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EL ODIO

En la política venezolana, la intolerancia y el odio se han instalado como elementos distorsionadores de la conducta colectiva, y ello constituye un grave obstáculo para la recomposición de la sociedad y para buscar una salida política a la grave crisis que padece nuestro país. 

Aunque no pretendo hacer una disertación filosófica sobre el odio –ello ya lo han hecho los grandes pensadores de la humanidad–, creo que resulta muy importante identificar y reconocer la existencia y promoción de esta conducta, desde los sectores políticos de todos los signos; y, en particular, de aquellos que detentan el poder desde el gobierno. 

Sería inútil, en este momento, iniciar una discusión sobre el origen de este fenómeno en el país. Habría que poner en contexto todo lo sucedido en nuestra reciente historia, tan pronto se inició el proceso de transformaciones políticas en 1999. 

Lo que sí vale la pena identificar, es que, el origen de este fenómeno, no fue espontáneo, ni natural. Fue promovido y estimulado desde los poderosos factores desplazados del poder político y económico, quienes, cabalgando sobre el miedo y la incomprensión, condujeron a importantes segmentos de la población a la comisión de hechos de violencia, que impactaron al país y su psicología.  

El odio es una actitud irracional, individual, que ha sido estimulada para convertirla en una conducta colectiva, con el objetivo de obtener fines u objetivos políticos. Ésto lo ha hecho el Nazi-fascismo desde su nacimiento como movimiento político y ha sido denunciado como instrumento de sistemas represivos, como lo hizo el escritor y periodista George Orwell, en su obra maestra “1984” y su famoso pasaje “de los 2 minutos de odio”. 

En los tiempos actuales, estas acciones se agravan al extremo por la existencia de las redes sociales, las cuales, mal utilizadas, se convierten en una eficaz herramienta para globalizar el odio contra alguien, algún grupo humano, político o racial. 

Recurrir al odio como instrumento político de represión y persecución, resulta muy grave cuando ésto se hace y estimula desde el Estado. Es lo que sucede actualmente en Venezuela, donde el gobierno utiliza sus medios de comunicación, el Poder Judicial, la Fiscalía y toda su capacidad en redes sociales, para incitar el odio en contra de sus oponentes políticos, logrando verdaderos linchamientos morales, exponiendo al ciudadano al escarnio público, con todo tipo de acusaciones infundadas, llegando al punto de divulgar videos degradantes de la condición humana. 

Lo que persigue el gobierno con estas acciones absolutamente violatorias de los Derechos Humanos, de la Constitución y las leyes, es de instigar el odio en contra de su oponente político para deshumanizarlo y justificar cualquier acción en su contra, desde la más enconada persecución, tortura, encarcelamiento o condena a penas absurdas, incluso, su muerte. Toda esta violencia del Estado en contra de un ciudadano que ellos identifican como enemigo político, se extiende a sus familiares, los cuales sufren persecución y encarcelamiento, reeditando el sippenhaft, la práctica nazista de extender a los familiares castigos colectivos.  

Esta acción oprobiosa del gobierno, de estimular el odio, impide la defensa de la víctima. Son juicios sumarios y ejecuciones extrajudiciales que hace el gobierno de sus oponentes políticos, convirtiéndolos en parias. Nadie habla, ni opina, mientras los más desfasados solo repiten –sin ni siquiera detenerse a pensar– las acusaciones del gobierno, para luego decir: “Se lo merecen”.   

Una vez instalada la matriz de odio en contra un oponente político, viene la acción de la Fiscalía General y del sistema de justicia, acusando a la víctima de cualquier crimen o delito absurdo lo que sea está justificado, porque el odio ya se ha instalado. Igual actúan los organismos de seguridad, quienes se sienten con el derecho de actuar por su cuenta, violar los derechos y destruir la vida de los “enemigos”. 

He sido víctima del odio político. Desde que decidí separarme del gobierno y renuncié a mi posición como Embajador en las Naciones Unidas, por mi oposición a la manera como se estaba conduciendo el país y la violencia política desatada por el gobierno. Tuve que exiliarme por las amenazas directas que recibí de nicolás maduro y la información que me dieron los oficiales militares de que él había ordenado mi detención, tan pronto pusiera un pie en la patria. 

Inmediatamente, en las redes sociales del gobierno, se inició una campaña calificándome de “traidor”; luego, el Fiscal sicario me acusaba de todo tipo de delitos y actos de corrupción, sin prueba alguna, sin darme derecho a la defensa, Pero, lo más grave, es que el propio nicolás maduro, desde su posición de Jefe de Estado, vociferaba en mi contra, descalificándome y acusándome de todo tipo de crímenes, ordenando a sus cuerpos de seguridad y sus órganos judiciales a actuar en mi contra, “ponerme los ganchos” y “sepultarme en vida” en una de sus cárceles, como han hecho con centenares de venezolanos. 

Nadie del gobierno dijo nada, todos guardaron silencio. Los voceros y segundones del madurismo, para mostrar incondicionalidad a su jefe, fáciles en el insulto, se sumaron al linchamiento en mi contra. 

No importó mi trayectoria de 12 años como Ministro de Petróleo de Chávez, ni los 10 años conduciendo PDVSA; no importó la conquista de la Plena Soberanía Petrolera, ni poner el petróleo al servicio del pueblo. No importó el desempeño leal y honesto al servicio de todos, construyendo la Revolución Bolivariana, ni el apoyo a las Misiones y Grandes Misiones, ni que hubiésemos sostenido a nuestro país durante 12 años en las situaciones más difíciles. 

Mucho menos importó la palabra de Chávez, su valoración positiva y permanente a nuestro trabajo y a nuestros logros; su ratificación en mis posiciones, muestras de afecto y reconocimiento que –menos mal– quedaron grabadas para la historia del país. Pero, en los años del madurismo, ha podido más el odio. 

Sin embargo, perseguido y con mil heridas, con un hermano secuestrado por el gobierno, mi casa confiscada y mi familia agredida, no guardo ningún resentimiento. El odio no nubla mi mirada, ni mi pensamiento. Seguiré insistiendo en mis ideas y el servir a mi país.

El gobierno ha demostrado que tiene una importante capacidad para imponer matrices. Convierte a los exministros de Chávez en villanos y delincuentes, atacando, así, al mismo Presidente Chávez y al socialismo,  mientras que transforma en héroes de la patria a empresarios, delincuentes y traficantes de droga, a quienes los iguala con el Ché Guevara. Es el país del absurdo. Tanto es así, que ellos, que promueven y estimulan el odio, se dan el tupe de promulgar una “ley anti odio”. Es la más absoluta impunidad del gobierno; es la realidad del tuiter y la ética del pranato, que se ha modelado en toda la sociedad desde las altas esferas del gobierno. 

Importantes voceros del madurismo, utilizan programas de odio para insultar, descalificar e instigar todo tipo de acciones contra sus oponentes políticos. El Fiscal General actúa como una persona desequilibrada que insulta y arremete contra cualquiera que considere sus enemigos, incluyendo al ex- Presidente Pepe Mujica. 

Los hermanos Rodríguez, creen que tienen placé para insultar y vociferar, incluso, contra líderes políticos y Jefes de Estado, reforzando la conducta, absolutamente antidemocrática de que “el que se mete con maduro, se seca”, y “en este país se hace, lo que maduro diga”. 

Por su parte, nicolás maduro, es el máximo exponente en el país, de la instigación al odio y la violencia en contra de sus oponentes, repitiendo permanentemente ofensas y amenazas contra todos los que nos oponemos a sus políticas. maduro tiene un triste historial de actuaciones y acciones que incitan y estimulan el odio, lo que, viniendo de un Jefe de Estado, constituye una actuación al margen de la ley, un abuso de su investidura y una ausencia total de equilibrio y cualquier tipo de ponderación en el ejercicio de tan alta investidura.

En el genocidio de Ruanda, donde fueron masacrados cerca de 800 mil “Tutsis” por bandas y poblaciones armadas afectas al gobierno de los “Hutus”, los medios de comunicación, en particular la Radio Télévision Libre des Mille Collines (RTLM), tuvieron un rol fundamental en la promoción del odio y la incitación de la violencia en contra de los “Tutsis”. Su permanente difamación, acusaciones y estimulación del odio en contra de la minoría étnica, víctima de la violencia, es un elemento que fue identificado como fundamental por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda creado para juzgar los crímenes de guerra allí cometidos, y que llevaron a varios de sus periodistas y directores a la cárcel. 

Igualmente, luego de la Guerra en los Balcanes, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas constituyó el Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia cuyo mandato ordenó el enjuiciamiento a largas penas a 6 ex miembros del Ejército Yugoslavo (incluyendo a su líder, Slodoban Milosevic) que instigaron el odio en contra de las distintas nacionalidades que conformaban la ex Yugoslavia y que dieron origen a limpiezas étnicas y crímenes de lesa humanidad. 

Pero, más recientemente, tenemos el caso del gobierno de Netanyahu en Israel, quien ha desarrollado toda una narrativa de instigacion al odio contra el pueblo palestino, deshumanizándolo y utilizando las acciones de Hamas como una justificación para asesinar a más de 35 mil civiles palestinos, de los cuales mas de 14 mil son niños, perpetrando un horrible genocidio contra una población indefensa. Por ello, el Fiscal de la CPI ha solicitado órdenes de captura contra el premier Netanyahu y el Ministro de defensa de Israel. 

Nuestro país se encuentra a las puertas de un cambio político. Existe mucho rencor, mucho odio, lo cual agrega una gran  incertidumbre con respecto a lo que pueda pasar. Estoy convencido de que hay que dejar a un lado el discurso del odio, de la revancha, de la descalificación. 

El gobierno actúa de esta manera porque se siente carente de apoyo popular y lo hace de manera desesperada. Pero, el resto de las fuerzas políticas y las fuerzas chavistas, patriotas y revolucionarias dispersas en el país, debemos promover que baje el nivel de intolerancia política.

Tenemos que concentrarnos en las tareas más importantes que tienen que ver con el restablecimiento del estado de Derecho, del Hilo Constitucional y, a partir de allí, la reconstrucción del país. 

Las tareas que tenemos por delante son enormes. Tenemos que reconstruir la institucionalidad arrasada por el madurismo, sobre bases legales, justas y que estén despojadas del odio y la intolerancia. 

Quien esgrime la amenaza de que “arrasará con su oponente”, debe estar dispuesto a asumir las consecuencias de ello. Pero, les puedo decir, que tras años de esta lógica del “ojo por ojo”, todos, de alguna manera u otra, “estamos tuertos” en el país. 

El odio no se corresponde con los valores venezolanos. El odio como expresión colectiva no es una manifestación propia del pueblo venezolano. Debemos ser capaces de luchar con toda la combatividad necesaria por nuestras ideas y nuestros principios, pero sin recurrir al odio. Quien lo hace, no tiene argumentos, no tiene propuestas, carece de autoridad. 

Es el momento en que, los venezolanos saquemos a flote lo que es verdaderamente afirmativo de nuestro pueblo: la solidaridad, las grandes ideas, el trabajo, la generosidad, el sentido de la justicia, la unidad nacional, el patriotismo, el bolivarianismo.  

Es hora de dejar el odio atrás, y poner lo mejor de todos nosotros al servicio de nuestro país y la noble causa colectiva de sacar a nuestro pueblo del abismo y la desesperanza.   

Mi voto es no votar

No estamos de acuerdo con sustituir a Maduro por cualquiera otro candidato de la tarjeta electoral. Queremos retomar el camino hacia el socialismo y estamos promoviendo con la abstención un rechazo nacional mayoritario a todas las opciones permitidas por el madurismo – aceptadas por ellos y por la otra facción del capitalismo – que pueda generar una oposición al capitalismo, primitivo y colonial de maduro, y al de María Corina Machado y de todos los otros oportunistas que están en juego, también colonial pero tutelado por EEUU. 

El sistema electoral es un instrumento válido para tomar decisiones, pero estas elecciones violan todo sentido democrático, hasta las mismas reglas de la falsa democracia burguesa.  Dentro de un espíritu democrático NO VAMOS A VOTAR en esta componenda del madurismo, aceptada sin mucha resistencia por la oposición variopinta de la otra derecha, donde no compite Chávez y el socialismo.

Para nosotros la victoria de cualquier candidato es tan peligrosa para los intereses de las mayorías de trabajadores y necesitados del país – y del mismo país – como lo es la consecución de Maduro  y su gobierno, no  hacemos diferencia. No vamos a votar nulo, porque no avalamos el sistema, no confiamos en el CNE, controlado por el  gobierno y la otra derecha. Unas elecciones que tiene haciendo campaña a un monigote de plástico y un doble de maduro, y por el otro lado, a un afiche, un pícaro disfrazado de pastor evangélico, un cómico, y a un resto innombrable, esta comparsa no da como para que apoyemos al circo, estos políticos escondidos detrás de sus máscaras representan lo mismo, la continuación de las políticas liberales de maduro por caminos diferentes, y así tienen que sentir el rechazo en la calle, si fuera posible los embusteros TIENEN QUE VER LOS CENTROS DE VOTACIÓN VACÍOS, sentir el desprecio popular por  el circo y la aquiescencia de sus participantes. 

En un momento de crisis social, de abandono ideológico de la revolución de Chávez, de triunfo del espectro capitalista, a los chavistas  socialistas nos queda optar por el rechazo al sistema de forma total, no a una candidatura,  porque todas tienen una misma inspiración, el capitalismo,  y ya sabemos por los farsantes maduristas que no hay capitalismo bueno, que no hay capitalismo que se pueda disfrazar de socialismo o de bienestar social, o de justicia social. El capitalismo es uno solo y funciona siempre con una misma lógica –ya de eso hemos hablado –, en él la mentira prevalece. 

Ahora mismo el diputado Ramón Lobo afirma que la Ley de Protección a Pensiones garantiza el sistema de Seguridad Social, pero sus aliados de Fedeindustrias lo desmiente diciendo que es una “medida transitoria”,  que “se estima que exista mientras estén vigentes las sanciones económicas impuestas a Venezuela”. Ahora mismo se están implementando medidas arancelarias para privatizar las universidades públicas –el  caso de la UCV y la facultad de agronomía –. Justo cuando se acercan unas elecciones mienten y acuerdan con los empresarios, y avanza el  proceso de privatización del país, usando como excusa  las sanciones, las mismas que no pudieron con los Ferraris de Las Mercedes y con Tarek El Aissami y su banda, o el bloqueo que no ha podido frenar el  abastecimiento de supermercados y bodegones de artículos importados, pero sí que se violara, mediante una ley chimba, la Constitución, para continuar acordando en privado  medidas con los empresarios y con los agentes de Washington.   

Resulta  fastidioso insistir en lo mismo pero hay que hacerlo, porque pareciera que muchos pierden la memoria cada mañana. Estas elecciones son una disputa por el poder de dos facciones de desesperados, capaces de hacer lo que sea para ganar adeptos. Hay violencia y miedo en el ambiente electoral, que justifica que solo hagan campaña los monigotes y segundones. Se exacerban las mentiras y los insultos, las promesas de lo imposible cumplir: hacer feliz a la población trabajadora y excluida, privatizando el país, poniéndolo en el tragadero del tiburón.

¡SI ESTÁ CON  CHÁVEZ, NO VOTES!

EL GRAN ENGAÑO DE LAS ELECCIONES, CÓMO INFLUIRÁ EN LOS PRÓXIMOS CIEN AÑOS Y CÓMO COMBATIRLO

Las elecciones maduristas, capitalistas se sustentan en el engaño: el primero, es la construcción de un teatro, de un torneo bufo entre dos factores que representan lo mismo, al capitalismo en sus versiones más perversas. Se trata de una operación de enterramiento del ensayo Socialista, del Chavismo. Pretenden hundir a la sociedad en una lucha de mentirita entre dos candidatos, distraerla, confinarla en el mundo del capitalismo, blindarlo, ocultando otras alternativas. 

Gane quien gane, el capitalismo estará tranquilo, no hay riesgo para él, al contrario tendrán un gran auge subastando las riquezas nacionales, apropiándose, sin control, del trabajo ajeno. Una victoria de las elecciones, su éxito significará un logro del capitalismo, sumirá a la sociedad en la lógica del capital, el egoísmo, la guerra de todos contra todos, la división de la sociedad en una elite minoritaria, y una masa marginada condenada a la miseria material y espiritual. Reducirá la capacidad de respuesta, de resistencia a esta barbarie. 

Un éxito de las elecciones maduristas capitalistas, significará, un duro golpe para la causa socialista, quedará relegada al olvido, al mal recuerdo, será una sociedad engañada, sin alternativas, resignada a sufrir, sin esperanzas de cambios. Sus luchas se limitarán a dorar las cadenas. El mundo será despojado de un ejemplo, de una señal de que otro mundo diferente del capitalismo es posible, seguirá su rumbo al abismo.

El arma contra las elecciones maduristas, capitalista, es la abstención, a esta arma temen los capitalistas, la ocultan, la persiguen, la ignoran, pero la abstención tiene vida propia, este vacío, esta negación que significa la abstención, deslegitima al gobierno que de las elecciones surge. Ellos allá adentro sabrán que no tienen apoyo, se asustarán, se reconocerán débiles aunque lo nieguen. La abstención es una formidable fuerza política. Recordemos el referendo, aquella masiva abstención, frustró el camino belicista del madurismo, evitó una guerra absurda, truncó la locura. 

En estas elecciones maduristas capitalistas, la abstención tiene característica de vida o muerte, es una manera de dejar con vida a la opción socialista, romper el cerco a que la someten la derecha gringa y el madurismo. La abstención no es una mera muestra de desgano, al contrario, es señal clara de que Chávez vive, el legado vive, y sobre todo, es muestra clara del fracaso del intento madurista y la derecha gringa de sacarlo del corazón de la masa, el engaño no ha prosperado.

Esta es la situación, la verdad de las elecciones: por un lado el capitalismo representado por maduristas y mariacorinos, enfrentados a Chávez, a su legado, al Socialismo, que esta sociedad vivió, conoce, lo recuerda como una etapa de felicidad material y espiritual, de unión, de poder popular verdadero, de lucha por la construcción de un nuevo mundo, que sabe diferenciarlo del madurismo manipulador. Votar por cualquiera de los candidatos que el capitalismo permitió, el simple hecho de hacer la cola, de ir al centro de votación es votar contra los desposeídos, votar por los enchufados capitalistas, votar contra el Comandante Chávez, enterrarlo. 

Al contrario, no ir, hacerle el vacío, es votar, con la ley de los desposeídos, por el Comandante Chávez, por la construcción de un mundo “con todos por el bien de todos”. No importan los recursos manipuladores de los medios al servicio del capitalismo, la gente conocerá la verdad de una abstención masiva, que será un rayo, un latigazo imposible de ocultar.

!CHÁVEZ VIVE EN LA ABSTENCIÓN!

Chávez: ¡Socialismo o nada!

Las sanciones. ¡¿Cómo es eso que, en razón a unas sanciones y  a un bloqueo extraño que ha favorecido a los ricos y  nuevoricos del país, se tuvo que entregar la revolución socialista?! La causa socialista es nivelar las cargas sociales, dignificar la vida de los más necesitados, de los parias, y para eso es necesario que la sociedad, a través del Estado, tenga el control de la los medios de producción y pueda distribuir de forma justa la riqueza producto de nuestro trabajo, no hay otro camino, no se puede hacer una revolución socialista con capitalistas dirigiendo la economía, “con las armas melladas del capitalismo”, eso es un contrasentido, aquí y en la China. 

Chávez demostró que la esperanza socialista existe, que aún está viva, que no había muerto con la retórica del fin de la historia. Todavía hay quienes creen dentro de la izquierda reformista que la historia termina con el capitalismo. Tal vez el capitalismo acabe con la humanidad, con la historia, con todo, en un cataclismo nuclear o con la sobreexplotación de la madre Tierra; acabe con la obra y la memoria humana, y la naturaleza que le da sustento. Pero superando al capitalismo, la historia seguirá su curso. 

El socialismo es la única esperanza de vida social y planetaria, es el equilibrio entre individuo y sociedad, y es la base social y material para liberar al esclavo moderno del trabajo forzoso, del “mal vivir” y la ignorancia. Pero no se puede alcanzar dentro de la lógica del capital, explotando el trabajo humano, arruinando el planeta y empobreciendo el espíritu humano (o en guerras absurdas y una posible auto aniquilación de nuestra especie).

¿Cuál es el individuo que obedece a la lógica del  capital?, un ser vanidoso, ignorante, manipulador y manipulable, pasivo, aspirante y codicioso, despiadado, consumista, materialista y egoísta, gregario, supersticioso y crédulo. Además el capital requiere de pensadores superficiales, lo más confundidos o perplejos posible con la fe, el capitalismo necesita de intelectuales que trabajen para su causa, la cual es recuperar todas las formas de rebelión y voltearlas a su favor, sumarlas a sus dominios; el capitalismo requiere de mentes que sean capaces de revertir cualquier crítica a su sistema, intelectuales sin escrúpulos y sin sentimientos de culpa, que inventen mecanismos de control para todas las personas y recursos materiales, que diseñen armas de todo tipo, sobre todo armas ideológicas eficaces. 

La lógica del capital es reducir todo bien material y espiritual al valor de una simple moneda de cambio, convertir todo en mercancía; el arte, la ciencia (y las ciencias), la fe, la salud, las enfermedades,  la educación, la profesión médica, las profesiones, la vocación de servicio, el amor y el odio. La lógica del capital exige una sociedad de idiotas: consumidores de mercancías; productores y consumidores de mercancía, y seres desechables, víctimas de las guerras neocoloniales, del hambre, las enfermedades, del veneno de las drogas. La lógica del capital produce despatriados. 

La lógica del capital exige otro lenguaje, el lenguaje para la incomunicación y la degradación intelectual del individuo, exige banalizar todo lo humanamente sagrado, desvirtuar toda obra o logro humano, desmemorizar la consciencia, burlarse de la historia y desconectarla de nuestro presente,  saturando la mente de los jóvenes con trivialidades y confusiones. Pero también exige estigmatizar a todo aquello y aquel que niegue su lógica, en el imperio se usa el estigma de terrorista, de socialista, comunista (mientras los terroristas son ellos), en el gobierno de Maduro el de traidor (cuando los traidores están en el gobierno), también el de ultraizquierdista, y en privado el de chavista y socialista. Exige hombres y mujeres máquinas, sin conocimiento, sin autonomía, sin conciencia; esa es la lógica del capital.

En el mundito estrecho del madurismo prevalece esa lógica, cualquier asesor de campaña obedece a ella. Por unos billetes se activa su inteligencia, su lenguaje y discurso, su “profesionalismo”, su “fe”, su “lealtad”. Igual pasa con los demás burócratas que se venden en el mercado de la democracia clientelar, con la mente plana, sin conciencia política y de nada.  

Percibir en el horizonte la esperanza del socialismo comienza con un pensamiento agudo y crítico del capitalismo y con un compromiso con nuestras convicciones, hasta que agotemos su validez en una lucha persistente y encontremos otras mejores. Con Chávez, en doce años descubrimos que es posible resistirse a la mecánica del capitalismo y  cambiar la sociedad, derrotar al capitalismo con socialismo verdadero, no solo el establecido en el discurso sino practicado desde un gobierno honesto y dando ejemplo de honestidad desde la propia conducta personal, que fue el legado del hombre Chávez. 

El  socialismo es el verdadero enemigo del  capitalismo. EEUU no le tiene miedo a Maduro y a su falso gobierno socialista, solo se aprovecha de su desesperación por seguir gobernando, y de la certeza de que Maduro necesita de convicciones políticas firmes para no desesperarse, que sabe que él no es Chávez y resulta fácil de manipular con sanciones  y amenazas personales.  Como producto capitalista que es el imperio, su verdadero enemigo es el socialismo. Es mucho el dinero y el esfuerzo que gastan los capitalistas y las naciones capitalistas en calumniar y combatir al socialismo, a través de la literatura, el cine y  el ciberespacio, sea cual sea la forma en la que él se muestre (todas las redes sociales, todos los medios de desinformación;  la USAI, CATO, HERITAGE, MONT PELERIN, CEDICE, IESA, y un largo etc. de institutos y fundaciones liberales;  productoras de cine y televisión en el mundo, que se dedican a difamar al socialismo y los controles a la anarquía capitalista)  La vida de Chávez le valió su intento personal de adelantar una revolución socialista y divulgarla, el solo, por el mundo, por eso lo mataron. 

Renunciar al socialismo ahora sin renunciar a su nombre es perverso, pero esa renuncia no salvará a Maduro del objetivo imperial de apartarlo del gobierno, porque el poder ya lo tienen ellos. 

Maduro actúa de forma contraria de lo que exige la lógica socialista. Es el colmo del oportunismo deshonrar a los más necesitados mediante una mentira, con un socialismo inexistente,  solo para sostener un gobierno inútil y desesperado. Sin embargo el capitalismo no quiere al socialismo ni siquiera como farsa, no admite ningún ensayo capitalista que se haga a nombre del socialismo. 

Por eso la esperanza de la humanidad está en el socialismo, que significa la disolución moral y material  del capitalismo, la esperanza de la humanidad es ir en contra de la lógica del capital,  hasta vencer.

¡VOLVAMOS A CHÁVEZ!

LA VERDAD ASESINADA POR EL GOBIERNO Y LA OPOSICIÓN, LA ENTIERRAN EL 28

Una sociedad, un país, requiere un mínimo de verdad para poder existir, sin esta cualidad, la sociedad se enferma en el alma, en la mente, enloquece alienada de la realidad. Esta condición se refleja en la política y se extiende a toda la sociedad.

En Venezuela vivimos uno de estos episodios de demencia social. Las elecciones resumen la patología. Se puede decir que en las elecciones ha muerto la verdad, no hay nada más falso que una foto de algún acto político del gobierno, abundan los trucos ópticos, la manipulación de videos. El discurso se afinca en la descalificación del adversario electoral, se le desacredita por su edad, por su estilo calmado, nada de fondo, se le construyen fallas y carencias, el gobierno se comporta como si de una elección de una reina de belleza se tratara. Se evita ir al fondo de la disputa, es que son lo mismo, capitalistas, se le huye a la valoración de la horrible gestión de gobierno, se inventan excusas y culpables.

La oposición, no se queda atrás, dicta cátedra de falsedad: El candidato en realidad no es el candidato, es una tapa, una mampara, el candidato es irreal, y cobija a una candidata que es también irreal. El 28, los ilusos, irán a votar por un candidato y en realidad lo hacen por una candidata, de ganar el candidato irreal, el presidente irreal será la candidata también irreal. Este embrollo no lo entienden ni ellos mismos.

Este enredo es el carácter del decenio madurista, un gobierno mentiroso que impregna a todas las actividades sociales de falsedad, la política resume esa característica, en las elecciones aflora esta condición, que nos califica como una sociedad enferma. Hoy, principalmente la lucha política es la lucha por la sanación de la sociedad, el rescate de la coherencia entre el discurso político y la realidad, la construcción de un gobierno coherente, en sintonía con la realidad y con la sociedad, dicho en directo, se trata del rescate de la verdad. La verdad es revolucionaria.

Las elecciones maduristas, con su carga de falsedad, no son opción para esta sociedad sufriente, al contrario son señales claras de la necesidad de un cambio profundo, que se refleje en la política. Es necesario salir del madurismo para volver al camino de la sociedad de la verdad, la coherencia entre el trabajo social y el bienestar de toda la sociedad y no su disfrute por una élite de enchufados, vampiros, alacranes y otras alimañas, el rescate, la construcción, de unas relaciones sociales basadas en el “con todos por el bien de todos” de Martí.

No son momentos de pañitos calientes, de remiendos, de parches, se trata de un giro radical, la solución a esta barbarie, no está en las elecciones bufas, está en fundar otro mundo, ya ese camino fraterno lo habíamos transitado con Chávez, recuperamos la autoestima de los excluidos de siempre, conocimos un gobierno amigo, y a un pueblo, a los desposeídos de siempre, conscientes de su fuerza y de su papel histórico, aquí en el país, y su papel en el destino de la humanidad. Por eso decimos, cada vez más convencidos, de la necesidad de volver a Chávez, allí está la solución.

!CHÁVEZ ES EL CAMINO!

EL CHAVISMO NO TIENE CANDIDATO

La campaña electoral para las elecciones presidenciales del 28 de julio, sigue avanzando en medio de los obstáculos y restricciones impuestas por el gobierno para tener una contienda hecha “a su medida”, para lo cual, nombró al frente del CNE, a sus incondicionales, y ha recurrido a todo tipo de maniobras y trampas judiciales para inhabilitar y perseguir potenciales candidatos que no son de su agrado; también ha confiscado a más 12 partidos políticos, para imponer sus directivas y controlar su tarjeta electoral. 

Todo esto, acompañado de la ola de represión desatada, tras la última supuesta “conspiración” e “intentos de magnicidio” –según palabras del fiscal violador de DDHH–, por lo que las cárceles y centros de detención del país, se encuentran llenos de presos políticos –civiles y militares–, trabajadores, luchadores sociales, periodistas y familiares de perseguidos políticos secuestrados por el gobierno.  

Estas son las “elecciones” del madurismo, ausentes de democracia y garantías, no solo durante el desarrollo del proceso electoral en sí mismo, sino –y esto es lo más importante– que no existe certeza alguna de que el CNE de Elvis Amoroso respete los resultados o que no los altere a su favor. Tenemos el antecedente de los “Diez Millones de votos” que este señor aseguró que obtuvo el gobierno, tras el fracaso del referéndum del pasado 3 de diciembre sobre el Esequibo. 

Ese día, a pesar de que las calles y centros de votación se mantuvieron vacíos, el CNE y los voceros del gobierno, aseguraron que se había alcanzado esta cantidad inmensa de votos (10 millones), que, por cierto, ni siquiera el Presidente Chávez pudo obtener en su momento de mayor popularidad, cuando las calles y grandes avenidas se abarrotaban de pueblo en apoyo al Comandante. Pero esta es la realidad virtual, de twitter, del madurismo, donde la mentira es la norma.

Sin embargo, en esta campaña sui generis, donde los candidatos no participan, sino que la hacen a través de otros, habría que decir –con claridad– que, EL CHAVISMO NO TIENE CANDIDATO. El candidato del gobierno, no representa al chavismo, así como, tampoco el de la oposición. Sin embargo, este último, no habla en nombre de Chávez, mientras que el madurismo insiste en hacerlo, abusando de su imagen, a pesar de que aniquilaron su legado y destruyeron su obra. 

Resulta indignante escuchar a los voceros del madurismo en sus actos de campaña, y al mismo nicolás maduro, desde sus actos cerrados o a buen resguardo, hablando de Chávez, como si él fuese el candidato del chavismo, insistiendo en manipular la fibra emocional de los chavistas, a los pobres que lo añoran, usando una imagen y un texto trucado del Comandante. Incluso, los más cínicos y oportunistas, los hermanos Rodríguez, afirman que votar por maduro es “hacerlo por Chávez”. Esto es el colmo del cinismo.

El madurismo, la cúpula de poder que ha acompañado a maduro en su gobierno todos estos años, se dedicó a desmantelar al chavismo, destruir la obra del Comandante Chávez y acabar con la Revolución Bolivariana. Actuaron con saña y violencia, como Herodes, aniquilando el intento revolucionario. 

Tan pronto se hicieron del poder, lo primero que hicieron fue falsear el Plan de la Patria, sacar del gobierno y de las empresas del Estado a los equipos que acompañaron al Presidente Chávez en su gobierno y, de allí en adelante, gobernar para la de Fedecámaras y la nueva burguesía (la que ahora llaman revolucionaria), imponiendo un paquetazo económico que ha destruido el país y que entregó la economía, el Petróleo y la soberanía, a sus grupos económicos, condenando a millones de venezolanos a la pobreza o a abandonar la Patria. 

El país está en ruinas y el chavismo no existe más de manera orgánica; por el contrario, es el pensamiento político perseguido con más saña por el gobierno. El chavismo está proscrito por el madurismo, que lo identifica como su mayor enemigo.

Durante todos estos años, a partir de 2017, aun estando como Embajador ante la ONU, en mis artículos de opinión, escritos y  entrevistas, he denunciado, de manera sistemática, cómo el gobierno ha destrozado la obra del Presidente Chávez y desmantelado su pensamiento político. Como Ministro de Chávez durante 12 años y como militante revolucionario por 45 años, no podía guardar silencio, ni acomodarme al gobierno de maduro, sabiendo lo que estaba sucediendo y que lo que vendría sería peor. Tenía entonces la certeza de que acabarían con Chávez y destrozarían el país, y así lo hicieron. 

Esta postura, me ha valido la más violenta y enconada persecución por parte del gobierno y del Estado madurista en pleno. Lo han hecho con saña, difamándome y estimulando el odio en mi contra y en contra de mi familia; nos han exiliado y han actuado con una crueldad impensable, secuestrando a mi hermano mayor el Dr. Fidel Ramírez, un hombre probo e inocente, excelente médico, de cuya única participación pública fue la de haber sido el primero en advertir al Presidente Chávez que padecía de cáncer; él acudió en ayuda del Presidente, ya enfermo. Hoy día, mi hermano Fidel lleva 1 año y 8 meses detenido arbitrariamente, en la eufemísticamente llamada “Casa de Los Sueños”, de la DGCIM. 

Pero, debo decir que todo lo denuncié y advertí a tiempo, lamentablemente, se ha cumplido, y que mis perseguidores, los más enconados en mi contra, se han descubierto como lo que son: unos delincuentes. Para muestra de ello, el ejemplo de Tareck El Aissami y el desfalco de 21 mil millones de dólares de PDVSA.  

Digo que “lamentablemente” he tenido razón, porque, hasta 2012, teníamos un proyecto de profundas transformaciones políticas en marcha y un pueblo movilizado, con todas las garantías políticas, económicas y sociales; una economía que avanzaba a paso firme, en el camino trazado por Chávez en el Plan de la Patria; había un sueño colectivo, que fue truncado por el madurismo.  

Nada de ésto existe hoy. No voy a hacer un recuento del desastre del madurismo, ya que, basta señalar algunos elementos, para entender, si es que alguien aún tiene dudas, de que este gobierno no es chavista, y mucho menos socialitsa.     

En el período de gobierno de nicolás maduro, la economía venezolana ha tenido una contracción acumulada de más del 74% (88% al 2020), es decir, pasamos de 372 mil millones de dólares en 2012 a 97 mil millones de dólares al cierre del 2023. 

La producción petrolera, que ha sido el sostén de la economía del país por casi 100 años, ha caído en  un 73%, pasando de 3 millones de barriles de petróleo al día, promedio en 2013, a 800 mil barriles de petróleo día, en lo que va de este año, de los cuales 154 mil barriles día corresponden a la producción de la Chevron. 

Pero lo más importante, es que hasta el 2014 estuvo en vigencia la Política de la Plena Soberanía Petrolera, la Constitución y la Ley Orgánica de Hidrocarburos, con lo cual, esta producción petrolera era manejada por el Estado Venezolano, por la Nueva PDVSA, nuestra poderosa empresa petrolera, y la renta  petrolera se distribuía a favor del pueblo y era lo que sostenía las Misiones, Grandes Misiones y Planes de Desarrollo del país. 

Hoy día, PDVSA está diezmada, sus trabajadores y gerentes perseguidos o secuestrados, sus activos y campos petroleros entregados a los grupos de poder del madurismo y a las transnacionales petroleras, como la Chevron, la cual produce y se lleva el petróleo sin pagar regalías, ni impuestos petroleros, de acuerdo con los términos y condiciones de la Licencia de la OFAC aceptada por el gobierno, retrogradando el país a principios de siglo, a la época de Juan Vicente Gómez. La Chevron con el gobierno de maduro ha obtenido condiciones de ensueño. 

Los efectos del Paquetazo Económico de 2018, que significó una puñalada al corazón de Chávez, han sido desastrosos para los trabajadores venezolanos. En el marco de este conjunto de medidas de choque, anunciadas en agosto de ese mismo año, el gobierno se trazó como meta el “déficit cero”, lo que significaba en términos de los “Paquetazos” del Fondo Monetario Internacional, disminuir o eliminar “el peso” de los salarios, prestaciones y gastos sociales de los trabajadores del Estado. 

Es por ello que, inmediatamente a los anuncios, en las empresas e instituciones del Estado Venezolano, dirigidas por militares de derecha, como el caso de PDVSA, fueron eliminadas las conquistas laborales obtenidas por los trabajadores en años de lucha sindical, se apropiaron de los Fondos de Pensiones, y se estableció una tabla rasa de salario de acuerdo con los Instructivos de la ONAPRE. 

Al tiempo que la economía se dolarizaba y maduro daba “gracias a Dios” por ello, el bolívar se devaluó de manera sucesiva, quitándole ceros al signo monetario, el cual ha perdido en el período 20 millones de veces su valor. De esta forma enmascarada, “el peso” de los salarios, pensiones y prestaciones sociales, desapareció. 

Entonces, mientras, una economía abierta a los sectores especulativos del capitalismo se maneja en dólares, los sueldos y salarios se manejan en bolívares. En 2012, el salario mínimo del país, con Chávez, se ubicaba en 476 dólares mensuales; hoy, 11 años después, con el gobierno de maduro, el salario mínimo del país es el más bajo del hemisferio y se ubica en 3,6 dólares mensuales, muy por debajo del umbral de la pobreza de la ONU, llevando la pobreza de Venezuela, según el último reporte de la ENCOVI, a niveles de catástrofe, del 80%.

El gobierno, tal como se hacía en la IV República, y que tantas veces denunció Chavez, ha optado por la “bonificación” de los salarios, con anuncios de nuevos bonos, en bolívares, sin ninguna incidencia en las prestaciones de los trabajadores. 

Por otra parte, el gobierno, en 2016, entregó 116 mil kilómetros cuadrados de bosques y selva a la acción depredadora de la extracción minera, en el llamado –por el gobierno– “Arco Minero”, que nada tiene que ver con los esfuerzos de desarrollo del Presidente Chávez en el lado sur del país, donde la propuesta original del Arco Minero, contemplaba solo la utilización de las capacidades industriales y mineras existentes al sur del río Orinoco, es decir, fundamentalmente en Ciudad Guayana, para promover el avance industrial de la Faja Petrolífera del Orinoco, donde el río sería la bisagra entre los dos polos de desarrollo del país: el petrolero y el industrial. 

La propuesta de Chávez, no tiene nada que ver con el desastre que actualmente ocurre en el Arco Minero, donde se han arrasado bosques y selvas, se ha desplazado a nuestro pueblo originario y se cometen todo tipo de atropellos y violaciones a los Derechos Humanos de los trabajadores mineros e indígenas 

El sistema de salud del país, está desmantelado, nuestra población muere por falta de atención médica apropiada y de medicamentos; los niños  con deficiencia en la médula espinal, mueren tras la cancelación en 2016, de los convenios que tenía PDVSA para el trasplante de médula; todo el esfuerzo que se hizo con Barrio Adentro, se perdió. 

Igual sucede con la educación. Luego del extraordinario esfuerzo de las Misiones Educativas –en la Misión Ribas graduamos 1 millón de Vencedores–, la Ribas, la Robinson y la Sucre, que estuvieron diseñadas para combatir la exclusión heredada de la IV república, hoy no existen más; las Misiones Educativas desaparecieron. La deserción escolar es inmensa y el sistema educativo es escaso y de mala calidad; los maestros están subpagados y muchos fueron sustituidos por personal sin calificación. 

El gobierno culpa de todo esto a las sanciones norteamericanas, las cuales, como hemos dicho siempre, son ilegales y repudiables, pero éstas NO son la razón del desastre económico y social que vive el país. Muchos países tienen sanciones más severas que las impuestas al gobierno de maduro: tenemos el caso de Cuba, Irán y, más recientemente, Rusia. Todos estos países, en vez de entregarse, como ha hecho este gobierno, a la burguesía y a las transnacionales, defienden sus intereses nacionales, la economía y los derechos fundamentales de sus pueblos. 

El argumento acomodaticio de las “sanciones” se derrumba por sí solo con los Bodegones, Casinos, Hoteles de Lujo, Ferraris y excesos de la nueva élite, pero además el desfalco de 21 mil millones de dólares en petróleo, cometidos por el gobierno y por el cual cayó Tarek El-Aissami, demuestra que, dinero hay, pero está muy mal distribuido.

La soberanía sobre el Territorio Esequibo, se ha perdido en manos del madurismo. Las transnacionales petroleras, la Exxon Mobil y la CNOOC de China, se instalaron en Aguas del Esequibo desde 2013, tras la muerte del Presidente Chávez. A pesar de las advertencias y escritos que, personalmente, entregue a nicolás maduro, en 2013 siendo todavía Ministro de Petróleo, su gobierno no hizo nada para impedir que las transnacionales perforaran más de 49 pozos en el área en disputa y certificaran 11 mil millones de barriles de petróleo en sus propias narices. 

No es que la Exxon Mobil y la CNOOC de China llegaron ayer al Esequibo, en una lancha de noche, NO; éstas son operaciones complejas, que llevan ya 11 años de desarrollo. Hoy día, la Exxon Mobil, Chevron y CNOOC, están produciendo 620 mil barriles día de petróleo y han anunciado que llegarán a 1,2 millón de barriles diarios de petróleo en 2027.  

El gobierno ha permitido la configuración de una nueva situación geopolítica en nuestra fachada Atlántica, donde las transnacionales se han instalado en el territorio Esequibo, y Guyana se ha convertido en la nueva provincia petrolera de América, ejerciendo, de hecho, la soberanía sobre el territorio. Esto jamás lo hubiera permitido Chávez. Cualquier cosa puede pasar allí. 

El éxodo de más de 7,7 millones de venezolanos, donde el pueblo pobre, ese que siempre votó por Chávez, escapa por El Darién, por el Páramo de Berlín en Colombia, o naufraga en el mar Caribe, es algo que nunca había sucedido en nuestro país y es una herida abierta en nuestra sociedad, donde las familias se han fracturado y, con los que se han ido, hemos perdido invalorables capacidades humanas, técnicas y profesionales. 

La masiva violación de los Derechos Humanos, convertida como determinó la Oficina del Alto Comisionado para los DDHH de la ONU, así como los sucesivos informes la Misión de Determinación de los Hechos del Consejo de los DDHH de la ONU, son un testimonio horrible de la violkacion de los Derechos Humanos en el país, las miles de detenciones arbitrarias, violaciones al debido proceso, judicialización de la Política o lawfare, el sippenhaft, las torturas, violaciones, muertes en custodia, asesinatos políticos, son una muestra clara de que este gobierno NO es chavista. 

Entonces, cómo puede el madurismo llamar ahora a votar “en nombre de Chávez”, si representan lo contrario del pensamiento político del Comandante Chávez, destruyeron su obra y acabaron con la Revolucion Bolivariana.

No, las fuerzas Chavistas, revolucionarias, no tenemos candidato, pero tenemos un programa y un camino: el de Chávez. El madurismo es la desesperanza, nosotros el futuro de la Patria. Más temprano que tarde, habrá un cambio político en el país. Nosotros, el pueblo chavista, civil y militar, tenemos que luchar para que este cambio ocurra y desplegarnos en todo el país para reagrupar, organizar y movilizar al pueblo por una opción Bolivariana, Chavista, patriota y revolucionaria que nos permita salir de este abismo y avanzar en la reconstrucción de la Patria. 

LA TRANSICIÓN ATERRA AL MADURISMO, Y LA DERECHA GRINGA ACECHA, TODOS SON ANTICHAVISTAS

En días pasados el Canciller de Petro habló de la transición venezolana, esas declaraciones desataron la ira de un diosdado fuera de control, asumió funciones de cancillería, de presidencia, y embistió contra el Canciller de uno de los pocos paises que traga al madurismo. ¿Por qué el susto? La posibilidad de transición aterra al madurismo, saben que fuera de miraflores no son nada, o como diría Chávez, son polvo cosmico, tienen un gran rabo de paja bañado en bencina, y sin pacto previo, su futuro es terrible. El miedo, comprensible, que tienen a la palabra transición es señal de su debilidad ya inocultable.

Los gringos, y sus cónsules nacionales, quieren una transición en sana paz, evitar por sobre cualquier eventualidad, que aparezca “la partera de la historia”, necesitan una transición controlada, que no se salga del cauce del opio antisocialista, de las reglas del juegos de ellos que llaman “democracia” y en realidad es una simulación para maquillar la dictadura capitalista. Saben que salirse de las reglas del juego capitalista abre las puertas a un verdadero cambio que arrasaría con su sistema depredador. Por eso sus pujos por permanecer dentro de la legalidad madurista, por eso las presiones. Su primera carta son las elecciones del 28, lo que ellos llaman la ruta electoral.

Esta es la dificultad de momento, el sistema político capitalista, lo que debía ser un torneo de mentirita entre dos fracciones capitalistas, el entierro del ensayo Socialista, tropieza con la felonía del madurismo, que impone las leyes del pranato, el irrespeto a cualquier ley. Este es el impedimento del capitalismo en esta etapa, consiguió derrotar al Socialismo, pero no consigue estabilizar la dominación política.

¿Qué pasará?

Las posibilidades son muchas; puede ser que dentro de madurismo surja una fracción que tome el control, consiga un grado aceptable de amnistiá y ceda el paso a la derecha gringa a un nuevo pacto de capitalista. Puede ser que la fracción obtusa del madurismo, insista en su conducta malévola, y resuelva a la brava su falta de apoyo, suspenda las elecciones, altere los resultados, inhabilite tarjetas, o cualquier otra mañosearía. La derecha gringa, por indicación de los amos del circo, seguirá en la ruta electoral, esperando que los patrones resuelvan.

El paisaje es complejo, la situación inestable, el país está sin rumbo definido, sin liderazgo fuerte, es difícil un pronostico. Se camina en los bordes del abismo. Ahora, es necesaria la unidad de lo más sano de la sociedad, de los que piensen en el bien común antes que la depredación personal, los que son capaces de ir “con todos por el bien de todos”. Es hora de tomar partido, entender que por sobre las voluntades individuales la realidad se impone, y ante el vacío, el salto historico se dará fuera de la legalidad madurista y de la derecha gringa. Compete a lo más sano de la sociedad, civiles y militares, obreros y campesinos, estudiantes y profesores, todos en unión, proponerle a la sociedad una opción humanista que se enfrente a la barbarie.

!CHÁVEZ FUTURO HUMANISTA!

ESTO HIEDE, ALGO VA A PASAR

El centro de la situación, es el descalabro del apoyo al madurismo, que no se puede ocultar, al contrario, cada momento se evidencia, más allá de encuestas manipuladas, de la avalancha de los medios de deformación del gobierno, aflora la realidad, las mentiras están agrietadas y por las rajaduras se cuela la verdad que aterra a la cúpula gobernante. Cuando el madurismo confiesa un disparate como este: cuando la oposición gana elecciones en el país, pierde el pueblo”. Están reconociendo la derrota y mostrando confusión de conceptos. Cuando pelean con hidrofobia desmedida, como si les hubiese mentado la madre, con el canciller de Colombia, porque habló de transición, demuestran su desespero. Son por mucho, el peor gobierno que ha caminado por estas tierras, no tiene comparación con nadie ni nada, después de diez años no tienen nada bueno que mostrar.

Faltan pocos días para las elecciones y en ambiente, el aire se impregna de un olor que indica que algo va a pasar, se siente. Y es que la historia de estos gobernantes da para pensar en esto y en más. Recuerden que vienen del mundo sindicalero, algunos lo llaman lumpen sindical. Y esta escuela es clara, no pierde elecciones, algo inventa, en última le dan una patada a la mesa. Entonces, es de cándidos pensar que el madurismo con todos los instrumentos del Estado a su disposición, se contente con perder, entregar, y en sana paz, irse para sus casas.

Varias son las probables acciones del madurismo, desde inhabilitar a los candidatos peligrosos, acusarlos de cualquier barrabasada, hasta provocar una guerra, o denunciar una situación de emergencia ficticia, que según ellos impida la libre elección. Sin desechar la posibilidad de trasladar los inverosímiles diez millones del referendo para las elecciones nacionales. Todo es probable y posible.

No sabemos que hará el madurismo, lo que si se puede asegurar, es que el 29 de julio, si allá llegamos, amanecerá el madurismo todo magullado, aún “ganando,” que todo se puede esperar, el 29 de julio estará tan débil que no aguantará ni un leve soplo. La situación es muy delicada, de alto riesgo. El país no tiene liderazgo fuerte. Entre la oposición gringa y el madurismo se aplicaron en desprestigiar el liderazgo chavista, persiguieron, desacreditaron, calumniaron, arrasaron. En esta situación, la masa puede producir cualquier cosa, desde la poblada inútil, hasta plegarse a una ilusión fascista. El éxodo llegará a niveles de estampida, la guerra de todos contra todos, alcanzará niveles de apocalipsis.

Es urgente construir una referencia política revolucionaria, o la Patria se perderá. Es necesario retomar el camino de Chávez, volver al punto donde se extravió el camino, a cuando lo asesinaron, al punto cuando lo traicionaron, a los días de aquella constituyente que falsificó el Plan de la Patria, al punto cuando el imperialismo consiguió, con una guarimbas chimbas, arrodillar al madurismo y hacerlo abdicar del Socialismo, obligarlo a cambiarlo por una rara democracia, y por el capitalismo más salvaje, que destrozó el salario, las prestaciones, la organización social.

Hay esperanzas, ya las diversas organizaciones chavistas, están saliendo de las catacumbas. Asistimos con alegría a la unión en la acción, del PSUVCH y la Esperanza con Chávez (ECH), se pusieron de acuerdo para tomar una posición electoral única; y nos informan que tienen candidato presidencial, pero no dentro de la legalidad madurista.

!CHÁVEZ, ES LA SOLUCIÓN!

Un pueblo desarmado y la mentira del  “poder popular”

En diez años se manipula fácilmente la conciencia de un pueblo. Diez años representan fácil  dos generaciones, y no se diga 24  años. Los jóvenes de la “revolución” conocen más de Maduro que de Chávez, su referencia política es esta discordia entre discursos y realidad, deseos y mentiras compitiendo con la dura calle, con la vida cotidiana de la pobreza.  Han aprendido de unos disociados a disociar la realidad de la semántica de los discursos oficiales y sus manipulaciones. Para eso, personajes como Diosdado Cabello y el abominable Mario Silva han sido muy útiles (también Jorge Rodríguez, por supuesto, nuestro propio “Robespierre”, ha hecho lo suyo desde la Asamblea Nacional) orientando la opinión chavista hacia sus propios odios, miedos, resentimientos, hacia la banalidad de unas elecciones insulsas, porque acabaron con la revolución socialista, y sobre ella los traidores no tienen nada que decir o enseñar. A nuestra  juventud simplemente le es indiferente la política verdadera porque maduro y el madurismo se ocupó en hacer de la política oficial otra línea de negocios,  la política como un nicho de servicios para la publicidad y los publicistas, para fiestas, conciertos,  ferias,  beisbol y las elecciones, para la industria del bullicio, a eso se redujo la política en estos 11 años de gobierno madurista.

De un gobierno donde sus mejores asesores políticos son publicistas y empresarios no podemos esperar legiones de defensores de la soberanía nacional,  o de la patria. Pero sin patria, no hay nada qué defender, y ahora más que nunca la patria es una auténtica entelequia. Cuando EEUU otorga licencias a discreción a las petroleras trasnacionales para explotar nuestro petróleo, es decir, cuando Washington decide quién puede o no explotar el petróleo que nos pertenece a todos nosotros, según reza  nuestra constitución, ¿dónde está la patria?, ¿dónde el poder popular que la defiende?

¿Dónde está la patria cuando las  mayorías no deciden sobre los asuntos que les concierne?, porque el gobierno,  que debería representar los intereses colectivos, comunes, acuerda en secreto sobre todo lo común, de importancia nacional, y lo hace de forma ejecutiva, sin consultar ni siquiera a la falsa Asamblea Nacional del Robespierre criollo, sobre el tema de la economía, que involucra siempre el trabajo, la salud, la educación de todos. Cuando se pacta con el capitalismo el libre mercado se impone en todo nuestro universo social, se impone “el poder del capital”. ¿Dónde está la patria  en un país donde lo común se transa en secreto con capitalistas, que ni creen en la patria, ni tienen patria? ¿Una patria de cartón, de papel, un espíritu fantasmal?

Es terrible cuando  un pueblo ve como se desmorona su país sin hacer nada para evitarlo, inerme e indiferente, ve transcurrir desde afuera su propia vida, como un documental. Cada quien pensando que lo que pasa (lo que realmente nos está pasando a todos), está afuera de nosotros, que “todo le pasa a los demás, no a nosotros”, tontos disociados. Como zombis seguimos la ruta del dólar sin ver para los lados, a ritmo del mercado, indiferentes a todo lo nacional, a todo lo  social. La única experiencia social que consentimos es la distracción, el fanatismo del beisbol, la histeria colectiva por Carol G, la de una masa arreada para festivales de música, hacia los hechizos evangélicos, o para ir a votar. Mientras la conciencia del deber social la dejaron morir, la esperanza del “poder popular” murió con  Chávez,  fue enterrada con él en el cuartel de la montaña.

La ecuación hacia la soberanía, hacia la independencia,  empieza con lo común, el interés común, con la comunidad, la comunicación, con  la conciencia (y el sentimiento) de pertenecer y deberse a la sociedad, instituida en lo común. El poder popular no  existe y lo que lleva ahora ese nombre carece de conciencia del deber social, entonces no es poder popular.

¿Por qué decimos que el poder popular NO EXISTE?, porque la revolución socialista no existe, fue interrumpida, el proceso de cambios fundamentales fue interrumpido. Y una señal clara de esto es la vuelta  y reafirmación al sistema electoral burgués, a pesar de las trampas maduristas. El “punto de no retorno” al capitalismo, del cual habló Chávez, supuso un cambio radical del sistema democrático. Pero el proceso se paralizó y retornó hasta  la aceptación y reafirmación del viejo juego electoral, “en nombre de la paz” de los bobos, la conciliación con la clase de los grandes propietarios y sus agentes políticos, en fin, una concesión política, que hizo maduro al capitalismo, de no demoler el viejo sistema político, un pacto tácito hecho, en nuevo “pacto de punto fijo”, hecho, en apariencia, en nombre de la paz.

La llamada “democracia participativa y protagónica”,  según maduro y el madurismo, es esa maquinaria electoral que aparece en la calle en  cada proceso electoral, para capturar votos y controlar fidelidades. Y también es el ensayo de “capitalismo popular”, hecho en forma de “emprendedores populares”, una porción de pueblo que pierde la capacidad de decidir y de pelear por sus derechos, como mayoría social, al cambiar su soberanía como mayoría por ventajas  personales; la “conciencia del deber social”, por el egoísmo y el provecho individual. Ese engendro político es lo que llaman los maduristas “poder popular”, o sea, organizar a las bases del partido para las elecciones, el control social de las fidelidades políticas, y para formas populares de la economía  privada, para provecho privado, como “pichones de empresarios”, como “pequeños burguesitos”, eso que llaman ahora “emprendedores”. El arma del pueblo trabajador es la conciencia de clase y del deber social.  Sin conciencia del deber social no hay “poder popular”, y un pueblo cegado con “el pan” y “el circo” de la democracia burguesa carece de esta consciencia fundamental para la revolución socialista.   

VOLVAMOS A CHÁVEZ,  EL PUNTO DE NO RETORNO