El domingo por la mañana presenciamos el final de una persecución policial anticorrupción. una camioneta “Toyota Corruptión” que fue alcanzada y bloqueada por otras dos del mismo modelo pero de la policía nacional anticorrupción, justo entre la Av. Mis encantos (Uslar Pietri) y la Fco De Miranda, frente a la estación del metro de Chacao. El conductor de la camioneta emboscada se encerró dentro con seguro y dejó en expectación a un público callejero donde estuvimos atentos al desenlace policial, mientras los funcionarios uniformados con pasamontañas decomisaban los celulares que grabaron la acción y fotografiaron la 4 x 4… – no fuera que al descubrirse el infractor nos sorprendiera el rostro de algún conocido –. La suspicacia nos dice que todo fue una puesta en escena de alguna “película de acción” a la que nos tiene acostumbrado la astucia madurista.
Según el presidente Maduro, dice una nota de prensa, que “llevan semanas” haciendo seguimientos a los casos de corrupción, lo que muestra el «alto nivel de eficiencia del sistema judicial», que en semanas han capturado a tan importantes y tan variados corruptos que llevan años en eso. Pero todos sabemos cómo es eso; donde hay seis corruptos es porque anidan miles, como las chiripas. Si se destapa el “nido”, el gobierno cae, o se disuelve; como las chiripas, sus individuos huyen en desbandada. Pero ese nido, “nuestro nido” de corruptos, es otra cosa, podríamos decir que, más que una guarida, es el alma que da vida a la “nueva Venezuela” y a la “nueva economía”.
Cambiando a una imagen agrícola, en un país capitalista “colonial” como el nuestro la corrupción ya ha sido sembrada sobre tierra fértil. En esa tierra solo prospera el lucro, y la avaricia. En ella todo es una oportunidad para ganar dinero fácil, desde los eventos deportivos (incluyendo los maratones) hasta otros más intelectuales como los congresos de ingenieros, de médicos, de docentes, en todas partes hay un negocio, una trampa, una tómbola… pendientes, la gente obnubilada se olvida de las razones espirituales que en un principio los convocó a reunirse, hasta en las iglesias se dan esas permutas de espíritu por provecho material (católicas, porque las evangélicas ya son centros y escuelas de negocios). En este terreno más bien prospera el desgano por lo trascendental, por lo espiritual, las cosas profundas provocan tedio, un fastidio frente a los cambios personales, y ni se diga sociales, la mayor motivación de la masa en esta “nueva Venezuela” es llegar a ser tan felices e ignorantes como se pueda con la posibilidad de ganar la lotería frente a un televisor o en un bingo, o un celular conectados en las redes sociales, ¡para eso se lucha y trabaja!, y para tener sexo y embriagarse una vez a la semana. La ignorancia es el abono de la corrupción, no es importante pensar más allá, de cómo hacer dinero fácil, o en trabajar para una obra, así sea digna de la humanidad, si no produce ganancias; la herencia, trascender como sociedad o como especie, eso es “paja intelectual”, al joven de hoy solo le concierne el éxito fugaz y la ostentación fugaz de quien puede llegar a tener mucho dinero, “al precio” que sea: eso es corrupción.
Corrupción (corrupción moral, no hay otra) es lo que cría el capitalista en la muchedumbre que se le ajusta, una masa corrupta, dócil y desechable cuando se seca (como una arepa) es lo que necesita el capitalismo para sostenerse en el tiempo, hasta que acabe por chupárselo todo. Capitalismo y corrupción son un matrimonio indisoluble, corrupción y capitalismo son sinónimos.
Por eso el gobierno de maduro, al perseguir a unos cuantos por esas inclinaciones tendría que perseguir y capturar a casi toda Venezuela, además de encarcelarse él mismo… De hecho es lo que pretende Estados Unidos hacer con todos nosotros: ponernos presos, esclavizarnos en nuestro propio capitalismo. Primero nos corrompe, nos hace dóciles, ignorantes y egoístas, y luego nos castiga, nos sanciona y bloquea por corruptos… e incita a Maduro para que despliegue esta campaña anticorrupción la cual pareciera el mandato de la Casa Blanca o del FMI, más que la gesta moralizadora que pretende exhibir Maduro, una forma de redención ante el dios capital en sus distintas manifestaciones, oro, dólares, petrodólares, euros, rublos, yuanes, criptomonedas. La paradoja del corrupto es la de tener que descalificarse a sí mismo, ante el juicio de los ricos, de los más ricos y más poderosos, aún actuando y pensando de la misma manera que ellos….
…Imagino a Yelitza Santaella rebotándole la culpa del desastre de nuestro sistema de educación formal al “inocente” ex ministro de educación superior “capturado” y condenado por la fiscalía, una ruina que data desde que maduro quiso desarrollar las fuerzas productivas del capitalismo. Para ese propósito noble y ambicioso había que sacrificar algo, y que mejor que la educación, la cultura, la investigación científica, toda esa “molestia moral”, esa molestia socialista que ha sufrido el capitalismo desde siempre. Si quieres mejorar tus negocios cuídate de la conciencia social, olvídate de la educación y la cultura; diría un Milton Friedman que “la educación y la cultura hay que estandarizarla y privatizarla para que sólo sirvan al capital”, a fin de reproducir el chiripero corruptible del sistema capitalista, y que “el humanismo es sólo para tontos” –así diría ese pequeño demonio en boca de un Jesús Farías cualquiera.
El “flagelo de la corrupción” es una autoflagelación de los gobiernos que promueven el capitalismo. El castigo a los corruptos “declarativo” es una distracción para que no se sepa donde anidan los huevos, para desviar la mirada hacia chivos expiatorios de la colonia de chiripas. No pueden poner preso a Quevedo o Aissami porque Maduro y Cilia serían los otros en la lista, y más allá sus socios, y mucho más, el sistema capitalista y su “lógica”. El capitalismo es “el huevo de la serpiente” dentro la revolución, pero a la vez es una serpiente que se muerde la cola Una idea para Jesús Farías: “cómo hacer la revolución sin violencia”; cómo acabar con el capitalismo haciendo que se trague a sí mismo).
Pero el capitalismo no se suicida. Corrupción es un calificativo despectivo, clasista, es como decir negro en España o Francia, es una manera de establecer jerarquías dentro de la sociedad burguesa; están los que hacen o “tuercen” las leyes y las aplican: los propietarios ricos y su gobiernos lacayos…, y los otros: los corruptos, los corruptores y los corruptibles, diferenciados aunque todos abreven de la misma laguna. Un rico propietario, por más podrida que tenga su alma, o un presidente de la república, nunca será corrupto. Para que se lo reconozca como corrupto debe haber una revolución social, un cambio en la conciencia del pueblo y de la misma sociedad. No hay más corrupción que la corrupción moral que produce el capitalismo y sus agentes; la mentira, el engaño, la indiferencia, la ignorancia, la maldad que cultivan estos señores débiles de espíritu.
¡VOLVAMOS A CHÁVEZ POR EL CAMINO DE LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!