de exportar por sus propios medios, ahora, no es capaz de captar la renta petrolera internacional (antes era un hecho cotidiano), con un precio que ya está rondando los 70 dólares el barril. ¿Qué esperaban?, ¿algo distinto?, desarmaron el reloj, la maquinaria, y ahora no saben ponerla a funcionar, botaron las piezas. No es sencillo, golpearon el corazón de la patria.

Ahora, el Presidente firma decretos entreguistas, da plenos poderes al ministro-presidente para que le de la estocada a la empresa, grita y pide ayuda a los operadores políticos que han desmantelado la industria y al final, llama a las empresas del mundo, de la OPEP, Rusas, Chinas a que vengan a reconstruir, lo que él mismo destruyó. Nuestro petróleo esta en bandeja de plata.

Creo que el país debe abrir una discusión acerca de qué pasó en PDVSA. El madurismo asegura que «la anterior administración destruyó a la empresa»; nosotros podemos demostrar, y es información pública, que entregamos a PDVSA como la quinta empresa petrolera del mundo; una empresa cuyos resultados auditados a diciembre de 2013 reflejaron una empresa de 231.120 MM$ en activos y 84.486 MM$ en patrimonio, con un superávit (ganancia) de 12.907 MM$, sólo para hablar de sus fortalezas técnicas, sin mencionar sus capacidades operativas y políticas. ¡Abramos la discusión, me parece necesaria y justa para el país!

En un acto de soberbia que quedará para la historia, el Presidente, en vez de asumir su responsabilidad, reconocer los errores y convocarnos a los que somos capaces de reconstruir la empresa, prefiere entregarla a las transnacionales. Se insiste en cometer un grave y costoso error.

Las consecuencias de tanta irresponsabilidad las paga el pueblo; en la economía, en su calidad de vida, en la vida diaria, el día a día; pero el madurismo siempre tendrá una excusa: «la caída del precio del petróleo», «la corrupción», «la conspiración», etc. Nadie asume sus responsabilidades, peor aún, nadie critica, discute, rectifica, por eso, nada cambiará, mientras ellos sigan al frente de la conducción del país.

Sin embrago, «mientras el palo va y viene», como titulaba nuestro entrañable Aquiles Nazoa, reconozco mi papel en la discusión política y mi responsabilidad de explicarle al pueblo, sobre todo a los mas jóvenes, cuales eran las ideas e intenciones del Comandante Chávez: sus planes, sus motivaciones, puesto que llegará el momento en que podremos ponerlas a andar, retomar ese camino, aprender de errores y aciertos, rectificar lo que haya que rectificar, para avanzar.

El Presidente Chávez era un hombre de pensamiento estratégico y una visión de país que, aunque la oposición política ha aprovechado los errores del madurismo, para endilgárselos a la «gestión anterior», es decir, a Chávez, sigue teniendo mas vigencia que nunca.

No soy el único que puede asumir esta tarea, podríamos hacerlo todos; porque tenemos la fortuna de que el Presidente Chávez siempre tuvo la urgencia de hablarle al país, explicar sus ideas, sus razones, siempre con mucha honestidad, así que, bastaría con que trabajemos juntos en escuchar y revisar lo que Chávez decía, sin «cortes comerciales», sin censura, sin manipulaciones, ir a su palabra, al contexto de las mismas, a sus razones. Sus discursos, programas y videos, su obra y ejemplo, son una fuente inagotable de ideas políticas, de ideología, ética, planes y proyectos. Era un gran Jefe de Estado.

Hoy día, reivindicar al Comandante Chávez, luchar por defender su gobierno, su obra, retomar su camino, resulta un acto de lealtad, honestidad y consecuencia revolucionaria. Esta tarea tiene la urgencia de evitar que todo siga retrocediendo al infierno, que sigamos en este caos.

Para los que estuvimos en la «gestión anterior», resulta el único deber que tenemos para con el líder, el hombre que entregó su vida a favor del pueblo. Ser leales a Chávez, a su palabra, a su obra, es ser leales a ese pueblo, paciente, esperanzado, es ser leal a esos millones de niños que nacieron y crecieron en revolución, y que ahora salen del país, mueren en el barrio, en las calles o son presa de la desesperanza y el rencor de no ver perspectivas de futuro en su patria.

Cada quien puede hacerlo en su área de experticia, de conocimiento, en su experiencia propia en revolución. En mi caso, aunque desempeñé innumerables tareas y misiones de todo tipo, el mayor aporte ha sido, en el desarrollo y despliegue de nuestra Política Petrolera, y en la recuperación y fortalecimiento de nuestra Nueva PDVSA, la Roja Rojita.

En el sector petrolero tengo toda la información de lo que digo debidamente soportada, respaldada en documentos: puntos de cuenta, decisiones, instrucciones, por lo que puedo hablar y comentar con bastante autoridad, conferida por cierto por el mismo Comandante Chávez en las distintas responsabilidades y tareas asignadas y ganadas en el campo de batalla de los hechos concretos, durante doce años de trabajo a su lado, en una gestión y una política verdaderamente exitosa, que permitió sostener nuestro proceso de cambios, nuestra economía y garantías sociales, en permanente crecimiento por mas de doce años de bienestar para el pueblo, para todo el país.

Tengo todos los datos e información a buen resguardo, desde que tuve la premonición de que algo no andaba bien luego de la muerte del Comandante y de la manera como comenzó a conducirse el madurismo, de allí la precaución que tomé en resguardar información que, no sólo es estratégica para el Estado venezolano, sino que es el respaldo a mi gestión de mas de doce años al frente de este sector estratégico y una fuente muy importante de elementos para cuando llegue la hora de poner las cosas en su sitio, en la conciencia nacional.

Desde el inicio del primer período de este gobierno, a pesar de mis intentos de apoyar, contribuir, aportar como siempre lo hice al lado del Comandante, servir al Estado Venezolano, comencé a ser testigo de conductas y posiciones, cuando menos extrañas en el madurismo; comenzaba a desplegarse con fuerza, como si fuera parte de un plan, una estrategia de ir desplazando a los Chavistas, comenzó el ejercicio de una política con otros códigos, otra ética, extraña a la de Chávez; una gestión del gobierno marcada por la improvisación, la falta de rigurosidad, estudio y comprensión de los problemas y de las consecuencias que tendrían para el país la postergación de decisiones, sobre todo en el ámbito económico.

Fue sorprendente la cantidad de errores que, uno tras otro, se comenzaron a cometer en la conducción del país, siempre subestimándolos, o peor aún, sin importar mucho las consecuencias.

Me costó aceptar el hecho de que éste era otro gobierno, lejos de nuestros principios e ideas. En nombre de la disciplina y unidad, dedicamos mucho tiempo y esfuerzo a tratar de que el madurismo hiciera bien las cosas, en la economía, la industria petrolera, el gobierno, etc. No fue posible. Autocríticamente debemos reconocer que se aprovecharon y, lo siguen haciendo, de la ingenuidad y honestidad del Chavismo, de todos nosotros; el madurismo es otra corriente política, reformista, autoritaria, una especie de populismo de derecha, que está dispuesto a hacer y a entregar lo que sea (como lo ha demostrado), para mantenerse en el poder.

Este error de apreciación del Chavismo, este errado cálculo político de sus dirigentes históricos, del PSUV, de los partidos de la revolución, le está costando muy caro al país, hemos sufrido una derrota estratégica en términos del socialismo y la revolución bolivariana (ojalá me equivoque) pagará un alto precio ante la historia, ante el pueblo.

De allí la imperiosa necesidad de abrir la discusión política, una correcta evaluación de lo que ha pasado e iniciar la recomposición del Chavismo, sin sectarismos, sin intereses de grupos que intermedien con los intereses generales del pueblo; se debe dar paso a una dirección revolucionaria, unitaria, que abra paso a un proceso de rectificación.

Hace bastante tiempo que Chávez le hubiese quitado a Maduro la conducción que él mismo le dió, el Presidente Chávez siempre revisaba sus propias decisiones, jamás impuso sus criterios u errores por sobre el interés del pueblo. Lo demostró muchas veces en las profundas autocríticas a su gestión que el mismo hacía frente al país.

Hombre en llamas…

Escribiendo estas reflexiones con la intención de hablar sobre la Faja Petrolífera del Orinoco y explicar al país la idea original, la motivación para haber asumido este proyecto como el proyecto bandera del gobierno del Presidente Chávez, mientras, al mismo tiempo hacia seguimiento a las noticias del país, recibo el anuncio de la decisión del presidente Maduro de liberar presos políticos «para contribuir a la paz en la Nación» y «cumplir con su palabra».

No está claro dónde ni a qué cosa se comprometió el madurismo durante las conversaciones y pactos con la oposición. Nadie sabe de donde salió esta iniciativa, ni si forma parte de cualquier otro Plan, que, como siempre sucede en este gobierno, es secreto.

Yo he tenido familiares y compañeros prisioneros políticos en el San Carlos, La Pica y otras instalaciones militares durante los años duros de represión de la IV República, conocí compañeros que pasaron 12 años secuestrados, sin juicio, otros, muertos y desaparecidos. De manera que siempre he apreciado el valor de la libertad y despreciado el abuso del poder, los secuestros, los rehenes y crímenes políticos, la persecución de las ideas.

Mientras revisaba los detalles y vi las declaraciones, la cara de los voceros, me vino de inmediato a la mente la imagen espantosa de Orlando Figuera, el joven que fue asesinado de una manera salvaje por parecer Chavista, por su color, «El Hombre en Llamas», imagen que debería ser, para siempre, una denuncia a la violencia, la intolerancia y el silencio cómplice, el relato de la madre que no podía entender por qué habían hecho algo así a su hijo.

Igualmente, no puedo olvidar el rostro de un hombre del pueblo, miembro del «Comité de Víctimas de la Guarimba», padre de Elvis Durán, joven venezolano «degollado», cuando tuvo la mala suerte de pasar por donde los violentos colocaron una «guaya» para asesinar Chavistas, tal como había indicado uno de los señores beneficiados por la gracia presidencial.

Los rostros, nombres, historias de los mas de 130 venezolanos y venezolanas asesinados, hijos de esta tierra, jóvenes la mayoría, unos involucrados en el conflicto, otros muchos transeúntes inocentes, en medio del caos y del festín de la violencia.

Muchos de los liberados ahora, están vinculados a estos episodios de violencia y al sector de la oposición. La mayoría estuvo retenida, sin juicio, de manera arbitraria, sin derecho a la defensa, sin el debido proceso. Un extremista que manda a degollar motorizados, y hace resistencia armada a su arresto, los jefes políticos que instigaron la violencia, el operador violento de la «guarimba», el inocente y otros, todos salen en el mismo saco, igualados por la gracia presidencial.

Aunque, para dar apariencia de separación de Poderes, los voceros de la acción gubernamental son de la llamada «Comisión de la Verdad», que hace lo que le ordena el madurismo, calla o habla a conveniencia, condena o perdona, es evidente que en Venezuela no está garantizado el Estado de Derecho, ni el debido proceso, ni el derecho a la defensa, ni un juicio justo.

El juicio es justo, en la medida en que sea justo para el implicado en la acción criminal, pero justo también para la víctima o víctimas de la acción criminal.

Por conveniencia política se cerró de un plumazo un episodio político terrible de mucha violencia e impunidad en el país, que costó la vida a tantos jóvenes, y donde se produjo todo tipo de actos criminales, de odio político: linchados, quemados, muertos con objetos lanzados de edificios, baleados por fuerzas paramilitares, por fuerzas del orden público. Todo quedará sin justicia, sin explicación, sin que se sepa la verdad, lo inútil de tantas muertes, los responsables.

Quiero elevar mi pensamiento y respeto a las familias de todos los venezolanos muertos, asesinados, sacrificados en nombre de la intolerancia, de la violencia política. Fueron utilizados para objetivos políticos que nadie conoce y que aparentemente se «zanjaron» en negociaciones secretas. Los muertos los puso el pueblo, del color que sea.

Mientras la medida favorece a presos políticos de la oposición, en aras de la «paz de la Nación», cabría preguntarse si también serán favorecidos presos políticos del Chavismo, o Chavistas presos por motivaciones políticas, aunque estén acusados de supuesta «corrupción o conspiración», que es la manera como el madurismo califica a los Chavistas que persigue por razones políticas.

¿Saldrán libres el Mayor General Rodríguez Torres, los compañeros Jesús Luongo, Nélida Izarra, Gladys Parada, Gustavo Cárdenas, Pedro León, Eulogio Del Pino y tantos, cientos de Chavistas, trabajadores secuestrados, sin juicio? ¿Saldrá libre el general Baduel? ¿Saldrán libres los oficiales, profesionales y tropa secuestrados, nadie sabe dónde, ni cuántos, ni por qué, señalados genéricamente de «conspiradores»?

Sólo espero que los chavistas e inocentes que están presos corran con la misma suerte que los presos opositores, que los señores banqueros. A esta altura de las cosas, no se sabe bien a quién le teme mas el madurismo, si a la oposición violenta o al Chavismo.

Nunca mas debe haber seres humanos sacrificados en el altar de la violencia, la intolerancia y los acuerdos políticos. Ojalá nuestra sociedad pueda recomponerse espiritualmente, sanar el alma, condición indispensable para la reconstrucción del país.

Con Chávez Siempre, ¡Venceremos!

La danza de los demonios o el espantador de la comarca

Ya hace una semana que se realizaron las elecciones presidenciales con el resultado que todos sabíamos, fue reelecto el madurismo, no podía ser de otra manera, no sólo porque ganó por «forfeit», porque no tuvo contendor; sino porque, además, todo estaba arreglado para que este sector se mantuviese en el poder a costa de lo que fuera, a pesar del extendido rechazo hacia al propio candidato reelecto.

No hubo celebración popular, actos espontáneos de festejos en la calle, en los barrios, nó. El Pueblo que votó, ese noble y a la vez tan maltratado, salió a cumplir la tarea indicada, lo hizo sin algarabía, sin pasión, una vez mas hizo lo que se le pidió. No fue una victoria de Maduro, fue un acto de disciplina del Chavismo, movilizado gracias al capital político acumulado por el Comandante Chávez durante doce años de Revolución.

Atrás, muy atrás, quedaron aquellos eventos electorales, como la «Batalla de Santa Inés», o las elecciones Presidenciales de 2006, 2012, sólo para mencionar algunas en los que fui el Jefe de Movilización del Chavismo, donde el país era sacudido por un intenso debate político, donde el Comandante llamó a votar por el Socialismo, por el Plan de la Patria, sin mentiras, manipulación o amenazas.

La elección solía ser un acto de conciencia y de movilización que trascendía al voto, se movilizaba el pueblo por las propuestas de Chávez, por ello, luego del triunfo, se volcaba a las calles a celebrar, era su triunfo, en todo el oeste de Caracas, en los barrios, en todo el país, había un ambiente de esperanza, de movilización, de combate y se daba inicio a una nueva etapa de la Revolución con cambios sustanciales, tangibles, en beneficio del pueblo y cumplimiento de la palabra empeñada.

En aquellos años, en medio de todo tipo de amenazas, desestabilización y de una fuerte confrontación política en el país, el que votaba por la Revolución sabía por qué lo hacía, hacia dónde íbamos. Nunca hubo la amenaza de por medio, ni la mentira, ni la trampa. Al Comandante Chávez lo caracterizaba la honestidad y tenía una ética tal, que jamás le hubiese pasado por la mente chantajear o amenazar al Pueblo.

Sin embargo, a sólo cinco años de su partida, todo ha cambiado. Acaba de culminar un proceso electoral tan parecido a los de la IV República, en su esencia y contenido. Se hizo gala de todas las trampas y «triquiñuelas» del bipartidismo de AD-Copei durante sus últimos años en el poder, como un reconocimiento tácito de que ya no es posible conquistar la voluntad del pueblo con base en las ideas, las propuestas, el trabajo, la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de la sociedad.

Realmente ganó la trampa, la maniobra. El chantaje grosero y «balurdo» de manipular y engañar a los mas pobres con el miserable bono de los 10 millones de bolívares, con la amenaza directa de recibir o no los exiguos beneficios del carnet, de la caja Clap, en definitiva, de los instrumentos de control social del madurismo. Ni siquiera los adecos, ya en lo peor de su descomposición moral, hicieron algo así.

Un candidato «todopoderoso» amenazando al mas pobre, al débil, al que está al borde de la desesperación, con un «dando y dando» de la vergüenza. Es decir, si no votas por el candidato, no tienes acceso a los escasos programas de protección social, protección que, aunque no resuelven nada, por poco y puntual, para una madre con sus muchachos, para los ancianos, para el desesperado, resulta todo.

¿A dónde ha llevado el madurismo al otrora combativo y altivo, orgulloso y noble, pueblo de Chávez y de Bolívar? El mismo pueblo que se movilizó con Chávez para salir del desprecio y exclusión del que fue objeto durante tantos años, el mismo que lo rescató el 13 de abril de 2002, el que lo siguió en la derrota del Sabotaje Petrolero, en la «Batalla de Santa Inés», cuando levantó las banderas del antimperialismo, del socialismo, ahora detrás de una caja Clap, un bono de miseria, un carnet, así como, antes era el carnet de AD, necesario para sobrevivir. Tremendo daño se le ha hecho a la conciencia del pueblo, al alma del humilde.

Se desarrolló una campaña «ni fú ni fá», de baile y papelillos de colores, el partido de utilería, a pesar de todo el dinero invertido en él y de la clara ventaja que tenía, ni siquiera sacó mas votos que los que sacamos para cualquier candidato a gobernador, los partidos de la «izquierda», que le pidieron a su militancia un «voto castigo al madurismo», votando por el mismo candidato del madurismo (¿?), quedaron reducidos a su mínima expresión; el PSUV, salvó, una vez mas, a Maduro, a pesar de que los asesores del candidato le recomendaron hacer a un lado las ideas y el discurso de Chávez, sus colores, su pasión, sus propuestas; Chávez sólo quedó en unestampado multicolor, lejano, en las camisas estilo hindú del candidato.

Ya hay bastantes números y análisis de los resultados, suficientes para demostrar la abrupta caída en la cantidad de votos obtenidos por el madurismo, tanto que, esta vez, se ganó sólo porque la oposición cometió la torpeza de llamar a la abstención; de otra manera, la diferencia de votos hubiese hecho imposible la manipulación de los resultados, Maduro no le gana a nadie que se le plante en serio. Pero a mí no me ocupan los cálculos de la oposición, es problema de ellos, obviamente fueron motivados por la posibilidad de una salida cruenta de derecha con inusitado apoyo internacional. A mí lo que sí me preocupa son los cálculos o errores del Chavismo, la manipulación del madurismo.

Si alguien piensa o le tranquiliza pensar que «ganamos», están dejando de lado el hecho cierto de que el madurismo ha llevado al Chavismo a una derrota estratégica. Aunque por la inusitada torpeza de la derecha, se hayan «ganado» estas elecciones, lo que los resultados muestran claramente, es el escaso apoyo popular con el que cuenta el madurismo, el rechazo que ha generado en el pueblo a las ideas del socialismo y de la Revolución Bolivariana es profundo, ha arrastrado al Chavismo a un punto bajo, no en términos de número de votos, que ha caído mucho, sino en términos de su papel como un partido revolucionario: lo que ha tenido que hacer para «ganar», en lo que ha tenido que claudicar para seguir apoyándolo, presas de un inmenso fraude, un chantaje político-emocional con la memoria del Comandante Chávez, cayendo en el ejercicio de la política con «p» minúscula, engañando y permitiendo que se maltrate a su propio pueblo.

No faltará el pragmático o «táctico» que diga: «bueno, no importa, pero retuvimos el poder». Les digo camaradas, se trata es de hacer una revolución, porque el «poder» hace tiempo lo perdió el pueblo, está secuestrado por un grupo que hace un abuso constante del mismo para satisfacer sus intereses e imponer su visión improvisada-irresponsable-reaccionaria-malandra de cómo gobernar al país.

Este gobierno del caos ha impuesto un «paquetazo» neoliberal, de los mas salvajes y atrasados del mundo, en nombre del Chavismo, del socialismo: hiperinflación de mas del 17.000 %, caída acumulada del producto interno bruto por cinco años consecutivos, una devaluación implícita y oficial de la moneda por cientos de miles de veces su valor, sin control de la economía, liberando los precios de manera soterrada, destruyendo el trabajo, dividiendo a las fuerzas revolucionarias, a los trabajadores, sometiendo a toda la sociedad al desasosiego de no conseguir lo mínimo para vivir mal, imponiendo el miedo, la violencia, el abuso y la corrupción a todos los niveles, haciendo que cunda el desencanto, la desesperanza y, lo peor, imponiendo una ética del «pranato», del «sálvese quien pueda», del egoísmo, con una élite obesa que practica el cinismo todos los días, incapaz de asumir responsabilidades y con una desconexión absoluta con el sentimiento y necesidades del pueblo.

Lo peor de todo este resultado es que el Chavismo ha perdido su natural capacidad de revisarse, de ser críticos, rebeldes, un factor transformador. Se ha impuesto el silencio cómplice, decepcionante. Cuando he levantado mi voz para advertir justo lo que ahora está pasando en PDVSA, un desastre anunciado, y lo que ha pasado con la economía y la política; cuando lo hice de manera constructiva y desde una perspectiva Chavista y revolucionaria, salieron «los pranes» y los voceros tarifados del madurismo, a descalificarme y a ejecutar una operación de linchamiento moral y persecución de una ferocidad tal, que ni siquiera la han merecido los golpistas con los que después se dialoga. Pero el Chavismo, sus dirigentes históricos, guardaron silencio, sin entender que las campanas no doblaban por mi, doblaban por el chavismo.

El madurismo ha hecho de todo para mantenerse el poder y controlar con sus «panas», familiares y socios, todos los estamentos del Estado y sus instituciones. Personas sin un atisbo de capacidad, conocimiento y honestidad. Han acabado con las instituciones fundamentales del Estado, las han corrompido, las han hecho colapsar.

Pero también han silenciado a las fuerzas morales del país; tanto escritor e intelectual de «izquierda» que ha vivido siempre criticando y opinando, hoy guardan un silencio inexplicable; directores de medios que se ufanaban de su postura crítica, hoy se autocensuran; conductores de programas de televisión que tuvieron que tragarse sus palabras; políticos de sobrada experiencia; partidos que se dicen revolucionarios; todos han callado. Son pocos los honestos, valientes, que han mantenido una postura coherente, crítica, me quito el sombrero por ellos, los pocos revolucionarios que han dicho lo que les corresponde decir y hacer, en momentos de tanta confusión, extravió.

He advertido que, después de estas elecciones, se desatarían los demonios, los del madurismo.

En una primera instancia, el madurismo, aprovechará este «aire» que le da el Chavismo, para seguir desmantelando a las distintas corrientes ¡dentro del mismo Chavismo! Los que crean que no es con ellos, se llevarán la sorpresa que la cosa era contra todos los factores revolucionarios, o los que, sencillamente, no sean de su «confianza», es cuestión de tiempo. Tienes que subordinarte a ellos, negar a Chávez, abdicar de tus principios para que el madurismo te deje en tu «espacio de confort», como les gusta decir, pero basta que alguien quiera tu puesto o que expreses alguna disconformidad, para que se «vire» la situación en contra tuya. Sólo hagan una revisión: ¿Dónde están los ex ministros de Chávez? ¿Dónde los Jefes Militares de Chávez? ¿Y los que quedan, qué hacen, qué fuerza tienen?

Como se sabe que la situación económica es insostenible, ante la ausencia de un Plan y la falta de valor para asumir responsabilidades, para rectificar; como saben que cuentan con poco tiempo antes de que algo insospechado suceda, entonces, avanzarán los demonios, lo mas rápido que puedan, para asegurarse, por el miedo y la persecución, el control de todo el país.

Por eso, se incrementará la persecución de revolucionarios: Chavistas, oficiales militares, todo aquel que resulte peligroso o sospechoso para el madurismo. Seguirá la censura, el aislamiento internacional, la violación de los derechos humanos de los encarcelados, los perseguidos, los allanamientos, el abuso de poder, las mentiras y acusaciones-condenas del Ministerio Público, la manipulación del Poder Judicial, será el silencio de todo el país, una especie de obscurantismo, un país desconectado, violento, atemorizado. Están desesperados, y eso los hace mas peligrosos.

Ojalá no fuese así, ojalá me equivocara, ojalá los presos de PDVSA, de CITGO, los presos políticos de todas las posiciones, los rehenes, los acusados-condenados sin juicio y derecho a la defensa, los perseguidos, tuviésemos la suerte de los señores de la directiva de Banesco, encarcelados en una de las habituales «razzias» pre electorales «dakasos» del Ministerio Público, acusados-condenados. Pero vino Escotet y de repente, nadie sabe qué paso, o cómo hizo, pero los sacó, allí están las fotos, ya en libertad.

Bien por ellos, pero allí siguen presos cualquier cantidad de trabajadores, ex ministros, simples funcionarios, gerentes, empleados, políticos y muchos mas; secuestrados, sin derecho a la defensa, violentados todos sus derechos. Lo vuelvo a decir, si es que alguien cometió un delito, el Ministerio Público es el llamado y obligado, jurídica y legalmente, a demostrar que lo hicieron, se debe presumir la inocencia, «nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario» y demostrarlo, implica el desarrollo de un complejo proceso, su sustanciación, la comprobación y valoración de todas y cada una de las pruebas correspondientes, mas aún, en el caso del Derecho Penal, en el que todo hecho calificado como delito y toda sanción, son de Reserva Legal, es decir, solo lo son si la ley formal (no el decreto ley) expresamente lo define como tal; deben garantizarse sus derechos fundamentales, el derecho a la defensa, como se está haciendo con los señores de Banesco, a menos que, exista en el madurismo un «doble racero», dos caras de la justicia, un trato especial por ser banquero. Todo es inconsistente.

Hay sectores enteros que están en plena disputa, donde están desatados los demonios, tal como la Fuerza Armada. No se puede ocultar que algo sucede en el seno de todos los componentes de la Fuerza Armada Bolivariana, yo no me como el cuento de la «conspiración de derecha», puesto que esta institución está profundamente comprometida con la Constitución y el pensamiento Chavista, lo han demostrado fehacientemente. Sin embargo, siguen las detenciones de oficiales, los rumores, la vigilancia, la sospecha.

En PDVSA, aunque ha sido desmantelada, desbandada, perseguida y, sobre todo, vilipendiada en su honor, su nombre, su autoestima, los demonios están sueltos hace tiempo. Aunque la empresa está en niveles de colapso, desmoralizada, con la producción mas baja de toda su historia, con las refinerías inoperantes y sus operaciones medulares comprometidas por una pésima gestión en estos últimos cuatro años; aunque la empresa está en su peor momento, como si se tratara de otro sabotaje petrolero, su estructura, hombres y mujeres, su historia y conciencia es tan fuerte y profunda en ella que aún resiste; resiste a hundirse, a tirar la toalla, es una gran empresa.

Por ello, los distintos grupos de poder dentro del madurismo, los demonios, se la siguen disputando, despedazando, para, como he denunciado, entregarla al interés transnacional. El Ministro-Presidente tiene poderes extraordinarios, como nunca antes, para hacer lo que quiera en la industria; la situación luce desesperada, trancada, con una Junta Directiva inoperante, los puestos y responsabilidades son reflejo de las luchas internas y apetitos de poder, pero al final, no se dan cuenta que el problema de PDVSA está en Miraflores, todo pasa por allí. No saben qué hacer, seguirá colapsando la empresa, a pesar del esfuerzo heroico de sus trabajadores.

La economía está absolutamente fuera de control. No hay gobierno de la economía. No hay Plan, ni articulación de cuadros preparados. Se vuelve al argumento del diálogo con los sectores privados, el sector productivo. Nadie les cree. No hay confianza en la capacidad del gobierno para conducir la economía, los asesores del madurismo están desenmascarados, nadie va a poner su futuro en manos de estos improvisados. Todo el sector económico sabe que ciertos grupos de interés privado están detrás del madurismo, haciendo negocios, cuadrando operaciones, «agarrando lo que queda», haciendo fortunas extraordinarias, controlando la política y las decisiones en el país. Los demonios, los azotes del pueblo, siguen su danza destructiva: especulación, hiperinflación, escasez, mercado paralelo, «bachaqueros», corrupción, robo. Un desastre.

Mientras los demonios del madurismo se desatan, las amenazas externas y la intromisión extranjera siguen estrechando el cerco, apretando el cuello de la patria: sancionan, bloquean, amenazan, confiscan, llaman a sus embajadores. Está claro que este gobierno no está preparado para defender al país de la agresión extranjera, no tiene la capacidad, ni los medios para hacerlo, lo peor, no tienen la disposición para hacerlo.

Si el gobierno ni siquiera es capaz de defender a sus ciudadanos, que por cientos de miles o millones salen del país y son objeto de todo tipo de maltratos y abusos en el extranjero; si PDVSA no es capaz de defenderse de la acción legal de una compañía «Conoco», que no sólo perdió el arbitraje (los derrotamos, pero eso no lo explica el gobierno, no sabe, no quiere), sino que lo que hace es «patotear» a nuestra principal empresa, sin que su directiva se hubiese anticipado a tal acción, convirtiendo un éxito rotundo en un fracaso; si nuestra política exterior de los últimos tres años ha estado signada por los insultos de «tuiter», la política de «carrito chocón», la paranoia y el irrespeto; si no son capaces ni siquiera de defender nuestras aguas territoriales ante las operaciones de la «Exxon» para explotar nuestro petróleo en licencias que otorgó Guyana de manera ilegal, si; por el contrario, se toca la puerta trasera de la transnacional para pedir que explotemos de conjunto; si hay tal nivel de caos y disfuncionalidad en las Finanzas, la producción, el gobierno, entonces ¿Cómo le van a hacer frente a todas las amenazas e injerencia extranjera que hoy asoman?

El hecho de que el madurismo se haya «rociado de gasolina», porque no tienen alternativa, no quiere decir que rocíen de gasolina a todo el país, a nuestro futuro. Si se gobierna un país, se debe tener la responsabilidad y el valor de defender la soberanía, la integridad de la patria: con firmeza, con claridad, con responsabilidad. Porque si las fuerzas hostiles ven a un país en crisis, un liderazgo inconsistente, débil, un Estado debilitado, un gobierno que persigue y reprime, una Fuerza Armada bajo sospecha, su economía destrozada, un creciente aislamiento internacional, su principal empresa destrozada, entonces, se estimula la agresión, se presume una victoria fácil. Es un poco la situación del General Noriega, provocando, despotricando, blandía un machete, mientras, al mismo tiempo siempre negoció con sus verdugos, bastó una operación militar quirúrgica para que cayera todo el país.

No es la primera vez que somos amenazados, ni PDVSA sancionada, ya lo vivimos con el Comandante Chávez, lo vivimos en 2010 cuando impusieron sanciones a PDVSA, pero sabíamos qué hacer y lo hicimos, el liderazgo del Presidente Chávez y del gobierno nacional era tan fuerte y firme en sus convicciones; con todo el pueblo y el país cohesionado que, ni siquiera la administración de Bush pudo hacer nada contra nosotros; mucho menos permitimos que se nos aislara, porque el mismo Jefe de Estado, era, a su vez, un líder político del hemisférico, a nivel mundial.

Esto es lo que vendrá, la danza de los demonios, todo empeorará, porque el problema sigue en Miraflores. El Presidente, que además maneja y controla todo el poder; sin embargo, en su afán de no asumir responsabilidades, habla al país en su discurso de juramentación y reclama a su propio gobierno, denuncia su propia acción de desgobierno, como si estuviese hablando de otro gobierno; entre chanza, risotadas, gritos, todo augura que seguirá lo mismo.

Insiste en que él no es el culpable, que son todos menos él. Ya ha perseguido a medio país, ha debilitado al Chavismo, ha destrozado a PDVSA, persigue a los militares, encarcela, arremete, amenaza y dice que no es su culpa. Ya se acabaron las excusas, las conspiraciones, tendrá que intentar, aunque sea hacer el esfuerzo, de gobernar y resolver los problemas urgentes de todo el pueblo, del país, no hay tiempo y esta victoria pírrica no le da mucho piso político, por ello desata a los demonios.

Pero, pensándolo bien, y dado que, dentro de todo, los demonios son algo serio, temibles, por lo menos son una figura bíblica, me parece mas bien que la danza del madurismo, en vez de los demonios, es la del «espantador de la comarca», como le gustaba decir al Comandante Chávez, es decir, los que se dedicaban a espantar a su barrio, al pueblo, asustar ancianos, niños, cobardes, amenazar al débil.

Si de lo que se trataba era de «ganar» la elección y «mantener el poder», entonces ahora el Chavismo debe exigir que un gobierno de emergencia, Chavista, de la Patria, asuma la conducción, restablezca plenamente la Constitución, lleve adelante un Plan de Emergencia, capaz de detener la caída y comenzar a levantar cabeza, convocar a los patriotas, a los mejores, a todo el Pueblo a dar una batalla definitiva para reconstruir al país.

Nuestros problemas los arreglaremos los venezolanos, sin injerencia extranjera; el madurismo, fue una etapa, demostró que no puede gobernar al país, la victoria pertenece al Chavismo. Nosotros, todos juntos, sabemos cómo hacerlo, tenemos cómo hacerlo; hay recursos, ideas, fuerza, mucha moral y todo un pueblo que volverá a recuperar el poder que alguna vez tuvo; con Chávez siempre ¡Venceremos!

El batallón sin nombre

Hoy es un día importante para el país, para ti como ciudadano, sin duda de lo que hoy suceda se desprenderán situaciones que continuarán agravando el curso de la vida de nuestro pueblo, en este remolino desestabilizador que nos ha arrastrado a una situación inimaginable para nuestro país.

Lo que se diga hoy, nada cambiará el curso de los acontecimientos políticos, me refiero al resultado de las elecciones. Lo único que me bastaría agregar es que ha sido una campaña lamentable, sin contenido, ni brillo, ni pasión, ha sido otra oportunidad perdida para rectificar y hacer, convocarnos para hacer frente a la crisis sin precedentes que padece nuestro pueblo.

Los que de manera tan desacertada han conducido los destinos del país en este periodo presidencial que esta por culminar, el madurismo, en su corta e irresponsable visión política, impregnada de bilis e intereses mezquinos, ha preferido estimular fuerzas políticas que van desde la derecha hasta opciones indeterminadas obscurantistas, mientras persigue revolucionarios.

Se han podido estimular y permitir la participación en las elecciones de corrientes revolucionarias, del ámbito del Chavismo, para darle a nuestro pueblo, de manera libre y democrática, opciones entre las cuales buscar salidas a la crisis, pero desde el campo de la revolución, sin embargo no se hizo.

Asumí el riesgo y el costo de llamar la atención de los errores y severas desviaciones que nos conducirían inexorablemente a esta precaria situación política, económica y social que hoy sufre el país. Cuando expresé mi intención de postularme como candidato, en ejercicio de mis derechos políticos y ante la necesidad de abrir una discusión en el seno del PSUV, fui objeto de la persecución y descalificación del madurismo, encabezada por el propio presidente, utilizando al Ministerio Publico y todos los medios de los que dispone, en una judicialización de la política, conocida como «lawfare» y un claro abuso de poder.

He asumido mi responsabilidad ante la historia y lo seguiré haciendo en defensa de nuestra revolución y nuestros principios, en defensa de la obra y legado del Comandante Chávez. Hoy soy un exiliado, amenazado de prisión en mi propia patria, linchado moralmente e impedido de estar entre mis afectos, mi patria, mi pueblo. Igual o peor suerte han corrido otros exministros y oficiales del ejército ¿Cómo pudo y porque sucede esto a exministros, ex jefes militares, hombres de confianza del Comandante? ¿Cuándo cayó el gobierno de Chávez?

Mi propia situación es un indicador de la descomposición del quehacer político actual y de lo que el madurismo está dispuesto a hacer para mantenerse en el poder, a costa de lo que sea. Además, es una muestra de su incapacidad para escuchar, rectificar, de su soberbia y mala intención.

De no ser esta mi situación estaría allí entre ustedes trabajando en un impostergable proceso de reconstrucción de la patria, como siempre lo he hecho a lo largo de mi vida.

Sin embrago, este periodo tan difícil, lo he utilizado para prepararme, revisarlo todo, reflexionar sobre nuestros aciertos y errores, repensar una propuesta para el país que logre reconstruir nuestra sociedad y a la patria, desde una perspectiva revolucionaria, transformadora. Restablecer la espiritualidad y la pasión del pueblo, la certeza de que un mundo mejor es posible, donde los hechos extraordinarios se conviertan en cotidianos para todo nuestro pueblo. Restablecer los equilibrios espirituales y materiales de funcionamiento de nuestro país, restablecer el trabajo y la solidaridad como factores motores de la sociedad.

Observando la situación del país, escuchando a los que se van de la patria, el testimonio de los que están allá en la dura batalla del día a día, de los trabajadores, de los que viven en una angustia diaria por conseguir los bienes esenciales, los que viven con miedo, uno no deja de sentir indignación.

Nuestro pueblo esta a merced de los mecanismos más salvajes del capitalismo especulador, destructor del trabajo y la ética revolucionaria; a merced de una dirección del gobierno improvisada, desacertada, inmoral, que ha debilitado tanto al país, que hoy somos vulnerables a las fuerzas más agresivas del planeta, la extrema derecha agazapada desde el exterior, con sus escenarios de violencia e intervención.

Observando esta situación calamitosa y extremadamente peligrosa, pregunto ¿Cómo es posible que todo se haya deteriorado de esta forma dramática en tan solo cinco años? El país ha caído en una especie de obscurantismo, no se discute, no se debaten ideas, existe mucho miedo a hablar, opinar, criticar; un país desconectado, aislado, del que la gente huye; existe mucho autoritarismo, abuso de poder, pranato, violencia. ¿Por qué? ¿A cuenta de qué?

Ante este desastre, uno se pregunta ¿Cómo fue que llegamos a este punto? ¿Cómo es posible tal sucesión de errores, tanta improvisación, tanta irresponsabilidad? ¿Cómo es posible que las ansias de poder, el egoísmo y la debilidad ideológica hayan arrasado con el legado del Comandante Chávez? ¿Cómo es posible que hayan destruido lo que tanto esfuerzo nos costo construir en doce años de Revolución con Chávez, las Instituciones del Estado? nada se respeta, todo es una farsa.

¿Cómo es posible que el madurismo le haya dado a la derecha los argumentos que nunca tuvo para atacar a Chávez? ¿Qué hayan llevado a nuestro pueblo a tal situación de pobreza, material y espiritual, que borraran la esperanza de los ojos de los jóvenes, los humildes? ¿Cómo es posible que hayan envilecido tanto la ética y el ejercicio del poder? ¿De dónde salieron estos personajes, emblemáticos del madurismo, del pranato de la política, del malandreo? ¿Cómo es posible que hayan destrozado a PDVSA?, ¿Entregado el Arco Minero? ¿Cómo es posible que hayan entregado la conducción de la economía a incapaces e irresponsables, «asesores» y grupos económicos que preparan el saqueo del país?

Estas preguntas y otras muchas más, tendrá que responderlas el madurismo ante la historia. Tendrán que rendirle cuentas a la memoria del Comandante Chávez y al pueblo.

La dirigencia del madurismo no ha estado a la altura de sus responsabilidades. Han defraudado la tarea confiada por Chávez. No se trata de mantenerse en el poder de cualquier forma, se trata de hacer una revolución, de defender la patria, de proteger al pueblo, no de convertirlo en una masa manipulada y dependiente de los bonos de la miseria.

Se trataba de hacer una línea de defensa de todo lo conquistado con tanto esfuerzo por Chávez, y desde allí, como en la batalla de Santa Inés, avanzar y trabajar intensamente y vivir de una manera «humanamente gratificante», cumplir con el Plan de la Patria, el legado político del Comandante Chávez. ¡Esa era la tarea! no lo que ha pasado.

Mientras esto sucede en la conducción del gobierno, la extrema derecha, aparentemente desbandada, pero con extraordinario apoyo internacional, se prepara para saltar sobre el país y sus instituciones, profundamente debilitadas; van a seguir asediando el poder que, saben, se sustenta sobre el miedo, la necesidad y la manipulación de todos los medios a disposición del Estado, no se sustenta en razones sagradas para la lucha, para la vida, no se sustenta en una ética ni una acción revolucionaria, no en la esperanza de los humildes.

La extrema derecha apuesta por un desenlace cruento, se sigue clamando por la injerencia externa. Nadie, con dos dedos de frente, debe aplaudir, ni estimular, la injerencia extranjera, ni la violación de nuestra soberanía. Estuve dos años en el Consejo de Seguridad de la ONU y conozco bien cual es el libreto de la intervención extranjera y la guerra. Allí están Irak, Libia, Siria con sus millones de muertos y destrucción, como una trágica muestra de ello.

La situación del país, es tan grave, tan compleja, en lo interno y externo, que no se puede dejar en manos del madurismo, ni en ninguno de los candidatos y mucho menos en mano de la oposición.

Por eso, independientemente de quien resulte electo el día de hoy, de lo que hoy suceda, insisto en la necesidad de un gobierno de emergencia que aborde al menos diez puntos para reconstruir y defender la patria, tal como lo esbocé en el artículo anterior. Abrir una gran discusión, un debate y un proceso de revisión y reimpulso.

Un gobierno de emergencia que actué estrictamente apegado a la Constitución vigente y que tenga como prioridad, salir de esta crisis y restablecer los equilibrios para desarrollar y alcanzar el Plan de la Patria junto a sus objetivos histórico, que siguen todos vigentes.

Esto es lo que se impone como impostergable tarea para todos, deslastrarnos de una clase política, del madurismo y la oposición, envilecida por el poder, el oportunismo, los intereses de grupo, la ausencia de ética y valor para llevar al país hacia un futuro posible, sin caos, que funcione, que tenga un modelo económico basado en el trabajo, con una ética basada en la solidaridad, la verdad, la transparencia, el altruismo, el desprendimiento, que sobreponga los más sagrados intereses de la patria a cualquier otro. Que deje atrás la corrupción de un modelo podrido, un capitalismo dependiente y salvaje, una economía deformada y periférica, que, como el castigo de Sísifo, cíclicamente nos hace caer en la crisis de su lógica, de su propio «metabolismo».

Hay que hacerlo por ese pueblo humilde, que ama y extraña al Comandante Chávez, que no entiende bien que sucede, manipulado en su pureza e ingenuidad política; hacerlo por los jóvenes que por cientos de miles abandonan el país, buscando un horizonte que le permita vivir, tan sencillo como eso, que esta harto de los pactos, componendas de las elites políticas-económicas; hacerlo por los que se quieren quedar a reconstruir la patria, los que la llevan en la sangre, en el corazón.

El madurismo debe hacerse a un lado, no pudo, no quiso, resulta obvio, mas allá de las excusas y truculentas acusaciones que nadie cree, que no ha podido con el país, manejar esta situación, y no podrá hacerlo, al contrario, la agrava por su empecinamiento y ansias de poder, que resultan inexcusables en alguien que se llame revolucionario.

Maduro gobernó sin el equipo de Chávez, rodeado de los «suyos», de «asesores» de todo tipo: económicos, «espirituales», rodeado de grupos económicos, oportunistas y arribistas, ha gobernado sin estudiar, sin escuchar, con arrogancia, con múltiples comandos, donde manda su circulo intimo, como en época de Lusinchi, entregado a fuerzas de todo tipo que no lo han aconsejado bien, ha fracasado.

Pero el madurismo no puede hacerse a un lado para darle el paso a la derecha, en un nuevo pacto, cocinado a fuego lento por sus «negociadores estrellas», campeones del tuiter; o darle paso a la extrema derecha y la injerencia extranjera por su manifiesta incapacidad de defender la revolución.

No, el madurismo debe hacerse a un lado para darle paso al Chavismo, recomponer al Chavismo, convocarnos todos para analizar lo sucedido, los errores cometidos y recomponer nuestras fuerzas para avanzar. Es responsabilidad de los lideres históricos del Chavismo de que así sea antes de que caigan, uno a uno en la razzia del madurismo. Yo estoy presto para este esfuerzo monumental, pongo a disposición de este esfuerzo conocimiento, experiencia y sobre todo la irreductible determinación de vencer.

En aquellos momentos aciagos para la patria, durante los años terribles de la Segunda República, por allá en 1814, nuestro Libertador Simón Bolívar entró en combate en Cabudare, dispersando y derrotando al enemigo español el cual emprendió la huida a Carora, sin embargo, seguía siendo una fuerza capaz de rehacerse, eran las tropas de uno de los imperios más poderosos del planeta.

Así, logro reagruparse y volver a atacar a las fuerzas patriotas; «…entonces, por una desgracia cuyo origen era la falta de hábitos militares arraigados y la indisciplina de ejércitos improvisados, tocó un corneta inapropiadamente el toque de retirada, …»(F. Larrazábal. Simón Bolívar, vida y escritos del Libertador, tomo I) después de los cual sobrevinieron grandes perdidas en hombres y la acción militar que ya era ganada por el Libertador, se convirtió en una derrota por la acción de improvisados.

«…Bolívar, a quien había indignado hasta el extremo la inexcusable conducta…» de estos improvisados, le dio el título de «Batallón sin nombre» y no le permitió tener banderas. El Libertador, riguroso en la conducción de todos los asuntos, sabía que el pueblo noble, ese de lanza al ristre, el de a pie, en cotizas o descalzo, no tenía responsabilidad en los errores que los condujeron a la desbandada, a la derrota. Los humildes seguían a Bolívar, luchaban por la independencia, por ello les arengo a recuperar su honor en el campo de batalla.

Sus banderas las obtuvieron de nuevo en la Batalla de Araure, donde recuperaron, con un «denuedo heroico», el honor para su batallón con las banderas y nombre dadas por el Libertador, como el «Vencedor de Araure».

Así, ese inmenso y noble pueblo humilde, el de Chávez, los hombres y mujeres de la Patria, la Juventud, los profesionales, trabajadores, campesinos, obreros, estudiantes, el Poder Popular, los que se han ido, no tienen la culpa de los desvaríos y errores del madurismo que nos ha debilitado como nunca antes, que han convertido nuestro país, en una tierra de desesperanza y supervivencia. En una derrota.

No, el pueblo esta allí y tiene la palabra, no le debe lealtad a ningún grupo que se haya apropiado del nombre de Chávez, que ha destruido su legado. Juntos daremos un combate para recuperar las banderas y el nombre de Chávez, en el campo del honor más sagrado: la Patria. Con Chávez Siempre, ¡Venceremos!

Después de las elecciones

Y un comentario sobre Conoco-Phillips

A una semana de las elecciones debo decir que estas se parecen mucho a las de la IV República, pero sin bipartidismo. No hay opciones revolucionarias, no hay discusión, no hay programas, nada que comprometa. No hay emoción en la calle, no hay pasión, cada vez hay más indiferencia o resignación en el pueblo.

Se miente descaradamente, ahora de una manera increíble, algo así como: «yo arreglare, lo que yo mismo destruí», «esta vez sí lo voy a hacer bien», «prometo que ahora si arreglare la economía», «lo juro» y lo peor, se abusa y humilla al pueblo al condicionar la caja de comida y los bonos de supervivencia al voto, se juega con el hambre, es un «dando y dando» de la miseria.

La campaña dirige mensajes que destruyen la conciencia, se promete la prebenda, la salida fácil y la revancha contra un enemigo inexistente, pero se estimula el caos. No hay nada que llame a un proceso de reflexión, unidad, trabajo, lucha para salir de esta crisis. Claro, no puede haberla, porque hablar de la realidad golpea al candidato, por ello los «asesores» siempre insisten en que este evada responsabilidades, no dé la cara, no asuma, siempre será otro: «la guerra económica», «la conspiración», PDVSA, «la corrupción», «el traidor», etc. Si para sostener esa mentira deben llevarse por el delante los principios, la verdad, a inocentes, la gestión y el legado de Chávez, no importa.

Se promueve y prestigia la campaña «ni fu, ni fa», un movimiento de utilería, que pasea por el país en transportes públicos de colores de feria, mientras el pueblo se traslada amontonados en camiones, en una situación que destruye diariamente la auto-estima de los humildes y expone de manera grosera cual es la ética del madurismo.

Al Chavismo se le llama a votar por nada, no hay una propuesta de cómo salir de este desastre, solo se le dice que tiene que votar por maduro, así de sencillo, sin discusión, sin compromiso de ningún tipo, por él mismo que ha destrozado al país y sepultado la revolución y el legado de Chávez.

Pero es el chantaje, «no podemos entregar el país al imperialismo», «no abrirle las puertas a la derecha», «no entregar la revolución», mientras por detrás se entrega el Arco Minero, PDVSA, La Faja Petrolífera del Orinoco, se desarrolla una «rebatiña» de los escasos dineros públicos y el pueblo con la vida diaria hecha una miseria, comiendo basura y saliendo del país como sea, como consecuencia del desgobierno de una cúpula que controla todo el poder, que secuestro al Chavismo y hace lo que se le venga en gana.

Un gobierno que hace bastante tiempo dejo de ser revolucionario, a pesar del esfuerzo de muchos compañeros que, de manera ingenua o desesperada, tratan de hacer las cosas bien, sin entender que todo depende del madurismo y que, el que levante la cabeza o diga algo distinto va fuera, execrado o termina perseguido y preso.

Usan y manipulan el amor del pueblo por Chávez, pero el Comandante no aparece por ningún lado, ¿donde está su esencia, sus discursos encendidos, revolucionarios?, ¿donde está su palabra, su compromiso con los humildes, su programa de acción? No, no está más. Todo está sepultado por los papelillos de colores y «gingles» de campaña, una campaña vacía, sin contenido.

De tal manera que los revolucionarios no tenemos opciones en esta fiesta electoral. Es una cuestión de principios, nunca traicionaremos a Chávez.

De este hecho, sobrevenido, se desprende la principal contradicción en esta campaña. A los Chavistas se nos ha impuesto un candidato que no nos representa, pero tampoco existe nadie en la contienda que refleje nuestras posiciones. Cada quien hará lo que dicte su conciencia.

Por otra parte, la derecha más violenta y vinculada a los intereses extranjeros, apuestan a capitalizar una abstención que no les pertenece, sino que es producto de la desesperanza, desinterés y hastío del ciudadano por el ejercicio de la política con «p» minúscula y el creciente deterioro de la situación del país.

Lo que parece cierto es que, después del 20 de mayo, el deterioro de la situación socio-económica del país va a profundizarse más y muy probablemente sobrevenga un proceso de desestabilización política que escale hacia situaciones de conflicto impredecibles.

Después del 20 de mayo va a seguir un proceso de deslegitimización de las instituciones por la manera como se han hecho las cosas. El proceso se ha llevado a la brava, «como yo quiero», desde la selección de los candidatos, en el caso del PSUV, no solo no fue posible dar una discusión democrática, sino que, los que asomamos intenciones de participar fuimos reprimidos, uno está preso (Rodríguez Torres) y yo (Rafael Ramírez) exiliado y acusado de cualquier cosa, con la promesa de prisión, por boca del mismísimo presidente.

Se han hecho todas las cosas inimaginables para obtener ventaja. Se inhabilita a los potenciales candidatos, se deja sin voto a los venezolanos en el exterior, se han creado mecanismos de control social para obtener votos, que son tristes porque manipulan las necesidades de un pueblo acorralado por el desastre económico, con una hiperinflación sin referentes en el mundo, la destrucción del salario y el trabajo y un «sálvese quien pueda y como pueda»

Este proceso de deslegitimazión de las instituciones, será seguido de un proceso de creciente desestabilización política, porque volverán al ruedo los actores más violentos de la extrema derecha y se materializarán las amenazas de injerencia proferidas por los voceros de la administración norteamericana.

La economía, va a continuar empeorando, por el hecho de que han hecho colapsar PDVSA, en una mezcla de improvisación e irresponsabilidad con el país, por su manifiesto interés de «controlar» a la industria. No hay un antecedente de mayor torpeza política y desacierto en la toma de decisiones que lo que ha sucedido en PDVSA a partir del 2014. Querían «extirpar» al Chavismo-Ramirismo de PDVSA, la principal empresa del país y para lograrlo, tuvieron que descuartizarla o desmembrarla, vaciarla de contenido y de capacidades, debilitarla para entregarla.

No hay ninguna propuesta de cómo encarar la crisis económica, mas allá de una vaga promesa del candidato que nadie cree, es una palabra que no tiene valor alguno.

En la economía son muchos factores que se entrelazan: el cambiario, el paralelo, inflación, desabastecimiento, el bachaqueo, el contrabando de extracción, falta de alimentos, medicinas, falta de producción, paralización de las capacidades industriales, de la agricultura, no hay insumos, ni agroquímicos, ni fertilizantes; insuficientes ingresos provenientes del petróleo, ya no por los precios, ahora es por la incomprensible caída de la producción de petróleo (pasamos de 3 millones de barriles día en el 3013 a 1,4 millones de barriles día en 2018); el torpe manejo de la deuda, la falta de confianza, la falta de un Plan coherente; la falta de capacidad y calidad política de los responsables de las empresas del Estado, las empresas básicas, semi-paralizadas y sin aportar nada de ingresos; el sistema de distribución de insumos, medicinas, alimentos, los servicios colapsados, el agua y el sistema eléctrico disfuncionales.

Mientras esto se traduce en un aumento exponencial de la pobreza, exclusión económica y social; las salidas individuales y desesperadas del país, la perdida de gran cantidad de profesionales y personal especializado, de jóvenes, la perdida de la esperanza, de la motivación al trabajo; mientras esto sucede, los grupos económicos que soportan al madurismo, no solo adquieren todo tipo de medios de comunicación, activos productivos, controlan PDVSA y el Arco Minero, abriendo el camino a la vuelta de las transnacionales, sino que además son mucho más ricos que hace tan solo cinco años. Compran y controlan todo, hacen política e impulsan decisiones en el gobierno.

Es de esperar un intento de mayor control del país, persecuciones políticas, acusaciones, represión, arbitrariedades de todo tipo. Sera el fin de la «luna de miel electoral», se desatarán los demonios.

La incapacidad en la gestión y el desmantelamiento de las instituciones de la revolución necesitaran de la violencia, el abuso de poder. Cambiaran la Constitución, solo ellos saben con que vendrán, nada se ha discutido, debilitaran más al PSUV, seguirán neutralizándolo, pasaran las «facturas pendientes» a sus enemigos políticos, las amenazas a su poder.

En cualquiera de estos escenarios, gane quien gane, lo que se impone es, más allá de la frustración, desesperanza y fatalismo que parecieran impregnar a la sociedad, al pueblo y al campo revolucionario, es dar la batalla por la recuperación del legado del Comandante Chávez y la reconstrucción del país.

Debemos aprendido mucho de este periodo, hemos revisado todo lo hecho y trabajado en lo que debemos hacer. Son temas que hay que discutir y que nos permitirán avanzar y superar este desastre.

Se va a requerir el esfuerzo de todo el pueblo, de toda la sociedad, de todas las instituciones. Es imperativo mantenernos en una propuesta revolucionaria para el país, de izquierda, Bolivariana, Chavista, socialista. En este país no va a funcionar ninguna propuesta de derecha, ninguna intervención extranjera, así como no va a caminar, no camina, esta especie de gobierno improvisado, reformista y caótico del madurismo.

El país debe ver hacia el futuro, recoger lo mejor de lo hecho todos estos años, en los cuales hemos avanzado tanto, rectificar lo que haya que rectificar, unir a todos los patriotas y movilizar a todas las fuerzas populares para sacar al país de este hueco donde estamos, protegerlo de las amenazas de la extrema derecha, de la agresión extranjera y retomar el sendero que todos queríamos continuar cuando votamos por el Comandante Chávez en el 2012.

Hay que reunificar a todo el pueblo en base a un programa mínimo, un plan de emergencia y lucha por el futuro, con una amplia participación de toda la sociedad, un plan liberador.

Debe ser un movimiento patriota, revolucionario, que nos permita superar este estancamiento de la Republica y retomar el impulso la V República, sus instituciones, su inspiración, su pasión.

Trabajar en detalle, con suma precisión y exactitud en el Plan. Mencionemos, brevemente al menos, diez puntos por el rescate de la patria, pueden ser más o menos, he aquí algunas ideas que me permito esbozar este espacio:

1.- Restablecer el funcionamiento de nuestras instituciones y poderes del país. Convocar un gobierno de emergencia, con un presidente y una dirección colectiva, Chavista-Bolivariana. Nombrar un Gabinete de emergencia, un Consejo de Ministros de probada experiencia, capacidad y calidad revolucionaria en cada una de las áreas de competencia. Reducir y simplificar la cantidad de ministros y ministerios.

Revisar y recomponer con hombres y mujeres de reconocida probidad y trayectoria los Poderes del Estado: el Judicial, Ministerio Publico, Defensoría del Pueblo, Poder Electoral. Convocar nuevas elecciones parlamentarias. Todas las Instituciones deben recuperar su legitimidad y sus competencias.

La Asamblea Nacional Constituyente, debe presentar el proyecto de nueva Constitución, tomando como base la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. El proyecto de nueva Constitución debe ser sometida a votación directa y secreta, la ANC se disuelve al concluir su trabajo.

2.- Apoyo internacional

Debe restablecerse el apoyo internacional al país. Se debe convocar a una reunión extraordinaria de jefes de Estado de la CELAC para explicar al resto de los países de la Región la situación interna y el apoyo político requerido, así como exigir respeto a nuestra soberanía y decisiones internas. Denunciar los intentos de injerencia extranjera.

Anunciar nuestra permanencia en la OEA si y solo si, se produce la renuncia del Secretario General y se desaloja a las instituciones paralelas a las instituciones del Estado. Exigir el reconocimiento de nuestras instituciones y soberanía.

Preparar un paquete de apoyo de la región a nuestro país, haciendo énfasis en el tema de alimentos y medicamentos.

Acudir a la ONU y solicitar apoyo extraordinario para un Plan especial de suministro de alimentos y medicamentos. Solicitar apoyo de la CEPAL para estructurar de conjunto un Plan de remediación económica para el país. Solicitar apoyo a las agencias de la ONU para un Plan especial de atención de la Infancia y demás programas sociales. Explicar en la Asamblea General la situación del país. Exigir respeto a nuestra soberanía y a la carta de las Naciones Unidas.

Solicitar al Papa Francisco su apoyo a la campaña contra el odio y a favor de la paz en nuestro país. En particular solicitarle su intervención para que la iglesia venezolana tome una postura de no injerencia en los asuntos políticos del país y mantener una posición balanceada para que, junto a los otros credos y líderes espirituales del país, impulsemos una campaña en contra de la violencia y la instigación del odio.

Solicitar a los países del ALBA, un Plan especial de apoyo político, económico y social al país. Un programa de abastecimiento de medicinas y alimentos. Un programa de reactivación y apoyo a las Misiones Sociales, en particular las de salud, alimentación y educación, con la presencia de internacionalistas en el área de salud y trabajo social.

Solicitar un programa extraordinario de financiamiento y apoyo logístico al país, tanto a la República Popular China como a la Federación Rusa e India en base a nuestro intercambio petrolero. Acordar un suministro de emergencia de alimentos, medicamentos y logística.

3.- La Batalla por el abastecimiento.

Debe volcarse todo el esfuerzo del Estado y de las Instituciones para restablecer las cadenas de distribución de alimentos al público. Deben reasumirse los programas de Mercal, PDVAL, Bicentenario y Casas de alimentación. Todas las Instituciones, organizaciones populares, trabajadores y soldados deben desplegarse a garantizar el abastecimiento de los establecimientos de venta.

Debe expandirse una red nacional de distribución de alimentos. Mantener de forma constante las ventas al público en espacios abiertos, estimular los mercados populares por municipios, cuadras, organizaciones de vecinos, consejos comunales.

Debe reanimarse y acordar con todas las cadenas privadas de distribución para que puedan recuperar todas sus capacidades de atención y regularizar sus operaciones.

Deben garantizarse los programas de alimentación en las escuelas, liceos, aldeas universitarias, fabricas, empresas. No puede haber personas comiendo de la basura o animales. Debe restablecerse la Misión Negra Hipólita y darles un tratamiento especial a estos casos. Ninguna autoridad o miembro de las organizaciones sociales, civiles o religiosa puede ser indiferente a este fenómeno que golpea en la cara nuestra humanidad.

Deben reactivarse y expandir las casas de alimentación y comedores populares. Deben convertirse en centros de atención y batalla contra la pobreza. Ser protegidos y atendidos por todos los factores de la Revolucion.

4.- Abastecimiento de medicamentos

Los centros de salud, públicos y privados, deben convertirse en centros de expendio de medicamentos, referidos por el médico. Deben priorizarse las enfermedades crónicas y enfermedades de alto riesgo. Deben incorporarse a esta tarea todos los médicos del país, tanto del ejercicio público como privado, las ONGs y organizaciones de salud internacionales.

Solicitar apoyo a la ONU en este programa especial. En el suministro y distribución de estos medicamentos críticos. Solicitar apoyo internacional y a las grandes cadenas de fabricación de medicamentos, incluyendo los genéricos.

Solicitar la reactivación, fortalecimiento y expansión de la Misión Barrio Adentro, para la distribución de medicamentos en las zonas populares. Debe crearse un programa, liderado por el Ministerio de salud, pero con la participación de organizaciones internacionales de salud y de las universidades nacionales, para erradicar las enfermedades y epidemias de las cuales ya nos habíamos liberado en el país.

Lanzar grandes programas de vacunación y suministro de medicamentos, con una amplia participación de todos los ciudadanos, el poder popular, soldados, obreros.

Restablecer las Estadísticas de todo el espectro de salud pública en el país para poder evaluar el pulso del Plan.

5.- La Batalla por la producción de alimentos

Debe priorizarse la producción de alimentos, a gran escala, en las zonas tradicionales, de rubros identificados como prioritarios para recuperar los niveles de consumo de proteínas. Convocar a todos los productores y poseedores de tierras aptas para la producción. Identificar los suministros requeridos, la logística, necesidades inmediatas y vincular la producción con los centros de distribución, de forma directa.

Se debe garantizar el subsidio al productor y procesador contra un compromiso volumétrico y de distribución. Deben protegerse los mecanismos de distribución para que lleguen al destino establecido, con mucha participación popular.

Deben crearse y estimularse anillos de producción de alimentos y siembra de ciclos cortos alrededor de las grandes ciudades. El estado pondrá a disposición de este programa las tierras y medios que posea.

Se solicitará apoyo internacional para todos los programas de producción de alimentos. Suministro de semillas, tecnología e insumos.

La importación de alimentos, no puede competir con la producción nacional. Este sería un programa de prioridad y seguridad del Estado.

6.- Finanzas

Deben restablecerse las capacidades técnicas y la calidad política al frente del ministerio de Finanzas y economía, como ente rector del sector. Restablecer las cuentas nacionales y preparar un programa de equilibrios económicos financieros, con la participación de un equipo de dirección robusto, Finanzas-BCV-PDVSA, capaz de establecer estrategias para alcanzar los objetivos económicos, aprobados por la dirección del país, manteniendo como premisa la defensa y garantía de las conquistas y programas sociales, así como la soberanía sobre nuestra economía.

Debe restablecerse una Junta Directiva del BCV que cuente con la capacidad, conocimientos y compromiso necesario para coadyuvar en el establecimiento de los equilibrios económicos-financieros, en particular en una política monetaria eficaz.

Se debe defender, por razones de soberanía económica, al Bolívar como nuestra moneda de curso legal. Levantar el control de cambio y establecer, con apoyo de los aliados estratégicos, una política monetaria sostenible en el tiempo. Los delitos en contra de la moneda, serán delitos contra el Estado. Debe cancelarse cualquier programa o acuerdo que vulnere nuestra soberanía y control sobre nuestros recursos naturales.

El BCV, debe restablecer toda la información pública respecto a la economía, de manera que retome su rol institucional. En conjunto con el Ministerio de Finanzas se debe informar oportunamente al país y al mundo el desempeño de la economía y las finanzas.

El Estado dejara de imprimir dinero inorgánico y tomara las medidas pertinentes para controlar la inflación, atacando de manera efectiva y con el apoyo de todas las instituciones, los factores que distorsionan la economía, a través de la especulación y manipulación cambiaria. Concentrar la acción en los factores con mayor peso en el fenómeno inflacionario y los que más golpean al salario del trabajador.

Debe irse a un proceso de negociación para hacer una reprogramación de los compromisos de deuda externa. Debe lograrse aplanar en el tiempo los picos de pagos y poder acordar un mecanismo menos exigente para el país. Entre las necesidades del pueblo y el interés de los acreedores, debe privar el interés nacional.

Debe acordarse con los aliados internacionales un programa de postergación de pagos de deuda externa y compromisos financieros, además de acordar el apoyo para un fondo de estabilización macroeconómica, monetaria y un programa especial de financiamiento del Plan de emergencia.

Deben unificarse el manejo de los distintos Fondos existentes bajo la autoridad del Ministerio de Finanzas, colocarlos a cuenta de las Reservas Internacionales, simplificar su manejo, auditar todos estos Fondos e identificar su ubicación y compromisos.

Debe establecerse un estricto control y presupuesto de divisas, de manera de garantizar las importaciones priorizadas y el funcionamiento del aparato productivo, incluyendo PDVSA.

La banca pública debe estar bajo control del Ministerio de Finanzas, subordinarse a su control. El SENIAT debe presentar una propuesta de reforma Fiscal, adaptada a una situación de hiperinflación, esquema de impuestos a la riqueza, abandonar los impuestos regresivos y aumentar la eficacia en la recaudación en términos de bolívares re-expresados.

Revisar la política de precios, ir al esquema de subsidio al consumidor, no al producto, no a la actividad. Restablecer el acatamiento de precios por parte de todos los actores de la economía.

Auditar e intervenir tanto CADIVI, como CENCOEX. Eliminar estos mecanismos inservibles y corrompidos de asignación de Divisas. Identificar los actores económicos e importadores beneficiados en la asignación de divisas preferenciales del Estado. Se impone la rendición de cuentas del mayor desfalco al país.

7.- Política petrolera, PDVSA.

Debe preservarse nuestra política de Plena Soberanía Petrolera en todos sus aspectos, mantener el régimen Fiscal Petrolero y el control del sector. Se deben restablecer las capacidades técnico-políticas del Ministerio de Petróleo, desmanteladas a partir del 2014.

Se debe asegurar la Fiscalización de la producción y exportación de hidrocarburos, se debe restablecer el sistema de fijación de precios tipo formulas, acabar con los descuentos que se hayan otorgado en este periodo y establecer las responsabilidades a lugar.

Hacer una revisión exhaustiva de los contratos petroleros otorgados en este periodo, así como las violaciones a nuestra Ley Orgánica de Hidrocarburos. Hay que hacer una revisión profunda de la situación de producción tanto en las Empresas Mixtas, como en PDVSA. Preparar, junto a PDVSA, un Plan de emergencia de recuperación de producción anual, con revisiones trimestrales. Deben establecerse metas, responsables y recursos.

Debe cambiarse de inmediato toda la Junta Directiva de PDVSA, colocar los directores internos de acuerdo a sus capacidades, conocimiento, experiencia y compromiso político. Todas las funciones críticas: producción, finanzas, refinación, comercio y suministro, deben ser intervenidas, auditadas y restablecidas las competencias técnico-políticas en todas las áreas operativas. Restablecer la autoridad y competencia de las líneas de mando operacional.

Se deben derogar todos los decretos ilegales del periodo. Se debe establecer un plan de emergencia, para incrementar la producción, recuperar la declinación de producción, la producción diferida en todas las áreas, la logística operacional, la operatividad y seguridad del sector de Refinación. Debe intervenirse Comercio y Suministro, restablecer las operaciones con esfuerzo propio, no utilizar «traiders», ni seguir otorgando descuentos.

Convocar a los socios y aliados internacionales para elaborar el plan de recuperación de conjunto. Se debe liberar toda la factura petrolera, postergando los compromisos y otros acuerdos que comprometan la volumetría.

Reactivar el plan de Soberanía para hacer frente a las sanciones y demás limitaciones impuestas a la actividad. Restablecer las condiciones económicas y de trabajo de los obreros y empleados. Llamar a una gran movilización interna de los trabajadores en defensa de la Industria y de nuestra Política Petrolera, incorporarlos activamente al Plan de emergencia de recuperación de la producción y capacidades operativas.

Liberar a los trabajadores que están secuestrados y retenidos de manera ilegal. Cesar la persecución policial y política dentro de la empresa. Restablecer el clima de confianza, participación y respeto a los trabajadores y a la institución. Restablecer el nombre y prestigio de nuestros trabajadores y de PDVSA.

Intervenir la VP de Finanzas y hacer una auditoria de todos los procesos internos, pagos a proveedores, contrataciones, operaciones de financiamiento, situación financiera de la empresa.

Activar la estrategia legal de defensa de la empresa ante los reclamos y acciones hostiles de transnacionales y otros agentes internacionales. PDVSA, ni ninguna de sus filiales puede ser privatizada, ni total ni parcialmente.

8.- Empresas del Estado

Intervenir y revisar las juntas Directivas, organización y funcionamiento de las empresas del Estado. Deben agruparse por conglomerados o corporaciones, eliminar las transacciones mercantiles entre ellas, ir al Sistema Presupuestario de Financiamiento. Reorientarlas hacia las prioridades de producción y servicios establecidas por la Dirección. Ninguna empresa será privatizada.

Deben revisarse los contratos entregados en el Arco Minero, los que que lesionen nuestras leyes, al ambiente, que vulneren los derechos de nuestros pueblos indígenas y que sean contrarios a nuestro interés nacional. De igual forma debe hacerse en la Faja Petrolífera del Orinoco y cualquier otra privatización o entrega soterrada de bienes de la nación, incluyendo los que están en el exterior.

Todas las empresas deben priorizar la situación de desabastecimiento y objetivos de producción de alimentos e insumos, trabajar bajo la idea de integración de cadenas, ejerciendo liderazgo sobre el sector privado de su actividad.

Debe establecerse un Plan de toda la cadena para lograr el objetivo de abastecer las necesidades de consumo del país y debe establecerse una prioridad en los requerimientos de insumos, repuestos y materias primas. Todo el sector productivo debe exportar un porcentaje de su producción suficiente para financiar su propio requerimiento de divisas. Hay que mantener como norte la Soberanía Económica del país.

9.- Los que se han ido

Los cientos de miles o millones (no se sabe a ciencia cierta) que se han ido del país en este periodo deben volver. En vez de insultarlos y ofenderlos, lo que se debe empezar por entender es que nadie deja su patria, afectos y vida, si no es por la desesperación, desesperanza y frustración.

Lo primero que hay que hacer es un llamado general para identificar donde están. Exigir a los gobiernos de acogida, su protección y respeto como establecen los tratados y acuerdos internacionales y como reciprocidad a lo que ha sido históricamente nuestro comportamiento como país receptor. Mientras estén fuera del país, el Estado venezolano debe protegerlos, ayudarlos, no hostigarlos, ni desconocerlos.

Establecer un canal de comunicación y crear una institución u organismo, con carácter de Misión, para lograr la reinserción, la vuelta al país. Hacer las evaluaciones económicas-sociales-políticas-emocionales, para identificar los planes respectivos, por sector, región, edades, para que vuelvan. El Estado debe garantizar las condiciones para que no se vayan y para que regresen. Todos son muy importantes para recuperar al país.

10.- Comisión de Verdad, Justicia y paz

Debe ser amplia, multi-disciplinaria y con mucho prestigio y reconocimiento. Con apoyo de los premios Nobel de la Paz y del Papa Francisco. Con apego a nuestras leyes y soberanía jurisdiccional.

Se deben liberar los presos por razones políticas que estén retenidos sin juicio, sin respeto a sus derechos humanos, a la defensa, a los que están consagrados en la Constitución. Debe cesar la persecución por razones políticas, como mi propio caso, y debe haber una reparación al daño al honor y reputación de los que hemos sido vilipendiados, acusados y condenados por el Presidente o por el Fiscal triste-poeta.

Deben rendir cuentas ante la justicia todos aquellos que sean culpables de crímenes durante las sucesivas oleadas de violencia callejera, tanto los instigadores y promotores, como los ejecutores directos. Existen crímenes horrendos sin castigo, la impunidad, abuso de poder y el atropello vulneran la posibilidad de garantizar la paz.

Todos aquellos hechos de violencia, maltratos, violación de derechos humanos, lenguaje de violencia, utilización criminal de redes sociales o medios de comunicación, deben ser sometidos a la justicia.

Debe abrirse una profunda y honesta investigación del fenómeno de la corrupción, tanto en instituciones públicas, como en el sector privado, importador, financiero en todo el periodo. Además, debe darse una profunda discusión sobre la ética y la moral que permite y ha convertido a la corrupción en un fenómeno extendido a toda la sociedad en todos los estamentos sociales y de actividad económica.

El Papa debe ayudarnos, en conjunto con las fuerzas morales del mundo y de nuestra sociedad a establecer una cultura de paz, tolerancia, execrar de nuestra sociedad la violencia, el atropello, el discurso del odio, del desprecio por el otro.

Debemos trabajar en reconstruir la ética originaria de nuestro pueblo o la que necesitamos para la construcción del nuevo país: la solidaridad, el amor, el trabajo, el respeto por la vida, el respeto hacia el otro, el amor a la patria, el estudio, la cultura, el amor a nuestra historia. Rescatar lo mejor de nosotros. Sacarnos el tuiter del corazón, el egoísmo del alma, la revancha como razón de vida.

Un Comentario sobre Conoco-Phillips

La decisión del tribunal arbitral de la cámara de Comercio de Paris, fue un rotundo y claro éxito de nuestro país en contra de las pretensiones groseras de esta transnacional petrolera norteamericana.

La nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco realizada por el Comandante Chávez e instrumentalizada y ejecutada por nuestro equipo en el Ministerio de Petróleo y PDVSA (equipo que por cierto hoy es perseguido y vilipendiado), ha sido uno de los procesos más exitosos, limpios y contundentes en la historia del sector petrolero, luego de la llamada «revolución de la OPEP».

Cada detalle, cada paso dado, fue verificado por nuestro equipo político-juridico y nuestros abogados internacionales, fueron ejecutados con precisión y legalidad incuestionable. Nuestro país, la revolución, recuperó para nuestro pueblo, nuestra patria, las reservas de petróleo más grandes del planeta que la IV Republica y la elite corrupta de la vieja PDVSA habían entregado a las transnacionales petroleras, fraguándose así lo que sería el saqueo más grande de nuestra historia.

Sabíamos que las transnacionales que no aceptaron nuestros términos y condiciones, solo dos de 33 empresas, acudirían a los tribunales de arbitraje internacional porque durante la apertura petrolera se cedió nuestra soberanía jurisdiccional. Tuvimos que defendernos en esas instancias porque si no el tribunal actuaria sin nuestra defensa, cediendo a las exigencias de las transnacionales.

Los hemos derrotado en toda la línea, primero a la Exxon Mobil en tres juicios: una «Mareva injuction» ante tribunales ingleses (donde hicieron lo mismo que hoy hace Conoco, solo que nosotros estábamos preparados y ganamos), luego ante el Tribunal arbitral de la CCI en parís y luego ante el Tribunal arbitral de CIADI en Washington.

Conoco, esperaba el desenlace de Exxon para ellos actuar, así lo hicieron y los hemos derrotado, no solo en el monto, ellos exigían 17 mil millones de dólares y solo obtuvieron 2 mil millones, sino que, además, todos sus argumentos fueron rebatidos por el propio tribunal.

Así es que no se dejen confundir por los voceros de la derecha anti-nacional que siempre han representado a las transnacionales en el país. ¡Los derrotamos y lo hicimos en toda la línea!

Lo sorprendente, y que preocupa, es que PDVSA no se haya enterado de esto, ni haya anticipado la acción de Conoco. La VP de Finanzas ha debido prever este acuerdo de pago, así como la Consultoría Jurídica y por su puesto el Presidente de la empresa han debido preparar un plan de contingencia y acción.

Así es que, la falta de previsión de la JD de PDVSA y la falta de un plan de contingencia ante una acción de Conoco, no quiere decir para nada que esta haya ganado. No, lo que significa es que, en este sector tan complejo, como el petrolero, no se puede improvisar, ni llegar a una Junta Directiva a aprender de petróleo.

Lo que llamo la atención al país es que, si la acción de una empresa puede poner en jaque a todo un país, como serán las tan anunciadas e ilegales sanciones que prometen contra nosotros. ¡Hay que subir la mirada estratégica! y estar prestos a la defensa de la Soberanía de la Patria. Solo volviendo a Chávez, siempre ¡Venceremos!

Decreto 3.368

Este Decreto Presidencial, publicado el 12 de abril de 2018, abre las puertas a lo que ya hemos venido denunciando, como la entrega del petróleo y la liquidación de Petróleos de Venezuela, PDVSA.

Como ha venido sucediendo en este gobierno, se intenta deliberadamente, que ésto pase bajo la mesa, que no se sepa, que no se entienda lo que está sucediendo realmente.

Entre escándalo y escándalo, en medio del caos, y bajo todo tipo de justificaciones, se siguen dando pasos inequívocos, hacia la entrega de nuestros recursos naturales, estratégicos para el país y, en este caso, reservados al Estado por los artículos 302 y 303 de la Constitución por «razones de conveniencia nacional… carácter estratégico y …soberanía», como lo es, la industria petrolera.

No me deja de sorprender que temas tan importantes para el futuro del país, sean sepultados por la avalancha de problemas y la disfuncionalidad generalizada, no sólo del Estado y sus instituciones, sino también de la opinión pública, del estamento político y fuerzas populares.

Es una situación parecida al periodo de gobierno de Jaime Lusinchi, cuando la estrategia comunicacional, distraía sobre lo que sucedía con su entorno íntimo, la corrupción y el manejo escandaloso de la deuda; o el gobierno de transición de Ramón J. Velázquez, en el que, no sólo se indultaron narcotraficantes, sino que se firmaron la mayoría de los contratos de la nefasta «apertura petrolera».

Así, mientras colapsaba la IV República y la élite política se regodeaba en sus propias disputas internas, en un forcejeo que era parte del espectáculo, el sector petrolero transnacional avanzó de manera eficaz, implacable, de la mano de Luis Giüsti y su combo de PDVSA, en el control de nuestro principal recurso estratégico: el petróleo.

Es notable, como me comentaba un estudioso de la materia, que no fueran derogadas ni la Constitución, ni las Leyes, sencillamente, las «interpretaron» a su manera, y de allí en adelante se impusieron los contratos, todos ellos lesivos al interés nacional e instrumento del despojo al pueblo venezolano.

Ésto sobrevino en medio de una profunda crisis económica, desestabilización política y un Estado disfuncional, entregado a la corrupta cúpula «meritocrática» de PDVSA.

Pocos del medio político prestaban atención a lo que sucedía, sin embargo, algo se movía en el seno del pueblo y el sector militar: una creciente inconformidad, molestia, inquietud que, primero se expresó con el pueblo desesperado, sin dirección, el 27 de febrero de 1989 en «El Caracazo»; luego lo harían los militares Bolivarianos, el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992.

El «por ahora», mostró el rostro de la dignidad a la élite político-económica que, envilecida por el poder, se jactaba del «control» que tenía sobre el país. Sería bueno que los que manejan hoy el poder en el país y actúan como «si aquí no pasara nada», recordaran la historia reciente. El rostro del Comandante Chávez sigue allí.

Cuando desde el campo revolucionario se emiten opiniones críticas o alertas, inmediatamente reacciona el madurismo, dirá, en un primer momento: que ese no es el problema, que a «nosotros» no nos sucederá, que tenemos cosas más urgentes; que nos sancionan, nos amenazan; que si la guerra económica, que la conspiración, que si hay elecciones, que tenemos que ganar, etc. Luego, si se insiste en la opinión, entonces se te hace de lado, se te acusa de «traidor» o «corrupto», y de seguido viene el linchamiento moral, la persecución e incluso la prisión.

De eso se trata para ellos, que no se discuta, que se imponga el miedo, el aplauso fácil, la despolitización, la campaña «ni fu, ni fa». Sin embargo, cuando todo está tan confuso, tan difícil, cerrado, entonces los principios te orientan, para saber qué hacer.

Depende de cada quién, no podemos seguir retrocediendo, llegará un momento, como sucede en la frontera, que ya no sabrás cómo pasaste al otro lado, no te darás cuenta, cuándo fue que este gobierno dejó de ser revolucionario y se convirtió en un mal gobierno adeco.

Detrás del discurso «anti imperialista», las poses escandalosas, juramentos y promesas de papelillos de colores, en medio de las más inverosímiles teorías conspirativas y acusaciones de todo tipo, abusando del poder para llevarse por el medio a quien sea, sigue, de manera inexorable, la entrega de nuestros avances políticos, económicos y sociales, los que definen nuestro futuro.

Se nos cambian conquistas fundamentales por «espejos». Sí, la vieja táctica de la dominación, la promesa de que «otros» arreglarán lo que ellos mismos destruyeron. Vana ilusión.

Si hacemos un alto a la rencilla y a la desesperanza, a los insultos y al tuiter, y levantamos la mirada, veremos claramente más allá del espectáculo, de los «gingles» electorales, una sucesión de hechos que deberían prender las alarmas de todos, en especial, del campo revolucionario, de los líderes populares, políticos y militares, que esperan que «nada de ésto sea verdad», «que después arreglamos», en una inexplicable conducta de negación de la realidad.

Ahora, yo pregunto, comento algunos temas fundamentales, para la discusión, la reflexión y que cada quien asuma su responsabilidad histórica. Veamos sólo dos aspectos relativos al área petrolera:

1.- La sentencia número 156 del Tribunal Supremo de Justicia, del 29 de marzo de 2017, establece que los contratos de creación de las Empresas Mixtas en la industria petrolera, «pasan directamente del Ministerio de Petróleo a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, donde serán aprobados».

¿Es que acaso no es grave, que los contratos donde se establecen las condiciones que regulan el derecho de realizar las actividades primarias de la industria petrolera, reservadas por la Constitución (artículos 302 y 303), bajo condiciones específicas definidas en la Ley Orgánica de Hidrocarburos, sean aprobados sin ser del conocimiento público?,¿sin ser discutidos abiertamente, dado su carácter de contratos de interés público, definidos así en virtud de que garantizan y protegen la reserva del Estado, según establece la Constitución?

No se trata de que lo apruebe la Sala Constitucional, no tiene nada que ver con ella. De hecho, es nuestra máxima instancia para dirimir controversias en los temas petroleros, y así debe permanecer.

De lo que se trata es que un Contrato Petrolero, además de los elementos legales, tiene elementos económicos: estimaciones, proyecciones, compromisos financieros, compromisos de desarrollo del proyecto, plazos, mercados, acuerdos de comercialización, etc. Tiene elementos técnicos: condiciones de explotación, de preservación de los yacimientos, complejidades tecnológicas, procesos, integraciones, mecanismos de control operacional, regulaciones, transferencia tecnológica, etc. Tiene temas políticos: gobernanza de la empresa, toma de decisiones, aprobación de presupuestos, planes de inversión, industrialización, procura nacional, temas ambientales, desarrollo territorial, social, económico, etc. Además de los temas especializados del Derecho Minero, y de nuestra propia experiencia del periodo concesionario y de la apertura petrolera.

Así que, los contratos de las Empresas Mixtas, son muy complejos, multidisciplinarios, y requieren siempre del concurso de equipos especializados para su redacción y negociación.

La Sala Constitucional, así como la Sala Plena del TSJ, deben reservarse sólo para que ante las mismas, sea dirimido cualquier cuestionamiento durante la aprobación de éstos o cualquier controversia durante su desarrollo, toda vez que, en ninguno de nuestros contratos de Empresas Mixtas durante el gobierno del Presidente Chávez, se contempla ceder nuestra Soberanía Jurisdiccional. Es decir, no existe el Arbitraje Internacional, ¡nuestra Sala Constitucional es el árbitro!

Pero, además de la naturaleza y complejidad de estos contratos, quiero insistir en la discusión pública y la participación de las distintas instancias del Estado en su aprobación, porque, el proceso de tal aprobación constituye en sí mismo un mecanismo de control, dada la importancia estratégica que revisten para el país.

Explico. Luego del fraude de la «apertura petrolera», el Estado Venezolano, la Constitución de 1999 y la Ley Orgánica de Hidrocarburos que entró en vigencia el 1ero. de enero de 2002, establecieron condiciones muy estrictas para que la ruta de aprobación de los contratos de las Empresas Mixtas, siempre estuviese a la vista, y sometida al escrutinio del Estado y de todo el país. Nunca más se aprobarían contratos petroleros de espaldas a la opinión pública.

Durante el desarrollo de la Política de Plena Soberanía Petrolera, nuestro gobierno, el del Presidente Chávez, creó más de 33 Empresas Mixtas, en las que el Estado mantenía la propiedad del petróleo y ejercía el control de su explotación a través de la Nueva PDVSA. La Empresa Mixta, bajo control de PDVSA, operaba, PDVSA comercializaba, vendía a precios de mercado, obtenidos de fórmulas, sin descuentos, no se contemplaba el arbitraje internacional y se pagaba todo el régimen Fiscal establecido en nuestras leyes, sin excepciones de ningún tipo.

A pesar de lo complejo de nuestro régimen petrolero, que por cierto, responde a los intereses de nuestro país como productor (que no puede ser el régimen petrolero de los países consumidores), pudimos atraer a las empresas petroleras más importantes del mundo, las cuales invirtieron miles de millones de dólares y euros, trajeron financiamiento, tecnología, y todo ello preservando nuestro control, la mayoría accionaria de PDVSA, nuestras leyes, nuestro marco fiscal y nuestra soberanía jurisdiccional y económica.

Gracias a ello y a nuestra política de defensa del precio, regulando la producción, obtuvimos, en un periodo de 10 años, más de 500 mil millones de dólares que ingresamos al Fisco Nacional y al Estado Venezolano. La Nueva PDVSA, al recuperar todas sus capacidades, se fortaleció y mantuvo como la quinta empresa petrolera más importante del mundo. Fue un esquema exitoso.

Así, durante nuestra gestión al frente del Ministerio de Petróleo, cada contrato de Empresa Mixta, seguía la siguiente ruta:

  1. Se estructuraba una propuesta conjunta entre PDVSA y el socio, la cual siempre era consultada al Presidente de la República y era producto de un Acuerdo Internacional (aprobado por la Asamblea Nacional), como sucedió en la Faja Petrolífera del Orinoco y áreas tradicionales, o producto de un proceso público de selección de empresas (como el concurso de ofertas de socios para la explotación de áreas en el Bloque Carabobo de la Faja Petrolífera del Orinoco).
  2. Cualquier empresa que entrara a participar en las actividades primarias de producción de petróleo, tenía que pagar al Estado, por intermedio del Ministerio de Petróleo, un monto por la información geológica del área y un bono por la cantidad de reservas probadas que serían desarrolladas por la Empresa Mixta (la cuota parte correspondiente a su participación). En el área de Carabobo, por ejemplo, logramos 5.000 millones de dólares de bonos al Estado, sin colocar en garantía nada, mucho menos ceder nuestra soberanía sobre las reservas de petróleo.
  3. La propuesta y el respectivo contrato se revisaba en el Ministerio de Petróleo, para que se ajustara a nuestro marco legal y fiscal, a nuestro plan de producción, y que cumpliese con toda la normativa regulatoria del Estado, para administrar la explotación del yacimiento y preservar el recurso natural.
  4. Todas las condiciones del desarrollo se explicaban al Presidente de la República y se le exponían los detalles correspondientes. Si contaba con su aprobación, mediante el respectivo Punto de Cuenta, se enviaba al Consejo de Ministros, para la revisión y aprobación del Gabinete. Luego, el Consejo de Ministros lo remitía a la Presidencia de la Asamblea Nacional, que, a su vez, lo sometía a la consideración de la Comisión de Energía y Minas.
  5. La Comisión nos convocaba y hacía toda clase de preguntas y observaciones, eran largas sesiones, donde se explicaba el proyecto y los términos y condiciones de los contratos. Estaban todos los diputados que quisieran estar, oposición y Bolivarianos. Luego, se procedía a declarar a los medios de comunicación sobre los pormenores, y nuevamente se respondían preguntas.

Un elemento importante es que, no teníamos un contrato distinto o especial para cada Empresa Mixta, nó. Nuestro equipo político-jurídico del Ministerio de Petróleo, estableció un contrato único para todas las Empresas Mixtas. Los socios sabían a qué atenerse y se acabó la práctica de «ajustar» los contratos al interés de los socios, eran ellos los que tenían que ajustarse al interés del Estado y de PDVSA.

  1. La Comisión de Energía remitía el contrato a la Plenaria de la Asamblea Nacional, donde se discutía abiertamente, cualquiera podía comentarlo u objetarlo. Se enviaba nuevamente al Ejecutivo, volvía al Consejo de Ministros y sólo después de todo este proceso, es que se emitía el Decreto del Presidente, con la aprobación de la Empresa Mixta y la publicación en Gaceta de los contratos, con todos los términos y condiciones. Era una gestión transparente.
    Si por cualquier razón, algún ciudadano quería recurrir en contra de estos contratos, entonces podía introducir una acción ante el Tribunal Supremo de Justicia.

Así debe ser, para preservar el interés general, para ser honesto, para enterar a todo el país de lo que se está haciendo en este sector tan sensible a nuestra economía, cuáles son nuestros socios, las condiciones, etc.

Ahora, con base en esta sentencia que comentamos, todos estos pasos se obvian, se saltan a la «torera». La propuesta pasa directamente de los socios a PDVSA y de allí, van directo a la Sala Constitucional y se aprueban. ¿Alguien conoce el contrato de la Empresa Mixta «Petrosur», ya aprobada bajo este procedimiento?, ¿se conoce a los socios?, ¿su experiencia, sus capitales?, ¿los términos y condiciones?

Se argumenta que existe un conflicto de Poderes con la Asamblea Nacional, que el Ejecutivo no la reconoce, está en desacato y será un obstáculo. Bueno, entonces debe ir a otras instancias del Estado y de discusión pública, pero más pública por lo menos que las discusiones en la Asamblea Nacional Constituyente, porque allí tampoco se sabe qué sucede, no se discute, se pasa una «aplanadora» de algo que ya viene decidido.

Lo que no se puede es aprobar los contratos de las Empresas Mixtas petroleras en secreto. ¿A nadie le preocupa ésto?, ¿dónde quedó la democracia participativa y protagónica?, ¿otra vez los políticos en el poder se manejan de espaldas al país?, ¿y la soberanía? Es muy grave.

2.- El Decreto Presidencial 3.368, publicado el 12 de abril de 2018, con base en el «estado de excepción y de emergencia económica en todo el territorio nacional», dicta de manera «transitoria» actos que, sin embargo, modifican de forma permanente lo que se califica en la Constitución como «Disposiciones Fundamentales», que son «las instituciones intocables», que no pueden modificarse bajo ningún respecto, como son, entre otras, las relativas a la soberanía y a las actividades reservadas al Estado, como las actividades primarias de la Industria Petrolera.

Al actual Ministro de Petróleo y Presidente de PDVSA se le dan poderes ilimitados, para cambiar unilateralmente nuestro régimen petrolero. Pregunto, ¿a nadie le preocupa que a un ministro (sea quien sea, no se trata del ministro, es que nunca había sucedido algo parecido), se le den poderes «exorbitantes», es decir, sin ningún tipo de limitación, para «crear, suprimir o efectuar modificaciones a Petróleos de Venezuela y sus empresas filiales»?, ¿o para «crear, suprimir, modificar órganos de dirección, administración y gestión de las empresas petroleras»?, ¿para el «establecimiento de un régimen definitivo adaptado a la dinámica petrolera internacional»?

Así, de un plumazo, entre el caos y «dakazos» de cualquier tipo, se despachan toda la legislación que garantiza, nada más y nada menos, que la reserva que hace la Constitución de esta actividad al Estado, por razones de «interés general, estrategia y soberanía».

Las transnacionales deben estar todavía estupefactas y preocupadas de lo fácil y de la forma como se vulnera el marco legal de la Plena Soberanía Petrolera, la política petrolera del Comandante Chávez, uno de los mayores aciertos de la Revolución Bolivariana, una política de Estado.

Pero a los ejecutores no les importa nada, se promete que «entrará mucho dinero» y que «subiremos la producción de petróleo a 2.8 millones de barriles día, en poco tiempo» ahh…, pero, además, «hemos descabezado las mafias chavistas en PDVSA, … perdón, …las mafias corruptas en PDVSA». Éste podría ser el discurso de Capriles, si hubiese derrotado al Comandante Chávez en las elecciones de 2012, o si la derecha llega al poder en cualquier momento. Pero nó, ¡es el discurso del madurismo!

Lo he denunciado innumerables veces y lo seguiré haciendo porque, a pesar de que lo arriesgo todo, en lo personal, mi seguridad, libertad, imagen, a pesar de las amenazas proferidas en público por las más altas instancias de este gobierno de que «seré capturado», como si se tratara del enemigo, a pesar del pasmoso silencio de mis antiguos camaradas de lucha, es mi responsabilidad hacerlo, tengo la responsabilidad de custodiar el legado del Comandante Chávez, en especial en este sector.

Porque el tema petrolero, además, es un tema nacional, tiene que ver con la soberanía. Aquí hablo a todos los venezolanos, los patriotas: sólo el control sobre la Industria Petrolera y la posibilidad de captar la renta petrolera para ponerla al servicio del pueblo, será lo único, óigase bien, lo único, que nos permitirá salir de este profundo abismo donde hemos caído.

Estoy comprometido, hasta los huesos, con mi país y la suerte de nuestro pueblo, la justicia social, el desarrollo, el «vivir bien» que nos planteamos. Lo que está en el centro de la disputa, más allá del odio, amenazas y violencia es, quién controla el petróleo. Reivindico la consigna durante la derrota del Sabotaje Petrolero: ¡el Petróleo es del Pueblo y debe ser su instrumento de liberación!

Volvamos al Decreto en cuestión, algunos elementos claves y alertas:

El ministro puede «suprimir, eliminar a PDVSA, eliminar sus filiales», transformarla en otra cosa, es decir, vaciarla de sus capacidades, ¿que no opere más, que sólo administre «contratos» y otorgue tierra y reservas a los privados?, ¿la vuelta a los «convenios operativos», a «las asociaciones estratégicas», la «tercerización» ?, ¿quién va a ocupar sus espacios?, ¿quién va a operar?, ¿será la fiesta de los «panas» y sus socios internacionales?

No es necesario eliminar a PDVSA como figura jurídica. Eso sería demasiado torpe. Basta con convertirla en un cascarón vacío, como hicieron en la «apertura petrolera»: que no opere más, que no compre, que no decida, que no perfore, que no venda, nada. Sólo será la oficina de recibir las quejas o requerimientos de los socios, la pantalla.

El ministro puede «modificar, suprimir órganos de Dirección y gestión de PDVSA», ¿cómo va a ser el gobierno corporativo de la empresa?, ¿eliminar la estructura que permite su operatividad, respuesta oportuna, la atención de sus procesos, su transparencia, su trazabilidad de operaciones financieras, de decisiones, su posibilidad de rendir cuentas?, ¿cómo va a ejercer el Estado Venezolano su control y dirección como único accionista de PDVSA?, ¿cómo ejercerá el Estado, a través de PDVSA, el control sobre los socios en las Empresas Mixtas?,¿cómo controlará las exportaciones, el establecimiento de precios?, ¿quién lo hará, los «traiders»?

El ministro puede «fijar, suprimir, modificar normas operativas de las empresas petroleras», ¿cómo va el Ministerio de Petróleo a garantizar la correcta explotación de nuestros yacimientos?, ¿cómo va a garantizar el Ministerio de Ambiente el cuidado de nuestras cuencas, acuíferos, ríos y tierras?, ¿cómo va alguna autoridad a obligar a que las petroleras no hagan una depredación salvaje, pero más «económica» para ellas, de nuestros recursos?, ¿cómo fiscalizará el Ministerio de Petróleo los volúmenes de petróleo que salen del país, los que se almacenan fuera, para pagar lo que corresponde en Regalías e impuestos?

La explotación comercial petrolera comenzó en el país en 1914 y fue sólo en 1950 que se creó el Ministerio de Minas e Hidrocarburos, con sus normas operacionales y regulaciones para proteger al país, para tratar de impedir que las transnacionales siguieran envenenando el Lago de Maracaibo, destruyendo y agotando nuestros yacimientos o haciendo «fosas de desechos» por todo el Oriente, contaminando aire, agua y tierra, ¿vamos a retroceder de esa manera?

El ministro puede «generar normas para el establecimiento de un régimen definitivo adaptado a la dinámica petrolera internacional». ¿Se despacharán nuestro régimen petrolero, el de un país productor, para instaurar el de un país consumidor?

La «dinámica petrolera internacional» está gobernada, subordinada, a los intereses de las grandes economías consumidoras, para las cuales las «empresas nacionales», como PDVSA, como la de los países miembros de la OPEP, son un problema, porque insisten en salvaguardar los intereses de su propio país productor de las apetencias de las trasnacionales, ¿dejaremos de tener una empresa nacional?

El mundo petrolero se divide en dos grandes grupos: el de los países consumidores por un lado y; el de los países productores, por el otro. Cada uno, obviamente, tiene intereses opuestos, nosotros, somos y seremos por mucho tiempo, un país productor.

El ministro procederá a «la compra, adquisición y ejecución de obras mediante la modalidad de contratación directa», acto seguido el decreto pasa a enumerar todas las operaciones de procura de bienes y servicios de la industria petrolera, es decir, ahora, bajo el argumento de la «emergencia», creada por ellos mismos, su incapacidad e irresponsabilidad, TODO en la industria petrolera se comprará y contratará por adjudicación directa, sin Comités de Licitación, sin procesos internos, todo, será adquirido sin control de ninguna índole. Se desataron los demonios.

Claro, se le pide a los privados «que sean buenos», que no se aprovechen de una empresa desahuciada y de un Estado disfuncional, que se hará de la «vista gorda», verá hacia otro lado, a otra parte, mientras liquidan a nuestra PDVSA y se hacen los negocios más extraordinarios, el sueño de los «sicarios económicos».

Lo que indigna y descubre el cinismo de este gobierno es que, buena parte de todos los presos de PDVSA, que hoy día están secuestrados, sin derecho a la defensa, vilipendiados por el Fiscal-triste-poeta, es que se les acusa de haber realizado «adjudicaciones directas». Y si así hubiere sido, éstas no podían haber sido decididas de manera unilateral por funcionario alguno, por muy alto nivel que tuviera, pues siempre, las decisiones partían de un órgano colegiado, los Comités Internos de PDVSA y todo el Sistema SAP de control.

Hoy, basados en un Decreto Inconstitucional, que además se fundamenta en otra norma inconstitucional, se le da potestades exorbitantes y unilaterales a un ministro, sin establecerle si quiera algún límite como obliga el Principio de Racionalidad y Proporcionalidad que ha de regir en toda actuación discrecional de la Administración Pública y que ninguna norma puede derogar.

Ahora, el gobierno descubre que, si se declara una emergencia operacional, se pueden hacer adjudicaciones directas, con consulta de precios, de manera temporal y para garantizar la continuidad operacional. Ahora entendieron que no administran un Ministerio, que no están comprando utensilios, ni productos de limpieza.

Ahora, parecieran entender que están lidiando con una empresa petrolera de orden internacional que no para, que opera todos los días, 24 x 24, que si se paralizan los procesos de procura y contrataciones de servicios petroleros, se paralizan las áreas de producción, procesamiento, refinación, de manera inexorable. Que es lo que ha sucedido, he allí la famosa «conspiración».

Ahora, parecieran entender que los gerentes y directores de PDVSA, no toman decisiones operativas, ni procura de materiales y servicios, porque temen que en cualquier momento los acusen de «corruptos» y se los lleven encapuchados del SEBIN, como ya es frecuente en las instalaciones.

Ahora se dan cuenta que los socios no están dispuestos a firmar procura y contratos con sobreprecios, así se los lleven detenidos, porque ellos están sujetos a las leyes de su propio país. Que los socios entienden, que todas estas irregularidades y desviaciones a los términos y condiciones de los contratos de Empresas Mixtas, no son sostenibles en el tiempo.

Los miembros de la Junta Directiva, en su desconocimiento, sus múltiples intereses y la instrucción dada de buscar «culpables» de las cosas que los abruman, que no entienden, paralizan todos los procesos internos mientras alguien les explica cómo funciona ésto. La empresa se paraliza por falta de decisiones y conocimiento, el efecto sobre las áreas es más dañino en la medida que las decisiones se postergan y sus consecuencias se acumulan.

Habrán entendido por qué existieron siempre en PDVSA las normas correspondientes de delegación financiera y todo el sistema de Comités operacionales, procura, licitación, estructura de filiales característica de un «holding» público de empresas, en particular, petrolero.

¿Sabrán allá en la Junta Directiva, en el problema que los han metido?, ¿se dan cuenta que no es fácil, que no se pueden aceptar cargos por las ansias de poder, porque están volando un «Sukoy», que se viene a tierra si no reaccionas a tiempo y si no tienes idea de cómo navegar esa poderosa máquina?

Desde agosto de 2014, lo que ha pasado en PDVSA es entera responsabilidad del madurismo, que se puso a desarmar un reloj, una máquina precisa, entre chanza e improvisación, y no supo volverlo a armar, ahora lo va a entregar en pedazos. La historia pondrá las cosas en su sitio. Porque se viene todo abajo y nuestro pueblo sufre las consecuencias.

A pesar de sus torpes astucias, nosotros prevaleceremos y seremos capaces de conducir a nuestro pueblo hacia el futuro que, finalmente podremos conquistar, porque nos pertenece. Con Chávez siempre ¡Venceremos!

Campaña sin mensaje

Venezuela tiene como recuperarse. Podemos hacerlo

Esta corta campaña electoral transcurre rápidamente sin que, hasta ahora, se haya abierto una discusión de cómo vamos a salir de la situación caótica en la que se encuentra sumido el país, se mencionan algunas medidas aisladas, inconexas. Pareciera que existe el propósito deliberado de pasar las elecciones a toda velocidad, como para que no nos demos cuenta de lo que sucede.

No pude ser candidato, a pesar de proponer primarias en el PSUV, ni siquiera se discutió, se impuso una decisión. No solo no tuve la oportunidad, sino que se levantaron acusaciones de todo tipo en mi contra. Se cercenaron arbitrariamente, mis derechos políticos, hoy estoy de manera forzada fuera de mi querida tierra, sabiendo que de volver al país en este momento no tendría ningún tipo de garantías, como ellos mismos lo han demostrado. Sin embargo, sé que, más pronto que tarde, volveré a recorrer mi patria y ayudar a restablecer el optimismo, la pasión y contribuir a la reconstrucción del país. Pongo mis esfuerzos y conocimientos al servicio del pueblo. Esa es mi pasión, trabajar para el Estado, concebido como el representante del interés colectivo de todos los ciudadanos, el custodio de nuestra soberanía, integridad y conquistas sociales, nuestra independencia y desarrollo.

Las elecciones deberían ser una extraordinaria oportunidad para revisar cómo vamos, corregir errores, debatir y retomar las posibilidades de avanzar. No se puede seguir retrocediendo y mucho menos caer al abismo de la entrega, del desmantelamiento de nuestras instituciones y de nuestras conquistas políticas y sociales. No podemos caer en manos de la extrema derecha, ni seguir como vamos. Es un dilema que sé que preocupa a muchos venezolanos, trabajadores honestos, a la inmensa mayoría que está fuera de la diatriba de los grupos en pugna, de los cultores de la política con «p» minúscula, del caos.

Los candidatos no gozan de la confianza del elector, ni del pueblo en general, desconfianza que se manifiesta en una baja intención del voto o en el hecho de que se deba recurrir a los artificios de la dadiva, el chantaje o la promesa de espectáculo para llenar los espacios y mostrar las imágenes «típicas» de un proceso electoral. Es la campaña más «sin sabor» o incolora de por lo menos los últimos 20 años. El ciudadano común y corriente es presa de un generalizado sentimiento de inconformidad, molestia, desasosiego. Nunca como ahora, la política ha estado de tan bajo perfil. No emocionan a nadie.

Tal como están las cosas, hará falta un esfuerzo extraordinario de unidad, trabajo y conciencia para, en torno a varios objetivos bien definidos, atender y resolver los problemas que aquejan a diario al pueblo, en un proceso de reconquista de nuestros espacios políticos y nuestros objetivos estratégicos que hoy lucen perdidos. Vamos a hacer falta reanimar espiritualmente al Pueblo para poder emprender la reconstrucción del país.

Hay que discutir y resolver los problemas inmediatos, urgentes e ir restableciendo los equilibrios necesarios para movilizar a toda la Nación. Habría que comenzar por restablecer las relaciones espirituales, principios y actitudes sociales que nos permitan crear un clima adecuado, emocionar de nuevo al venezolano, dejar atrás el pesimismo y las soluciones individuales, y que el Estado sea capaz de proteger y preservar la estabilidad y seguridad de todos sus ciudadanos.

Las respuestas y soluciones a nuestros graves problemas tendrán que ser creación propia, no vendrán de afuera, no serán impuestas, nadie va a hacer el trabajo por nosotros. Pero no estamos partiendo de cero. Hay todo un camino andado, una experiencia acumulada, en estos últimos 17 años se han vivido fenómenos políticos de mucha intensidad, muchos cambios, se ha fraguado otro país, otro pueblo, que hoy luce en desbandada, pero que tiene una importante experiencia política y ha sido protagonista de las profundas transformaciones que se han producido.

Se impone otra conducta, mayor calidad humana y política. Dejar atrás la irracionalidad, el odio, la intolerancia, la práctica de la descalificación y de los linchamientos morales, la persecución política, la «cacería de brujas», la judicialización de la política, lo que llaman el «lawfare». Dejar atrás la violencia, el miedo, el chantaje extendido en la sociedad, el abuso de poder. Las instituciones creadas por nuestra Constitución deben funcionar plenamente, debe prevalecer la discusión política, no la agresión. Hay que dejar atrás al «pranato» de la política, levantar la mirada y ver al futuro con sentido estratégico. Hay grupos de interés que para sobrevivir políticamente necesitan del caos, viven en el caos, porque en el caos no se piensa, se sobrevive, se actúa con violencia, se impone lo individual en detrimento del interés general, colectivo.

Se ha hecho mucho daño con la manipulación mediática y la censura o auto censura. No es saludable que un país no tenga voces críticas, alertas, orientaciones. El liderazgo político debería poder aceptar las críticas, sobre todo si son constructivas. Cuando se dirige un país, se debe tener la suficiente responsabilidad de escuchar todas las opiniones, con la debida compostura. No es posible que el que haga alguna observación o cuestionamiento sea catalogado de una vez como «traidor» y se hagan de lado sus opiniones, sobre todo si lo que se dice viene acompañado de una experiencia o trayectoria que le da legitimidad al comentario y a quien lo hace.

Hay que dejar atrás la discusión de 140 caracteres, dejar atrás a los «bots» del tuiter, la guerra de etiquetas. No se puede dar un debate desde el anonimato y la impunidad de una cuenta de tuiter que, muchas veces, ni siquiera existe.

Hay que generar acciones desde el Estado, el estamento político y la sociedad en general, que restablezcan la confianza en la sociedad y un clima político adecuado. Hay que promover un conjunto de valores que permitan que el ciudadano recupere su conciencia colectiva, el sentido de la justicia social, el respeto a las instituciones y la política como el ejercicio pleno de todos nuestros derechos.

Primeramente, habría que apegarse estrictamente a la Constitución Bolivariana de 1999. No permitir que se convierta en letra muerta, como sucedió durante la IV República con la Constitución del 61.

Hay que restablecer el Estado de Derecho en el país, respetar todos los derechos consagrados en nuestra Constitución, que es una de las más avanzadas en ese sentido. Los Instituciones del Estado deben dar señales claras en esa dirección, y comenzar a tomar medidas concretas, restablecer el debido proceso, el derecho a la defensa, cumplir con los lapsos legales, liberar a los que estén en prisión sin ni siquiera estar sometidos a procesos judiciales, dejar la practica nociva de los «falsos positivos». Deben deslastrarse las instituciones del Estado y cuerpos de seguridad e inteligencia de las prácticas inconstitucionales y del ejercicio del abuso de poder.

En el ámbito de la política. Acordar un código de ética para restablecer la prestancia de su ejercicio. Renunciar a la descalificación, al insulto, a la trampa, a la campaña sucia, al linchamiento moral, a los acuerdos secretos. Debe haber un debate sano, amplio, sin etiquetas, constructivo, debería haber suficiente espacio para el estudio, la discusión de tesis, propuestas.

No puede aceptarse, como no se acepta en ningún país del mundo, el llamado a una intervención extranjera, militar o política en nuestro país, la imposición de sanciones. El respeto a la soberanía, la integridad territorial y la independencia, son principios que nadie debería estar en capacidad de vulnerar bajo ninguna circunstancia. Tampoco puede tolerarse la entrega de la soberanía sobre el manejo de nuestros recursos naturales y de nuestra economía.

Hay que proteger a nuestras Fuerzas Armadas Bolivarianas y a todas las Instituciones del Estado. Debe haber una revisión profunda del Poder Moral, la Defensoría del Pueblo, el Ministerio Público y el Poder Judicial. Estos no pueden actuar a favor de intereses particulares, sean éstos económicos o políticos. Debe establecerse en esas instituciones, el más riguroso control para que puedan cumplir su labor de preservar y garantizar los derechos consagrados en la Constitución. Deben sancionarse de manera severa los actos de violación de los derechos humanos.

También en el ámbito político, debe restablecerse el carácter de democracia protagónica y participativa de toda la sociedad, tal como lo define nuestra Constitución. Hay que abrir los espacios para la discusión y solución de los problemas, proteger al ciudadano del abuso e indolencia de la burocracia enquistada en los organismos e instituciones del sector público. Hay que fortalecer al Poder Popular en todas sus instancias y manifestaciones. De manera especial, debe restablecerse el carácter popular y participativo de la democracia, a través de las Misiones Sociales. Hacer una profunda revisión de su funcionamiento, para restablecer su carácter popular, autenticidad y legitimidad. En particular, de todas las que tienen que ver con Educación, Alimentación, Salud, Producción. Reanimarlas, movilizarlas en el rescate de los niveles adecuados de atención en estas áreas críticas para el país, darles tareas y razones sagradas para la lucha.

El gobierno y todos sus organismos y empresas deben asumir una conducta de transparencia y comunicación con todo el país, en cada una de sus áreas de competencia: en la economía, la producción, la salud, la educación, la seguridad. Debe explicarse cómo se van a resolver los problemas, hablarse claramente, indicarse el origen de los mismos. No se pueden seguir utilizando «muletillas» para evadir responsabilidades, eso le quita credibilidad, legitimidad y le resta moral ante los ciudadanos. Nuestro país, sabe que tenemos graves problemas, que no se deben precisamente a la «conspiración», «sabotaje», etc. El funcionario público, en vez de refugiarse en una «caravana» o en un edifico, debe asumir sus responsabilidades y explicar las razones de los problemas y el Plan para resolverlos. Discutir cuál es el programa del gobierno en su ámbito de acción. Hay que rescatar la moral y la ética en el ejercicio de la función pública.

Deben convocarse, escucharse a todas las voces calificadas, para opinar, aportar. Todos tenemos ideas y experiencias que serían de una ayuda extraordinaria en estos momentos. Deben desterrarse de la función pública, los grupos de interés. Se han creado verdaderas «tribus» que extienden su poder en todas las instancias del Estado. Debe restablecerse la autoridad y jerarquía de las Instituciones. Ahora, cualquiera viene a poner todo patas «pa’rriba», o a maltratar a los empleados, profesionales u obreros, se menosprecia la formación, experiencia y conocimiento.

Siendo el petróleo el sector estratégico del país y la palanca de la economía, se debe proteger y defender nuestra política de Plena Soberanía Petrolera. Igualmente, debe haber un compromiso de que nada vulnere a PDVSA, en el sentido de que no puede ser privatizada, ni ceder el control sobre las operaciones o actividades de hidrocarburos, tal como están consagradas en la Constitución y en la Ley Orgánica de Hidrocarburos. Cualquier contrato del sector petrolero debe ser sometido al escrutinio de las distintas instancias del Estado, tal como lo establece la Constitución, por su carácter de Contrato de Interés Público. Más allá de eso, estos deben ser conocidos en el seno de la sociedad, y cualquiera tendría la legitimidad de impugnar total o parcialmente lo que atente contra nuestra soberanía o el control que establecen nuestras leyes. Los últimos contratos y decretos aprobados en el sector, son ilegales y deben ser revisados para llevarlos a nuestro marco legal y constitucional.

No puede cederse bajo ninguna circunstancia, nuestra soberanía jurisdiccional, no se pueden someter al arbitrio de tribunales extranjeros nuestras decisiones soberanas. «La Ley de Inversiones Extranjeras», aprobada por la ANC, además que está fuera de las competencias de este organismo, contempla la figura de arbitraje internacional. No se trata de dónde se produce el arbitraje, de lo que se trata es de que se violenta nuestra soberanía jurisdiccional, lo cual es un terrible retroceso. Debemos fortalecer nuestros tribunales y tener un Poder Judicial confiable, capaz de dirimir cualquier controversia en nuestro país.

Por cierto, me extraña el silencio del gobierno en torno al resultado del juicio ante la Cámara de Comercio Internacional de París, el Laudo Arbitral del pasado 24 de abril de 2018, donde tuvimos que defender a nuestra empresa PDVSA, justamente porque durante la «apertura petrolera», las autoridades venezolanas de la IV República aceptaron el arbitraje internacional. En este caso, la Conoco-Phillips, transnacional petrolera norteamericana, introdujo hace varios años ya, una demanda contra nuestro país reclamando el pago de 17 mil millones de dólares por nuestras decisiones soberanas de restablecer nuestro régimen fiscal y nacionalizar la Faja Petrolífera del Orinoco. Les ganamos, así como le hemos ganado a la «Exxon Mobil», caso cuya última decisión también fue silenciada. Le propinamos una tremenda derrota a las groseras pretensiones contra nuestro país. Vaya mi felicitación al equipo jurídico que siempre ha defendido los intereses del país ante los ataques legales de las transnacionales. Los pusimos en su sitio, como le gustaba decir a nuestro querido Comandante Hugo Chávez.

Igual, hay que revisar los contratos del Arco Minero, estas decisiones, se tomaron a la medida de las aspiraciones y presiones de la «Gold Reserve» y sus socios venezolanos. Por otra parte, se otorgaron derechos de explotación en áreas de alta sensibilidad ambiental y en detrimento de los intereses de nuestros pueblos originarios en esos territorios, en clara contravención a lo establecido en nuestra Constitución y las Leyes.

Tiene que impedirse el despojo de nuestros valiosos recursos naturales: Petróleo, Gas, Oro y otros minerales. Ésto está sucediendo ahora mismo, mientras el caos es la máxima en el país.

En el campo de la producción, debe establecerse una economía basada en el trabajo. Dejar atrás y sancionar severamente, en el ámbito público o privado, los actos de apropiación de la riqueza de la sociedad: la especulación financiera, la especulación de precios, la corrupción, la explotación del trabajador, la especulación cambiaria, la extracción y entrega de nuestros recursos naturales, y todas las conductas asociales derivadas de la ética del individualismo: el «bachaquerismo», el contrabando, el delito, el enriquecimiento, la acumulación y expatriación de capitales.

Aunque seremos por muchos años más un país petrolero, debe utilizarse la renta para alcanzar todos los niveles de bienestar social del pueblo, desarrollo de infraestructura e ir construyendo las nuevas capacidades de producción que nos permitan al menos satisfacer nuestras necesidades internas, desarrollar el procesamiento e industrialización de los recursos naturales y materias primas que exportamos y, sobre todo, producir los alimentos que requerimos para nuestro pueblo.

Una economía que prestigie el trabajo, la solidaridad, la justicia y que estimule el sentido de pertenencia con la Patria. Que no sea una economía de «maquila» de las transnacionales, una economía importadora de todo lo que consumimos, dejar de ser una economía dependiente y periférica, construir un modelo económico donde el desarrollo humano sea el centro y objetivo de su funcionamiento.

Entre las acciones que debe emprender el Estado y toda la sociedad para restablecer el equilibrio espiritual y la confianza en el país, está la protección a los más débiles: los niños, ancianos, enfermos, los jóvenes y los indígenas. A los que se han ido del país.

No podemos aceptar como sociedad que existan venezolanos comiendo de la basura, que vuelvan los niños de la calle, los pacientes que no tienen medicamentos, sobre todo los de enfermedades de alto riesgo, los «débiles jurídicos», ancianos y niños sin protección, que aumente la mortalidad infantil, el hambre, la pobreza crítica, la deserción escolar, la inequidad de la sociedad, la alta concentración de riquezas en pocas manos, la violencia social.

Hay que identificar al menos 10 sectores y problemas que requieran la acción concentrada del Estado, del pueblo, de todos los actores de la sociedad, la mayor fortaleza radica en movilizar a todo el pueblo en esta batalla de diez objetivos de reconstrucción nacional. Organizarse como lo hicimos en el 2004 con la ofensiva de las Misiones Sociales.

Hay que sacar bien las cuentas, afinar el lápiz, precisar los recursos requeridos y la organización para la tarea. Allí tenemos una gran experiencia, probablemente la más cercana y exitosa, cuando diseñamos y planificamos la Gran Misión Vivienda Venezuela. Fueron meses de preparación. No se habían hecho más de 13 mil viviendas por año entre el 2004-2010, el reto era grande, había una gran exigencia.

Se creó el Órgano Superior de la Vivienda; se promulgó la Ley respectiva; se cuidaron los detalles técnicos, los diseños, tecnologías, el apoyo internacional; se hicieron las coordinaciones en todos los estados, con los Gobernadores, las instituciones y empresas del Estado; lo materiales, los «Construpatria», centros de acopio; los ejecutores, las brigadas de construcción, las metas por cada mes, lo comunicacional, los recursos y luego; sólo, luego de que estábamos listos y seguros del esquema de trabajo, lanzamos la Misión, nos desplegamos por todo el país, movilizamos al pueblo, nos movilizamos unidos, con pasión, con fe en el cumplimiento de la Misión encomendada y demostramos que se puede ser eficaz, útil, transformando la sociedad.

El primer año de la Gran Misión, 2011, hicimos 146.718 viviendas, luego en el 2012, subimos a 200.080 y en el 2013, cuando entregamos la coordinación iban 800.000 viviendas y estaban en construcción 300.000 más. Hasta aquel año 2013 en que estuve al frente; cambiamos radicalmente la vida a más de 550 mil familias pobres, con un hecho concreto, producto del trabajo colectivo y de la acción decidida del Estado. Sólo así, con carácter de emergencia nacional, asumiendo un compromiso, con mucho trabajo, con el país entero movilizado y motivado, es que vamos a poder dar esta batalla. Reanimar al país, movilizarlo con el objetivo de la reconstrucción, de restablecer los equilibrios espirituales y materiales, en ese estricto orden.

Tiene que ser el «Plan Perfecto», para rescatar la moral y la unidad, la emoción, y pasión, el trabajo colectivo, por el bienestar de los más débiles, en la medida que se van atacando los otros problemas fundamentales de la economía y de la sociedad.

Hay que superar la mentalidad individualista que se ha venido estimulado, cuyas expresiones las tenemos en el «bachaquero», en la movilización por las dádivas que se ofrecen por doquier, bonos, carnets, favores. Se ha desmovilizado el pueblo, se estimula la conducta de movilizarse por el «bono», por el «clap», Eso es un error. La sociedad y el pueblo debe movilizarse por razones morales, éticas, políticas, por la solidaridad, por el sentimiento patrio.

Tenemos que rescatar lo mejor de nosotros, de nuestro país, de nuestro pueblo grande, altruista, solidario, bueno, con una fuerza moral extraordinaria heredada de la gesta continental de nuestra Independencia, por el heroísmo de nuestros hombres y mujeres.

Vamos a movilizarnos, que se escuchen todas las voces, que se junten todas las ideas, todos los aportes, toda nuestra inmensa capacidad de trabajo y de creación. Atrás debe quedar el odio, la frustración, la revancha, la indiferencia, el desaliento. Vamos a recomponer los sueños, la esperanza, vamos a luchar juntos por la patria de Bolívar, somos sus herederos.

Nosotros vamos a volver, sabemos cómo derrotar a esta crisis, tenemos el conocimiento, las competencias y el equipo necesario. Venezuela tiene como recuperarse. Podemos hacerlo. Con Chávez siempre ¡Venceremos!

El problema de PDVSA está en Miraflores

A Petróleos de Venezuela, PDVSA, la destrozaron y ahora la van a privatizar. Esto es el punto central de acuerdo en el nuevo pacto entre el madurismo y sectores de la derecha. En esto coinciden los candidatos que se alternaran en el nuevo co-gobierno de facto que tenemos.

La privatización en puertas de PDVSA va a significar la estocada final al corazón de la Patria y será un punto de inflexión, de ruptura, entre el madurismo y el chavismo. Por esta razón, lo van a hacer con mucho cuidado, las transnacionales y los nuevos grupos de poder económico, no importa de qué signo, transnacionales y burguesía al fin, empujarán a estos Judas a un punto donde tendrán que tirar todo al abismo, tal vez ya estamos allí y no nos damos cuenta.

Y es que de eso se trata, que no nos demos cuenta, y hablo de todos los venezolanos, los civiles, los militares, los trabajadores, el ciudadano común y corriente, el que está en el caos del día a día, hablo de todo el pueblo.

Siempre recuerdo una frase que le gustaba repetir a mi muy respetado General Müeller Rojas que decía «en Venezuela, las cosas más serias se dicen echando vaina», es tan cierto esto que podríamos parafrasear para decir que «en el madurismo, la entrega del país está ocurriendo en medio de este desastre». Y es que detrás del caos y la improvisación, en medio de la chanza y el escándalo, se está destruyendo al país y nuestras posibilidades de recuperarlo. Nos están retrogradando a un nivel de dependencia e indefensión tal, que han echado por la borda todos los avances políticos, económicos y sociales de la Revolución Bolivariana.

Nos ha caído encima, han copado el poder, individuos y grupos que han transformado al Gobierno y la vida del país en una verdadera pesadilla para el pueblo venezolano. No hay talento, no hay conocimiento, no hay principios, no hay escrúpulos. Hay sí mucho egoísmo, ansias de poder, crueldad, mentira, cinismo, corrupción y una ética del pranato que ha sacado, ha estimulado, las peores conductas de la sociedad. Por otra parte, desde la oposición se ha fortalecido un sector violento, anti nacional y profundamente intolerante, autoritario. Es la lógica de aniquilación del otro. Son caimanes de un mismo charco, con el perdón de los queridos caimanes.

El tema petrolero, es el tema del país. Nos guste o no, esa es la palanca para el futuro, no podemos renegar de ella, debemos reconocernos como país petrolero, tenemos petróleo para 300 años y está allí, es patrimonio de todos los venezolanos, como el Orinoco, Guayana, los Andes, los Llanos o el Caribe.

Yo sé, sabemos, que es un tema pesado, no es un tema popular, es complejo y requiere conocimientos, mucho estudio, por ello ha existido la tendencia de dejarlo a los «expertos», separando a amplios sectores de la sociedad de su entendimiento, discusión, vigilancia. Así, desde el «Olimpo de las élites» se deciden los asuntos petroleros de espaldas al pueblo, no solo del nuestro, también de pueblos del mundo entero.

Es el imperio de las transnacionales, con sus centros de pensamiento, sus institutos especializados, su propio sistema financiero, sus gobiernos, sus ejércitos, sus grandes escritorios jurídicos, sus tribunales, sus medios de comunicación, su egoísmo y su ética del despojo y acumulación de riquezas. «La cuestión petrolera», como dice el Dr. Bernard Mommer, es un conflicto internacional entre los intereses de los países productores y los grandes países consumidores, que plagó todo el siglo XX de invasiones, intervenciones, dictaduras, golpes de Estado. Nuestro país es claro ejemplo de esta historia del despojo.

De tal manera que, si se quiere conducir a este país con éxito, hay que saber de petróleo, más aún si se pretenden introducir profundos cambios políticos, económicos y sociales. Hacer una Revolución.

Cuando el comandante Chávez me designó como su Ministro de Energía y Minas, por allá un 17 de Julio de 2002, veníamos del golpe de Estado y sabíamos, percibíamos, que vendrían con más desestabilización e intentarían actuar desde PDVSA contra el país. Estaba cantado el Sabotaje Petrolero, solo que nadie imaginó que fuese tan cruento. Nunca como antes resultó tan evidente que la empresa nacional, la vieja PDVSA, que se suponía debía estar subordinada al Estado venezolano, al servicio del país, se había convertido, cual «Caballo de Troya», en el agente de los intereses transnacionales, producto de la nefasta «apertura petrolera» desplegada en los estertores de la IV República.

En aquellos años de la IV República sucedió igual, en medio de la absoluta debilidad del Estado, de sucesivos Gobiernos sin apoyo popular, ni calidad política, en medio del caos de la situación económica generado por el colapso del régimen fiscal petrolero, y de un proceso de debilitamiento de la vieja PDVSA, medraron y entraron nuevamente las empresas transnacionales a tomar el control del sector petrolero.

La vieja PDVSA, al contrario de lo que han dicho las grandes corporaciones de la desinformación, estaba colapsada, debilitada y en franco proceso de privatización. Ya habían entregado la producción y el control de las operaciones a través de los «Convenios Operativos» y las llamadas «Asociaciones Estratégicas», se había entregado la Faja Petrolífera del Orinoco a las transnacionales, convirtiendo las reservas más grandes de petróleo del mundo, en bitumen, en la llamada «Faja Bituminosa del Orinoco», produciendo orimulsión y «crudo sintético» lo que se convirtió en el festín de la Exxon Mobil, La Conoco-Phillips, entre otros.

Lo impulsores de la «apertura» justificaban la entrega diciendo que ahora el país «producía más petróleo», pero ocultaban que estos «nuevos barriles» solo pagaban 1% de regalías y 0% de Impuestos Petroleros. Es decir que esos «nuevos barriles» no dejaban ingresos al país. Al mismo tiempo esos «nuevos barriles» torpedeaban el sistema de cuotas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), por lo que, entre otras razones, se desplomó el precio del petróleo a niveles de 11 dólares el barril, pero además se daba un 40% de descuentos sobre este precio para el mercado norteamericano, que era cerca del 80% del destino de nuestras ventas. Entonces los promotores de la «apertura» no solo pagaban 1% de regalía al Estado y 0% de impuesto, sino que lo hacían sobre un precio de 11 dólares el barril, con un descuento del 40%, al final el pago se hacía sobre un ¡precio real de 4.4 dólares el barril!

Por otra parte, y para asegurarse de que PDVSA no fuese capaz de retomar sus obligaciones, debilitaron a la empresa al extremo que tenía una pérdida acumulada (déficit) para 1998 de 14 mil millones de dólares, ya había entregado sus operaciones medulares de producción, taladros, perforación, inyección de agua, vapor y gas, transporte, procesamiento, almacenamiento, terminales, los sistemas de control y automatización, «el cerebro de PDVSA», hasta los campos en las áreas operativas. Existía un proceso de tercerización acelerado que mantenía en condiciones de «contratados permanentes», «tercerizados», a más de 30.000 trabajadores. Por supuesto que durante la «apertura» todos los servicios, materiales y obras se importaban y contrataban al complejo industrial norteamericano. En el país solo se «ensamblaba y montaba» porque no había otra manera, el petróleo estaba aquí.

Aquello fue una decisión política, fue desde Miraflores que se permitió, no es para nada un tema técnico, siempre se oculta el tema petrolero con un manto «tecnocrático», ¡No!, siempre son decisiones políticas. La IV Republica no entendió que estaba entregando lo único que podría haber salvado al país: el petróleo.

De la aquella «apertura» solo se beneficiaron la meritocracia petrolera, que se convirtieron en agentes, empleados y socios de las transnacionales, el sector terciario y de servicios de nuestra economía que medraba alrededor de las transnacionales y por supuesto los sectores financieros y sus medios de comunicación que aplaudían y estimulaban la «modernidad» y el ambiente «propicio» para la inversión en Venezuela. Mientras la crisis estructural del modelo rentista petrolero se profundizaba y hacia insostenible.

Este despojo fue, sin embargo, articulado de una manera muy precisa y cuidadosa en el ámbito legal y contractual, cosa extraña, las transnacionales y la vieja PDSVSA cuidaron las formas. Pasaron por el antiguo Congreso, por la antigua Corte Suprema de Justicia, se aseguraron los arbitrajes internacionales, pues sentían que mantendrían su nuevo esquema por muchos años más. Además, Venezuela era el ensayo de un modelo petrolero que las transnacionales luego impulsarían en otros países petroleros, sobre todo de la OPEP.

No previeron las transnacionales la debilidad real de sus agentes políticos en el país, de los partidos AD y Copei, que la crisis económica era insostenible, que estaban montados sobre una bomba social que explotó el 27 de febrero de 1989 y que la IV República no tenía un liderazgo capaz de sostener al país y menos de manejar las consecuencias de económicas-sociales del nuevo sistema petrolero. Colapsaron.

Llegó el comandante Chávez, el 4 de febrero de 1992 y luego en 1999 la extraordinaria victoria de la Revolución Bolivariana. Se instalaría un gobierno popular y revolucionario.

Es curioso, pero no resulta nada extraño, que el país no-petrolero, no entendiera bien las causas de la grave crisis económica del país. Más allá de los estudiosos del tema, académicos y uno que otro político, el país no entendía bien, no lograba «desenmarañar» el origen petrolero de la crisis. Y es algo que siempre sucede. El único contacto real de la industria petrolera con el resto del país es en la «bomba» de gasolina (estaciones de servicio). De resto, es un negocio y una actividad, que se desarrolla confinada en las «áreas» e instalaciones de la industria o en el ámbito internacional, que realmente emplea pocos trabajadores, pero genera más del 90% del ingreso del país.

Así, el país no-petrolero solo siente si la «situación» del país va bien o mal por su calidad de vida y la posibilidad de acceder, de distintas maneras, a la renta petrolera. Por eso resulta tan fácil «vender» explicaciones de las causas reales del deterioro de la economía, cuando lo petrolero va mal y crear expectativas o «vender» soluciones que todas pasan, generalmente, por entregar el petróleo, para obtener «más dinero» a cambio. Es una ética extraña, generada de una actividad minera extractiva por excelencia. Es siempre una respuesta fácil a los problemas.

El Sabotaje Petrolero, develó, por primera vez de forma clara e indubitable para todo el país político y, sobre todo, para el pueblo, la verdadera razón del golpe de Estado de abril de 2002 y la naturaleza anti-nacional de la vieja PDVSA, quien había salido a la calle a disputarle el poder al pueblo para defender su nuevo modelo petrolero, el de las transnacionales, la «apertura petrolera». Así de claro, sencillo y brutal, quedó expuesto por primera vez en nuestra historia el tema petrolero como un actor clave en el devenir político y económico del país.

El comandante Chávez lo entendió de inmediato. Nos hizo «clic» a todos, los distintos elementos de la «apertura petrolera», los escritos y denuncias de tantas voces silenciadas por la apabullante maquinaria de propaganda que la soportaba. La derrota del Sabotaje, el control de PDVSA, su refundación y la creación de la Nueva PDVSA permitió al país no-petrolero a entrar, por primera vez, en las entrañas de la industria petrolera, conocer a sus trabajadores, sus relaciones de trabajo, su cultura, su estructura, calco fiel de la estructura transnacional, su falta de relación con el país real, con su comunidad, con los problemas del país, pero a la vez, permitió conocer sus dificultades, sus capacidades, sus posibilidades de convertirse en un instrumento de liberación de nuestro pueblo. Un agente transformador, ahora al servicio del interés nacional, una Nueva PDVSA que ahora si sería del pueblo.

La autoproclamada «meritocracia petrolera» fue derrotada con el Sabotaje y con ella el mito de su «superioridad» técnica. Ellos mismos se creyeron indispensables e insustituibles y por eso fueron al sabotaje, pensaron que pondrían a este pueblo de rodillas. Es la prepotencia de las élites, es algo que no se cura, se supera y ya.

Demostramos que tal «superioridad» de la «meritocracia» era solo un mito. Durante el Sabotaje Petrolero ellos llevaron la producción de petróleo en enero del 2003 a tan solo 23 mil barriles/día y pararon completamente al Complejo Refinador de Paraguaná, no exportábamos petróleo. Pero en tan solo dos meses los trabajadores y gerentes patriotas, todos juntos, todo el pueblo, llevamos la producción a tres millones de barriles día y logramos restablecer a plena capacidad las Refinerías, abastecer el mercado interno y volver a exportar petróleo. Superamos el caos creado por el sabotaje, sus terribles consecuencias económicas, después vendrían las «guarimbas».

Debo decir, de manera clara muy clara y responsable que, se restablecieron las operaciones porque se designaron a las personas idóneas en los distintos puestos de dirección de la empresa, sobre todo en las responsabilidades operacionales, gerentes patriotas, que teníamos por montones, con muchos años de experiencia técnica, mucho compromiso, conocimiento de las instalaciones para restablecer y mantener las operaciones de la Nueva PDVSA. No vaya a creer nadie que el comandante Chávez cometería la irresponsabilidad de designar a sus «acólitos políticos» o «amigos» en la dirección de PDVSA. Todos sabíamos de la complejidad de las operaciones y del negocio petrolero. Si lo hubiésemos hecho como ha hecho el madurismo, jamás habríamos podido recuperar las operaciones.

Pero cosa curiosa, a partir del momento en que tomamos el control de la industria comenzó una campaña, que nunca ha cesado y que ahora el madurismo la ha exacerbado, de que nosotros, la Revolución, los trabajadores, no teníamos capacidad para manejar la industria y destruiríamos PDVSA. Jamás dijeron nada de lo que ellos hicieron en la «apertura», ni del desastre del Sabotaje, sino que han mentido de manera sistemática y «Gobeliana», si se puede utilizar este término.

Resulta curioso que algunos voceros les gusta repetir que antes, con Chávez, era todo más fácil porque «teníamos el barril a cien». Se olvida, se oculta, a las nuevas generaciones, todos los años de combate a la agresión y la desestabilización, en las peores condiciones, sin ejército, sin PDVSA: Golpe de Estado, Sabotaje Petrolero, colapso de la economía, «guarimbas», referéndum revocatorio, injerencia internacional, Mr. Bush y un largo etc. Se le hace un daño tremendo a la revolución y al PSUV cuando con este tipo de aseveraciones se le desarma ideológicamente para entender que pasa ahora.

A partir de la derrota del Sabotaje Petrolero vino la ofensiva revolucionaria para rescatar al petróleo, ponerlo al servicio del pueblo, convertir a PDVSA en una empresa popular, desmontar la nefasta «apertura petrolera» y desplegar nuestra Política de Plena Soberanía Petrolera. El manejo soberano del petróleo para apalancar el desarrollo de un modelo distinto al rentista petrolero, basado en el trabajo, una distribución popular de la renta petrolera para saldar la deuda social con nuestro pueblo, era la prioridad, acabar con la exclusión, abatir la pobreza, la pobreza crítica.

Logramos restablecer nuestro Régimen Fiscal al 33.33% de Regalía, nuestros impuestos al 50%, acabar con los descuentos en el precio de exportación, diversificar nuestros mercados internacionales y captar, traer al país, ¡más de 500 mil millones de dólares de renta petrolera! Por eso, el país no-petrolero, sentía el bienestar y la calidad de vida, la economía iba muy bien. Ahora tendríamos el reto, en el nuevo periodo de Gobierno con el comandante Chávez, de dar el salto en lo económico-productivo, en superar el modelo rentista petrolero que implantaron las transnacionales hace 100 años en el país.

Sabíamos que, para mantener nuestra Política Petrolera, había que fortalecer a nuestra empresa nacional petrolera, nuestra Nueva PDVSA, no podíamos darnos el lujo de improvisar. Por ello nos empeñamos en recuperar todas sus capacidades: recuperamos los «Convenios operativos» y las «Asociaciones Estratégicas», las actividades primarias: exploración, perforación, producción. Operaciones acuáticas, inyección de agua, vapor y gas, procesamiento de gas. Nuestro sistema de Refinación, el gas, nuestros terminales, sistemas informáticos de control, certificamos las mayores reservas de petróleo del mundo, nacionalizamos y operamos la Faja Petrolífera del Orinoco, hicimos plataformas petroleras, perforación y producción costa afuera, creamos nuestra flota de buques y sobre todo cuidamos a nuestros trabajadores.

Se acabó la tercerización y los jóvenes profesionales, técnicos, obreros, por miles, querían incorporarse a la Nueva PDVSA, al «Batallón Faja», a las Refinerías, porque no solo se les ofrecía un futuro profesional, sino una posibilidad cierta, real, directa, de trabajar por el desarrollo del país y por el bienestar de nuestro pueblo. No solo era petróleo, era, sobre todo, ¡Patria!

Toda esta orientación de nuestra Política Petrolera y de la Nueva PDVSA tenían su origen en Miraflores. Nuevamente, no se trataba de un asunto técnico, sino de la orientación política revolucionaria que le dio el comandante Chávez al sector. Yo estuve allí doce años, lo puedo decir, sin el apoyo del presidente Chávez no hubiésemos avanzado mucho tiempo en nuestra política petrolera, pues enfrentamos de manera radical a lo más poderoso del capital. Lo hicimos y lo hicimos bien, de manera honesta y eficaz.

Desde que murió el presidente Chávez, no he hecho más que defender su obra. En particular su Política Petrolera, la «Plena Soberanía Petrolera» y su gran obra: la Nueva PDVSA. Así completa, la Nueva PDVSA Roja Rojita. Soy el único que la defiende, que lo defiende. Todos guardan silencio. No entiendo, no tengo estomago para callar, tengo la moral en alto y la ética suficiente para defenderlo siempre.

Yo invito y exijo al que vaya a dar una opinión sobre nuestra Política Petrolera o sobre nuestro desempeño al frente de la Nueva PDVSA estudie y revise toda la información antes de acusar, condenar o «tuitear». Allí están todos nuestros números, es la única empresa del Estado que los tiene. Es fácil, no resulta tan complicado, pues todos los hicimos públicos. Entre a internet y revise los informes de gestión de la Empresa, sus informes y balances, los Informes Financieros auditados internacionalmente, los informes de gestión entregados a la Asamblea Nacional, a la Contraloría General de la Republica, mis presentaciones públicas al sector petrolero, financiero, socios internacionales.

Esto resulta muy importante, primero por un mero asunto de ética y responsabilidad, pero sobre todo porque el madurismo ha desplegado una campaña sin precedentes contra nuestra gestión en PDVSA, la gestión durante el gobierno del presidente Chávez, en su gobierno, una campaña más brutal que cualquier campaña de la derecha, porque el madurismo decidió privatizar a PDVSA y necesitan una excusa para hacerlo. No saben cómo porque, como políticos que son, intuyen que va a resultar un problema para ellos acabar, vender por pedazos o eliminar, declarando la quiebra, la única empresa importante de los venezolanos, la única empresa internacional y la responsable de sostener la economía del país.

Ellos se «despacharon» el Arco Minero, lo entregaron a las empresas transnacionales, las mismas que el comandante Chávez expulsó del país porque no produjeron ni un gramo de oro, por la sencilla razón de que no había, no hay, una fuerza social y política suficientemente fuerte para hacerle frente. Poco le importó al madurismo las razones que tuvo el Estado para expulsar a estas empresas, el daño que le están provocado a estas áreas tan sensibles ambientalmente y mucho menos la opinión de los pueblos originarios, las demarcaciones de tierras indígenas, la debida y obligatoria discusión con ellos. No les importó. Conocidos grupos económicos nacionales en alianza con la transnacional minera favorecida hicieron grandes ganancias en la bolsa de Toronto, solo por tener la información privilegiada, acordada, de la entrega del Gobierno.

Pero en el caso de la Política Petrolera, de PDVSA, saben que es más complicado, no le va a ser nada fácil entregar el principal activo de la Republica, así de sencillo, sin que reaccionen los obreros, militares y todo el cuerpo critico de nuestra sociedad.

¿Como llegaron a esta decisión o esta situación? Están frente a las consecuencias de sus errores, improvisaciones y acuerdos con los sectores privados. Están frente al colapso de PDVSA.

En primer lugar, el presidente Maduro no entiende nada del tema petrolero, ciertamente no tendría que entenderlo, pero tampoco ha tenido la suficiente humildad y conciencia para reconocerlo y pedir ayuda. Obviamente no quiso trabajar conmigo, con nuestro equipo, lo cual era contradictorio con la idea del Comandante Chávez y de los que votamos por Maduro: habría una continuidad del Gobierno Bolivariano, puesto que era un muy buen Gobierno, porque nuestro pueblo votó masivamente por Chávez en diciembre de 2012 y porque el Presidente Chávez, en vida, en plena campaña me ratificó como Ministro y Presidente de PDVSA para su próximo periodo de Gobierno. Esa intención del presidente Chávez está grabada, lo dijo en público, ante el pueblo y la opinión pública. Es curioso que, para el madurismo, la palabra de Chávez valga tan poco o la usen con pinzas, a conveniencia.

Pero cuando Maduro, desde el mismo 2013 me manifestó su intención de removerme de mis responsabilidades, de «refrescar» la industria, yo no lo acepte. Le dije que no, que era irresponsable, porque era obvio que tendríamos problemas económicos y que estaba haciendo lo mismo que Capriles dijo que haría tan pronto asumiera la presidencia, algo que, por supuesto, nunca sucedió.

No me gustó para nada, pero le dije que haríamos un esfuerzo extraordinario para que él pudiese hacer frente a la situación económica que se venía encima, por supuesto, con un conjunto de medidas que, tomadas a tiempo y con valor, lograrían evitar el desencadenamiento de esta crisis que hoy sufrimos.

Le dije que aportariamos 43 mil millones de dólares en el 2014, con una producción de 3 millones de barriles día y una emisión de papeles de PDVSA por 11 mil millones para avanzar en una política de unificación cambiaria, además de otras recomendaciones.

Nosotros cumplimos, PDVSA hizo los aportes prometidos y mantuvo los niveles operacionales (por cierto, esto que digo se puede corroborar en la información de la empresa que es publica). Pero Maduro no cumplió, dilapidó esos recursos en CENCOEX y no tomó las medidas económicas sugeridas. Por eso salgo de PDVSA. Luego salí del país a cumplir mi asignación en el Consejo de Seguridad de la ONU, todo ello en aras de la disciplina y la unidad que le juré a Chávez. Tarde entendí que el madurismo abusó de nuestra credulidad, tenían otro plan.

Confieso que me concentre en mi nueva responsabilidad en la ONU y no quise intervenir en PDVSA para evitar que se dijera que yo estaba «renuente» a entregar el cargo, abandonar mi posición de «confort». No me conocen, se equivocaron y se siguen equivocando conmigo.

Pero me comenzaron a llegar informaciones preocupantes desde PDVSA, malas noticias. En el Ministerio de Petróleo sacaron a más de doscientos trabajadores de la Institución, como si hubiese caído el gobierno, cuadros técnico-políticos, borraron los discursos y fotos de nuestro período. Comenzó la persecución de lo que ellos llaman «los ramiristas», es decir los muchachos de Chávez.

En PDVSA la misma situación. Más grave, porque al frente de la seguridad interna, pusieron a un funcionario del SEBIN que estuvo muchos años adentro y que representa los intereses de uno de los grupos del madurismo. Comenzaron las persecuciones, detenciones y secuestro de trabajadores, que siguen presos, sin derecho a la defensa. Son presos del madurismo.

Comienzan a destituir a los líderes de las áreas, los que derrotaron al Sabotaje Petrolero, los que tienen el conocimiento preciso, los que conocen los detalles, los líderes de cada proceso. Grave error. Por otra parte, la Vice Presidencia de Finanzas es ocupada por uno del círculo íntimo (y después por otro, y luego por otro) del madurismo. Sin ningún tipo de conocimiento, ni experiencia. No atendía el trabajo, porque tenía otros cargos y otra agenda. Comenzaron los hechos masivos de corrupción y los retrasos en los pagos a contratistas, proveedores de bienes y servicios.

Solo una vez me llamó Eulogio del Pino, para, manifestarme su preocupación y nerviosismo porque no podía tomar decisiones y lo nombrarían ministro de petróleo. Le dije, «ten cuidado con lo que haces, si no tienes control no puedes garantizar la operación, pero va a ser tu responsabilidad». Ante unas declaraciones que dió, pidiendo disculpas y asumiendo «errores» por la nacionalización que hicimos de las operaciones acuáticas, viajé a Caracas y lo visité a su Despacho. Le dije, «mira, no te vayas a convertir en el entreguista de nuestra política petrolera» no escuchó, hoy está preso.

Cosa curiosa, las dos veces que visité La Campiña desde que dejé mi puesto, los trabajadores salieron espontáneamente a saludarme y luego las nuevas «autoridades» los destituían o movían a otras posiciones, acusados de «ramiristas». Absurdo.

Algo pasaba, Maduro nunca quiso hablar conmigo. Solo lo hacían los compañeros del Gobierno o del Partido PSUV, de manera secreta. Evidentemente algo pasaba, algo pasa. Ya para entonces el ambiente era de miedo, de persecución, de autoritarismo. Mientras la situación económica se agravaba, de manera acelerada, de una forma trágica para todo el país.

Comienzo a recibir números y más detalles del desastre en PDVSA. Comenzó la caída abrupta de la producción y al mismo tiempo las acusaciones de corrupción en contra de mi gestión y de PDVSA. Me indignaron las acusaciones de Guevara y su combo de inmorales desde la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, me mandaron un emisario a extorsionarme para «impedir una investigación» ¡los mande al carajo! Yo tengo todos los argumentos y respaldos de mi gestión, la honestidad y el compromiso revolucionario son para mi indivisibles en mis responsabilidades y funciones, en mi vida. Pero más me indignó que nadie dijese nada en mi defensa dentro de la Asamblea, solo un Comunicado de la fracción de la Patria. Nadie argumentó, ni defendió la gestión revolucionaria en PDVSA, la gestión con Chávez.

No me dejaron ir a Caracas para defenderme, «no se puede reconocer a la Asamblea». Decidí introducir un recurso en mi defensa, con mis alegatos, al Tribunal Supremo de Justicia. Se discutió en plenaria y fue emitida una sentencia favorable a mis alegatos que es crucial para mi defensa, para la defensa de la verdad.

Al mismo tiempo, los sucesos violentos en Caracas, nunca vistos en el periodo bolivariano, la actuación de la oposición, de los organismos de seguridad, los más de 120 muertos, el deterioro económico y social y la incapacidad del gobierno para hacer frente a esta situación, el ascenso acelerado al poder de este grupo extraño de maderistas, me obligo a comenzar a hacer públicas mis opiniones.

Estaba claro ya para mí que este Gobierno no era chavista, mucho menos revolucionario y que me convertirían en el responsable de todos los errores del madurismo. Estaba «vetado», no pude declarar, ni dar mis opiniones en un país donde, ahora, la censura y la persecución de ideas se ha convertido en una constante. Esto para nada significaba que no defendiera la integridad de la Patria y nuestros principios de soberanía y no injerencia en nuestros asuntos internos en la ONU. Así lo hice, lo hice con éxito.

Nombran una Junta Directiva, donde Del Pino se mantiene en la Presidencia, pero designan actores políticos, en los cargos Directivos, operacionales de la empresa. Las personas que nombraron no tenían ningún conocimiento de la empresa o del negocio. No se puede hacer eso con una empresa petrolera, es muy irresponsable. Al mismo tiempo, ya con una franca persecución de trabajadores y una verdadera cacería de brujas interna con el argumento de la «corrupción», nadie se atreve a tomar decisiones, a firmar contratos. Eso, en una operación tan dinámica como la petrolera resulta en la paralización de la empresa.

Sale Del Pino y llega Nelson Martínez a la Presidencia de PDVSA, él siempre fue el candidato de Maduro para ese puesto. Venia de Citgo, después fue Ministro. Llegó con otro grupo, otra Junta Directiva, nadie que supiese del negocio. El colapso de la producción de petróleo y de las capacidades de refinación y procesamiento, ya eran más que evidentes.

Mis escritos y opiniones, además de mi intención manifiesta de optar por la candidatura presidencial en el seno del chavismo, provocó el rompimiento con Maduro y mi renuncia a la posición de Representante Permanente del país ante la ONU. Vino el ataque salvaje, frontal, la actuación miserable de un Fiscal que no tiene moral para acusar a nadie, un poeta triste.

Se invita, bajo engaño a la Junta Directiva de Citgo, nombrada por Maduro, a una reunión en la Campiña, se les detiene con escándalo. Luego se nombra al General Quevedo al frente de PDVSA y del Ministerio de Petróleo. Detienen a Del Pino y a Martínez, con escándalo y video en VTV. Ya los detenidos en PDVSA llegan al centenar. Parece un propósito deliberado, político. En todo caso, se les niega el derecho a la defensa y al debido proceso.

En este tema el Fiscal tiene una agenda propia de protagonismo, arremete contra elementos de nuestra política petrolera, como es el caso de la fórmula de precios, con un total desconocimiento del tema, ignorancia, mala intención y un odio que no sé de dónde le salió. Siempre un comportamiento extraño, destemplado.

Comienza un fenómeno impensable en la empresa, los trabajadores, técnicos, ingenieros, supervisores, comienzan a abandonar la empresa por miles, se estiman 37 mil. No aguantan la situación económica del país, el maltrato en PDVSA, ser tratados como corruptos, delincuentes, humillados. Un estado generalizado de sospecha, de molestia. El General Quevedo no sabe nada de petróleo, ni la Junta Directiva que plantaron. Pero el problema no está allí, está en Miraflores, donde se toman estas decisiones absurdas e improvisadas.

Ahora, con una producción que a duras penas llega a 1.4 millones de barriles/día, con las refinerías a 30% de su capacidad de procesamiento, con miles y miles de técnicos y profesionales abandonando la industria, con un manejo caótico de las finanzas y sin un plan de emergencia o rescate de la producción, el madurismo decide entregar la empresa a las transnacionales.

Ya la ha venido rematando por pedazos, cediendo participación, proyectos, reservas, lo han hecho con el petróleo y el gas, pero ahora se trata de entregar el control, las operaciones. Maduro emite un decreto ilegal, donde le da al ministro Quevedo potestades de modificar los contratos de las Empresas Mixtas con los socios privados. Contratos aprobados por la Asamblea Nacional, de interés público, que deben ser del conocimiento, de la discusión de los ciudadanos. Pero no, ya no será así, los modificaran las transnacionales de acuerdo a sus intereses. Por otra parte, el Decreto instruye saltarse, así a la torera, ¡todos los procedimientos de control establecidos en la Administración Publica!

Con todo respeto al General, ¿De donde va a sacar los «nuevos contratos» de la industria petrolera? Lo primero que hizo fue reunirse con las transnacionales, ellas lo harán por el Estado Venezolano. Al madurismo no le importa. Están desesperados.

Maduro, desarmo un reloj, PDVSA, la industria petrolera, y ahora no sabe cómo hacer que funcione y no funciona. Ahora lo va a entregar, lo está entregando. La historia lo juzgara. Así como se entregó el Arco Minero, así entregan a PDVSA, entre el caos y el escándalo. Buscarán excusas: el precio, la corrupción, la conspiración. Lo cierto es que ha fracasado estruendosamente y ha abierto las puertas para que la derecha entre a «boca jarro» a nuestras instituciones.

Pero evidentemente este no es un problema técnico, el problema de PDVSA es político, está en Miraflores. Maduro ya entregó y dió luz verde para hacer lo que les venga en gana con PDVSA, los voceros de la derecha claman por la privatización de PDVSA. Y no solo de PDVSA, ahora se habla de privatizar servicios públicos y empresas del Estado.

Lo digo con conocimiento de causa. Esto no solo es un error mayúsculo y una torpeza sin precedentes, sino que constituye un crimen contra la Patria y significará entregar nuestra soberanía y cualquier posibilidad de salir de esta crisis. Nosotros sabemos que los problemas que atraviesa nuestra querida empresa se pueden resolver, el petróleo está allí y tenemos el conocimiento y los trabajadores para hacerlo. Lo haremos.

Mientras tanto debemos desenmascarar, alertar, una y otra vez, del fracaso de maduro y el tremendo crimen contra la Patria que significa destruir y entregar a nuestra empresa petrolera, PDVSA. Nosotros volveremos y la rescataremos de este caos de incompetencia e indolencia. Los trabajadores y las fuerzas morales del país deben levantarse y ponerle freno a este desastre. Con Chávez Siempre ¡Venceremos!

La ética del desastre

No pretendo ahondar en el tema de la ética y la moral, puesto que ambos requieren mucho más de un texto y de filósofos para su discusión, pero me parece de lo más importante hablar de este asunto. Sé que tenemos muchos problemas materiales, urgentes todos, no salgo de mi indignación y molestia, porque se ha destrozado el país que juntos levantamos, pero, a pesar de todo eso que es verdad y trascendente, me parece que se deben discutir los aspectos espirituales, los valores y sentimientos que se tienen con respecto a esta crisis. Creo que, a nuestra sociedad, se le ha infringido un terrible daño en su espiritualidad y se ha impuesto en ésta, la ética del desastre. Es una discusión que tenemos que abordar.

Todo sistema necesita una ética que lo soporte, le dé justificación y le permita avanzar en su desarrollo. Al final, cada sistema construye o tiene una ética propia, que genera una sociedad y una conducta, que la caracteriza por un período histórico o un momento político que, tarde o temprano, será sustituido por otro con otra ética.

En la sociedad, todo individuo adopta una moral, propia, individual, que le da soporte a la ética hegemónica, pero que, cuando se diferencia de ésta y se transforma en conciencia y acción política, prefigura el cambio hacia un nuevo sistema.

Así, durante el sistema esclavista, era perfectamente ético tener esclavos; seres humanos propiedad de otros, sin derechos de ningún tipo. Bajo su ética era perfectamente normal, e incluso una distinción social tener esclavos y hacer con ellos lo que le viniera en gana. Claro, esta ética necesitaba conductas y teorías que la sostuviera y reprodujera, por ejemplo: el racismo y la idea de superioridad de unos hombres sobre otros; la iglesia, de cualquiera de las religiones, le daba sustento espiritual a esa barbaridad.

Cualquier posición moral distinta a la ética hegemónica, se castigaba con las muertes más violentas. Jesús y Espartaco, inspiraron con su postura moral, un movimiento revolucionario, que, aunque tenían distintos métodos, amenazaban al sistema. Ambos terminaron crucificados porque su ejemplo y su moral, se habían convertido en subversivos para el Imperio Romano.

El Feudalismo y el esclavismo se complementaron sin conflicto entre las clases dominantes. Durante siglos convivieron, formaron Imperios, hicieron cruzadas, inquisiciones, saquearon continentes enteros, los conquistaron y colonizaron.

Nuevamente, la ética hegemónica le daba justificación a la conquista y al subsecuente saqueo, esclavización y exterminio de sus habitantes. Esa ética se seguía nutriendo de elementos que se adaptaban a las nuevas circunstancias y realidades, como el colonialismo, donde se intentaba legitimar el despojo, con el argumento de que los pueblos originarios «no tenían alma» y por supuesto, ningún tipo de derechos.

En nuestra tierra, Bolívar, con su propia moral, luchando por la independencia, contra el Rey de España, liberando esclavos y prefigurando Repúblicas, rompió con la ética hegemónica de la dominación.

Es importante detenernos acá, pues El Libertador logró movilizar a todo un pueblo, a los más extraordinarios sacrificios sólo a cambio de la libertad, la grandeza, la dignidad. No había ni «carnets», ni «bonos». Pero Bolívar siempre estaba allí, en la primera línea de batalla, de peligro, de sacrificio, con sus soldados. Entonces su moral, estaba respaldada en su acción, su moral irradiaba conciencia a su pueblo, esperanza, fe, credibilidad, porque él era el primero en el ejemplo, en el trabajo, en la guerra. Bolívar, que pudo ser «Emperador», sólo quiso el título de «Libertador», no concebía al poder que no estuviese subordinado a las instituciones de la República. Él transcendió su tiempo, nos sigue dando lecciones de moral, de conciencia.

Las definiciones éticas y morales, transforman la sociedad cuando vienen acompañadas de la política. Cuando la Revolución Francesa levanta las banderas de la «libertad, igualdad, fraternidad», está enunciando no sólo los elementos éticos y políticos que darían al traste con el absolutismo de Luis XVI, sino creando las condiciones para el desarrollo del capitalismo, sistema que pugnaba por su hegemonía.

El sustento teórico y ético se lo daría al capitalismo, Adam Smith en su obra «La riqueza de las naciones», donde establece los fundamentos económicos del capitalismo y enuncia sus fundamentos éticos, cuando habla de la necesidad del egoísmo, «tanto egoísmo como sea posible», para desarrollar su sistema. Así, la apropiación del trabajo del hombre, el egoísmo y la acumulación de riquezas, quedaron establecidos como elementos fundamentales de la ética del capitalismo.

En el capitalismo se preserva un elemento ético común al esclavismo y al feudalismo, que los caracteriza: el egoísmo, la apropiación y acumulación de riquezas, el despojo. Tales valores definen a estos sistemas como profundamente violentos, crueles, inhumanos, no hay otra manera de imponer tales preceptos éticos.

En «El Capital» Carlos Marx y Federico Engels definieron las bases teórico-económicas del Socialismo, sus principios éticos fueron establecidos a lo largo de sus obras: la solidaridad, la justicia social, el trabajo, la conciencia del deber social, la hermandad, la unión, la lucha frontal contra el egoísmo, contra la alienación del trabajo, la acumulación de riquezas y contra la explotación del hombre por el hombre. En estos enunciados, hay muchos elementos del cristianismo.

A partir de la Revolución Rusa, nuestra historia ha estado sacudida por una confrontación cruenta entre dos sistemas, dos éticas: la del Trabajo y la del Capital. Las grandes transformaciones políticas, económicas, tecnológicas y sobre todo sociales, han estado vinculadas a esa confrontación política, ahora con la urgencia de detener a un sistema, el Capitalista, depredador e insostenible, capaz de acabar con la vida en el planeta.

Estamos en una época marcada por la globalización, la globalización del capitalismo con su ética, sus medios, sus ejércitos, marcada por la tecnología, el acceso a la información, el fenómeno de las grandes corporaciones, las redes sociales, en un mundo que cada vez se hace más pequeño, estrecho, más contaminado, con menos recursos. Las telecomunicaciones, las redes, hacen que cualquier evento llegue a todo el planeta en segundos.

En este mundo, en este momento, donde el avance de la ciencia y la acumulación de recursos de todo tipo hubiese supuesto la erradicación de los males, que de manera crónica afectan a continentes y pueblos enteros, se siguen perpetrando las injusticias y los crímenes más atroces, que mantienen pueblos enteros sumergidos en el atraso, la pobreza, la exclusión, mientras una minoría de países y sociedades cada vez más ricos, mas egoístas, más crueles, rodeados de muros, se sostienen por la violencia y la supremacía económico-militar, tecnológica. Es la ética del capitalismo la que ha prevalecido.

Está claro que la ética del sistema se impone y reproduce desde el poder, y que éste usará todos los recursos a su alcance para aplastar, deformar o asimilar a sus intereses, cualquier otra ética que se le oponga, cualquier moral que lo rete, cualquier sistema alternativo que lo amenace de cualquier forma.

Es aquí y ahora donde vivimos. En una realidad de país periférico, con una economía dependiente, mono productor, con el rentismo petrolero instalado y desarrollado a su antojo por las transnacionales petroleras. En medio de una crisis que se ha dejado profundizar irresponsablemente a niveles inimaginables.

Pero, a la vez, tenemos un país joven, pleno de recursos, con una historia de libertadores, con una gesta independentista, una guerra fratricida impuesta por el imperio español hace doscientos años, que forjó para siempre el carácter de nuestro Pueblo, tenemos el heroísmo de nuestros ejércitos, los padres de la Patria, que sólo cruzaron fronteras para llevar libertad a otros pueblos, tenemos el ejemplo de Bolívar, de Sucre, de Ricaurte y de tantos héroes. Tenemos nuestro pensamiento Bolivariano, tenemos a Zamora, tenemos a Fabricio, tenemos al Comandante Chávez. Es decir, como sociedad, tenemos una gran reserva ética y moral para sobreponernos a cualquier circunstancia política, a cualquier crisis, a este período de oscurantismo que vivimos en todos los órdenes.

Yo reivindico al Comandante Chávez, su épica, su obra, sus logros, su esfuerzo. Lo hago y lo seguiré haciendo, así, sin cálculos políticos, sin tregua. Pase lo que pase, en las circunstancias que me encuentre, seguiré leal al Comandante Chávez, a sus ideas.

Jamás pensé que un gobierno que se proclama Chavista, se fuera distanciando de su obra de la manera que lo ha hecho, que haya traicionado el legado por el cual luchamos tanto, por lo que dió su vida.

Tampoco pensé, he aquí una fuerte autocrítica, que la persona que llevamos todos los Chavistas a la Presidencia, atendiendo el mensaje del Comandante, se convertiría en el Herodes de la Revolución Bolivariana, el Judas del pueblo y que se rodearía de un círculo extraño de gente que, él sabe bien, el Comandante había hecho de lado, porque no confiaba en ellos.

Tampoco imaginé que se desataría esta persecución a la crítica dentro del movimiento, ¡cómo se pueden dejar de lado, a su suerte, a los compañeros con los que se compartieron tantas luchas, que estábamos siempre allí con el Comandante, cumpliendo la misión encomendada! Siempre pensé que ésto sucedería en un gobierno de extrema derecha, producto de un golpe de Estado o tutelado por alguna potencia extranjera.

No entiendo cómo los compañeros de armas de Chávez guardan silencio, ante lo que sucede, sus compañeros de lucha desde la Academia, sus afectos, sus ministros. ¿Qué estarán esperando que suceda? Se mantienen aferrados a un deseo, a una expectativa de rectificación, que diariamente es frustrada, una y otra vez.

Mientras nuestro Pueblo, ese pueblo tan diverso, no sólo el humilde, el que creyó, el joven, estudiante, profesional, artista, trabajador, campesino, todos, de manera más trágica unos que otros, todos la están pasando mal en el país, no vén salidas, no son felices, no pueden satisfacer sus necesidades materiales ni espirituales. Un desastre.

En algún momento pensé que esta actuación del madurismo tenía su origen en problemas ideológicos, lo tiene, pero ya los teníamos con el Comandante, él sabía de esta debilidad del movimiento, había de todo adentro. Por eso trabajó tanto el tema del partido, el PSUV, no otro, trabajó tanto en una definición ideológica, el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI, el Plan de la Patria.

Es un problema que no hemos sabido, o no supimos atajar a tiempo, aquí otra autocrítica, cuando el Comandante se enfermó, trabajábamos intensamente para que todo estuviera en calma y en orden ante su situación de salud, otros nó, otros ya cuadraban, se cuadraban. Luego cuando se nos fue, los revolucionarios quedamos sujetos a una disciplina dolorosa, la derecha copaba, controlaba y por supuesto, nosotros sobrábamos.

Pero todavía no me cuadraba, hasta que creo haber llegado al meollo del asunto: la ética del madurismo es distinta a la del Comandante Chávez. Son completamente distintas, eso explica buena parte de los problemas que padecemos, eso explica que «tengan estómago» para hacer lo que están haciendo.

El Comandante Chávez, era un líder, conductor del Pueblo, Jefe militar y político, de la Revolución. Nadie le disputaba esta posición, tenía la autoridad moral sin discusión.

Desde que lo escuché el 4 de febrero, sus discursos, su conducta, después en el gobierno y durante doce años de trabajo de forma intensa y estrecha, en todas las circunstancias posibles, siempre me sentí identificado con sus ideas, las cuales comparto plenamente, y con su ética, la cual es la mía, la de mi familia. Su ejemplo y moral siempre es guía de mi accionar político.

Cuando se criticaba el liderazgo «mesiánico» de Chávez, yo decía, esta gente no sabe nada de la esperanza, de la fe, no entienden la relación amorosa del Comandante con el Pueblo, casi religiosa. Esa fuerza, indestructible a pesar de todo lo que ha sucedido, es la única capaz de hacer frente a la brutal campaña de la derecha mundial contra el Comandante Chávez, con todos sus medios, toda su fuerza, pero a la vez, es la única explicación al amor de los pueblos más remotos del mundo, de nuestra región por el Comandante Chávez, su ejemplo, ética y su autoridad moral.

El Comandante Chávez, se convirtió así en gran irradiador de conciencia, con su ejemplo, construyendo, en un país, un mundo donde la ética del capitalismo es hegemónica, una nueva ética: cristiana, socialista. Construir una ética distinta, alternativa, en esta sociedad globalizada que tiene enferma el alma, resulta en extremo difícil. Nuestra superioridad moral y ética no puede estar en duda.

Él hacia una práctica diaria de su ética, en su trabajo y sobre todo, en su relación con el país, con el pueblo. Era un hombre íntegro, estricto hasta el extremo con la honestidad, de una sola palabra, de decisiones firmes, valiente, profundamente humano, coherente, trabajador, extremadamente sensible al sufrimiento humano, capaz de conmoverse ante la injusticia, no hacia cálculos políticos de ningún tipo.

Nunca lo ví hacer trampas, nunca las hizo, nunca mintió, a nadie, nunca comprometió sus principios, aunque era un hombre de fuerte carácter, jamás levantó su mano contra nadie, ni mandó a hacer daño a nadie, nunca abusó del poder, no abandonó a nadie, nunca condenó a nadie. Sabía reconocer el trabajo, el esfuerzo, la honestidad, jamás grabó a sus ministros, a sus compañeros.

Era un Jefe justo, humilde, consciente de la necesidad del estudio, era muy estudioso, no era para nada soberbio, escuchaba, para discutir con él había que estar preparado, pero se discutía, no rehuía los problemas, los buscaba.

Tenía la conciencia de su rol de Jefe de Estado, siempre actuaba con sentido de transcendencia histórica, de que representaba al país, no sólo por la actitud y vestimenta adecuada, sino por su discurso, su palabra, se declaró anti imperialista, socialista, en contra de la guerra, del ALCA, a favor de Palestina, de los Saharauis, de África, amigo de Cuba, de Fidel, Lula, Evo, Néstor, Correa, Pepe. Buscaba a sus referentes morales, donde estuviesen, sabía que se estaba metiendo en lo hondo, no le importaba, a nosotros tampoco.

Tenía un sentido de la justicia, extraordinario. Iba aprendiendo y conociendo al país en su detalle, ahora como gobernante, como Jefe de Estado, de la Revolución. Sabía cuándo el humilde, el soldado, el trabajador, «callaba la novedad» porque era una conducta refleja. Enseñó a nuestro pueblo a hablar, organizarse, estudiar, trabajar, expresarse, así libre, como un acto de conciencia y nó de constricción o chantaje.

Sabía que había que construir y fortalecer esta ética en el seno del pueblo por eso: las Misiones Sociales, las Comunas, las brigadas de construcción, la inclusión social, cultural, educativa, los espacios para las nuevas relaciones humanas, de trabajo, de producción. Los programas de salud, las universidades, las escuelas, la alimentación, la ciencia, la tecnología, el conocimiento. Siempre preguntaba ¿Dónde está el socialismo?, esta pregunta que inquietaba a la derecha, realmente abarcaba, de manera indivisible, el componente de la nueva ética.

Cada «Aló Presidente» era una clase de política, un mecanismo de irradiación de conciencia, de la nueva ética. Cada acto de gobierno, cada plan, era una enseñanza, un paso hacia adelante, en la dirección correcta de construir un país, otra economía, basada en el trabajo, trabajo liberador, otra ética, basada en la honestidad, la solidaridad, la hermandad, la justicia social, la igualdad, la protección del más débil, de los niños, ancianos, pueblos indígenas. Allí esta su obra, quedó para la historia, sufriendo los embates de la improvisación y del desmantelamiento del que es objeto.

Ahora estos valores se han perdido, se han desdibujado, debo decir, con las excepciones de siempre, que no quedan vestigios de la ética del Comandante en la gestión del madurismo, por supuesto, siempre ha estado ausente en la oposición, en la derecha anti nacional.

Ahora, tristemente, el madurismo y la oposición coinciden en los valores éticos, por eso no tienen ningún problema de insultarse a muerte y luego darse la mano y «besitos» a escondidas, son amigos, se saludan, está bien ¡pero entonces, no mandes a tus jóvenes a morir en una «guarimba» absurda, en una violencia sin sentido! No prometas castigo, en un discurso altisonante, justicia a los comités de víctimas, para que todo quede igual en aras de un pacto.

Por eso coinciden en el aquelarre, la persecución contra los ministros de Chávez, su encarcelamiento, en el linchamiento moral a los hombres de Chávez, aplauden al «pranato» cuando encarcelan a los trabajadores de la Nueva PDVSA, aquellos que los derrotaron en el Sabotaje Petrolero. El madurismo, en su afán de poder, ha dado a la derecha más golpista y radicalmente anti chavista, los argumentos para destrozar el legado de Chávez, sus iniciativas, su política, minimizan su épica, ahora resulta que el Comandante Chávez la tuvo fácil, porque el «petróleo estaba a cien».

Por eso hablo de la política con «p» minúscula, se acabaron las grandes ideas, las grandes discusiones, los grandes retos, el Plan de La Patria, la Venezuela Potencia, la Nueva PDVSA, las Misiones y Grandes Misiones, la esperanza ha sido abatida por la improvisación, los errores, la falta de honestidad y la mentira.

Ahora la política y la gestión de gobierno están signadas por la mentira, la trampa, el «tuiter», una realidad virtual, no existe discusión de los problemas, existe una represión extendida a las ideas, un abuso del poder permanente, nadie sabe quién manda, pero saben que hay muchos jefes y jefas, «asesores». Hay mucho miedo, todo se graba, se persigue, hay cualquier cantidad de detenidos políticos, secuestrados políticos, sin derechos de ningún tipo, ni a la defensa, ni al debido proceso.

No puede tolerarse que hayan muerto tantos jóvenes en las protestas o acciones de calle, que se hayan quemado vivos seres humanos porque parecían Chavistas, o que se produjesen linchamientos, que hubiesen tantas armas en la calle. Se podrá decir lo que sea, pero al final esto demuestra la falta de una política clara, de una posición ética de respeto a la vida. No puede haber tantos presos por razones políticas, aislados, sin ver a sus familias, sin defenderse. No se puede despachar a nadie con un cohete.

Se estimula la traición, la deslealtad, todo se compra y se corrompe. Se crea una situación de miseria espiritual cuando ponen al pueblo del 13 de abril, a pelear por una caja «Clap», por un carnet, en una cola por cualquier cosa. A nadie le importa qué está pasando en realidad, si el problema no es TT en «tuiter», entonces no hay novedad.

Se ha estimulado el egoísmo al máximo, nada de esfuerzo colectivo. Existe una ausencia de gobierno, de la Revolución en las calles, manda el paralelo, mandan los bachaqueros, los malandros imponen su toque de queda, los especuladores hacen lo que les da la gana, no hay nadie capaz de defender al ciudadano.

Se utiliza un discurso anti imperialista, pero a la vez se asoman a la puerta de Exxon Mobil para ver si quieren volver al país, o explotar en conjunto el área en la zona en reclamación con Guyana, se paga la mayor contribución para la toma de posesión de Trump a través de CITGO.

Se habla en contra del capitalismo y los especuladores financieros, pero se hacen acuerdos y financiamientos con «Goldman Sachs», cuyo anterior CEO, es el Secretario del Tesoro que impone sanciones financieras al país.

Se dice que vamos a la Cumbre de las Américas, «pase lo que pase», así no quiera el país anfitrión, pero de repente ya no importa ir.

Muere el maestro Abreu, no se dice que el madurismo le quitó el apoyo al Sistema desde que el maestro Dudamel, dijo algo en defensa de sus muchachos, víctimas de la violencia. Se aparta a Gustavo Dudamel de su ambiente natural, su Sistema, del cual es el exponente más genuino. Llevan a miles de niños a un evento electoral en el Poliedro, para la foto. No importa, no había comida, los niños lloraban, un desastre, pero están en campaña. Intervienen la Directiva del Sistema como intervienen la Directiva de PDVSA, como si no importara.

Se piden sacrificios al pueblo, pero en las apariciones públicas queda claro que la crisis y los sacrificios, no llegan al madurismo. Todo es una chanza, un chiste, un baile, de Salsa, «reaguetón». No importa, están en campaña.

Se crea un partido, «ni fu, ni fa», sin Chávez, sin los colores de Chávez, no importa, es un movimiento de utilería. Están en campaña, el daño que le hagan al Comandante, a su palabra, no importa.

Se van por cientos de miles los jóvenes del país, se van de todos los colores, profesionales, estudiantes, obreros, pueblo, los explotan, los maltratan, se prostituyen, pero el madurismo lo niega, le resta importancia, se les humilla y el «pranato» los maldice y les pide que no vuelvan.

Las caras del «pranato» es la mas clara expresión de esta ética del desastre, bajo su área de responsabilidad pasan las peores cosas, el infierno para los pobres, pero no importa, «no es mi competencia». Hay un ministro que cínicamente dice que en el país no pasa nada, que acusa y miente sobre la corrupción, cuando todos saben quién y por qué lo ha sostenido en sus avatares revolucionarios.

Van a cambiar la Constitución del Comandante Chávez, se creó un poder de facto, que legisla, aprueba leyes entreguistas, pero no importa, no importa la Constitución. Las leyes petroleras se violentan sin importar a nadie, los contratos petroleros, que nadie conoce, se aprueban en secreto. Cambiarán o cambiaron el Plan de la Patria, el testamento político de Chávez, no importa, el madurismo quiere diferenciarse, ahora sí pueden cambiar lo que sea sin ningún tipo de remordimiento, es otra ética.

El Arco Minero se entrega a las transnacionales, a las mismas que el Comandante expulsó porque jamás sacaron un gramo de oro, pero sí especularon financieramente. No importa, se muestra un punto de cuenta, sólo las firmas, no el contenido que es completamente distinto a lo que hicieron. No importa, un ministro cuadró todo con un empresario que, por primera vez en su vida, entró al despacho de Chávez, sólo Maduro lo pudo hacer.

Se ha descalificado, perseguido, linchado moralmente a la Nueva PDVSA, a la de Chávez, los trabajadores presos o perseguidos, la empresa intervenida por una Junta Directiva que no sabe nada de petróleo, acabaron con su moral, con sus capacidades productivas, cayeron 1,5 millones de barriles día de la producción de petróleo. Han dicho de todo: el precio, la corrupción, conspiración y cualquier cosa que se les ocurra. Pero acaban de emitir un Decreto donde le dan las más amplias facultades al Ministro para que «aumente» la Producción. En la exposición de motivos de su texto, se habla justamente de «ética y de moral», se habla de «socialismo».

Ahora, después de toda esa cantaleta de la corrupción, asignaciones directas, etc, por Decreto Presidencial permiten, prefisamente, las adjudicaciones directas, pasan por encima de la Ley de Licitaciones, Contrataciones, es decir, de todos los mecanismos de control de la Administración Pública. ¡Los contratos petroleros se adaptarán a los requerimientos de las Transnacionales petroleras!, a las «necesidades del mercado petrolero internacional». ¡Burda entrega!

Lo he advertido, lo he dicho a Díaz Rangel, lo he escrito, por ello me han acusado de todo, me tildaron de traidor y al final, yo tenía razón: entregan PDVSA a las transnacionales para que «resuelvan» lo que su incapacidad destrozó. El baluarte de la soberanía petrolera, se entrega a las transnacionales petroleras. ¿Ahora, qué van a decir? Tendrán que rendir cuentas.

Tantas cosas podrían mencionarse, lamentablemente, todo ello ha creado una situación de desesperanza, falta de fe en el futuro, de apego al trabajo, al estudio, al país, se imponen las soluciones desesperadas, individuales, se impone la rabia, el odio, la amargura, la tristeza. Se ha perdido la emoción, las ganas de estar, de participar, el ambiente es pesado, duro, cada vez es más molesto, insostenible. Se resigna el Pueblo a volver atrás, a perder las posibilidades y oportunidades que abrió Chávez. Es una especie de obscurantismo, desesperanza, han matado el impulso revolucionario.

Terminando estas largas reflexiones (lo sé y pido disculpas por ello) se produce una reunión crucial del Consejo de Seguridad, parece que estamos a las puertas de una gran confrontación militar en Siria. Los EEUU, Francia y Reino Unido bombardearon Siria, la excusa: un ataque químico que no ha podido ser demostrado. El Consejo de Seguridad había acordado enviar una misión de verificación, no esperaron.

Es la ética hegemónica y su violencia, los muertos los pone el Pueblo Sirio, más de 400 mil muertos, 12 millones de desplazados, un país destrozado, en combate contra el terrorismo del ISIS que degüella, mata, y retrocede la sociedad a la edad medieval. Siempre, desde el Consejo de Seguridad de la ONU, a pesar de las presiones, levanté mi voz a favor del pueblo sirio, la paz y la soberanía de ese hermano país.

Mientras se utiliza el argumento de la «protección a los civiles», se guarda silencio sobre quiénes han financiado esa guerra, quiénes armaron y entrenaron a los grupos terroristas y se guarda silencio ante la masacre de civiles en Yemen y ante la matanza de palestinos, los cuales parecen ser, en la ética de la muerte, seres inferiores sin derecho a la vida.

Ésta es nuestra realidad. ¡Ay Comandante!, cuánta falta haces en Venezuela y en el mundo. Con Chávez siempre ¡Venceremos!