fbpx
Textos Recomendados“Se busca candidato opositor tolerante” (La deshabilitación de María Corina)

“Se busca candidato opositor tolerante” (La deshabilitación de María Corina)

La candidata María  Corina Machado en esencia, en cuanto a su oferta económica para el país, no se diferencia en casi nada a lo que ha sido el “nuevo modelo económico” neoliberal de Maduro; los dos coinciden en privatizar y liberalizar la economía. Sin embargo, Maricori no lo quiere, ni los quiere, de  cerca, a Maduro y a sus relacionados, así como  no quiso a Chávez, así como  no quiere al  chavismo, al comunismo, al socialismo, ni siquiera en la versión  falsa  impulsada y publicitada por el gobierno de Maduro. Maricori tenía que ser deshabilitada por el madurato para poder competir con un candidato más cómodo, tolerante, quizás más “corrompido” o “corrompible”, más voluble.

El propósito del madurismo de polarizar las elecciones nada tiene que ver con política verdadera, definir bandos ideológicos, socialistas, por un lado  y capitalistas por el otro. Se trata de una polarización en el juego electoral, dentro de un solo universo ideológico dominado por la democracia representativa, la propiedad privada y el libre mercado; dominado por el capitalismo.

Para el madurismo, es posible ese “bipartidismo”, si, y sólo si  se da en los límites políticos de la democracia burguesa representativa (así sea la “revolucionaria” de Castro Soteldo). Es decir, su idea de polarización debe  ser “controlada”,  superficial, formal, de colores y nombres nada más, como un clásico de béisbol entre los leones y navegantes. Sin embargo, el madurismo, acostumbrado a no respetar reglas, a trampear, a disimular  (porque siguen siendo moralistas frente a las legalidades  burgueses) para no romper frontalmente con nada “sagrado”, debe “deshabilitar”,  según manda la ley,  a aquellas amenazas, posibles opositores electorales que los  puedan perseguir más adelante, previendo una eventual derrota frente a uno de estos candidatos, que es caso de la Machado o de una eventual derrota frente a un candidato del socialismo verdadero.

Esto plantea un asunto paradójico  importante ¿Cómo es posible hacer un cambio verdaderamente revolucionario mediante las reglas de la democracia burguesa, o sea,  participando en sus elecciones? Porque, dándole la razón a Maduro y al madurismo, por ejemplo, estos no pueden permitir que  compita otro candidato a nombre de Chávez y el socialismo, siendo “Chávez y el  socialismo” su más importante argumento para captar la lealtad electoral del chavismo de base (de ahí viene el chantaje de la unidad, unidad para elegir su candidato impuesto, no para decidir a favor de la revolución socialista). 

Y, por otro lado, en el contexto político actual, el problema se presenta doblemente difícil para una opción electoral verdaderamente revolucionaria, cuando  este modelo democrático está hecho  para que ningún candidato pueda atentar en su contra, no nada más frente al madurismo, sino  del mismo sistema; cuando resulta absurdo presentar un programa político que tenga como  base la disolución del mismo sistema  político electoral que lo elige (no de la mecánica de votación, que es otra cosa). Después de la experiencia de Chávez no  creo  que se repita esta pifia.

La victoria electoral de Chávez en 1999 fue una excepción, fue inevitable, porque, además de contar con un inmenso apoyo popular, su oferta hasta ese momento, bolivariana y nacionalista, fue impulsada y apoyada por un ejército de oportunistas y aprovechadores desde la Asamblea Nacional, y por gente del mismo gobierno de Caldera, una acción conspirativa velada, de políticos marginales en contra de los viejos partidos y su líderes. En este apoyo hicieron de “prevenidos” al futuro gobierno de Chávez, detrás de la figura de Chávez: desde el viejo Luis Miquelena (sindicalista devenido  en empresario) hasta Teodoro Petkoff,  pasando por Jorge Olavarría y Causa R, masistas, miristas, adecos, copeyanos, y los falsos socialistas que hoy gobiernan el país (Liga Socialista), etc., que le dieron un apoyo, velados unos y develados otros, para luego terminar traicionando a un militar nada tonto o dócil y  sumarse al golpe  de Estado o a la conspiración interna, a fin de restauración de la vieja república. Sin el inmenso  apoyo popular que tuvo  Chávez y esa acción insidiosa y velada de estos pícaros, Chávez habría sido “deshabilitado” antes de ser candidato como pasa con María Corina ahora, o nunca hubiera salido de la cárcel.

El asunto es que Maduro sigue siendo, hasta ahora, el candidato de la “izquierda chavista”, que no se puede permitir competir con otra opción que represente a Chávez o al socialismo, pero tampoco puede competir con un candidato de derecha  que promete  ponerlo preso a él y a sus compañeros de destino.

Sin un masivo rechazo popular, al madurato (gobierno madurista) y al capitalismo, habría que descartar las elecciones como fórmula para retomar el camino de la revolución. Solo una verdadera resistencia popular podría hacer de estas elecciones una opción cierta para la revolución socialista, frente a los dos candidatos programados por capitalismo; solo una gran rebelión podría obligar al madurato a que aceptara la tarjeta  del candidato de la revolución socialista y de Chávez – no sin antes patalear por los derechos sobre la imaginería publicitaria propagandística que los vincula demagógicamente con Chávez y  el socialismo –.

Pero sería preferible y más fácil aplicar el art. 350 de la Constitución, declararse en rebelión civil y deslegitimar a maduro por violar sus normas. Una rebelión popular, de las bases chavistas, de los trabajadores, estudiantes y militares honestos, podría cambiar las cosas, en ese futuro ya cantado y asegurado por los capitalistas para las próximas elecciones.

¡OBEDEZCAMOS LA LEY SUPREMA DE LA REVOLUCIÓN: LA  CONSTITUCIÓN BOLIVARIANA!, ¡VIVA CHÁVEZ!

PODCASTS - Lo más reciente

VIDEOS - Lo más reciente