Entrevistador: Édgar Sígler de Expansión
El pacto para sacar del mercado 9.7 millones de barriles de petróleo por parte de los miembros y aliados de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y la intención de otras potencias como Estados Unidos de elevar esa cifra en 10 millones, no ha generado la confianza que necesita el mercado para que los precios del crudo internacionales se levanten de la lona.
La férrea posición de México para reducir su cuota de aportación de 400,000 a 100,000 barriles, y las dudas en cómo harán países como Estados Unidos para aportar los barriles que falten, se suma a la desconfianza del mercado que ve cómo la economía mundial se encamina a su peor recesión desde la Gran Depresión, y que incluso logrando un recorte de 20 millones de barriles, pudiera no ser suficiente para evitar la sobreoferta de crudo ante el desplome de la demanda a consecuencia del coronavirus, explican expertos del sector.
Los países miembros y aliados de la OPEP, conocidos como la OPEP+, alcanzaron un acuerdo para realizar el mayor recorte jamás impulsado por estos países el domingo pasado, tras una serie de cuatro sesiones donde el sorpresivo desacuerdo de México alargó las pláticas sobre un pacto que estaba casi hecho desde el viernes.
Tras esas últimas horas de tensión, la OPEP+ acordó retirar de los mercados 9.7 millones de barriles promedio diario entre mayo y junio, y luego reducirá este ritmo en 7.7 millones de julio a diciembre, y 5.8 millones entre enero de 2021 y abril de 2022.
Los miembros del G20 como Estados Unidos, Canadá, Noruega y Brasil pretenden aportar en conjunto entre 5 millones a 10 millones de barriles a esta cantidad, pero sin un compromiso firme como el que pueden alcanzar los países de OPEP+, porque su aporte se dará como una declinación de los productores a consecuencia de los precios bajos del crudo.
Esto implica que no se sabe cómo se logrará que los demás países contribuyan a la baja en la oferta de petróleo en los próximos meses, una acción que tienen más a la mano naciones como Rusia y Arabia Saudita, y que genera desconfianza en los mercados sobre si lo harán con la rapidez suficiente para paliar el exceso de oferta, explica Rafael Ramírez, ex ministro de Petróleo y Minería de Venezuela entre 2002 y 2013.
“El problema de dejar que países como Estados Unidos, Canadá o Brasil entren es que no sabes cuándo saldrá esa producción, que puede tomar un año en hacerlo”, explica el también ex presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) entre 2004 y 2014, y que participó por décadas en las reuniones de la OPEP.
¿Qué pasó con el acuerdo de la OPEP+ y México este fin de semana? Aquí puedes escuchar más detalles, y el análisis de Rafael Ramírez, ex ministro de Petróleo y Minería de Venezuela entre 2002 y 2013.
Estados Unidos pronostica que su producción pudiera caer en 2 millones a finales de este año, pero el gobierno tiene herramientas limitadas para conducir esta baja en su extracción, debido a que sus leyes antimonopolio le impiden hacerlo de manera coordinada entre sus empresas.
“Hay mucha preocupación y falta de confianza de que todos puedan mantener este nivel de recortes, cuando particularmente lo hacen tantos países que dependen del petróleo para sus presupuestos y economías”, dice John Padilla, director general de la consultora IPD Latina.