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Carta abierta al pueblo de Venezuela

El pasado 25 de enero el Fiscal General, nuevamente arremetió contra mi nombre y mi reputación, acusándome y condenándome de una vez, de la comisión de supuestos delitos de corrupción durante mi gestión al frente de la industria petrolera.

El Fiscal, con amplia cobertura comunicacional, actúa con claro abuso de poder, violentando mis derechos fundamentales: a la presunción de inocencia, al debido proceso, al derecho a la defensa y anuncia, que pronto emitirá orden de captura en mi contra y solicitará la «alerta roja» en Interpol, como si se tratara de un delincuente.

El Fiscal, aunque es un personaje capaz de hacer cualquier cosa motivado por su afán de cumplir sus ideas fantasiosas, sin embargo, no tiene el valor para llevar adelante esta canallada por sí solo. El Fiscal, actúa sólo por instrucciones del Presidente y su entorno íntimo. Cual títere, hace el mandado y es capaz de prestarse a cualquier cosa por su agradecimiento de que lo sacaran del hueco donde cayó después que el Comandante Chávez le quitara su apoyo a la Gobernación de Anzoátegui. Está lleno de rencores y resentimientos, pero «es» el Fiscal y se presta para cometer esta infamia en mi contra.

¿Cómo llegamos a este punto?, ¿Por qué se arremete con tanta saña en contra de un revolucionario que ha trabajado y luchado lealmente al lado del Comandante Chávez?

¿Por qué se arremete contra una gestión, que es la gestión de Chávez, una gestión que fue fundamental para alcanzar y consolidar los extraordinarios avances políticos, sociales y económicos de nuestro país durante los años que estuvimos en revolución?

¿Por qué soy agredido?, siempre he actuado apegado a mis principios, en el marco de la Ley, nunca abusé del poder, en ejecución de las orientaciones de nuestro Comandante, a favor del Pueblo y nuestra patria.

¿Por qué atacan nuestro trabajo?, que logró enfrentar y derrotar con éxito al capital transnacional, así como, la hegemonía para el desarrollo de nuestro modelo propio, una de las gestiones más transparentes y escrutada hasta el mínimo detalle, tanto por el mismo Comandante, así como, por los mecanismos de control de la Administración Pública, del sector internacional, de nuestros socios y relacionados.

¿Por qué se arremete contra PDVSA y nuestra Política Petrolera?, una de las empresas más importantes del mundo, que la rescatamos junto a Chávez, los trabajadores y el Pueblo, del sabotaje petrolero, de la privatización, que operó como la empresa más exitosa del país, que cumplió todas las tareas asignadas para derrotar la pobreza, que se echó al hombro a todo el Estado y a la economía del país, que cumplimos con éxito todas las tareas asignadas, ayudamos a todos los sectores en el esfuerzo de la gestión de gobierno. Una empresa y una política soberana que rescató el petróleo, y cuyos resultados económicos se tradujeron en prosperidad y desarrollo sostenido del país durante el gobierno revolucionario. Una empresa, la Nueva PDVSA, «Roja Rojita», la de Chávez, profundamente nacional y popular, revolucionaria, instrumento del ejercicio pleno de nuestra soberanía.

Se nos persigue, a nosotros que nunca hicimos cálculos egoístas, ni teníamos otro plan, ni éramos de ninguno de los «grupos», que sólo éramos Chavistas y revolucionarios, que acompañamos al Comandante en su audacia, cuando se metió a lo «hondo», con el «santo y con la limosna», contra el podrido sistema capitalista y dependiente, a conquistar la independencia, lo acompañamos cuando rasgó las tinieblas, abrió las puertas a un gobierno popular y revolucionario

¿Por qué atacan al sector petrolero, a PDVSA, uno de los pilares del Legado del Comandante Chávez?, ¿por qué me atacan, al rostro y nombre emblemático de Chávez y su Política Petrolera, uno de su cuadros históricos?

La respuesta es dura, pero cada vez más evidente, aunque se niegue y no se quiera reconocer o decir: este gobierno hace tiempo que está lejos de ser, lo que nuestro Comandante Chávez quería para su pueblo y para el país, lejos de su Legado y de su Plan de La Patria, mucho menos, es un gobierno socialista.

Desde el inicio de este gobierno, el Presidente fue rodeado por un grupo extraño, además de su entorno íntimo, un grupo empresarial y político, que siempre estuvo allí, agazapado y que fueron actuando de manera persistente, convenciendo al Presidente que «él» debía tener su propio liderazgo, perfil, que «él» era el líder, el nuevo «jefe». Obviaron estos personajes que Nicolás Maduro llegó allí, por el Chavismo, porque Chávez lo pidió el 8 de diciembre, por una posibilidad de continuidad del gobierno de Chávez, de su política, de su Legado, para evitar el asalto de la derecha que se sentía victoriosa después del fallecimiento del Comandante.

Pero, el Comandante en su última alocución del 8 de diciembre, nunca dijo que cambiara a su gobierno, sus políticas, se trataba de poder asumir una nueva elección, si él no estuviese en condiciones de ejercer la Presidencia. Pero él no pensaba morir, siempre pensó estar allí, entre nosotros, creo que así lo entendimos todos, nadie pensó en el escenario de su desaparición física. Es en ese contexto que hay que entender el mensaje del 8 de diciembre.

Creo que, sobreviniendo el fallecimiento del Comandante, el actual Presidente ha debido entender que había sucedido algo fuera de lo previsto por el Presidente Chávez y por tanto se imponía un gobierno, donde, aunque él sería el Presidente tendría que trabajar con la Dirección del equipo de Chávez, y muy cuidadoso de gobernar todos juntos, para enfrentar la tormenta, su elección implicaba el ejercicio de una voluntad colegiada, no individual o personal.

No lo entendió así el nuevo Presidente, ni su papel, ni su responsabilidad. No entendió que no se trataba de sustituir a Chávez, sino de continuarlo. El pueblo nunca quiso cambiar a Chávez, lo perdimos en batalla. El nuevo Presidente se ha debido imponer él mismo la mayor rigurosidad y disciplina, para enfrentar y derrotar la tentación del poder, la ambición de los nuevos grupos, que tratarían de crear círculos de poder, de influencia, para hacer otro gobierno.

Inmediatamente, comenzaron a actuar estos grupos, oportunistas, primero se fue apartando a los Ministros de Chávez. Cualquiera diría, «está en su derecho, es el Presidente», no es verdad, éste era el equipo de Chávez en un gobierno Chavista, pero digamos que sucede, sin embargo, a lo que no tenía derecho, es a apartarse de las políticas del Comandante, de su forma de gobernar y sus principios de actuación. Comenzaron a aparecer personajes a los que justamente el Comandante Chávez había puesto de lado durante su gobierno.

Empezaron los afiches con el nuevo Presidente en posición de «bateo», el ensalzamiento a su personalidad, los aduladores de oficio, el ego, y comenzó un control milimétrico de los medios del Estado, las adquisiciones de medios privados, las alianzas y acuerdos, por lo menos, extraños. Una insistencia del nuevo Presidente de que reconociéramos que «él» era el nuevo «jefe», «él» era el Presidente. Y es verdad, es el Presidente y eso hay que respetarlo, yo lo respeto, pero para ser el nuevo jefe o siquiera acercarse a la estatura de Chávez, hay un trecho insalvable.

No se entendió que, para llegar a acercarse a Chávez, tiene que trabajarse de manera extraordinaria y en equipo. En cuanto a la autoridad sobre un movimiento político o sobre un colectivo, ésta no se decreta, se conquista, con trabajo, estudio, disciplina, ejemplo, decisiones acertadas, actuaciones justas, sin parcialidades, ni grupos, por encima de los intereses mezquinos. Es lo que se llama la «autorictas», pero cuando no se tiene, se recurre al autoritarismo para imponerla.

Igualmente se insistió en hacer un gobierno diferente, dejando languidecer o desaparecer las estructuras, equipos y fórmulas creadas por el Comandante, en un empeño por crear nuevas y distintas iniciativas, una tras otra, sin continuidad y consistencia. Todos estos últimos cinco años están llenos de iniciativas fallidas e improvisadas, con la subsecuente ineficacia o incapacidad del gobierno en la gestión de soluciones a los problemas del pueblo.

En paralelo, se impuso la tesis de controlar, todos los puestos del Estado, del gobierno, con personas «suyas», familiares, amigos, incondicionales. Que no tuviesen capacidad, conocimiento, ni convicciones revolucionarias, ni éticas, no era un problema, lo importante es que eran de los «suyos» y de allí para abajo un desmantelamiento de todos los equipos del gobierno revolucionario del Comandante Chávez, siempre con el argumento de la «corrupción». Qué insensatez y daño tan grande le han hecho a la Revolución Bolivariana y a las instituciones del Estado.

Para ello, se impusieron tesis extrañas como aquella del «sacudón», con alta rotación de cuadros, cambios sucesivos, todo orientado a desmantelar los equipos de trabajo, como si el Gobierno de Chávez hubiese sido malo. No importaba que los ministros o viceministros no tuviesen experiencia, hasta se argumentaba que quien había sido Ministro con Chávez para una cosa, seguro sería buen Ministro para otra. Al final imperó la improvisación, falta de continuidad y ahora el equipo de gobierno es desconocido por su alta rotación, no tiene peso político, nuevamente dentro de la conseja de que «nadie te haga sombra»

El tema económico ha sido el «talón de Aquiles» de este gobierno. Hacía mucho, pero mucho tiempo que todos los grupos políticos, económicos, de poder querían controlar PDVSA y la política petrolera. El Comandante Chávez lo sabía, probablemente encontró en nuestro equipo, un grupo humano comprometido con la transformación del país, como seguramente encontró en los distintos grupos humanos con los cuales fue haciendo sus equipos de gobierno, aupándolos, estimulándolos.

Pero en el caso de PDVSA, la capacidad, conocimiento, honestidad y probidad fueron determinantes para estar el manejo de un sector tan complejo como el petrolero, el corazón de la economía, conformado por un entramado de relaciones internacionales, comerciales y de negocios, con tantos riesgos tentaciones en cuanto en convertirse en un agente de las transnacionales o sencillamente, en un corrupto, un sector creado y estimulado por más de cien años desde la aparición del petróleo en nuestro país, era, o es, el sector vaso comunicante por excelencia con las transnacionales, la única empresa del país en disputa y competencia a nivel internacional.

A los inicios del gobierno del Comandante Chávez, me antecedieron otros presidentes de PDVSA, ajenos a nuestro programa nacional, incluyendo un general activo que terminó de golpista. Esa fue la experiencia del Comandante con el sector petrolero, hasta que llegamos al Sabotaje y la «toma de la Colina». A partir de allí, con un equipo de extraordinarios compañeros, incluyendo a Ali Rodríguez Araque, mi respetado amigo y amigo de mi casa, quien me conoce desde niño y sabe quiénes somos nosotros, comenzamos a trabajar en una Nueva PDVSA, nacional, popular, revolucionaria, la «Roja Rojita». Era la PDVSA de Chávez.

El Comandante, precisamente por las experiencias del Golpe de Estado y del Sabotaje, entendió lo importante de nuestro sector, que era capaz de derrocar gobiernos, por lo que, se dedicó personalmente a trabajar en su refundación, lo hicimos juntos, para mí fue un gran honor.

El que diga que el Comandante era un descuidado, o dejaba hacer, que tuviese «preferidos» por razones distintas al trabajo y las convicciones revolucionarias, está mintiendo. Al contrario, él era extremadamente exigente con los suyos, muy duro. En mi caso, era una revisión permanente, un escrutinio a mi conducta, accionar, gestión, con su mirada fija, penetrante, su intuición, todos sus mecanismos de control, toda la inteligencia y el poder político, popular, se hacía una idea de quién era quién, conocía muy bien a su equipo de hombres y mujeres. Su ingenuidad política quedó atrás con el Golpe de Estado.

Si el Comandante Chávez hubiese tenido alguna duda respecto a mi conducta, honestidad, lealtad o convicciones revolucionarias, me hubiese sacado del gobierno, no hubiese durado ni un año en tan altas responsabilidades. Todos los ayudantes militares, civiles y compañeros que compartimos esta etapa, saben que fue así.

Pues bien, fueron 12 años como Ministro de Petróleo y 10 como Presidente de PDVSA. No sólo estuve en esos cargos, sino que desempeñé innumerables tareas y responsabilidades de la más alta complejidad y compromiso. Ya la historia pondrá las cosas en su justo lugar.

Desde el primer año de gobierno el Presidente Maduro me pidió que le entregara el cargo de Ministro de Petróleo y Presidente de PDVSA, él quería «refrescar» el sector. Ya tenía sus candidatos, uno de ellos está preso y el otro, responsable por cierto de la venta de petróleo Sr Fiscal, goza de protección presidencial que por lo menos es inconsistente con su discurso. No había argumentos, razones. Querían PDVSA y por supuesto, la tuvieron. Yo hice mi entrega de manera escrupulosa, más de 24 cajas de documentos y mantuve copias digitales, de las cuales he hecho varias de respaldo, de toda la información de nuestras operaciones porque ya algo me olía mal en todo ésto.

Eran momentos terribles. Fue la primera andanada de ataques personales, como nunca antes. Sólo le dije en aquel momento al Presidente, que estaba haciendo lo que había prometido hacer Capriles si ganaba las elecciones: removerme e intervenir PDVSA, cosa que el Comandante Chávez en su discurso en La Guaira durante las últimas elecciones, dijo que no sucedería, y explicaba por qué la derecha me profesaba esas amenazas y tanto odio. ¿Quién sospecharía que después el nuevo gobierno, que se proclama Chavista, haría exactamente lo contrario a lo que Chávez dijo?.

Yo acepté ir a Cancillería por mantener la disciplina y manejarme en esta nueva situación, con la esperanza de que fuese sólo un hecho aislado y no un cambio cualitativo. De inmediato me desplegué por el mundo, me recibieron varios presidentes de países petroleros, puesto que yo estaba convencido que el precio del petróleo se desplomaría, no por el petróleo de esquistos norteamericano, sino por las razones geopolíticas que afectaban al norte de África, Siria y Medio Oriente. Fueron desestimadas mis advertencias. Se han debido tomar, en ese momento, las medidas económicas que propuse ante todas las instancias, incluyendo el Congreso del Partido, para enfrentar esta situación que ya estaba advertida. No se tomaron las medidas, se impusieron los intereses de los grupos económicos que se han hecho mil millonarios con el diferencial cambiario.

Al contrario, en vez de atender mis advertencias, algo, que todavía no sé qué fue, molestó mucho al Presidente, cuando intenté ayudar a los trabajadores de Cancillería y hacer algo por la institución, que luego de doce años de Revolución, estaba en una situación deplorable. Salí a las Naciones Unidas.

Nuevamente acepté por disciplina y para representar a mi país ante el máximo organismo de la política mundial y ante el Consejo de Seguridad. Lo hice de inmediato, disciplinado, ya muy preocupado, pero dando todavía espacio al tiempo y a la rectificación. Lo confieso, dentro del chantaje de «no afectar a la revolución», «la unidad», etc.

A PDVSA se entró a «saco roto». Se persiguieron a los llamados «ramiristas», es decir, los equipos formados después de la derrota del sabotaje petrolero, el equipo de Chávez. Comenzó un proceso de remoción, acusaciones, persecuciones, detenciones, se metió al SEBIN a determinar si las operaciones eran correctas o nó, imperó un profundo desconocimiento. Se removieron a los miembros de la Junta Directiva, técnicos-políticos, con una dilatada experiencia y conocimiento del sector y de los antecedentes de la empresa, con liderazgo y prestigio entre los trabajadores. La nueva Junta Directiva, respondía y responde a distintos grupos de poder, económicos y políticos que conforman los nuevos círculos alrededor del Presidente.

Se está abandonando paulatinamente nuestra Política Petrolera, la Faja Petrolífera del Orinoco, ahora se entrega al mejor postor, los campos petroleros a familiares y personas vinculadas a la derecha y la oposición venezolana. Con el petróleo se han sellado acuerdos y compromisos con un sector de la oposición, se intenta congraciarse con las transnacionales para que vuelvan al país, pero ahora será al saqueo.

Se decía que nuestros problemas económicos se debían a la caída del precio del petróleo, pero el petróleo ya ha subido hasta niveles por encima de un 50% respecto al año pasado, entonces, ahora, es la corrupción, ¡sólo PDVSA es corrupta!, pero después de llevarse presos a quienes han querido, que todavía no saben de qué se les acusa, incluyendo dos ex ministros y presidentes de la empresa, que se prestaron a toda esta mala gestión en estos últimos tres años y medio, ahora resulta que se trata de una conspiración, donde hay un «paro silencioso», dirigido por «mafias corruptas».

Nó. Son mentiras, patrañas. La realidad es que luego de improvisar hasta mas no poder, de fracturar la moral, unidad y disciplina de los trabajadores de PDVSA, luego de maltratarlos y hostigarlos, de remover a los cuadros técnico políticos de experiencia y conocimiento y de una abierta y grosera persecución, luego de restringir los recursos de inversión y mantenimiento, la producción de petróleo ha caído en más de un millón de barriles día, y las refinerías no pueden abastecer el mercado interno.

Un desastre, que está dirigido a entregar PDVSA y nuestra política petrolera a las transnacionales y los nuevos grupos económicos como sucedió tras la caída de la Unión Soviética. Es la esencia del nuevo pacto, no el que se discute en República Dominicana, el que ya se ha cerrado con factores de la oposición.

Este factor, aunado a una permanente improvisación, inacción y falta de capacidad en la conducción de los asuntos del Estado, además de una prepotencia y desconexión de la realidad, nos ha conducido a una terrible crisis económica y social, con unos efectos devastadores contra nuestro pueblo, que ha generado un éxodo y una paralización de nuestras capacidades productivas, con fenómenos de hambre, desnutrición y pobreza que no se pueden ocultar, aunque nada se publique ni se diga al pueblo. Es evidente la compleja y difícil situación que enfrenta el país, el deterioro de la calidad de vida de nuestro pueblo. Se va a requerir de un gran esfuerzo colectivo para superarla.

Todo este deterioro ha venido acompañado del surgimiento de las peores conductas sociales, o más bien, asociales en el seno de nuestro pueblo, a todos los niveles: la corrupción, el «bachaqueo», la falta de compromiso con un programa de transformación, las prebendas de hambre administradas para mantener el control social, la trampa y la mentira como una conducta extendida, la desesperanza, la frustración, la violencia, el incubo del fascismo, estimulado en las redes sociales. Es un gobierno que no emociona a nadie, que vive de la etiqueta, de las conspiraciones y de un escándalo tras otro, del miedo, de la manipulación emocional a nuestro pueblo, abusan de la esperanza Chavista.

Estas opiniones y alertas las he venido expresando de manera privada y luego pública. Tengo la información, el conocimiento, la moral para advertir esta grave y difícil situación, del peligro que acecha a la patria.

Ante la debilidad de nuestras instituciones y nuestra revolución, nuestros enemigos acechan, nos agreden desde el exterior, amenazan, sancionan, prometen invasión, revancha.

El gobierno, de manera secreta, ha tratado de establecer algún tipo de pacto con el imperio, pero éste quiere la entrega de todo. Emisarios especiales y ministros, han ido al norte a ofrecer acuerdos, se ofrecen oportunidades petroleras, contribuciones a la toma de posesión del Presidente, han hecho de todo. En Nueva York era conocido que dos ministros fueron a hablar con la Exxon Mobil a ofrecer arreglos, volver a la Faja Petrolífera, incluso explotar de conjunto las áreas limítrofes del país usurpadas por ellos de facto. Ni siquiera los recibió el presidente de la empresa. Las transnacionales lo quieren todo.

Se ha argumentado que cualquier crítica que se haga dentro del Chavismo sólo contribuye a fortalecer a la derecha, mientras, se negocia con AD, con UNT y otros factores para acordar una convivencia de intereses. Triste que se reflote a la derecha para mantenerse en el poder, a costa de lo que sea. Se ha sido muy habilidoso, no se puede negar, en los pactos, acuerdos, manejo de la oposición, sus contradicciones, pero debe hablársele claro al pueblo, al Chavismo, al país. No manipular sus sentimientos, se promete castigo a los culpables de la violencia, resarcir a las víctimas, sancionar a los que han traicionado la patria, mientras se hacen acuerdos secretos con ellos. Se crean nuevas alianzas, mientras se persigue a los revolucionarios.

Yo he asumido la responsabilidad de hacer estas advertencias, no sólo competen al Chavismo, competen a todo el país honesto, trabajador. Nadie me puede «etiquetar», con los «bots» de las redes sociales, nadie me puede descalificar. Podrían no estar de acuerdo con mis opiniones, mi punto de vista o los tiempos y circunstancias políticas, pero nadie me puede acusar de trabajar con la derecha, contra el país y sus más altos intereses. No he sido quien ha pactado con la derecha, ni ha traicionado a Chávez. Jamás me verán con la contrarrevolución, con su discurso, en pactos secretos. Si alguien me pregunta qué hacer, les diría: retomar el camino de Chávez, seguir su palabra, su ejemplo, su Plan de la Patria.

El Presidente arremete en mi contra, utilizando al Fiscal y todo el poder que tiene como jefe de Estado y de gobierno, me trata como al peor enemigo de la revolución, por mis opiniones políticas, por exigir una rectificación a favor del Pueblo. Se me quiere escarmentar, sentar un precedente, quien se atreva a disentir, será condenado al ostracismo y se arriesga a cualquier cosa. Grave error, están matando a la revolución, su moral, su ética, su irreverencia, lo que constituye su fuerza.

Sé que con cada artículo que escribo, le estoy dando otra vuelta a la soga que han puesto alrededor de mi cuello. Si ese es el precio que debo pagar por mi lealtad al Comandante Chávez, al pueblo y a todo el país, lo asumiré. Veo al mundo, con sus problemas, algunos avanzando a una velocidad inimaginable para nosotros, otros sumidos en el caos, la violencia y descuajados, desarticulados. Yo quiero y creo que el país aún esta en posibilidades de resolver sus problemas y salir de esta crisis sin más violencia, en el marco de nuestra Constitución.

He pedido públicamente la realización de primarias en el seno del Chavismo para escoger, por el voto popular, secreto, en ejercicio de la democracia protagónica y participativa, que consagran los estatutos de nuestro partido, a un candidato que sea capaz de conducir al país en este laberinto infernal, donde ya todo se ha convertido en una tragedia para amplios sectores de nuestro pueblo. Esta intención de ejercer mi derecho a la participación política dentro del Chavismo, del PSUV, ha sido respondida con saña, violencia, desproporción, odio.

Jamás me pasó por la mente que, a pesar de las diferencias que pudiese tener con el Presidente, este diera la orden de que me trataran como al peor de los enemigos, incluso, al solicitar la captura de Interpol, me están entregando a cualquiera de los gobiernos hostiles a nuestra revolución. Me hostigan, hasta el punto que no puedo ni siquiera ejercer mi defensa. El Presidente será responsable de lo que me pueda pasar a mi o a mi familia, cuando se desatan los demonios, cualquier cosa puede suceder.

Yo creo en el Chavismo, en que el Comandante Chávez no haya arado en el mar, creo en el pueblo humilde, ese que se mueve con el corazón, con la pasión del instinto redentor, creo en la juventud, en la honestidad, en el trabajo, en que un futuro mejor es posible. Creo en la dirigencia que se ha fogueado y combatido al lado de Chávez, creo en nuestras Fuerzas Armadas Bolivarianas, en la conciencia del país, en las Fuerzas Morales, como decía José Ingenieros.

Cada quien que asuma sus responsabilidades ante la historia, los que me ofenden y persiguen, los que dan la orden para el linchamiento, los que guardan silencio, los que son indiferentes. Deberán rendir cuentas a la historia y a la memoria de nuestro Comandante Chávez.

Hoy día, soy un perseguido político. Sigo firmemente convencido que nuestro país y nuestro pueblo merecen un destino mejor, y por ello lucharé asumiendo las consecuencias de cualquier agresión en ese pacto tácito con nuestros enemigos, en destruir mi nombre y horadar mi honor, en hacerme daño. Seguiré leal a mis principios y convicciones, honrando la obra, el ejemplo y memoria de nuestro Comandante. Con Chávez siempre, ¡Venceremos!

El error fundamental

La gente se pregunta, en todas partes, no sólo en Venezuela, sino en el exterior, cómo fue que llegamos a la situación actual, ¿por qué estamos como estamos?, ¿qué pasó? Voy a tratar de abordar este asunto, desde mi perspectiva revolucionaria y mis posiciones y responsabilidades asumidas durante el gobierno del Comandante Chávez, hasta mi salida.

Voy a referirme a elementos objetivos, aunque, por supuesto, no puedo desprenderme de mi subjetividad Chavista y revolucionaria. Nunca lo podré hacer, eso es lo que soy. Por otra parte, voy a seguir el mandato bíblico de reconocer mis propios errores.

La enfermedad y posterior fallecimiento del Comandante Chávez, nos sorprendió a todos, comenzando por sí mismo. El inicio de sus padecimientos estuvo rodeado de mucho secretismo.

Cuando alguien muy cercano se enferma y muere, sobreviene una etapa de negación de esta realidad. Nuestra condición humana y afecto por el Comandante, no nos permitió vislumbrar con objetividad el futuro sin él.

Asumimos la tarea de apoyarlo y trabajar el doble de lo acostumbrado, para aliviarle esos momentos de sufrimiento y con la responsabilidad fundamental de que todo funcionara en el país y sus instituciones, que no se produjera un caos, por su enfermedad y luego por su fallecimiento.

Acá reconozco ingenuidad de mi parte y creo que de otros compañeros del equipo de Chávez. No quisimos colocarnos en el escenario de su desaparición física, siempre pensamos que se recuperaría, en lo que a mí respecta, hasta el último día en que lo ví con vida ya en el hospital militar, en Caracas. Digo que fue un acto de ingenuidad, o más bien tiene que ver con nuestra condición humana, porque hoy, estoy seguro, de que otros sí lo estaban pensando e incluso, se estaban preparando para ello.

Comenzando por los tanques pensantes del gobierno norteamericano y sus agencias, quienes con base en información pública y filtraciones (que no sé cómo se producían), estaban monitoreando muy de cerca la situación del Comandante y siguiendo la trayectoria trágica e implacable de la misma, mientras, en paralelo, trabajaban en los escenarios de su desaparición, prepararon a la derecha venezolana para que tomara el poder, ya sabían que vendría una «tormenta» por su ausencia.

Por otra parte, en el campo del Chavismo, mientras la mayoría estábamos preocupados en trabajar muy duro y porque él salvara su vida, otros ya estaban pensando en su ausencia. Lo cooptaron, rodearon, se cerró un círculo difícil en torno a él, era difícil aproximarse. Llegado un momento es el mismo Comandante quien nos llama, me llama, para que estuviésemos a su lado hasta el final. Es como si él se hubiese dado cuenta en algún momento, que necesitaba romper ese cerco, llamar a algunos de nosotros para que lo acompañáramos en ese tramo final de su vida. Que pasó en esa etapa de cerco, sólo la historia lo dirá.

Había una cantidad importante de personajes políticos, hombres de negocios, sectores con intereses específicos, a los que el Comandante Chávez tenía a raya, a distancia, los había apartado del gobierno, de su apoyo político, los tenía distantes porque él sabía que estaban allí, tras bastidores, tras de algunos dirigentes políticos, apoyándolos y aupándolos, esperando su momento. Siempre estuvieron y el Comandante los iba apartando, tratando de construir su equipo, propio de él, de sus afectos y confianza, un equipo que no tuviese padrinos ni protectores, segundos planes, otras intenciones.

El Comandante Chávez siempre trabajó compartimentando el poder, nunca lo cedió a ningún sector, ni a una sola persona. Él conocía muy bien el origen del movimiento Bolivariano y sus características aluvionales, electorales, que él mismo no estaba forjado con base en una doctrina, sino en torno a su carisma. Por eso su empeño en subir el nivel de conciencia del Pueblo, su nivel de organización y participación, crear otras instancias político-sociales, crear el PSUV, dotarlo de una doctrina y una ideología. No le alcanzó el tiempo.

Él hablaba de pilares de su equipo, de su gobierno, del partido. Las Fuerzas Armadas Bolivarianas, en particular, el Ejército, la Economía, en particular, PDVSA, el Partido y el Poder Popular.

En función de ese esquema de equilibrios de poder y grupos, del peso específico de cada uno, sus áreas de trabajo y sus respectivos dirigentes, donde la mayoría eramos a la vez dirigentes del PSUV, el Comandante estructuró su gobierno y fue capaz de avanzar de manera eficaz en la conducción de nuestro país. Fue un esquema muy exitoso de trabajo, con él al frente como Líder y Jefe indiscutible de nuestro proceso.

Tenía la autoridad en el seno del Pueblo, del Movimiento Bolivariano, del PSUV, del Gobierno y el Estado, por su trayectoria, sus cualidades de dirigente y su asertividad en las decisiones.

En el pilar del área Económica, en particular, el Petróleo y PDVSA me ubico yo en lo personal y mi equipo cercano de trabajo, con la característica muy específica de capacidad técnica y conciencia política que siempre nos ha caracterizado.

Debo decir que jamás me aproximé al Comandante Chávez con otra intención que no fuera con la de apoyarlo en todo, ayudarlo, dar a la República, a mi país mi mejor aporte, trabajar e impulsar con mucha honestidad un proceso de transformación política verdaderamente revolucionario.

Mis razones son muchas, desde mi origen, mi historia, mis sentimientos, pero por, sobre todo, porque pasé y he pasado toda mi vida preparándome y estudiando para hacer una revolución socialista, porque creo en ello como nuestra única salida, nuestra única opción.

El Comandante Chávez me asignó y me iba dando más y más responsabilidades, cargos y posiciones, que por cierto, nunca pedí, pero que acepté y asumí con honor y con muchas ganas e ideas de cómo ayudarlo. Todas mis acciones desde el gobierno y desde el ámbito político han estado signados por mi lealtad al Pueblo, a Chávez, mi servicio al país y mi irreductible apego a mis principios políticos.

Fueron más de trece años a su lado y doce seguidos como su Ministro de Petróleo. Allí esta nuestra obra, para el escrutinio del pueblo, la historia pondrá las cosas en su sitio.

Algunas personas se molestan cuando yo menciono todo ésto, sin tener la grandeza de entender que nuestra obra y nuestro nombre está indisolublemente vinculada a la obra y al nombre del Comandante Chávez. Parece que ahora, la historia de Chávez y de sus más cercanos colaboradores, su obra y motivaciones está condenada al olvido y persecución. Pero no se puede truncar la historia, ni menospreciar el peso del Comandante en la conciencia y amor del Pueblo, que por cierto es lo único que mantiene a flote a todo ésto.

Pero lo que quería resaltar es que desde cada puesto, posición o responsabilidad que desempeñé para el Comandante Chávez, hasta mi última asignación como representante del país ante la ONU, siempre actué con beligerancia, con base en nuestros principios políticos, haciendo revolución, ayudando desde todos los espacios, desde el poder del Estado, Gobierno y del Partido, a las transformaciones políticas, económicas y sociales que todavía requiere el país. Sin cálculos políticos, personales, acomodaticios, egoístas, sin importar el tamaño y naturaleza del enemigo, siempre con Chávez, él daba el ejemplo y el apoyo para avanzar. Nunca creé que fraccionaran al Chavismo, nunca coloqué a nadie en otros cargos para «conquistar espacios de poder», siempre ayudé a todos que cumplieran sus objetivos.

Así, cuando fallece el Comandante Chávez, yo resulto incómodo para el nuevo Presidente, para su entorno íntimo. Yo era de Chávez y era de su equipo más duro y cercano, con una clara definición y conducta revolucionaria. Se impuso la tesis de que Nicolás tenía que diferenciarse de Chávez, que nadie le hiciese sombra, así lo hizo y ha sido un estruendoso fracaso.

Diferenciarse del Comandante Chávez, su programa, sus propuestas, su obra, su conducta, el ejercicio del poder, su legado ha sido el error fundamental del actual gobierno, error que está pagando caro todo el país.

Si gobernar un país como el nuestro y más aún después de una figura tan importante como la de Chávez, resulta difícil por sí mismo, haber hecho de lado al Comandante, ha resultado de una torpeza que sólo se explica, si es que se puede, desde los abismos de una personalidad insegura, inestable, manipulable y de la acción sistemática e influencia muy poderosa de sectores de poder, esos que siempre estuvieron allí, agazapados, que consiguieron la oportunidad de emerger, ocupar espacios y truncar la experiencia revolucionaria hacia un nuevo acuerdo, un pacto de supervivencia de un mal gobierno reformista, que por supuesto, tiene sus días contados, y que se ha convertido en una plataforma para el ejercicio del poder, que les garantice algún espacio político en el futuro y donde puedan evadir sus responsabilidad por todo el mal que han causado.

El colapso de la economía ya se causó y lo sufre el pueblo. El hecho de que el gobierno sacrifique todo para pagar la deuda, no quiere decir que la economía no haya colapsado ya. El gobierno se mide por los parámetros capitalistas, mientras pagues a los creedores no has colapsado, independientemente de lo que sufre el pueblo por la situación económica, que ni si quiera en los más terribles experimentos neoliberales, se ha producido: una inflación de 2600%, una devaluación de facto de magnitudes inimaginables, con un cambio oficial a 10 bolívares por dólar y un paralelo de 210 mil bolívares por dólar, unos precios que escalan en horas, un aparato productivo paralizado, una caída del PIB por tres años consecutivos a niveles de catástrofe, la imposibilidad de satisfacer las necesidades básicas, fundamentales del pueblo, la salud, la alimentación, la seguridad, los servicios. Los indicadores de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas muestran un retroceso con respecto a los del gobierno del Presidente Chávez.

El no mostrar estadísticas de ninguna cifra del desempeño económico y de nuestros indicadores sociales no sólo le resta credibilidad al gobierno, sino que impide la toma de correctivos y la planificación adecuada, pero además, es inútil esconder la cabeza como el avestruz.

El daño que se ha hecho a nuestra industria petrolera, a PDVSA es incalculable. Se ha actuado con improvisación e incapacidad, se ha actuado con ensañamiento contra una de las principales obras y creación de la Revolución. Nadie se cree el cuento de que PDVSA y sus trabajadores son una entidad corrupta e inmortal. Han utilizado el recurso de las acusaciones temerarias y detenciones arbitrarias, sólo para poner en las posiciones de control de la empresa a las personas de su confianza o grupo, personas sin capacidad alguna, sin calidad política. Cayó la producción en un millón de barriles de petróleo, nuestro sistema de refinación está colapsado, las finanzas manejadas sin criterio, ni conocimiento, ni transparencia. Se persigue a los trabajadores. Se ha provocado un éxodo de los mejores cuadros técnicos, de la juventud. Se maneja al trabajador de PDVSA como si la empresa estuviese ocupada. Los maltratan, los acusan, los persiguen.

Que insensatez, acabar con una empresa por querer controlarla, al precio que sea. Si querían controlar uno de los pilares de Chávez, la economía, el petróleo, PDVSA, lo hicieron, destrozándola. Se me parece mucho a la destrucción de Palmira por las fuerzas del ISIS.

Pero no es cualquier empresa. Es la principal empresa del Estado, el operador de la explotación de nuestros principales recursos: el petróleo y el gas. Se abre el camino para la entrega, para la entrada a saco roto de las trasnacionales, tengo más de un año advirtiéndolo y está sucediendo en este mismo momento, ante el silencio de todos, entre escándalo y escándalo, entre conspiración y conspiración, se desmonta la Política de Plena Soberanía Petrolera, la Política Petrolera de Chávez, de la Revolución.

Siempre se argumentó que el problema económico del país era causa de la caída del precio del petróleo. Eso no es verdad, ya tuvimos esos precios en el pasado con el Comandante Chávez, pero de cualquier manera, el precio ha subido 50% con respecto al año pasado y eso no se traduce en una mejoría de la situación interna. Ahora se dice que no son los precios, es la corrupción.

Según esta matriz, PDVSA es la única entidad del país, donde se produce este fenómeno detestable. Repito, no es verdad. Pero en todo caso: ¿dónde están las investigaciones en CADIVI, CENCOEX, la Tesorería de la Nación, la banca pública y privada, los ministerios ejecutores de obras, el FONDEN, el Fondo Chino, etc.? Allí están los intocables, señor Fiscal.

Pero ahora no es la corrupción, es otro «plan conspirativo» que se ha develado en PDVSA, en esta ocasión, para tumbar de manera deliberada la producción. ¿Hasta cuándo? ¿Por qué no asumen su responsabilidad en lo que sucede en el país? ¿Vamos a seguir de una conspiración a otra? Cada una más inverosímil que la otra, en todos los sectores, petrolero, eléctrico, alimentación, importación, producción y un largo etc. que nadie cree.

Por cierto, ahora la Contraloría General de la República anuncia una investigación en mi contra, adicional a las de Freddy Guevara y este señor devenido en Fiscal. Señala la notificación pública que dado que yo me desempeñé «… en el período como miembro de la Comisión de Contratación para la Procura de Bienes, Servicios y Obras de PDVSA…» Señor Contralor, no vaya a cometer los mismos errores del Fiscal por desconocimiento, tratando de cumplir la instrucción, cuyo claro objetivo es inhabilitarme políticamente. Usted debe saber que yo como Presidente de PDVSA nunca fuí miembro de ninguna Comisión de Contratación, ni de Procura de nada, no vaya usted por favor a caer en la lamentable situación de acusaciones basadas en Falsos Supuestos, como ha hecho el señor devenido en Fiscal con lo de la oficina de Viena.

El deterioro de la situación de Derechos Humanos en el país y la violación de los derechos fundamentales garantizados en nuestra Constitución, la presunción de la inocencia, el debido proceso, la inviolabilidad del hogar, es una alerta de a dónde hemos llegado. Jamás con el Presidente Chávez, tuvimos esta situación, de presos, desaparecido, allanamientos, hostigamientos, violación del debido proceso, confiscación del hogar, amenazas, órdenes de excarcelación que no se cumplen, etc.

Todo ésto compete al Fiscal, en vez de prestarse obsesivamente a una persecución política en mi contra, debería ocuparse de éstos y otros casos. Todos vimos el video de Oscar Pérez, le dió la vuelta al mundo, pidiendo la presencia de un fiscal según manifestaba, para entregarse, luego murió, aparentemente por la acción de un artefacto explosivo, que disparó alguien uniformado, también están los videos. Ésto no es nuevo en el país, durante la Cuarta República esa era la forma de actuar de los cuerpos policiales, de la DIGEPOL y otros, baste recordar el asesinato de «caraquita» en circunstancias similares en Petare. Si en ese momento hubiesen existido las redes sociales hubiese quedado su testimonio, o tal vez, el de Felipe Malaver, o los hermanos Pasquier. Lo malo de todo ésto, señor Fiscal, es que se está pareciendo mucho, a la Cuarta República y nadie dice nada.

En muchos aspectos, la actuación del gobierno nos ha retro traído a una situación de obscurantismo, asfixia, a un retroceso. Le han hecho la tarea a la derecha nacional e internacional, cuando meten todo ésto en un solo saco y lo llaman Chavismo, Revolución, Socialismo. Le han dado argumentos a la derecha, argumentos que nunca tuvieron con el Gobierno de Chávez, no porque ellos no lo quisieran, o ahora hubiese una «conspiración» nueva, nó, lo que pasa es que el Gobierno del Comandante Chávez nunca actuó de esta manera y cando algún exceso se producía, el mismo lo sancionaba de manera ejemplarizante, así destituyó jefes policiales o de cuerpos de seguridad y dió instrucciones muy precisas a las fuerzas del orden público sobre la manera de actuar, jamás interfirió con el Ministerio Público, ni ningún otro órgano del sistema de justicia, mucho menos en Tribunales, o en el TSJ, nunca juzgaba a nadie «a priori», en público. Era muy cuidadoso con tener su ética y la de su gobierno intacta, era una revolución.

Este gobierno no emociona a nadie, no transmite optimismo, no se vislumbra un futuro. Nuestros jóvenes, profesionales, estudiantes, obreros, todos, Chavistas, antichavistas, independientes, están saliendo del país a cualquier destino, en general les vá mal, los maltratan, explotan, ahora mueren. Es muy triste salir o estar fuera del país.

Yo quisiera poder volver a mi país, en este momento no tengo ningún tipo de garantías, sólo amenazas. Me retaba a que volviera el hermano de un gran amigo de mi padre, guerrillero, que vivió años fuera del país y en la clandestinidad por ser perseguido político, debería decirle al hermano que le cuente qué se siente.

Yo reto al Presidente Maduro a que me dé garantías para volver, que cese la persecución política en mi contra, la censura, que cesen las investigaciones que él sabe bien que son infundadas. Tendría muchas cosas que decir con relación a todas las operaciones de la revolución, pero yo soy un revolucionario y son secretos de Estado.

Si el Presidente Maduro me ofrece las garantías necesarias, entonces volveré al país para recorrer el camino de Chávez, para hablar con el partido, con los dirigentes, para hablar sin ser censurado. Hay posibilidades de revertir la situación y corregir el error fundamental, hay que volver a Chávez.

Si yo vuelvo al país, reto a Maduro a unas primarias, libres, con garantías, para definir quién hará frente al candidato de la derecha, quién será el candidato del Chavismo, puedo ser yo, puede ser otro compañero o compañera, pero creo que no puedes ser tú. Si insistes en mantenerte en el poder, a costa de lo que sea, se puede producir una fractura histórica en nuestro movimiento y nuestro país será presa de un largo y continuado proceso de desestabilización y caos, mientras el mundo y muchos países hermanos avanzan hacia el futuro.

El error Fundamental ha sido poner de lado a Chávez, volvamos al camino del Comandante, esta situación la podremos resolver a favor del pueblo, de todo el país, tenemos los recursos, las capacidades y la responsabilidad de intentarlo todo para salvar a la patria del abismo. ¡Con Chávez Siempre, Venceremos!

Entre el miedo y el caos

Entre el miedo y el caos naufraga un país, un sueño hermoso, la posibilidad de redimir a nuestro pueblo pobre y de zafarnos para siempre, de cualquier dominación, y avanzar en la construcción de nuestro propio futuro, nuestra propia concepción de la sociedad, una profundamente Bolivariana, Chavista, Socialista.

El miedo se ha impuesto, ha calado en todos los estamentos de nuestra sociedad, de nuestro ámbito político. Triste y deplorable condición que caracteriza a la actual situación. No estoy hablando del miedo establecido por la delincuencia y el malandraje en las calles y barrios de las ciudades, ni en los campos del país, en un virtual toque de queda donde la gente ha cambiado sus hábitos, su rutina de trabajo, su forma de vida y se encierra en sus hogares o busca refugio en cualquier sitio, puesto que las calles parecieran estar en control del hampa o por la desconfianza en los mismos cuerpos policiales. Nó, estoy hablando del miedo que prevalece en el quehacer político del país, por la persecución política, el hostigamiento, la vigilancia, las acusaciones más descabelladas y las detenciones arbitrarias de quien exprese una posición política contraria o cuestione las actuaciones del Presidente, de su círculo íntimo o de cualquiera de los varios «jefes» que ahora lo dirigen.

Es triste que ésto suceda en un gobierno que se dice Chavista. Más bien es deplorable. El Comandante Chávez nos legó un país de plenas libertades, libertad de pensamiento, de acción política, de participación. No sólo lo practicaba en su conducta diaria y en su manera de gobernar, sino que, tal vez lo más importante, nos legó una Constitución, donde se garantizan de manera amplia, extensa y avanzada todos los derechos fundamentales del ciudadano. Contemplando un complejo y bien elaborado andamiaje, marco jurídico, un sistema integral para garantizar la vida, la justicia, el debido proceso, presunción de inocencia, libertad, el honor, nombre propio, reputación, protección del hogar doméstico, seguridad jurídica, integridad física, moral, la confidencialidad de los datos personales, la democracia popular, participativa, los derechos humanos, políticos, de expresión, de asociación, tránsito, trabajo, religión, cultura, libertad económica, educación, salud, alimentación, hasta la propiedad. Todos los derechos están incluidos y garantizados por nuestra Constitución porque son consagrados progresivamente.

Igual estableció los instrumentos e instituciones para su garantía y protección, esto es, el Estado de Derecho. Restableció el concepto Bolivariano del Poder Moral, cada Poder con sus atribuciones y espacios bien definidos. Es probablemente la más avanzada del mundo.

Dejaba atrás el Comandante a la Cuarta República, con su estela de violaciones a los derechos humanos y abusos de todo tipo de los cuales echaron mano las élites de la Cuarta República para mantenerse en el poder.

Yo viví el período del gobierno revolucionario del Comandante Chávez como ciudadano y luego como Ministro y dirigente político a su lado. Siempre me sentí muy orgulloso y creo que fue un extraordinario aporte a la política del país, por la forma como nuestro Comandante ejerció el poder. Jamás lo escuché, ni siquiera en las circunstancias más apremiantes, ordenar alguna acción violenta, abuso, detención, acción para suprimir una disidencia, una opinión política o de cualquier tipo. Cuando un dirigente popular, o cualquier ciudadano, desde el más sencillo hasta cualquier otro exponía alguna idea, reclamación, queja, cuestionamiento, el Comandante Chávez, no sólo se interesaba y prestaba atención, sino que indagaba más y se metía al problema, hasta el final, estudiaba, no aceptaba la excusa de que era «un enemigo o un escuálido», siempre propendía a defender y escuchar al débil, al oprimido, a la mujer, al joven, al obrero.

Cuando algún ministro trataba de interponer una demanda por difamación, de esas que abundaban en el accionar opositor y de los grandes medios, él nos decía una y otra vez, que no había que «judicializar la política».

Jamás lo ví intervenir en ninguna decisión del TSJ, ni siquiera cuando la misma dictaminó que los hechos de abril no fueron un golpe de estado, ni cuando el Sabotaje Petrolero, ni incidía sobre la Fiscalía o cualquier otro órgano del Poder Moral, no amenazaba, mucho menos grababa a sus ministros o compañeros de trabajo.

Cuando el CNE, durante el referéndum por la reforma, informó que los resultados estaban muy estrechos, pero que faltaba aún el conteo de votos, tarde en la noche, que podrían dar una estrecha victoria a la opción de la revolución, él instó al CNE a que diera los resultados, en aras de la paz, qué él no podía introducir, imponer, una reforma tan amplia de la Constitución con un margen de votos tan estrecho.

Desde «La Batalla de Santa Inés» y a partir de allí hasta su última victoria en 2012, me desempeñé como su jefe de movilización y logística. Una vez, ya en campaña para la batalla de 2004, ante la incertidumbre en los resultados por la situación económica y de desestabilización en el país, le pregunté, eran altas horas de la noche en su despacho, que haríamos si perdía el referéndum. Se me quedó viendo y me dijo: entregamos el gobierno y nos vamos a las calles a recuperar el favor del pueblo. Nunca tuve dudas de la honestidad y ética del Comandante en el ejercicio del poder.

Al trabajar con él sentíamos y respetábamos su autoridad como Jefe de Estado, Presidente y Jefe de la Revolución. Era un hombre de un carácter fuerte, pero a la vez, profundamente humano. Nadie discutía su autoridad, porque siempre era el primero en todo: con su moral y ética intactas, primero en el trabajo, en el sacrificio, en el riesgo, en el esfuerzo, humilde, conocedor del pueblo, de los soldados, estudioso, valiente, muy respetuoso de todos, de sus compañeros, de sus contrincantes políticos, conocedor a fondo de los códigos de la conducta política y su significado. Así, él no temía por su autoridad, era un dirigente seguro de sí mismo, no le temía a la discusión de las ideas, a contrastarlas, no tenía miedo, ni complejos.

No es lo que pasa hoy día en el país, ni en el gobierno. Existe un temor extendido a decir algo que no esté en línea de lo que dice el Presidente, o ni siquiera eso, de lo que dice su círculo íntimo. Eso no es ni disciplina, ni lealtad, eso es MIEDO. Yo estoy sorprendido y preocupado por esa actitud. Porque los dirigentes, el partido, las instituciones y los distintos organismos del Estado se paralizan, no cumplen sus tareas de control, de alerta temprana, nadie dice nada. El silencio, la omisión, no dar la opinión oportuna, el aplauso fácil, es parte del problema.

Se ha utilizado la persecución para imponer este estado de cosas, esta conducta, se ha abusado de la disciplina del Chavismo. En los organismos públicos, en las empresas del Estado, se ha producido una «purga» de sectores Chavistas, sobre todo de los que trabajamos con el Comandante, o sencillamente por desplazamientos de grupos. Los programas de opinión, que con Chávez florecieron, se han ido cerrando uno a uno, los que quedan y emitían opiniones críticas han tenido que irse retractando o ajustando el discurso, convirtiéndose en una mueca de lo que eran, un coro de lo absurdo. Hay casos emblemáticos, no los voy a mencionar, pero los obligan a retractarse de sus opiniones para volver a sus programas. Es triste.

La actuación de los organismos de seguridad del Estado ha sido abusiva. Los allanamientos, las detenciones con rostros enmascarados, con gran profusión de hombres y armamentos para detener a quien sea, además de resultar ridículo, tiene la clara intención de atemorizar, amedrentar, callar la boca. Los juicios públicos, cuando el Presidente, el Vice presidente o el Fiscal sentencian a alguien en público, en cadena nacional, en rueda de prensa, están violando todos los procedimientos y garantías que establecen nuestra Constitución, que introdujo y respetó el Comandante Chávez, para que nunca nadie lo pudiese llamar, calificar de tirano o autoritario.

Toda esta acción directa de los distintos organismos e instituciones del Estado, viene acompañado de una agresividad en el lenguaje, en los mensajes, un «malandreo», una vulgaridad que expone como lo que son a los «pranes» de la política. ¡Qué daño le han hecho y le siguen haciendo a la Revolución! Han estimulado lo peor de las conductas políticas, la persecución, el fascismo, la violencia, los linchamientos morales, el silencio y el miedo.

En mi caso, el Fiscal sigue actuando en violación de la Constitución y de mis derechos fundamentales (sigo recordando la imagen de Tarek gritando lo mismo, detenido durante el golpe fascista de 2002). Se está violando la Constitución en todo el articulado que él mismo ayudó a redactar como Constituyente. ¿Cómo es posible ésto poeta? ¿Puede el deterioro llegar a tanto? ¿A cambio de qué? Dije el pasado artículo que conozco al Fiscal desde tiempos seguramente ya muy remotos para él, donde no tiene vuelta atrás, volver a Kabul. Sigo recordando la dura campaña que hicieron en tu contra las mismas personas que hoy te han asignado el papel de perseguidor de revolucionarios. Siempre contaste con mi apoyo. A pesar de todo lo que decían de tí, de tu relación con los empresarios del Estado, del rechazo generalizado de la militancia, te apoyamos desde PDVSA, sí la misma que ahora acusas y persigues, era nuestra responsabilidad. Te apoyamos políticamente hasta que el Comandante Chávez decidió quitarte su apoyo. Eso sí duele, que Chávez le haya quitado el apoyo político a alguien. Parece que ahora eso no importa, este es otro gobierno, rodeado de personajes a los que el Comandante Chávez puso de lado. Cosa extraña.

Mientras el Fiscal sigue tratando de enlodar mi reputación y la de compañeros como el Dr. Bernard Mommer (increíblemente le colocaron «alerta roja» en INTERPOL) mientras persigue familiares, como a la esposa de Mommer, funcionarios como Zerpa (no el Vicepresidente de Finanzas de PDVSA, sino la hija del ex magistrado), encarcela a otros como Nélida Izarra, él sigue atrapado en su mentira, haciendo un papelón.

Ahora el Fiscal se enteró de que nuestras fórmulas de precios se referencian al crudo mexicano, el Crudo Maya que es el referencial para el crudo pesado en el atlántico, pero también se refencia al WTI («West Intermediate Texas») que forma el precio en esta cuenca, junto a otros factores de calidad. Ahora puedes decir algo así como «descubrimos que el precio se fijaba primero en Texas y en México». No Tarek. Estudia, piensa bien antes de hablar, tal vez las transnacionales o Comercio y Suministro de PDVSA te puedan dar mejores argumentos. Porque esta política que ahora tú persigues, es parte de nuestra Plena Soberanía Petrolera, la de Chávez, no le dimos descuentos a NADIE, mucho menos a las transnacionales. Éstas acechan, esperando a que el Ministerio levante estos mecanismos de transparencia, volver, poco a poco, a la Apertura Petrolera.

Lo repito: la oficina de Viena sólo Fiscalizaba el precio, no vendía petróleo. Pero además, PDVSA y las Empresas Mixtas estaban en la libertad y obligación de vender nuestro petróleo por ENCIMA de la fórmula, si te dieras a la tarea de revisar a qué precios se vendió nuestro petróleo, verificarías que siempre fue un precio mejor para el país, que nosotros acabamos con la política de descuentos a los EEUU, que no aceptamos descuentos a Nynas en Europa y que yo como Ministro me opuse a los descuentos que pedía Petrobras para la «Abreu e Lima» o CNPC para nuestra refinería en China. Ahora, si alguien vendió por debajo de estos precios, o más bajo que el mercado, entonces debes abrir una investigación en Comercio y Suministro de PDVSA, en esa Vice Presidencia pudieses encontrar problemas, era su función.

Ahora con el abuso de las llamadas redes sociales, se coloca una etiqueta con una descalificación, una acusación, en minutos, con los famosos «robots». Los grandes medios silenciados, por cobardía, cuidando su puesto o por falta de ética profesional. No hay, con sus muy honrosas excepciones, nadie que diga la verdad. Nadie se atreve. Ésto así, no vá a terminar bien, para nada. Luego vendrán las reflexiones, sobre todo de los dirigentes, pero probablemente sea muy tarde.

Y no vá a terminar bien, porque mientras el silencio y el miedo se han impuesto arriba, allá abajo, el pueblo, el ciudadano de a pié, está molesto, se expresa de una manera peligrosa. Hay un caos económico que está poniendo mucha presión sobre la situación social.

Cuando digo que no vá a terminar bien, hablé en un futuro de corto plazo, para todo el país, para la estabilidad política del Estado, porque realmente para muchas personas del pueblo, ésto ya terminó mal. Para los que retrocedieron a la pobreza o pobreza crítica, los que abandonaron los estudios o el trabajo habitual, los que salieron del país, los que están siendo explotados, prostituídos o maltratados en el exterior, para ellos ya terminó mal. Para muchos niños y ancianos, para los que están buscando comida de manera desesperada hasta en los basureros, ésto ya terminó mal. Para el enfermo crónico o para quien tuvo un accidente o un padecimiento, para quien ha perdido algún ser querido por falta de medicamentos, por la delincuencia o la violencia política, ésto ya terminó mal. Para muchas de nuestras empresas, entre ellas PDVSA, para nuestro sistema de protección social, nuestra economía, nuestras posibilidades de cumplir con el Plan de la Patria de Chávez, ésto ya terminó mal.

Puede estar peor, si no hacemos algo. Mientras estamos entre el miedo y el caos, y avanzamos en un nuevo pacto, un nuevo acomodo de fuerzas, donde no sabemos de qué se trata la negociación, no en la superficie, en la declaración, sino en el fondo, en la realidad, mientras todo ésto sucede, se sigue desfigurando el Proyecto del Comandante Chávez.

Se ha trastocado, ésto se parece más a los efectos de un paquetazo neoliberal que a un gobierno socialista: la inflación desatada, que insisto, sí existe y está haciendo un daño terrible al que vive de su trabajo, siguen subiendo los precios, nadie puede atajar el desacato de las cadenas de distribución, comerciales, la caída de la producción nacional, la crisis en PDVSA, la situación de alimentación. Se vé gente desesperada, molesta.

Los videos de pobladores matando y destazando una vaca para comer sólo recuerdo haberlas visto en la Argentina de Menen, eventos de saqueos, en distintos sitios, los pronunciamientos de los trabajadores de PDVSA, el reclamo de soldados de la Guardia Nacional, por las duras situaciones económicas me preocupan, pareciera que deben encenderse algunas alarmas, en vez de saturar los medios de comunicación con desinformación o acusaciones de que son escuálidos o violentos, esos están sentados en el «Diálogo».

Yo quiero precisar algo, NO estoy de acuerdo con un paro en PDVSA, nadie puede paralizar la industria nunca más, por ninguna razón, a menos que seamos víctimas de una invasión o agresión militar, entonces será un tema de seguridad de la Nación. Pero, quiero hacer un llamado a los trabajadores petroleros, que nadie se deje utilizar o manipular por la derecha, nunca los trabajadores petroleros atentarán contra la empresa. Eso sí, su voz debe ser escuchada, atendidos sus reclamos laborales, deben ser restituído el nombre, la moral y las condiciones para que la empresa cumpla con su deber social, es el eslabón más importante de la economía. Todas las medidas que se han tomado para «controlar» a la empresa, la han desprovisto del liderazgo, conocimiento y calidad revolucionaria que la caracterizaron durante el gobierno Revolucionario del Comandante Chávez. Allí están los resultados.

La pretendida lucha contra la corrupción no es más que una excusa para tapar todos los errores que se han cometido en su conducción durante los últimos tres años y medio de la empresa. ¿Qué razón ha motivado al Presidente para convertir a la PDVSA del Comandante Chávez, a la Roja Rojita, como la cara de la corrupción o del fracaso de la Revolución? ¿Por qué? Yo estuve allí durante diez años y doce como Ministro de Petróleo del Comandante, no fue producto de un pacto o de un arreglo de fuerzas, fue su decisión, siempre lo fue, y nuestro sector y desempeño, fue muy exitoso, tanto que, no sólo sostuvimos la economía y el avance social de nuestro pueblo, sino que además fuimos la punta de lanza de nuestra política exterior, es decir, si no fuera por el petróleo, no tendríamos los apoyos internacionales que ahora tenemos.

Es la realidad, esa realidad no ha debido causar problemas al Presidente Maduro, a menos que la misma le molestara, o le incomodara. Hasta allí no llego. Pero de lo que si estoy seguro es que se debe tener un poquito más de responsabilidad histórica, responsabilidad con el país y con este pueblo, ser más leal a Chávez y cumplir con la tarea encomendada por el Comandante.

La derecha avanza, desde afuera y desde adentro. Ahora se recurre a una idea, que ciertamente la pensó el Comandante Chávez, pero no es lo mismo. Es decir, tiene el mismo título pero contenido distinto, como lo del Arco Minero.

El Petro, no es una criptomoneda, es sencillamente una especie de bono, donde se coloca de garantía nuestras reservas petroleras. Alertamos que es inconstitucional e ilegal. Nuestra Constitución reserva el petróleo como propiedad del Estado venezolano, es del dominio público y por tanto, inalienable e inejecutable, no puede ser embargable, ni colocada en garantía de ningún tipo.

La manera de explotar y desarrollar las reservas de petróleo están definidas claramente en la Ley Orgánica de Hidrocarburos, donde el Estado recibe una regalía en su carácter de propietario, impuestos por ser soberano y una participación mayoritaria en su explotación. Por cierto, quien dirige esta operación, era un militante o dirigente de la extrema derecha. Eso que quiere decir, además de que el gobierno tiene nuevos «amigos», indica claramente que éstas no son políticas, ni tiene objetivos revolucionarios, menos aún socialistas.

Hay que superar el miedo, el silencio, el caos, porque entre ellos, sucumbe nuestra revolución, nuestro país. No quiero que ésto suceda, me molesta tanta ceguera, tanta prepotencia, tanta improvisación. No lo podemos dejar a su suerte, ha costado mucho. Conocí a un gran Presidente, tuve un gran Jefe, un gran amigo, nuestro querido Comandante Chávez, he sido testigo de excepción de su obra y como tal, estoy convencido de la justeza de sus acciones y del socialismo, le debo lealtad en el pensamiento y la acción.

Pienso que todos los que han transitado este camino con el Comandante Chávez, deben pensar un poco más en lo que está pasando y siempre preguntarnos, qué esperaría el Comandante de nosotros, acaso ¿el silencio o la acción?, ¿el valor o el miedo? ,¿la calma o el arrojo? ¡Con Chávez siempre Venceremos!

Los ojos de los enterrados

Es el nombre del último libro de la Trilogía del «Ciclo Bananero» de Miguel Ángel Asturias, junto a «Viento Fuerte» y al «Papa Verde», en esta novela nuestro extraordinario Premio Nobel, uno de los más genuinos exponentes del realismo-mágico latinoamericano utiliza la figura de la leyenda Maya, que es común a los campesinos pobres de nuestra región, donde «los ojos de los enterrados sólo se cerrarán cuando la justicia llegue». En ella se describe la transformación de la conciencia mágica del pueblo en una conciencia revolucionaria, al grito de «Chos, chos, moyón con», estalla la rebelión campesina contra las bananeras norteamericanas donde la idea motriz resulta en la esperanza de la transformación de su dura realidad para que la justicia «reine entre los muertos en vida».

Muchos años después de aquel proceso revolucionario iniciado en Guatemala, y truncado con la intervención norteamericana y el derrocamiento del Presidente Jacobo Árbenz en 1954, nuestro Comandante Chávez insurge el 4 de Febrero de 1992 y , luego de la prisión y de recorrer al país verdadero, de un extremo al otro, asume el poder por la vía electoral, pacífica, una vía que venía marcada por la trágica experiencia del derrocamiento del Presidente Salvador Allende en Chile, 1973, donde el golpe fascista acabó, nuevamente, las aspiraciones del pueblo y donde sus muertos yacen aún con los ojos abiertos esperando por la justicia.

No es fácil hacer una revolución, es el acto más complicado, el que mueve la historia; «rasgar un instante las tinieblas, fulgurar apenas sobre el abismo…» (Bolívar, 1830), dar el salto, ir a contracorriente de todo el poder y la cultura de la dominación, romper la hegemonía, interpretar el sentimiento popular, canalizarlo, transformarlo en conciencia revolucionaria y sólo entonces, comenzar a avanzar en la construcción de la nueva sociedad, del futuro.

Para ello debe establecerse un nuevo «equilibrio armónico», como lo señala Wilhelm Reich en sus escritos, donde se construyan nuevas relaciones, se supere la hegemonía de la dominación y se le pueda dar una base material al nuevo equilibrio, a la nueva conciencia, que resultará muy frágil al inicio, más cuando está aislada, cuando depende de un líder, cuando no tiene relaciones y formas económicas que las sustente. Es precisamente el caso de nuestro país. Se alcanzó un nuevo nivel de conciencia en el Pueblo, liderada y soportada sobre los hombros y el carisma del Comandante Chávez, pero con una incipiente base material que la sustente, algunos ensayos y focos de nuevo tipo de relaciones económicas: PDVSA, Empresas Socialistas, Comunales. Mientras esas capacidades se formaban, todo lo soportaba, lo soporta la renta petrolera. Con la desaparición del Comandante, nuestra Revolución entra en un área de peligro inminente, más cuando no se entiende que nadie puede igualar el carisma y liderazgo del Comandante Chávez en el seno del Pueblo. Eso sí lo entienden muy bien nuestros enemigos.

Este tremendo vacío espiritual y político dejado por la ausencia del Comandante Chávez, sólo puede ser llenado con un esfuerzo colectivo centrado en mantener su legado, su política, su propuesta, sus formas. No hacer un uso abusivo de su nombre o su figura, sus fotos o peor aún, interpretarlo o silenciar partes de su discurso. Nó, el pueblo venezolano adquirió una conciencia que le permite identificar cuándo hay una impostura o una falsificación.

Siendo las relaciones capitalistas hegemónicas en nuestra economía, con la desaparición física del Comandante, éstas actuaron de inmediato para estrangular a nuestra Revolución, rompieron las amarras, se desataron. Ésto sólo fue posible porque Chávez tenía la fuerza y capacidad para subordinar las fuerzas económicas a sus propósitos políticos, mientras se construía, desesperadamente, una nueva hegemonía económica: la socialista. Es decir, siempre ha existido una guerra económica contra la revolución, sólo que Chávez fue capaz de ganarla. ¿Cómo la ganó?

Es en este contexto que debe entenderse el rol asignado por el Comandante Chávez a PDVSA. Ésta, la petrolera, es la actividad fundamental, estratégica del país, la que garantiza el poder político y permite avanzar en un nuevo modelo económico, permite avanzar en la transición. Porque, mientras se supera el modelo rentista petrolero, ¿quién sostiene al país?, ¿quién sostiene a las Misiones? ¿quién sostiene el modelo de protección social?, ¿quién paga la cuenta?, nadie.

El Comandante Chávez lo entendió con su perspicacia política, su capacidad para manejar situaciones. Así, cuando la «meritocracia petrolera» creía que nos daría el golpe de gracia con el sabotaje petrolero, luego del Golpe de Estado de abril de 2002, cuando paralizaron la industria en una clara subestimación del liderazgo del Comandante y de la conciencia de los trabajadores de la industria y del Pueblo, abrieron la posibilidad de «conquistar la colina» y destrabar el proceso de transformaciones económicas y sociales en el país, y sostener las transformaciones políticas.

Además, que, en su propia visión geopolítica del mundo, entendió que era el petróleo, nuestra condición de país productor, lo que, en una primera instancia, nos daba proyección internacional, lo que nos podría abrir las puertas al mundo. Luego sería su palabra, el ejemplo de nuestra Revolución, su mensaje liberador lo que nos abrió el apoyo en Latinoamérica, El Caribe, África, Asia, el mundo progresista. Pero al inicio de todo, el petróleo era nuestro portaaviones, con él cruzaríamos los mares y océanos, al Caribe, Suramérica, Rusia, China. Por eso prestaba tanta atención a la OPEP, conocía de la política petrolera, estudió, aprendió, con profunda humildad y se labró un liderazgo propio en el mundo petrolero, construyendo alianzas estratégicas, alianzas que aún nos sostienen y apoyan.

Así el Comandante Chávez entró en la Industria Petrolera, en PDVSA, con nosotros a su lado, siempre, la amó, la vivió durante el sabotaje, al frente de sus trabajadores, los conoció, apoyó, construyó un liderazgo interno, promovió liderazgos propios. Él, sin embargo, tenía muchas aprehensiones respecto a la cultura petrolera de la vieja PDVSA, de que se reprodujera la cultura de la meritocracia, es muy fácil que eso suceda por el carácter internacional y especializado del negocio petrolero, pero a la vez, entendía que era una actividad con un requerimiento de conocimientos y experiencia que no podían subestimarse, ni desecharse, ni improvisar. Por eso siempre seleccionó entre los mejores cuadros técnicos, los que pudiesen acompañarnos en la transformación de PDVSA, en crear la Nueva PDVSA.

La Nueva PDVSA, la Roja Rojita, es creación de Chávez. Yo estuve al frente de ella por diez años, doce como Ministro de Petróleo de Chávez, lo reivindico, me siento orgulloso, hicimos lo que teníamos que hacer, lo volveríamos a hacer, más rápido, más contundente. Creíamos que tendríamos más tiempo con Chávez, nadie imaginó un fín tan prematuro de su vida. Algún día sabremos con exactitud qué sucedió.

Pero tener a PDVSA, no bastaba por sí mismo. Tuvimos que desplegar la Política de Plena Soberanía Petrolera, recuperar el ingreso, la regalía, el impuesto, la producción, el precio, el control operacional, Nacionalizar la Faja Petrolífera del Orinoco. Es decir, desarrollamos la política petrolera de Chávez: nacional, popular, revolucionaria. Es la que todavía nos sostiene, es la única que salvará a la Quinta República de la debacle.

Pero también teníamos que acompañar la política con el desempeño operacional. Recuperamos todas las capacidades operacionales de la empresa, hoy día, podrán decir lo que sea, podrán mentir, en un coro extraño, impensable, con la derecha internacional, pero PDVSA, la Nueva PDVSA, operaba a satisfacción hasta el año 2014. Recuperamos todas las áreas, teníamos la producción en tres millones de barriles día, las refinerías abastecían al país de combustibles, exportábamos, había gas, se atendía al mercado interno. Se recuperaron las capacidades de transporte, perforación, procesamiento. Se entregaron al Estado Venezolano más de 500 mil millones de dólares en el período. Hicimos nuestro trabajo. Allí están los números, los resultados, nos tocó sostener esta revolución y este país por doce años y lo hicimos. Habría que preguntar por los resultados en otros sectores, por el uso de los recursos que entregamos, en nuestro caso, todo está soportado y documentado.

Con la Nueva PDVSA en plenas capacidades, el Comandante Chávez no sólo tenía la renta petrolera para sostener los avances sociales, sino que tenía la posibilidad de desarrollar una política económica que contuviese a las fuerzas del capitalismo, que derrotó a la guerra económica. Allí están los números que lo muestran, y que defienden su gestión: inflación promedio de 25%, estabilidad en el tipo de cambio, reservas internacionales, Fonden, Fondo Chino, crecimiento permanente de la actividad productiva, alimentación, entre otros índices que se traducían en el abatimiento de la pobreza, la pobreza crítica, el analfabetismo, las Misiones de salud, educación, alimentación.

Pero, además, la Nueva PDVSA hizo un esfuerzo extraordinario para apalancar justamente los sectores que darían paso a otro modelo económico: al socialismo. Dimos cantidades importantes de recursos al Fondo Zamora, a la agricultura, al Fondo Independencia, al Fonden, al Fondo Chino, a todas las Misiones Sociales, a la Alimentación, a la defensa nacional, a los convenios de cooperación internacional, nos hicimos cargo de pagar la gran mayoría de todas las nacionalizaciones que se adelantaron, el sector de industrias básicas, el sector eléctrico, las cementeras, fábricas de todo tipo, hicimos más de 600 mil viviendas, vías, Universidades, Centrales eléctricas, bases militares aéreas, las primeras granjas Eólicas, sistemas fotovoltáicos, asfaltado por miles de toneladas, escuelas, bulevares, espacios públicos, la Esfera de Soto, el Boulevard de Sabana Grande, Plaza Venezuela, espacios para el Pueblo, puentes, trenes, teleféricos, hospitales, entre otras, allí están. ¿Dónde están? ¿Qué hacen?

Por otra parte, el Comandante apoyó y creó nuevas filiales dentro de PDVSA, además de asignarle tareas específicas de acuerdo a la coyuntura.

Tal es el caso de PDVAL, había que derrotar el desabastecimiento de alimentos en el país que se presentó a partir de 2007, éste siempre ha sido un problema derivado de la poca capacidad de nuestro sector agrícola, industrial y por las posiciones monopólicas de cadenas enteras de distribución y producción de alimentos, en la Revolución se presentó una demanda en el consumo, producto del bienestar social, que requería mayor producción interna. Nos dieron la tarea de ocuparnos de combatir este fenómeno y lo hicimos. Tuvimos problemas, entre ellos derivados de la obstrucción de las mafias de importadores que nos veían como enemigos naturales, cumplimos la misión encomendada, pero tuvimos bajas. Actuó el Ministerio Publico, varios compañeros pagaron con años de libertad. Pero a nadie se le expuso en público, el Presidente no intervino, hubo un juicio, derecho a la defensa, no hubo videos de cuando se los llevaron presos. En fin, funcionó el Estado de Derecho.

Otras filiales y proyectos fueron muy exitosas, sobre todo las relacionadas con nuestras destrezas y conocimientos: AIT, Guardianes del Alba, PDVSA Industrial, PDVSA Ingeniería y Construcción, PDVSA Mantenimientos, Construpatria, Ducolsa, La empresa Mixta con VICOHA, PDVSA Servicios, PDVSA Gas Comunal, PDVSA transporte, Nuestra Flota de Buques, taladros, Sísmica, Fluidos de perforación, Fábrica de Válvulas, Nuestra primera Plataforma Costa Afuera (la «4 de febrero»), etc. Mención especial merecen PDVSA La Estancia, «La utopía de lo posible», Misión Ribas, Misión Barrio Adentro.

Comenzábamos el camino de industrializar nuestro sector, alcanzar la soberanía tecnológica, expandir nuestras fuerzas productivas, encadenar las cadenas productivas nacionales, diversificar nuestras tecnologías.

Ha sido una gran batalla, es lo que tenemos, la base material para resolver nuestros propios problemas, esta todo allí. Parece que está desconectado, que no se tuviese la capacidad para articular una respuesta adecuada, combativa, definitiva a la situación de crisis planteada. No tiene sólo que ver con la caída del precio del petróleo, durante años tuvimos precios de petróleo con Chávez entre 22-28 dólares el barril o por debajo de 100 dólares el barril. No, no tiene que ver sólo con eso, tiene que ver con falta de capacidad para articular toda la fuerza del Estado en el ámbito económico, productivo. NO se trata de rematar nuestros recursos naturales, se trata de poner a funcionar todo lo que tenemos. Hacerlo bien, saberlo hacer.

El factor que ha sido una falla recurrente en todos estos años, es que no tenemos control, ni capacidad de controlar los aspectos financieros de nuestra economía. El control de cambio, tuvo su razón en un momento determinado, pero a partir de 2012 ya era un mecanismo agotado, nos estaba consumiendo muchas divisas, para sostenerlo. Lo advertimos, no nos hicieron caso. Se han transferido cientos de miles de millones de dólares del Estado por esta vía al interés privado. Sea por la vía de importaciones ficticias, sobrefacturadas, manipulación del mercado paralelo, contratos sobrevalorados. Se han hecho fortunas aprovechándose del tipo de cambio, del diferencial cambiario.

PDVSA, capta dólares en el mercado internacional, sin embargo, tiene que venderlos al BCV a 10 bolívares, mientras todos sus costos y gastos se pagan a más de 100 mil bolívares por dólar. Es decir, la política cambiaria ha afectado las posibilidades de PDVSDA de cumplir sus compromisos y mantener su operatividad.

No se hizo un manejo adecuado del tema de la deuda. Ésta se contrajo en el marco de una estrategia del equipo económico con el Comandante Chávez, PDVSA tuvo que contraer mucha de esta deuda, tanto con el BCV, como con instituciones financieras y emisiones de bonos, en una parte para sostener su Plan de desarrollo, pero la mayor parte de ella para suplir las necesidades de recursos del Estado, enmarcados en el Plan de Desarrollo de la Nación. PDVSA cumplió su rol de empresa nacional, del Estado.

En el 2013, al ver que las condiciones macroeconómicas estaban cambiando aceleradamente, pero de una manera previsible, ha debido hacerse un manejo adecuado de la misma, había condiciones para cambiar sus vencimientos, así lo propusimos, lo trabajamos, lo presentamos, pero fue desestimado. No había sanciones, no teníamos encima los vencimientos. Ahora, se han tenido que desviar recursos vitales para satisfacer necesidades del país, sólo para pagarle a los tenedores de bonos. Se han hecho muchas operaciones extrañas. Se han liquidado muchos activos de la Nación. Se han hecho propuestas y anunciado iniciativas que hay que ver con mucho cuidado, algunas parecieran ser inconstitucionales, pero se argumenta que estamos en guerra, la realidad es que se permitió, por omisión o incapacidad que el agua nos llegara al cuello.

Yo verdaderamente no entiendo por qué ha habido un proceso de diferenciación de Chávez, de su obra, de su forma de actuar, su lógica política, su ética en el ejercicio del poder, tan marcado en estos años de gobierno. Lo he pensado mucho, meditado mucho, he dado el beneficio de la duda, dejado que corra el tiempo, no escuché a tantos compañeros que lo advirtieron tempranamente, todo en aras de la unidad, con la esperanza de una rectificación, pero no sucedió. Al final me parece tan injusto con el Comandante, con su Legado. Pareciera que alguien hubiese convencido al Presidente Maduro que él tenía que hacer su propia obra, su propia imagen, su propia historia, se ha trabajado en el ego, en la creencia de que el Chavismo le hacía sombra. Grave error. Al final lo hizo, creo que sin fortuna.

El Presidente Maduro ganó aquellas duras elecciones del 2013, tan estrechas, porque todos lo apoyamos, honestamente, sin segundas intenciones, sin otro plan que seguir en Revolución, lo hicimos por lealtad a Chávez, porque Chávez nos lo pidió. Pero el Comandante Chávez no dijo que apartaran a sus equipos de trabajo durante tantos años, que abandonaran el curso de su obra de gobierno, que otros, que no estaban allí ese día 8 de diciembre y otros que él había puesto a un lado de su gobierno, fueran los que ahora tomaran las decisiones. Paso a paso, ha venido sucediendo.

Se apartaron a los compañeros que durante tantos años fuimos Ministros de Chávez, no estoy hablando sólo de mi caso, que ya mas bien parecieriera, no sé por qué, una abierta confrontación política, incluso personal. Estoy hablando de que los equipos del Comandante Chávez fueron desmantelados, en todas las instancias, todos los organismos, pareciera que con la idea del «sacudón», se sacudieron a los equipos de Chávez. En el ámbito económico, con la excepción de mi muy estimado y respetado Comandante Castro Soteldo, todas son personas sin experiencia, ni formación, se dirá: si, pero «son de mi confianza», no es suficiente.

Se acusó a todo el sistema de alimentación de estar corrompido, se desmontaron los Bicentenarios, las casas de alimentación, los Pdvales y Mercales trabajan a medias, se abandonaron otros programas de alimentación, nos quedamos sin el sistema de distribución de alimentos del Comandante. Ahora son los Claps, sé que hay mucho trabajo detrás de cada Clap, mucho esfuerzo, mucho voluntarismo de compañeros muy valiosos, pero esa no era la idea del Comandante, nunca lo fue. Pareciera más bien triste que la respuesta a la escases y la imposibilidad de controlar a los comerciantes en sus precios, sea recibir una caja con alimentos de supervivencia, de producción extranjera. Poner al pueblo a pelear por una lotería, un pernil, que se convierta la necesidad en un chantaje como una condición para obtener un voto resulta doloroso.

Se quiere cambiar la Constitución de Chávez, «la bicha», «el libro de todos», el que Chávez siempre tenía a mano, que siempre mostraba, por el que tanto lucho él mismo, por la que sufrimos Golpe de Estado y desestabilización. Un ícono con apenas quince años de edad, «el libro azul «que el mismo Comandante reformó. Se dirá que es una nueva Constitución que tiene como base, como matriz la de Chávez. Pero ya no será más la Constitución de Chávez.

Se arremete contra la Nueva PDVSA, se la tilda de corrupta, de antro de corrupción, se afincan contra ella, después de mi salida, a mediados de 2014, se desató una persecución y un desmantelamiento de los equipos de trabajo que durante doce años se formaron y foguearon allí, con Chávez en la derrota del sabotaje petrolero, transformación y creación de la Nueva PDVSA, del Ministerio del Petróleo.

Se incitó a la división entre los trabajadores, se persigue a los «Ramiristas», mi querida y ya fallecida secretaria por doce años Itza Mata, una morena Chavista hasta los huesos, les respondía: ¡aquí todos somos Chavistas! Nadie podía entender que pasaba. Parecía que hubiese ganado la oposición, sacaron doscientos compañeros del Ministerio y de PDVSA desmontaron a todos los cuadros y jefes de áreas, filiales, miles en «flotavén», se perdieron inmensas capacidades técnicas, políticas, experiencias valiosas.

Recogieron calendarios, borraron o recortaron fotos, discursos, se modificaron archivos, se desmovilizó a la empresa. Todavía no se les acusaba de corruptos. Los que estuvieron conmigo durante diez años como vicepresidentes de PDVSA se prestaron para esto. Uno de ellos perdido en el olvido, el otro preso y filmado esposado en «chores», humillado, destruída su imagen y su nombre, luego de haber hecho todo lo que les dijeron que hiciesen. Me disgusta lo que Eulogio y Nelson, se hayan prestado a toda esta maniobra contra mí y la empresa, pero no puedo estar de acuerdo con el trato que se les dió. ¿Qué pasará con sus nombres? ¿Quién resarce el daño moral causado?

Luego, se eliminaron las filiales de PDVSA creadas por el Comandante Chávez, se dijo que PDVSA sólo se dedicaría a sacar petróleo, «al negocio», me sonaba tanto a la vieja PDVSA. Cero participación social, cero compromiso. Se crearon grupos internos artificialmente, se fractura la unidad , se pasan listas a los trabajadores en los pisos para que vayan a hacer bulto en una marcha tras otra, cero conciencia, cero pasión.

Se nombró una Junta Directiva, que reflejaba los distintos grupos políticos que entraron a saco roto en la empresa, los vicepresidentes, ahora todos son vicepresidentes, tenían experticias en cualquier cosa, menos en al área técnica-operacional que les correspondía, desde Finanzas, pasando por Comercio y Suministro, hasta Refinación. Hoy la empresa ha perdido un millón doscientos mil barriles días de producción y ha perdido sus capacidades de abastecer al mercado interno. La institución es acusada de corrupta, sus trabajadores perseguidos, asediados, maltratados. Pareciera nuevamente, que hubiese llegado al poder la «gente del petróleo», la oposición.

Todos los contratos se suspendieron, son miles y miles, porque los van a revisar en Miraflores. ¡Por Dios! ¿Quién? ¿Quiénes? Mientras tanto, todo está paralizado y nadie se atreve a tomar una decisión. Qué curioso, en el argumento de que lo único que es corrupto en el país es PDVSA, la obra de la Revolución, el Ministro de Petróleo de Chávez, es decir yo, se coincide en un extraño e indignante coro con la oposición y las transnacionales.

Se prepara su privatización, se entregan áreas de la Faja sin cumplir con lo establecido en la Ley, se emiten monedas, donde sólo el que tenga dólares las puede adquirir y por esa vía se comprometen áreas de petróleo, reservas que son del Estado, del dominio púbico, según nuestra Constitución, como el Río Orinoco, como Los Andes, como el Salto Ángel, es decir, de todo el Pueblo, no del que tenga dólares.

Ahora se nos acusa que los mecanismos que creamos para verificar que la operadora petrolera no vendiese petróleo con descuento era una operación para desfalcar al país. ¡Bravo! dicen las trasnacionales y «traders» que siempre se enriquecieron con los descuentos que daba la Vieja PDVSA. No estudian los acusadores, los que le pasaron la «chuleta» al Fiscal, se les olvidó mencionar el factor «K», luego vienen las aclaratorias. Que bochorno, que mala intención, que ignorancia, que papelón de los acusadores.

Ahora se va a cambiar el Plan de la Patria de Chávez. ¿En serio? ¿Quién lo vá a hacer? El Plan de la Patria es un documento póstumo del Comandante Chávez, así lo saben los compañeros que estábamos a su lado, su motivación era tener un documento para la posteridad, él tenía la angustia de no dejar ningún testamento político ante la posibilidad de morir, en ese momento, 2012, ya era una posibilidad.

El Comandante Chávez quería dejar un documento póstumo. Nos pidió trabajar en él, el Vicepresidente nos convocó, trabajamos acelerado y en estrecha comunicación. Chávez lo revisó, lo comentó, lo estructuró en sus objetivos estratégicos, lo corrigió, se cuidó de incluir y plasmar en él, al socialismo como la definición de su programa. ¡Es su legado, carajo! Lo que dejó para la posteridad. ¿Ahora lo quieren cambiar? por fines electoreros, dentro de las estrategias de tener «tu propio Plan». Ya no será el Plan de la Patria de Chávez. Sera otro, pero no el de Chávez. Yo no apoyo ésto, estoy indignado, de tanta manipulación y tanto silencio cómplice o cobarde.

El Comandante Chávez acaba de morir, en tiempos históricos, acaba de suceder. A mí me podrán perseguir y el Fiscal me acusará de lo que le digan que me acuse, pero yo soy Chavista, y ser Chavista es estar con lo que Chávez hizo, dijo, con su legado. Ser Chavista, no es acomodarse, subordinarse, tener miedo y guardar silencio ante la destrucción, paso a paso, del legado de nuestro Comandante, al que debemos lealtad, porque Chávez, dejó de ser hace mucho tiempo, de nadie, Chávez es patrimonio del Pueblo, de la Revolución, de nuestra querida patria. Es un sentimiento, con un profundo contenido revolucionario, subversivo, transformador.

Escribiendo estas líneas, observo con mucha preocupación videos de saqueos y eventos de violencia vinculados a la desesperación del pueblo por conseguir alimentos. Veo mujeres, hombres, niños, corriendo con cualquier cosa en la mano, la gente entrando y saliendo con lo que sea, gritos, angustia. Manifiestan por un pernil, por la dádiva prometida en las últimas elecciones. No son enemigos, es pueblo.

Al mismo tiempo, reviso las estimaciones y el desempeño económico del país, cifras no oficiales y otras recibidas de compañeros del gobierno, que me confirman que estamos en una situación de mucha precariedad económica, un caos, sin una política concreta, sin perspectivas. Los mecanismos especulativos por la mala gestión, entraron a saco roto en nuestra economía, golpean al pueblo, lo despojan de su riqueza, sin acción efectiva del gobierno, sin contendor.

Las informaciones desde PDVSA adentro son terribles, la producción sigue en caída, paralizados todos los procesos de contratación, las adquisiciones, nadie se atreve a tomar decisiones, todos son sospechosos, perseguidos. Vamos a colapsar. Hay mucho desconocimiento, mucho maltrato. PDVSA no merece ser tratada de esa forma, ni sus trabajadores, ni gerentes. La moral está por el piso.

Recibo información de personas detenidas, presas, «capturadas» en la «lucha contra la corrupción», que tienen violados sus más básicos derechos humanos, derechos a la defensa, al trato digno, a la presunción de su inocencia. Otros no saben por qué están presos, llevan ya tres años secuestrados y todavía no tienen una acusación firme. Sus hijos, menores de edad, en la calle, porque el Sebín tomó sus casas, violando la Constitución, el derecho a la protección del hogar.

Las redes sociales y medios, siguen manipulando a la opinión pública. Muestran una realidad virtual, no son canales de difusión de la verdad, son parte de una maquinaria de propaganda, ocultando la verdad, difundiendo la mentira, el odio, los linchamientos morales. Se ha impuesto la censura mediática, no sólo de los grandes medios, sino hasta los comunitarios. Chávez, promovió los medios comunitarios y ahora los cierran o botan a sus directores si abren sus espacios, que son del pueblo, a otras opiniones, no hablo de opiniones de la anti patria, hablo de opiniones dentro del campo de la Revolución.

Yo ya he sufrido esto en carne propia, cortes en entrevistas en vivo y directo, en el programa de Dossier con mi muy respetado amigo Walter Martínez, cuando TELESUR recibió la instrucción de no entrevistarme más en la ONU, la entrevista con Jorge Gestoso que cancelaron durante la Cumbre de los No Alineados en Margarita, la negativa de Últimas Noticias de publicar mis escritos, «falta de papel» me dijo el Profesor Eleazar, luego que «hablaría con los dueños», qué penoso, igual el Director del Universal, «hablaré con los dueños, «no es el momento», pregunto, quiénes son los dueños, el Vicepresidente de la República tal vez pueda decir algo. Yo sé de dónde sacaron el dinero para las adquisiciones de esos medios y quién fue el operador.

He sufrido los cortes en VTV, visto la vergüenza de los muchachos operadores, la pena ajena. De allí mi agradecimiento a PANORAMA, a los Pineda, a su apego a su tarea de difusión, de su amplitud, a Aporrea, un portal extraordinario que permite que se expresen todas las ideas, la batalla de las ideas, Globovisión, sí, la misma, siempre Vladimir, agudo, pendiente, aunque nos pongan cadenas durante la transmisión, allí esta, cumpliendo su papel de comunicador social, en Unión Radio le tienen terror al Ministro, no pude hablar en el momento más apremiante, por eso tuve que hablar a medios internacionales, a CNN, Reuters. Qué curioso fue lo mismo que pasó durante el Golpe de Estado contra Chávez, su hija, María Gabriela, sólo pudo salir por CNN.

Los voceros del imperialismo, ante la debilidad del gobierno, hablan de una intervención militar abierta contra el país, para «resolver» crisis humanitaria. Han provocado una peligrosa tendencia fascista, con mucho apoyo norteamericano, que insiste en salidas cruentas.

Hay un diálogo, secreto, con parte de la oposición. Alguien está negociando nuestro futuro y no sabemos los términos, ni qué se negocia, ni para qué. ¿Qué va a salir de allí, un nuevo pacto? ¿Un nuevo arreglo para el poder? ¿De espaldas al pueblo? ¿Otra vez un acuerdo?

Hay nuevos aliados: UNT, AD, Rosales, Ramos Allup, Borges. Mientras los trabajadores de PDVSA, son los culpables, los corruptos, los revolucionarios que decimos lo que yo digo, los que estuvimos doce años de Ministros del Comandante Chávez, ahora somos víctimas del pranato político, de la descalificación. Y nuestro verdugo es un robot de «tuiter» que crea tendencias, ficciones en minutos, la etiqueta es de la ofensa, la calumnia, la mentira.

Yo pregunto en voz alta, ¿cómo fue que llegamos a esta situación? ¿Qué va a pasar? ¿Y todo el esfuerzo, trabajo y sacrificio? ¿Y Chávez? El Comandante, creó mecanismos para la defensa de nuestra revolución, de la Quinta República. ¿Dónde están? ¿Se va a perder todo este esfuerzo? Ya el retroceso es brutal: la economía está destrozada, caotizada, perdidas las capacidades productivas, hiperinflación, mega devaluación, PDVSA está destrozada, el retroceso en los índices sociales es evidente, ha emergido lo peor de la conducta social, tristeza, frustración, rabia, individualismo, detrás de una lotería, sin metas históricas, razonas sagradas para la lucha.

El Partido, el PSUV, tiene que decir y hacer algo. El 2018 será un año crucial para la Revolución. Iremos a elecciones, se impone una discusión seria y profunda, de lo que ha pasado, los graves errores cometidos, los problemas que tenemos, la situación del país. Una discusión entre revolucionarios, sin ofensas, sin persecuciones, sin presos, ni linchamientos políticos. Lo que no puede es prevalecer el silencio, el miedo, el Comandante Chávez y este pueblo merecen un poco más de decisión, un poco más de sensatez, un poco más de entrega, un poco más de valor.

Que yo sepa, NO tenemos candidato. Yo soy miembro de la Dirección del PSUV, del equipo político del Comandante Chávez y hasta ahora no se ha dado ninguna discusión en este sentido. Acá no hay monarquías, ni príncipes, ni familias reales. Ésto debe parecerse más a una revolución, profundamente democrática y popular. Respetuosa de su militancia y de la diversidad de opiniones, del derecho a la participación política.

El Chavismo es una fuerza popular, revolucionaria, que está allí, en el seno del pueblo, luchando y sufriendo todas las vicisitudes y resistiendo. Acá no ha habido un sacudón porque el Chavismo lo contiene. No hay que abusar de su paciencia, no se puede seguir manipulando con la disciplina. La lealtad es a Chávez, a su idea, su legado, su Constitución, su Plan de la Patria, su Revolución. Que empeño el de desprenderse de Chávez, no de su foto, ni de su imagen (de ella nadie se desprende), digo el empeño de desprenderse de su legado, de su obra, de querer dejarlo atrás. Qué insensatez. Lo único que salva a este proceso, a nuestro pueblo, es Chávez, su legado, su obra y la conciencia que sembró en los más pobres, en las instituciones que creó, en los soldados, trabajadores, en el Poder Popular.

Creo que es nuestro deber levantar, alzar la voz en defensa de nuestra Revolución, en defensa de Chávez y del socialismo. Acá, para mí, siguen vigentes la Constitución de Chávez, la Nueva PDVSA Roja Rojita, las Fuerzas Armadas Bolivarianas, El Poder Popular, El PSUV, el Plan de la Patria. Acá sigue vigente, hoy más que nunca, la palabra y el legado de Chávez. Hay que luchar por ello, con fuerza, decisión, honestidad, valor, vale la pena, nuestro Comandante, nuestro pueblo lo merecen. Con Chávez siempre. ¡Venceremos!

Herodes

Estás asesinando a la Revolución que el Comandante Chávez nos confió, te has rodeado de tu círculo íntimo, y crees que puedes hacer con este país y con nuestro legado lo que te venga en gana. En una mezcla de prepotencia, ignorancia, incapacidad, cinismo y mucha irresponsabilidad, han llevado a nuestro Pueblo a una situación inimaginable de sufrimiento y humillación. Un retroceso tremendo. El Comandante Chávez no nos pidió que apoyáramos lo que está pasando, jamás lo hubiese hecho.

El Comandante habló de la Patria, de su futuro luminoso, no de ésto que está sucediendo. El chantaje y manipulación del que tanto usas tiene que llegar a su fín, has abusado de su nombre y su imagen, tratas de parecerte a él, no puedes. Si nuestro Comandante estuviese entre nosotros, y bajara del Cuartel de la Montaña, hiciese cola para la comida, o estuviese en las calles de Caracas, viera a los niños en los basureros, ¿qué haría?, ¿con qué cara le responderías? Tienes que rendir cuenta de este desastre.

Hace ya miles de años un hombre pequeño y lleno de ambiciones pasó a cuchillo a miles de niños para mantenerse en el poder, por el temor, el miedo al futuro luminoso que vendría con el niño redentor, fue capaz de cometer un crimen horrendo, degollar el futuro para lograr su propósito.

Hoy día la Revolución Bolivariana, esa criatura, niña aún, es sacrificada en aras del poder, de mantener los privilegios, la prepotencia y la ceguera de Herodes. Triste espectáculo el que se observa en nuestra querida Patria.

Una profunda desesperanza y falta de fe en el futuro se ha instalado en el corazón de nuestro Pueblo, el Pueblo de Chávez, el de Bolívar, ese que cruzó Los Andes, ese del 13 de abril, de la derrota del Sabotaje Petrolero, ahora en las calles exigiendo un pernil, una caja de cartón con algunos productos extranjeros de supervivencia, acorralado con un carnet para obtener una dádiva, algo. Ese pueblo victorioso, ahora convertido en un pueblo de bachaqueros, de sálvense quién pueda, desmoralizado. Ese Pueblo que sigue votando por Chávez, por lo que le indique la Revolución, un esfuerzo más, una batalla mas, otro sacrificio, por Chávez, por su legado por su memoria. Un Pueblo paciente que no merece vivir lo que está viviendo.

¡La economía es un caos! ¿Hasta cuándo tanta improvisación? ¿Quién se beneficia de todo ésto? ¿Quiénes se han hecho millonarios a tu sombra? ¿Te los nombro? Ya basta de echarle la culpa a otros, primero la guerra económica, luego las sanciones, ahora resulta culpa de PDVSA.

La empresa y los miles y miles de trabajadores, hombres y mujeres honestos, patriotas, la empresa creada por Chávez, la nueva PDVSA, la de Chávez, la que mantuvo siempre a esta Revolución a flote, la que sostuvo la batalla contra la pobreza y la exclusión, la que rescató la soberanía y el petróleo, la que Chávez felicitaba y defendía, la que cumplía con eficiencia todas las tareas, de todo tipo, de nuestra Revolución, ahora, resulta que tú dices que es corrupta, ahora es enemiga, ahora resulta que es la responsable de todo lo que está pasando, de todo este desastre, en un escándalo tras otro. Me pregunto, ¿cuándo vas a sumir tu responsabilidad? ¿Cuándo vas a decir, “me equivoqué”, “me retiro”, o al menos un “voy a rectificar” ?, ¿es que este Pueblo no merece un poco de honestidad? No, parece que tu círculo íntimo y tú están dispuestos a hacer lo que sea para mantenerse en el poder.

En términos económicos, con una inflación nunca vista en nuestra historia, la inflación sí existe, ¿sabes?, manda a alguien a hacer mercado y que te cuente, pregunta a los que viven de su salario, la devaluación a niveles de colapso, un diferencial cambiario que te has empeñado en mantener y que ha hecho millonarios a tu entorno y tus amigos, a la oligarquía de siempre, la que te aplaude, la que manejan tus medios de comunicación, tus empresas amigas, “los apoyos”.

Un salario de vergüenza que no alcanza para nada, sin ahorros, los hijos de la Revolución, los que crecieron con Chávez, los que creyeron o nó en él, no importa, los jóvenes, el futuro, salen por miles del país, los más afortunados, los profesionales, a empezar de nuevo, ahora como migrantes, los más de ellos que salen del país, dejan las familias y todo para ser humillados, explotados, prostituídos, sólo porque no ven posibilidades en nuestra patria, porque los matan, porque no tienen trabajo, porque no les alcanza.

Nuestra población llevada al límite para conseguir alimentos o medicinas. Haciendo maromas, reduciendo todo, limitados, desaprendiendo lo que aprendieron con la Revolución: comer proteínas, alimentos de calidad. Los enfermos crónicos, condenados a seguir con sus padecimientos o a fallecer porque no hay manera de tener acceso constante a los medicamentos, al sistema de salud colapsado. No me vayan a decir que son cuentos de los escuálidos. No, sé dé casos cercanos.

Al final se nos ha impuesto un paquetazo, como los del FMI, pero sin ningún compromiso macroeconómico. El país sufre los efectos de la acción despiadada de los agentes del capitalismo, con apoyo de un gobierno que ya ni siquiera se declara socialista. ¿Que dirá el asesor económico, artífice y promotor de estas ideas tan descabelladas? ¿Quién dijo que tenemos que calarnos los errores o experimentos de “asesores” que vienen a ensayar con nuestro Pueblo, con nuestro país? ¿Es que acaso no había suficiente pensamiento económico entre nosotros, conocedores de la realidad de un país sujeto a los problemas estructurales del rentismo petrolero? Los hay, por montones, pero todos fueron puestos de lado.

El sector productivo nacional está por el piso, ¿tienes acaso noción de lo que significa para cualquier país la caída de su Producto Interno Bruto, durante mas de tres años consecutivos a niveles mucho más bajos que los sufridos cuando el sabotaje petrolero? ¿se resuelve ésto por sí solo, o por no publicar las cifras? Es la destrucción de un aparato productivo nacional que no se caracteriza precisamente por su fortaleza, modernidad, ni despliegue. Nuestras empresas socialistas o Estatales, paralizadas, dispersas, en venta.

Pasarán años para recuperar las capacidades productivas internas, aunque sea para satisfacer nuestra demanda interna, de alimentos, bienes y servicios. Mientras el dólar sea la mercancía más barata del país, ¿quién va a trabajar para producir nada si no se puede competir con las importaciones con dólares baratos o con la obtención de un dólar a 10 bolívares, cuando en el paralelo cuesta más de 100.000?

El sector petrolero, está en una profunda crisis. Luego del llamado “sacudón”, montada para desplazarnos de la dirección de PDVSA y del sector que el Comandante nos había confiado y que así lo ratificó en dos oportunidades durante la campaña de 2012, la empresa colapsó. Siempre se dijo y así lo sabía muy bien nuestro Comandante, que PDVSA era cosa seria, no era para estar improvisando, no era una institución cualquiera, era el soporte fundamental de nuestra economía. No les importó, “sacudieron” a la empresa, los intereses personales y de los círculos de poder estaban por encima de los intereses del país.

No solo han desmantelado los cuadros que venían operando la industria desde la derrota del sabotaje petrolero, acusándolos de “ramiristas”, sino que ahora tienen dividida y desmoralizada nuestra empresa, bandera de la Revolución, a nuestra querida Nueva PDVSA, la de Chávez. Ahora los cargos de dirección se dividen entre los grupos políticos que rodean al Presidente y cada uno tiene su cuota de poder, utilizando a la empresa para sus intereses particulares y grupales. No existe la capacidad ni técnica, ni política. No existe el conocimiento de cómo conducir un sector tan complejo. En la OPEP estiman la continuación de una caída abrupta de la producción de petróleo. En las áreas operacionales, toda la autoridad está diezmada, hemos perdido un millón doscientos mil barriles días de producción de petróleo, hemos perdido nuestra capacidad de refinación y no podemos ni siquiera abastecer el mercado interno de combustibles. Todo eso ha sucedido después del “sacudón” de 2014. Ahora, como no saben qué hacer, la acusan de corrupta, la están preparando para privatizarla y entregarla al capital transnacional.

No se le ha prestado suficiente atención a la sentencia del TSJ que causó revuelo cuando se alegaba que era inconstitucional por asumir competencias de la Asamblea General. Esa parte de la sentencia fue inmediatamente enmendada por las autoridades. Pero, ¿Qué pasó con la otra parte de la sentencia? Quedó firme y a partir de allí, los contratos de interés público, como los del sector petrolero o minero, por primera vez en la historia de nuestro país, pasan directamente al TSJ para su aprobación. ¿Cómo es posible esto? ¡Es inconstitucional!, estos contratos deben ser objeto de debate público, de conocimiento y debate de todos sus detalles.

Ni siquiera durante la Apertura Petrolera se actuó de esa manera, por lo menos algunos diputados de izquierda salvaron el voto y recurrieron a la extinta Corte Suprema de Justicia. Ahora, ¿a dónde se recurre? ¿Quién conoce los términos de la empresa mixta “Petrosur”, aprobada a través de este mecanismo? ¿Alguien conoce el contrato?, esta empresa ya fue aprobada al capital transnacional y nadie conoce los contratos. Se están entregando nuestros recursos naturales de espaldas al pueblo. ¿No es ésto una traición al Comandante Chávez? ¿Qué es entonces?, ¿socialismo, Revolución? ¿Quién se ha favorecido de este negocio?

Igual pasó con el “Arco Minero”, se entregaron nuestras reservas de oro a la “Golden Reserve”, la misma empresa transnacional que el Comandante Chávez nacionalizó y expulsó del país por defraudar al Estado Venezolano. No solo la volvieron a traer, sino que acordaron pagarle lo que la empresa pidió como indemnización por el acto de soberanía del Comandante Chávez, más de 750 millones de dólares. Entregaron otras áreas a empresas extranjeras que están cometiendo un desastre ambiental en áreas que el Comandante Chávez había ordenado proteger de la minería a cielo abierto. Entonces, ¿de qué estamos hablando? ¿Quién es el traidor aquí? ¿Qué grupos venezolanos se enriquecieron con esta operación en la Bolsa de Valores de Toronto? ¿Y la corrupción Sr. Fiscal?

La situación social se ha deteriorado aceleradamente, como consecuencia de la situación económica. El orgullo de nuestra revolución fue siempre haber sacado a nuestro pueblo de la exclusión, la pobreza, mejorando todos nuestros índices sociales al punto de alcanzar las metas del milenio de las Naciones Unidas. Hoy día, la situación se ha deteriorado rápidamente, en términos de aumento de la pobreza y la pobreza crítica, tal como lo indica la CEPAL, en términos de no poder garantizar la alimentación del pueblo, tal como lo indica la FAO. La mortalidad infantil aumentó y despiden a la Ministra por publicar las cifras. ¿Hasta cuándo se puede ocultar la realidad?

Al momento de escribir estas líneas, recibo llamadas de amigos y compañeros que me advierten que el Sebin está frente a mi casa, mi única casa, la de siempre, la que adquirimos mi esposa y yo producto de nuestro trabajo profesional, antes de ser Ministro, la casa de mis hijos, lo único que tengo. Cuatro camionetas del Sebin, seis motos, intentan entrar, los vecinos no se prestan para el procedimiento, absolutamente ilegal e inconstitucional, contrario al “derecho a la inviolabilidad del hogar doméstico” articulo 47 de nuestra Constitución. Rondan la casa de mi suegra. Tratan de intimidarme, no lo lograrán Es el abuso del poder, es la violación del Estado de Derecho.

El Fiscal arremete en mi contra, mandado por el Presidente. Me atropellan, ¿por qué? Por expresar estas críticas, por fijar esta posición, por mi lealtad al Comandante Chávez, a su legado. No voy a guardar silencio. Durante la Cuarta Republica éramos niños y fuimos allanados por la Digepol, así mismo, un operativo policial para “tomar” la casa de un militante de izquierda y su familia. Escapamos, vivimos en Petare, pasamos vicisitudes durante diez años de guerra. No le tengo miedo a la represión. Siempre he asumido la responsabilidad por mis ideas políticas, mis actos, mis lealtades.

Pregunto a mis camaradas y compañeros de tantos años de lucha junto al Comandante Chávez, pregunto a Diosdado, Adán, José Vicente, Elías, Carrizales, Carneiro, Castro Soteldo, Aristóbulo, Héctor, a mi General en Jefe Pérez Arcay, al General en Jefe Padrino López, al Comandante del Ejército Churio, entre otros. Pregunto a los militantes del PSUV, de las Misiones, de la revolución: ¿y entonces? ¿van a permitir este linchamiento moral y político en contra mía? ¿Es que nadie va a decir nada a favor de Chávez, a favor del pueblo? ¿Es que esta revolución se va a desfigurar para transformarse en ésto? ¿Y el Comandante Chávez donde queda, su legado, su obra, su Pueblo? Hoy soy yo, mañana serán ustedes o cualquiera que salga del chantaje.

Hoy declaraba el Fiscal ¿Poeta? ¿Verdugo? Hablaba de otro “hallazgo” de un hecho de corrupción, otro escándalo, esta vez menciona a la Oficina del Ministerio de Petróleo en Viena, (sede de la OPEP) que es la oficina de revisión de precios del Petróleo, en el mercado internacional. Se anuncia un “desfalco de 4 mil ochocientos millones de dólares” y culpables, así ya juzgados en la televisión y en los tuiters: el Dr, Bernard Mommer y yo como Ministro durante la creación de esta oficina. Acá nuevamente se insiste en violar la Constitución, ahora su artículo 57, “violación del derecho al honor, reputación e imagen”, además de la violación de un principio fundamental: la presunción de inocencia, se tiene que demostrar la culpabilidad, no al contrario. Hay una fijación conmigo, desde Freddy Guevara, pasando por el Fiscal hasta el Presidente. ¿Qué les pasa? ¿pactaron? ¿a qué temen?

Están preparando las condiciones para una agresión en mi contra. El Fiscal me “invita” a Venezuela a responder por sus alegatos absurdos. No hay condiciones en nuestro país, lamentablemente se viola permanentemente la Constitución y el Estado de Derecho. Hay gerentes de PDVSA y funcionarios del Ministerio de Petróleo que llevan tres años presos y todavía no saben de qué se les acusa, Eulogio Del Pino y Nelson Martínez son tratados como unos delincuentes. Ya fueron juzgados y condenados en público, su imagen destrozada en videos.

Han librado una orden de captura contra el Dr. Bernard Mommer y su esposa, además de otra funcionaria hija de un ex magistrado del TSJ. El Dr. Mommer, no solo es un especialista en el área petrolera, académico de universidades nacionales e internacionales, del Instituto de Energía de Oxford, escritor de innumerables y fundamentales textos, entre ellos los famosos tres tomos de Ruptura, La Cuestión Petrolera y otros tantos, asesor de Ali Rodríguez, Viceministro de hidrocarburos del Comandante Chávez, conmigo en el Ministerio de Petróleo, cuando diseñamos y desplegamos la política de Plena Soberanía Petrolera, rescatando el petróleo para el Pueblo, Gobernador de Venezuela ante la OPEP. Increíble, una persecución política donde claramente se deslindan los campos, los intereses en pugna.

Para información del país, del Presidente y del Fiscal, durante la nefasta apertura petrolera, el Ministerio de Minas e Hidrocarburos de entonces, cedió la potestad de establecer los precios de venta del petróleo. Por ello, tal como lo denunciamos en su momento, la Vieja PDVSA, hacía descuentos de hasta el 40% del precio del petróleo que enviaba, en su gran mayoría a los EEUU. Cuando derrotamos el Sabotaje Petrolero y retomamos el control de la Política Petrolera, yo como Ministro y en resguardo de los intereses del país, instruí para que nuestros precios se establecieran tipo “fórmula”, con indicadores internacionales, transparentes, verificables, publicados en la Gaceta Nacional, para que nunca más se dieran descuentos. Se establecía así, un precio debajo del cual éste no podría venderse. La venta tenía que ser por encima de este valor, además, las ventas de petróleo, solo las hace la Vicepresidencia encargada de Comercio y Suministro en PDVSA.

La Oficina del Ministerio en Viena, lo que hace es Fiscalizar a qué precio, PDVSA vendió el petróleo. Esta oficina no hace ninguna venta de petróleo. No vende ni un barril. Entonces, mal puede incurrir en un desfalco a la Nación. Son temas que, de haber estudiado un poquito, se hubiesen dado cuenta que están mintiendo descaradamente y haciendo un tremendo daño al país, solo para buscar actos sensacionalistas, “Dakazos” para distraer la atención a los problemas que padece el pueblo, los reclamos de la calle y que el Presidente no tiene capacidad de resolver.

Yo conocí a Tarek Willian Saab, militábamos juntos en Ruptura. En Mérida le llamábamos “Kabul”. Luego él siguió con Douglas Bravo en “Tercer Camino”, nosotros nos separamos, ya no creíamos en Douglas. Conocí a Kabul como soñador y defensor de los derechos humanos, poeta. Hasta que nos encontramos con Chávez. Lo apoyamos honestamente cuando era Gobernador en Anzoátegui, hicimos muchas obras juntos. Los que en aquel momento convencieron al Comandante Chávez para que no fueras candidato a la Gobernación, los que te hicieron la campaña en contra, hoy te han convencido a que arremetas contra mí, mi nombre, mi honor, mi reputación. Todavía recuerdo con indignación cuando el fascismo te llevaba preso durante el golpe de Estado, tu, a viva voz, denunciabas que se violaban tus derechos. ¿Y ahora? ¿Dónde está Kabul?

Cuando este artículo se publique será Año Nuevo, el último día de este año difícil, de problemas, de violencia de desesperanza, de tristeza. El 2018 será un año decisivo, crucial para nuestra Revolución, nuestro Pueblo, nuestra Patria. Desde lo más profundo de mi corazón, reitero que creo en el Pueblo, su sabiduría, creo en el Chavismo como creo en la honestidad del hombre y la mujer de nuestra patria, del humilde, del trabajador, del guerrillero, del campesino, del estudiante, del joven, del soldado. Somos los hijos de Chávez y de Bolívar, estamos obligados a seguir luchando por el socialismo, por mantener vivo el legado de nuestro querido Comandante. Yo reitero mi juramento de lealtad al Pueblo, al socialismo, a Chávez. Feliz Año Nuevo, junto a la familia, a los amigos, en nuestra querida tierra de gracia. ¡Venceremos!

La trampa

Casi finalizando el año 2017, hay que decir, nuestro país está «entrampado» en una grave crisis económica, social y política, una situación impensable durante el gobierno del Comandante Chávez, él dejó un país en marcha. ¿Cómo llegamos hasta acá?, más importante aún, ¿Cómo salimos adelante?

La sensación que existe es de frustración, el país se encuentra en una situación de deterioro, a pesar de haber luchado y trabajado tanto por una sociedad distinta con claras perspectivas de futuro, por un Plan que se cumpliría y que se traducía en un sistema de gobierno justo, popular, democrático, revolucionario y a la vez, satisfactorio y gratificante para todo el pueblo. La sensación del militante revolucionario, del que ha participado del Poder Popular, en las Misiones, de muchos dirigentes y de personalidades que han acompañado este proceso de transformación, es que la situación que hoy tenemos no es lo que Chávez quería, no se parece al Socialismo del siglo XXI.

Quien quiera hacer una discusión franca, fijar una posición honesta para actuar, debe preguntarse: ¿Era esto lo que quería el Comandante Chávez, el Socialismo que tanto pregonamos? ¿Es este el sueño del pueblo, por el que se movilizó durante todos estos años? ¿Es acaso el sueño de nuestro movimiento? ¿Qué es esto que tenemos?, tratemos de definirlo.

Para atajar de inmediato cualquier simplismo o descalificación, comencemos por decir que no tengo, ni quiero tener nada que ver con la derecha apátrida, ni con los sujetos o líderes de la llamada oposición con los que no solo mantengo profundas diferencias ideológicas y políticas, sino que los he combatido de manera franca, abierta, sin dobleces, porque considero que le han hecho y le hacen mucho daño al país, con su intolerancia, su violencia, su entreguismo. Le han cerrado posibilidades de expresión política a sectores moderados o socialdemócratas, que podrían haber apoyado desde el principio al gobierno del Comandante Chávez, sin prestarse a los planes conspirativos ni ceder al inmediatismo de las aspiraciones individuales de sus dirigentes.

Estos artículos, estas palabras, no son hechas para alimentar el sensacionalismo de la extrema derecha, acá no encontrarán nunca ninguna abjuración del socialismo, ni mucho menos una palabra contra el Comandante Chávez, ni contra nuestro pueblo, ni nuestras organizaciones populares. Estas palabras, sí son para todo el pueblo, la sociedad, el campo revolucionario, Chavista, Bolivariano, esté donde esté, y más allá, al país, la mayoría que quiere repensarse, conocer de un plan, una idea común, soluciones a los graves problemas que confrontamos y que debemos resolver. ¿Cómo salir del «entrampamiento» en el que estamos?

La situación económica, tanto a nivel macro, como a nivel de la economía popular, cotidiana, del día a día, es cuando menos un caos. Un desastre, producto de mucha improvisación, desconocimiento, irresponsabilidad, ineficiencia en el manejo de temas tan complejos: inflación, devaluación monetaria, desabastecimiento, caída de la producción de petróleo, caída de la producción interna, todos los sectores económicos paralizados o semi-paralizados, las instituciones encargadas de la economía caotizadas, sin cumplir sus tareas.

La economía tiene mucho que ver con las percepciones, la información disponible, las estimaciones y proyecciones. No las del sector privado, estamos hablando de las proyecciones y estimaciones del propio gobierno, El Plan. ¿Cuál es El Plan? Estamos en una profunda crisis económica y a esta altura no hay un Plan. Se han presentado muchos, nosotros mismos presentamos uno en el 2014 que fue desestimado, son puestos a un lado. Estamos en medio de una tormenta, sin radar, ni brújula, sin saber cuál es el destino final, a dónde vamos a llegar.

Se ha instruido al Banco Central, a no dar cifras, ni proyecciones, ni ningún tipo de información económica, ni siquiera se dan cifras al sector propio vinculado al quehacer económico. Entonces, ¿qué hacen los agentes económicos? Pues sencillamente buscan las estimaciones del Fondo Monetario, del sector privado, de analistas financieros que muchas veces tienen sus propios intereses económicos, de voceros de la oposición. Es un secreto a voces que la situación se sigue deteriorando. Por evadirla, no se va a resolver.

¿Una inflación de cuánto? ¿1000 %?, ¿1200%? Nadie lo sabe con precisión. Se dice que es un fenómeno inexistente, se miente. Todo el que sea asalariado y vaya a hacer el mercado, comprar alimentos, libros, pagar un colegio, comprar ropa, un vehículo, una vivienda, se da cuenta que algo muy malo está pasando con su sueldo, que debe buscar otras opciones, que no alcanza. Los que dicen que la inflación no existe están ocultando que la inflación es un fenómeno perfectamente descrito y estudiado en el mundo y que es un mecanismo terrible, por medio del cual, el capital, el capitalismo, se apropia del salario, ingreso y ahorros del trabajador. Es una situación de Hiperinflación, como en las peores épocas del neoliberalismo, es el capitalismo el que está rampante, es el que fija precios y tiene los mecanismos para desacatar cualquier regulación. El caso del cartón de huevos es emblemático.

El cambio paralelo hace con nuestra economía lo que le da la gana. Tenemos un sistema cambiario que, tal como advertimos en el 2014, es insostenible, y lo era ya incluso desde el 2012. Un control cambiario que no controla nada, ¿acaso no es evidente que no cumple sus propósitos? El cambio oficial es 10 bolívares por dólar y el paralelo ha pasado ya de 100.000 bolívares por dólar. Es una situación increíble, donde el gobierno se quedó paralizado, en la idea de que cualquier otro sistema cambiario era parte de una propuesta de la derecha. No es verdad, el sistema cambiario actual, ha empobrecido al país. Visto en perspectivas, teníamos razón al proponer en el 2014, un sistema que convergiera, hacia la baja, en un único sistema que luego oscilara con intervención del BCV.

La propuesta era una convergencia gradual, con una meta de 25 bolívares por dólar, el paralelo lo llevamos de 91 bolívares por dólar a 53 bolívares por dólar. Con el cambio de 25 bolívares por dólar se hacía indiferente el cambio en Cúcuta, en la frontera, se buscaba detener el contrabando de extracción. Por lo menos era un Plan, había elementos en aquel entonces, para que fuese exitoso. Debido a la falta de acción, se han hecho fortunas enormes, apropiándose del diferencial cambiario. La diferencia, la ganancia es de al menos 99.990 bolívares por cada dólar. Es un diferencial enorme que permite volver a comprar dólares y adquirir todo tipo de bienes y desarrollar actividades que para el resto de la población están negadas. Son los que pueden pagar y vivir sin ningún tipo de limitación. ¿Quiénes se han favorecido con el sistema cambiario? ¿Qué ha pasado en CADIVI, CENCOEX, la Banca? ¿Por qué no se tocan esos intereses? ¿Cuántos amigos tienen los banqueros y especuladores financieros en el gobierno? Tienen mucho dinero, son innombrables, no aparecen en tuiters, compran de todo, hacen política, corrompen todo, es su manera de avanzar.

La situación en PDVSA es muy grave. Recuerdo que, cuando se anunció un «sacudón» en la administración pública, en el 2014, sabíamos que todo ese montaje tenía como único propósito tomar control de PDVSA y del sector de hidrocarburos. ¿Por qué? ¿Cuál era el imperativo?, se suponía que se impondría la unidad de todos los factores de la revolución tras la muerte del Comandante, que no prevalecerían los intereses grupales. No fue así, desplazarnos de PDVSA era una idea que venía rondando en círculos muy íntimos del poder desde el momento en el que el Comandante Chávez murió. Él nunca permitió que grupos de interés de ningún tipo tomaran control de la empresa, consideraba que PDVSA era tan importante como las Fuerzas Armadas. Estoy convencido que la Revolución, la V República, necesita de instituciones capaces de poner por encima de cualquier interés mezquino, los supremos intereses de la patria.

No vaya a creer nadie que el Comandante Chávez no estaba pendiente de nuestro funcionamiento, siempre estábamos bajo observación, revisión, investigación, los organismos de inteligencia, el partido, los dirigentes políticos, todos le llevaban informes y apreciaciones a la consideración del Comandante. Él muchas veces, la mayoría, me llamaba, yo, le informaba, aclaraba, corregía. Fue siempre una relación basada en la transparencia, lealtad y la verdad. Nuestra institución era cosa muy importante para la estabilidad del país, ambos sabíamos que era capaz de tumbar gobiernos.

A principios del 2014, antes de un mensaje a la nación, se me comunicó la intención de «refrescar» PDVSA, la industria petrolera. Yo en ese momento me negué, me parecía apresurado, peligroso. Expresé mis argumentos: es un sector estratégico, tiene una complejidad y una situación de exigencia operacional y financiera derivada de todas las tareas asumidas para mantener estable la economía del país, para sostener los planes de la revolución. También manifesté, que a fin de cuentas se haría lo mismo que tantas veces Capriles prometió durante la Campaña, que de llegar a la Presidencia me destituiría y devolvería la «independencia» a PDVSA. En respuesta, el Comandante Chávez me ratificó en dos oportunidades en mis responsabilidades para el próximo período de su gobierno. Insisto que hay que escuchar a Chávez, sin cortes, sin ediciones, sin «producciones especiales», en vivo, completo.

Luego de mi salida, con el «sacudón», los que quedaron al frente del sector, no sé qué razón los animó a ello, se dedicaron a desmantelar los equipos que tuvimos diez años formando y estructurando y que dieron siempre la mejor respuesta en cualquier circunstancia y dificultad. Era un equipo que conjugaba calidad política y capacidad técnica, probado en muchas circunstancias y con resultados a la vista de todos. En diciembre de 2013 cerramos nuestros resultados con un promedio de producción de 3 millones de barriles día, que mantuvimos hasta mediados de 2014, nuestro mercado interno abastecido de combustibles y gas. Lo más importante es que, todo este esfuerzo y resultado operativo lo hicimos sin retroceder un milímetro en nuestra política petrolera, la política de Plena Soberanía Petrolera.

Inmediatamente, se comenzó a perseguir y desplazar a todos los cuadros, acusándolos de «ramiristas», introduciendo la división y creación de grupos dentro de PDVSA, como si ellos mismos no hubiesen estado conmigo durante todo el período en la conducción de la empresa, nada más y nada menos que como Vice presidentes, como si no hubiésemos trabajado con el Comandante de forma directa, con los ministros, en todas las tareas. No estuvieron a la altura política, ni humana, de la responsabilidad que se les estaba entregando.

El hecho, real y concreto, es que, de manera abrupta, las estructuras de dirección de la empresa comenzaron a ser copadas como parcelas de los distintos grupos que hoy detentan el poder en el país, incluidos empresarios. Se llenaron cuotas de poder, dependiendo de la correlación de fuerzas del momento. Se utilizó el manido argumento del «combate a la corrupción» para desmantelar una institución que estaba funcionando de manera eficaz y efectiva hasta ese momento. Una organización, la mejor estructurada y preparada del país en el ámbito económico, que hubiese sido capaz de salir adelante en esta coyuntura, teníamos la capacidad, la credibilidad y la firmeza para hacerlo. En el 2014, prometimos 45.000 millones de dólares al Fisco, y eso fue lo que entregamos al CENCOEX para que resolviera los temas apremiantes de la economía. ¿Dónde están los resultados? ¿A quién se le pagó deuda? ¿Cuál fue el criterio? ¿A quién se le asignaron esa cantidad inmensa de divisas?

Los nuevos directivos y responsables que fueron colocados en la estructura de PDVSA, parece que tenían otras prioridades. Primero, mostraron un absoluto desconocimiento del manejo de estos asuntos. Allí no se puede improvisar, y se improvisó. Luego, se desmantelaron en las áreas operacionales cuadros con la autoridad y la ascendencia sobre los trabajadores. Se crearon grupos artificialmente para introducir elementos que socavaron la autoridad de los distintos niveles de supervisión. Niveles y direcciones que, por cierto, venían nada más y nada menos, de derrotar el sabotaje petrolero y de trabajar en revolución junto al Pueblo. Mientras el Comandante Chávez siempre apoyó y defendió a PDVSA, la Roja Rojita, ahora se le ha estigmatizado a PDVSA como una entidad corrupta, se le repudia y acusa públicamente. Ahora resulta ser la culpable de toda la situación económica del país. Es la táctica reiterada de los «Dakazos», se vive de escándalo en escándalo, para ocultar la realidad o la incapacidad. Esto era impensable con el Comandante Chávez.

Así, desde el 2014, la producción ha caído un millón doscientos mil barriles día (1.200.000 BD): un desastre. Se ha desmotivado al trabajador, se le ha avergonzado en público. Se le persigue y nadie quiere tomar iniciativas operativas, no vaya caer en los supuestos de sospecha de ser enemigo o corrupto. Todo se está paralizando. Me preocupa que en los círculos de la OPEP se estima que la producción caerá otros 400 MBD hasta llegar a niveles, históricamente bajos.

Por otra parte, se ha hecho un manejo opaco y nada eficaz de los temas financieros, incluyendo el manejo de deuda, se ha desatendido el parque refinador y ahora no se puede abastecer el mercado interno de combustibles. Son constantes las descoordinaciones operacionales y financieras que provocan reiterados problemas con la distribución de combustibles y de gas. Siempre se recurre al argumento del sabotaje y de la corrupción, cuando a todas luces es un problema de gestión.

Se ha impuesto un ambiente de terror y miedo en el sector. He tenido diferencias en la forma de conducción de PDVSA, de CITGO y del ministerio desde que fui removido, sin embargo, a pesar de no saber si sus directivos han incurrido en algún delito, me parece absolutamente desproporcionado el trato que han recibido.

Los directivos de CITGO (por cierto, nombrados y ratificados por las autoridades que me sucedieron), fueron «invitados» a una reunión en Caracas y desde ahí, en medio de la misma y ante la sorpresa y desagrado de los presentes, incluyendo vicepresidente económico y ministros, se los llevaron presos unos policías enmascarados, quienes previamente tomaron con la GNB el edificio de la Campiña.

Yo no sé qué habrán hecho el Presidente de PDVSA y el Ministro de Petróleo, quienes solo días atrás eran saludados por el Presidente y que entiendo, hicieron todo lo que se les pedía que hicieran, para ser detenidos de la manera en que lo hicieron y sacarlos en un video por VTV, esposados, en «chores», capturados como unos delincuentes por un dispositivo anti-terrorista. No solamente es una violación de sus más elementales derechos procesales y humanos, de la presunción de la inocencia, sino de una torpeza y un atropello inaudito, sobre todo cuando al mismo tiempo se dialoga y se dan las manos, saludos y sonrisas con sectores de la oposición que han ensangrentado al país y pedido una intervención militar extranjera.

Nadie se atreve a decir nada. Yo hablo por mí y tantos otros compañeros que comparten estas preocupaciones pero que no lo pueden hacer en público. Tomé mi decisión, asumo las consecuencias, tengo sobradas razones para expresar mis críticas y desacuerdos con lo que está pasando. No puedo guardar silencio viendo cómo se destruye el legado del Comandante Chávez, no tengo estómago para ser indiferente, para hacerme el loco. Digo mis verdades, ojalá alguien las quisiera discutir, no estoy hablando del «pranato» de la política, palangristas o descontrolados, no. Digo dar una discusión seria para resolver nuestros problemas. No será la oposición quien los resuelva. Superemos el simplismo de la etiqueta de tuiter y las descalificaciones e investigaciones orientadas y dirigidas para acallar cualquier disidencia o cualquier voz del Chavismo que alerte lo que está pasando.

Estamos en una trampa, de la que hay que salir rápido, lo más pronto qué se pueda, es como estar atascado en el camino en un invierno en Apure. El día a día del pueblo se hace una pesadilla. Se está abusando del carácter noble y profundamente leal de nuestro pueblo chavista, del que cree en la revolución. No es justo lo que está pasando, no es lo que Chávez quería. Estamos viviendo los efectos de un paquetazo económico. No se vislumbra una solución.

Pareciera que la prioridad es la de mantenerse en el poder. Yo estoy de acuerdo, no se puede entregar el poder a la derecha apátrida, pero tampoco puede entregarse la revolución. Tiene que haber una revolución dentro del Chavismo. Vamos a unas elecciones, es ineludible. ¿Quién va a ser nuestro candidato? ¿Quién lo ha decidido? Puede ser cualquier compañero, de los de Chávez, que tenga los méritos o condiciones para salir de esta trampa. Hay muchos, esto no es una monarquía.

Esta revolución debe ser profundamente democrática y popular en sus mecanismos y forma de actuar. Hay señales muy malas de imposiciones, arbitrariedades. Si no presentamos una poderosa opción en las próximas elecciones, podemos ir a una derrota estruendosa, este gobierno ha hecho méritos para que esto suceda.

Cuando este artículo se publique, será navidad. Día de familia, de amigos, de compartir. De tradición, de niños, de esperanza. Yo estoy lejos de mis seres queridos y de mi patria. Los quiero, les deseo unión, paz y lo mejor que el ser humano pueda dar: la solidaridad y el amor. Desde niño, a pesar de cualquier circunstancia, siempre hacíamos el pesebre en la casa, era como un altar a la vida, a la esperanza. Vaya mi recuerdo y sentimiento a todos lo que están y los que ya no están entre nosotros, a mi padre, maestro, conciencia y fortaleza. Vaya mi recuerdo, afecto y lealtad eterna a la memoria de nuestro querido Comandante Chávez. ¡Venceremos!

Mensaje con destino

Parafraseo el título de esa obra fundamental de nuestro Mario Briceño Iragorry «Mensaje sin destino», sólo que, a la luz de todo lo que ha pasado y el avance en la conciencia de nuestro pueblo de los principios y valores de la Revolución Bolivariana, este mensaje siempre tendrá un destino y un asiento en el alma del Pueblo.

Este mensaje es para ti, hombre y mujer del pueblo, para el humilde, trabajador, obrero, campesino, para los de abajo, para ti profesional, joven, soldado, hijo de esta tierra bendita, hijos de Chávez y Bolívar. Hijos de héroes, libertadores, soñadores, valientes. Para los que creemos en Chávez, los que seguimos su sueño, el de la posibilidad de un país libre, soberano, socialista.

Te escribo a ti, militante revolucionario, oficial de la patria, hombre o mujer honesto, esperanzado. Al que está luchando todos los días, para quien el trabajo es una pasión, un valor, una posibilidad de contribuir, al que todos los días va con sus problemas y sus esperanzas a cuestas. Te hablo a ti, al dirigente, al que conoció a Chávez, al que atendió su llamado, al que lo ha dado todo sin pedir nada a cambio, al que ha recibido la ayuda del Estado Revolucionario, al que salió del abismo de la miseria y la exclusión. Te hablo a ti, joven, al profesional, al estudiante, al que se fue, al que está comprometido con la causa Bolivariana, con Chávez, con su palabra.

Escribo al poeta, músico, pintor, artista, intelectual. Al vencedor o vencedora de la Ribas, el de la Robinson, el de la Sucre, al que construyó su propia casa en las brigadas de la Gran Misión Vivienda Venezuela, al trabajador y obrero petrolero. Al que ha recibido vida de la mano de Barrio Adentro, al que apuesta a que saldremos adelante, al que no tiene otra pasión, sino la de luchar por nuestro país, nuestro pueblo. Al habitante de esta tierra, haya nacido aquí o encontrado en nuestra tierra cobijo, protección, posibilidades de futuro. «A cualquiera en el mundo que sea capaz de indignarse ante una injusticia».

Quiero que sepas que he dedicado mis mayores esfuerzos y años de vida a acompañar y luchar por las ideas del socialismo y que así lo haré hasta mi último aliento. Soy un hombre convencido de que sólo el socialismo garantiza la paz, la justicia, las condiciones para una vida digna, para la existencia del ser humano en armonía con la tierra, con sus semejantes. Eso es lo que he sido y será siempre, nunca he renegado de ello, es en lo que creo en la vida.

Primero lo hice desde muy joven, desde la derrota de la izquierda, la lealtad a mi origen y la terquedad de creer y preservar nuestros principios revolucionarios, cuando a nadie parecía importarle, cuando todos eran indiferentes. Luego, con nuestro querido Comandante Hugo Chávez, cuando la Revolución Bolivariana prendió en el corazón del pueblo Venezolano, para nunca más salir de allí.

He trabajado con honestidad, desde las altas responsabilidades que me asignara nuestro querido Comandante, siempre a su lado, hasta su muerte, con una confianza ciega en él, su palabra, su obra, sus intenciones. Creo en él y defenderé su legado hasta el final y en medio de todas las dificultades que sobrevengan por ello.

Durante los doce años que estuve trabajando a su lado, en las tareas más complejas, enfrentando los intereses más poderosos, golpeando al gran capital transnacional y rompiendo las ataduras que mantenían a los más pobres en la miseria y la exclusión, jamás pensé en mí, ni tuve un cálculo egoísta o secundario. Lo hice al rompe, como necesita una revolución, sin estar pensando en las consecuencias personales, sin segundos planes, sin otros intereses, sin grupos. Como lo hizo Chávez.

Por primera vez en nuestra historia de país petrolero, un Presidente, el Comandante Chávez, convirtió al petróleo, que como él mismo decía, «fue un instrumento de dominación por casi cien años, en un instrumento de liberación de nuestro pueblo».

Me correspondió ser el Ministro de Petróleo y presidente de nuestra empresa en momentos de combate, ofensiva y construcción junto al Comandante Chávez. Siempre lo digo, no porque me envuelva la vanidad, sino porque para mí ha sido el mayor honor posible haber estado a su lado, combatiendo. Ahora se reniega de su obra, se pone en duda la justeza de lo hecho. Yo lo reivindico, estoy dispuesto a discutirlo y defenderlo donde sea.

Rescatamos nuestro petróleo de las manos de las transnacionales petroleras, de manos de una empresa «meritocrática», la vieja PDVSA, al servicio de la oligarquía, de intereses extranjeros y la pusimos al servicio del Pueblo. Creamos la Nueva PDVSA, empresa del Estado venezolano, instrumento y garante de la política de Plena Soberanía Petrolera. Una empresa poderosa, capacitada, popular, con todas sus operaciones restablecidas, donde sus trabajadores y trabajadoras han sido los protagonistas de esta hazaña, donde cada uno tiene su propia historia de heroísmo, lealtad, sentimiento patrio.

Una empresa del Pueblo, que no solamente ha sido capaz de producir todo el petróleo y gas requerido, captar los ingresos provenientes de la renta petrolera, sino que además y ésto, es tal vez lo más importante, desarrolló una ética, una mística, un compromiso con el país y con la suerte de nuestro pueblo, como probablemente no existe en el mundo en este sector. Los trabajadores y trabajadoras de PDVSA son el alma de nuestra empresa, de nuestro esfuerzo. Como dijo el Comandante Chávez en PDVSA se «respira patria».

Todo lo hecho, lo volvería a hacer, sólo que lo haríamos más rápido, con más urgencias, con más experiencia. Nadie sabía que el Comandante moriría tan joven, en medio de la batalla. Es como si el Padre de la Patria hubiese caído en la Batalla de Araure, en Carabobo. Ha sido un duro golpe para la Revolución Bolivariana.

Mi trayectoria al servicio del Estado y del Pueblo está allí, le corresponderá a la conciencia del país hacer las valoraciones pertinentes. He acompañado esta etapa de la Revolución con lealtad y cumpliendo el juramento que le hice al Comandante Chávez. Han pasado muchas cosas en este período, he tenido la disciplina y la paciencia. He alertado e insistido en las graves amenazas que se ciernen sobre nuestra revolución y sobre nuestra patria. Lo he hecho al Presidente, en privado, en el gobierno, en mis organismos correspondientes, en la dirección y en el Congreso del PSUV. Lo he discutido a todos los niveles, hasta que me vi obligado, ya que no era escuchado, a escribirlo, expresarme de manera pública, desde la ONU, donde fui asignado, separado del país, justamente por mis diferencias y mis críticas, siempre constructivas.

He asumido una posición disciplinada hasta el extremo de ya no poder más con la certeza de que vamos por el camino equivocado, de que hace tiempo que lo que está sucediendo en el país, no tiene nada que ver con lo que el Comandante Chávez quería, que al final de cuentas, ésto no se parece al socialismo. Nuestro pueblo ha sido sometido a los efectos de un paquetazo de ajuste, sin declararlo, sin querer reconocerlo. Estoy seguro que no ha sido la intención, no tengo por qué presuponer la mala intención de nadie, pero no es lo que el Comandante Chávez quería para nuestro pueblo. Hay que retomar su camino, porque si no, seguiremos perdiendo uno a uno los elementos más importantes de su legado, que deben traducirse en un sistema de gobierno que sea satisfactorio y gratificante para nuestro pueblo.

He sido sometido a un aislamiento progresivo, me fueron separando de todas mis responsabilidades, del país, impidiendo mi contacto con el partido, con mis queridos camaradas, apartado de mi sector de conocimiento y experiencia, el sector petrolero, de mis trabajadores, del pueblo. Ha sucedido de manera constante, implacable, lo he alertado a compañeros de la dirección del partido, en los que solo he encontrado la recomendación de tener paciencia, de esperar.

Mientras tanto se me ha sometido a un cerco, se pretende borrar la historia reciente al lado del Comandante, desapareces de las fotos, discursos, referencias, se borran documentos. Desaparecen las tesis, se desvanece la política, desmembrando equipos de trabajo, se persiguen compañeros, todo pierde su contenido revolucionario. Se han tejido círculos y círculos de opinadores de oficio y oportunistas de todo tipo, grupos sin calidad técnica ni revolucionaria. No se sabe de dónde salieron, ni por qué tienen tantas responsabilidades. ¿Cuál criterio prevalece?, bueno, que es de tal o cual grupo. Grave error que se comete en la conducción del país, sus empresas e instituciones. He ahí buena parte de los problemas de gestión del gobierno.

Lo triste es que no sólo ha sucedido en mi caso, uno a uno, los compañeros que estuvimos al lado del Comandante Chávez, de su gobierno, hemos sido desplazados, ha prevalecido una política de grupos y círculos de influencia que controlan todos los espacios de poder. Lo más terrible, es que en muchos casos, vuelven a los círculos de poder, personajes a los que el Comandante Chávez puso de lado, apartó de su gestión ¿por qué?, se suponía que luego de la partida del Comandante tendríamos un gobierno unido alrededor de su legado .

Tengo profundas diferencias con la manera en que se están conduciendo los asuntos del país, en la situación en que se encuentra nuestro pueblo, los problemas que padece. Increíblemente, estamos retrocediendo en pocos años en los índices sociales que fueron orgullo de nuestra Revolución y uno de los principales legados del Comandante Chávez. Ya eso no se puede ocultar.

La hiperinflación, la pérdida del valor de nuestra moneda, la imposibilidad de establecer una política monetaria, la incoherencia y falta de efectividad de las medidas que se anuncian y se vuelven anunciar sin que nada pase, la escasez, la inseguridad. La caída del Producto Interno Bruto, durante tres años seguidos que refleja la parálisis del aparato productivo nacional, la pérdida de 1.2 millones de barriles días de producción de petróleo en PDVSA, número alarmante que refleja los problemas de la empresa. Se ha producido una concentración de riqueza en pocas manos. El capitalismo, con sus mecanismos especulativos, sus herramientas para apropiarse del salario de los trabajadores, ha prevalecido. Si esta es una guerra económica, se está perdiendo.

A pesar de los esfuerzos que se hacen, con mucho trabajo, lo sé, para mantener las garantías sociales, los mecanismos que la Revolución diseñó y estableció para defender al pueblo, resultan ineficaces. Un ejemplo de ello ha sido el desmantelamiento del sistema de distribución de alimentos creado en el marco de la Misión Alimentación: Mercal, Pdval, Bicentenario, Casas de Alimentación. Hay que retomar los programas y las orientaciones del Comandante Chávez, tenemos un pueblo organizado, un poder popular, un partido, un Chavismo popular que sabe cómo hacerlo.

A partir de mi renuncia en la ONU, se me etiquetó como «traidor» y ahora como «corrupto», utilizando los famosos «robots» del tuiter y los acostumbrados palangristas y pranes de la política, una acción miserable. Utilizan todo el poder que tienen y del que abusan, para destruir mi nombre, mi trayectoria, mi trabajo. El problema que tienen es que atacan una de las gestiones más exitosas de la Revolución, una de las políticas, la petrolera, que golpeó de manera eficaz los intereses antinacionales para ponerla al servicio del pueblo. Una gestión cuyos resultados permitieron desarrollar los programas sociales, de infraestructura e inversión en el país, que nos dió más de diez años de crecimiento, estabilidad y prosperidad. Insensatos.

Me acusaran de ir contra la unidad de la Revolución. No es verdad, hoy mas que nunca creo y trabajo por la unidad del Chavismo y el campo Bolivariano, pero unidad en torno a los postulados de Chávez, de su legado, del socialismo. Sin imposiciones, sin persecución, sin chantajes.

No saben el daño que le están haciendo a la moral y la credibilidad de la Revolución en el seno del Pueblo, y más allá del chavismo, en el país.

Todo el país sabe que la Fiscalía no mueve un dedo sin instrucciones. Esta «investigación» es una retaliación por mis posturas críticas en mis artículos, por lo que estoy diciendo, lo que todos pensamos, pero nadie lo quiere decir, porque saben que les caería encima la persecución, el linchamiento moral y todo el peso de un aparato policíaco que ha JUDICIALIZADO la política, justo lo que hace la derecha y el reformismo en nuestra región, contra Correa, Lula, Dilma, Cristina, Glas. De esa «caja» que dice tener la Fiscalía, va a salir cualquier cosa, falsos positivos como los de la computadora de Reyes.

Tengo la ventaja de que mi gestión ha sido la más auditada y escrutada del país. Por los procedimientos internacionales y la regulación del Estado Venezolano, PDVSA es la única empresa pública del país que se audita todos los años, permanentemente, por firmas transnacionales certificadas mundialmente en el área de control. A partir de mi gestión, sus resultados se hacen del dominio público, son enviados todos los años a la Asamblea Nacional para su revisión, la Contraloría General de la República tiene una Dirección dentro de la Empresa, nuestras relaciones financieras y con nuestros socios nos exigen mostrar toda la documentación. Además, como toda Corporación existen distintos niveles de autoridad y delegación financiera, así como, Comités de Auditoría y Contratación en cada negocio y cada nivel organizacional y operativo. Invito a cualquier institución o empresa del país a someterse a este escrutinio.

¿Queremos hablar de corrupción?, entonces hagámoslo francamente y de una manera revolucionaria, ¿qué paso en Cadivi, en Cencoex, en los distintos Fondos del Estado, en las Empresas públicas, en el sector privado, en la banca, quiénes especulan con el mercado negro? ¿Cuáles son los grupos de poder que presionaron por mi salida de la vicepresidencia económica, cuando queríamos ponerle el cascabel al gato del mercado paralelo de divisas? El Capitalismo está podrido, la corrupción es inherente a sus mecanismos, muchos de los cuales siguen intactos para perjuicio de nuestro país.

Qué triste coincidencia entre los ataques contra mi persona y el discurso de la extrema derecha, de Freddy Guevara, contra la Nueva PDVSA y mi gestión al frente de la misma. Parece estarse estableciendo un nuevo pacto, donde los revolucionarios seremos sacrificados, y más allá de eso, pareciera estarse negociando nuestra política petrolera.

Yo lo que tengo es mi nombre, mi trayectoria, todos mis documentos perfectamente soportados. Nadie puede usar mi nombre, nadie me puede acusar de traidor o corrupto. Mis acusadores no tienen moral para hacerlo.

Los compañeros, amigos y mis seres queridos se preocupan por las consecuencias de mis palabras, de mis escritos, de mi acción política. Los quiero a todos, pero debo avanzar en defensa de nuestro pueblo, de Chávez y de nuestra Revolución. Ojalá tenga las condiciones para volver al país y defenderme de tanta infamia, no tengo nada que temer, sé que la derecha está de fiesta, viendo cómo se lincha moralmente a uno de los de Chávez.

Yo confío en el pueblo y en la Revolución. Siempre con Chávez. ¡Venceremos!

Lealtad

Éste es uno de los principios fundamentales de un revolucionario, debería ser de toda persona, siempre que sea honesta. Junto a la honestidad, así como, la perseverancia, la coherencia con una idea, cuando las mismas se asumen como una forma de vida en la conducta y el relacionamiento diario, entonces siempre estaremos en la posibilidad de actuar de la forma correcta, de ver a la cara, a los ojos, sin dobleces, sin mentiras, con suficiente moral para que la palabra, la promesa, la esperanza, expectativas o confianza tenga valor. El valor de la palabra empeñada, del juramento hecho, de la vida compartida.

Cuesta mucho, para saber quién es una persona, tanto en términos políticos como personales, su trayectoria, la coherencia de su actuación, de qué grupo humano proviene, cuáles han sido los riesgos asumidos en la defensa de sus ideas, con quién ha trabajado, cómo ha sido el desempeño y si ha sido una persona leal a sus principios, palabra y a los que han confiado en él.

Provengo de una familia venezolana, de profesionales ucevistas, imbuidos del pensamiento liberador de la derrota de la Dictadura Perejimenista y luego militantes revolucionarios, durante los duros años del fragor guerrillero. En mi hogar, crecimos rodeados de heroísmo, amor y combate: mi padre guerrillero, con su temple trujillano y mi madre con su pasión por las ideas y su dulce fervor margariteño. Mi hogar fue el crisol de mis convicciones políticas y de mi formación como ser humano.

En aquellos años, duros, de entrega, las convicciones políticas costaban la vida, como sucedió con Felipe Malavé, los hermanos Pasquier, Fabricio Ojeda y tanto otros patriotas, que pagaron caro su lealtad a las ideas del socialismo. En el caso de mi familia, vivimos en carne propia los allanamientos, las persecuciones, el más absoluto cerco e incluso, la amenaza permanente contra los miembros de la familia, muchos de los cuales sufrieron la tortura y la prisión, eran tiempos del fascismo, tiempos que espero nunca vuelvan.

Entré a la lucha política a los quince años de edad, cuando comencé a militar en el PRV-RUPTURA, partido revolucionario que provenía del FLN-FALN y que, para mí, era la continuación lógica del esfuerzo de mi padre. Eran tiempos difíciles, de reflujo político para la revolución luego de la derrota de la lucha armada, de las posiciones de izquierda en el país y la consolidación y expansión de la Cuarta República.

El país estaba sumido en la vorágine de un sistema profundamente entreguista y corrupto, que deformó toda la conducta y composición de nuestra sociedad, con las élites y las transnacionales apropiándose de la inmensa renta petrolera, que fue entregando nuestros recursos naturales, nuestras riquezas y condenando a nuestro pueblo a un proceso brutal de empobrecimiento y marginación de todos los aspectos económicos, sociales, y culturales. La juventud de hoy ni tiene idea de lo que significó la Cuarta República en términos de destrucción y entrega de nuestra patria y confiscación del futuro para nuestras grandes mayorías.

Además, la izquierda estaba derrotada política e ideológicamente, sus partidos devinieron en parte del sistema, negociando cuotas marginales del poder y los más consecuentes, se extraviaron en teorías liquidacionistas y anarquistas, transformándose en grupos románticos que no implicaban ningún riesgo para el sistema. A nivel mundial, sólo Cuba se mantenía leal a las ideas del socialismo, aislada, luego de la caída del bloque soviético y la derrota de la Revolución Sandinista. El Capitalismo globalizado, se proclamaba victorioso con su tesis del ¨fin de la historia¨. Sus expresiones violentas en el mundo, ahora con toda la supremacía militar y política, dieron inicio a la desestabilización del Medio Oriente.

Nosotros, los revolucionarios, estábamos en nuestro propio desierto, en absoluta minoría, resistiendo cada uno a su manera, haciendo trabajo político en difíciles condiciones, desarticulados, sin dirección, sin plan.

Los sucesos del 27 de febrero del 89 en Caracas y la violenta respuesta de la burguesía, masacrando al pueblo en los trágicos eventos del “Caracazo¨ con sus miles de muertos, fue la confirmación de que algo muy grave estaba ocurriendo en nuestro país, que lo que nosotros predicábamos en las calles de manera aislada y sin conexión orgánica con el mismo, lo sentía y sufría el pueblo en su vida cotidiana y se expresó en un rechazo, una explosión violenta que tomó por sorpresa a todo el estamento político del país, incluyendo a la izquierda.

A pesar de la supremacía del control político del que se jactaban los partidos AD y Copei, de la manera abusiva y desproporcionada con la que se ejercía el poder en todas las instituciones del Estado, a pesar de la impunidad con la que actuaban las élites con su grosera y extendida corrupción y destrucción del país, a pesar de que ya habían entregado PDVSA y el petróleo durante la apertura a las transnacionales, a pesar de que se sentían seguros y confiados de su invencibilidad, se les estaba derrumbando el país en sus propias narices. No se percataron, en su prepotencia, que el movimiento Bolivariano crecía y se fortalecía en el seno de nuestras Fuerzas Armadas, en su ejército, liderados por el Comandante Hugo Chávez.

Es una máxima a la que se debe prestar atención: en política lo más peligroso es lo que no se ve a simple vista.

Por eso la rebelión del 4 de febrero, el ¨por ahora” del Comandante Chávez y la arrolladora campaña que lo llevó a la presidencia, nos convocó a todos, a todo el pueblo, al más pobre, y a la mayoría de los militantes de izquierda. El Comandante congregó a lo mejor del país, a todas las fuerzas progresistas.

En mi caso, me sumé al proceso junto al resto de los compañeros que quedaban del PRV para apoyar al Comandante, como creo que hicimos todos. Era difícil, había mucho control del miquilenismo, se trataba de imponer un cerco. Mi padre fue el primer Comisario del Ministerio de Energía y Minas en PDVSA, en tiempos de revolución con nuestro querido amigo de la familia, Alí Rodríguez quien era el ministro. Los “Informes del Comisario” fueron la primera prueba fehaciente del desastre de la vieja PDVSA.

En septiembre de 2000, fui nombrado Presidente fundador del Ente Nacional del Gas, organismo regulador del sector. Redefinimos la estrategia de la apertura para preservar bajo control del Estado Venezolano, nuestros inmensos recursos gasíferos. Inició así, la confrontación de visiones y políticas con la vieja PDVSA, eran tiempos de Guaicaipuro Lameda, ya estaba en marcha la conspiración contra el Comandante Chávez. Alí Rodríguez salió a Viena a la Secretaria General de la OPEP, lo cual indicaba que se imponía el peso de la vieja PDVSA.

Fui incluido por el Comandante Chávez en la Junta Directiva de PDVSA liderada por el Dr. Gastón Parra. El Comandante ya me conocía por mi desempeño en el sector gasífero y por intermedio de mi respetado amigo Adán Chávez, a quien conozco desde nuestros años de militancia política en la Universidad de los Andes.

El golpe de Estado nos encontró a nosotros desde La Campiña defendiendo nuestra posición, como había sido la instrucción recibida, ya que el golpe del 11 de abril vino antecedido por una tremenda movilización de la llamada ¨meritocracia¨ petrolera que había entrado en desacato a las decisiones del Comandante Chávez, en cuanto al nombramiento de la Junta Directiva de PDVSA.

El 17 de julio de 2002, el Comandante me llama como Ministro de Energía y Minas, posición en la que permanecí a su lado hasta su partida. A partir de 2004, también me designó al frente de la Presidencia de PDVSA. Es curioso que el Comandante tomara esta decisión a pesar de los celos que él sabía generaba en algunos compañeros. Nunca le pedí al Comandante ninguna posición, ni cargo político. Nunca he tenido ni plan propio ni grupos, mi plan era y es junto a Chávez.

Fue siempre su decisión y tengo ese inmenso honor en mi vida, ser depositario de la confianza y el afecto del Comandante Chávez, no es poca cosa, yo no sé cómo eso puede molestar a nadie del campo Bolivariano. Para mí, ha sido y será un gran honor que siempre he sabido llevar con humildad, que jamás he utilizado para un propósito distinto que no sea el de profundizar en el trabajo y en nuestra revolución y que defenderé hasta mi muerte.

El Comandante, en los momentos más difíciles, donde el enemigo arreciaba con sus ataques despiadados contra mi gestión, mi nombre y mi honor, siempre salió en mi defensa, incluso durante la última campaña de 2012 me ratificó en público, en dos oportunidades. Esta confianza lo que hacía era multiplicar mi compromiso y reforzar mi lealtad infinita hacía él y lo que él representa para nuestro pueblo.

Desde las altas responsabilidades que me confiara el Jefe de Estado, el Jefe de nuestra Revolución, me desplegué en lo que consideré mi deber ineludible y mi contribución más importante a la consolidación y profundización de nuestra revolución, además de lo que considero la única manera de que nuestro país tuviese la posibilidad de dejar de ser un satélite dependiente y atrasado y alcanzar su pleno desarrollo e independencia: tomar el control sobre el manejo soberano de nuestro petróleo.

Lo primero, participar activamente en la derrota del Sabotaje Petrolero. Ya yo era el Ministro y Alí el Presidente de la empresa, ambos trabajamos estrechamente como miembros del Grupo Colina. Recayó sobre nosotros y nuestro grupo el restablecimiento de las operaciones y funcionamiento de nuestra empresa, en la batalla, que liderada por el Comandante Chávez, no sólo permitió derrotar el intento criminal de la ¨meritocracia¨ petrolera, de la ¨Gente del Petróleo¨ y las transnacionales involucradas en el segundo intento de derrocar al Gobierno Bolivariano, sino que nos permitió refundar nuestra empresa nacional, capturada por el interés transnacional y crear la Nueva PDVSA.

A partir del rescate de la industria petrolera y la creación de la Nueva PDVSA, el Comandante Chávez encontró el más fuerte aliado para pasar a la contraofensiva popular, luego de la desestabilización política-económica intentada por la derecha luego del golpe de Estado de Abril: Sabotaje Petrolero y Plaza Altamira.

Inmediatamente se fueron creando y activando las Misiones sociales: Misión Barrio Adentro, Misión Robinson, Misión Ribas (que me correspondió coordinar), Misión Sucre, Misión Alimentación, solo para mencionar las iniciales. Luego vendría la Gran Misión Vivienda Venezuela, los recursos para el desarrollo de nuevas Universidades, infraestructura de salud, trenes, puertos, las grandes obras. Fue la primera vez que utilizamos la renta petrolera para ponerla al servicio del Pueblo, de manera directa, a su favor. Saldar la deuda social acumulada por décadas era la prioridad de la revolución, lo hicimos.

A la vez, iniciamos la ofensiva para desmontar la nefasta Apertura Petrolera. Comenzamos el proceso de migración de los ilegales Convenios Operativos a la figura de Empresas Mixtas contempladas en la Ley Orgánica de Hidrocarburos, restablecimos el Control de PDVSA sobre 500 mil barriles días de producción que habían sido entregados a los privados. Ajustamos el pago de regalías del 1% al 33,33 % establecido en nuestra Ley, igual hicimos con el pago de impuestos petroleros, de la tasa de 14% al 50% de la Ley.

El primero de mayo de 2007 tomamos el control de la Faja Petrolífera del Orinoco, tras el decreto de nacionalización del Comandante Chávez. Allí estuvo el Comandante con miles de trabajadores petroleros, el alto mando, el gobierno bolivariano y el pueblo en el más extraordinario acto de reafirmación de nuestra soberanía patria. A partir de allí, logramos certificar las reservas de la Faja Petrolífera, convirtiéndonos en el país con mayores reservas de petróleo del planeta, acabando con la estafa del bitumen que convertía nuestra riqueza petrolera en una montaña de carbón.

Luego, vino toda la ofensiva política internacional: Petrocaribe, Cuba, Brasil, Argentina, Uruguay, Nicaragua, Paraguay, Bolivia, Ecuador, una presencia y frenética actividad política-petrolera en nuestra región. Luego vendría China, la Federación Rusa, Vietnam e India. Diversificación de nuestros mercados, alianzas estratégicas, apoyos financieros y políticos y cooperación tecnológica, en la defensa nacional.

La empresa la restablecimos en todas sus capacidades operativas, recuperando todas las capacidades que habían sido privatizadas y que mermaban nuestra integridad operacional y vulneraban nuestra seguridad, como se demostró en el sabotaje petrolero: Nuestro servicio informático, el cerebro de PDVSA, nuestra información geológica, nuestros propios buques de transporte, las operaciones en el lago de Maracaibo, las operaciones de procesamiento de gas, taladros, equipamientos y servicios propios, fabricación de tuberías, válvulas, reducción del uso de divisas, diversificación tecnológica, creación de empresas de servicios, nacionales.

PDVSA logró, como brazo ejecutor del Ministerio de Petróleo, completamente renovado y en pleno ejercicio como formulador y asiento de la política petrolera en el país, captar más de 480 mil millones de dólares de la renta petrolera. Con un precio estable, atendiendo y coordinando permanentemente con nuestros hermanos de la OPEP, fiscalizando, recuperando el ingreso fiscal petrolero, manteniendo nuestra producción en los niveles establecidos de 3 millones de barriles día.

Probablemente lo más importante fue la participación activa de los miles de trabajadores de la Nueva PDVSA en el proceso político-revolucionario y el trabajo al lado del pueblo y sus problemas y necesidades sociales. Era una fuerza de Chávez, de la Revolución, del Pueblo. Insisto, hay que protegerla y defenderla, vaya mi saludo a todos los trabajadores y trabajadoras de PDVSA. Saldremos adelante de los complejos problemas que confrontamos.

Me he visto obligado a renunciar a mis responsabilidades representando a nuestro país ante las Naciones Unidas, para mí no resulta fácil, más aún cuando la solicitud del Presidente de entregar el cargo está directamente vinculado a las opiniones políticas y advertencias económicas que he hecho por esta vía. Sigo convencido de que es mi responsabilidad y mi lealtad a Chávez alertar de los peligros que confronta nuestra revolución. Después de tanta lucha en áreas tan estratégicas para el Estado Venezolano, resultaría un error pretender apartarme o neutralizar mis opiniones. Perdemos todos, gana la derecha.

Lo asumo como una etapa de nuestro proceso que tenemos que superar. Debe imponerse una profunda reflexión y discusión en el seno de la Revolución para sobreponernos a cualquier interés grupal o mezquino, el enemigo está a las puertas y podríamos perder todo lo que hemos logrado con el comandante Chávez. Sería un retroceso brutal, la burguesía no puede volver a gobernar nuestro país.

Hice mi renuncia pública porque quiero que el pueblo todo se entere de mis razones, que son todas legítimas. El enemigo actúa tratando de azuzar el odio, una defección o claudicación a mis principios, no me conocen. Siempre actuaré apegado a mis ideales revolucionarios, necesitan mucho más que una etiqueta infame como la que posicionaron los nuevos campeones de la política: los robots de los tuiters y los palangristas de siempre. Que no se imponga la descalificación y la miseria humana, ya pasamos por eso en la Cuarta.

No, acá se impone la seriedad y el respeto. Yo reitero mi respeto por el Presidente de la República y por todos mis compañeros de tantas luchas y tanto tiempo al lado del Comandante pero también exijo respeto a mis posiciones y que las mismas sean asumidas como la voz de un revolucionario que tiene muchas cosas que decir y que jamás levantará la mano, ni su palabra contra Chávez, ni la revolución Bolivariana. Venceremos!

Carta de renuncia como Embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante la ONU

Es necesaria una profunda revisión y en retomar el sendero exitoso trazado por Chávez

Nueva York, 4 de diciembre de 2017.

Ciudadano Jorge Arreaza.
Ministro del Poder Popular para las Relaciones Exteriores.
Presente.-

Tenga a bien dirigirme a Usted, con el objeto de notificar mi renuncia al cargo de Embajador Representante Permanente de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el cual he desempeñado desde el día 5 de enero de 2015, hasta la presente fecha.

Esta decisión responde a los acuerdos alcanzados en nuestra conversación, una vez recibida la instrucción del Ciudadano Presidente de la República, de separarme del cargo para que cese, según ha sido su deseo manifiesto, de representar a nuestro país frente a este Organismo Multilateral.

Debo señalar que he desempeñado mis funciones, como siempre lo he hecho, apegado estrictamente a nuestro ordenamiento jurídico, político y administrativo, así como a nuestras posiciones nacionales en cuanto a los temas de política exterior. De manera particular, hemos defendido nuestros derechos como país independiente y soberano y expresado a viva voz, en todos los escenarios y oportunidades de actuación, las ideas, principios y convicciones políticas que siempre guiaran nuestros pases, y que son partes esenciales del legado de nuestro Comandante Hugo Rafael Chávez Frías y de la Revolución Bolivariana. Valores que son patrimonio de todos las venezolanos y venezolanas.

Durante nuestra labor en el seno de este organismo multilateral, escenario político por excelencia que tiene una influencia definitiva en el relacionamiento entre las naciones del mundo, hemos logrado posicionar a nuestra patria, restableciendo y profundizando los lazos con todos los países y diferentes órganos y agendas de las Naciones Unidas.

Durante el período 2015-2016, desempeñamos la representación de nuestro país ante el Consejo de Seguridad, como Miembro No Permanente de este organismo, probablemente el más importante de la Organización de las Naciones Unidas. Fuimos reelectos ante la Comisión de los Derechos Humanos en Ginebra, ejercimos durante dos años consecutivos la Presidencia del Comité de Descolonización V, durante este 72° periodo de Sesiones de la Asamblea General, fuimos electos como Presidentes de su Cuarta Comisión. Hemos tenido presencia activa en todos los espacios de la ONU, desplegando una intensa actividad política, siempre basados en nuestros principios soberanos, firmes e innegociables.

He contado con el apoyo profesional y político de un destacado grupo de funcionarios de nuestra Misión Diplomática, provenientes, tanto de Cancillería, como del Ministerio de Petróleo. A todos ellos, agradezco su trabajo y los recomiendo como excelentes profesionales en el ámbito del trabajo multilateral.

Para mí en lo personal, esta decisión resulta muy difícil, pues significa cesar en mis funciones coma servidor del Estado Venezolano, especialmente cuando atravesamos una situación de crisis político-económica donde el frente internacional ha adquirido una relevancia extraordinaria. No obstante, ante la decisión del Presidente no he tenido otra opción. Quedo a la disposición de mi país y de la Revolución, siempre estaré del lado del Pueblo.

Luego de haber ocupado tan altas responsabilidades al servicio del Estado Venezolano, especialmente durante doce años coma Ministro del Poder Popular de Petróleo y Presidente de PDVSA junto al Comandante Chávez; luego de participar de manera activa en la derrota del sabotaje petrolero, enfrentando la desestabilización política y económica que sufriéramos desde inicios de la Revolución Bolivariana; luego de haber conducido con el apoyo irrestricto del Comandante Chávez la política de Plena Soberanía Petrolera, restableciendo el manejo soberano de nuestro recurso natural más importante, el Petróleo; luego de haber participado de manera directa en los extraordinarios esfuerzos político­ sociales del Comandante Chávez, para adelantar las profundas transformaciones que nuestro país requiere; luego de haber acompañado, hasta sus últimos días, al Comandante en todas las batallas políticas de nuestra Revolución, no concibo otro curso de actuación distinto al que me mantenga del lado de la Revolución Bolivariana y de los más altos intereses de nuestro país.

He jurado lealtad al Pueblo, a nuestro país, a la Revolución y al Comandante Chávez. La lealtad no es negociable, debe ser un ejercicio pleno y activo, de apoyo y defensa de los principios e intereses más sagrados de nuestra patria, para las que tanto hemos luchado y que tanto esfuerzo ha costado, incluso, por las que el Comandante Chávez entregó su vida, y la misma me ha llevado a expresar permanentemente mis opiniones con respecto a las difíciles y complejas situaciones que estamos confrontando en el país.

Con base en mi experiencia, en funciones de gobierno y dirección de un área tan sensible y compleja como la del sector petrolero, con un indudable impacto en el devenir económico, político y social de nuestra patria, he querido compartir las razones y actuaciones de la dirección de la industria petrólera y del sector económico, durante el gobierno del Comandante Chávez. No con el ánimo de escudarme en su nombre, sino para compartir una experiencia que a todas luces fue exitosa y que le brindó al país un período de más de una década de estabilidad, crecimiento y desarrollo. Todo el país reconoce los aportes que nuestro sector hizo en esos años extraordinarios de progreso económico-social. No reconocerlo y atacarlo, es solo producto de un cálculo político, egoísta y mezquino.

Todas mis observaciones las he hecho honestamente, desde todas las posiciones que he ocupado. He aceptado distintos destinos y responsabilidades, en un ejercicio permanente de disciplina. Así mismo, estoy comprometido en seguir insistiendo en el seno del Gobierno, en la necesidad de una profunda revisión y en retomar el sendero exitoso trazado por el Comandante Chávez, en beneficio de nuestro pueblo y de nuestra patria.

En estas circunstancias y dadas las limitaciones a las que he sido sometido, me he visto obligado a expresar mis opiniones en púbico, después de expresarlas insistentemente en los espacios políticos correspondientes, siempre con la orientación de contribuir a la solución de los problemas, a través del aporte de ideas y de soluciones. Esperaba fuesen bien recibidas, más aún cuando están planteadas de manera constructiva, con la sola intención de generar una discusión creadora, revolucionaria, con el único objetivo de superar juntos esta situación. Así se lo juramos al Comandante Chávez en vida y luego sobre su féretro.

No quisiera imaginar que ahora arreciarán los ataques y los vilipendios por expresar mis opiniones y fijar una posición de alerta en defensa de la Revolución y el país, como ya han hecho algunas voces ofensivas y arteras. Es la nueva forma de hacer política con «p» minúscula que se ha impuesto, en una comunión de intereses y bajos propósitos, coincidentes con las matrices de opinión de la derecha, cosa que era inimaginable en tiempos de Revolución con el Comandante Chávez. Tengo un nombre y una trayectoria de actuación que ha sido permanentemente del dominio y escrutinio público. No voy a permitir que me ofendan. Al agredirme en lo personal, afectan la unidad de las fuerzas revolucionarias y el legado del Comandante Chávez.

Espero sinceramente que prevalezca la necesaria ponderación en el manejo de situaciones tan complejas para el país. Es en estos momentos en los que se impone la altura del liderazgo político, para movilizar sus fuerzas e instituciones en la resolución de los problemas.

Lo he dicho, lo repito, tenemos un gran país, pleno de posibilidades, tenemos un extraordinario pueblo, con fuerzas e instituciones comprometidas con la Constitución y el Plan de la Patria que nos legara el Comandante Chávez. Un país posible, de justicia, de avances, donde se puede vivir plenamente y se puedan desencadenar todas las fuerzas creadoras y la potencia de nuestra patria. Yo estaré allí, contribuyendo, como nos enseñó Chávez, arriesgándolo todo, para ser leales con nuestras ideas y principios.

Rafael D. Ramírez C.

Descargue la Carta de Renuncia original (PDF).

Paso Firme

Estas líneas no dejan de ser difíciles. La palabra, las ideas constituyen siempre riesgos, pues comprometen las convicciones de quien las expresa y quien la recibe. Mi padre, viejo guerrillero, me enseñó siempre a ser honesto y leal con mi pensamiento y acción revolucionaria. Para un revolucionario, el silencio no es una opción.

Con Chávez se reivindicó el pensamiento liberador. Una Revolución debe ser el espacio de las ideas, la batalla de las ideas. Con el Comandante quedaron atrás los tristes episodios de persecución del pensamiento revolucionario, él hizo de la idea extraordinaria, por la cual entregaron su vida tantos patriotas, algo cotidiano. Empoderó al pueblo de las ideas liberadoras, a nuestros soldados, oficiales, patriotas, obreros.

La elevación de la conciencia de nuestro Pueblo tiene que ver mucho con esa predica permanente, constante, del Comandante Chávez en su seno, acompañada con una práctica revolucionaria en un permanente proceso de retroalimentación. Es esa conciencia, la que nos mantiene como proceso político, a pesar de las difíciles circunstancias.

La ética de la política, la política con P mayúscula. Es un valor del legado del Comandante Chávez.

Nuestro proceso de cambios siempre ha insistido en la vía pacífica. No fuimos nosotros los agresores. Fue la derecha intolerante, incapaz de comprender al Pueblo, aferrada a sus mezquinos intereses, manteniendo al país sin perspectiva de desarrollo propio, soberano, fue ella quien desató la violencia: Golpe de Estado, Sabotaje Petrolero, Guarimbas, intolerancia. La respuesta del Comandante Chávez, siempre fue pacífica, con el Pueblo, basada en las ideas.

Esta forma de respuesta ante la violencia de la derecha, le dio una gran fuerza moral a la Revolución Bolivariana, que resistió los embates más violentos sin modificar la esencia de la ética política del Comandante Chávez. Él siempre actuó aferrado a la Constitución y las leyes, y muy consciente de la majestad de sus responsabilidades como Jefe de Estado, Presidente de la República y Jefe de la Revolución. Nunca lo vimos utilizando sus poderes extraordinarios contra nadie, señalar y juzgar a ningún ser humano. A veces, sus oponentes lo interpretaban como debilidad, sin entender que esa era una de sus grandes fortalezas.

No puedo dejar de referirme al Comandante Chávez. Para mí es un permanente ejemplo para seguir adelante. El dio el máximo siempre. Nunca me escudaré en él para defender ninguna posición, ni actuación. Siempre he asumido las consecuencias de mis actos. Sin embargo, siempre tuve su apoyo en mi actuación política y al frente de las altas responsabilidades del Estado y del Partido con las que me honró hasta los últimos momentos de su luminosa vida, me honró con su amistad y respeto. Esto lo saben todos los compañeros que estuvimos junto a él y su círculo más cercano de trabajo y afecto.

Es una relación que siempre guardaré y cuidaré hasta mis últimos días de existencia. Espero no molestar a nadie con mi profundo aprecio a Chávez. Él, lamentablemente, ya no está entre nosotros, por eso hay que defenderlo, hasta el extremo de comprometer nuestra propia estabilidad y seguridad. Si de algo se me puede acusar es de ser profundamente Chavista.

Esto no quiere decir, para nada, que sea un sentimiento exclusivo. Nadie se puede adjudicárselo. Chávez es del Pueblo, de todo el país y me atrevo a decir que es un patrimonio de los pueblos del mundo.

Tampoco puedo dejar de referirme a mi experiencia de trabajo y lucha a su lado. Esa es una experiencia que nos dejó un extraordinario conocimiento de cómo hacer las cosas en Revolución, cómo avanzar en el camino trazado por él, siempre en el marco de nuestras Leyes: rescatar la Plena Soberanía Petrolera, golpear de manera decidida los grandes intereses transnacionales que se habían adueñado de nuestro Petróleo, nuestro gas. Enfrentamos con éxito extraordinario grandes y poderosos enemigos que están allí, acechando. Rescatamos nuestra empresa nacional, PDVSA, la Nueva PDVSA y avanzamos en el cumplimiento de todas las tareas asignadas por el Comandante, la distribución popular y revolucionaria de la renta Petrolera, el empoderamiento del Poder Popular, el sostenimiento y desarrollo de los programas para incluir y reivindicar a nuestro Pueblo pobre, la solidaridad internacional.

Estoy preparado para resistir cualquier embate de la derecha, de nuestros enemigos internacionales, incluso cualquier agresión directa contra mí, porque entiendo que mis agresores odian en mi a Chávez. Como lo decía el Comandante Chávez en una apasionada intervención durante su última campaña, año 2012, desde La Guaira, Chávez explicaba al Pueblo que la derecha, la oposición me atacaba, porque no era yo en lo personal, sino que mi rostro, junto al suyo, era la cara visible de nuestra política de Plena Soberanía Petrolera, la política que permitió hacer una distribución, por primera vez en nuestra historia, de la renta petrolera a favor del pueblo, de su desarrollo humano, social, económico. Luego decía que debía sentirme honrado, cuando el candidato de la oposición afirmó que lo primero que haría en su hipotético gobierno sería destituirme y devolver la «independencia» a PDVSA. Esas palabras del Comandante Chávez, afortunadamente están allí, grabadas, el que quiere las puede escuchar.

Las cosas que dijo el Comandante Chávez son buenas todas, no puede haber selectividad en el uso de sus discursos. Son mensajes al pueblo y su dirección política, más allá de las consideraciones personales, nos enseñan el origen y las razones de la conflictividad política en el país. Me basta con la palabra de Chávez.

Nosotros, nuestro despliegue en la batalla económico-política y social junto al Comandante, lo hicimos a contra corriente de la visión imperante en el sector y otras muchas empresas e instituciones del Estado. Nunca lo dejamos solo, ni a él, ni a nuestro Pueblo, ni al País, no guardamos distancia prudente, no nos «cuidamos».

Avanzamos y lo hicimos bien. ¿Quién puede negar que nuestra empresa asumió gran cantidad de tareas, difíciles todas, con un rotundo éxito para el país? Es muy difícil construir un nuevo modelo en medio de un sistema capitalista atrasado, dependiente y satélite de la economía norteamericana: el modelo rentista petrolero.

Por otra parte, no podíamos esperar un nuevo modelo económico para avanzar, como se hizo sin dudas, en la batalla contra la pobreza, la exclusión y por la independencia de nuestra Patria.

Así, me parece una experiencia de lucha y gestión que tiene elementos de mucha vigencia, aprendizajes y conocimientos para enfrentar con éxito la difícil situación planteada, derivadas del tema económico, área donde se produce una confrontación entre dos modelos de país, nosotros tenemos que insistir, de manera exitosa y gratificante por el Pueblo, en el modelo Chavista. Esta allí, en el Plan de la Patria.

En ejercicio pleno de mi lealtad a Chávez, a la Revolución y al Pueblo, he expresado mis opiniones. Lo he hecho de manera sistemática, siempre lo he hecho.

Con el Comandante Chávez, siempre le expresaba de manera honesta, abierta, mis opiniones, allí estaban los compañeros del equipo económico, del partido, de la dirección. Siempre una relación de respeto y de discusión muy rica y constructiva. Luego de agotada la misma y verificada por todas partes, avanzábamos, con su permanente apoyo, su despliegue, luego vendría la revisión y cualquier ajuste necesario.

Igual con el Presidente Maduro, siempre explicando mis puntos de vista, escribiendo mis reportes, agendas. Con la Vicepresidencia económica, explicando al partido, al mismo Congreso del Partido, a su dirección, al sector económico nacional e internacional, a la opinión pública. Siempre con mis papeles en mano, mis proyecciones.

He hecho un ejercicio revolucionario de la disciplina, tengo un profundo respeto por mis compañeros de tantos años y luchas compartidas. Sé de nuestras diferencias. ¿Acaso eso es malo?, definitivamente no. Esa es nuestra fortaleza, todas las visiones hacia un objetivo común a favor de la Revolución Bolivariana, en defensa del legado de Chávez, de los intereses supremos de nuestro país. Por eso no temo a la discusión, no concibo una relación que sea de irrespeto, atropello y mucho menos traición. ¿Entregar a un compañero? ¿Traicionar a un Pueblo? ¿A Chávez? ¡Jamás!

Llevo tres años representando a nuestro país ante las Naciones Unidas, en un momento donde el sector internacional es crucial en la defensa de nuestra Patria. Primero atendí durante dos años el Consejo de Seguridad, allí están las intervenciones y posiciones, firmes en defensa de nuestros principios, estrechando relaciones con nuestros aliados estratégicos, Rusia y China, los hermanos árabes, africanos, asiáticos, latinoamericanos y caribeños. Hemos tenido un despliegue en el seno de la ONU, ganando apoyos entre los países hermanos, defendiendo nuestro país, neutralizando las emboscadas del enemigo, el intento de aislamiento y agresión.

Como parte de esta estrategia de la defensa de la Patria, nos hemos activado en un despliegue, junto a los compañeros de nuestra Misión, con iniciativas de todo tipo, presidiendo durante dos años el Comité de Descolonización, la Cuarta Comisión de la Asamblea General, por primera vez en 21 años. Hemos ganado todas las elecciones ante los distintos órganos de la Organización. Hemos derrotado las pretensiones de llevar a nuestro país ante el Consejo de Seguridad. Lo seguirán intentando, nosotros nos hemos preparado para seguirlos derrotando. No nos podemos dar el lujo de permitir que nos intervengan o agredan desde esos órganos tan poderosos.

A pesar de que mi centro y todo mi esfuerzo, esté concentrado en mi trabajo en la ONU, en territorio hostil, con el cerco, el ataque de la derecha y el asedio de enemigos que nos quieren derrotar y entrar a saco roto a nuestro país, a pesar de eso, yo no me puedo limitar al papel de embajador, el cual respeto mucho, pero tengo mucha más responsabilidad política con el Pueblo y muchas más capacidades y entendimiento de lo que está pasando en el área económica. Si fuese otra área de conocimiento, tal vez lo pensaría un poco. Pero tratándose de la situación económica, petrolera ¿Sería ético guardar silencio? ¿Por qué? La lealtad a Chávez es con su obra, su trayectoria y si percibo que tenemos problemas y errores que se pueden resolver, tengo que decirlo.

Guardé silencio al respecto por un tiempo, dos años, para permitir que la nueva dirección de la empresa y de la política petrolera avanzara, sin interferencias de ningún tipo. Hace tres años y medio que no tengo nada que ver con decisiones, nombramientos, actuaciones en la industria ni en ninguna de sus 234 filiales.

He visto con dolor el ataque despiadado de la derecha contra la empresa, sus trabajadores, quieren convertir la obra de Chávez en un basural. No es así. Lo que tenga que corregirse e investigarse se hará. Confío que de la manera adecuada. Protegiendo a la empresa y a la inmensa mayoría de sus trabajadores honestos y patriotas, su prestigio y capacidades, lo cual tiene efectos directos sobre el país.

Tratar de decir lo que la derecha está diciendo de nuestra querida PDVSA no lo podemos aceptar. Si tenemos problemas en el orden ético, hay que actuar en el marco del Estado de Derecho, pero yo preguntaría: ¿es solo en PDVSA? ¿En serio? Es como para pensar que existe un sesgo.

No caigo en trampas de la derecha. Ella actúa, desinforma, ataca, desprestigia, porque saben que, cayendo PDVSA, se pone en alto riesgo a la Revolución Bolivariana. De esta situación económica solo nos salvará mantener intacta nuestra política de Plena Soberanía Petrolera. Es cuestión de tiempo, de actuar con conocimiento y audacia.

Mientras existen los sectores que se han hecho inmensamente ricos con el tema cambiario, el mercado negro, la obtención de divisas baratas, las empresas detenidas, las grandes instituciones financieras que manipulan, el sector económico vinculado estrechamente a la desestabilización, con un accionar permanente. Se aprovechan de la inacción de actuación del Estado, o de la falta de asertividad. Probablemente la situación ha cambiado cualitativamente, desde que estuvimos en el detalle de los temas económicos, pero es un secreto a voces, que estamos muy comprometidos. El cerco se estrecha.

Esto es lo que he señalado en mis escritos. Hubiese sido más cómodo y seguro, no decir nada. Quedarse quieto. No soy así. Tenemos que levantar las alertas. Hombres de gran prestigio y que gozan de mi respeto lo han hecho. Deben escucharse los planteamientos que se hacen desde el campo Bolivariano, desde el campo de la Revolución. Me decepciona que no se permita ningún tipo de crítica constructiva, también el hecho de que algunos compañeros que me conocen bien caigan en las manipulaciones de la derecha, mis artículos están allí, los invito a leerlos con atención.

Nuestro pueblo nos ha acompañado en los procesos electorales y sigue votando a favor del campo de la Revolución, y estoy confiado que así seguirá siendo, confiado en que podremos resolver los problemas económicos que padece todos los días. Son problemas complejos, nadie ha dicho que sean fáciles, no perdamos la calma, pero es nuestro trabajo concentrarnos en ello.

Exijo respeto. No puedo aceptar que se me descalifique o tilde de cualquier cosa, solo porque opino cumpliendo con mi deber de revolucionario. Estoy en el ejercicio de mi lealtad a Chávez.

Mis opiniones y observaciones, siempre son desde el campo de la Revolución, profundamente convencido que esta complejidad solo se debe resolver a favor de las grandes mayorías. Eso es lo que espera el Pueblo de su dirección política y de su gobierno. El paso firme del Comandante.

Debe imponerse la prudencia y la responsabilidad en el uso de la palabra y de la opinión pública, en el uso de la fuerza. Creo que debemos superar el ambiente apocalíptico. Esta situación de crisis tiene salida y todos debemos remar hacia un futuro mejor, el que nos legara el Comandante, una perspectiva de futuro gratificante para todo el Pueblo. Hay que dejar atrás el escenario de la aniquilación entre bandos, de la intolerancia.

Debemos mirar hacia el futuro, debe prevalecer el optimismo, existen muchas experiencias internacionales de países en peores o profundas crisis económicas y que se superan de manera exitosa. Abogo porque se superen a favor del Pueblo, del interés supremo de la Patria, tenemos todos que estar a la altura de esta gran responsabilidad que nos legara Chávez. Confío en el Pueblo, su extraordinaria conciencia y capacidad de avanzar, confío en el legado del Comandante y que todos estos años de lucha a su lado, nos permitan seguir adelante en el camino de la superación de nuestros angustiantes problemas. Con Chávez siempre. ¡Venceremos!