En el futuro de Luis Britto García hace rato que el madurismo dejó el gobierno porque una reacción explosiva del chavismo auténtico tomó el control del país y retomó el camino de la revolución socialista, condenada a muerte por Maduro.
La cosa empezó así. Oficiales, jóvenes de espíritu, reunieron a sus superiores en un saloncito y los llamaron a dimitir o superar la vergüenza de claudicar ante la estulticia de los “escorpiones y babosas que se pelean por vender nuestro país al mejor postor”.
Ya en las universidades los mejores luchadores acordaron convocar una manifestación nacional para defender la educación, los derechos de sus trabajadores, obreros y empleados, y la revolución de Chávez, reconociendo que fue traicionada.
Los petroleros rechazan las promesas vanas de los sindicatos gobierneros y llaman al paro general exigiendo reinstalar a sus viejos compañeros y a sus mejores ingenieros. En la CRP claman la presencia de Luongo. Los héroes del paro petrolero del 2004 se reúnen de nuevo para exigir el regreso de Ramírez para que ordene y arme de nuevo el plan “plena soberanía petrolera” y detenga el robo de Chevron y Repsol: “¡si quieren nuestro petróleo, que paguen por él!”, gritan en La Campiña y el grito hace eco en Cabimas, Maracaibo y Maturín.
Los obreros en las fábricas toman las plantas exigiendo mejores condiciones de trabajo y mejores sueldos. Algunos más atrevidos destapan la olla de las ganancias exorbitantes de sus dueños –¡y a la complicidad del gobierno! –, aprovechando el pauperismo de los trabajadores,
Se escucha ¡chas, chas! de gente bajando de los cerros y disparos. Los jefes de calle convocan a sus vecinos y los consejos comunales se reúnen a discutir la situación que se escucha en rumores y se conoce por algunas noticias divulgadas en las redes sociales.
Una “junta patriótica socialista” da sus primeras declaraciones desde la clandestinidad: “Compatriotas, estamos en la encrucijada de la historia, o salvamos la patria o nos rendimos ante la miseria de la codicia y la estupidez…”. La voz del líder se hace viral en las redes y se escucha en todas las emisoras rebeldes del país.
El ministro de la defensa dimite ante una junta militar de oficiales patriotas que exige al gobierno llamar de nuevo a elecciones o renunciar. El gobierno se ve forzado a convocar nuevas elecciones con la resistencia de algunos (pero estos son amenazados con ser encarcelados y se calman)…
…En el 2025 se realizan las elecciones y las gana de forma aplastante la junta patriótica socialista-chavista sobre la base de acción de ejecutar el viejo Plan de la Patria de Chávez, adulterado y mutilado y olvidado por ya sabemos quiénes. Se organiza un gobierno de recomposición nacional, se convocan a todos los actores sociales, a los trabajadores representados por nuevos líderes; a docentes, políticos honestos, profesionales de todas las áreas del conocimiento, técnicos petroleros, se liberan a todos los presos políticos, se restituyen a los trabajadores en sus cargos y se recompone PDVSA bajo la dirección de Rafael Ramírez Carreño con un equipo técnico y político de alto nivel.
Al pasar del tiempo el nuevo gobierno revolucionario ha tenido que resistir con pasión, fuerza y trabajar duro para defender la producción y la industria petrolera, la producción de alimentos, de muchas conspiraciones y sabotajes de la derecha tradicional y la derecha madurista, que ahora, sin sanciones, se reúne con Mariacorina en Mayami, asesorados por Estados Unidos. Los trabajadores están alertas, el pueblo en la calle, activo, despierto, ante la reacción madurista y de la derecha de siempre; pelea en la calle contra los conspiradores contrarrevolucionarios.
En 30 años la junta patriótica se ha hecho pueblo, el alma de Chávez se ha hecho pueblo y su espíritu está en las aulas de clase, en los CDI y en los hospitales, en las fábricas recuperadas de los conspiradores, y en PDVSA.
Ahora “El trabajo crea toda la riqueza, toda la riqueza debe remunerar al trabajo. En treinta años –o mejor mañana- el aparato productivo será de propiedad social de quienes lo hacen producir. La plusvalía dejará de ser devorada por la burguesía parasitaria nacional y transnacional. En lugar de ello, remunerará el trabajo, costeará la educación, la salud, la investigación científica, el ocio creativo, la defensa. Si quedaran vestigios de explotación capitalista, su producto será redistribuido mediante impuestos regidos por los principios constitucionales de territorialidad y progresividad: las rentas producidas dentro de nuestro territorio pagarán impuestos en él (y no en Paraísos Fiscales o en el país de origen de las transnacionales), sus tasas crecerán proporcionalmente al monto del beneficio. Se aplicará estrictamente el principio del artículo 301 de la todavía vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela según el cual «No se podrá otorgar a personas, empresas u organismos extranjeros regímenes más beneficiosos que los establecidos para los nacionales». Por ser principio constitucional, su infracción acarreará la nulidad absoluta de los actos contrarios a él, y severas sanciones para los perpetradores.” “Venezuela en 30 años”, es el sueño de Chávez hecho realidad.
Es un privilegio contar con visionarios en las filas de la revolución socialista.
¡VOLVAMOS A CHAVEZ!