El ex presidente de Pdvsa recuerda a un año de su salida del gobierno, por decisión de Maduro, que recomendó la eliminación del control de cambio y otras medidas para enfrentar la crisis que se venía. Pero no fue oído y fue confinado al exilio.
Caracas, 02 de diciembre de 2018. El ex ministro de Petróleo y ex presidente de Pdvsa Rafael Ramírez lamenta no haberse equivocado cuando criticó, dentro del gobierno, las erradas y negligentes políticas de Nicolás Maduro y, a un año de su renuncia a su última responsabilidad de servicio público como Embajador de Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas, sostiene que si Maduro sigue en el poder los sufrimientos del pueblo serán aún mayores.
Entre las recomendaciones concretas que Ramírez hizo a Maduro destaca la eliminación del control de cambio vigente desde 2003, porque considera que es completamente inútil y solo sirve en la actualidad para que “los grupos económicos del madurismo hagan inmensas fortunas”.
Ramírez renunció ante el “deseo manifiesto” de Maduro de sacarlo del gobierno revolucionario, donde había acompañado al Comandante Hugo Chávez Frías desde el principio, en cargos como la presidencia del Ente Nacional de Gas, hasta alcanzar el Ministerio de Petróleo y la Presidencia de Pdvsa, responsabilidades que cumplió durante más 12 años.
En su carta de renuncia, fechada el 4 de diciembre de 2017, Ramírez indica que hizo observaciones y propuestas de manera constructiva, pero que tuvo que hacer cuestionamientos públicos ante las limitaciones que Maduro y su grupo le impusieron y por su preocupación ante el desastre que se veía venir.
Las cifras que el propio Banco Central de Venezuela reportó al Fondo Monetario Internacional dejan claro el deterioro histórico de la economía venezolana. En 2017, según esos datos, la inflación fue de 860%, un indicador de precios nunca visto y la contracción del PIB fue de 15,7%.
Pero en 2018 la situación es aún mucho más alarmante pues la mayoría de las proyecciones apuntan a que tendremos una inflación de 1.000.000% o más, con una contracción de la economía que se ubicaría en alrededor del 20% del PIB.
El propio BCV que ahora funciona como la alcancía inorgánica del madurismo, en lugar de cumplir las funciones de ordenamiento monetario que le impone la Constitución Nacional Bolivariana, reportó que la construcción cayó 53%; la manufactura 25%; el sector banca y seguros, 34%; y el sector petrolero un 15%.
Ninguno de estos sectores, dice Ramírez se recuperará este año. Más aún, registrarán una contracción mucho más profunda. De acuerdo con proyecciones privadas la construcción caerá en un 80%, y el PIB industrial se desplomará no menos de 45%, y las expectativas del sector petrolero es que la caída no será inferior a 18%.
Las importaciones indispensables para que el pueblo no pase hambre se redujeron abrumadoramente. Las públicas bajaron 27% y las privadas en 51%, en 2017.
Todos los números a la mano indican que la escasez de alimentos alcanza un promedio en lo que va de año de 68% y en medicinas esenciales no está disponible más de 70% de los principios activos más demandados.
“Por eso entre el pueblo de Chávez cunde el hambre y la enfermedad, mientras el irresponsable que desgobierna el país, traicionando descaradamente el ideario del Comandante, no toma una sola decisión efectiva para contener la hiperinflación y reactivar con seriedad la producción nacional. Chávez tenía convicciones, pero no era dogmático y siempre gobernó con la vista puesta en el bienestar de la gente, especialmente la más humilde”.
“¿Cómo puede vivir una familia a la que los precios de los alimentos le suben 128%, como ocurrió en octubre pasado, según números publicados en el país? ¿Cómo se puede sobrevivir si una canasta alimentaria básica aumenta 133.433% en un año, según datos de estudios privados reconocidos? La debacle tiene terribles consecuencias sociales, y eso no tiene perdón”, apunta Ramírez.
Maduro ha destruido el bolívar, que tanto esfuerzo hicimos para proteger, sin ser capaz de enfrentar a las mafias que están detrás de la devaluación de nuestra moneda. Maduro ha permitido que nuestro signo monetario pierda más de 150% de su valor comparado con diciembre de 2017.
Con la reconversión absurda y mal ejecutada esta depreciación se acentuará porque la decisión de anclar el valor del bolívar a una entelequia llamada petro produce una mayor especulación cambiaria.
¿Sobre qué base sensata pasa el valor del petro de 3.600 bolívares a 9.000 bolívares? Esto lo que anuncia es una nueva mega devaluación del bolívar.
DATOS CRUDOS
El sector petrolero, conocido al detalle por el ex alto funcionario de Chávez, ha sido una de sus grandes preocupaciones. No solo lo alarman las cifras de producción de la principal industria del país, sino que también el deterioro de la infraestructura, que ha sido sistemática y letal, especialmente en el último año.
Ramírez asegura que intentó advertir al Gobierno sobre la necesidad de dar un giro estratégico en la industria, pero no fue oído. Recuerda que a su salida de Pdvsa en 2014 la producción rondaba los 3 millones de barriles por día, sin embargo, hoy el bombeo nacional escasamente llega a 1,1 millones de barriles, según lo toma del último informe de la Opep, y vaticina que puede ser peor.
Los ingresos al cierre del año de su retiro 2014 sumaron 128.000 millones de dólares, en contraste con los 88.554 millones de dólares recibidos en 2015, y los 48.002 millones de dólares en 2016, última data oficial publicada por Petróleos de Venezuela.
Es más, el ex brazo derecha de Chávez, apunta que la merma de la producción y la inacción, aderezadas con la caída de los precios del crudo, originó que en 2017 los ingresos se situaran en 29.000 millones de dólares y se estima que para éste la recaudación por exportaciones podría rondar una cifra muy similar.
TAREAS PENDIENTES
Tras tener que abandonar el país perseguido por el madurismo, Rafael Ramírez se ha propuesto dos tareas inmediatas: la primera defender su buen nombre de las campañas de difamación que han desatado en su contra el propio gobierno de Maduro y sectores de la derecha muy poderosos; y la otra, mantener vivo el verdadero legado de Chávez para que el país retorne la senda de crecimiento inclusivo que él planteó.
En la correspondencia Ramírez aseguraba: “Todas mis observaciones las he hecho honestamente, desde todas las posiciones que he ocupado. He aceptado distintos destinos y responsabilidades, en un ejercicio permanente de disciplina. Asimismo, estoy comprometido en seguir insistiendo en el seno del Gobierno, en la necesidad de una profunda revisión y en retomar el sendero exitoso trazado por el Comandante Chávez, en beneficio de nuestro pueblo y de nuestra patria”.