El país sigue dando signos inequívocos de que está a la deriva. El gobierno, no sólo es incapaz de resolver los problemas más elementales de la población, sino que, su paquete económico de choque ha empobrecido al país y ha desmantelado las capacidades del Estado, a favor de las élites económicas que soportan al madurismo.
Sus voceros, confirman en sus distintas intervenciones públicas, lo que todo el pueblo y el chavismo, sabe y resiente desde hace casi 10 años: nicolás maduro gobierna para sus socios y Fedecámaras, desmantelando, para ello, todas las conquistas políticas, económicas y sociales, alcanzadas en el gobierno del Presidente Chávez.
Para ello, no sólo han utilizado la violencia, convirtiendo la Violación de los Derechos Humanos, en una Política de Estado, sino que, manipulan y mienten abiertamente a todos los niveles, tal como se evidencia de forma permanente en sus programas de odio y en las pocas entrevistas que sus dirigentes políticos conceden a los medios de comunicación, asegurando que el paquetazo económico de maduro y su entrega al empresariado, es “el modelo económico del chavismo”, una infamia, una inmensa mentira que, no sólo pretende borrar el Plan de la Patria de Chávez, cuyos objetivos fueron redactados del puño y letra del propio Comandante, sino que, pretende desaparecer la permanente predica de Chávez a favor de un modelo económico, soberano, popular, al servicio de las mayorías, a favor del socialismo. Lo indignante acá es que Chávez dio la vida para poner la economía al servicio del pueblo, y estos traidores la han puesto al servicio de sus propios intereses, de la burguesía.
El gobierno no encuentra el modo de ocultar sus desastres, su debacle. El caso más reciente y de mayor impacto en el país, el estruendoso fracaso en la conducción de PDVSA y la política petrolera, así lo demuestra.
El último Reporte de la OPEP, correspondiente al mes de junio 2023, indica que la producción de petróleo venezolana sigue estancada en 735 mil barriles día, es decir, 2 millones 275 mil barriles día, por debajo de nuestra producción de 2013, que se ubicaba en 3 millones de barriles día de petróleo. Una estrepitosa caída del 75,8% con respecto a nuestra gestión.
Luego de 9 años de absoluto control del gobierno de nicolás maduro sobre PDVSA, después de perseguir y encarcelar a sus trabajadores, de privatizar su producción petrolera y desmantelar nuestra industria, el gobierno de maduro ha alcanzado el vergonzoso e increíble récord de destrozar PDVSA y entregar el petróleo y el gas a las transnacionales y sus operadores privados. El madurismo repite la fórmula gomecista para mantenerse en el poder, entregar el petróleo al saqueo de las transnacionales y alimentar su propia burguesía corrupta, mientras el pueblo, despojado de sus riquezas, se hunde en la pobreza y desesperanza.
Lo que ha hecho maduro con PDVSA y el petróleo, es lo que prometió Carmona Estanga que haría, luego del Golpe de Estado, de 2002, derogar la Ley Orgánica de Hidrocarburos, la Constitución de la República y entregar el petróleo del pueblo.
Pero nada de ésto discute el PSUV, el otrora partido de Chávez, hoy día convertido en un partido adeco, decadente, secuestrado por la cúpula madurista; nada de ésto lo dirán los segundones en sus programas de odio, ni en sus “arengas” a los trabajadores petroleros, encuentros cerrados y controlados, para que nadie le pueda decir las verdades en la cara.
A pesar de ello, incluso la mermada producción actual de petróleo del país de 700.000 barriles día, equivalentes a la de Colombia, sería suficiente para que el gobierno atendiera las necesidades más apremiantes de la población, incrementara el salario mínimo, mejorara los servicios públicos, y un largo etcétera…Pero, el problema con el madurismo es, su propia naturaleza, para quien gobierna, porque esos recursos, a pesar de la situación de pobreza y caos generalizado del país, en vez de usarse a favor del pueblo, se los ROBAN y los disponen a favor de sus operadores económicos, aquellos ya olvidados del “Milagro de Las Mercedes”.
Ésto fue lo que sucedió, con el escándalo inocultable de la pérdida de 21 MIL MILLONES DE DÓLARES en petróleo, que, nicolás maduro y Tareck El Aissami, entregaron a sus operadores económicos, y éstos, se los robaron, sencillamente se los quedaron, no los devolvieron al país, y ¡aquí no ha pasado nada! Un escándalo de dimensiones nunca vistas, ni cuando Gómez, ni cuando la dictadura de Pérez Jiménez, ni durante la IV República; y, mucho menos, cuando Chávez.
Pero como sucede en el madurismo, y sus solidaridades automáticas, el gobierno metió preso a los pendejos, mientras protege al ex ministro Tareck El Aissami, y a los altos jerarcas del gobierno, involucrados directamente en este inmenso robo a la Nación.
Mientras ésto sucede, el fiscal sicario TAREK WILLIAM SAAB, señalado como cómplice de las graves violaciones de DDHH, en los Informes de la Fact Finding Commission del Consejo de los DDHH de la ONU, arremete contra los agricultores y campesinos que, desesperados y con dolor, deben deshacerse de su producción agrícola, ante la imposibilidad de sacarlas al mercado por carecer de combustibles.
Los voceros del sicariato e instigadores del odio en el madurismo arremeten y señalan a los campesinos, en vez de reconocer su fracaso en PDVSA, una empresa desmantelada que ni siquiera puede producir gasolina, diésel y el Gas Licuado de Petróleo (GLP) para el país; pero, incluso, en las circunstancias de escasez crónica de combustibles, el gobierno demuestra su incapacidad o desinterés en ayudar a los productores, recoger la producción de vegetales y hortalizas, y llevarlas a los grandes centros de consumo. Éste es un gobierno que NO gobierna.
Lo que sucede con la escasez de gasolina, que se expande a todo el país, en la “normalidad del madurismo”, es una muestra clara de la incapacidad e indolencia del gobierno, porque no sólo han destrozado el poderoso sistema de refinación de PDVSA, con la que en 2014 aún producíamos 1,2 millones de combustibles, atendíamos la demanda interna y exportábamos, sino que, son incapaces de establecer un sistema de distribución para garantizar el suministro de combustible a los sectores priorizados, solo lo hacen para Caracas, para ellos y sus caravanas de camionetas.
Es importante recordar, y sirve para contrastar modelos, que, durante nuestro gobierno con el Presidente Chávez, es decir, durante nuestra gestión en PDVSA, JAMÁS FALTÓ LA GASOLINA, sólo tuvimos escasez durante el Sabotaje Petrolero, entre diciembre 2002 y marzo 2003, luego de que la “Gente del Petróleo” (esos que ahora aplauden al gobierno) paralizó nuestras refinerías, provocándoles graves daños y llevó nuestra producción petrolera a sólo 23 mil barriles días, era la violencia desenfrenada de la derecha golpista.
Pero, a pesar de la compleja situación de entonces, la actuación de nuestro gobierno, el gobierno de Chávez, no sólo se enfocó en resolver el problema de raíz, levantando nuestras refinerías con nuestros propios gerentes y trabajadores (no nos ayudó en ello, ningún país extranjero), sino que, dispusimos un plan de suministro a nuestros agricultores y productores, para entregarles el poco combustible que nos llegaba, garantizando la alimentación en el país. No sólo era un gobierno popular, sino, sobre todo, responsable y consciente de nuestro deber: gobernar para todo el país, sin excusas y sin buscar culpables.
En el marco de esta situación se presenta la coyuntura electoral. Nosotros lo hemos dicho y es una realidad reflejada en todas las encuestas de opinión del país, en la realidad de todos los días: maduro, no gana ni una junta de condominio, ningún candidato del madurismo, es capaz de remontar el rechazo mayoritario al gobierno y sus políticas. En estas circunstancias, cualquiera le gana al madurismo.
Lo que sucede es que el madurismo no se va a dejar ganar por los votos, hará todas las trampas en el camino, actuará con toda la violencia del forajido: utilizará su fiscalía y sistema de justicia para acusar y encarcelar (como ha sucedido en mi caso), inhabilitará candidatos o candidatas, modificará la composición del CNE, tratará de dividir el voto, comprará conciencias, amenazará, aplicará la violencia del Estado, a la vez que tratará de lavarse la cara con sus socios inesperados, entregando todo lo que puedan a las trasnacionales petroleras, harán lo que sea, hasta desconocer los resultados.
Es por ello que, para ir a unas elecciones, como una ventana táctica, debemos salir del reflujo actual del movimiento popular y ésto sólo será posible con el Chavismo en la calle: con los trabajadores, los campesinos, los pobres, los que quede sano del PSUV, los partidos revolucionarios, hay que estar junto al pueblo en la calle, en la lucha por sus derechos arrebatados por el gobierno: salario, pensiones, servicios, derecho a la vida, al trabajo, al salario digno; en la calle en lucha contra el paquetazo económico, en contra de la entrega del petróleo, por el respeto a los Derechos Humanos, por la libertad de los trabajadores presos, por la restitución de las leyes de la República, por la plena vigencia de la Constitución, por el Plan de la Patria, ¡por volver al camino de Chávez!
Debe insurgir una opción popular, bolivariana, Chavista, para conformar un gran movimiento nacional, de todo el país, para derrotar al madurismo y reconstruir la Patria.
Para el Chavismo, para el campo Bolivariano, no se trata sólo de derrotar al madurismo, de manera urgente, impostergable, sino de reconstruir el país, de volver a la Constitución y las leyes.
Debemos salir de esta inmensa crisis, pero debemos hacerlo caminando con nuestros propios pies, de forma soberana, caminando hacia el futuro, para volver al camino de Chávez, no para retroceder a la IV República o perder definitivamente nuestras más preciadas conquistas políticas, económicas y sociales.
El Chavismo, debe derrotar al madurismo, no para perdernos en el abismo, sino para retomar los objetivos históricos del Plan de la Patria, para reconquistar nuestra Plena Soberanía Petrolera, colocar nuevamente el petróleo al servicio del pueblo, reconquistar la soberanía económica y poner la economía al servicio del pueblo, resolver sus más urgentes problemas, volver al Vivir Bien de toda la sociedad.
De otra manera, en esta coyuntura terrible, de reflujo y desmovilización del pueblo, sin garantías políticas, cualquier opción política sin pueblo movilizado, una presentación fría, que nos encuentre divididos, aislados, sin unidad nacional de todos los sectores del país estará condenada al fracaso.
El madurismo tiene todas las ventajas del poder para jugar solo en el campo, y hará todo lo que pueda para mantener esa ventaja; por eso hay que tomar la calle, por ello el Chavismo tiene que movilizarse, tiene que existir como opción de poder, el liderazgo Chavista tiene que dejar atrás el miedo, poner por delante los intereses del pueblo, asumir su papel histórico, reivindicando a Chávez y sus políticas, nuestro modelo, al Plan de la Patria, a la Plena Soberanía Petrolera, al socialismo, sin miedo, sin oportunismo, con identidad propia, siempre al lado del pueblo ¡Venceremos!