Las próximas elecciones presentan interesantes características que las alejan de la normalidad: Se realizan con el madurato gobernante en franco deterioro, y sabemos por la experiencia de ellos en el campo sindical, en sindicatos y federaciones, cuando en desventaja no van a elecciones, las posponen, las condicionan. Ya asoman que sólo irán a elecciones sí suspenden las sanciones. Sin embargo, esa posibilidad de escamoteo, no es la característica más importante de esta contienda.
Lo más importante, asombroso, es que las elecciones se realizan en condiciones de veto al Socialismo, al chavismo. A veces este veto es autoimpuesto por los participantes, a veces es ejercido por el gobierno madurista. El Socialismo es el gran ausente en el debate electoral, sólo se nombra en negativo, como depositario de todo lo malo. No tiene quien lo defienda. No tiene candidato, y no le permiten tenerlo. Se realizan, también, con veto a Chávez, no hay candidato de Chávez, de su pensamiento, de su legado. Sólo se nombra a un Comandante falsificado, útil sólo en tiempo de elecciones, que pretenden que avale el giro hacia la pérdida de soberanía, de entrega al capitalismo, traicionando a Chávez que dio la vida en la batalla contra la lógica del capital.
Es así, en estas elecciones el gran ausente es el Socialismo y el Chávez auténtico. Estas elecciones son un torneo entre capitalistas. Pareciera que el gobierno de Chávez no existió, que aquí nunca se caminó hacia el socialismo. Retrocedimos a la cuarta república, estas elecciones son la mejor muestra de la trivialización de la política. No se discute lo importante, de la economía grande, del sistema social, sólo se habla de la superficie, de la anécdota, de palabras vacías. Todo dentro del capitalismo, no se habla de defender el Socialismo, al contrario, lo atacan y ningún participante sale al frente.
Qué bueno sería, que alguien convocara a un debate entre Socialismo y capitalismo. Para responder la pregunta de Chávez: “Dónde está el Socialismo”. Sería valioso, aclararía a la gente. Por el Capitalismo hay muchos que saldrían a defenderlo y atacarían al Socialismo. Por el Socialismo y por el Chavismo, emergerían de las catacumbas, del exilio, sus defensores más consecuentes.
Claro que este debate no se realizaría, no le conviene ni al madurato, ni a la oposición gringa. Un pueblo informado, pensante, conocedor de la historia, empapado de la verdad, no le conviene a la dominación capitalista. Necesitan mantener al pueblo distraído con pendejadas, peleando con artistas que vienen, discutiendo la economía de superficie, inmediata, sin hablar de las causas más profundas. Mientras peleamos el salario, se entregan el petróleo y la soberanía.
Estas elecciones son el verdadero opio para el pueblo, significan una puñalada a la causa Socialista, Chavista. Se pretende y para eso se trabaja, borrar de la historia el fenómeno político más importante en un siglo: el intento Socialista de Chávez. Esa es la tarea que el capitalismo le encargó a maduristas y oposición gringa: Destruir el ensayo Socialista, olvidar que hubo un tiempo en que los humildes fueron reivindicados, unidos tuvieron poder, eran uno solo con el gobierno, los dos palpitaban con un mismo corazón. La vida tenía sentido, fundar una nueva sociedad, como la soñaron los próceres, la sociedad de la fraternidad
No lo lograrán, los humildes no olvidan a sus benefactores, al contrario, los elevan a sus altares, los llevan en el corazón. Más allá de las elecciones, el Socialismo emergerá de las catacumbas, Chávez volverá.
La privatización de PDVSA viola nuestra Constitución y es un acto contrario al interés nacional. La Carta Magna, en su artículo 303, le otorga Rango Constitucional a PDVSA como empresa operadora nacional, encargada de las actividades de producción de petróleo reservadas al Estado Venezolano, en el artículo 302 del mismo Texto Constitucional.
Es decir, el petróleo es propiedad del pueblo, representado por el Estado Venezolano. Este principio, de la titularidad sobre los recursos minerales, no sólo ha sido recogido en nuestra Constitución vigente, sino que se mantuvo como una constante en todas nuestras Constituciones, a partir del Decreto del Libertador Simón Bolívar, promulgado en Quito en 1829.
La existencia de PDVSA como empresa nacional, se remonta a 1976 y fue una conquista de todos los venezolanos, cuando la nacionalización de la industria petrolera puso fin al período concesionario; es decir, al control directo que, durante más de 66 años, las empresas transnacionales ejercieron sobre la producción de nuestro petróleo.
En ese período de nuestra historia, las transnacionales petroleras se llevaron más de 50 mil millones de barriles de petróleo, disfrutando de extraordinarias concesiones fiscales y durante muchos años, sin ni siquiera pagar impuestos.
Fueron los años del saqueo, de la apropiación de nuestra riqueza, transferida al capitalismo internacional, instalando el modelo rentista petrolero en el país, sumiendo al pueblo venezolano en la pobreza y la desigualdad, que ha caracterizado a nuestra sociedad desde entonces.
En los años de la aparición del petróleo, por allá a inicios del siglo XX, nuestro país carecía del conocimiento y la tecnología para desarrollar nuestros inmensos recursos naturales. Es decir, aunque la Constitución establecía nuestra propiedad sobre los mismos, no teníamos la capacidad para su explotación, ni la voluntad política de los dictadores de turno para hacerlo, pues éstos eran agentes de las transnacionales.
Es sólo a partir de los años 60, con la creación de la OPEP, que bajo la dirección del entonces Ministro Juan Pablo Pérez Alfonso, se crea la Corporación Venezolana de Petróleo, como la primera empresa nacional de petróleo, que luego de la nacionalización, sería absorbida por PDVSA.
Es importante resaltar que la existencia de una operadora nacional de petróleo, no solo nos permite manejar nuestros propios recursos, sino que le da fuerza y razón de ser a la existencia de la OPEP. Cuando nuestra organización se creó en 1960, los países que la conformaban, aunque intentaban intervenir el mercado y regular la producción para defender el precio del petróleo, no podían hacerlo, no tenían cómo, puesto que, no poseían empresas nacionales de petróleo.
Es por ello, que, a partir de 1970, inicia lo que se conoce como la “Revolución de la OPEP”, cuando los países productores nacionalizaron la actividad y crearon sus propias empresas nacionales, desplazando a las transnacionales conocidas como “Las 7 hermanas”, y fue solo, a partir de ese momento, que la OPEP pudo realmente incidir en el mercado petrolero, puesto que tenía la posibilidad de manejar soberanamente su petróleo, es decir, de acuerdo con sus intereses nacionales.
Cuando se propone privatizar PDVSA, se está planteando un retroceso brutal en nuestras conquistas nacionales, para volver al período concesionario, en el que las transnacionales se hacían cargo de nuestra producción de petróleo, y obtenían reducciones en regalías e impuestos, a la vez que, desarrollaban una política volumétrica para abatir el precio del petróleo, expropiando al pueblo venezolano de sus riquezas.
Esta intención privatizadora, resulta más grave aún, pues, luego de más de 100 años de desarrollo petrolero, en el país existen todas las capacidades para manejar nuestra propia industria y captar toda la renta petrolera que sea posible para ponerla al servicio del pueblo venezolano.
Detrás de este planteamiento privatizador, están los poderosos intereses transnacionales, que gustosamente se apropiarían de las Reservas de Petróleo más Grande del Planeta, despojándonos de la única herramienta que tenemos para salir de esta crisis y reconstruir el país.
La propuesta viene acompañada de toda la argumentación que ya conocemos, como “la necesidad de eliminar regalías y reducir impuestos para crear condiciones atractivas al inversionista”, así como, “la inminencia del fin de la era del petróleo”, por lo cual, nos veríamos en la necesidad de rematar nuestra inmensas reservas ubicadas en la Faja Petrolífera del Orinoco.
Nuevamente, “los expertos” –agentes criollos de las transnacionales–, vuelven a denominar la Faja Petrolífera, como “Bituminosa”, desvalorizándola, al convertirla en una Faja de carbón, para venderla a precios irrisorios, desconociendo la exitosa Certificación de Reservas hechas en el país en 2007, donde se demostró técnicamente que la Faja Petrolífera era la reserva de petróleo crudo más grande del planeta, hecho reconocido por la OPEP y otras Agencias, incluyendo las Norteamericanas, lo cual colocó a nuestro país, en un lugar preponderante en el mercado mundial del petróleo, al tener suficientes recursos para sostener nuestra actividad en todo el tiempo que hiciera falta.
Esta arremetida privatizadora ha cobrado fuerza, de manera irracional, en medio del desastre del madurismo. Muchos de los que aplauden esta idea profundamente antinacional, no están pensando en las implicaciones para el país y para el futuro, sino que lo hacen desde la rabia y el hastío. Mientras que otros, lo hacen pensando en su propio beneficio, al ser agentes del interés transnacional.
El hecho de que maduro haya destrozado PDVSA, no quiere decir que tengamos que liquidar o privatizar nuestra empresa nacional de petróleo, único instrumento para explotar y desarrollar nuestro estratégico recurso natural, a favor de nuestro pueblo, de todo el país.
Lo que se nos ofrece como alternativa, es lo mismo que ha hecho maduro con la Chevron: entregar al control de la transnacional, la producción de nuestro petróleo, para que se la lleve del país, sin pagar nada a cambio. Habría que preguntarse, más allá del hecho de que se violan la Constitución y las leyes, ¿en qué nos ha favorecido ésto?
En la incontinencia de la política, y con claros objetivos electorales, se mete en un mismo saco, la gestión del Presidente Chávez y el desastre de maduro, haciendo ver que lo que sucede actualmente, ya ocurría durante el gobierno de Chávez. Esto, no sólo es falso, sino que impide entender qué ha pasado en realidad e identificar la naturaleza y dimensión de la crisis actual, cuyo único responsable es nicolás maduro y su gobierno.
Aunque esta matriz antichavista estimulada por el propio gobierno, se ha extendido a todos los órdenes del quehacer nacional, en el sector petrolero, esta diferencia entre Chávez y maduro, está claramente delimitada entre un “antes” y un “después”, porque el desempeño de la industria petrolera, se mide con hechos y con números. Nuevamente, como le gustaba parafrasear al Presidente Chávez, “Dios habla por las matemáticas”.
En términos de producción petrolera, luego del sabotaje petrolero, cuando la “gente del petróleo” paralizó PDVSA con el objetivo de derrocar al Presidente Chávez y colocó nuestra producción de petróleo en solo 23 mil barriles día en enero 2003. Luego de la recuperación de PDVSA, fuimos capaces de mantener nuestro nivel de producción promedio anual entre 2004 y 2013 (período de nuestra gestión), en 3 millones de barriles al día de petróleo.
Éste es un hecho, no sólo verificado por los organismos responsables de la economía del país, sino reflejados en los Informes Financieros de PDVSA, auditados por la KPMG y hechos públicos de manera permanente durante nuestra gestión, así como, reflejados por la OPEP y Agencias Internacionales.
En términos de ingresos, tenemos que, estos números de producción, en conjunto con el Régimen Fiscal correspondiente a la Ley Orgánica de Hidrocarburos, y el control sobre nuestra industria petrolera, permitió que ingresaran a la economía nacional (en ese mismo período) 700 mil millones de dólares, de los cuales, 500 mil millones de dólares correspondían a los aportes fiscales y aportes extraordinarios, al Estado Venezolano.
Fueron estos ingresos y no otros, los que sostuvieron la economía venezolana, en permanente crecimiento desde el sabotaje petrolero en 2002 hasta 2012. Pero, más importante aún, fueron los que permitieron sostener los Programas de Desarrollo Social, Misiones y Grandes Misiones, así como, construcción de infraestructura e industrias, de los que disfrutó el pueblo venezolano en este período, y que el Presidente Chávez llamó, el “vivir bien” del pueblo.
La debacle de la producción venezolana inicia justamente a partir de 2015, luego que el gobierno de nicolás maduro asumiera el Control TOTAL de PDVSA, para luego militarizarla e iniciar la persecución en contra de sus gerentes y trabajadores.
PDVSA quedó en manos del madurismo y sus agentes, desplazando y encarcelando a los cuadros técnico-políticos que derrotamos el sabotaje petrolero (2002-2003) y estuvimos al frente de la industria durante todo el gobierno del Presidente Chávez.
El gobierno de nicolás maduro ha fracasado de manera estruendosa en la conducción de la industria petrolera, ha improvisado, la ha vaciado de sus capacidades técnicas, ha desviado sus fondos operacionales, la ha desmantelado y entregado a las empresas privadas de sus operadores económicos; y, ahora, a las transnacionales.
Lo que ha sucedido con la producción de petróleo en el país, se puede apreciar gráficamente, para entender con claridad que el problema no es la Constitución, ni la Ley Orgánica de Hidrocarburos, ni mucho menos, PDVSA y sus trabajadores; el problema es maduro.
PRODUCCIÓN PETROLERA DE VENEZUELA (2002-2023)
Aquí puede apreciarse claramente, que la producción petrolera colapsa a partir de 2015, bajo la gestión de maduro. Entre 2013-2023 hemos perdido el 76,7% de nuestra capacidad de producción de petróleo.
En 10 años de absoluto control de maduro sobre la industria petrolera y el gobierno, PDVSA ha colapsado, hoy día, a pesar de todos los anuncios y promesas de las distintas figuras del madurismo, nuestra producción de petróleo se ubica en 760 mil barriles día de petróleo, 2,24 millones de barriles menos que nuestra producción de 3 millones de barriles día de 2013.
El gobierno, para evadir su responsabilidad, ha utilizado miles de argumentos. Primero, culpando a Chávez de su propio fracaso, y luego, a las sanciones norteamericanas.
Las sanciones, ha sido el argumento, pero resulta, y ahí están los números, que cuando los Estados Unidos sanciona a PDVSA en enero de 2019, la producción de petróleo ya había caído a 1,15 millones barriles día, una caída de 1,88 millones de barriles día respecto a nuestra producción de 2013. Ya maduro tenía 5 años de control absoluto de la industria, había perseguido y encarcelado a cientos de trabajadores y gerentes de PDVSA, había militarizado la empresa, habían salido más de 30 mil trabajadores de la industria, y a partir de 2018, el gobierno entregó sus operaciones a las transnacionales en la Faja Petrolífera del Orinoco, y a los particulares, con los contratos de servicios petroleros.
Las sanciones, que muchos países, como Irán y Rusia, han estado en capacidad de manejar y minimizar el impacto sobre su industria petrolera (tal como hicimos nosotros cuando Estados Unidos sancionó a PDVSA en 2010), han sido la excusa perfecta del madurismo y su “burguesía revolucionaria” para apropiarse de PDVSA, amparándose en la Inconstitucional Ley Anti-Bloqueo, que establece el secreto y la falta de rendición de cuentas, como norma de actuación del gobierno, en detrimento del pueblo venezolano.
El mejor ejemplo de ello ha sido el escándalo de la desaparición de 21 mil millones de dólares, del petróleo entregado a los operadores y testaferros de los jerarcas del gobierno, que ha privado al pueblo de Venezuela, de recursos fundamentales para mejorar sus condiciones de vida y tener, al menos, un salario justo. Por cierto, que, a más de 100 días que emergió este escándalo, todo el país se pregunta “dónde está Tareck El-Aissaimi”, uno de los jerarcas del madurismo, que actuó por encima de la ley y que hoy cuenta con la protección del alto gobierno.
Entonces, no son las sanciones, no es PDVSA, el problema está en Miraflores.
En el ámbito de soberanía, un aspecto que no puedo dejar de mencionar, cuando se habla de privatizar PDVSA, es que Venezuela no tendría nada que decir en la OPEP, puesto que no tendríamos cómo ejercer nuestra Soberanía en el manejo del petróleo, seríamos nuevamente un país petrolero tutelado por las transnacionales.
El valor de PDVSA, no se trata sólo de su valor político y estratégico, sino que, hablamos de una empresa de TODOS los venezolanos, que al 2013, tenía ACTIVOS registrados y auditados por la KPMG, por más de 231,1 mil millones de dólares, de los cuales, en Plantas y Equipos –es decir, en todas las instalaciones, infraestructura y medios necesarios para producir petróleo–, tenía un valor al 2013, de 129,8 mil millones de dólares. Una empresa con un patrimonio al 2013, de 84,5 mil millones de dólares, que ese mismo año fue ubicada como la quinta empresa petrolera más importante en el Ranking Internacional.
Entonces, ¿quién se quiere apropiar de PDVSA? ¿Por qué la quieren rematar? ¿Por qué retroceder 100 años en nuestra historia petrolera? ¿Por qué transferir al interés transnacional o particular una riqueza, una propiedad social que es de todos los venezolanos?
Un último aspecto, tal vez, el más importante, es que no se puede tirar por la borda el único instrumento que tenemos para sacar a nuestro país de la pobreza.
Colocar el petróleo al servicio del pueblo, las dimensiones de la crisis humanitaria actual sólo pueden ser resuelta utilizando el petróleo de manera directa e intensiva para este propósito, hay que poner la renta petrolera al servicio del pueblo, como hicimos durante nuestro período (2004-2013), para saldar la deuda social, que, ahora, como consecuencia de este gobierno, ha tomado dimensiones trágicas.
Es con el petróleo, con PDVSA y sus trabajadores, que podremos afrontar con éxito los grandes retos sociales y económicos, que tenemos como país, volver a las Misiones Sociales, a las Grandes Misiones, corregir errores, pero insistir en la dirección correcta de convertir el petróleo en el eje de nuestro desarrollo.
Insisto, PDVSA es recuperable, sus trabajadores están allí, tenemos el conocimiento, la experiencia y el compromiso de hacer lo que siempre hemos hecho, trabajar para el país, para nuestro pueblo, para nuestro futuro.
PDVSA y sus trabajadores, siempre fueron la vanguardia, ejemplo, el puntal de nuestra economía y soberanía del país. Entregarla, es cerrar las posibilidades de salir de este abismo, de restablecer la soberanía sobre nuestros propios asuntos.
En lugar de entregar el país, sus riquezas, empresas e instituciones, en vez de entregar PDVSA y el petróleo, el objetivo debe ser rescatarlos del desastre del madurismo y colocarlos al servicio de nuestro pueblo.
Ni del madurismo, ni de la clásica oposición existe un dirigente político con una valoración aceptable, es decir: entre el madurismo y la vieja oposición el líder es «ninguno», pues ni gobierno ni oposición están atrayendo ni convenciendo a nadie. Del gobierno ya se conoce su incapacidad para gobernar, y su inmensa corrupción, hasta el momento la única capacidad que ha mostrado el madurismo, es la de destruir y colapsar todo aquello que toca. En cuanto a la oposición, ellos no pueden evadir su responsabilidad por más esfuerzo que hagan, ya qué en los últimos años han manejado gobernaciones, alcaldías, y la misma Asamblea Nacional, pero prefirieron rendirse ante el madurismo, y hacerse cómplices en cada negocio turbio del gobierno, también poseen responsabilidad en la quiebra de PDVSA con las cuotas que recibieron del gobierno, y la dilapidación inescrupulosa de nuestros activos en el extranjero. Sin duda alguna, éstos dos grupos son los responsables de la Venezuela actual, sumergida en las precarias condiciones donde actualmente se encuentra.
Ante tan nefasto escenario, los Chavistas tenemos la obligación de convertirnos en la verdadera esperanza de Venezuela, tenemos el inmenso deber de hacer frente a éstos incapaces, y así evitar que sigan destruyendo lo que nos han dejado de país. Debemos asumir la responsabilidad de acercarnos al pueblo que ha sido engañado, traicionado y empobrecido por el madurismo y sus alacranes, para crear las alianzas adecuadas que nos puedan llevar a poner fin a la realidad desastrosa que nos toca vivir a diario a todos dentro de Venezuela.
Y como corresponde a un régimen que carece de apoyo popular, que descansa sólo en su poder de represión y capacidad de maniobra económica para comprar y formar a su propia oposición, la estrategia del madurismo siempre será; sembrar desaliento y confusión en el inmenso pueblo que se le opone. Sin pueblo pero con poder, la estrategia del gobierno es empujar a que la gente caiga en su juego de generar desesperanza. Notemos que ya el madurismo activó la maquinaria para intentar desmotivar desde ya a los electores: rumores, amenazas de cárcel, hostigamiento, agresiones y persecución. Estas son las prácticas acostumbradas que el madurismo activa cuando ve que su estabilidad política tambalea.
Razón por la cuál se hace presente un peón del madurismo, traidor del Comandante Chávez, y del pueblo Venezolano, buscando siempre la forma de llamar la atención, transmitiendo la falsa idea de que él y los suyos están dispuestos a batirse cuerpo a cuerpo, poniendo el pellejo propio por delante, con la misión firme de generar desesperanza, dice: «Ni por las buenas, ni por las malas nos vamos de acá nosotros». Sí, me refiero a diosdado, ése que llama corbarde y traidor a todos, cuando sabemos que él solo es valiente detrás de las cámaras, cuando se escuda con sus escoltas, y cuando usa los organismos policiales del estado para reprimir al pueblo, pero históricamente sabemos que a él, en varios momentos cruciales, se le fueron los esfínter, y como un verdadero cobarde que es, de una forma muy sumisa se hizo cómplice de los que hoy llevaron al país al desastre donde se encuentra actualmente.
Les toca gritar y amenazar, porque saben que el madurismo es un gobierno de extrema debilidad, ya no poseen gente, están fracturados a lo interno, por más que digan que no, internacionalmente están cuestionados, acusados de crímenes de lesa humanidad, electoralmente sin vida, y aunque hacen un esfuerzo inmenso por ocultarlo; están bajo una presión popular asfixiante de casi todo el país demandado cambio, éstas son las razones que han llevado al madurismo evitar a toda costa, se levante una opción Chavista, a ellos no les preocupa la clásica oposición, pues la mayoría están subordinados a ellos.
Ellos temen al pueblo de Chávez, y sienten pánico por los duros del Comandante, esas ojeras que son comunes en maduro y sus secuaces, las producen los hombres y mujeres que todavía son fieles al legado y memoria del Gigante.
A los duros del Comandante les tocó romper con el gobierno, para defender a Chávez del desastre ocasionado por el madurismo, les tocó reconocer y anunciar que ya el Chavismo no era gobierno debido al asalto que había realizado el madurismo, nos guste o no, hoy el Chavismo es oposición en Venezuela, y nos tocará vencer al madurismo y sus aliados de la clásica oposición, para recuperar el país de éstos delincuentes.
El gobierno le teme tanto al Chavismo, que se vieron obligados a hacer circular unas falsas encuestas por twitter, donde supuestamente Carlos Andrés Pérez actualmente posee más popularidad que Chávez, cuando la verdad es que; Chávez y el Chavismo aún poseen pueblo para vencer electoralmente al madurismo con sus alacranes incluidos.
El Chavismo no está acostumbrado a perder elecciones, pues aún éstos traidores que gobiernan, lo hacen porque el Chavismo los llevó allí, pero hoy los duros del Comandante con gallardía se le han plantado firme al madurismo, sufriendo las fuertes embestidas del gobierno. Por ejemplo; el ataque despiadado del madurismo hacia Rafael Ramírez y su familia, me traen a memoria el axioma que Chávez empleó en una oportunidad cuando dijo: «Águila no caza mosca». Lo que me lleva a reflexionar es qué Ramírez no es una mosca, sinó más bien un águila, porque si el gobierno continúa su persecución incesante hacia él, significa que Rafael tiene la habilidad de desarrollar con éxito, una estrategia que permita salir definitivamente del madurismo, y devolver a Chávez y su obra a Miraflores, haciendo que Venezuela recupere su gloria y esplendor. Como saben que él puede construir ésa opción, entonces mantienen a sus perros y sus laboratorios del terror, enfilados hacia él.
Hoy la ocasión nos brinda el privilegio a los hijos de Bolívar y Chávez, de poder contribuir y participar en la construcción del cambio que tanto necesita Venezuela, tenemos la obligación de evitar que el madurismo continúe destruyendo al país, incluido nuestro futuro, y el de nuestros hijos. Y coreando nuestra Grey Zuliana, podemos decir: Acabaron con PDVSA, con la obra de Chávez, con las reservas internacionales, con los ingresos petroleros, las instituciones públicas, los servicios de salud, todas las misiones que servían al pueblo de Venezuela, y se echaron a reír, pero les puede salir el tiro por la culata.
Si amamos a Venezuela, y queremos su recuperación, debemos volver a Chávez, hoy con más vigencia que nunca, debemos recordar cuando dijo: ¡La patria necesita patriotas, ya hemos tenido demasiado traidores!.
A nosotros llegó la participación de la conformación de un comité encargado de organizar el Primer Congreso de Rescate del partido de Chávez, del PSUVCH. Por razones de seguridad mantienen en secreto a sus integrantes, aunque prometen en un futuro, superada esta primera etapa de organización, salir a la luz. Por ahora, se limitan a presentar un manifiesto que los justifica. Dice así:
Al pueblo de Venezuela y a los pueblos del mundo.
“Es evidente el daño, que el gobierno de maduro, recomendado por el Comandante Chávez, con la misión de continuar el camino hacia el socialismo y contra la lógica del capital, con su traición, ha causado a la causa Socialista mundial. En todo el planeta se esgrime el ejemplo de la Venezuela de maduro como ejemplo de desastre, y ese desastre se le endilga al Socialismo, al Chavismo.
Y es evidente, que ese desastre ha ocurrido ante los ojos paralizados del PSUV, secuestrado por la directiva sumisa a miraflores. Y también, y todo queremos decirlo, ante la paralización de los mejores hijos de Chávez. El resultado está a la vista, no es necesario gastar palabras repitiendo el mal causado, limitémonos a decir que se ha lesionado gravemente a la economía, a la sociedad, a la espiritualidad revolucionaria y al recuerdo, la imagen de Chávez. El retroceso moral, ético y político es espantoso, acompaña al retroceso económico cuyo emblema es la entrega del petróleo a los imperios, a la burguesía nacional, y el hundimiento y la venta de PDVSA.
El cuadro político que de esta situación emana, no es mejor, el país se encuentra entrampado entre el desastre del madurismo, y el desastre que promete alguna candidatura de la oposición gringa, que ahora con descaro opera desde la casa blanca. El capitalismo que estos dos bandos promueven, no es salida a esta crisis producida por la idealidad y la práctica capitalista, al contrario, al ser causante, sólo puede profundizar la tragedia.
El país, los desposeídos, desesperanzados, despojados de futuro, deambulan por el mundo, como zombis políticos, desconcertados no entienden aun que les pasó, como fue que el país llegó a esta horrible situación. Los que se quedaron en la Patria atormentada, refugiados en su drama individual, se defienden para sobrevivir en medio de una salvaje y atomizada guerra civil de baja intensidad. En esta situación el futuro del país es, el abismo, las tinieblas. Aquí, en esta situación cualquier barbarie puede suceder, el país, sin defensa, huérfano, va rumbo al fascismo, al caos.
Un grupo de Chavistas, de militantes del PSUV, pequeño, es verdad, hemos decidido salir del marasmo, criticarnos, más allá de las palabras, por no haberlo hecho antes, y enfrentar, organizados, al gobierno de maduro y a la oposición gringa. Creemos que es nuestro deber. Tenemos como principal tarea inmediata, rescatar al PSUV, reconstruir el PSUVCH, instrumento que debe ir a los orígenes de la fundación del partido por el Comandante Chávez, volver a ser esperanza de un nuevo mundo, donde todos vivamos como hermanos, y la economía sea social y no para beneficio de una burguesía, una camada de enchufados. Tenemos como primera misión, la convocatoria del Congreso de la Resurrección.
Allí, discutiremos temas que iremos desarrollando y haciendo públicos: En lo económico, el rescate de PDVSA, palanca económica de la nación. En lo social-político, la reactivación de los Comités de Resteaos con Chávez. La elevación del Salario. La liberación de todos los presos políticos. Todo en el marco de la salida del madurismo del gobierno, y la formación de una Junta de Gobierno Chavista, Revolucionaria, encargada de retomar el rumbo extraviado con la caída en combate del Comandante Chávez. Que convocará a elecciones en un plazo de 18 meses, y antes consultará al pueblo en asambleas locales y grandes asambleas nacionales.
Nosotros en el Arado y el Mar, estamos de acuerdo con las ideas aquí expuestas, y cumplimos con difundir este manifiesto quijotesco, queda en manos de los lectores las opiniones y las adhesiones pertinentes.
Rafael Ramírez se compromete a dirigir la revolución de Chávez, hay que darle su apoyo. Es el único candidato a presidente que sabe lo que quiere y que tiene un plan distinto a las falsas soluciones capitalistas para mejorar las condiciones sociales de los habitantes de Venezuela.
En comparación, Ramírez es el único candidato que no se avergüenza de declararse socialista y chavista, sin eufemismos, sin apelar a ideas torcidas, como aquello de “burguesía revolucionaria” o hablar de “capitalismo democrático”, “democracia social” o el viejo concepto keynesiano de “estado de bienestar”, para no invocar el demonio del socialismo, a fin de no “rayarse” con los eventuales socios capitalistas e imperialistas que dirigirán sus respectivos “gobiernos”, entre comillas.
Ramírez se juega su honor, su palabra y su inteligencia como político y administrador público. Los otros reducen el debate político a una guerra de descalificaciones, a chismorreos y moralismos, propios de los oportunistas, “cazando Güire”, como cazadores furtivos, pescando lo que sea.
El caso es que si Ramírez, después de declarar su compromiso con Chávez y el Plan de la Patria, nos defraudara; si por lo menos no lo intenta, lo perdería todo, y él lo sabe. Pero, cuando se pelea en terreno pantanoso y superficial de los aprovechadores oportunistas, ahí nadie tiene nada que perder, porque todos están bajo el amparo de inversionistas capitalistas, dentro del juego capitalista, porque todos son empleados de algún imperialismo, de algún capital. El discurso de Ramírez va contra corriente, apuesta por el socialismo y por Chávez – a pesar del desprestigio de maduro y del madurismo, que han gobernado todos estos años en su nombre –.
Yo creo en Ramírez, no me valen los resentimientos y chismes de corrupción en su contra, los cuales habría que usarlos, como lo hace la derecha gringa, para desprestigiar al mismísimo Chávez igualándolo a Maduro. Ramírez como administrador, no hizo nada que no haya decidido antes Chávez. Condenar a Ramírez es condenar a Chávez, pero los maduristas (y no maduristas) resentidos y celosos de Ramírez no quieren, no pueden, o no les conviene admitirlo. El tiempo decantará la verdad. Resentimientos, picardías, celos, envidias, quedarán al fondo, la verdad está ahí, en la memoria, en los documentos; evidencias sobran.
El caso de Ramírez es tratado por el madurismo y por los resentidos con él, como fue tratado el asesinato de Chávez, sin perspectiva política, de forma maniquea, superficial, plana, ahora nadie habla del asesinato de Chávez. Hasta el más inteligente de los intelectuales se avergüenza de ser relacionado con Ramírez, el peso de los prejuicios ha impedido que se estudie con sindéresis (diría JVR) las acusaciones maduristas en contra del ex ministro. De alguna manera, por encima de la verdad siempre se ha impuesto el peso del poder. Todas las críticas y análisis han sido (con ínfimas excepciones) superficiales y prejuiciosas; nadie se quiere rayar acercándose a Ramírez… ¡Justo por eso yo apoyo a Ramírez!, como siempre he apoyado a Chávez, de cara a ese “chavismo oportunista” que siempre lo endulzó con las mieles de la adulación y la mentira, incluso hasta el día de su muerte. Siempre dije que Chávez estaba por encima de todos ellos, con las excepciones que ahora yacen en las sombras. Así mismo pienso de Rafael Ramírez. Apuesto por él.
Yo sí creo en un líder, en las vanguardias, yo sí creo en un mesías cuando la sociedad es casi insalvable de lo descompuesta que está. Yo sí creo en la superioridad de Bolívar y de Fidel, y así creo en la superioridad del humilde militar que fue Chávez por encima de tantos hombres y mujeres volubles. Hay que saber leer las capacidades humanas en las acciones concretas humanas, saber ver al hombre, sin recelos, hay que aprender a creer en los hombres y en las mujeres concretos. Que Chávez haya emulado de alguna manera a Bolívar es una fortuna para la humanidad, que haya copiado a Fidel, a Zamora, o a Cristo. Los que santifican y convierten en estatuas e imágenes a sus modelos y solo le rinden honores y le queman incienso, se liberan del compromiso moral de emularlos en sus prácticas de vida, son eunucos morales. Chávez está vivo, Bolívar está vivo, el Che está vivo mientras haya quien los emule, o por lo menos intente copiar, así sea con una sola chispa, el fuego del entusiasmo que los hizo grandes.
Si ese es el caso de Ramírez, prefiero mil veces a Ramírez, que la nada de los acobardados. Yo creo en los hombres y en las mujeres cuando tienen ideas y defienden ideales y luchan por ellos, no cuando son individuos dentro de un rebaño incrédulo y temeroso, que, siendo humanos, son irracionalmente obedientes al poder y dioses inexistentes. Yo creo en el hombre rebelde, sin él no existiría la historia.
El que honestamente quiera saber más sobre Rafael Ramírez, que haga el trabajo bien, que investigue, es un personaje público conocido por mucha gente de distintos estratos. No esperen a que se muera, ahora es el momento. Afortunadamente yo lo conozco, tal y como conocí a Chávez
Por nuestra parte tengo el honor de haberme ganado el título de jalabolas por muchos enemigos inteligentes, en mi cuenta de correo. Y a ellos les digo que prefiero ser jalabolas de Chávez y de Ramírez que de Maduro, de Lorenzo Mendoza, de María Corina y sus primos, en fin, prefiero ser distinto de los cobardes que se resignan a vivir sin pensar mucho, o dejarse morir de inanición por simple orgullo pequeñoburgués.
El que todavía cree en el socialismo y en Chávez saque a la luz, coloque en el debate político a Rafael Ramírez, que es un hombre el cual, desde ahora, lo declaro honesto y valiente, un ser humano con el cual se puede hablar sin manipulaciones, sin teatro mediático, un político con P mayúscula, con él mismo dice.
¡VOLVAMOS CHÁVEZ Y AL PLAN DE LA PATRIA CON LA LIDERAZGO DE RAFAEL RAMÍREZ!
La verdad a la cual me refiero es ese escalofrío que sentimos cuando nos vemos un rato en el espejo y detrás de la mirada reconocemos nuestra propia realidad, o mejor dicho, el sentido de ella, y de ahí, el sentido de la vida. La otra verdad, la del Dios salvador, que te da las entradas al paraíso y a la vida eterna, para nosotros no existe, es puro deseo. Así como no existe la cosa en sí de las ciencias y la filosofía. Toda verdad es una porción de la realidad organizada por el prisma de la conciencia humana. En sí mismo nada existe, más allá de nuestra inteligencia está la penumbra fría del caos. O más bien, más allá de la humanidad está la nada…
Pero, volvamos al escalofrío. Hablar con la verdad, vivir cerca de ella, es ser honestos con nosotros mismos, ¿para qué o por qué ocultar lo que somos? En sentido negativo la verdad es no engañarnos, creer que con declarar que somos buenos, nuestras maldades se convierten mágicamente en bondades. A la inversa, mentir no es contar embustes, es creer en ellos por propósitos morales, como el Tartufo de Moliere, es un estado de disociación de lo que mostramos en palabras con lo que somos o terminamos haciendo.
También es lo que llamaría una psicoanalista, la “peste emocional”, disimular nuestra verdadera naturaleza, ocultarla detrás de los juncos del moralismo y los prejuicios sociales. La pandemia del mundo moderno, que infecta a la sociedad moderna y se posa sobre una mentira “original”, la verdad secuestrada, la vergüenza del pecado original como el de los judíos y cristianos, pero moderno, que infecta a toda la sociedad, a la “consciencia colectiva”, si es que se puede decir eso.
La del burgués y pequeñoburgués es un estado deuna conciencia piche, sus pasiones y moralismos, esparcidos hacia el resto de la sociedad, análoga a la falsa conciencia que surge de los fantasmas de la ideología burguesa (y el sufrir su correspondiente desequilibrio),… ¡o el subproducto de la “Inteligencia Artificial”!, que no tiene nada de inteligente pero sí mucho de artificial: la droga de las redes sociales. De ahí el alma rota de la sociedad moderna contemporánea, que a veces consigue un centro pero fácilmente se descompone otra vez. Vivir en la mentira es estar expuesto a una fuerza de gravedad superior.
Una verdadera revolución es hacer estallar por los aires este carrusel ideológico donde gira, en azul, la vaca de la democracia, el conejito que dice libertad, la serpiente de la paz, el pueblo con orejas de burro, y en rojo el dragón del terrorismo y un diablito que dice Comunismo: ¡zun zun zun!, y su aburrida lógica; y nosotros dormitando viendo sus sombras… Hay que resolver la paradoja de ser santos de día y demonios de noche, de tener vicios secretos y que solo mostremos virtud, como los santos; hay que recomponer un espíritu roto. La tarea de los líderes revolucionarios es moldear hombres y mujeres de acero, reparar el equilibrio humano, ¡por eso vale la pena vivir y luchar! No tiene sentido envejecer dando vueltas como un burro en una noria.
No se trata de moralismos, se trata de recomponer el sentido de responsabilidad entre hombres y mujeres escurridizos, de que se es libre sólo si somos capaces de tomar decisiones y afrontar sus consecuencias; defender el carácter, la honestidad de ser siempre uno solo y no dos. Así suene chocante, frente a la pacatería burguesa ahora resulta saludable la hipocresía. Vivimos tiempos muy confusos, ambivalentes, nada es bueno, nada es malo, todo es bueno, todo es malo, y el hombre es una polvorosa.
Consciencia, conciencia elevada, es control sobre nuestro mundo interior y la percepción que tenemos del mundo exterior. Creo que de ahí, de ese control, proviene la fuerza para acometer tareas y grandes proyectos, crear, construir, intentar cambiar la inercia en el devenir, ir por la conquista de lo que parece imposible, o se nos hace ver como imposible. ¿Por qué si el hombre, estimulado por la codicia, hoy está apunto de viajar a Marte, sin embargo, no ha sido capaz de reparar la sociedad (ir por lo que parece “imposible”, su permanencia en la Tierra de forma heroica y racional? ¿Por qué nos resulta imposible el socialismo, frente al disparate de colonizar Marte? Nuestro mundo moderno, la sociedad que llamamos burguesa, la dueña de la verdad falsa, se alimenta del desprecio por la vida (la vida que florece y crece en todas partes); los “dueños del mundo”, así duren vivos una semana, por conservar sus privilegios o la exclusividad de vivir, son capaces de migrar a Marte y dejar hecha una mierda la Tierra con el resto de nosotros dentro.
Para acometer el proyecto revolucionario de cambiar al mundo, de cambiar la sociedad, hay que vivir lo más cerca posible a la verdad que nace de nosotros y superar esa falsa o mala consciencia que pesa como una platabanda y que se impone desde el poder. Sin esa verdad nosotros no podemos, si no somos honestos no podemos, si mentimos y nos mentimos, si chapoteando en un estercolero nos creemos nuestras propias fantasías, estamos fritos. Sin control, será el final de la aventura humana; se acaba la película.
El final de la humanidad lo decide un puñado de locos, con excusas absurdas para acabar con ella: acabar la humanidad por defender la libertad, acabar la humanidad por defender la patria, acabar la humanidad por defender la paz, acabar la humanidad en un estado de disociación psicótica donde muchos tontos alienados apoyarán su bando, en el último gran partido intercapitalista. Prefieren acabar con la vida antes que cambiar el modelo de vida.
Nunca hemos estado tan cerca del final, y todo por defender nuestros prejuicios, nuestras mentiras, proteger nuestros últimos secretos, preferible morir con ellos; diría el último fanático, “preferible que muramos todos a morir de vergüenza”, como un héroe kafkiano. Nunca se había visto tan clara la fatuidad de los conflictos planetarios, ¡modernos!
Si queremos conocer la verdad démosle vuelta a la tortilla, levantemos la piedra de las grandes verdades y descubramos el criadero de parásitos que la sostienen, son prejuicios los que frenan nuestra salud mental.
Difícil conocerse a sí mismo, pero hay que intentar conocerse a sí mismo, si queremos conocer al otro y lo otro. —
La ignorancia es la esencia de la dominación. Ya lo dijo el Libertador, por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza. Y recalcó Fidel: “Revolución es no mentir jamás”. La verdad, es revolucionaria, sólo un pueblo que conoce y entiende la verdad de su esclavitud puede liberarse de ella.
En Venezuela sucede un proceso de restauración de la dominación capitalista, en este proceso de traición al Socialismo, es fundamental mantener al pueblo ignorante de los cambios principales, las pérdidas fundamentales, del futuro previsible. Qué se importe por pequeñeces, por lo subalterno, que el sistema capitalista no sea atacado, ni siquiera percibido. Y aquí cabe la frase de Bolívar: “un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”. ¿Cómo lo hacen?
Son muchos los mecanismos, la mentira es clave, el gobierno y la oposición gringa mienten, sobre todo, y repiten la mentira por todos sus medios hasta hacerla verdad, siguen las enseñanzas del nazista Goebbels. Niegan el derecho a la defensa de los acusados. Y no nombran los temas principales.
En esta situación de ataque feroz al legado del Comandante Chávez, al rumbo al Socialismo. Los chavistas deben poner en escena los temas principales. Por ejemplo, el papel de la Propiedad en la formación de las relaciones sociales, cuáles relaciones sociales corresponden a la propiedad nosocial, egoísta, de los medios de producción, y cuáles corresponden a la propiedad social de los medios de producción. Por ejemplo, por qué un medio de producción, cuando es de propiedad no social se transforma en medio de explotación. Se debe discutir, si es posible en el sistema capitalista la Libertad, o, al contrario, la Libertad está restringida a los poseedores de capital. Si la democracia es posible en el capitalismo, o, al contrario, sólo es posible en el Socialismo. En el capitalismo sólo existe una dictadura de los poseedores de capital disfrazada de democracia.
Hay mucho que discutir, y mucha discusión que evitar. Este gobierno, el capitalismo son expertos en evitar las discusiones de fondo, las importantes. Apelan a la novela barata, buscan el conocido chivo expiatorio, la cabeza de turco, el eficaz coliseo romano para mantener al pueblo distraído de lo principal. Con ese objetivo gastan millones. Usan desde robots en las redes hasta sicarios que publican pendejadas hasta en Aporrea.
La duda, la reflexión, son grandes armas en contra de la pretensión del gobierno. Debemos preguntarnos, por qué los acusados se les niega el derecho a la defensa, por qué, por ejemplo, diosdado no le da un derecho de palabra, quince minutos a Rafael Ramírez en su programa, serían suficientes para desmontar toda la patraña en contra del Socialismo en contra de Chávez, demostrarían que este gobierno no es chavista, no es socialista, quedarían desnudos en el medio de la calle. Este gobierno madurista no aguanta quince minutos de verdad, se caería. Debemos preguntarnos, por qué los temas importantes no se discuten.
El hecho de dificultar el derecho a la defensa, aterrorizarlos quince minutos de verdad, de negarse a discutir los temas importantes, es una prueba de que algo hay de podrido en esos ataques, de su debilidad.
Agotado el madurismo, arrinconado en su traición y estulticia, el paisaje político se perturba. El capitalismo, propinó una tremenda derrota al chavismo: el asesinato de Chávez, y el desmantelamiento de los avances hacia el Socialismo. Ahora, tiene necesidad de estabilizar políticamente lo logrado en el plano económico y social.
La disputa por la administración de esa estabilidad, su dirección, es la esencia de la lucha política de hoy en el campo capitalista. El madurismo, ya no le sirve, su carácter lumpen le impide construir nada, sólo destruir y rapiñar. Está agotado, tiene buena disposición para entregarlo todo, pero su naturaleza no le permite éxitos en la tarea.
El capitalismo no tiene paciencia, necesita instalarse con urgencia, no puede esperar por un Gorbachov tropical, que haga los cambios necesarios. Por eso, parece decidirse por un Yeltsin con falda, maríacorina, ésta viene de frente, habla de privatizar a PDVSA, esa medida define su carácter capitalista, su voracidad, lo quieren todo, no los para nadie ni nada. Privatizar a la petrolera supone saltarse la Constitución, de allí en adelante, todo lo malo puede suceder.
Los campos dentro del capitalismo están claros: por un lado, el madurismo que va de salida, enfrentado a maríacorina, que viene a sustituirlo y a darle continuidad a la operación antisocialista, son dos caimanes del mismo charco, una pelea entre el chingo y el sin nariz. El madurismo no tiene manera de enfrentarla, son lo mismo, capitalistas los dos, no puede argumentar nada en contra, sólo le queda la violencia marginal y las pendejadas de diosdado los miércoles. Pero, ¿y el Socialismo, y el Chavismo?
Es necesario, que el chavismo aparezca en el escenario con claridad, que los campos queden delimitados. Por un lado, el capitalismo y por el otro el chavismo socialista. Hay que consolidar el núcleo chavista. Que el país lo identifique, que lo reconozca, no importa su número, importan sus ideas, su conducta, ya vendrá el auge de apoyo. Es urgente, es el momento, para que el chavismo entre el combate, que hable, que explique, por ejemplo, porque la privatización de PDVSA, es el inició de la instalación de una dictadura feroz, porque la entrega del país al capitalismo significa consolidar la miseria que hoy vivimos.
Sólo un chavismo provisto de un núcleo claro, podrá ser el centro y dirección de un movimiento amplio, pero definido en sus propósitos: El Socialismo, volver a Chávez.
El chavismo debe consolidar una opción de poder, que se enfrente claramente al bando capitalista. Se debe romper con la trampa punto fijista, de un bipartidismo entre maría y maduro: Cambiar a maduro por maría, para que todo siga igual pero peor. Se debe mostrar al país que hay otra opción, que Chávez vive, de verdad, que sus ideas, su ejemplo, están vigente. De esta tarea depende el futuro del país, se decide, si seremos, volveremos a ser colonia, o si tendremos Patria, recordando que la Patria sólo es posible si es Socialista, que no hay Soberanía dentro del capitalismo, sólo sumisión a los imperios.
El PSUV, es inevitable, se presentará frente al Tribunal de los pueblos, la historia lo juzgará, ahora, podemos imaginar cómo será esa comparecencia.
El Tribunal de los pueblos, es implacable en sus juicios, siempre favorece a la verdad, su veredicto es difícil de engañar, viene certificado por la realidad. Cuando se abra el juicio al psuv de diosdado, de jorge, de maduro, será un juicio al madurismo, sobre el cumplimiento de la tarea asignada por el Comandante Chávez, su historia, por qué nace, por qué y cómo se separa del Chavismo.
El fiscal del pueblo acusador, expondrá sus razones: comenzará diciendo que a maduro el Comandante Chávez, es decir la Revolución, le encomendó una tarea: continuar la marcha hacia el Socialismo, y se le hizo una advertencia, cuidado con el reformismo. Ese mandato de la Revolución, en un trance muy difícil, la pérdida de su líder, debía ser cumplido, así lo entendió el pueblo y eligió a maduro.
El presidente maduro, inmediatamente comenzó a girar hacia el capitalismo. Al Miraflores de Chávez entraron mendoza y cisneros, fueron recibidos con sonrisas y golpecitos de confianza en la barriga. Sabía el capitalismo que, maduro, no aguantaría presión, y con las tempranas escaramuzas, el capitalismo tuvo su primer triunfo. Se sentaron en miraflores y se olvidó el Socialismo. Se falsificó el Plan de la Patria, con la complicidad de una constituyente, se olvidó el mandato de lucha contra la lógica del capital. Se persiguió a las voces disidentes, se descabezó a PDVSA. Y comenzó la marcha triunfante hacia el capitalismo. Todo esto con la anuencia y la colaboración de un psuv, que había dejado de ser el partido de Chávez.
Nacía así, el madurismo. El balance del madurismo, es horrible, en su compromiso antisocialista, arrasó con el legado de Chávez y con el país. Las Misiones educativas fueron aplastadas, pero, fue más lejos el madurismo y acabó con la educación, desde las Universidades, hasta la primaria, sólo dejó ruinas, hambre. No hay números, pero salta a la vista, el desastre. La salud no corrió mejor suerte, hoy no hay asistencia gratuita, en los hospitales, los que medio funcionan, se ven obligados a exigir los materiales para cualquier intervención, los empleados asistenciales al igual que los docentes, protestan todos los días el hambre a que son sometidos. En la economía, sufre igual agresión el legado de Chávez, la propiedad social fue revertida, y se amenaza con privatizar a PDVSA. Ahora, las medidas económicas se toman en la sede de fedecámaras, así pasó con el salario, y con la eliminación de las prestaciones, cambiado por un tembloroso sistema de bonos. En lo social, el desastre se manifiesta, el éxodo de millones, la disolución de la organización popular que quedó sólo en el papel, condena al madurismo.
Ante esta acusación contundente, habla el defensor del madurismo: Su defensa se basa en las medidas represivas económicas del imperio gringo. Sin embargo, el alegato del fiscal, y la evidencia, la alta corrupción de tarek y su protección por el madurismo, no les deja mucho chance.
Y el fiscal es tajante, cuando dice: que otros pueblos ante la agresión imperial se han erguido en resistencia viril, la dirección revolucionaria supo hacer de las dificultades acicate para la resistencia, para acerar la conciencia revolucionaria. Aquí, sin dudas, falló la conducción del madurismo, que, temprano vendió su alma al diablo imperialista, traicionó el legado de Chávez, se apartó de la gran meta Socialista, privo al pueblo de razones para luchar, y se quedó sin apoyo popular.
LA HISTORIA ABSOLVIÓ A CHÁVEZ Y
CONDENÓ A LA DIRECCIÓN DEL PARTIDO DE DIOSDADO, JORGE, Y MADURO
Esta pregunta que todo el país se hace, atormenta y saca de sus cabales a los voceros del madurismo, quienes, en evidente complicidad y siguiendo la lógica del PSUV, de que“aquí se hace lo que maduro diga”, ocultan y protegen a uno de los jerarcas del madurismo, a la vez que defienden sus propios intereses. El gobierno con su silencio apuesta a que un pueblo desesperado por todo tipo de carencias, olvide rápidamente uno de los escándalos más grandes de la historia del país y que repercute de manera directa en su ya menguada calidad de vida.
Hace ya más de 100 días que Tareck El Aissami “renunció” a su cargo de ministro de petróleo y de todopoderoso de PDVSA; lo obligaron a hacerlo, luego que perdiera la partida con los distintos grupos de poder interno del madurismo y saliera a la luz, el robo más grande jamás ocurrido en el país; y, por cierto, en la industria petrolera internacional, como lo es, la desaparición entre 2020-2022 de 25 mil millones de dólares en petróleo, que los operadores y testaferros de los jerarcas del madurismo, se llevaron de PDVSA.
Este dinero, perteneciente a todos los venezolanos, fue a parar a sus cuentas en el exterior y es lo que ha convertido a esa nueva élite que surgió con el madurismo en dueños de medio país, donde exhiben sin vergüenza alguna, su opulencia, con sus carros y restaurantes de lujo, sus bingos, hoteles y villas exclusivas, en parques nacionales, mientras la inmensa mayoría del pueblo está en la pobreza, es decir, el “milagro” del madurismo.
El cinismo y complicidad de los jerarcas del gobierno, se expresa en su inocultable silencio. Nadie dice nada, todos callan y evaden su responsabilidad; desde el fiscal sicario, tan dado al show y al escándalo, que no emite pero ni una palabra al respecto, pasando por la plana mayor del PSUV y sus programas de odio, el presidente de la Asamblea Nacional y sus discursos de galería; y, por supuesto, por el mismo nicolás maduro y sus arrebatos repulsivos.
El madurismo juega a cuadro cerrado con los suyos, hagan lo que hagan, la impunidad es la regla, es su ética, es su naturaleza.
De vez en cuando, hablan los payasos del circo, los defensores más acérrimos del paquetazo anti obrero de maduro, insultando al chavismo verdadero, a Chávez y sus Ministros, tratando de evadir la pregunta incómoda sobre el paradero de Tareck El Aissami. No respondo a los payasos, no voy a caer en la cloaca de la política con p minúscula, lo que sí puedo decir, es que el pueblo venezolano no les cree y está cansado de tanta “cara e tablismo” de estos impresentables y eso es lo que se expresará de manera abrumadora, tan pronto los ciudadanos tengan la posibilidad de expresarse políticamente, de ejercer su derecho al voto. El madurismo será barrido del poder.
El caso de Tareck El Aissami es muy grave, no sólo por sus dimensiones, sino también por las consecuencias que ha tenido sobre el país, al escamotear al pueblo –víctima de la peor crisis de nuestra historia– los recursos indispensables, urgentes. Se llevaron, nada más y nada menos que, 25 mil millones de dólares, equivalentes al ingreso petrolero de Colombia de todo un año; o, en términos más sencillos, correspondiente a 5 mil ochocientos catorce millones de veces el salario mínimo o las pensiones de los venezolanos. Este monto “perdido” es equiparable al 30% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, al PIB de Trinidad y Tobago, mayor al PIB de Nicaragua, Jamaica y Haití e igual al PIB sumado de 10 países de El Caribe.
Pero el caso de Tareck El Aissami es otra cara de la pésima gestión del gobierno al frente de PDVSA. No sólo han sido incapaces de conducir nuestra industria petrolera, llevándola al colapso operacional, sino que, dilapidan o se apropian de los recursos que aún ésta genera, a pesar de los niveles mínimos de producción en los que se encuentra.
Es decir, destruyeron PDVSA, entregaron el petróleo a las transnacionales y sus operadores grupales; y, además, desvían los ingresos petroleros para su propio beneficio, dejando al pueblo en la miseria.
El último Reporte de la OPEP emitido el pasado 13 de julio, indica que la producción de petróleo de Venezuela, se encuentra en 767 mil barriles día de petróleo. Muy lejos de las promesas del gobierno y 2,23 millones de barriles día de petróleo por debajo de nuestra producción de 3 millones de barriles al día del año 2013.
Pero como si ésto no fuera suficientemente grave, de esos 767 mil barriles día de petróleo que se producen,120 mil barriles día de ellos, se los lleva la Chevron sin pagar impuestos ni regalías de acuerdo con los términos y condiciones establecidos en la licencia de la OFAC norteamericana y que el gobierno de maduro aceptó expresamente, violando la Ley Orgánica de Hidrocarburos.
Lo increíble a la vez que ésto sucede con la anuencia del gobierno, maduro mantiene un doble discurso de “indignación” por las licencias norteamericanas, cuando lo verdaderamente repugnante, es que su gobierno las acepte y las coloque por encima de nuestra Constitución y las leyes.
Más allá del petróleo, esta conducta del gobierno se repite en todos los escenarios y ámbitos del país; así ha sucedido con la economía, que ha sufrido una caída acumulada de más del 80% en este período; igual, con el salario mínimo, que se ubica hoy en 4,3 dólares mensuales, el más bajo del hemisferio; los mismo, con las empresas del Estado, rematadas y paralizadas; también con el desastre ambiental, el gigantesco crimen ecológico del Arco Minero.
Aspectos tan importantes para el futuro del país, como la Soberanía sobre el Territorio Esequibo, han sido dejados a la improvisación y a los cálculos políticos del gobierno; en sus narices, las transnacionales petroleras, producen hoy en Guyana 400 mil barriles día de petróleo, que se encuentran justamente en aguas del territorio reclamado históricamente por Venezuela; así, además del petróleo, perdemos nuestra salida a la fachada Atlántica.
Es por ello que sostenemos la necesidad de un cambio político, como algo urgente. No se trata solo de que salga maduro de la Presidencia, se trata es de cambiar a todo el gobierno, y el sistema ilegal de relaciones e intrincados intereses que han asaltado el poder y las instituciones, llevando al país al abismo.
Se trata de sacar del poder a todo el madurismo, no de cambiar una figura por otra, debemos actuar radicalmente para restablecer el Hilo Constitucional y la Soberanía, volver a la Constitución y las leyes, al Estado de Derecho, al respeto de las plenas garantías de los ciudadanos, sobre todo, sus Derechos Humanos, restablecer la Democracia Participativa y Protagónica, donde el pueblo, el poder originario, sea soberano en el manejo de los asuntos del país.
El país se mueve entre distintas opciones políticas, para salir de este desastre; lo que está claro es que todos queremos un verdadero cambio político, es urgente. No se trata de retroceder a una situación peor que la actual, ni de perder las pocas conquistas que aún existen aunque sea en el papel, se trata de avanzar hacia el futuro, hacia el País Posible.
En esta situación de desastre nacional, de emergencia, se impone dejar atrás el sectarismo y la intolerancia, desechar el escenario de la revancha y la aniquilación del contrario, hay que pensar en nuestro pueblo, hay que pensar en el país.
Todo el accionar y las propuestas políticas deben estar en el marco de la Constitución, respetando sus postulados íntegramente, ésto va, desde la elección directa, universal y secreta, pasando por el artículo 350, hasta la reserva del Estado sobre el petróleo. El cambio político debe producirse en el marco de la Constitución, de sus postulados, de manera integral, pues ella es la Carta Magna, legítima, patrimonio de todos los venezolanos. No puede ser usada, violada o desaplicada, como hace el madurismo, a conveniencia.
Hemos propuesto, desde hace varios años, la conformación de una Junta Patriótica, donde confluyan todos los sectores populares y factores políticos patriotas, que estemos de acuerdo en los planteamientos fundamentales hechos en nuestro artículo anterior denominado “El país posible”, un marco programático que permita sostener en el tiempo la inmensa tarea por delante de reconstruir el país, conquistar la gobernabilidad y conducción del Estado, a la vez que se restablece toda nuestra institucionalidad, y ordenamiento constitucional y legal.
De no ser así, el país va a quedar nuevamente prisionero del escenario confrontacional, con un pueblo desmovilizado, donde el madurismo tiene todas las de ganar, porque ha demostrado ser capaz de utilizar los instrumentos del poder para su propio beneficio.
El espectro político del país, tiene que dejar atrás su miopía y pequeños intereses y entender que más allá de su propia esfera de influencia o pensamiento, existe todo un país, incluidos los más de 7 millones que nos hemos visto obligados a dejar la patria, un país de jóvenes, un país traumado, un pueblo resignado y desesperado, que merece una vida digna y un futuro mejor.
El Chavismo y las fuerzas bolivarianas deben salir de su pasividad y conformismo, dejar atrás el miedo y la desesperanza para salir a defender las importantes conquistas políticas, económicas y sociales alcanzadas durante el gobierno del presidente Chavez, porque sino todas ellas serán aniquiladas por el madurismo, o se perderán en una oleada de restauración reaccionaria cuando éste se desmorone como un castillo de arena.
Nosotros no ocultamos nuestro pensamiento político, somos chavistas, bolivarianos, reivindicamos el Plan de la Patria, no se trata de renunciar a los principios para construir una unidad nacional, capaz de derrotar al madurismo, hay que superar ese chantaje.
Lo hemos dicho insistentemente, el madurismo no es chavismo. Al contrario, el madurismo es anti chavista, anti obrero, anti popular, anti patria. Todos los factores políticos y sociales –incluido el Chavismo– deben entender este elemento clave y que cada quien asuma su responsabilidad histórica y se coloquen en la suficiente altura política para construir una propuesta política que sea capaz de movilizar a todo el pueblo, para que éste vuelva a ser el protagonista y el centro de la acción política del país.