“Uno podría decir, irresponsablemente, que a Maduro hay que darle un golpe de Estado, eso lo hizo Chávez el 4 de febrero del 92, el problema es cómo después sanar esas heridas, contra Maduro hay que movilizarse, hay que sacarlo, pero eso sí, hay que decirle a los militares que no se sigan metiendo en la política como se están metiendo, porque una cosa es que tengan una doctrina bolivariana, un apego a la Constitución, pero otra es que participen de la trampa, que se plieguen a lo que Maduro diga, que se conviertan en administradores de la corrupción, eso no puede ser”.
Eso cree Rafael Ramírez desde el exilio, lejos del Gobierno y también de la oposición, razón que no le impide lanzarles una propuesta, más allá de sus diferencias, a los adversarios del Gobierno: «Tenemos que prepararnos para revocar a Maduro. No necesariamente hay que esperar la mitad del período para revocarlo, creo que si las fuerzas políticas nos ponemos de acuerdo podemos hacer un gran movimiento nacional para reclamar un derecho que está establecido en la Constitución. El pueblo venezolano tiene derecho a revocar a un pésimo mandatario como este y sería por una vía democrática .
En entrevista con esta Casa Editorial, el exministro de petróleo y hombre fuerte de Pdvsa durante once años (2002-2013), hace un simil entre los últimos años de la cuarta república y el presente. «En los años 90, AD y Copei pensaban que tenían el control absoluto del poder (…) A mí se me parece mucho eso a lo que está pasando con el Psuv, están desconectados de la realidad, están desconectados del sentimiento del pueblo y en algún momento va a surgir alguien, no creo que sea otro Chávez , porque para que salga alguien como Chávez pasarán cien años; pero sí volverá un dirigente, un movimiento, yo confío mucho en que los venezolanos seremos capaces de reconstruir una posibilidad de cambio».
— El 2021 será de grandes retos para el país, comenzando porque ha terminado el 2020 cerrándose la última brecha que podía haber para buscar acuerdos políticos entre distintos sectores del país. Digo esto porque mientras la oposición estaba en la Asamblea por lo menos el Gobierno estaba conminado a escuchar a estos sectores.
Con esa elección, Maduro tomó el control de la última institución que quedaba. Eso es muy malo para restablecer mecanismos de juego político, el juego está trancado y Maduro cree que va ganando porque tiene el control de todas las instituciones, realmente de lo que él no se ha dado cuenta es de que el Gobierno se ha transformado en cada vez más autoritario, yo diría dictatorial.
La gente reacciona mucho a esta palabra, dictatorial, pero es que realmente si tu gobiernas de espaldas al país, si gobiernas sin control, si no tienes un balance institucional (…) realmente estamos frente a un gobierno en el que se hace lo que el presidente o su grupo más cercano diga y eso no está bien.
El 2020 cierra con la captura de la última institución donde había algún tipo de discusión política, entonces estamos en la paz de los sepulcros. Aquí Maduro tiene el control total de la situación, en este momento.
El país se viene abajo, en términos económicos y sociales, estamos en un abismo y lamentablemente la población se ha acostumbrado a sobrevivir en ese abismo; pero si lo vemos en perspectiva, yo que estoy fuera del país, cosa que lamento mucho porque me gustaría estar allá, pero desde afuera se ve un país disfuncional, entramos al terrible grupo de países africanos, es lo que he llamado una africanización de la política en el país, donde hay una élite con mucho poder, con el poder militar, policíaco, del sistema judicial actúa en beneficio propio de sus intereses, mientras todo el país trata de sobrevivir como sea, así sea arriesgando su vida como pasó en Güiria.
Si bien el Gobierno tiene mucha culpa, hay una oposición que solo ve una salida en una invasión norteamericana, que ahí puso todas sus esperanzas y esa tampoco es la respuesta.
El 80% del país está en la búsqueda de una opción para poder retomar la normalidad institucional, la reinstitucionalización, y solo entonces poder encontrar la reconstrucción del país.
— La posibilidad de que esta crisis se traduzca en un escenario creador, revulsivo de cambios cada vez se reduce más en la medida de que la gente busca solucionar su problema particular y se margina de lo político, en este contexto, de tierra arrasada, ¿cómo se puede generar un cambio de abajo hacia arriba?
— (…) Me decía José Vicente Rangel, siempre que conversaba con él, en política lo más importante, lo más peligroso, lo fundamental, es lo que no se ve a simple vista (…).
En los años 90, AD y Copei pensaban que tenían el control absoluto del poder (…) A mí se me parece mucho eso a lo que está pasando con el Psuv, están desconectados de la realidad, están desconectados del sentimiento del pueblo y en algún momento va a surgir alguien, no creo que sea otro Chávez , porque para que salga alguien como Chávez pasarán cien años; pero sí volverá un dirigente, un movimiento, yo confío mucho en que los venezolanos seremos capaces de reconstruir una posibilidad de cambio.
Esto el Gobierno lo sabe, por eso mantiene el control social, juega con el hambre de la gente, no solo las cajas Clap, si no el pernil; por cierto que triste ver a Castro Soteldo (Wilmar, ministro de Alimentación) ofendiendo a la gente que piensa distinto, a los que les dijo habladores de pendejadas, increíble que Castro Soteldo se dirija así al país.
Tienen el control social, tienen las Faes que siguen actuado de manera impune; tienen la válvula de la migración de los venezolanos, al Gobierno le conviene que los venezolanos se desinteresen de la política, no participen, a ellos les interesa que participe solo su base dura de apoyo, pero que el resto de los venezolanos participe, no, por eso creo que algunas posiciones abstencionistas a ultranza le hacen el juego al Gobierno y, por otra parte, promueven que la gente se vaya del país, hay 5,5 millones de venezolanos, según el último informe de Naciones Unidas del 5 de noviembre, que han salido del país, todo eso le conviene al Gobierno.
Pero el Gobierno no va a poder evitar que haya un reacomodo de las fuerzas políticas, ahora, tú me dices de manera concreta cuál creo yo que es la oportunidad, creo que tenemos que prepararnos para revocar a Maduro. No necesariamente hay que esperar la mitad del período para revocarlo, creo que si las fuerzas políticas nos ponemos de acuerdo podemos hacer un gran movimiento nacional para reclamar un derecho que está establecido en la Constitución. El pueblo venezolano tiene derecho a revocar a un pésimo mandatario como este y sería por una vía democrática .
— Usted advierte alguna unidad de propósito alrededor de esa estrategia, la del revocatoria, porque lo que uno ve en la oposición, no es una estrategia única y ese es un factor disuasivo?
— El problema de ese sector de la oposición que representa Guaidó es que su estrategia no es propia, se la han hecho en Washington, en Florida, eso es un error, es decir, la oposición no puede permitir que ese amplio espectro del país, al menos la mitad del país, sino un poco más, esté conducido por unos 5 políticos de Florida o Washington, eso es un error.
Una de las cosas que probablemente traiga el cambio de la Administración norteamericana es que EE UU cese en su empeño de hacer que todo pase por Guaidó. Eso no es verdad, ya lo dijo Capriles Radonski, en pocas cosas estoy de acuerdo con él, pero esa es una. Basta Guaidó, no tiene nada qué hacer en el país y esas posturas extremas , como la invasión norteamericana, nadie la quiere.
Cuando la oposición quedó secuestrada por ese grupo de intereses, muy antinacionales, sin ningún tipo de soberanía en sus decisiones, la oposición se quedó sin estrategia.
Si la oposición, el chavismo, si el movimiento popular, si el país va en un objetivo común, si estamos de acuerdo en mover el juego para revocar a Maduro, este puede ser un objetivo para el 2021-2022, organizar a todo el país en función de ese objetivo.
Aquí no hay soluciones mágicas, ni de una sola persona porque lograr un revocatorio y salir de Maduro es solo una parte del problema, por eso reivindico la política de una junta patriótica o un gobierno de una dirección colectiva, no hay ningún dirigente que pueda resolver los problemas que tenemos de manera individual, no hay ninguna fuerza política con suficiente arraigo para hacerlo, a menos que sigan gobernando como lo hace Maduro en base a la represión y la violencia, pero si queremos restablecer la Constitución y los derechos de todos los ciudadanos para sacar al país tenemos que ponernos de acuerdo.
Pero ponernos de acuerdo en qué, uno, restablecer la Constitución y las leyes, hay que quitar del escenario político un conjunto de leyes que son ilegales, lo veo desde el punto de vista de los inversionistas; yo trabajo en el sector petrolero y los privados me dicen que no se van a meter en la ley antibloqueo , no lo harán porque todo el mundo sabe que eso es ilegal porque cuando cambien las cosas no solo van a perder sus inversiones, vamos a estar en el derecho de confiscarlos por ilegales, es decir, nadie va a hacer trampas con Maduro, entonces eso no tiene viabilidad.
Habrá que hacer una plataforma unitaria en el país, pero en función de un marco que es la Constitución, rescatar la industria petrolera, no entregarla; otro marco importantísimo son los derechos humanos, eso no puede ser, hay que liberar ese bojote de presos políticos, hay que desaparecer a las Faes, hay que llevar ante la justicia a los culpables de tantos crímenes, restablecer las plenas libertades, se trata de restablecer cinco o seis puntos fundamentales y trabajar sobre esa plataforma.
Cuando estén dadas esas condiciones, es decir, que esa junta pueda trabajar unos 18 meses dando de comer a la gente, restableciendo los servicios que pueda haber agua, luz, que haya movilidad cuando estén listos esos puntos, solo entonces, convocar a elecciones, después que sea el juego democrático, el juego constitucional que permita poner las cosas en funcionamiento .
Creo que Venezuela va a tener que asumir la reconstrucción del país como lo hicieron los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial, el daño es muy profundo, no puede ser una caída del 70% del PIB acumulado, es demasiado.
La destrucción de la industria petrolera, aunque el petróleo está allí, fue abandonada por esta gente, son unos irresponsables, se fueron más de 30 mil muchachos. Si nosotros no recuperamos el ingreso petrolero no tenemos manera, no podemos ser un país del saqueo en el que se llevan el oro, se llevan la carne, se llevan el poco petróleo, no, hay que utilizar esos recursos para la reconstrucción nacional.
— ¿Usted confía en que la Administración Biden pueda suponer un barajar y volver a dar?
— No tengo razón alguna para confiar a los americanos, pero es que además no nos hacen falta porque estoy convencido de que nosotros tenemos que destetarnos de EE UU. No, ellos tienen sus intereses, tienen su conveniencia, tienen sus políticas, yo lo que digo es que saliendo Trump, Biden no tiene por qué seguir cargando a ese bacalao que se llama Guaidó porque ese no fue su error, esa no fue su estrategia, entonces Biden podrá tener una aproximación distinta a Venezuela, distinta a América Latina, espero que resuma la flexibilización que empezó Obama hacia América Latina, ojalá que no se metan, que nos dejen quietos. Maduro ha utilizado a Trump como la tarjeta perfecta, todo es culpa del imperialismo, de las sanciones, no es verdad.
Yo, que conozco a Pdvsa tan bien, lo vengo denunciando desde el 2014, eso no tiene nada que ver con las sanciones, eso es pura y llanamente una pésima administración, desviaron sus recursos, no invirtieron en nuestra empresa y, finalmente, la entregaron a sus amigos, eso no tiene nada que ver con Trump.
Esa confrontación de Trump con Venezuela ha hecho que la izquierda se nuclee entorno a Maduro y han cometido un grave error porque han permitido y no han levantado su voz contra la violación de los derechos humanos, contra el paquetazo que ha puesto Maduro, quien se proclama como gobierno de izquierda, pero es de derecha.
Es decir, quitando esa distorsión de Trump los venezolanos tenemos mejores condiciones para resolver nuestros asuntos que pasan por la salida de Maduro. Él es el responsable principal de lo que ha pasado y debe salir del Gobierno, no hay manera de gobernar con Maduro, ni con Cilia Flores, ni con el entorno económico que ellos han traído al poder, esa gente ha desangrado al país, todo pasa por ahí.
Ahora tenemos que ponernos de acuerdo de hacia dónde vamos, para mi está muy claro, yo lo reivindico como chavista, como hombre de izquierda, creo que hay que volver al camino de Chávez, que en el camino de Chávez se pueden encontrar muchas fuerzas, sí, demostramos durante más de diez años que podemos gobernar, durante el período de Chávez le fue bien a todo el mundo, a todo el país, en términos económicos, en términos de derechos no en esta situación de desastre, eso es lo que reivindico, seguro la oposición dirá otra cosa, ahí es donde digo, vamos a ponernos de acuerdo, ahí es donde digo nos hace falta José Vicente, pero en lo que creo que todos estamos de acuerdo es en que hay que salir de Maduro y por la vía constitucional, no solo porque Maduro lo merezca o no, porque como ha actuado no merece esa salida, pero digamos que el tema constitucional es porque al día siguiente lo importante es que montemos el futuro del país con bases sólida y legítimas.
Uno podría decir, irresponsablemente, que a Maduro hay que darle un golpe de Estado, pero eso lo hizo Chávez el 4 de febrero del 92, el problema es cómo después sanar esas heridas, contra Maduro hay que movilizarse, hay que sacarlo, pero eso sí, hay que decirle a los militares que no se sigan metiendo en la política como se están metiendo, porque una cosa es que tengan una doctrina bolivariana, un apego a la Constitución, eso es una cosa, pero otra es que participen de la trampa, que se plieguen a lo que Maduro diga, que se conviertan en administradores de la corrupción, eso no puede ser.
A los militares hay que decirles que se queden quietos porque ellos tienen la hegemonía de la violencia, el monopolio de la violencia, pero que nos dejen a nosotros las transformaciones políticas que el país requiere, Maduro fracasó, debe salir, es un fracaso estruendoso.
— Ese factor militar se afianzó desde la llegada de Chávez al poder, usted ahora plantea un reacomodo en su rol, ¿en cuál rol entonces?
— Siendo Chávez un jefe militar, después tuvo la habilidad de convertirse en un jefe civil político de todo el país. Yo te lo digo por experiencia propia, Chávez sacó a los militares de Pdvsa, me dio la instrucción, una vez pasado el sabotaje petrolero tenían que salir de Pdvsa.
De ahí sacamos a más de 100 oficiales de alto rango que estaban, Chávez me decía que eso crea una distorsión, los militares tienen las armas, no pueden tener el dinero. Los militares tienen que ir a los cuarteles, ah que tienen que participar en el desarrollo social, eso es otra cosa, sí tienen que coadyuvar con toda su fuerza, con toda su moral, pero manejando el dinero no.
Chávez decía: Los militares a sus cuarteles, a sus tareas específicas. A eso es a lo que yo llamo. Los militares van a tener un rol protagónico, yo espero que así sea, porque es una institución que preserva nuestra soberanía, eso es una cosa, pero otra es que Maduro los haga parte de sus delitos, de sus chanchullos y del desastre.
Qué hacen los militares metidos en el negocio del oro, nada, eso lo que ha hecho es complicar todo; qué hacen los militares metidos en los negocios de Pdvsa, los ha corrompido a todos, el desastre de Quevedo que ahora salió diputado por el Zulia, es gigantesco, no tiene precedente, entonces los militares tienen que volver a la orientación de Chávez, a sus cuarteles, trabajando con el pueblo y garantizando la Constitución y la soberanía.
— ¿Y cómo se ve usted en este juego político, distanciado del Gobierno, históricamente distanciado de la oposición, marginado, está usted dispuesto a enterrar hachas con factores que adversó y que puedan ser dinamizadores del cambio político?
— Estos temas de la política no se pueden asumir de manera personal el que ha convertido mi problema con Maduro en un tema personal ha sido el propio Maduro. No ha habido un presidente que arrecie tanto contra un ciudadano como lo ha hecho Maduro con todo su poder (…).
No tengo problemas personales con nadie, yo tengo la característica de que a los líderes de la oposición no los conozco en lo personal porque yo estaba trabajando, mientras había toda la diatriba política, estaba trabajando en el ministerio de petróleo, en las misiones que me puso Chávez, no andaba haciendo politiquería.
Ahora, tú me dices, no estoy con el Gobierno y sí no lo estoy; no estoy con la oposición, tampoco; dónde estoy, ando con el 80% de los venezolanos, somos más, somos la mayoría, no es verdad que el país tiene que estar en un chantaje de que o estás con Maduro o con Guaidó.
Yo por ejemplo he conversado con algunos dirigentes de la oposición que Guaidó no los quiere, los rechazó, son personas ecuánimes con las que se puede hablar, con las que se puede discutir sobre el futuro y por supuesto que mantengo mucho contacto con gente del chavismo y con militares, los militares van a ser protagonistas de esto, sigo hablando con ellos, hay mucho terror, mucho miedo, a todos los están grabando por la situación porque estamos en una dictadura, pero hay que conversar, yo no antepongo nada a los intereses del país, yo me veo en ese futuro participando desde el puesto en el que sea más útil, estoy seguro de poder reconstruir la industria petrolera, no estoy de acuerdo con que se entregue, se cómo hacerlo, miles de trabajadores petroleros saben cómo hacerlo, eso es fundamental para restablecer los equilibrio en nuestros país.
Ahora, que si yo quiero volver a ser presidente de Pdvsa, no. Yo fui presidente de Pdvsa con Chávez, fui su ministro , esa es mi historia, yo quiero estar en una posición que permita poner toda mi experiencia al servicio de la reconstrucción del país y ahí veremos, sigo escribiendo, cuando veo que mueren 33 venezolanos ahogados tratando de llegar a Trinidad porque están desesperados no puedo ser indiferente, me indigno (…).
Tengo una gran ventaja que no tenía ni Alí Rodríguez, ni José Vicente, es que estoy muy joven y qué voy a hacer con toda mi experiencia, ponerla al servicio del país, así me veo.