El 6 de agosto de 1945, la humanidad capitalista mostró con tenebrosa realidad, su demencia, su capacidad de destruirse y destruir la vida planetaria, y su disposición inevitable de utilizar esa capacidad. Desde esa fecha, hasta el día de hoy, ha corrido más de medio siglo, y lo que ayer era una posibilidad muy remota, hoy, la humanidad asiste inconmovible a la concreción de la amenaza. Las señales que anuncian el camino hacia el abismo desde el que no hay retorno, son tan claras, como evidente es la apatía frente al peligro.
¡La humanidad juega con fuego…! ¡Atómico! los líderes del mundo hablan de guerra atómica con frecuencia criminal. ¡En el planeta hay miles de bombas atómicas!, que dejan pequeñas a las detonadas aquel agosto. Para qué, qué anuncian, qué tienen en la mente los que las fabrican y almacenan, en manos de qué clase de locos criminales está el planeta. Este arsenal es la prueba inequívoca de la demencia de los gobiernos de las grandes potencias, y de los pueblos del mundo, unos almacenando muerte y los otros preocupados por tonterías. Los gobiernos hacen pruebas y muestran sus adelantos en instrumentos de destrucción de la vida, misiles hipersónicos, bombas con mayor poder. Y los pueblos inermes frente a la destrucción.
Es notoria la falta de gobernantes con sentido de humanidad, sólo mediocridades ocupadas en sus pequeñas piruetas políticas, en el mezquino entorno. Ninguno denuncia el peligro de extinción de la vida, que está a la distancia de un lunático que pulse el botón rojo. Recordamos, ahora, con nostalgia la estatura humana de Fidel, denunciando, en reuniones mundiales, la existencia de una especie en peligro de desaparecer.
Los gobernantes de hoy, son personificaciones del capital, no tienen sentido humano, tienen sentido de mercado, de intereses económicos, de ganancia, competencia, eso los guía. Frente a la ola de calor que amenaza al ecosistema, ellos piensan en vender aires acondicionados, frente al deshielo polar, piensan en nuevas rutas turísticas, y explotación de los minerales que afloran. Pasan el día pensando como permanecer y como ganar. La fabricación de armas atómicas es un gran negocio, la guerra es la lucha por mercados y territorios. El capital los gobierna. Y como en una película terrorífica, las armas almacenadas exigen ser utilizadas, reemplazadas, producir ganancias.
Los gobernantes que necesita la humanidad para salvarse, no pueden nacer de las entrañas del monstruo que la destruye, no pueden ser capitalistas. Es necesario, urgente, de vida o muerte, gobernantes con visión de humanidad, de sociedad, humanistas. No es un mero problema político, se trata de salvar a la humanidad. Ahora entendemos en toda su magnitud, la grandeza del Comandante Chávez, y entendemos, sentimos en el alma, la pequeñez de los que lo sustituyeron. La inconsciencia criminal, de los que dejaron perder ese camino a la salvación.
Es hora, Venezuela lo reclama por todos los poros, pero también el mundo, es hora, de emprender el camino de la rectificación. Volver a la construcción del Socialismo. El mundo necesita un polo alterno al capitalismo, ya está saturado de polos capitalistas suicidas. Ese polo alterno, ese polo Socialista marcará el inició de la sanación planetaria. Sin ese polo, la humanidad se pierde.
¡ CHÁVEZ, HUMANIDAD!