Las últimas semanas han estado marcadas por revueltas populares en todo el mundo: Ecuador, Líbano, Cataluña, Chile, para solo nombrar las más reseñadas en la prensa mundial. Son distintos procesos, situaciones y objetivos, pero un gran actor: el pueblo.
Si nos centramos en nuestra región, nuestros pueblos se movilizan en defensa de sus conquistas históricas y en conquistar un futuro que vislumbraron en la década del impulso Bolivariano en la región y que no están dispuestos a perder. En Chile, Argentina, Bolivia, Ecuador, los pueblos están en plena movilización para recuperar la senda perdida durante estos breves años en que el neoliberalismo volvió al poder.
Quedan Brasil y Venezuela, dos pueblos que sufren los efectos de políticas económicas de derecha que favorecen a las élites, tradicionales y nuevas, que les han arrebatado los avances políticos y conquistas sociales alcanzados durante los periodos de Lula, Dilma y Chávez.
Sin embargo lo de maduro no tiene parangón, hoy día somos un país tan pobre y tan desigual como Haití; con un gobierno tan autoritario como el de Chile; con una elite tan violenta y corrupta como la de Colombia; con una política económica tan anti obrera y neoliberal como la de Macri; con una conducta tan depredadora como la de Bolsonaro.
Pero a pesar del miedo, el éxodo y la fractura de la sociedad, Venezuela también se mueve. El pueblo venezolano comienza a moverse, como un boxeador que, aturdido aún, se levanta de la lona después de que lo noquearon. Pronto veremos al volcán popular venezolano en acción. Te invito a leer mi artículo “Todo se Mueve”