No se puede creer que sin bloqueo las cosas serán diferentes más adelante. Es claro que los inversionistas que van a desarrollar las “fuerzas productivas” de Maduro, necesitan sueldos de miseria, necesitan de los clap para sostener la pobreza, de la fragmentación social, de la promesa de los “emprendimientos” para los pobres más aspirantes, que la educación pública y gratuita se vaya a la mierda, y que las universidades se conviertan en un INCES, al servicio de sus explotadores, borrar la educación humanista de los currículos académicos y acabar con la investigación científica. Se trata del mismo programa de Milei en la Venezuela de Maduro.
¿Qué hace que con las ofertas económicas del gobierno neoliberal de Maduro la gente tenga fe en un cambio de vida?:
Primero, que estemos engañados –es el caso de los más pobres y más ignorantes –. Dos, que seamos cómplices del gobierno y de los empresarios. Y tres, que seamos negadores de la realidad, que delante de ella comencemos a bostezar y nos durmamos para no pensar. Las ofertas y los planes de Maduro no difieren en nada a lo que promete el candidato argentino Milei. Sin embargo la gente atontada, disociada, se horroriza con la mentalidad del argentino (hasta la prohibición del “aborto provocado” escandaliza a algunos, cuando aquí sigue siendo un crimen y se condena, y es la causa de muchas muertes por sus prácticas indebidas y un negocio para las clínicas privadas)… ¡pacatería de una izquierda de barajitas!
¿Están disociados?, creo que sí. Frente a sus ojos Maduro privatiza el país con el bendito cuento del bloqueo, pero condenan a Milei y a Corina Machado, que proponen exactamente lo mismo que está haciendo el presidente. ¿Cuál es la garantía de que sin el bloqueo Maduro va a revertir el desarrollo capitalista y retomar el camino del socialismo? ¡Ninguna! Es más, nunca lo ha dicho y nunca lo va hacer. Sin embargo hay una capa de la población política (dice uno que política) que sigue usando el bloqueo como argumento para justificar a Maduro, el jefe de las políticas de su gobierno, el autor intelectual y material de un crimen de lesa patria, de lesa revolución, llevando al país al matadero.
En el fondo de sus corazones hinchados hay una esperanza, a saber: que “la mano invisible del mercado” pueda alguna vez nivelar los desequilibrios sociales, una promesa que nunca se cumple, tal y como lo piensa y lo dice Jesús Farías, el comunista de papel. Es un “clásico” del reformismo pensar que los capitalistas son domesticables como los perros y las vacas, y creer que para hacer la revolución socialista solo basta con hacer un cambio de vías al tren de la riqueza, que solo basta con “la producción social” para que la sociedad adquiera de forma mágica la conciencia necesaria de la revolución, etc. etc. etc., blablablá, y toda esa basura retórica que calma la mala conciencia de los más flojos, los “flojitos” de la revolución… Si no tienen conciencia del desastre en el cual convirtieron la revolución de Chávez y a la sociedad venezolana, es fácil pensar que la ignorancia, la picardía y la idiotez se han enseñoreados sobre la voluntad de la mayoría de los habitantes del país, si acaso estos disociados no pueden ver más allá de sus narices, de sus deseos –cuando fueron más o menos honestos –.
Es increíble cómo los medios de divulgación y desinformación de la televisión abierta nacional están infectados de periodistas y analistas disociados, alienados, además de una falsa felicidad hecha para personas subnormales (como el madurito, que dice que ahora el problema es cómo quitarnos los inversionistas, turistas y expatriados a sombrerazos, por lo boyante de nuestra economía), e infectados de la misma frivolidad, desinformación y confusión que domina a las redes sociales y a la televisión por cable en general. Es increíble que sean muy pocos los que puedan certificar la realidad de una sociedad atontada y amedrentada, con obreros presos por conspiradores y empresarios conspiradores premiados por el gobierno. Que ahora mismo se esté acabando con nuestras selvas y reservas de agua con la minería legal e ilegal, estimulada y apoyada por los militares, que son el gobierno nacional…, y que ningún revolucionario de papel sea capaz de decir algo…, solo porque el estado Bolívar y Guayana están muy lejos de la capital. Que con el dólar en la calle esté renaciendo la delincuencia, que estaba medio muerta por la devaluación del bolívar; que nos coma la basura y la anarquía en las calles so pretexto de las sanciones y el bloqueo.
¿Qué mejor solución para Maduro que tener un país dividido por una muralla social: ricos disfrutando de las playas de La Tortuga, haciendo fiestas en el hotel Humboldt, y pobres en guetos pasando necesidades y comiendo mierda?
El capitalismo es más fuerte que las ganas y los deseos de los ilusos que solo viven de una promesa, para que de puro “deseo” el mundo cambie. Si no cambiamos nosotros y demolemos nosotros su “lógica” el capitalismo siempre tendrá la ventaja, la fuerza del instinto destructivo enseñoreado sobre la razón y la vida. Así mismo mandará sobre la voluntad y la vida de los más débiles. Los Milei, los Maduros y Machados, y sus equivalentes, brotaran como gamelote.
Una revolución que no sea radical no es revolución, es de papel. Una revolución que no luche y no dé buenos ejemplos, que no se dé en la conciencia no es revolución, una revolución que no se de en el espíritu primero no es revolución, para eso hay que prepararse, tener convicciones y coraje, hacer sacrificios… para hacer de la perfección del mundo y de nuestra especie, el objetivo de nuestras vidas. Patria es humanidad, decía Martí, la humanidad como nuestra gran obra, luchar por ella vale una vida. Por encima de ella no hay nada. El socialismo significa salvar la humanidad de la destrucción capitalista y perfeccionarla, el socialismo significa acabar con la lógica del capital que se come a la humanidad y la vida que le da sustento.
PATRIA SOCIALISTA O MUERTE